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PSICOPATOLOGÍA Y EVALUACIÓN DE LOS TRASTORNOS DEL LENGUAJE

FACULTAD DE EDUCACION DE CIUDAD REAL


Curso académico 2017/18

Tema 2 Trastornos del Lenguaje Oral


2.1. Alteraciones de la voz
Disfonía
Afonía
2.2. Alteraciones de la articulación
2.2.1. Dislalias
2.2.2. Disglosias
2.2.3. Disartrias
2.3. Alteraciones en la Fluidez Verbal
Disfemias
2.4. Alteraciones del lenguaje oral. Alteraciones de la comunicación
2.4.1. Mutismo
2.4.2. Afasias
2.5. Alteraciones permanentes del lenguaje oral
2.5.1. Discapacidad auditiva
2.5.2. Parálisis cerebral
2.5.3. Discapacidad auditiva
2.5.4. Autismo
2.6. Lenguaje oral. Evaluación de la comunicación y del lenguaje de 0 a 12 años en el
sistema educativo

2.1. Alteraciones de la voz


INDRODUCCIÓN
FACTORES ETIOLÓGICOS
CLASIFICACIÓN DE LAS ALTERACIONES DE LA VOZ
ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓN
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN LOS TRASTORNOS DE LA VOZ
1. Intervención logopédica
2. Intervención familiar
3. Intervención escolar
BIBLIOGRAFÍA

Gema Alhambra 1
Alteraciones de la voz

INTRODUCCIÓN
Las alteraciones de la voz son muy frecuentes en la edad escolar y pueden producirse en
cualquiera de sus cualidades: intensidad, tono, timbre y/o duración.
Puede aparecer en los primeros meses de vida, pasando por períodos totalmente afónicos en
los que se quejará de pinchazos o sequedad en la garganta. Los gritos o llantos excesivos los
juegos ruidosos, los frecuentes resfriados, pueden desencadenar un proceso de alteración
temporal de la voz que si el niño no la recupera adecuadamente, posteriormente puede llegar
a hacerse crónica.
La laringe de los niños de ambos sexos se diferencia de la del adulto en dimensión (es más
estrecha), consistencia (tiene mayor flexibilidad), posición (está más elevada) y en forma (la
parte superior de la laringe y la tráquea tiene un aspecto de chimenea). La laringe en
desarrollo es más propensa a los factores negativos que inciden en ella, problemas que se
potenciarán en los varones a la hora de la "muda" de la voz cuando llegue la pubertad.
Con los niños ocurre igual que con los adultos y algunas laringes son más frágiles a pesar de
tratarlas del mismo modo.

FACTORES ETIOLÓGICOS
Las causas de las alteraciones de la voz pueden ser múltiples: orgánicas, fisiológicas,
psicológicas y/o ambientales. Unos factores determinan la aparición de la alteración mientras
que otros la mantienen o la agravan. Recogemos los siguientes:
• Enfermedades del aparato respiratorio: laringitis y bronquitis crónicas, asma,
vegetaciones adenoideas, sinusitis, amigdalitis, etc. producen ronquera y pueden
alterar los repliegues vocales.
• Malformaciones laríngeas, que suelen dejar graves secuelas a pesar de intervenciones
quirúrgicas.
• Intervenciones quirúrgicas y manipulaciones terapéuticas. El niño que nasalizaba antes
lo sigue haciendo al sentirse molesto tras la extirpación de las amígdalas y/o de las
vegetaciones adenoideas. Ha de reeducarse muchas veces para adquirir la voz normal.
• La traqueotomía, las extirpaciones de nódulos o pólipos, las intubaciones pueden dejar
graves secuelas.
• Traumatismos: sustos, accidentes, abandonos, etc.
• Mal uso respiratorio y vocal. Una técnica respiratoria defectuosa, un uso continuado
de un tono que no corresponde a sus características orgánicas, un exceso de presión
subglótica origina fatiga vocal (Canuyt, 1990).
• Características comportamentales: El niño hiperactivo, colérico, fuerza continuamente
la voz, el tímido, el inhibido, hipotónico suele tener la voz débil y ronca (Dinville, 1983).
• Ambiente familiar y social: Familias que no hablan sino que gritan, tendencia a elevar
voz en clase, competiciones deportivas, recreos, juegos en las plazas, etc.
• Alteraciones de la audición.

