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Paciente de 54 años con DHC (daño hepático crónico) no Alcohólico.

Ingresa al hospital por


Ascitis, fiebre y varices esofágicas, sin sangrado activo y una anemia crónica.
Antecedentes médicos

Enfermedades Autoinmunes no especificadas.

Examen físico
Sin información disponible.

Hipótesis Diagnóstica: DHC, Posible sangramiento crónica; Anemia Crónica. Cuadro


Infeccioso. Posibilidad de Enf. Autoinmune activa?

En base a la información entregada, desarrolle los siguientes aspectos:

1. Qué le está ocurriendo a esta Paciente. Describa y Defina la fisiopatología de este


caso.
A esta paciente le está ocurriendo una serie de manifestaciones clínicas que sugieren una
condición de daño hepático crónico (DHC) no alcohólico. El DHC no alcohólico es un
término utilizado para describir el daño crónico en el hígado que no está relacionado con el
consumo excesivo de alcohol. En este caso, la paciente presenta ascitis, que es la
acumulación de líquido en la cavidad abdominal debido a la disfunción hepática. La ascitis
ocurre como resultado de la hipertensión portal, que es la elevación de la presión en la vena
porta debido a la obstrucción del flujo sanguíneo a través del hígado dañado. Esta
obstrucción puede ser causada por la formación de cicatrices y fibrosis en el hígado.
Además de la ascitis, la paciente tiene varices esofágicas, que son venas dilatadas en el
esófago. Las varices esofágicas se desarrollan como una respuesta compensatoria a la
hipertensión portal. Cuando el flujo sanguíneo normal a través del hígado se ve
obstaculizado, la sangre busca rutas alternativas a través de venas más pequeñas, lo que
lleva a la dilatación de las venas del esófago. Estas varices pueden ser propensas a sangrar
y pueden ser una fuente de sangrado crónico.
La anemia crónica puede estar relacionada con el sangrado crónico debido a las varices
esofágicas. La pérdida sostenida de sangre a lo largo del tiempo puede disminuir los niveles
de glóbulos rojos en la circulación, lo que resulta en una anemia crónica.
Además, existe la posibilidad de un cuadro infeccioso debido a la fiebre presente en la
paciente. La disfunción hepática crónica puede aumentar el riesgo de infecciones, ya que el
hígado tiene un papel importante en la respuesta inmunológica del organismo.
La posibilidad de enfermedad autoinmune activa se plantea debido a los antecedentes de
enfermedades autoinmunes no especificadas. Algunas enfermedades autoinmunes
hepáticas, como la colangitis esclerosante primaria o la hepatitis autoinmune, pueden
causar daño hepático crónico.

2. Analice los procedimientos diagnósticos involucrados en el diagnóstico de la


patología: ¿Qué exámenes podrían solicitarle?; Revisar procedimiento de toma de examen,
condiciones y/o requerimientos del paciente para la realización del examen. Describa los
tipos de Exámenes que se realizaron en cuanto a: Objetivos del examen, Procedimiento
técnico del examen, así como la Toma de muestras según corresponda; Rol del
Laboratorista Clínico en cada procedimiento).
Los procedimientos diagnósticos que podrían solicitarse para esta paciente incluyen:
Paracentesis: Este procedimiento implica la inserción de una aguja en la cavidad abdominal
para extraer líquido ascítico y analizarlo. El objetivo de la paracentesis es determinar la
causa de la ascitis y evaluar posibles infecciones. El laboratorista clínico desempeña un
papel fundamental en este procedimiento, ya que se encarga de recibir y procesar la
muestra de líquido ascítico. El procedimiento técnico implica la preparación estéril del área
de punción, la obtención del líquido ascítico con una jeringa y aguja, y el envío de la
muestra al laboratorio para su análisis.
Endoscopia digestiva alta: Este procedimiento se realiza para evaluar las varices esofágicas
y buscar signos de sangrado activo. Durante la endoscopia, se introduce un endoscopio
flexible a través de la boca hasta el esófago para visualizar las varices y realizar una
evaluación detallada. El laboratorista clínico no está directamente involucrado en este
procedimiento, pero puede recibir muestras biópsicas o realizar pruebas adicionales si se
detectan lesiones o cambios sospechosos.
Análisis de sangre: Se pueden solicitar varios análisis de sangre, incluyendo pruebas de
función hepática, pruebas de coagulación, hemograma completo y pruebas de inflamación.
Estos exámenes tienen como objetivo evaluar la función hepática, identificar posibles
causas subyacentes del daño hepático, detectar signos de infección y evaluar el estado de
la anemia crónica.

