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“Cuidados de paciente quemado”.

Asignatura:
Enfermeria Quirúrgica en Cirugía Plástica Reconstructiva.

Docente:
L.E.Q. Janet Silvan Magaña.

Alumno:
Marco Antonio Núñez Ramón
VEQ2222003

Villahermosa, Tabasco, a 09 de Octubre de 2022


Introduccion.

La máxima agresión física que puede sufrir un ser humano son las quemaduras,
siendo la forma de trauma más grave y doloroso que un paciente puede sufrir.

El aumento en la intensidad del dolor se debe a que las quemaduras lesionan los
receptores dérmicos y con esto se produce una amplificación nociceptiva, que
llevará a la alteración de la función de percepción, transmisión y modulación del
estímulo doloroso.

El manejo del dolor es fundamental para evitar la aparición de dolor patológico que
llevará a los pacientes a la manifestación de dolor crónico.

El paciente quemado presenta uno de los traumas más severos al cual se puede
ver enfrentado un individuo. Debido a la gravedad del trauma,
los pacientes quemados requieren un manejo especial, rápido y oportuno desde el
mismo momento en que ocurre el trauma.

Objetivo.

Realizar una revisión bibliográfica acerca del manejo en el paciente quemado,


sintetizando las recomendaciones expuestas por los documentos y la bibliografía
reciente. Además, exponemos la manera en que estas recomendaciones pueden
ayudar a y favorecer su tratamiento y manejo.
Contenido.
La piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo y uno de los más complejos. Aunque la
piel funciona sólo como barrera protectora para interactuar con el ambiente, su
estructura y fisiología son complejas. La piel protege contra la mayor parte de los
agentes nocivos, como sustancias químicas (mediante la impermeabilidad de la
epidermis), la radiación solar (por la pigmentación), agentes infecciosos (con la
eficiente vigilancia inmunitaria) y las fuerzas físicas deformantes (por la durabilidad
de la dermis). La eficaz capacidad para conservar o dispersar el calor hace de la
piel el principal órgano encargado de la termo- regulación. Para desempeñar todas
estas funciones, la piel posee una estructura nerviosa muy especializada. Las
palmas y plantas son muy gruesas para tolerar el peso. Las puntas de los dedos
tienen la mayor densidad de inervación sensorial y permiten la práctica de tareas
complicadas. Incluso las líneas de la piel, que Langer describió por primera vez,
tienen orientación perpendicular respecto del eje longitudinal de los músculos para
per- mitir el mayor grado de estiramiento y contracción sin deformarse.

La piel se divide en tres capas: epidermis, membrana basal y dermis. La epidermis


se compone sobre todo de células (queratinocitos) con muy poca matriz
extracelular. Las células basales profundas, con actividad mitótica, forman una capa
de una sola célula con los queratinocitos menos diferenciados.

La dermis se integra en particular con varias proteínas estructurales. La colágena


constituye 70% del peso seco de la dermis y es la que le confiere su extraordinaria
fuerza de tensión.

Las lesiones que rompen la continuidad de la piel y el tejido subcutáneo pueden ser
consecuencia de un traumatismo o varias exposiciones ambientales. Las
exposiciones ambientales que dañan la piel y el tejido subcutáneo incluyen
sustancias cáusticas, exposición a temperaturas extremas, presión excesiva o
prolongada y exposición a la radiación.
La pérdida de la continuidad de la piel permite el ingreso de microorganismos que
pueden provocar una infección local o sistémica.

Concepto quemadura.

Las quemaduras son el resultado de un traumatismo físico o químico que induce la


desnaturalización de las proteínas tisulares, produciendo desde una leve afectación
del tegumento superficial hasta la destrucción total de los tejidos implicados.
Producen tres efectos: pérdida de líquidos, pérdida de calor, lo que puede causar
hipotermia y pérdida de la acción barrera frente a los microorganismos, aumentando
la susceptibilidad de infección.

Las quemaduras cutáneas se producen por la amplificación del calor, frío o


sustancias cáusticas. Cuando se aplica calor a la piel, la profundidad de la lesión es
proporcional a la temperatura aplicada, la duración del contacto y el grosor de la
piel. Los pacientes quemados requieren a menudo años de rehabilitación
supervisada, reconstrucción y apoyo psicosocial.
La atención al paciente quemado requiere de un manejo integral y multidisciplinario,
que apoye las necesidades individuales de cada paciente, de manera continua las
24 horas del día. Uno de los profesionales de la salud que monitoriza el cuidado
permanentemente, es el personal de enfermería, quien debe estar a la vanguardia
en la atención de este tipo de pacientes y tener una gama de conocimientos que
implican la comprensión de la fisiopatología del trauma térmico, manejo del choque
hipovolémico postquemadura, fórmulas de reanimación con soluciones
endovenosas, requerimientos y soporte nutricional, para enfrentar la respuesta
hipermetabólica de la lesión, conocimiento en terapias quirúrgicas, nuevos
materiales disponibles para injertos y sus cuidados, sustitutos biocinéticos de piel,
temporales o permanentes, rehabilitación física y psicológica etc., todo ello con la
finalidad de proporcionar cuidado basado en la mejor evidencia que le proporcioné
al paciente en el ámbito de lo posible, su reincorporación oportuna a las actividades
de la vida diaria y a la reintegración a su núcleo familiar, laboral y social con una
buena calidad de vida.

