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Francisco Ramos Cuncanchún

Francisco

Bogotá, D.C., Colombia


Febrero, 2011
© Francisco Ramos Cuncanchún
e-mail: larisateatro@gmail.com

ISBN: 978-958-8592-14-5

Fotografías: Jainer León Buitrago

Modelo: Diego David Ramos Acevedo

Concepto gráfico de carátula e ilustraciones:


Sonia Castillo Ballén

Diagramación, impresión y acabados:


Ediciones Ántropos Ltda.
gerencia@edicionesantropos.com
www.edicionesantropos.com
Bogotá, D. C.
Febrero de 2011

Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Contenido

Introducción .......................................................... 9

La risa también tiene su historia ...................... 11

El encuentro de la mente con el cuerpo ........... 17

La atención distraída y el corazón


anestesiado ......................................................... 25

Tiempo ahorrado tiempo no vivido ................... 33

Caminos que llevan a la risa .............................. 41

La comicidad ................................................... 42
El chiste ........................................................... 48
El humor .......................................................... 64

El taller de la risa ................................................ 69

Llegó el momento de reír para enseñar ............ 95

Reflexión final ...................................................... 99

Bibliografía ........................................................ 101


A todas las profesoras y profesores
quienes, en un medio donde existe la práctica
de la violencia, de la búsqueda del dinero fácil
y del desprecio por el mérito,
dedican día a día su vida a la enseñanza,
trabajando incansablemente sobre lo más frágil
del presente con lo valioso del pasado
para construir el mañana.
Introducción
³(l hombre robado que sonríe
roba alguna cosa al l adrón
pero a sí mismo se roba el que se c o n s u m e
en un dolor sin provecho´

(Shakespeare, 1967, p. 1470)

E
l profesor es la persona que tiene la
facultad de viajar dentro del universo
del estudiante, por eso su impulso y
su fuerza vital no pueden ser apaga-
das por las dificultades que le interpone la so-
ciedad para el ejercicio de su profesión. Al con-
trario, debe recuperar el espacio en la institu-
ción educativa para el desarrollo de sus inicia-
tivas, el espacio social que le respete su digni-
dad y el prestigio a su importante labor, y el
espacio interior que le otorgue la credibilidad
en el alcance que pueden llegar a tener sus
capacidades personales.
Francisco Ramos Cuncanchún

Esto significa que sus condiciones de vida


deben mejorar en todos los sentidos, haciendo
de su actividad una experiencia llena de satis-
facción en la que cada paso y cada acción lo
enriquezcan, y sobre todo lo lleven a definir y
avanzar hacia su propia meta personal que
debe estar siempre presente llenando de sen-
tido su existencia.

Para contribuir con este propósito se ela-


boró el presente trabajo que muestra la forma
como se ha manifestado la risa a través de la
historia; qué efectos tiene en las personas tan-
to a nivel mental como corporal; la importan-
cia de comprender que no todo lo que se hace
tiene que ser útil y la necesidad de abrirle es-
pacios a nuestra propia creatividad, estrecha-
mente relacionada con la risa. Con el ánimo de
proporcionar elementos concretos para aplicar
la presente propuesta en el campo educativo,
se exponen diferentes posibilidades con las que
podemos contar para producir la risa, y final-
mente se concluye señalando la importancia
de expulsar de la mente los esquemas rígidos
que han impedido el fluir libre y espontáneo
de nuestra vida para ejercer de una manera
más satisfactoria el proceso de enseñanza.

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L a risa ha sido una manifestación hu-
mana con características sociales es-
pecíficas en cada época. En la cultura
griega se presentaba a través de las fiestas ba-
conianas, las cuales eran una oportunidad de
expresión popular para celebrar la cosecha de
la uva. La recolección abundante de este fruto
favorecía el éxtasis colectivo mediante el cual
todos dejaban al descubierto sus funciones
humanas, sin someterse a reglas, por lo cual
las prácticas sexuales eran una parte impor-
tante de la celebración.

