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Signo y Pensamiento

ISSN: 0120-4823
revistascientificasjaveriana@gmail.com
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia

Sierra Gutiérrez, Luis Ignacio


El poder de la palabra: o la "mirada inversa" de Michel de Certeau sobre el mayo francés
Signo y Pensamiento, vol. XXVII, núm. 53, julio-diciembre, 2008, pp. 346-351
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86011529022

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The Power of Speech

This commentary is an attempt to reflect on Michel Este comentario pretende reflexionar sobre la ‘mirada
de Certeau’s “inverse outlook”, considering the idea of inversa’ de Michel de Certeau, a partir de la ‘toma de la
“possessing words” as pivotal in the symbolic actions palabra’ como eje central de las acciones simbólicas de
of May’ 68 and their echo in Colombia’s socio-political mayo del 68 y su resonancia en la realidad sociopolítica
reality. de la nación colombiana.

Keywords: Event, power, communication, nation, Palabras Clave: Acontecimiento, poder, comunicación,
strategy, victim. nación, estrategia, víctima.
Submission date: March 20th, 2008 Recibido: Marzo 20 de 2008
Acceptance date: May 13th, 2008 Aceptado: Mayo 13 de 2008

Origen del artículo


Este ensayo se origina en la conferencia: “Michel de Certeau: la inversión de la mirada frente a las prácticas
cotidianas”, proferida por el autor el 31 de marzo de 2008, en el marco del seminario-taller de cotidianidad, de
la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia.

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Luis Ignacio Sierra Gutiérrez*

El poder de la palabra: o la ‘mirada


inversa’ de Michel de Certeau sobre el
mayo francés
En mayo del 68 nos tomamos la palabra, así estudiantil parisino, pero incomprensible sin la
como en 1789 nos tomamos la Bastilla. necesaria referencia al movimiento y revuelta de
Michel de Certeau los trabajadores, con vasta resonancia transna-
cional (Martinache, 2008). Se vivió en la época
La cultura de hoy consiste en hablar. una verdadera “embriaguez de la palabra”, que
Michel de Certeau (1995, p. 36) dejó traslucir muchas expresiones de cultura y

L
comunicación, y que fue el momento cuando más
a vida de los pueblos y naciones del siglo hablaron los muros y paredes y permitieron aflorar
xx estuvo constituida en buena parte sentimientos reprimidos.
por acontecimientos que marcaron con Cuarenta años más tarde, y en el escenario
impronta indeleble su propio devenir his- de un nuevo siglo global —cada década que pasa
tórico. Las dos guerras mundiales, la revolución aporta sus propias interpretaciones—, abundan
china, la revolución de mayo de 1968, la primavera las opiniones, las críticas y los elogios del mítico
de Praga, y, sin ir muy lejos, nuestro histórico 9 de acontecimiento; no obstante, y más allá de la
abril de 1948, el holocausto del Palacio de Justicia simple conmemoración, flota en el ambiente y
(1985), los múltiples asesinatos y masacres impunes en la sociedad, a manera de eco de la efemérides
que configuran nuestra cotidianidad nacional, sólo francesa, una persistente voluntad de ser, a través
para citar algunos acontecimientos, y muchos otros de la palabra, artífices de nuestros destinos y
relativamente cercanos en el tiempo, que de una u derechos inalienables, como expresión de una
otra forma han contribuido a darle identidad en exigencia democrática elemental: el derecho a la
distinta escala al siglo que acaba de pasar. libre expresión (Martinache, 2008).
De modo particular, el mayo francés de 1968 Destacamos aquí, a modo de comentario
se inscribe en la historia como un movimiento de personal muy sucinto, el papel que desempeñó un
afirmación cultural con cariz político y romántico, pensador “orgánico” excepcional, de reflexiones
a la vez; de marcado liderazgo universitario de fecundas, historiador e historiógrafo, místico,
reivindicación de utopías, de efervescencia juve- psicoanalista, antropólogo político, sociólogo de
nil de imaginación, libertad y autonomía, desde la vida cotidiana y filósofo polifacético, como lo
luego; no reductible exclusivamente al movimiento fue Michel de Certeau, cuyo pensamiento ha per-

