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Entendiendo la

salud emocional de
su hijo o hija
adolescente

¿Qué debo saber acerca de la salud emocional de


mi hijo o hija adolescente?
Los años de la adolescencia de su hijo o hija pueden ser un período
difícil. Los adolescentes pueden sentirse abrumados por los cambios
emocionales y físicos por los cuales están atravesando. Al mismo
tiempo, los adolescentes pueden estar enfrentando muchas presiones:
por parte de los amigos por ser aceptados, de los padres y otros
adultos porque les vaya bien en la escuela, o de actividades como
deportes o trabajos de medio tiempo.

Los años de la adolescencia son un período de transición de la niñez a


la edad adulta. Los adolescentes por lo general tienen un conflicto por
ser dependientes de sus padres a pesar de que ellos sienten un gran
deseo de ser independientes. Pueden experimentar con nuevos
valores, ideas, estilos de peinados y de formas de vestir a medida que
tratan de definir quienes son. A pesar de que esto puede resultar
incómodo para los padres es parte normal de ser un adolescente.

¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo o


hija adolescente?
Comunicarle su amor a su hijo es la cosa más importante que usted
puede hacer. Los niños deciden cómo se sienten acerca de si mismos
en gran parte de acuerdo a como sus padres reaccionan ante ellos. Por
este motivo, es importante para los padres ayudar a los niños a que
ellos se sientan bien acerca de si mismos. También es importante
comunicarle sus valores y fijar expectativas y límites; por ejemplo
insistir en la honestidad, el autocontrol y el respeto por los demás y al
mismo tiempo permitirles a los adolescentes tener su propio espacio.

Los padres de los adolescentes con frecuencia solamente notamos los


problemas y hasta pueden caer en el hábito de darles más que nada
reacciones y críticas negativas. A pesar de que los adolescentes
necesitan una reacción con información, ellos responden mejor cuando
la reacción es positiva. Elogiar los comportamientos apropiados le
puede ayudar a su adolescente a sentir la satisfacción de un logro y
reforzarle sus valores familiares.
Escrito por personal editorial de familydoctor.org.

8 formas de ayudar a un
adolescente ansioso e
inseguro
Como tu hijo adolescente no hay dos: como la mayoría de los padres lo

consideras capaz, inteligente, lleno de potencial y con toda una

hermosa vida por delante. Por eso te sorprende y te preocupa que se

retraiga, que no tenga amigos, se agobie con las responsabilidades del

colegio o se sienta inútil, feo o que nadie – ¡ni siquiera tú! – lo quiera.

¿Qué puedes hacer tú en el proceso? Aquí te brindo unos cuantos


consejos.

***Ya Luisa no sabe qué hacer. Su hija de 14 años le preocupa

enormemente. Casi no se comunica con ella, se encierra en su mundo

por horas y no tiene amigas. Todos los comentarios sobre si misma

son negativos: se considera torpe, fea e incapaz de hacer nuevas

amistades. Y en cuanto a la escuela, peor: “¿Para qué estudiar si de

todas formas no voy a pasar el examen?” ¿Qué puede hacer Luisa para

ayudar a su hija? ¿Cómo hacerle ver que nadie la odia ni la rechaza y

que todo eso está en su mente? Los padres de los adolescentes, sobre
todo los que se muestran ansiosos e inseguros, se hacen ésa y otras

preguntas similares muchas veces. Para aliviar la situación, aquí


encontrarás unos cuantos consejos útiles.

Entrenando a tu hijo a manejar sus sentimientos de ansiedad y de


inseguridad

¿Qué hace un entrenador deportivo? Le brinda al atleta o al jugador su

experiencia en el campo de juego, le ayuda a ejercitarse físicamente, le

enseña a jugar dentro de un equipo y a dar lo mejor de sí mismo, pero

a la hora del partido, tiene que dejarlo ir solo al terreno de juego a

enfrentarse a su oponente. Tu función como padre es parecida: debes

enseñarle a volar, pero tu hijo debe emprender el vuelo por sí mismo. Si

se muestra ansioso, tu deber es ayudarlo a lidiar con su ansiedad, pero

tienes que dejarlo experimentar y a aprender de esos momentos de

frustración por sí solo. Se dice fácil, pero la realidad puede resultar

abrumadora. La tarea se te facilitará si tienes en cuenta lo siguiente:

1. Controla tus propios sentimientos:

si tu hijo se muestra ansioso o inseguro, lo primero que tienes que hacer

es controlar tus propios sentimientos de ansiedad relacionados con tu

hijo. ¿Te preocupa que no pueda pasar un examen? ¿Que sufra por los

comentarios de sus compañeros de la escuela? Aunque te resulte difícil,

tienes que alejarte emocionalmente de la situación para poder prestarle


apoyo. Para aliviar tu propia ansiedad, comparte tus sentimientos con

tu pareja, con una amiga o con un familiar de confianza. Cuando

verbalizamos una situación, podemos analizar más objetivamente. Si tu

hijo se queja de una situación real o imaginaria, trata de mostrarte lo

más tranquilo(a) posible y ayúdalo a enfocar de forma positiva.