Clasificacion de las quemaduras.


Intervenciones de enfermería en el manejo de la vía aérea y la ventilación del adulto.
• Evaluación inicial del paciente, haciendo enfasis en el apoyo a la vía aérea,
el intercambio de gases y estabilidad circulatoria.
• Si la permeabilidad de la vía aérea se encuentra en riesgo, se recomienda
entubación oro traqueal.
a) Fijacion de canula orotraqueal.
b) Aspiracion de secresiones con circuito cerrado.
c) Proveer el oxígeno suplementario necesario.
d) Asegurar la adecuada expansión del tórax y sincronia con ventilador mecánico.
• Todo paciente con quemadura grave debe recibir oxigeno al 100% durante
las primeras 24hrs.
Intervenciones de enfermería en el manejo del déficit de volumen de líquidos en el
adulto.
• Utilizacion de cristaloides para reposicion de volumen de liquidos, (Ringer
Lactato)
• Iniciar liquidos para la reanimación continua y fluida de las pérdidas de
liquido.
• Hidratación con soluciones isotónicas durante las primeras 24hrs.
• Monitoreo de la hidratación debe ser continuamente ajustado y basarse en la
diuresis, pulso, presión sanguínea y frecuencia respiratoria.
• Pacientes con quemaduras de 40% de la superficie corporal total, requiere 2
vias intravenosas de gran calibre, (18 o 16)
• El acceso venoso de preferencia deberá ser el cateter venoso central, a
excepción de las quemaduras eléctricas.
• Control horario de la eliminación urinaria.
• Colocar sonda vesical en pacientes con quemaduras del 15%.
• Realizar balance hidrico cada 24hrs.

Intervenciones de enfermería para el monitoreo hemódinamico del adulto.


• Monitoreo del paciente debe realizarse cada hora.
Nivel de conciencia.
Frecuencia cardiaca.
Frecuencia respiratoria.
Pulso.
Presión arterial.
Temperatura.
Saturación de oxigeno.
Peso.
Diuresis.
• En pacientes con quemaduras eléctricas vigilar las posibles arritmias
ventriculares y/o paros cardiorespiratorio.
• Prevención de hipotermia.
• Monitoreo de temperatura.
• Restringir el uso de agua fria en quemaduras mayores al 10%.

Intervenciones de enfermería para el control del dolor agudo del adulto.


• Evaluar el dolor empleando la Escala Observacional de Dolor en Cuidados
Intensivos (CPOT).
• Utilizar analgesia y sedación con opiáceos y benzodiazepinas en caso de
intubación y ventilación mecánica.

Intervenciones de enfermería en el manejo del deterioro de la integridad tisular en


el adulto.
• Evaluar las quemaduras considerando magnitud, profundidad, y
componentes.
• Evaluar la extensioón de las quemaduras, utilizando la plantilla de
Lund&Browder.
• Reevaluaciones periodicas de profundidad de las quemaduras.
• Utilizar regla de los nueve para valorar superficie corporal quemada.
• La limpieza de las áreas quemadas se realiza bajo sedación general, con
irrigación de solución salina al 0.9%.
• No frotar zonas quemadas con apósitos o compresas secas, ya que aumenta
el trauma tisular.
• Prevención de hipotermia en todas sus etapas.
• Uso de salas semi estéril por aislamiento.
• Uso de material de insumos esteril asi como bultos de ropa e instrumental a
utilizar.
• Vigilar signos locales de infección de la herida.
• Realizar toma rutinaria de cultivos.
• Aplicar medidas de protección universal, asepsia y antisepsia, todo personal
en contacto con el paciente.
Intervenciones de enfermería para la prevención del desequilibrio nutricional en el
adulto.
• La terapia nutricional debe iniciarse dentro de las primeras 6 a 12hrs, siempre
y cuando no existan complicaciones como nauseas, vomitos, distención
abdominal, y perdida de la conciencia.
• Dieta rica en proteina.
• Nutrición parenteral como alternativa, llevando a cabo un control estricto de
la glucemia.
• Tratamiento postural y de recuperación funcional.
Bibliografia.
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NOMBRE, I., & DEFINICIÓN, I. GUIA DE PRACTICA CLINICA MANEJO DEL PACIENTE CON
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ABANTO, D. M. J. V. CIRUGÍA PLÁSTICA UNIDAD DE QUEMADOS.
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