* Luis Ignacio Sierra G. Colombiano. Profesor Titular del Departamento de Comunicación, Facultad de Comunicación y
Lenguaje, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: lisierra@javeriana.edu.co

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meado las ciencias sociales, equiparado a pensado- (Certeau, 1968a y 1968b), y que se recogen al poco
res y escritores del talante de Michel Foucault, Paul tiempo tanto en la edición de Desclée de Brouwer,
Ricoeur, Pierre Bourdieu, Paul Veyne, Jacques en La prise de la parole et autres écrits politiques
Rancière, Jacques Lacan, Julia Kristeva, Roger (Certeau, 1968c), como en la edición establecida y
Chartier, Hayden White, entre otros (Delacroix, presentada bajo el mismo título por Luce Giard en
2003; Ortega, 2004; Rico de Sotelo, 2006). Éditions Du Seuil, de París (Certeau, 1994). Tales
Después de una primera fase existencial en la escritos son realmente iluminadores de los aconte-
que sobresalió y fue reconocido como historiador, cimientos, aún frescos entonces, que lo lanzan con
especialista de la espiritualidad y mística cristianas notable proyección pública a la opinión académica
de los siglos xvi-xviii, particularmente con sus e intelectual francesa de la época.
trabajos sobre el controvertido místico Jean-Joseph Cobra particular relevancia su análisis político
Surin (1500-1665) (Dose, 2003; Ortega, 2004), a de lo sucedido en torno a la “palabra revoluciona-
de Certeau lo asalta el ímpetu por una ruptura ria”, entendida y asumida como “acción simbólica”.
interior, que se convierte con los días en opción de Se hizo famosa, en ese entonces, una expresión
vida y que se va a evidenciar en una modificación suya: “En mayo del 68 nos tomamos la palabra, así
del sentido recibido de la ortodoxia, que lo lleva como en 1789 nos tomamos la Bastilla” (Certeau,
a desarrollar más su interés por un análisis social 1995, p. 39) y también aquella otra que reproducía
contemporáneo, con una mayor preocupación por su pensamiento innovador: “Seamos realistas,
los agenciamientos del sujeto social. Sobreviene, pidamos lo imposible”. Desde ese momento se inte-
en efecto, una fase de marcado compromiso resa y participa mucho más en la esfera pública con
sociopolítico, que lo lleva a publicar sus traba- sus reflexiones sociales posteriores a mayo de 1968.
jos y comentarios sobre la escena europea en Sin afiliarse a ningún partido político específico,
prestigiosos medios intelectuales franceses como supo mantener la distancia crítica e independencia
Études, Esprit, Annales, Christus Traverses, Politique necesarias para adelantar sus reflexiones sobre
Aujourd’hui, plasmando en ellos su atención sobre cuestiones acuciantes de la sociedad de su época.
las urgencias del presente (Ortega, 2004; Rico de En la visión de Certeau, todo gira en torno
Sotelo, 2006). a un acontecimiento: la toma de la palabra. La
De modo muy particular, el acontecimiento palabra se constituye en eje y lugar simbólico del
de mayo de 1968 le ofreció el acontecimiento. Todo acon-
escenario más propicio para tecimiento comienza por ser
concretar su nueva opción El mayo francés de 1968 una narración, por un relato
vital. Se asoció y apoyó a se inscribe en la historia de primera vez, a menudo
su manera la gran revuelta como un movimiento de autobiográfico: la del testigo
nacional que sacudió el afirmación cultural con (Certeau, 1995, p. 47). En ese
orden social imperante y cariz político y romántico sentido, para de Certeau la
se apropió en serio de los revolución de aquella prima-
reclamos de esa revolución vera francesa se caracteriza
simbólica, a través de múltiples interrogantes que por su rasgo más esencial y enigmático: “una
se convirtieron en nuevo eje de preocupación para revolución caracterizada por la voluntad de arti-
su trabajo. cularse en ‘lugares de la palabra’ que impugnan
El resultado de esta experiencia de inserción las aceptaciones silenciosas” (Certeau, 1995, p.
social lo hace explícito en un par de artículos que 35). El poder de hablar adquiere un nuevo estatuto
publicó por aquellos días en la revista Études: simbólico, que irrumpe como algo impensado y
“Pour une nouvelle culture: prendre la parole” y permite a la sociedad interpelarse sobre sí misma.
“Pour une nouvelle culture: le pouvoir de parler” “La irrupción de lo impensado es peligrosa para

