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RESUMEN

CONTRATOS PARTE GENERAL


UNIDAD 13

Cumplimiento contractual y modos anormales de terminación. Nulidad, prescripción


y caducidad.
La manera común y natural de extinción del contrato es por cumplimiento de las
obligaciones convenidas por las partes al momento de prestar el consentimiento.
Pero, en el ámbito jurídico, no es sólo el cumplimiento normal lo que puede ocurrir,
sino que un contrato todavía vigente podrá enfrentarse a otras situaciones extintivas,
como la rescisión bilateral o unilateral, la revocación y la resolución.
Sin perjuicio de estos modos anormales más comunes, pueden existir distintas
vicisitudes que podrían impedir cumplir con la palabra empeñada y no generan para
ellas responsabilidad civil; nos encontramos frente a situaciones que ponen fin a la
vida del contrato cuando aún no se han cumplido las obligaciones convenidas al
momento de su celebración, como seria la imposibilidad de cumplimiento o la
confusión.
Por otro lado, cuando se estudian las distintas etapas de formación del contrato,
pueden tener defectos o vicios que pueden afectar su validez y, en ese caso, el
contrato será nulo. La nulidad puede definirse como “la sanción legal que priva de sus
efectos normales a un acto jurídico como consecuencia de una causa que debe existir
al momento de la celebración del mismo. Es decir, se anula y se deshace lo convenido
por las partes ante la existencia de alguno de los vicios que la ley sanciona con la
nulidad.
Rescisión bilateral.
Por medio de la rescisión las partes pueden, de común acuerdo, extinguir total o
parcialmente, las obligaciones creadas por ellas. No actúa en forma retroactiva, sino
solo para el futuro.
ARTICULO 1076.- Rescisión bilateral. El contrato puede ser extinguido por rescisión
bilateral. Esta extinción, excepto estipulación en contrario, sólo produce efectos para
el futuro y no afecta derechos de terceros.
Requiere el mutuo consentimiento en extinguir las obligaciones creadas por convenio.
Rescisión unilateral.
La rescisión unilateral tendrá lugar cuando por ley o por convención se faculte a una de
las partes a deshacer el contrato, que ocurrirá cuando se manifieste la voluntad.
El CCC establece en el art. 1077 que “El contrato puede ser extinguido total o
parcialmente por la declaración de una de las partes, mediante rescisión unilateral,
revocación o resolución, en los casos en que el mismo contrato, o la ley, le atribuyen
esa facultad”.
Este modo anormal unilateral, se diferencia con la rescisión bilateral ya que, en esta
última, se requiere que, a partir de un contrato perfecto, nuevamente las partes se
pongan de acuerdo en extinguir el vínculo. En cambio, en la rescisión unilateral, se
faculta para que una u otra parte, de modo individual, decida colocar fin a un negocio.
Puede surgir de la ley o de un contrato.
EJEMPLO: la extinción anticipada que el art. 1221 le confiere al inquilino transcurrido 6
meses del arrendamiento y previo pago de la respectiva indemnización.