En Roma la expresión festiva se dio median-


te las saturnales que utilizaban la burla en car-
navales populares. Allí se desarrolló el arte del
mimo, tenido en alta estima por emperadores
como Nerón para quien la capacidad de pro-
ducir risa se convirtió en una obsesión, hasta
el punto que en sus espectáculos en el circo
romano ordenaba a la guardia imperial ejecu-

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Francisco Ramos Cuncanchún

tar a aquellos que no se rieran de sus números


cómicos.

Al inicio de la Edad Media la risa fue con-


siderada obra del demonio. La iglesia, preocu-
pada por dejar constancia en el sufrimiento,
la condenaba por contradecir la condición de
habitantes del valle de lágrimas que tenían
los cristianos, así que el mimo y las represen-
taciones teatrales fueron prohibidas y los ju-
glares y cómicos perseguidos y castigados con
la cárcel.

La opinión que se tenía sobre la risa cam-


bió al celebrarse el año mil de nuestra era,
pues la Iglesia había anunciado que ese año
se destruiría el mundo. El sentimiento de tran-
quilidad al no llegar el apocalipsis produjo un
resurgimiento de la risa que se manifestó en
eventos realizados todos los años, en los cua-
les la gente se lanzaba a las calles a realizar
representaciones ridiculizando el poder y lo
sagrado. En estos carnavales había una li-
beración de las coerciones sociales o menta-
les y se proclamaban públicamente las fun-
ciones básicas del ser humano: comer,
embriagarse, excretar y copular. Ante la aco-
gida de este tipo de celebraciones la Iglesia

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Me río para enseñar

decidió legalizarlas para que en ellas se pro-


movieran personajes religiosos y se predica-
ra el Evangelio.

El carácter abierto y sincero de la risa del


carnaval popular de la edad media se vio apa-
gado con el advenimiento de la revolución in-
dustrial, la cual, con el cambio de las relacio-
nes sociales de producción, se encargó de aislar
al ser humano, de confinarlo, destruyendo la
expresión colectiva. Las funciones vitales fue-
ron desterradas del terreno público, dando
paso a la prudencia de la alusión verbal. Esta
nueva condición obedeció al rechazo de la risa,
producido por el poder institucional, que había
encontrado una forma de suspender el ocio y el
relajamiento mediante la imposición de jorna-
das laborales de doce y catorce horas en las
fábricas, de tal manera que las plazas y las
calles del carnaval fueron reemplazadas por
la taberna nocturna para el obrero solitario.

De este comportamiento que redujo la risa


al chiste individual, al apunte y a la burla pe-
riodística (Lipovetsky, 1990) solo se libraron
los comediantes y cirqueros que en diferen-
tes partes del mundo realizaban espectácu-
los en ferias organizadas para sorprender al

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Francisco Ramos Cuncanchún

público necesitado de distracción, con mez-


cla de humor, magia y representaciones con
tinte sobrenatural. Esta tradición dio origen a
algunos personajes que le otorgarían un mo-
numental impulso a la risa, al constituirse en
los protagonistas del cine mudo.

Posteriormente se desarrollaron comedias


cinematográficas habladas, dibujos animados,
espectáculos de televisión con risas pregraba-
das, y ahora tenemos producciones de efectos
especiales computarizados en tercera dimen-
sión que utilizan sofisticados elementos cómi-
cos para impactar al público.

De otra parte se fomenta la risa mediante


el reciclaje de gran cantidad de elementos de
la cultura y de la tradición puestos a través de
Internet, con mensajes humorísticos distribui-
dos amplia e incontroladamente por los correos
electrónicos, convirtiendo en virtual lo que tra-
dicionalmente ha sido la difusión de un chiste,
que siempre ha tenido la cualidad de transmi-
tirse con una velocidad sorprendente de ma-
nera oral.