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CLASIFICACIÓN DE LAS ALTERACIONES DE LA VOZ
Es difícil clasificar las alteraciones de la voz pues no está clara muchas veces la distinción y la
relación entre las causas orgánicas y las funcionales. Con frecuencia un uso inadecuado de la
voz ocasiona una lesión y otras veces son las lesiones las causantes de la alteración vocal.
1. Cuantitativa
Afonía es la pérdida total de la voz. Las causas hay que buscarlas en un estado inflamatorio
agudo, un traumatismo, en parálisis laríngeas y en cuadros psíquicos histéricos. No es muy
frecuente en la edad escolar.
Disfonía es una alteración funcional de la voz en cualquiera de sus cualidades como
consecuencia de un trastorno orgánico o por una mala utilización de la voz.

2. Topográfica
Laringofonías son disfonías localizadas en la laringe. Las más frecuentes en niños son:
• Mala impostación. La voz no está colocada en los tonos que le corresponden
según las características físicas del niño/a. Puede estar demasiado alta o aguda
(voz de falsete) o demasiada baja o grave (voz de pecho).
• Ronquera vocal. Voz muy fuerte, sin timbre y demasiado grave ocasionada por
gritos excesivos. Si no se reeduca en la infancia puede originar graves problemas
con la muda de voz.
• Laringitis funcional. Pueden seguir a estados inflamatorios supralaríngeos que se
agravan con un abuso prolongado de la voz gritada por parte del niño/a; la voz se
va enronqueciendo y puede llegar a la afonía.
• Fonastenia. Cansancio vocal, fatiga a consecuencia de una hipertrofia adenoidea
(vegetaciones), amígdalas hipertróficas, sinusitis, mala emisión vocal. La voz es
débil, poco profunda y sin timbre.
Rinofonías son alteraciones de la resonancia por la nasalización de la fonación.
• Rinofonías abiertas: el aire se escapa por la nariz a causa de de una fisura palatina
o por hipotonía del velo del paladar que no contacta con la parte posterior de la
faringe. Dan lugar a las rinolalias abiertas, muy frecuentes en la infancia. Los
fonemas orales sordos se nasalizan y en los sonoros hay un exceso de de
resonancia nasal.
• Rinofonías cerradas: una obstrucción nasal por vegetaciones adenoideas tumores
o pólipos nasales impiden el paso del aire en fonemas nasales y el uso de las
cavidades nasales en la resonancia de los fonemas sonoros orales. Dan lugar a las
rinolalias cerradas. Son menos frecuentes.

3. Etiológica
La diferencia entre disfonías orgánicas y funcionales es difícil de delimitar.

Disfonías orgánicas. Producidas por lesiones en los órganos de la fonación:


a. Congénitas: lesiones cerebrales, malformaciones, parálisis, factores endocrinos.
b. Inflamatorias
• Laringitis aguda. Produce una voz apagada con escape de aire.
• Laringitis crónica, menos grave que la aguda pero con el esfuerzo continuado
de la voz puede producir fatiga vocal (fonastenia) de forma permanente.

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c. Traumáticas: lesiones por heridas, quemaduras, radioterapias, intervenciones
quirúrgicas.