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El otro origen de la rescisión unilateral se da en la convención; cuando se celebra el
contrato, las partes acuerdan que, eventualmente, una u otra estarán facultadas para,
en un futuro, dejar sin efecto el contrato por la decisión unilateral de alguna de ellas y
sin expresión de causa. La fijación de la atribución nace con el mismo negocio jurídico y
faculta un posterior ejercicio individual.
Sus efectos son hacia futuro.
Resolución.
La resolución es la extinción del contrato con motivo de una causal sobreviniente.
Opera de 3 modos:
 Por incumplimiento;
 Frustración del fin del contrato;
 Teoría de la imprevisión.
Opera con efecto retroactivo, en virtud de una estipulación, expresa o implícita,
contenida en el mismo contrato, ya sea por el acaecimiento del hecho que la ley o las
partes previeron.
Los caracteres de la resolución son los siguientes:
 Depende del contrato mismo, en el sentido que constituye una cláusula
expresa o implícita de él.
 La voluntad individual de cada una de las partes no puede, después de formado
el contrato, modificar la clausula resolutoria establecida en el mismo.
Ante el incumplimiento.
Existe la posibilidad de solicitar la resolución ante el incumplimiento de una de las
partes. Pero ese incumplimiento tiene que ser sustancial, grave, esencial.
Y la esencialidad del cumplimiento que dispara la resolución, uno de los casos va a ser
el dolo. En este caso ocurre que el incumplimiento será manifiesto e intencionado, hay
intención de la otra parte en no cumplir.
Además, el incumplimiento tiene que ser temporáneo, no presentarse en tiempo y
forma. EJEMPLO: contratas un DJ para tu casamiento, que es el 20 de marzo, y aparece
el 25 de marzo.
Frustración de la finalidad del contrato.
Tiene lugar cuando de un contrato bilateral válido, de ejecución diferida o continuada,
la finalidad no puede lograrse por razones sobrevinientes a la celebración del contrato,
ajenas a su voluntad y sin que medie culpa.
La frustración del fin del contrato involucra la afectación de un elemento esencial: la
causa. Es decir, el motivo determinante del negocio, entendido como la finalidad
perseguida por las partes al momento de contratar.
En el art. 1090 del CCC se prevé que “La frustración definitiva de la finalidad del
contrato autoriza a la parte perjudicada a declarar su resolución, si tiene su causa en
una alteración de carácter extraordinario de las circunstancias existentes al tiempo de
su celebración, ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la que es
afectada. La resolución es operativa cuando esta parte comunica su declaración
extintiva a la otra. Si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a
resolución sólo si se impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo
de ejecución es esencial”.
EJEMPLO: concierto de Coldplay.

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Aplicación.
El campo de aplicación se vincula a un contrato válido, bilateral, oneroso, conmutativo,
y los aleatorios en la medida que la frustración se produzca por factores extraños al
álea propia del contrato.
La operatividad de la norma.
Para que el instituto pueda ser invocado por el afectado se requerirá:
 Una frustración temporal (si impide el cumplimiento oportuno esencial) o
definitiva de la finalidad del contrato. Opera la resolución por la afectación
definitiva de la causa del negocio. Sólo habrá derecho a la extinción si la
afectación temporal impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo
tiempo de ejecución es esencial
 Con causa en una alteración extraordinaria de las circunstancias del contrato al
momento de su perfeccionamiento. Ha de trascender lo ordinario o las
circunstancias que normalmente ocurrirían.
 Circunstancia ajena a las partes y que supere el riesgo asumido por la parte
afectada: se requiere ausencia de culpa y que tampoco se estuviera en mora.
Distinción entre la frustración del fin y la imposibilidad de cumplimiento.
La diferencia entre ambos reside en que la “imposibilidad” de cumplimiento se
relaciona con el objeto del negocio, mientras que, en la frustración, si bien existe una
suerte de imposibilidad de cumplir el contrato, la misma se vincula con la causa fin.
Además, en el primer caso se carece de la alternativa de cumplimiento, mientras que
en la frustración sí podría cumplirse, pero resulta inútil.
Imprevisión.
Este instituto tiene fundamentación o razón de ser en la buena fe contractual y el
principio de equidad. Permite que, en la medida que la prestación a cargo de una de
las partes se torne excesivamente onerosa, por causas extraordinarias e imprevisibles,
que el afectado pueda desligarse de su obligación planteando dos eventuales acciones:
la resolución, total o parcial, o un reajuste o adecuación del negocio.
El art. 1091 del CCC establece que: “Si en un contrato conmutativo de ejecución
diferida o permanente, la prestación a cargo de una de las partes se torna
excesivamente onerosa, por una alteración extraordinaria de las circunstancias
existentes al tiempo de su celebración, sobrevenida por causas ajenas a las partes y al
riesgo asumido por la que es afectada, ésta tiene derecho a plantear
extrajudicialmente, o pedir ante un juez, por acción o como excepción, la resolución
total o parcial del contrato, o su adecuación. Igual regla se aplica al tercero a quien le
han sido conferidos derechos, o asignadas obligaciones, resultantes del contrato; y al
contrato aleatorio si la prestación se torna excesivamente onerosa por causas extrañas
a su álea propia”.
Revocación.
La revocación es un modo anormal de extinción contractual de ejercicio unilateral. Por
tanto, es ejercida por una sola de las partes y sólo en aquellos supuestos estipulados
legalmente (ej., donación o mandato).
Quien revoca retrotrae su voluntad originaria, que concurrió a dar nacimiento al
negocio, y ocasiona la cesación de los efectos desde ese momento hacia el futuro. Los
efectos ya producidos quedan firmes.

