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http://textosdematch.blogspot.com.uy/2007/05/comprimido-de-
impro-i.html
5. ESCUCHA: Para poder dar, hay que recibir. Es la primera y principal regla
del buen improvisador. Escucharte a ti mismo, tus ideas, tu imaginario, tu
cuerpo en el espacio, tus sensaciones y emociones. Escuchar lo que te rodea,
tus compañeros, el espacio escénico. ¡Y escuchar al público! Es una escucha
siempre personal y sensible, potente y extracotidiana, alerta y disponible.
Debes implicarte activamente en lo que está por suceder. Habitas el espacio,
para estar vivo. Es tu cuerpo el que escucha y siente. Escuchar, sentir y
percibir es algo que tienes que entrenar y desarrollar con la práctica.
¡Despliega tus antenas! Para improvisar tienes que estar abierto.
6. REBOTE: Recibes para dar, para ofrecer algo. Es tu cuerpo el que escucha,
que siente, que comprende. Sobre esta escucha, rebotas. Y a partir de este
rebote, vas a crear en la escena. El escenario es un campo de fuerzas salvajes.
Recibes un estímulo imaginario, físico, conceptual, energético sin una forma
definida todavía, que te sirve para dispararte en la Impro. Este rebote te lanza
al espacio de la ficción, te transporta al lugar de la construcción, de la
composición, de la creación. Y es tu cuerpo el que se transforma para
modificar y transformar la escena, para crear sentido. ¡Boing, boing!
7. MOTORES: El escenario está a oscuras, vacío. Voy a iniciar una Impro. Las
posibilidades son infinitas. Pero debo elegir una. El espectro devorador del
dragón de tres cabezas siempre amenazante, quiere hacer su aparición. Tengo
mis armas preparadas para espantarle: los motores. Se trata de elegir un
punto de arranque vigoroso en el inicio de la Impro. Existen muchos tipos de
motores: sensación (¡hace un terrible calor!), emoción (tristeza, alegría,...),
imagen (soy un grano de arena en el desierto), texto (¡Ya no aguanto más!),
tipo o personaje, espacio o lugar, ritmo,... Es la pista de lanzamiento, para
iniciar el vuelo. ¡Y a volar!