Disfonías funcionales
a. Hipercinéticas o hipertónicas. Excesiva tensión de las cuerdas vocales durante la
fonación. Se dan en niños muy activos y coléricos que gritan continuamente hasta que
las cuerdas vocales acaban debilitándose. El latigazo laríngeo aparece bruscamente en
los niños y en las niñas que fuerzan la voz; ésta se vuelve sorda y puede producir un
nódulo o un pólipo.
b. Hipocinéticas o hipotónicas. Las cuerdas vocales no cierran totalmente la glotis por
falta de tensión muscular. Se suelen dar en niños apocados, tímidos y la voz aparece
velada, ronca, poco intensa.
Entre las causas más comunes señalamos:
• Nódulo
• Pólipo
Nódulo: Es un tumor benigno, es la típica lesión por sobrecarga vocal que aparece
cuando se emplea mal la voz o cuando hablamos mucho sin hacer pausas suficientes.
También afecta el hecho de no controlar bien la respiración al hablar, porque produce
una sobrecarga vocal que genera una inflamación en una parte de las cuerdas vocales,
éstas no se cierran correctamente, dejando espacios entre ellas que hacen que la voz
falle. Las cuerdas vocales que toman forma de reloj de arena con escapes de aire. Se
producen por una técnica vocal defectuosa y una función forzada que puede llegar a
originar un pólipo.
Pólipo es un falso tumor benigno a consecuencia de un esfuerzo vocal, laringitis
crónica, gran inflamación o consecuencia de un nódulo. La voz es sorda y ronca con
rupturas. Es una disfonía progresiva que puede llegar a afonía. Ni pólipos ni nódulos se
suelen asociar con el cáncer.

ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓN
Las alteraciones de la voz no siempre son percibidas por la familia como tales y ha de ser el
profesor, el tutor, el profesor de apoyo a la integración o el logopeda quienes las detecten e
informen a los padres sobre los posibles trastornos en la voz de su hijo. En estos casos, la
escuela cumple su función de detección de trastornos, como en el caso de la audición, de la
vista, etc. En cualquier caso hemos de pedir a la familia que recaben el informe de un otorrino
o foniatra infantil. Dicho informe será básico para conocer el estado de la laringe, glotis y
órganos subglóticos, incluidos pulmón y corazón. A su vez nos aportará información sobre
posibles los tratamientos quirúrgicos o farmacológicos administrados.

Anamnesis: Se elabora a partir de los datos aportados por los padres, profesorado o por el
propio niño o niña e incluye:
• Nivel de lenguaje.
• Incidencias familiares y escolares (ambiente de ruido).
• Modo de aparición de las dificultades.
• Antigüedad y evolución de las mismas.
• Tratamientos anteriores.
• Enfermedades relacionadas con la voz.

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• Relación y adaptación de la voz del adulto cuando habla con niños
• Conducta en el juego.
• Capacidad intelectual.
• Rendimiento escolar.

Exploración funcional que nos permitirá evaluar:


1. Aspecto motor:
a. Comprobación de existencia de esfuerzo laríngeo; éste se manifiesta por:
• Hinchazón del cuello o de las venas.
• Elevación o descenso excesivo de la laringe.
• Relajación.
b. Respiración:
• Tipo.
• Capacidad respiratoria (medir con espirómetro).
• Control del soplo espiratorio.
• Cantidad de soplo.
• Anomalías respiratorias (ahogos, ritmo, etc.).
c. Fonación:
• Tono.
• Intensidad.
• Duración.
• Timbre.

Los datos sobre la fonación los obtendremos de la observación de la voz hablada y cantada.
Aparte de la voz espontánea podemos realizar algunas de las actividades específicas que
señalaremos en la intervención.

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN LOS TRASTORNOS DE LA VOZ


Las estrategias de intervención en la escuela dependerán del tipo de alteración ya que la
mayor parte serán intervenidas en los servicios de logopedia o foniatría, sobre todo si son
posteriores a una intervención quirúrgica. No obstante, podemos ayudar con nuestra
intervención a que recuperación sea más corta; la existencia de logopeda en el colegio
favorece la pronta reincorporación al aula de niños/as con problemas de voz.
En general las disfonías orgánicas tienen tratamiento quirúrgico y posteriormente
rehabilitador. Si nos llegan a la escuela, seguiremos las indicaciones foniatra: a veces
tendremos que ser nosotros los encargados de pedir dichas indicaciones por medio de los
padres o directamente.
Las disfonías funcionales tienen intervención logopédica aunque en algunos casos precisen un
acto quirúrgico o medicación.
Vamos a plantear una serie de estrategias generales que serán útiles para la intervención de la
mayoría de las alteraciones vocales que se presentan en la escuela. Más tarde propondremos
actividades específicas para algunas alteraciones concretas.
La intervención de las alteraciones de la voz ha de implicar tres tipos de estrategias:
logopédica, familiar y escolar.

