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Riesgo cardiovascular
El sistema SCORE estima el riesgo de sufrir una primera complicación
ateroesclerótica mortal en 10 años, según la edad, el sexo, los hábitos de
consumo de tabaco, la concentración de colesterol total y la PAS.
Anteriormente, el sistema SCORE solo se podía aplicar a pacientes de edades
entre los 40 y los 65 años, pero recientemente se ha adaptado para pacientes
de más de 65. A los pacientes hipertensos con ECV documentada, incluida la
enfermedad ateromatosa asintomática detectada en pruebas de imagen,
diabetes mellitus tipo 1 (DM1) o tipo 2 (DM2), niveles muy altos de factores
de riesgo individuales (como la HTA de grado 3) o enfermedad renal crónica
(ERC) (fases 3-5), se los considera automáticamente con riesgo CV muy alto (≥
10% de mortalidad por ECV) o alto (5-10% de mortalidad por ECV) en 10
años. Estos pacientes no requieren una estimación formal del riesgo CV para
determinar la necesidad de tratamiento de la HTA y de otros factores de
riesgo CV. Para los demás pacientes hipertensos, se recomienda la estimación
del riesgo CV en 10 años mediante el sistema SCORE.
Combinaciones de fármacos
La evidencia recomienda que en principio pueden combinarse los fármacos
de las 5 clases más importantes (IECA, ARA-II, BB, BCC y diuréticos), a
excepción de los IECA y ARA-II, cuyo uso concomitante no aporta beneficios
adicionales y puede aumentar los efectos adversos, por lo cual no se
recomienda.
El tratamiento de la HTA debe estar basado preferentemente en
combinaciones de un IECA o ARA-II con un BCC o una tiazida o análogo
tiazídico.
Las combinaciones que incluyen un IECA o un ARA-II más un BCC o una tiazida
o análogo tiazídico son complementarias, ya que los BCC o los diuréticos
activan el SRA, que es contrarrestado por la combinación con un IECA o un
ARA-II. Estas combinaciones limitan los potenciales efectos adversos
asociados con los diuréticos o BCC en monoterapia, ya que reducen el riesgo
de hipopotasemia causada por diuréticos y la prevalencia de edema
periférico causado por BCC.
Las combinaciones con BB deben emplearse preferentemente cuando hay
una indicación clínica específica (como la angina sintomática, para el control
de la frecuencia cardiaca, tras el IM, en la IC-FEr y como alternativa a los IECA
o ARA-II para mujeres jóvenes hipertensas que planeen gestar o están en
edad fértil).
La monoterapia inicial solo se recomendaba para pacientes con HTA de grado
1 y riesgo bajo o moderado.
Para los pacientes cuya PA no se controla con la combinación de 2 fármacos,
la opción lógica es aumentar el tratamiento a una combinación de 3:
normalmente un bloqueador del SRA, un BCC y un diurético. No se
recomienda la combinación de 3 fármacos como tratamiento inicial.
Cuando no se controla la PA con una combinación de 3 fármacos, se
considera que el paciente tiene HTA resistente, en el supuesto de que se
hayan descartado causas secundarias de HTA y la falta de adherencia al
tratamiento, y que la elevación de la PA se haya confirmado en repetidas
mediciones en consulta, AMPA o MAPA. Para estos pacientes se debe
considerar la consulta especializada. Otras opciones de tratamiento incluyen
la adición de espironolactona a dosis bajas (25-50 mg/día) o una terapia
diurética adicional.
Hipertensión resistente
La HTA se define como resistente a tratamiento cuando la estrategia
terapéutica recomendada no logra reducir las cifras de PAS y PAD medidas en
consulta a < 140 mmHg o < 90 mmHg, respectivamente, y cuando el control
inadecuado de la PA se confirma mediante MAPA o AMPA en pacientes que
han cumplido con el tratamiento. La estrategia terapéutica debe incluir las
necesarias modificaciones en el estilo de vida y tratamiento farmacológico
óptimo o con las máximas dosis toleradas de 3 o más fármacos, entre ellos un
diurético, típicamente un IECA o un ARA-II y un BCC. Además, se debe
descartar la presencia de HTA seudorresistente (falta de adherencia al
tratamiento, hipertensión de bata blanca, técnica inadecuada de medición) y
causas secundarias de HTA.
El tratamiento efectivo de la HTA resistente debe combinar modificaciones en
el estilo de vida (especialmente la reducción de la ingesta de sodio), la
suspensión de sustancias que pudieran interferir y la adición secuencial de
fármacos antihipertensivos al tratamiento triple inicial. Se recomienda la
sustitución de los fármacos prescritos por un régimen de tratamiento más
simple con una píldora única para reducir la carga de la medicación y mejorar
la adherencia al tratamiento. El tratamiento farmacológico óptimo de la HTA
resistente no se ha estudiado adecuadamente. La estrategia que parece más
efectiva es la adición de tratamiento diurético para reducir la sobrecarga de
volumen, junto con la restricción de la ingesta de sal, sobre todo para los
pacientes con ERC.
Urgencias y emergencias hipertensivas
-Emergencia hipertensiva
Las emergencias hipertensivas son situaciones en las que la HTA grave (grado
3) se asocia con daño orgánico agudo, que suele poner en riesgo la vida y
requiere una intervención inmediata pero cuidadosa para reducir la PA,
normalmente con tratamiento intravenoso. Las presentaciones típicas de una
emergencia hipertensiva son:
Pacientes con HTA maligna, caracterizada por HTA grave (normalmente
de grado 3) asociada con cambios en el fondo de ojo (hemorragia en
llama o papiledema), microangiopatía y coagulación intravascular
diseminada, que se puede asociar con encefalopatía, insuficiencia
cardiaca aguda y deterioro agudo de la función renal. La característica
más importante de esta enfermedad es la necrosis fibrinoide de vasos
pequeños en los riñones, la retina y el cerebro.
Pacientes con HTA grave asociada con otras entidades clínicas que
requieren la reducción urgente de la PA, como la disección aórtica
aguda, la isquemia miocárdica aguda o la insuficiencia cardiaca aguda.
Pacientes con HTA aguda grave causada por feocromocitoma asociado
con daño orgánico.
Mujeres embarazadas con HTA grave o preeclampsia.
Los síntomas de emergencia hipertensiva más comunes dependen de los
órganos afectados, pero pueden incluir cefalea, alteraciones visuales, dolor
torácico, disnea, vértigo y otros déficits neurológicos. En pacientes con
encefalopatía hipertensiva, la somnolencia, el letargo, los ataques
clonicotónicos y la ceguera cortical pueden preceder a la pérdida del
conocimiento; no obstante, las lesiones neurológicas focales son raras y
deben motivar la sospecha de un ictus.
-Urgencia hipertensiva
El término «urgencia hipertensiva» se ha empleado para describir la HTA
grave en pacientes que se presentan en el servicio de urgencias sin evidencia
clínica de daño orgánico agudo. Si bien estos pacientes requieren la reducción
de la PA, normalmente no es necesario hospitalizarlos, y la reducción de la PA
se logra mejor con medicación oral. No obstante, estos pacientes necesitan
seguimiento ambulatorio urgente para confirmar que la PA está controlada.
Los aumentos agudos y muy pronunciados de la PA pueden haberse
precipitado por la ingestión de sustancias simpaticomiméticas, como
metanfetamina o cocaína, que pueden convertirse en emergencia
hipertensiva si hay evidencia de daño orgánico agudo.
-Tratamiento de las emergencias hipertensivas.
No se recomienda la reducción rápida y descontrolada de la PA porque puede
llevar a complicaciones.