2. Demuéstrale mucho amor y comprensión:

es la mejor medicina para cualquier problema, especialmente para los

adolescentes. Incluso cuando tu hijo pueda decirte frases muy hirientes,

está lidiando con sus propias ambivalencias y temores. Repítele hasta

el cansancio que lo quieres y que cuenta con todo tu apoyo de forma

incondicional. Demuéstralo con acciones: dedícale tiempo e invitalo a

contarte lo que le preocupa. Si recuerdas algún momento de tu propia

vida en la que pasaste por una experiencia similar (una discusión con

las amigas, la ruptura con un enamorado, dificultades en la escuela),


cuéntasela y dile también como la solucionaste.

3. Ofrécele apoyo pero déjale su propio espacio:

lo más fácil del mundo es pasar esa raya tan sutil en la que los padres

invaden la privacidad del hijo. Tienes que aprender a “leer” los mensajes

de tu hijo para saber cuándo quiere hablar o cuando prefiere estar solo.

No lo interpretes como un rechazo, sino como parte de su propio


proceso de independencia.
4. Enfatiza (resalta) sus puntos positivos y lo que hace bien:

a veces, tratando de ayudar, somos demasiado críticos y exigentes y

nos olvidamos de resaltar lo positivo de la otra persona, especialmente

los hijos. Con frecuencia, los padres de los adolescentes solamente

notan los problemas y hasta caen en el hábito de darles solamente

reacciones y críticas negativas. Tu hijo responderá mucho mejor si tu

reacción a sus acciones es positiva. Tampoco exageres: si saca buenas

notas, felicítalo y hasta piensa en premiar de alguna manera. Pero no le

digas que es un genio, cuando sabes bien que no es cierto.

5. Apóyalo, pero dále campo libre:

si tu hijo tiene que tomar una decisión, dale un consejo pero no decidas

por él. Las consecuencias de nuestras acciones son las mejores

maestras en la vida y ésa es una lección importante que tu hijo debe


aprender por sí solo.

6. Ayúdalo a neutralizar sus sentimientos de ansiedad:

si tu hijo te plantea una situación que le produce ansiedad o inseguridad

(hablar ante su clase, lidiar con el rechazo de una amiga(o), por

ejemplo), escucha con atención y no le restes importancia a sus

sentimientos, aunque te parezcan exagerados. Cálmalo diciéndole que

es normal sentirse ansioso ante una situación semejante o lo que haces

tú para lidiar con tus nervios en una situación difícil: salir a caminar para
despejar la mente, respirar profundamente, escuchar música que te

haga sentir bien). Si el niño está pasando por una situación realmente

difícil, como la separación de los padres u otro problema familiar,

considera buscar ayuda profesional (el pediatra, el consejero de la


escuela, o un terapista).

7. No lo ridiculices:

aunque pienses que tu hijo exagera, para él el problema en realidad es

enorme. Especialmente cuando se trata de sus sentimientos, debes

demostrar respeto y consideración. Aunque se trate de algo simple

como la queja cada mañana de que no tiene nada que ponerse o nada

le queda bien, o el pelo está horrible, para un adolescente, una imagen

mala de sí mismo es un gran problema. En lugar de decirle que no tiene

razón y de que está equivocado(a), quizá puedes neutralizar la situación

coincidiendo con él en que muchas personas se sienten así. Si te es

posible, quizá puedan salir a comprar un par de piezas que le gusten y

así puede planear qué se puede poner la noche anterior y evitar la


angustia la mañana siguiente.

8. No niegues sus sentimientos:

es otra de las situaciones difíciles para los padres. Si el adolescente te

dice que se siente feo(a) y que nada le queda bien, la primera reacción

es decirle que no, que está equivocada(o) totalmente. Recuerda que los

adolescentes a veces tienen una percepción distorsionada de sí mismos


y también se encuentran bajo la presión de la publicidad y de la imagen

que los medios o sus compañeros, les imponen. Sigue brindándole

comentarios positivos siempre que sea posible.

Recuerda que la ansiedad y la inseguridad pueden también tener

síntomas físicos. Estos pueden traducirse en dolores de cabeza, de

estómago o falta de energía. Consulta con el pediatra o médico de

cabecera , para descartar cualquier otra causa o condición física que


los pueda provocar.

Hay otras manifestaciones que debes tener en cuenta y que pueden


indicar que el adolescente necesita ayuda profesional:

Exceso de ansiedad
Subida o pérdida de peso repentina
Sentimientos de profunda tristeza
Sus calificaciones bajan repentinamente
Falta de motivación
Baja auto estima
Dificultad para dormir

Si notas varios de estos síntomas, pide ayuda de inmediato. La

inseguridad excesiva, unida a sentimientos de baja autoestima

puede conducir a comportamientos autodestructivos como el

uso de drogas, de alcohol o trastornos como la bulimia y la


anorexia.

De nuevo, te animo a armarte de paciencia y a recordar que la

transición de niño a joven adulto no es fácil. Demuéstrale todo el amor


que sientes a tu hijo(a) para que sepa que, aunque deba caminar por
sus propios medios, tú irás a su lado.
Doctora ALIZA.

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