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1. Intervención logopédica
La voz se forma como coordinación entre la respiración que pone en vibración los repliegues
vocales y las cavidades supraglóticas que actúan como amplificadores y resonadores. Es el
fruto de la interacción entre un conjunto de estructuras anatómicas y un fenómeno vibratorio.
Tiene un sentido vertical, de "chorro de aliento" a través de los órganos fonadores.
La intervención logopédica de las alteraciones de la voz habrá de conseguir:
• La educación de la respiración.
• La eliminación de los esfuerzos laríngeos.
• La adaptación de las cavidades de resonancia al sonido emitido por la laringe.

No siempre es preciso actuar en los tres objetivos. Hay veces que basta con explicar al niño o
niña el mecanismo de la respiración para que la realice correctamente. Sin embargo no es
demasiado frecuente encontrar disfonías sin alteraciones respiratorias importantes.

Dinville (1983) especifica una serie de principios básicos del mecanismo fonatorio que nos
ayudarán en la intervención:
• El diafragma, la laringe y el velo del paladar no son músculos voluntarios por lo que
para actuar sobre ellos hemos de ayudarnos de otros órganos que podemos controlar:
lengua, mandíbula y musculatura respiratoria.
• Es necesario tomar conciencia de las sensaciones producidas por la actuación de estos
órganos para controlar y establecer una emisión vocal normal.
• La fonación vocal es una actividad muscular que debe percibirse como una sensación
de resistencia y de apoyo. Esta sensación está asociada a la de movimiento y nos
informa sobre la posición de los órganos, su actividad, su grado de elasticidad y su
eficacia. Se localizan:
1. A nivel de lengua, maxilar inferior, labios, cuello, cabeza y columna vertebral.
2. A nivel de laringe es una sensación global de movimiento, de ausencia de esfuerzo.
3. En las cavidades de resonancia se trata de una sensación de movimiento
vibratorio.
4. Por el control audio fonador se escucha la propia voz (retroalimentación aérea).

Hemos de tener en cuenta que, sobre todo en la intervención de las disfonías hipercinéticas, es
básico conseguir una actitud relajada para realizar las actividades.

Gallardo y Gallego recomiendan el siguiente procedimiento metodológico:

A B C Intensidad

Relajación  Respiración  Fonación  Duración Voz cantada


Tono

A. Relajación
La tensión muscular puede regularse controlando el tono muscular y la excitación nerviosa
favoreciendo el descanso del músculo. A veces el exceso de tensión participa en la aparición de

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disfonías, se localiza a nivel de músculos del cuello, de los hombros y los pectorales. Si el
estado de tensión no disminuye se llega a una contracción mayor y al agotamiento total del
músculo; en casos graves la tensión sostenida y prolongada puede llevar a la astenia o
agotamiento del músculo vocal, en donde las cuerdas se presentan hipotónicas en sumo grado
y sin la posibilidad de contraerse normalmente" (Bustos, 1986).
Hay varias técnicas de relajación:
• Método Schultz de relajación pasiva donde el sujeto va relajándose a base de representarse
mentalmente el estado de relajación de distintas partes del cuerpo: sensación de peso, calor,
etc. Es muy efectivo con adultos, pero casi imposible de realizar con niños/as pequeños o de
necesidades educativas especiales porque requiere una concentración y el tomar conciencia
propioceptiva de las distintas partes del cuerpo.
• La relajación por medio de técnicas de yoga es también difícil de realizar en la infancia pues
la filosofía que lleva implícita no es fácil de seguir. No obstante, se puede intentar en algunos
casos con niños y niñas mayores de diez años.
En niños se obtienen mejores resultados con relajación por tacto y por medio de la relajación
activa de Jacobson.
1.- Relajación por tacto: Estando el niño o la niña sentado se le van pasando los dedos de la
mano por las zonas que nos interese relajar:
Cara, nariz y labios: Nos colocamos sentados frente al niño y le vamos tocando suavemente
con las yemas de los dedos la cara, nariz y labios en movimientos circulares.
Cuello: Nos colocamos de pie detrás de la niña y le vamos tocando el cuello de arriba a abajo a
ambos lados llegando hasta los hombros. Se procede igual por delante y por detrás del cuello y
con éste girado lateralmente, insistiendo en la zona del esternocleidomastoideo.
2.- Relajación activa tipo Jacobson: Se basa en la conciencia del tono muscular ante las
sensaciones de tensión y relajación. La secuencia que seguimos en la relajación es la siguiente:
• Tensar los músculos.
• Notar la sensación de tensión en los músculos que se están trabajando en el ejercicio.
• Relajarlos.
• Observar el contraste entre tensión y relajación.
• Experimentar la agradable sensación de la relajación.

