Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EVALUACIÓN DE CONTEXTOS
La evaluación es, en la actualidad, uno de los temas que han adquirido un mayor
protagonismo en el ámbito socioeducativo, ya que tanto educadores, padres, alumnos, y toda
la sociedad en su conjunto, son más conscientes que nunca de la importancia y de las
repercusiones que se derivan del hecho de evaluar o de ser evaluado.
El término evaluación ha sufrido una profunda transformación histórica desde que se
implantara y divulgara en el campo de la educación hace apenas un siglo.
2) La época tyleriana.
En los primeros años de la década de 1930, Ralph Tyler acuñó el término evaluación
educacional y publicó una amplia y renovadora visión del currículo y la evaluación.
La principal característica de su método era que se centraba en unos objetivos claramente
fijados. De hecho, definía la evaluación como algo que determina si han sido alcanzados ciertos
objetivos.
Durante la década de los treinta, los Estados Unidos, como el resto del mundo, cayó en las
profundidades de la Gran Depresión. Las escuelas, como otras instituciones públicas, se
estancaron en una ausencia total de recursos y optimismo. Justo cuando Roosevelt intentaba
con su New Deal sacar de este abismo a la economía americana, John Dewey y algunos otros
intentaron contribuir a que la educación se convirtiera en un sistema dinámico e innovador,
que a la vez se fuera renovando a sí mismo. Con el nombre de Educación Progresista, este
movimiento reflejó la filosofía del pragmatismo y empleó los instrumentos de la psicología
conductista.
Tyler se vio metido de lleno en este movimiento cuando le encargaron dirigir parte de la
investigación del hoy famoso Eight-Year Study. Este estudio fue pensado para examinar la
efectividad de ciertos currículos renovadores y estrategias didácticas que se estaban
empleando en treinta escuelas a lo largo de toda América. El estudio resulta notable porque
ayudó a Tyler a difundir, ensayar y demostrar su concepción de la evaluación educacional de
una manera inmediata.
A través de este programa de ámbito nacional, Tyler pudo publicar lo que él veía como un
método que tenía claras ventajas sobre los demás. Todos estos argumentos fueron bien
recibidos por el sector de la educación americana, y a mediados de los años 40 Ralph Tyler ya
había conseguido la categoría suficiente como para ejercer una gran influencia sobre el
panorama educacional en los próximos veinticinco años
Trata de encauzar la evaluación con el curriculum. El curriculum escolar tiene que estar
organizado en función de unos objetivos.
Tyler nos va a decir hasta que punto se han alcanzado los resultados.
Evaluación concebida como un proceso: antes era producto, por ejemplo, el cociente
intelectual de una persona. Se evaluaba en un momento final.
Tyler (incomprendido en su época) tuvo que pasar tiempo para ser reconocido.
3) La época de la <<inocencia>>.
Para la sociedad americana, los últimos años 40 y la década de los 50 fue un tiempo para
olvidar la guerra y dejar atrás la Depresión. Se le llama << período de inocencia>> porque
correspondió a un período que se le podría denominar de irresponsabilidad social. Esto es
debido a que se incrementaron desmesuradamente los servicios educativos, incluyendo
servicios para la salud mental y física, consejos escolares, comedores, enseñanzas musicales,
amplios programas deportivos, se trató de una expansión de las ofertas educacionales, del
personal y de las facilidades. Mientras se producía esta gran expansión de la educación, la
sociedad no tenía un gran interés en formar profesores competentes, en localizar y solucionar
las necesidades de los menos privilegiados o en identificar y solucionar problemas de sistema
educativo, por lo tanto, no se mejoró el interés por la evaluación educacional, por lo que esta
falta de objetivos provocó también el retraso de los aspectos técnicos de la evaluación. Hubo
un considerable desarrollo de los instrumentos y estrategias aplicables a los distintos métodos
evaluativos, como los tests. Pero estas contribuciones no se derivan de un análisis de la
información necesaria para valorar y perfeccionar la educación, ni representaba un desarrollo
de la experiencia escolar. No había apoyos para la realización de evaluaciones en todos los
niveles de la educación.
Todo lo que ocurre en ese contexto social (después de Segunda Guerra Mundial) hace que los
avances de Tyler no tengan continuidad.
