Está en la página 1de 12

Segundo parcial de Filosofía de la Educación

Introducción

¿La ética en la formación del educador social, garantiza que su labor

socioeducativa, sea realizada con mayor responsabilidad?

Mi opinión acerca de este planteo es que, sin lugar a dudas, esta profesión

requiere de una formación ética. Puesto que estaremos trabajando con

personas, con sentimientos, con valores, con principios y códigos de

convivencia.

Las cuestiones humanas, requieren especial atención, cuando hablamos de

relaciones en el ámbito profesional y educativo, entre docentes y educandos,

entre los colegas, etc., y esta atención debe ser orientada por la reflexión

constante sobre nuestro accionar y el efecto que este produce en los demás y

asimismo el impacto social que puede resultar del mismo.

En Educación Social, se necesita profesionalidad y deseo de realizar un

trabajo por y para el otro. Las personas que se encuentran en el marco

delimitado para el accionar del Educador Social, ya se encuentran en

situaciones particulares, de desventaja social, de vulnerabilidad

socioeconómica, entre otras dificultades, por lo tanto, lo que requieren es una


especial atención a sus necesidades y requerimientos, sin dejar de lado sus

derechos y su dignidad. En esta última, precisamente debemos poner nuestra

atención y cuidado ético. Todos merecemos dignidad, sea cual sea, nuestra

situación.

La ética, viene a responder, mediante una valoración reflexiva, a nuestros

cuestionamientos acerca de qué debemos hacer. Y es una pregunta que en

nuestra labor, nos la vamos hacer, en más de una oportunidad, por lo cual,

tener una formación en este ámbito, se hace de invalorable importancia.

Las situaciones que se pueden presentar, para un Educador Social, son

múltiples y de variadas índoles, por lo cual y ya tuve una pequeña experiencia,

en estos años de práctica, se necesita mucho cimiento, fundamentado en la


2

teoría, formar bases sólidas de conocimiento, y así mismo, nos podemos

sorprender. Por lo cual, saber como actuar, en tal o cual caso, es un cuidado y

una responsabilidad que debemos llevar a cuesta los Educadores sociales.

Esta pregunta fue elegida y considerada importante, porque siempre pensamos

que podemos prescindir de teorías acerca de cómo actuar en la práctica laboral

y profesional. Siempre escucho preguntar, ¿para qué esa materia, qué me

puede aportar? Es muy importante!


Estaremos trabajando con personas y en el ámbito educativo, con personas

desfavorecidas socialmente,¿ será que necesitaremos un comportamiento ético

para poder realizar nuestro trabajo?. Sin duda que sí, y solamente podremos

asumir tales responsabilidades, si conocemos, primero, qué es la ética y qué

importancia tiene en todos los órdenes de la vida social y educativa.

“El educador/a social es un profesional de la educación que tiene como función

básica la creación de una relación educativa que facilite a la persona ser sujeto

y protagonista de su propia vida. Además, el educador/a social en todas sus

acciones socioeducativas, debe partir del convencimiento y responsabilidad

que su tarea profesional sea la de acompañar a la persona y a la comunidad a

que resuelvan sus necesidades o problemas, por lo que salvo excepciones no

le corresponde el papel de protagonista en la relación socioeducativa,

suplantando los sujetos, grupos o comunidades afectadas. Por eso en sus

acciones socioeducativas debe procurar siempre su aproximación directa hacia

las personas con las que trabaja, favoreciendo aquellos procesos educativos

que les permitan un crecimiento personal positivo y una integración crítica en la

comunidad a la que pertenecen.”

(RES VII Congreso Estatal de Educación Social

Revista de Educación Social Sevilla 21, 22 y 23 de abril de 2016


Número 24, Enero de 2017 )
3

Desarrollo

Me gusta pensar mi futura profesión, con un principio ético, que lo traigo desde

mi familia: “Haz por los otros, lo que te gustaría que hicieran por ti”. Con esta

máxima, asumo la responsabilidad que me interpela el desafío de ser una

Educadora Social. No es cualquier trabajo, requiere empatía, principios y

valores morales, para ser llevada a cabo.

Para defender mi argumento de que la ética es fundamental, para guiar nuestra

profesión hacia un accionar responsable, usaré como teoría, la ética kantiana.