Ejercicio de relajación muscular (Cautela y Groden, 1985):


Arruga la frente: Fíjate dónde la notas especialmente tensas, relaja lentamente tu frente y
presta especial atención a estas áreas. Dedica unos cuantos segundos a observar que sientes al
tener esos músculos relajados. La idea consiste en tensar una cierta parte de tu cuerpo, notar
dónde estás tenso y relajar esa parte despacio de modo que puedas identificar los músculos
que estás relajando.
Cierra fuertemente los ojos. Nota dónde sientes la tensión. Debes sentir la tensión por encima
y por debajo de cada parpado y en los bordes interior y exterior de cada ojo. Presta especial
atención a aquellas zonas que están particularmente tensas. Relaja gradualmente los ojos
mientras los vas abriendo lentamente. Observa la diferencia entre la tensión y la relajación.
Arruga la Nariz. Nota las zonas que se encuentran tensas (el puente y los agujeros de la nariz).
Fíjate especialmente en esas zonas. Relaja gradualmente la nariz muy despacio dejando salir
toda la tensión. Observa lo que se siente al dejar todos esos músculos completamente
relajados. Observa la diferencia entre esta sensación y la anterior.
Sonrisa forzada. Haz que la boca y la cara adopten una sonrisa forzada. Siente las partes que

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se encuentran tensas (labio Superior e inferior y en ambas mejillas). Los labios deben estar
apretados contra las mejillas. Relaja gradualmente la cara. Observa qué sientes al tener todos
esos músculos sueltos, apagados, relajados. Disfruta de esta sensación.
Aprieta la lengua fuertemente contra el cielo del paladar. Nota dónde sientes la tensión
(dentro de la boca, en la lengua y en los músculos que están debajo de la mandíbula). Relaja
lentamente estos músculos dejando caer la lengua poco a poco. Pon especial atención a esas
áreas que estaban tensas. Ahora fíjate qué sientes al tener todos estos músculos sueltos,
relajados. Observa la diferencia entre la tensión y la forma en que te sientes ahora.
Mandíbula. Aprieta los dientes. Nota dónde sientes la tensión (en los músculos laterales de la
cara y también en las sienes). Relaja gradualmente la mandíbula y nota la sensación de
distensión. Aprecia que sientes al tener esos músculos apagados, relajados. Nota la diferencia
entre la tensión y la relajación.
Aprieta los labios y sácalos hacia fuera. Fíjate dónde sientes la tensión (labio superior e inferior
a cada lado de los mismos) presta especial atención a las zonas que están particularmente
tensas. Relaja poco a poco los labios. Nota cómo estos músculos están flojos y relajados.
Concéntrate en sentir la diferencia entre la tensión y la relajación.
Tensa el cuello. Nota dónde sientes la tensión (en la nuez y a ambos lados de las zonas que
están especialmente tensas. Relaja gradualmente el cuello. Nota la diferencia que
experimentas al tener ahora estos músculos apagados, relajados.

B. Respiración
Una técnica respiratoria defectuosa, un exceso de presión subglótica es una de las causas de
alteraciones vocales, (Canuyt, 1990). Los trastornos respiratorios producen esfuerzos
compensatorios a nivel del cuello y la laringe, y ocasionan trastornos en la emisión.
Los principales trastornos respiratorios que influyen en la emisión vocal (Dinville, 1983) son:
Respiración invertida. El tórax se eleva y el abdomen se contrae durante la inspiración y lo
contrario en la espiración.
Respiración costal superior. El vientre se contrae e inmoviliza durante los tiempos de la
respiración.
Respiración abdominal mal realizada. El abdomen no se relaja sino que se ve empujado hacia
adelante.
Movimientos excesivos del abdomen. Las costillas no se abren lateralmente.
Movimientos torácicos y abdominales desproporcionados. El niño piensa más en los
movimientos que en la sensación de entrada de aire.
Capacidad pulmonar insuficiente o excesiva.
Rigidez de los movimientos respiratorios.