La época de la inocencia en la evaluación tuvo un brusco final con el auge, a finales de los
años 50 y principios de los 60, de las evoluciones de proyectos de currículos a gran escala. Los
educadores se encontraron, durante este período, con que ya no podían hacer o no hacer las
evaluaciones a su antojo, y que los futuros progresos de las metodologías evaluativas deberían
estar relacionados con conceptos como utilidad y relevancia. Su violento despertar, en este
período, marco el final de una era de complacencia y ayudó a emprender profundos cambios,
lo cual condujo a que la evaluación se convirtiera en una profesión.
En esta época se retoman las ideas de Tyler y se desarrollan y se desplazan el contenido de
la evaluación del alumno a los programas (ofertas educativas). Es en esta época donde se
sientan las bases al concepto de evaluación que hoy conocemos, una evaluación institucional.
Es a partir de aquí donde nos aproximamos al concepto y filosofía de la evaluación de
contextos.
En 1972 se produce un acontecimiento importante que es el de la Conferencia de
Cambridge, donde los autores que se dedican hacer evaluación se reúnen por primera vez para
exponer lo que se está realizando en evaluación educativa.
Aparecen dos conceptos que van a asentar los fundamentos que hoy entendemos por
evaluación institucional: toma de decisiones y funciones de la evaluación.
CONFERENCIA DE CAMBRIDGE:
Primera reunión de los expertos para ver que se está realizando en evaluación educativa.
Primer momento: La evaluación como medida. Situado entre el final del siglo XIX y principios
del siglo XX, se trata de una concepción de la evaluación basada en la Psicología Conductista
(Skinner, Watson). Centrada sobre todo en el establecimiento de las diferencias individuales
entre personas, utilizaba como técnica predominante y casi excluyente la aplicación de tests,
tanto en el ámbito individual como a nivel colectivo (baterías).
Cuarto momento: Nuevos enfoques o tendencias de evaluación . Esas tendencias que irrumpen
en la década de los 70 están definidas fundamentalmente por los siguientes rasgos: evaluación
orientada a dos niveles, hacia los alumnos y hacia la toma de decisiones sobre el programa o
método, y evaluación entendida como valoración del cambio ocurrido en el alumno como
consecuencia de una actividad educativa sistemática, sobre todo a través de una buena
formulación previa de los objetivos educativos. Es el auge de las taxonomías. Por otra parte, el
énfasis de los objetivos operativos como indicadores de éxito de un programa reclama la
necesidad de contrarrestarlo mediante la evaluación criterial. Ésta suministra una información
real y descriptiva de la situación del alumno respecto a los objetivos de enseñanza previstos,
en vez de valorarlos por comparación con un estándar o criterio de realizaciones deseables en
un alumno determinado (evaluación normativa).
Concretamente, en nuestro país, la ampliación del ámbito de evaluación desde los resultados y
procesos del aprendizaje de los alumnos hasta el propio currículo (en sus distintos niveles de
concreción), la práctica docente, los centros, el sistema educativo en su conjunto, etc., ha
dibujado en los últimos años un nuevo escenario para las prácticas evaluativas, que se han
desarrollado a todos los niveles de manera muy importante.
Hoy en día se habla de una “cultura de la evaluación” que no se limita a la escuela, sino que se
extiende al resto de actividades sociales. Quizá uno de los factores más importantes es la
comprensión por parte de los profesionales de la educación de la importancia de la evaluación.
La evaluación, al prescribir realmente los objetivos de la educación, determina, en gran medida
lo que los alumnos aprenden y cómo lo aprenden, lo que los profesores enseñan y cómo lo
enseñan, los contenidos y los métodos; en otras palabras, el producto y el proceso de la
evaluación, que, querámoslo o no, de forma consciente e inconsciente, la actividad educativa
de los alumnos y profesores está en algún grado canalizada por la evaluación.
CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS
Enfoque conceptual:
Ha habido un gran cambio en el enfoque conceptual en el que se ha pasado de medir
las características individuales del alumno desde la psicometría, a la evaluación de programas
que persiguen unos objetivos (como ocurre en los centros y sistema educativo).
De esta manera se ha diversificado el objeto de la evaluación y se pasa del interés del
resultado al interés de todo el proceso, y de evaluar sólo lo previsto (objetivos diseñados) a
tener en cuento acontecimientos imprevistos.
Metodológico:
Ha habido una evolución desde la metodología cuantitativa a la cualitativa, y
actualmente podemos hablar de una “pluralidad metodológica”.