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Aun así, requerirá de una justa causa.
La revocación actúa para dejar sin efecto un vínculo contractual originariamente
válido.
Procedimiento y disposiciones generales para la disolución del vínculo.
En la medida que ambas partes decidan de común acuerdo dejar sin efecto el negocio,
requerirán de un nuevo acuerdo sobre la manera de disolverlo. Es decir, así como en
algún momento los sujetos permitieron el nacimiento de un contrato, de común
acuerdo pueden modificar sus pautas e, incluso, extinguirlo siempre que exista una
voluntad común para ello.
Sin embargo, las pautas difieren para la declaración de extinción por declaración
unilateral (art. 1078 CCC). Una de las partes puede ejercer esta facultad, siempre que
se cumplan alguna de las formas, pero deben observar las siguientes reglas:
1. Comunicación: es importante porque es necesario que la parte que va a ejercer
su derecho unilateral de extinguir el contrato le comunique a la otra parte su
voluntad. Si no se comunica no surte efectos, porque sigue siendo una
manifestación de la voluntad, y hay que exteriorizarla.
2. Se puede optar por dos caminos: de manera judicial (el CPCCN nos trae reglas
para hacerlo), o de manera extrajudicial.
3. Existe la posibilidad de oponerse: la parte siempre tiene el derecho de
manifestar su negativa, y puede decir qué quiere hacer respecto de la situación
particular.
El art. 1077 del CCC abarca la rescisión unilateral, la revocación y la resolución. El
ejercicio por parte de una de las partes dependerá de lo establecido contractualmente
o por disposición legal (art. 1078 CCC).
Ius variandi: es la posibilidad que tiene quien exige la extinción de poder optar por el
cumplimiento o la reparación de los daños. Generalmente el ius variandi tiene
virtualidad jurídica cuando una de las partes no cumple. Las rescisiones unilaterales se
dan, generalmente, porque una de las partes no cumple. La parte cumplidora puede
exigir que cumpla o que repare los daños, el ius variandi tiene que ver con eso, que la
parte cumplidora pueda optar por alguna de estas dos opciones.
Las comunicaciones se tienen que hacer por carta documento, que es una de las
notificaciones fehacientes, ya que uno tiene la prueba de que se envió y se recibió.
Procedimiento unilateral.
Las partes pueden optar por extinguir unilateralmente a través del camino judicial o el
extrajudicial.
La opción judicial.
Si se opta por el inicio de un juicio, se aplicarán las pautas del código procesal. Es decir,
plazo para interponer demanda, excepciones, contestación o reconvención, propuesta
de medios probatorios. Planteado la rescisión unilateral, corresponderá al otro
contratante la carga de contestar la demanda, para que una vez trabada la Litis, o
cerrada la etapa procesal que define quiénes serán los litigantes, el juez dispondrá, de
corresponder, la apertura a prueba del juicio para que los integrantes del pleito
puedan demostrar la existencia del contrato, su alcance y, en definitiva, los
presupuestos que habilitan la extinción por petición de una de las partes.
Cerrada la etapa probatoria, previa presentación de alegatos, el magistrado dictará
sentencia. Dicha decisión, sin perjuicio de las instancias de apelaciones, hará cosa
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juzgada sobre la procedencia de la acción de disolución y gozará de imperium, es decir,
de fuerza legal suficiente para ser impuesta a la parte perdedora.
El camino extrajudicial.
Fuera del ámbito del juicio, podrá la parte optar por un procedimiento extrajudicial
para poner fin al negocio jurídico.
Se requerirá:
 El planteo por la parte cumplidora, frente a un incumplimiento esencial de la
otra. O el presupuesto contractual o legal que habilite la desvinculación de
modo unilateral.
 Quien efectúe el planteo deberá haber cumplido con las prestaciones a su
cargo, o haber estado en condición de poder cumplir. Caso contrario, el
destinatario podrá oponerse.
 Se requiere una comunicación fehaciente. Una carta documento, por ejemplo.
 Optado por la opción de finiquito unilateral, el contrato se extingue de pleno
derecho, por lo cual no subsiste ninguna posibilidad de exigir posteriormente el
cumplimiento del negocio.
Cláusula comisoria expresa e implícita. Noción. Naturaleza jurídica.
Está constituido por una cláusula legal o convencional de los contratos bilaterales en
virtud de la cual, la parte cumplidora del contrato, frente al incumplimiento culpable
de la contraria, tiene la opción de exigirle el cumplimiento, o plantear la resolución del
contrato.
Es, en esencia, la resolución de un contrato por voluntad de la parte cumplidora y ante
el incumplimiento de la otra.
La clausula puede ser:
 Expresa: se la incluye en el contrato. Empieza a tener efectos en el momento en
el que la parte interesada comunica a la otra, de forma fehaciente, la voluntad
de resolución.
 Implícita: aquellos casos en los que, de las mismas disposiciones del contrato,
se la puede tener por escrita.
Cláusula resolutoria expresa.
El art. 1086 del CCC establece que: “Las partes pueden pactar expresamente que la
resolución se produzca en caso de incumplimientos genéricos o específicos
debidamente identificados. En este supuesto, la resolución surte efectos a partir que la
parte interesada comunica a la incumplidora en forma fehaciente su voluntad de
resolver”.
Al resultar contratos bilaterales, el incumplimiento de una de las partes habilitará a la
otra que plantee el cumplimiento forzado o la disolución, total o parcial, del vínculo.
Como pauta elemental, se requiere un incumplimiento grave o esencial (art. 1084).
Será considerado esencial cuando:
 El cumplimento estricto de la prestación resulte fundamental dentro del
contexto del contrato;
 El cumplimiento tempestivo de la prestación sea condición del mantenimiento
del interés del acreedor;