Para esta paciente con DHC, posible sangrado crónico, anemia crónica y sospecha de
enfermedad autoinmune activa, los siguientes exámenes de sangre podrían ser solicitados:
Pruebas de función hepática: Estas pruebas incluyen la medición de enzimas hepáticas
como la alanina aminotransferasa (ALT) y la aspartato aminotransferasa (AST), así como la
bilirrubina y la albúmina. Estos análisis ayudan a evaluar la función hepática y determinar la
gravedad del daño hepático.
Pruebas de coagulación: La evaluación de la coagulación es importante debido a la
presencia de varices esofágicas y el riesgo de sangrado. Las pruebas de coagulación, como
el tiempo de protrombina (TP) y el tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPa),
ayudan a determinar el estado de la coagulación y la capacidad del hígado para sintetizar
factores de coagulación.
Hemograma completo (HC): El HC proporciona información sobre los glóbulos rojos,
glóbulos blancos y plaquetas. Puede revelar la presencia de anemia y la severidad de la
misma, además de detectar signos de infección o inflamación.
Pruebas de inflamación: Estas pruebas incluyen la velocidad de sedimentación globular
(VSG) y la proteína C reactiva (PCR), las cuales pueden estar elevadas en presencia de
una respuesta inflamatoria sistémica.
Además de estos exámenes, se pueden solicitar otros estudios específicos dependiendo de
los hallazgos clínicos y la sospecha de enfermedad autoinmune, como pruebas de
autoanticuerpos (por ejemplo, anticuerpos antinucleares) y marcadores específicos de
enfermedades autoinmunes.
El laboratorista clínico desempeña un papel fundamental en la realización de estos análisis
de sangre. Su rol incluye la extracción de las muestras de sangre, la preparación adecuada
de las muestras para el análisis, la ejecución de las pruebas utilizando métodos validados y
la generación de informes precisos de los resultados obtenidos. También debe seguir los
estándares de control de calidad para garantizar la fiabilidad y precisión de los resultados.
La comunicación efectiva con el equipo médico y la interpretación de los resultados en el
contexto clínico son igualmente importantes para contribuir al diagnóstico y manejo
adecuado del paciente.

3. En los procedimientos diagnósticos realizados durante la atención del paciente qué


criterios de calidad podrían identificarse.
los procedimientos diagnósticos realizados durante la atención del paciente, algunos
criterios de calidad que podrían identificarse son:
Identificación precisa del paciente y etiquetado correcto de las muestras para evitar errores
en la identificación y garantizar la trazabilidad de los resultados.
Toma adecuada de muestras, siguiendo las técnicas asépticas y asegurando la integridad
de las muestras.
Procesamiento y análisis de las muestras utilizando métodos validados y calibrados
correctamente para garantizar la precisión y exactitud de los resultados.
Participación en programas de control de calidad interno y externo para monitorear y
garantizar la confiabilidad de los resultados.
Generación de informes claros y completos, proporcionando los valores de referencia
apropiados y cualquier otra información relevante para una interpretación adecuada de los
resultados.
Comunicación efectiva con el equipo médico, proporcionando información adicional o
aclaraciones cuando sea necesario y colaborando en la interpretación y comprensión de los
resultados.

