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En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de
esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o
abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades (con frecuencia a una edad
muy temprana). Cuándo calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica
dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de
horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue cada
país. La respuesta varía de un país a otro y entre uno y otro sector…
El sector de la agricultura comprende las actividades de la agricultura, la caza, la
silvicultura y la pesca.
El sector de la industria comprende las minas y canteras, la manufactura, la
construcción, y los servicios públicos (electricidad, gas y agua).
El sector de los servicios comprende el comercio al por mayor y al por menor; los
restaurantes y hoteles; el transporte, almacenamiento y comunicaciones; sectores de la
finanza y los seguros; los servicios inmobiliarios, a empresas y comunidades; así como
los servicios sociales a las personas.
Se ha demostrado que existe un fuerte vínculo entre la pobreza de los hogares y el
trabajo infantil, y que el trabajo infantil perpetúa la pobreza durante generaciones,
dejando a los hijos de los pobres fuera de la escuela y limitando sus posibilidades de
ascender en la escala social. Este reducido capital humano ha sido relacionado con el
bajo crecimiento económico y con el escaso desarrollo social. Un reciente estudio de la
OIT ha puesto de manifiesto que la erradicación del trabajo infantil en las economías en
transición y en desarrollo puede generar beneficios económicos casi siete veces
superiores a los costos, especialmente asociados con las inversiones en una mejor
escolaridad y en unos mejores servicios sociales. Los dos convenios fundamentales de la
OIT sobre el trabajo infantil constituyen la base jurídica para la lucha contra este
problema.
En primera persona
En el mundo hay unos 168 millones de niños y niñas que trabajan. Por eso, para que
haya una mayor concientización sobre este tema, la OIT lanzó el "Día mundial contra el
trabajo infantil" en 2002, que se conmemora el 12 de junio.
Como parte de las iniciativas de la OIT por sus 100 años, para esta fecha recopiló 100
testimonios de personas de todas las provincias, hoy adultas que sufrieron la dureza del
trabajo infantil. Se trata de la campaña multimedia "100 años, 100 voces: el trabajo
infantil en primera persona".
Rufina, de 51 años, es uno de los testimonios recopilados por la OIT para conmemorar
el "Día mundial contra el trabajo infantil". En un audio conmovedor se puede escuchar
su relato:
"Mi primer trabajo fue a los 8 años", cuenta. "Me mandaron a una familia puertas
adentro. Mis padres lo decidieron así. Vivíamos en el campo y decidieron que tenía que
ir a trabajar a la ciudad de General Roca (provincia de Rio Negro).
"Mi día de trabajo empezaba a las 8 de la mañana, poniendo un cajoncito delante de la
mesada de la cocina para alcanzar las cosas, poner la pava y preparar el desayuno.
Terminaba a las 9 de la noche en un día normal, excepto que tengan invitados y tenía
que estar con ellos porque se ponían a jugar a las cartas y tenía que alcanzarles el café
o cualquier cosa que necesitaran.
"Me preocupaba mi mamá, cómo hacer para ayudarla en la situación por la que
estábamos pasando. Mi papá era de pegarme mucho y no podía hablar en ese momento
porque lo único que se hacía era trabajar y dejar de ser niña. Nunca tuve una
adolescencia, un juguete. Lo único que hacía era trabajar, y nada más".
Los chicos empiezan a trabajar en tareas domésticas, acarreo de agua y leña y cuidado
de animales. Al principio es considerado como una ayuda en casa, pero cuando se
escuchan los relatos se ve que en realidad eso se convierte en un trabajo, y tienen
responsabilidades de adultos. Quedan solos y muy aislados. Los chicos entonces tratan
de compatibilizar la escuela con él con mundo del trabajo. En los tiempos de cosecha
faltan a la escuela y cuando se necesita mano de obra intensiva, van con los padres.
Mucho de esto sucede hoy.
El término trabajo infantil, según la OIT, "se refiere a cualquier trabajo que es física,
mental, social o moralmente perjudicial para el niño, afecta su escolaridad y le impide
jugar. Se les niega la oportunidad de ser niños. Más de la mitad de estos niños están
expuestos a las peores formas de trabajo infantil como trabajo en ambientes peligrosos,
esclavitud y otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas incluyendo el tráfico de
drogas y la prostitución".