La cual plantea lo siguiente: El conocimiento moral no es un conocimiento del

ser, de lo que es, sino un conocimiento de lo que debe ser; no un conocimiento

del comportamiento real y efectivo de los hombres, sino un conocimiento que

deberían observar los hombres. En este sentido, dicho conocimiento se puede

verificar, cuando decimos que los hombres deberían comportarse de tal o cual

manera, estamos afirmando que ese comportamiento es necesario y universal,

y esas son las características de lo a priori.

Todos los sistemas éticos anteriores habían partido de una determinada


concepción del bien, como objeto de la moralidad, creyendo que ese bien

determinaba la moralidad, lo que debía ser. Sin embargo, del mismo modo que

el conocimiento teórico no está determinado por el objeto, sino que este se

encuentra determinado por las condiciones a priori de la sensibilidad y del

entendimiento, el conocimiento moral tampoco estará determinado por el

objeto, sino más bien el objeto de la moralidad determinado por ciertas

condiciones a priori de la moralidad.

Lo que entiendo y defiendo en Kant, es que no se trata de una moral

heterónoma, de una imposición externa, y si de un mandato desde la razón,

que nos interpela a actuar según el deber.

“El imperativo categórico es pues único, y es como sigue: obra sólo según una

máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.
4

Ahora, si de ese único imperativo pueden derivarse, como de su principio,

todos los imperativos del deber, podremos al menos mostrar lo que pensamos

al pensar el deber y lo que este concepto quiere decir.” (​Imanuel Kant,

Fundamentación de la metafísica de las costumbres​, Capítulo Segundo)

“Una metafísica de las costumbres es, pues, indispensable, necesaria, y lo es,

no sólo por razones de orden especulativo para descubrir el origen de los


principios prácticos que están a priori en nuestra razón, sino porque las

costumbres mismas están expuestas a toda suerte de corrupciones, mientras

falte ese hilo conductor y norma suprema de su exacto enjuiciamiento. Porque

lo que debe ser moralmente bueno no basta que sea conforme a la ley moral,

sino que tiene que suceder por la ley moral; de lo contrario, esa conformidad

será muy contingente e incierta, porque el fundamento inmoral producirá a

veces acciones conformes a la ley, aun cuando más a menudo las produzca

contrarias. Ahora bien; la ley moral, en su pureza y legítima esencia -que es lo

que más importa en lo práctico-, no puede buscarse más que en una filosofía

pura; esta metafísica deberá, pues, preceder, y sin ella no podrá haber filosofía

moral ninguna, y aquella filosofía que mezcla esos principios puros con los

empíricos no merece el nombre de filosofía -pues lo que precisamente

distingue a ésta del conocimiento vulgar de la razón es que la filosofía expone

en ciencias separadas lo que el conocimiento vulgar concibe sólo mezclado y

confundido-, y mucho menos aún el de filosofía moral, porque justamente con

esa mezcla de los principios menoscaba la pureza de las costumbres y labora

en contra de su propio.”( ​Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres,prólogo).

En el texto, Kant argumenta que una acción moral está determinada por el

carácter del principio por el cual una persona decide actuar, esto es, un principio
estrictamente puro o "a priori" (sin contenidos empíricos o "a
posteriori").

Este accionar que plantea Kant, solamente puede ser considerado ético si
responde a una ley moral.

La ​ética kantiana​ es una teoría ética deontológica formulada por el


filósofo. Desarrollada como producto del racionalismo ilustrado, está
basada en la postura que la única cosa intrínsecamente buena es una
buena voluntad; por lo tanto una acción solo puede ser buena si su
[[máxima (filosofía)—el principio subyacente— obedece a la ley moral.
Central a la construcción kantiana de la ley moral es el imperativo
categórico​, que actúa sobre todas las personas, sin importar sus intereses
o deseos. Kant lo formuló de varias maneras. Su principio de
universadalidad requiere que, para que una acción sea permisible, debe
ser posible aplicarla a todas las personas sin resultar contradictoria. Su
formulación de la humanidad como un fin en sí misma exige que los
humanos nunca sean tratados meramente como un medio para un fin,
sino también un fin en sí mismos. La formulación de la autonomía
concluye que los agentes racionales están obligados a la ley moral por su
propia voluntad, mientras que el concepto de Kant del Reino de los fines
exige que las personas actúen como si los principios de sus propias
acciones establecieran una ley para un reino hipotético. Kant también
distinguió entre deberes perfectos e imperfectos. Un deber perfecto, como
el deber de no mentir, es siempre verdadero; uno imperfecto, como donar
a la caridad, puede flexibilizarse y aplicarse en un tiempo y espacio
particulares.