Las actividades respiratorias han de adaptarse a cada caso. Hemos de explicar al niño/a de
forma clara y sencilla, adaptada a su edad, el mecanismo respiratorio.
Los objetivos de la educación de la respiración son:
• Alargar la fonación.
• Regular el aire espirado.
• Aumentar o disminuir el volumen de la voz.
• Conseguir una correcta respiración.

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Ejercicio de respiración costoabdominal: en posición de pie asociando la espiración a la
emisión de vocales breves o sílabas.
N P B
N P B
Ejercicio de respiración en posición tendida: nos ayudará a tomar conciencia de la respiración.
Enlenteceremos el ejercicio y alargaremos las pausas. Conviene partir de una espiración lenta,
empujando suavemente el vientre del niño, cuidando los movimientos exagerados.
Para tomar conciencia de la respiración recomendamos asociarla con la emisión de /s/.
Articular /s/ sin cambiar la intensidad.
Articular /s/ comenzando débilmente e ir aumentando progresivamente la intensidad
de la emisión.
Articulaciones sucesivas breves e intensas de /s/.
Lo primordial es cómo se toma el aliento y como se distribuye, puesto que la calidad y la
facilidad de voz no depende de la cantidad de aire ni de la rigidez de la musculatura, sino de la
elasticidad y de la firmeza, es decir de la calidad de las contracciones musculares. (Dinville,
1983).
Como estrategias facilitadoras podemos hacer que el niño nos vea y nos toque para percibir
como se pueden alargar las pausas y realizar la inspiración en dos tiempos.

C. Fonación
Según la alteración que estemos interviniendo nos interesará restablecer las cualidades del
sonido que suelen estar alteradas.
En el siguiente cuadro vemos los Objetivos de la intervención pedagógica.

TIMBRE
VOZ INTENSIDAD DURACIÓN TONO
(resonancias)

Hipocinética + - + alto supraglóticas

Hipercinética - + - alto infraglóticas

Rin. Cerradas + alto Nasales

Rin. Abiertas - alto infraglóticas

de pecho + + alto supraglóticas

de falsete - + - alto infraglóticas

demasiado lenta + - + alto supraglóticas

demasiado rápida - + - alto infraglóticas

La corrección de las alteraciones de la voz puede hacerse por el control de los movimientos, la
percepción de ciertas sensaciones, por la toma de conciencia de lo que hay que hacer o evitar,
etc. (Dinville, 1983).

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Mediante procedimientos variados es necesario aportar al infante información sensorial que
puede hacer desaparecer o atenuar las alteraciones vocales. Ayudados por la respiración
podemos influir sobre la actuación de los órganos laríngeos y supralaríngeos para corregir las
alteraciones del timbre, las lesiones o daños inflamatorios y las alteraciones funcionales.
La corrección de las alteraciones de la voz puede hacerse por:
• El control de los movimientos,
• La percepción de ciertas sensaciones, por
• La toma de conciencia de lo que hay que hacer o evitar, etc.
Mediante procedimientos variados es necesario aportar al niño información sensorial que
puede hacer desaparecer o atenuar las alteraciones vocales. Ayudados por la respiración
podemos influir sobre la actuación de los órganos laríngeos y supralaríngeos para corregir las
alteraciones del timbre, las lesiones o daños inflamatorios y las alteraciones funcionales.

Estrategias de intervención

ALTERACIÓN ACTIVIDAD EFECTO CONSEGUIDO


Funcionamiento de órganos no
Rinofonías • Ejercicios Articulatorios voluntarios: laringe y velo del
paladar

• Descenso de la laringe.
Disfonías Hipercinéticas • Descender el maxilar • Disminución de la tensión de
Voz rápida inferior. los repliegues vocales.
Voz de falsete • Bajar la cabeza. • Aumento de la cavidad
faringea.