Ético/político:
Se pasa de una evaluación burocrática (la información era sólo conocida por la
inspección) a una evaluación democrática (en la que la información es facilitada a todos los
implicados en el proceso evaluador).
CARACTERÍSTICAS:
La evaluación debe tener una utilidad, no es un fin en sí misma, es decir, no se puede evaluar si
después no hay una toma de decisiones basada en esa evaluación.
b) Evaluación formativa: Es la evaluación que sirve como estrategia de mejora para ajustar
sobre la marcha los procesos de intervención socioeducativa, de cara a conseguir las metas u
objetivos previstos. Es la más adecuada para la evaluación de procesos y suele relacionarse con
la evaluación continua. La evaluación formativa permite obtener información de todos los
elementos que configuran el desarrollo del programa de intervención socioeducativa a lo largo
de la misma, y permite reorientar, modificar, reforzar, comprobar, etc. todos los elementos
que la integran. Se trata de una posibilidad de modificación en función de los logros obtenidos.
La evaluación del aprendizaje se realiza durante todo el proceso de enseñanza, en cada una de
sus etapas y se clasifica atendiendo principalmente al nivel de información de los objetivos que
pretende verificar, en: Diagnostica, formativa y sumativa.
• Evaluación diagnóstica, es la que se realiza antes de iniciar una etapa de aprendizaje (un
curso, una unidad, un tema), con el objetivo de verificar el nivel de preparación que poseen los
estudiantes para enfrentarse a las tareas que se espera sean capaces de realizar.
Generalmente al iniciar un curso se parte de una serie de suposiciones que provocan perdida
de tiempo, errores, confusiones y múltiples dificultades para el desarrollo del proceso de
enseñanza-aprendizaje. Una evaluación diagnóstica permite verificar esas suposiciones y
remediar las deficiencias antes de que conviertan en problemas insalvables.
Los resultados de la evaluación diagnóstica no deben ser solo del conocimiento del profesor,
sino que deben darse a conoce a los estudiantes, de modo que cada uno individualmente
conozca su punto de partida y la situación en que se encuentra el grupo.
Dada las características y finalidades que persigue la evaluación diagnóstica, es obvio que no
debe asignársele una calificación ni debe promediarse o afectar de ninguna manera la
calificación del estudiante en el curso.
• Se orienta el conocimiento de los procesos, más que de los productos. Por ejemplo, no
interesa tanto saber si el resultado de un problema es correcto, sino conocer la manera cómo
se llegó a ese resultado
• Busca información específica sobre las partes, las etapas, los conocimientos necesarios para
el logro de los objetivos que plantea un curso.
En este último punto frecuentemente existe resistencia por parte de los profesores. Esto se
debe sobre todo a la visión deformada de la evaluación. Si la evaluación formativa fuera
considerada para el promedio, de hecho, se anularían sus aportaciones positivas, pues tendría
las siguientes limitaciones:
• Evaluación sumativa, es la que se realiza al término de una etapa de aprendizaje (un curso,
una unidad, un conjunto de unidades, un tema), para verificar los resultados alcanzados.
Este es el tipo de evaluación que está directamente vinculado con la acreditación y cuyo
resultado normalmente se expresará en una calificación. Esta circunstancia hace aconsejable
que se utilicen los instrumentos lo más estructurado posible y que permitan obtener
información clara y acorde con los aprendizajes a evaluar, por lo anterior es necesario hacer un
análisis cuidadoso de los objetivos, de modo que la actividad de evaluación vaya dirigida
exactamente a los objetivos esenciales finales y constituya una verdadera evaluación del curso
o etapa que se trata.
La forma mas usual en este tipo de evaluación es el examen escrito que tiene importancia,
entre otros aspectos, porque muestra la preparación que realiza el estudiante con vista al
mismo que constituye la etapa final del trabajo independiente en el curso, unidad o tema
- Según su extensión:
a) Evaluación interna: es aquella que es llevada a cabo y promovida por los propios
integrantes de un centro, un programa educativo, etc.
A su vez, la evaluación interna ofrece diversas alternativas de realización:
Autoevaluación, heteroevaluación y coevaluación.
Se podría entonces definir la evaluación del contexto como un proceso sistemático de recogida
y análisis de información relevante de la situación de enseñanza-aprendizaje del alumno,
teniendo en cuenta las características propias del contexto escolar, social o familiar, a fin de
tomar decisiones para promover cambios que hagan posible mejorar la situación planteada.