Este argumento del accionar bajo principios que guían nuestras acciones
como leyes, es importante, puesto que le infiere responsabilidad en el
accionar, es una moral autónoma, que acompaña una conducta orientada
al deber.

Fernando Savater critica la enseñanza de la ética ligada a la religión ya que los


preceptos morales son subjetivos y la ética para vivir la vida es universal. El libro ​Ética
para Amador​ se resume para Savater como el arte de vivir o saber vivir.

Es importante tener ética en la manera que vivimos para que nuestras decisiones
tengan los mejores resultados para la humanidad que queremos, teniendo en cuenta
las contradicciones que la vida humana nos entrega porque tenemos lo que los demás
animales no tienen: libertad.

La libertad que tenemos para decidir la manera que conducimos nuestra vida es
ejemplificado con la comparación entre las valientes termitas soldados que mueren
para defender su termitero porque no tienen libertad de hacer otra cosa versus el relato
de Homero sobre el héroe Héctor, el mayor guerrero de Troya, quién ‘decide’ debido a
nuestra capacidad de libertad, de enfrentarse al “invencible” Aquiles para defender a su
familia.

En el libro ​Ética para Amador​ aclara que él no pretende enseñar a vivir, que y que la
buena vida tiene una medida personal.

Teniendo esos principios de la vida en cuenta se suma la libertad que nos distingue de
los demás animales. Nunca tenemos solo un camino a seguir sino varios. No somos
automáticos porque tenemos la opción de decir ‘sí’, ‘no’, quiero o no quiero.Tenemos la
libertad de inventar y de elegir pero también de equivocarnos. Porque equivocarnos es
humano y parte del proceso para ‘conocerse a sí mismo’, como ya decía el famoso
aforismo griego sobre la sabiduría.

Savater nos invita a diferenciar los 3 motivos básicos que nos hacen actuar: las
órdenes, las costumbres y los caprichos. Si los motivos para actuar de determinada
manera “favorecen a la organización de los hombres de acuerdo con su pertenencia a
la humanidad y no por su pertenencia a tribus, (...) en principio (es) políticamente
interesante”. (Savater, F., Ética para Amador).

Conclusión

Retomando mi planteo inicial, acerca de si, ​¿La ética en la formación del educador
social, garantiza que su labor socioeducativa, sea realizada con mayor
responsabilidad?​, considero​ ​que si, sin lugar a dudas. Según Kant, ​cuando decimos
que los hombres deberían comportarse de tal o cual manera, estamos afirmando que
ese comportamiento es necesario y universal. Y un comportamiento que es necesario y
universal, es el de hacer por los demás, lo que nos gustaría que hicieran por nosotros.
Como una máxima, una ley moral, un imperativo categórico. Todos somos
responsables por todos, dentro de una sociedad. Las necesidades ajenas, no nos debe
tener indiferentes. Los cambios vienen de adentro, del seno de un colectivo. Es
importante entender y contemplar al otro que se encuentra en una situación
desfavorable.

Fernando Savater, también contempla mi forma de encarar la profesión que elegí,


desde los preceptos éticos.Sin ética no podemos tener una buena vida. “​Es importante
tener ética en la manera que vivimos para que nuestras decisiones tengan los mejores
resultados para la humanidad que queremos…

La reflexión constante acerca de nuestras prácticas, nos hace profesionales más


comprometidos, asumiendo con responsabilidad dicha labor, aspirando al bien común y
al bienestar social como el bien mayor a ser perseguido.
Bibliografía

Ferrater Mora, Diccionario Filosófico.

García Molina, J.,La práctica y el ejercicio de la educación social.

Kant,I.,Fundamentación de la metafísica de las costumbres.

Savater, F.,Ética para Amador.


Índice

Introducción………………………………………..págs.1,2,3

Desarrollo………………………………………….págs.4,5,6,7,8

Conclusión ………………………………………..pág.9
:

También podría gustarte