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Escrito N° 01
Demanda de Amparo
ALFREDO FAVIO PEREYRA RUEDA, Identificado con DNI 10058392 y CLAUDIA MARIELA DEL
PILAR PEREYRA RUEDA, identificada con DNI 09399115, en nuestra condición de integrantes
de la Sucesión de quien en vida fue nuestro padre ALFREDO AVELINO PEREYRA PANTOJA, con
domicilio real común para estos efectos en Jr. Independencia N° 663, Miraflores; señalando
domicilio procesal en la casilla N° 765 del colegio de Abogados de Lima, y con casilla
electrónica N° 21726, a usted decimos:
Que, dentro del plazo establecido por el artículo 44 del Código Procesal Constitucional,
interponemos DEMANDA DE AMPARO contra los señores Magistrados integrantes de la
Segunda Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia de la República, integrada por los señores magistrados Mariem Vicky De La Rosa
Bedriñana, María Sofía Vera Lazo, Rosa María Ubillús Fortini, Ulices Augusto Yaya
Zamaeta, y Martín Eduardo Ato Alvarado, a quienes se deberá notificar en su centro de
labores ubicado en Palacio de Justicia s/n, Cercado de Lima.
Hacemos presente, que conforme a nuestro ordenamiento legal, esta demanda deberá
ser también notificada al señor Procurador Público encargado de los asuntos del Poder
Judicial, e4n su domicilio sito en Av. Petit Thouars N° 3943, San Isidro, quien en tal
condición ejerce su representación.
5) Por otro lado, respecto al derecho al debido proceso, GERARDO ETO también señala
que:
“El derecho al debido proceso prima facie puede definirse como la
observancia de los derechos fundamentales esenciales del procesado.
Este derecho exige el respeto a los principios y reglas fundamentales
del proceso que sirvan como instrumento de tutela de los derechos
fundamentales. El derecho fundamental al debido proceso, tal como ha
sido señalado por el tribunal Constitucional, es un derecho continente
puesto que comprende, a su vez, a diversos derechos, fundamentales de
orden procesal. A este respecto, ha afirmado que “su contenido
constitucionalmente protegido comprende una serie de garantías,
formales y materiales, de muy distinta naturaleza, que en conjunto
garantizan que el procedimiento o proceso en el cual se encuentre
inmerso una persona, se realice y concluya con el necesario respeto y
protección de los derechos que en él puedan encontrarse
comprendidos.”
7) Como bien se puede desprender de las citas antes realizadas que desarrollan los
derechos de tutela judicial efectiva y debido proceso, hay otros derechos
fundamentales y procesales que se encuentran comprendidos en ellos, tales como,
el derecho al juez natural, al que se refiere el segundo párrafo del inciso 3° del artículo
139° de la constitución, al señalar que “Ninguna persona puede ser desviada de la
jurisdicción predeterminada por la ley ni sometida a procedimientos distintos de los
previamente establecidos ni juzgada por órganos jurisdiccionales d excepción, ni por
comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación”.
En este mismo orden de ideas, la profesora María Cristina Chiabra Valera, señala que
“Cuando La Convención Americana sobre Derechos Humanos se refiere a un tribunal
Competente, se refiere a un tribunal que de acuerdo a determinadas reglas,
previamente establecidas (territorio, materia, etc.) es el llamado para conocer y
resolver una controversia, También conocido como el derecho a un juez natural.”;
derecho que, como podrá apreciar el juzgado, en nuestro caso, no ha sido respetado
por los órganos jurisdiccionales ordinarios, toda vez que, pese a que nuestra
pretensión es de naturaleza laboral, correspondiendo por lo tanto que sea resuelto
por un juez laboral, se ha resuelto que el competente es un juez de Islas Gran Caimán.
9) A mayor abundamiento, debe tenerse presente que sobre el derecho al juez natural,
el Tribunal Constitucional ha establecido lo siguiente en las sentencias STC Exp. N°
03075-2006-AA/TC y STC Exp. 03075-2006-PA/TC.
El debido proceso está concebido como aquel en el que se respetan sus dos
expresiones, tanto formal como sustantiva; en la de carácter formal, los principios y
reglas que lo integran tienen que ver con las formalidades estatuidas, tales como las
que establecen en juez natural, el procedimiento preestablecido, el derecho de
defensa y la motivación; y en su expresión sustantiva, están relacionados los
estándares de razonabilidad y proporcionalidad que toda judicial debe suponer”. (El
subrayado es nuestro)
10) En el caso de autos, no cabe ninguna duda, se ha producido la vulneración del derecho al juez
natural, en tanto, reiteramos, se ha radicado competencia en jueces de la Isla Gran Caimán,
no obstante que la pretensión sobre el pago de la comisión formaba parte de los derechos
laborales que le correspondían a nuestro causante, siendo que, a partir de dicha condición,
correspondía que este proceso fuera resuelto por la justicia ordinaria laboral peruana y no
que se pretenda derivarlo a jueces incluso que ejercen jurisdicción en otros países.
1. El inciso 5) del artículo 139°de la constitución Política del Perú, el inciso 3) del
artículo 122° del Código Procesal Civil y el artículo 12° de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, establecen lo qu3e se conoce como debida o adecuada motivación, que
no es otra cosa que el deber de los jueces de exponer en sus resoluciones, y más
aún en las sentencia, el razonamiento lógico que los llevó a adoptar determinada
decisión.
5. Por su parte, refiriéndose a la motivación razonada, Ana María Arrarte dice que
estaremos ante ella “(…) cuando el itinerario mental seguido por el juzgador para
llegar a las conclusiones que configuran su fallo, se respeta la corrección en la
aplicación de reglas estrictamente lógicas. Así por ejemplo, será imprescindible
que el razonamiento respete los principios lógicos clásicos identidad, no
contradicción, tercio excluido y razón suficiente), y arribe a una decisión que sea
una consecuencia necesaria de las premisas empleadas. De este modo, es
perfectamente posible verificar la corrección de la motivación”.
7. Dicho esto, no queda sino señalar que la resolución de la Sala Suprema adolece
de debida motivación en tanto estima que la pretensión de pago de la comisión
a que hemos hecho referencia anteriormente, es una obligación de naturaleza
civil y no laboral, sin efectuar el análisis de logicidad antes señalado.
9. No existe pues, una debida motivación, pues lo único que hace la Sala Suprema
al resolver la casación, es señalar en abstracto, es decir, sin ninguna real
fundamentación, que dicha obligación es de naturaleza civil y no laboral. Como
señalamos anteriormente en esta misma demanda, no se hace valoración alguna
sobre la situación del Señor Pereyra Pantoja frente a la demandante y al resto del
grupo económico al cual pertenecían todas las empresas que intervienen en la
referida transacción, como tampoco se valora los hechos que habían sido
alegados por el demandante en dicho proceso para desvirtuar la supuesta
incompetencia del juez laboral para pronunciarse sobre ese extremo de su
demanda, con lo cual se produce igualmente la afectación del principio de
congruencia procesal.
POR TANTO:
PRIMER OTRO SI DECIMOS.- Cumplimos con acompañar copia simple del DNI de los
recurrentes (Anexo 1-AF Y 1-G)
SEGUNDO OTRO SI DECIMOS.- De conformidad con lo dispuesto por el artículo 80 del código
Procesal Civil delegamos en los abogados que autorizan esta demanda las facultades
generales de representación a que se refiere el artículo 74 del mismo Código, a cuyo efecto
cumplimos con manifestar que nuestro domicilio es el señalado en la parte introductoria de
este escrito y expresamos, asimismo, estar informados de los alcances de la delegación que
otorgamos.