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todo ‘especialista’ y para toda la nación […] La en reconocerlo y admitirlo, esa toma de la palabra o
palabra, de principio a fin, ha desempeñado un palabra liberada se convirtió, paradójicamente, en
papel decisivo” (Certeau, 1995, pp. 31 y 32). poco tiempo, con el retorno al orden y la represión,
En ese sentido, los acontecimientos de mayo- en palabra retomada por parte del sistema social
junio de 1968 son analizados por Certeau como que, mediante la retoma de palabras, que no eran
expresión de una reivindicación simbólica, que las suyas, todo lo pudo reducir y aislar a un pasado
buscaba ante todo un efecto efímero y memorable (1995,
de lenguaje: “eran subversivos pp. 57 y 58).
porque eran escogidos, en la Sin afiliarse a ningún Se aniquiló así una
lengua nacional, para tomar partido político específico, experiencia transgresora
en contrasentido los signos de su (de Certeau) supo que no dejó de ser contro-
articulación: el lugar del cono- mantener la distancia vertible en sus implicancias
cimiento pasaba a las manos crítica e independencia políticas, por cuanto, desde
de sus ‘objetos’; una unión necesarias para adelantar la óptica certeauiana, la
sagrada superaba el muro entre sus reflexiones sobre palabra tiene un poder y “es
universitarios y trabajadores” cuestiones acuciantes de imposible tomar la palabra
(Certeau, 1995, p. 33). la sociedad de su época. y conservarla sin una toma
Interesaba destacar sobre- del poder […] es decir, unos
manera que “aquí todo el pueblos, unos hombres hoy
mundo tiene derecho de hablar” (Certeau, 1995, corren el riesgo de ser los sujetos políticos de una
p. 39), y así se produjo efectivamente una “fiesta organización cultural, es decir, de adquirir el
prolífica de la palabra”, enlazada con los aconteci- poder de hablar” (Certeau, 1995, p. 60).
mientos de la calle y las barricadas (pp. 39 y 40). Una Creemos no equivocarnos al pensar que esa
experiencia que se volvió poética, como lo ratifica el realidad utópica y contradictoria se pretendió
propio Certeau: “Una experiencia creadora, es decir, simbolizar en los muros con grafitis como:
poética: ‘El poeta arrancó la palabra’, anunciaba un
cartel en la Sorbona. Es un hecho del cual somos La imaginación toma el poder/No tomen el
testigos por haberlo visto y haber participado en él: ascensor, tomen el poder/La revolución es increíble
la multitud se volvió poética” (p. 41). porque es verdadera/ La libertad es el derecho al
Una palabra que servía para impugnar el silencio/Prohibido prohibir/La acción no debe ser
sistema social, político, educativo imperante, “lo una reacción sino una creación/Las libertades no
que se vivió positivamente sólo pudo enunciarse se dan, se toman/La revolución debe dejar de ser
negativamente. La experiencia simbólica era la toma para existir/Tengo algo que decir, pero no sé qué…
de la palabra” (p. 42), el poder expresarse, manifes- (Thomas, 2008)
tarse desde su propio lugar de producción social,
sin importar quién lo hiciera. Lo trascendental Una realidad que equivale a decir, desde la
era hacerse oír, tener un “modo de decir” algo. En óptica foucaultiana, que “donde hay palabra hay
realidad, era el interés por “restituirle al lenguaje su poder de resistencia”. En ese sentido, “la autoridad
sentido de ser una verdadera comunicación” (p. 56). de la palabra hace posible una nueva praxis” (Dose,
Parafraseando a Ricoeur, el acontecimiento daba 2003, p. 169). Como agudo observador, Certeau pro-
qué pensar y qué hablar, porque según Certeau pone una inversión de la mirada: un cambio completo
“también pensar es un deber” (1995, p. 76). de escala, que tendría por resultado hacer surgir de
No obstante la lucidez alcanzada a través de la sombra las prácticas de lo cotidiano. Sugiere una
los acontecimientos espontáneos y desordenados en apropiación creativa, una acción imaginativa, una
las calles parisinas, el mismo Certeau es el primero forma de subversión interior; atención preferencial