• Elevación de la laringe
Disfonías Hipocinéticas
• Aumento de la tensión sobre
Voz lenta • Elevar la cabeza
los repliegues vocales
Voz de pecho • Disminución de la faringe

ALTERACIÓN ACTIVIDAD EFECTO CONSEGUIDO

• Ligera presión de la nuez


Disfonías Hipercinéticas de Adán hacia abajo • Descenso de la laringe
Rinofonías Abiertas • Bajar la base de la lengua • Distensión faringolaríngea
Voz de falsete con un depresor y emisión • Eliminación del empuje
Voz rápida de /a/ laríngeo hacia adelante
• Pulgar e índice colocados • Disminución de la tensión
lateralmente

• Ligera presión de la nuez • Elevación de la laringe


Disfunciones Hipocinéticas
de Adán hacia arriba • Acercamiento de los repliegues
Rinofonías Cerradas
• Ligera presión de los vocales
Voz lenta
dedos en cada lado del • Elevación del tono
Voz de pecho
cuello

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Actividades de intervención en las disfonías funcionales
Elección de vocales, consonantes, sensaciones vibratorias, intensidad y tono a usar en las
actividades fonatorias para intervenir en las disfonías funcionales (ver cuadro).

VOCALES FONEMAS SENSACIONES TONO INTENSIDAD


CONSONÁN VIBRATORIAS
Disfonías Graves /c/ /f/ /l/ con articulación menor menor
Hipercinéticas /u/ /o/ /a/ palatizada

Disfonías Agudas /s/ /k/ /m/ /n/ /n/ mayor menor


Hiporcinéticas /i/ /e/ v mayor
/an/ “boca cerrada”

En general la intervención de la fonación tenderá a hacer aumentar la duración del sonido


espiratorio. Comenzaremos por emisiones vocálicas breves y más elevadas tonalmente
tendiendo a prolongarlas y a recuperar la altura tonal correcta.
Continuaremos con:
Series de cifras: al principio una en cada espiración, luego aumentaremos a 4, 8 ó 10 cifras en
una misma espiración. Cuidar la eliminación del golpe de glotis.
Pequeñas frases a distinta intensidad.
Lectura monótona con una altura cómoda para el niño/a. Se trabajan las sílabas trabadas y
cuidaremos que el texto sea el adecuado a su edad.
Lectura modulada sobre la nota fundamental del niño. Ir alargando y recuperar luego el tono
correcto.
Lectura indirecta; repetir las frases leídas por el logopeda. Dinville (1983) señala las ventajas
de la lectura repetida:
- Dar al sujeto el tiempo correcto de toma de respiración.
- Enseñarle a escucharse y controlarse mejor.
- Encontrar más fácilmente por imitación, un ritmo y una fluidez normales.
Lectura directa. Comenzar por la poesía pues con ella se facilita la fluidez, seguir después con
prosa y al final con textos teatrales si la edad lo permite. Recomendamos registrar en algún
medio la primera sesión; ello nos ayudará a establecer comparaciones posteriores y tomar
conciencia de los logros conseguidos por el paciente.
Voz cantada. Estas actividades ayudan a mejorar la calidad del timbre, a eliminar esfuerzos y a
la percepción de las sensaciones vibratorias. Todas estas actividades se realizarán teniendo en
cuenta la edad del niño/a y la alteración de la voz que estamos interviniendo. Por otro lado, es
importante presentar las actividades de forma atractiva y motivadora, dejándolas en el
momento que supongan un esfuerzo o la voz empiece a fallar.
Variaciones tonales. Práctica de escalas ascendentes y descendentes; comenzar por terceras,
aumentar a quintas hasta llegar a las octavas. Realizar variaciones. Pasar a arpegios
ascendentes y descendentes de quinta y octava. Cuidar la vocal según la alteración intervenida
como hemos visto.

Durante todas las actividades la estabilidad y calidad vocal han de mantenerse.


Se pueden ligar varias vocales a igual intensidad y tono. Para eliminar el golpe de glotis y sentir
las vibraciones se usa /m/.

