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Veliz, Nadia Georgina.

DNI: 41002830

ESCUELAS HISTORIOGRAFICAS

Desde que el hombre comenzó a indagar sobre el carácter histórico de su pasado no ha


dejado de interrogarse el valor constitutivo, tanto social como individual que le brinda el
pasado a su propia construcción de identidad y subjetividad.
A principios del siglo XIX, en Alemania, fue el escenario del surgimiento de la ciencia
histórica, donde se afirma que la historia era racionalizada y documentada. Esta nueva
forma de hacer historia, buscaba suplantar la crónica de mayor y menor complejidad
compositiva narrativa o erudita siendo así misma denominada como un nuevo paradigma
historiográfico. Uno de sus primeros impulsores fue Leopold Von Ranke. El promulgo la
búsqueda exhaustiva de documentos archivísticos originales marcando una concepción de
la ciencia histórica tomando, así como testigos oculares del pasado. Este historiador
sostenía que el “Pasado debería ser reconstruido tal como sucedió” 1, centrándose en el
ámbito político y de los grandes hombres.
Al mismo tiempo aparecía un nuevo pensamiento del filósofo Karl Marx, donde escribía
sobre el obrero industrializado que se encontraba bajo explotación. Además, sostenía que
en la sociedad no era importante solo la política y planteo la idea, en donde existe una
estructura económica que mueve todo el sistema capitalista, para terminar con la
explotación de la burguesía y salir del sistema feudal, debería haber una dictadura del
proletariado para que se pueda organizar y formar una reestructura donde la sociedad esté
relacionada y pueda tener acceso a lo producido para poder satisfacer las necesidades
humanas de la vida cotidiana.
A principios del siglo XX una nueva indicación sobre como escribir la historia, comenzó a
dar paso a nuevas formas de concebir la historia con la pretensión de dar cuenta de las
luchas del pasado de los “pequeños hombres”, dando una forma de construir la cara
humana del pasado, buscando rescatar la trayectoria de los hombres y las mujeres de su
vida cotidiana.

1
Las caras de Clío. p.97
Con la influencia de la escuela francesa Annales, en donde sus diversas generaciones
pudieron complejizar la idea de lo social incorporando nuevos análisis, aportes e ideas
sobre todo la forma de interrogar la historia. La primera generación amplio el campo de
trabajo y utilizo métodos de investigación de otras disciplinas, como el análisis sociológico,
geográfico y etnológico, entre otros. La segunda generación busco incorporar nuevas
dimensiones a tener en cuenta como espacio y tiempo. Sostenían que el tiempo no era lineal
si no que único con diversa duración tanto como corto, haciéndose referencia a los
acontecimientos políticos, medianas en relación a las estructuras económicas y larga a
todos los aspectos que tardan en cambiar. La última generación incorporo el análisis de las
mentalidades en donde la formas de actuar de los individuos cobraron más importancia
dando paso a nuevas historias y microhistorias de las personas comunes también conocidas
como “historia desde abajo o una historia total”.
Al finalizar el siglo XX en Gran Bretaña, una nueva forma erudita de concebir la historia
aparece con pensamiento de Karl Marx sobre el materialismo histórico, pero cambiando su
eje, es decir no solo se basaron en el cambio del feudalismo al capitalismo, si no que
incorporaron nuevos asuntos económicos y sobre todo culturales. Se buscaba en el pasado
una clara conexión con el presente difundiendo todo tipo de historia que avanzaba en el
conocimiento de una realidad social concreta, por ejemplo, Robert W Fogel, en sus trabajos
expande diversos campos de reconstrucción de familias, detectar padrones locales-
regionales de producción y herencia, nuevas pautas sobre voto electoral o parlamentario en
diferentes países, nueva importancia a las huelgas laborales y sus participaciones.
En este contexto historiográfico tuvo gran importancia a lo largo de las décadas en
Argentina. La primera en mencionarse fue la historia oficial mitristra-liberal, donde la clase
dominante impone al resto de la sociedad. Ambos impulsores Mitre y López sostenían que
la historia debería estar basada en documentos y tradiciones orales con recursos literarios
para darle peso a la fuerza del relato.
En contra de esta forma de escribir y enseñar la historia aparece una nueva corriente en cual
promovió la ampliación e investigación de los caudillos para centrarse en los parámetros
académicos tomando como único objetivo las representaciones del pasado y quiénes eran
los que aportaron a la construcción de la historia argentina. A raíz el revisionismo se
encargó de criticar a quienes eran los próceres y réprobos de la historia marcando nuevas
referencias que exaltaron la forma de enseñar y la honra de la soberanía nacional en las
escuelas. Esto genero nuevos desacuerdos ya que sus diversas etapas rosistas, nacionalistas
y peronistas se contrapusieron a esta idea logrando deteriorar y dividir los pensamientos
políticos de las sociedades. Esto tuvo como consecuencia, una forma de concebir la historia
donde se afirmaba que la historia no se disuelve en las ciencias sociales ya que son ciencias
en plural y no una mezcla todo; Esta nueva corriente mantuvo la idea de la historia
polimodal en cual podría plantearse como estado, poder, cultura y mercado.

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