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a los pequeños detalles, a las diferencias cualitativas, toma de la palabra que, por la fuerza alarmante de
al reconocimiento de una creatividad efímera. las circunstancias que seguimos atravesando, no es
Por ello su atención se centra en aquello que otra que el reclamo y voz de las víctimas, encarnada
le parece más significativo: la multiplicidad de en los campesinos expulsados de sus tierras, las
acciones variadas y comunes, las distintas maneras viudas, los huérfanos, los secuestrados y sus fami-
de hacer, o estilos de acción del hombre ordinario, liares, los incontables pobres, los desplazados y los
que se concretan en actos discursivos, en tomas de desahuciados socialmente, que persisten en hacer
palabra o modos de decir, según circunstancias de escuchar sus gritos, por todos los modernos medios
tiempo, lugar, espacio y formas, como epicentros posibles, para exigir verdad, justicia, reparación,
de sentido y entendimiento (Rico de Sotelo, 2006; rechazo rotundo a la impunidad.
Ortega, 2004). En esa polifonía inconclusa se expresa tam-
Ese es el contexto investigativo que antecede bién el poder y el derecho de retorno al territorio
y lleva a La invención de lo cotidiano: artes de hacer que es propio, a la pertenencia cultural a la nación,
(1996), en el que Certeau y se reclama el derecho de
plantea los ejes propios de su expresarse, el derecho a no ser
dispositivo teórico: la estra- En la visión de Certeau, relegados al olvido y a sentirse
tegia, que postula un lugar todo gira en torno a un libres de cualquier poder que
a partir del cual se ejerce acontecimiento: la toma pretenda reducirlos al silencio
una imposición externa, de la palabra. y la invisibilidad.
unas racionalidades polí- Aunque en nuestro medio
tica, científica, económica la historia paradójicamente
e ideológica; a las cuales contrapone las tácticas de tiende a repetirse, particularmente cuando se trata
los practicantes, que se constituyen en el recurso de de las víctimas, el poder de esta toma de la palabra
los débiles, los practicantes anónimos, comunes pareciera seguir siendo esquivo para el pueblo,
y corrientes, privados de un lugar propio estable, porque cada vez termina siendo retomado por la
obligados a sortear con astucia, con “táctica”, con ideologización del poder político de turno, o por la
ingenio imprevisible, las limitaciones impuestas por trivilización espectacularizada que de ella hace y de
la estrategia exterior dominante. De esta manera, la cual se nutre la maquinaria mediática.
Certeau privilegia y encuadra el lugar o territorio Sin embargo, y contra todo lo previsible, el
simbólico en el cual se inscribe el valor de la dig- proceso continúa visibilizándose en el “poder
nidad humana que no puede ser reducida a una subversivo” de la palabra y los símbolos, de los
lógica totalizante, cualquiera sea su índole (Ortega, cuales hacen uso las ingeniosas y recursivas “tác-
2004, p. 36). ticas” cotidianas de tantos silenciados y silenciadas
Ahora bien, y para concluir este comentario, que se atreven a romper su silencio, a reclamar su
guardadas las proporciones y salvadas la diferen- reconocimiento, y que constituyen con su palabra
cias de tiempo y lugar respecto del acontecimiento la real voz de la nación porque, como lo afirma
parisino, pueden explicitarse algunas resonancias el escolio: “La palabra no se nos concedió para
de la intuición de Certeau con relación a nuestra expresar nuestra miseria, sino para transfigurarla”
realidad nacional: nuestro país vive épocas no tan (Gómez Dávila, 2001, p. 306).
románticas cuanto desesperadamente utópicas,
pero no por eso menos significativas y reales. Al Referencias
valerse “tácticamente” del impulso de las moder-
nas tecnologías electrónicas, las masivas marchas Certeau, M. de (1968a), “Pour une nouvelle
ciudadanas del pasado 4 de febrero y 6 de marzo, culture. Prendre la parole”, en Études, tomo
con repercusión y reflejo global, reivindicaron una 329, pp. 29-42.

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