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Cuidar la respiración y procurar la continuación de las sensaciones vibratorias.
Pasar a la lectura monótona, lectura modulada y canto, de una a otra suavemente.
En niños pequeños las sesiones han de ser cortas y seguidas. Es preciso que el niño/a sea
consciente del problema de su voz, ha de entender en qué consiste. El niño tiene que aprender
a saber escucharse y a diferenciar lo que siente. Si el niño/a no comprende por su edad el
interés de la intervención y no coopera es mejor dejarlo.
Con niños muy pequeños hay que insistir más en los progresos. Habrá que recurrir a gritos de
animales, juegos, historias, etc.
Como los nódulos y pólipos no son muy frecuentes en la escuela, daremos sólo unas ideas
generales sobre el tipo de intervención que requieren:
• Comenzar suavemente
• Usar tonos bajos
• Controlar relajación y respiración
• Utilizar las intervenciones directa e indirecta de las disfonías hipocinéticas.

2. Intervención familiar
Consiste en intentar cambiar el ambiente en el que se desarrollan los malos hábitos vocales del
niño con una serie de recomendaciones que habremos de plantear a la familia adaptándolas al
nivel sociocultural y a las posibilidades de realización según las aptitudes y los intereses de los
familiares.
Objetivos:
• Conseguir un ambiente relajado en casa
• Evitar situaciones de ruidos y gritos
• Bajar el volumen de la tele, radio, etc. para posibilitar una conversación relajada y sin
esfuerzos
• Hablar siempre al niño/a despacio, claro y con intensidad normal
• No hablarle desde lejos, no gritarle, no llamarle desde otra habitación
• Conseguir que el niño/a no grite. Si lo hace, indicarle que se calle y vuelva a hablar con
voz normal
• Ayudarle a relajarse cuando esté forzando la voz
• En los casos de voz débil, obligarle aumente el volumen
• Seguir las recomendaciones de los médicos y del logopeda
• Cuidar los excesos vocales durante las enfermedades que afectan a la voz (laringitis,
resfriados, etc.)
• Evitar los ejercicios físicos y juegos que producen acaloramiento y, sobre todo las
bebidas frías después de realizarlos
• Ayudar al niño a que use una intensidad y tono adecuados siguiendo las
recomendaciones del logopeda
• Aplicar las técnicas de relajación, respiración etc. para poder ayudar al niño/a

3. Intervención escolar
Muchas de las recomendaciones dadas a la familia son aplicables a la escuela. Debemos
intentar que en la escuela se desechen los hábitos de gritar que traen los niños de sus
ambientes familiares.

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Por otro lado, la situación escolar (aulas recreos, deportes, juegos, etc.) genera ambientes
ruidosos donde es preciso elevar la intensidad de la voz para hacerse oír.
El profesor como profesional de la voz tiene que conseguir que no se grite en clase para
hacerse oír, y debe comenzar por no hacerlo él o ella por lo que recomendamos:
• Hablar con una técnica que posibilite hacerlo sin forzar la voz, despacio y claro con una
intensidad adecuada para ser oídos por todos los niños y a la altura tonal que
corresponda (tener la voz bien impostada).
• No cortar los ambientes ruidosos con un grito. Los silencios la voz susurrada el mover
la boca sin emitir fonación los recursos distractivos (encender las luces, mirar hacia la
ventana. etc.) suelen funcionar en clase, sobre todo con los más pequeños.
• Insistir que el trabajo no exige un silencio absoluto pero sí que no se hable demasiado
fuerte.
• Acostumbrar a los niños/as a usar distintas intensidades de fonación según las
distintas necesidades: diálogo, exposiciones orales, etc.
• Habituar a los niños a que las características prosódicas del lenguaje como la
entonación o el ritmo no han de ir necesariamente unidas a la elevación de la
intensidad.
• Colocar al niño/a con alteraciones de la voz cerca del profesor/a para no tener que
hablarle ni que lo tenga que hacer él/ella.
Es muy importante realizar actividades de prevención con toda la clase.

BIBLIOGRAFÍA
Dinville, C. (1983). Los trastornos de la voz y su reeducación. Barcelona. Ed. Masson.
Gallardo Ruiz, J. R. (2006). Manual de logopedia escolar, un enfoque práctico. Ed Aljibe.

Gema Alhambra 13

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