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Caso clínico sobre una quemadura grado 3 manejada desde atención

primaria.

AUTORES

1. Eduardo Delgado Roche. Enfermero Especialista en Familia y Comunitaria, Centro de Salud


Miralbueno-Garrapinillos. 
2. Natalia Bravo Andrés. Enfermera Especialista en Familia y Comunitaria, Centro de Salud
Miralbueno-Garrapinillos. 
3. Ana Ledesma Redrado. Enfermera Especialista en Familia y Comunitaria, Centro de Salud
Sagasta-Miraflores. 
4. Laia Ribelles Moreno. Enfermera, Centro de Atención Primaria Primer de Maig. 
5. Sofia Maestro Cebamanos. Enfermera Especialista en Familia y Comunitaria, Centro de Salud
Valdespartera. 
 

RESUMEN

Se presenta el caso de una quemadura térmica de segundo grado profundo y zonas de tercer grado en la
mano derecha causado por aceite caliente tratada desde atención primaria. Esta etiología de
quemaduras es la más frecuente en España, es decir, la causada por la salpicadura de líquidos calientes.
Tras una valoración inicial de descarte de gravedad de la vida del paciente, sobre la lesión se realizó un
seguimiento de curas curas bajo el contexto de cura húmeda con un hidrogel y un apósito hidrófilo,
También se incentivó un continuo trabajo de rehabilitación en cada consulta de seguimiento de la
quemadura a realizar parte del paciente en casa.

PALABRAS CLAVE

Quemadura, caso clínico.

INTRODUCCIÓN

Las quemaduras de segundo y tercer grado son frecuentes en los centros de urgencia y en atención
primaria. Se estima que por cada 100.000 habitantes casi 300 usuarios padecen quemaduras, de
cualquier grado, al año que acuden a dispositivos de atención primaria.1,2

La etiología más frecuente son las quemaduras térmicas causadas por la abrasión de líquidos muy
calientes. Produciéndose casi el 60% de las quemaduras en el medio doméstico.1,2

Las quemaduras se pueden clasificar según su profundidad hasta en 4 grados y también según su
extensión en función del porcentaje del cuerpo total afectado. Las quemaduras de primer grado se
caracterizan por eritema, sin flictenas y ser poco dolorosas. Las de segundo grado superficial por
presentar flictenas y ser dolorosas. Las quemaduras de segundo grado profundo presentan flictenas
rotas y existe ya una afectación venosa. Encontrarse el lecho de la quemadura blanco amarillo o marrón
y ser indoloro son características de las quemaduras de tercer grado y las quemaduras de cuarto grado
ya presentan afectación de músculos y tendones, habiendo una necrosis muy marcada. Por otro lado,
para conocer la extensión de la quemadura se puede utilizar la regla de los 9 de Wallace o la regla del 1/
regla de la palma de la mano.1,2,3

A la hora de valorar inicialmente una quemadura es imprescindible conocer o estimar la profundidad y


la extensión a la vez que se realiza una valoración primaria mediante la secuencia ABC (vía aérea,
respiración y circulación). También es igual de importante conocer la localización ya que las quemaduras
que involucran ojos, oídos, orejas, cara, manos, pies, articulaciones principales, periné y genitales tienen
más riesgo de infectarse y de provocar mayores complicaciones en la curación.1,4,5

Dado que al producirse una quemadura significa una extravasación de agua y por lo tanto una
deshidratación de la piel es imprescindible realizar una cura en ambiente húmedo y evitar la cura seca o
cura plana con antiséptico. Esta cura en ambiente húmedo produce un aumento de la migración de
células a la zona afectada encargadas de la recuperación del tejido. La humedad en la cura se conseguirá
aplicando cremas, emulsiones o geles que contengan glicerina, propilenglicol, sorbitol, urea, ceras,
vitaminas liposolubles (Vit A, y E) o colágeno, y el uso de apósitos hidrófilos que realicen su actividad en
un ambiente húmedo.1,4,5,6

En el actual caso clínico se presenta un caso de una quemadura de grado 2 profundo y tercer grado
localizada en la mano derecha tratada con hidrogel y una hidrofibra hidrodetersiva, realizando una
rehabilitación de la flexión de la mano desde el primer día de su atención.