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 El incumplimiento prive a la parte afectada de lo que sustancialmente tendría
derecho a esperar;
 El incumplimiento sea intencional;
 El incumplimiento haya sido anunciado por una manifestación seria y definitiva
del deudor al acreedor.
Al optarse por la vía extintiva, está podrá ser total o parcial.
La resolución surte efectos a partir que la parte interesada comunica a la incumplidora,
en forma fehaciente, su voluntad de resolver.
Cláusula resolutoria implícita.
De conformidad con el art. 1087 del CCC, “En los contratos bilaterales la cláusula
resolutoria es implícita y queda sujeta a lo dispuesto en los artículos 1088 y 1089”.
Tratándose de un contrato bilateral, aunque las partes nada digan, se entenderá
implícita la facultad de resolver el negocio.
Se requiere que quien platee este modo de disolución, sea la parte cumplidora o que
se encuentre en situación para hacerlo.
Se requerirá:
 Un incumplimiento esencial, y si fuese parcial, que tuviese suficiente entidad en
razón de las expectativas que la parte cumplidora ha tenido en el negocio.
 La mora del deudor.
 Que la parte cumplidora emplace al incumplidor, bajo apercibimiento expreso
de la resolución, total o parcial, del contrato, a que cumpla en un plazo no
inferior a 15 días.
Esta es la gran diferencia con la cláusula resolutoria expresa. Mientras que en la
expresa, al contarse con la estipulación, sólo basta con la comunicación que la hace
efectiva y opera de pleno derecho, en la cláusula implícita la ley prevé un
procedimiento especial.
 Transcurrido el plazo no menor a 15 días, la resolución operará de pleno
derecho.
El art. 1089 del CCC prevé que: “El requerimiento dispuesto en el art. 1088 no es
necesario en los casos en que la ley faculta a la parte para declarar unilateralmente la
extinción del contrato, sin perjuicio de disposiciones especiales”.

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