4. ¿Cuál es el rol del Laboratorio de Laboratorio Clínico, Banco de Sangre e


Imagenología en este caso?
El rol del Laboratorio Clínico, Banco de Sangre e Imagenología en este caso es el siguiente:
Laboratorio Clínico: El laboratorio clínico desempeña un papel fundamental en el
diagnóstico y seguimiento de la paciente. Realizará análisis de sangre para evaluar la
función hepática, detectar posibles infecciones, medir los niveles de hemoglobina y evaluar
los parámetros de la anemia crónica. También puede realizar pruebas específicas para
detectar enfermedades autoinmunes. El laboratorio clínico debe asegurar la calidad de los
resultados, siguiendo los protocolos de control de calidad, y proporcionar informes claros y
precisos para ayudar en el diagnóstico y tratamiento.
Banco de Sangre: El Banco de Sangre puede ser necesario en el caso de que la paciente
requiera transfusiones de sangre debido a la anemia crónica. Será responsable de la
selección, recolección, procesamiento y almacenamiento de las unidades de sangre,
asegurando la compatibilidad y seguridad transfusional. Garantizará la disponibilidad de
sangre segura y compatible en caso de que sea necesaria una transfusión.
Imagenología: La imagenología, especialmente la ecografía abdominal, desempeña un
papel importante en la evaluación de la ascitis y las varices esofágicas. Permite visualizar el
grado de ascitis y evaluar otras alteraciones relacionadas con el daño hepático. Además,
puede ayudar en la detección de lesiones hepáticas y guiar otros procedimientos, como la
paracentesis. Los informes de imagenología ayudarán al equipo médico en la toma de
decisiones y en la planificación del tratamiento.
5. ¿Cuál es posible tratamiento y cómo debería ser la evolución de la paciente?
El tratamiento de la paciente dependerá de la causa subyacente del daño hepático crónico y
la ascitis, así como de la presencia de infección. Algunas posibles medidas de tratamiento
incluyen:
Restricción de sodio en la dieta y diuréticos para controlar la ascitis y reducir la acumulación
de líquido en el abdomen.
Antibióticos para tratar infecciones concomitantes.
Medicamentos para reducir la presión en las varices esofágicas y prevenir el sangrado.
Tratamiento de la enfermedad autoinmune subyacente, si está presente.
Manejo de complicaciones relacionadas con el daño hepático crónico, como la anemia, la
encefalopatía hepática y la insuficiencia hepática.
La evolución de la paciente dependerá de múltiples factores, incluyendo la gravedad del
daño hepático, la respuesta al tratamiento, la adherencia a las medidas terapéuticas y la
presencia de complicaciones. Un seguimiento médico continuo y una atención integral son
necesarios para monitorear y adaptar el tratamiento en función de la evolución de la
paciente.

6. Indique Normas de bioseguridad en la atención del paciente durante los Exámenes


realizados.
Normas de bioseguridad en la atención del paciente durante los exámenes realizados
pueden incluir:
Uso de equipo de protección personal adecuado, como guantes, batas, mascarillas y gafas
protectoras, para proteger al personal de salud de posibles exposiciones a fluidos
corporales.
Lavado de manos adecuado antes y después de cada procedimiento, utilizando jabón y
agua o soluciones desinfectantes a base de alcohol.
Utilización de barreras protectoras, como campos estériles, para evitar la contaminación de
áreas estériles durante los procedimientos.
Manejo adecuado de materiales y residuos biológicos, siguiendo los protocolos de
eliminación segura y desinfección de equipos.
Limpieza y desinfección regular de las áreas de trabajo y equipos utilizados, siguiendo las
pautas establecidas.

7. Indicar tipo de Contención del paciente frente a dudas presentadas antes, durante y
posterior a los procedimiento diagnóstico involucrados.
En cuanto a la contención del paciente frente a dudas presentadas antes, durante y
posterior a los procedimientos diagnósticos involucrados, es fundamental brindar una
comunicación clara y comprensible. Algunas estrategias pueden incluir:
Antes del procedimiento: Explicar al paciente los objetivos y la relevancia del procedimiento,
así como los posibles riesgos y beneficios. Responder a todas las preguntas y dudas del
paciente de manera honesta y compasiva, brindando la información necesaria para que el
paciente pueda tomar decisiones informadas.
Durante el procedimiento: Mantener una comunicación constante con el paciente,
asegurándose de que comprenda lo que está sucediendo. Brindar apoyo emocional y físico,
como alivio del dolor o incomodidad, cuando sea necesario. Responder a las preguntas o
preocupaciones que surjan durante el procedimiento y mantener una actitud empática y
comprensiva.
Después del procedimiento: Proporcionar información clara sobre los resultados del
procedimiento y las implicaciones para el diagnóstico y el tratamiento. Asegurarse de que el
paciente comprenda las recomendaciones y planes de seguimiento. Estar disponible para
responder a cualquier pregunta adicional o proporcionar aclaraciones necesarias.

8. Describe principios éticos en la evaluación y toma de decisiones en su quehacer


técnico profesional durante el análisis del caso.
En la evaluación y toma de decisiones en el análisis del caso, es importante seguir
principios éticos clave, como:
Autonomía: Respetar la capacidad del paciente para tomar decisiones informadas sobre su
atención médica y asegurarse de que se le proporcione toda la información necesaria para
hacerlo.
Beneficencia: Actuar en beneficio del paciente, priorizando su bienestar y garantizando la
mejor atención posible de acuerdo con los conocimientos y habilidades profesionales.
No maleficencia: Evitar causar daño innecesario al paciente y minimizar los riesgos
asociados con los procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
Justicia: Tratar a todos los pacientes de manera equitativa y justa, sin discriminación, y
garantizar un acceso igualitario a la atención médica y los recursos disponibles.