OBJETIVO

Describir la epitelización y rehabilitación de una quemadura de segundo grado profundo y tercer grado
en la mano, atendido todo el proceso por su enfermero especialista en atención primaria

METODOLOGÍA

Se llevó a cabo un caso clínico realizándose previamente una revisión de la literatura científica,
analizando fundamentalmente recursos en soporte electrónico y utilizando el castellano como idioma
de búsqueda. La exploración se ha limitado a documentos publicados en los últimos 10 años. La
búsqueda bibliográfica se centró en el abordaje de las quemaduras llevadas a cabo desde la atención
primaria. En relación a ello, se utilizaron los tesauros MeSH (“quemadura”, “caso clínico”) con el fin de
agilizar la exploración de documentación científica. Se utilizó como punto de partida el metabuscador
Google Académico, con el objetivo de discernir la cantidad aproximada de documentación disponible
sobre la cuestión de estudio planteada.

Con posterioridad, se focalizó mediante una exhaustiva búsqueda en las bases de datos de Ciencias de la
Salud (PubMed, Cochrane Library, SciELO, IME, Cuiden, Elsevier, Redalyc, MEDES, JBI, ENFISPO, PCCJ
plus, Trip Database, Nursing Best Practice Guidelines de RNAO, etc.) y otras que recopilan información
de diversas materias (Dialnet). Tras la revisión bibliográfica se abordó un caso clínico sobre una
quemadura de segundo grado profundo y algunas zonas de tercer grado las cuales fueron tratadas bajo
cura húmeda llevando a una correcta cicatrización de la piel.

PRESENTACIÓN EL CASO CLÍNICO Y EVOLUCIÓN

Se presenta el caso de un paciente varón de 57 años que el 15 de abril de 2020 sufrió una quemadura de
2º grado profundo y tercer grado al derramarse sobre su dorso de la mano, miembro inferior y cadera
derecha con aceite hirviendo mientras trabajaba de cocinero en su lugar de trabajo.

Tras realizar el ABC se comprobó que respiraba correctamente y no existía compromiso en circulación
central. Después se clasificó la profundidad y extensión siendo un 18% de segundo grado y un 9% de
tercer grado. Siendo la parte más afectada el dorso de la mano y la cadera. Todo el dorso de la mano,
incluido todos los dedos estaban afectados por la quemadura.

Datos del paciente: 57 años. Como antecedentes personales hipertensión arterial y fumador, IMC 23,5
TA: 135/76 mmHg, FC 86 latidos por minuto, Saturación de oxígeno 98%. No cirugías previas.
A su llegada se realizó, tal y como la evidencia más actual nos comenta, se lavó de forma continuada con
agua tibia durante 5-10 minutos. Después se secó sin arrastrar con las gasas. El paciente presentaba
hipoalgesia en algunas zonas de la quemadura de la mano.

Se realizó una cura con hidrogel aplicado a la totalidad de las zonas lesionadas y la fibra hidrodetersiva,
los bordes fueron protegidos con pasta de óxido de zinc. También se aplicó un vendaje de fijación para
los apósitos, pero respetando la movilidad de los dedos.

Se enseñó al paciente a realizar con frecuencia movimientos pasivos y activos de los dedos afectados
para evitar una retracción de la piel y la consecuente posibilidad de que acabara con una mano
disfuncional sin poder flexionar o pérdida de fuerza. A parte del tratamiento tópico se proporcionó en
colaboración con su médico de atención primaria enantyum y paracetamol para el dolor.

