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ESÓFAGO DE BARRETT

Etiología
Se desconoce la causa exacta del esófago de Barrett. Mientras que muchas personas con
esófago de Barrett tienen enfermedad por reflujo gastroesofágico desde hace mucho
tiempo, muchos no tienen síntomas de reflujo, lo cual se conoce como "reflujo silencioso".

Ya sea que el reflujo ácido esté acompañado por síntomas de enfermedad por reflujo
gastroesofágico o no, el ácido estomacal y las sustancias químicas vuelven al esófago,
dañan el tejido y provocan cambios en su revestimiento, lo cual da lugar al esófago de
Barrett.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que aumentan el riesgo de tener el esófago de Barrett comprenden:

Antecedentes familiares, ser hombre,ser de raza blanca, edad, acidez estomacal y


reflujo ácido crónicos. Tener una enfermedad por reflujo gastroesofágico que no mejora
al tomar medicamentos conocidos como inhibidores de la bomba de protones o tener
una enfermedad por reflujo gastroesofágico que requiere medicación periódica puede
aumentar el riesgo del esófago de Barrett.

Fumar en la actualidad o haber fumado, sobrepeso. La grasa corporal alrededor del


abdomen aumenta aún más el riesgo.

Manifestaciones clínicas

Aunque en ocasiones los adenocarcinomas esofágicos son descubiertos de manera casual


durante la evaluación de la ERGE o la vigilancia del esófago de Barrett, con mayor
frecuencia los pacientes presentan dolor o dificultad para tragar, adelgazamiento
progresivo, hematemesis, dolor torácico o vómitos. Cuando aparecen los síntomas, a
menudo el tumor se ha diseminado a los vasos linfáticos submucosos. Como consecuencia,
la supervivencia general a 5 años es inferior al 25%. Por el contrario, la supervivencia a 5
años es aproximadamente del 80% en los casos en los que el adenocarcinoma se
encuentra limitado a la mucosa o la submucosa.

Cambios morfológicos

El esófago de Barrett puede ser reconocido como lengüetas de mucosa roja aterciopelada
que ascienden desde la unión gastroesofágica. Esta mucosa metaplásica alterna con
mucosa escamosa (esofágica) pálida y lisa residual y limita con la mucosa cilíndrica
(gástrica) de color pardo claro en sentido distal . El esófago de Barrett puede ser
subclasificado como segmento largo (≥ 3 cm) o segmento corto (< 3 cm). Los pacientes con
enfermedad de segmento corto pueden no presentar síntomas de ERGE y muestran un
riesgo menor de padecer displasia o carcinoma en comparación con los que padecen
enfermedad de segmento largo.

El diagnóstico de esófago de Barrett se basa en la demostración endoscópica de mucosa


cilíndrica metaplásica por encima de la unión gastroesofágica. A nivel microscópico, la
metaplasia de tipo intestinal se ve como la sustitución del epitelio esofágico escamoso por
células caliciformes. Las células caliciformes son diagnósticas del esófago de Barrett y
presentan vacuolas de moco inconfundibles que se tiñen de azul pálido y dan la forma de
una copa de vino al citoplasma restante. También pueden hallarse células cilíndricas
distintas de las caliciformes, como las células foveolares de tipo gástrico, pero no existe un
acuerdo universal sobre si son suficientes para el diagnóstico.

La displasia se clasifica en leve o grave. En ambos casos se encuentran mitosis atípicas,


hipercromatismo nuclear, cromatina agrupada de forma irregular, elevado índice
nucleocitoplásmico y fallo de maduración de las células epiteliales a medida que migran a
la superficie esofágica. Las glándulas displásicas muestran gemación, formas irregulares y
apilamiento celular. La displasia grave muestra cambios citológicos y arquitecturales más
graves que la displasia leve. Con la evolución, las células epiteliales pueden infiltrar la
lámina propia, una característica que define la progresión a carcinoma intramucoso.

Patogenia

Los estudios moleculares indican que la progresión del esófago de Barrett a


adenocarcinoma se produce durante un período prolongado mediante la adquisición
gradual de cambios genéticos y epigenéticos. Las anomalías cromosómicas y las
mutaciones de los genes supresores tumorales TP53 y CDKN2A se detectan en etapas
tempranas. En el caso de CDKN2A , que codifica dos proteínas supresoras tumorales, p16
y p19-ARF, se han descrito tanto la pérdida alélica como el silenciamiento epigenético
provocado por hipermetilación. Con la progresión, puede existir amplificación de varios
oncogenes, como los genes EGFR , ERBB2 , MET , ciclina D1 y ciclina E.

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