9. Considera factores de Comunicación efectiva en Salud durante el desarrollo y


análisis de este caso.
Al considerar factores de comunicación efectiva en salud durante el desarrollo y análisis de
este caso, es importante tener en cuenta lo siguiente:
Empatía: Mostrar empatía hacia el paciente, reconociendo sus preocupaciones y
emociones. Escuchar activamente y demostrar comprensión y apoyo en todas las
interacciones.
Adaptación al nivel de comprensión del paciente: Asegurarse de que la información
proporcionada se ajuste al nivel de comprensión del paciente. Utilizar un lenguaje claro y
evitar tecnicismos médicos. Proporcionar explicaciones claras y responder a las preguntas
del paciente de manera comprensible.
Información completa y precisa: Brindar al paciente información completa y precisa sobre su
condición, diagnóstico, opciones de tratamiento y pronóstico. Proporcionar información
relevante sobre los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, sus beneficios y posibles
riesgos.
Consentimiento informado: Asegurarse de que el paciente esté plenamente informado sobre
los procedimientos diagnósticos y terapéuticos propuestos y obtener su consentimiento
informado antes de realizarlos.
Comunicación multidisciplinaria: Facilitar una comunicación efectiva entre los diferentes
profesionales de salud involucrados en el cuidado del paciente. Compartir información
relevante y coordinar las acciones de manera colaborativa para garantizar una atención
integral y coherente.
Paciencia y disponibilidad: Estar dispuesto a dedicar tiempo suficiente para responder las
preguntas del paciente, brindar aclaraciones adicionales y abordar sus preocupaciones.
Demostrar disponibilidad y apoyo continuo a lo largo del proceso de diagnóstico y
tratamiento.
10. Reflexiones y Sugerencias con Respecto al caso planteado.

Reflexiones y sugerencias con respecto al caso planteado:


El paciente presenta múltiples complicaciones relacionadas con el daño hepático crónico,
como ascitis, fiebre y varices esofágicas. Estas complicaciones pueden indicar un estadio
avanzado de la enfermedad y requieren una evaluación y manejo integral.
Es importante determinar la causa subyacente del daño hepático crónico en este paciente
no alcohólico. Además, la posibilidad de una enfermedad autoinmune activa debe ser
considerada debido a los antecedentes de enfermedades autoinmunes no especificadas.
Se debe realizar una evaluación completa del estado del hígado, incluyendo pruebas de
función hepática, pruebas serológicas específicas para enfermedades autoinmunes y
posiblemente una biopsia hepática. Estos estudios ayudarán a establecer un diagnóstico
preciso y un plan de tratamiento adecuado.
El manejo de la ascitis incluye medidas como restricción de sodio en la dieta, diuréticos y,
en casos graves, paracentesis terapéutica. Se debe evaluar la presencia de infección
intraabdominal y, de ser necesario, administrar tratamiento antibiótico adecuado.
El control de las varices esofágicas es esencial para prevenir el sangrado. Esto puede
lograrse mediante el uso de medicamentos betabloqueantes para disminuir la presión portal
o mediante la realización de procedimientos endoscópicos, como la ligadura o la esclerosis
de las varices.
La anemia crónica requiere una evaluación exhaustiva para identificar su causa subyacente.
Puede ser necesario corregir deficiencias nutricionales, administrar hierro o vitamina B12, o
tratar otras enfermedades asociadas, como la enfermedad renal crónica.
Se debe adoptar un enfoque multidisciplinario en el manejo de este paciente, involucrando a
especialistas en gastroenterología, hepatología, hematología y posiblemente reumatología,
según corresponda. La coordinación y colaboración entre estos especialistas es
fundamental para brindar una atención integral y optimizar los resultados.
Es importante proporcionar apoyo emocional y educación al paciente y a su familia sobre la
enfermedad, sus complicaciones y el manejo de las mismas. Se les debe alentar a participar
activamente en su cuidado y a seguir las recomendaciones médicas.
Se recomienda establecer un plan de seguimiento a largo plazo para monitorear la
progresión de la enfermedad hepática, prevenir complicaciones adicionales y ajustar el
tratamiento según sea necesario.
En términos de prevención, es fundamental abordar los factores de riesgo modificables,
como el consumo de alcohol y el control de enfermedades autoinmunes subyacentes, para
prevenir el empeoramiento del daño hepático crónico y reducir el riesgo de complicaciones
futuras.

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