Las 2 primeras curas fueron diarias debido a que en las quemaduras la profundidad puede aumentar en
los primeros 2-3 días. En estas primeras curas el manejo fue el mismo que la primera cura. Aparecieron
algunas flictenas tanto en cadera como en el dorso de la mano y se siguió valorando en cada cura si
había variado su extensión, profundidad y comprobar oscilaciones en el umbral del dolor. Si en las curas
aparecía tejido desvitalizado o costra se retiraba con pinzas según tolerancia dolor sentido por el
paciente. Imagen 1 y 2

La frecuencia de las curas durante las 2 primeras semanas fueron cada 48 horas y posteriormente cada
72h. El objetivo de alargar las curas es conservar la temperatura y humedad en el lecho de la herida, ya
que cada vez que se destapa la quemadura tanto la humedad como la temperatura se pierden. En cada
cura se preguntó sobre el trabajo para la movilidad pasiva y activa de la mano para recordar que el
trabajo de rehabilitación era imprescindible para una correcta curación y recuperación.

Las curas continuaron hasta que se le dio de alta el 16 de mayo de 2020, poco más de un mes para su
completa curación. Como limitaciones funcionales el paciente presentaba dificultad para la extensión y
flexión completa de las los dedos 1,2, 3 y 4 En este momento se consultó con el fisioterapeuta del centro
de salud, el cual le proporcionó una férula para mantener el puño cerrado y se re recomendó también
desde enfermería crema hidratante 3 veces al día.

A los 15 días de estar aplicándose crema hidratante continuamente, con la férula y la continuación de
ejercicios de rehabilitación el paciente el 31 de mayo de 2020 no presenta ninguna disfuncionalidad.
Fuerza, extensión y flexión de la mano y dedos conservada. Imagen 3 y 4.

CONCLUSIONES

Las quemaduras son una patología que con frecuencia se registra en dispositivos de urgencias, siendo en
la mayoría de casos en el ámbito doméstico.

Dado que en las quemaduras se produce una extravasación de agua y una deshidratación en la piel se
recomienda curarlas bajo una cura húmeda aplicando hidratación con productos como geles o cremas.

A la completa curación y recuperación del miembro afectado ayudó la motivación hacia el paciente y del
paciente a realizar ejercicios de rehabilitación de la mano.

BIBLIOGRAFÍA
1. Servicio Andaluz de Salud. Guía de práctica clínica para el cuidado de personas que sufren
quemaduras [Internet] 2011 [acceso el 20 de abril de 2021] Disponible
en: https://portal.guiasalud.es/gpc/guia-de-practica-clinica-para-el-cuidado-de-personas-que-
sufren-quemaduras/
2. Servicio Gallego de Salud. Guía práctica de lesiones por quemadura, Nº 5. [Internet] 2016
[acceso el 21 de abril de 2021] Disponible
en: https://ulcerasfora.sergas.gal/Informacion/Documents/70/GU%C3%8DA%20N
%C2%BA5%20QUEMADURAS%20cast.pdf
3. Comité de Guías de Práctica Clínica de la ISBI. Guía de Práctica Clínica de la ISBI para el Cuidado
de las Quemaduras. Elsevier [internet] 2016 [acceso el 21 de abril de 2021] 42(20): 1-76.
Disponible en: https://www.worldburn.org/documents/ISBI%20Guidelines%20Spanish%20final
%20I.pdf
4. Manrique, I; Angelats, CM. Abordaje de las quemaduras en Atención Primaria. Pediatría Integral
[Internet] 2019[acceso el 21 de abril de 2021] 23(2):81-89.
5. Rocío Jiménez, R; García, FP. Manejo de las quemaduras de primer y segundo grado en
atención primaria. Gerokomos [Internet] 2018 [acceso el 22 de abril de 2021] 29(1). Disponible
en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1134-
928X2018000100045&script=sci_arttext&tlng=en
6. Vega, E; Fernandez-Utrilla, P; Lopez EM. Tratamiento de quemaduras en atención primaria.
Paraninfo Digital [Internet] 2020 [acceso el 22 de abril de 2021] 32. Disponible
en: http://ciberindex.com/index.php/pd/article/view/e32058d
 
ANEXOS

Imagen 1: Foto de la quemadura de la mano, primera semana de


curas. Elaboración propia.

Imagen 2: Foto de la quemadura de la mano, primera semana de


curas. Elaboración propia.
 

Imagen 3: Foto de la quemadura de la mano, al alta de enfermería.


Elaboración propia.

Imagen 4: Foto de la quemadura de la mano, al alta de enfermería.


Elaboración propia.

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