En estos chistes enviados en archivos ad-


juntos se encuentran reflexiones que buscan

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me río para enseñar

el ataque a personalidades o situaciones, o la


presentación de las ironías de la sociedad,
para dar consuelo a la amargura de la impo-
tencia. Además, el usuario de internet cuenta
con la posibilidad de encontrar miles de chis-
tes clasificados, o ver el chiste del día, sin con-
tar con las innumerables posibilidades de
ubicar elementos jocosos mediante la red, en
una sobresaturación que no permite degustar
la dimensión esencial de la expresión cómica
presentada.

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Me río para enseñar

D ebemos contribuir a cambiar la con-


cepción de seres rígidos que se tiene
de los educadores, para que seamos
vistos como personas dotadas de maravillosas
cualidades que se dinamizan en el desarrollo
propio y el de la educación.

Hay que tener en cuenta que todos llega-


mos a este mundo con un cuerpo con faculta-
des extraordinarias dadas por la naturaleza, y
con una capacidad mental de un límite impre-
decible, pero debido a las restricciones socia-
les se va produciendo no solo una separación
entre la mente y el cuerpo, sino un olvido de la
parte corporal, y un abandono de los alcances
que puede tener el pensamiento, al cual solo
se le permite el camino marcado por las es-
tructuras matemáticas y lingüísticas, funda-
mentales pero no exclusivas en su construc-
ción. Esta situación hace que muchas veces
no proyectemos una imagen grata.

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Francisco Ramos Cuncanchún

Por eso debemos reflexionar sobre el mal-


trato al que sometemos a diario nuestro propio
cuerpo. Basta considerar las diferentes rutinas
que realizamos para identificar muchos daños
y malformaciones que nos ocasionamos por una
falta de valoración de las cualidades físicas que
poseemos y que no reconocemos, debido a la
yuxtaposición que se ha creado entre el inte-
lecto y el cuerpo, haciendo de este último un
elemento de categoría inferior, siguiendo la tra-
dición milenaria de la condena a las funciones
corporales.

Esta concepción hace que no gocemos con


nuestros movimientos al caminar, al correr, al
saludar, sino que prácticamente arrastremos
el cuerpo con nosotros y lo obliguemos en al-
gunos casos a actuar en forma atropellada, pro-
duciéndonos daños que se manifiestan con
dolores, porque nos violentamos para atender
las necesidades básicas en el cumplimiento de
nuestros deberes, hasta que en algún momen-
to, literalmente, dejamos de funcionar, y, aque-
llo tan importante que siempre teníamos que
hacer, debe ser olvidado.

Por otro lado, la mente, fuente inagotable


de posibilidades de crecimiento, gracias a la

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Me río para enseñar

inteligencia, la voluntad y la imaginación, no


tiene un límite para su desarrollo. Por tanto, no
debemos poner punto final a la adquisición de
conocimientos, a la capacidad de tener inicia-
tivas y a la facultad de crear.

Para desarrollar al máximo la mente y el


cuerpo, además de realizar los movimientos
con plena conciencia y disfrute, debemos cam-
biar la forma de proceder con nuestros senti-
dos: pasar de ver de manera indiferente a ob-
servar conscientemente; de oír sin interés, a
escuchar con profundidad; de palpar al azar, a
sentir lo exterior en nuestro cuerpo; de sabo-
rear mecánicamente, a degustar de manera
plena; de ignorar cada olor, a captar los dife-
rentes matices olfativos. Esto requiere que pon-
gamos de manera permanente a nuestro ser-
vicio la atención, enfocándola hacia donde los
sentidos se encuentran con el mundo.

Este ejercicio, en el caso de la docencia, no


solo favorece los procesos creativos en el aula
de clase, sino que mejora las relaciones entre
las personas, pues uno puede identificarse con
la experiencia del otro, y comprender que no
hay uniformidades absolutas entre las perso-
nas, sino que, por el contrario, cada ser huma-

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no constituye un mundo distinto porque tiene


una manera única de percibir la realidad.

Por eso es importante atender tanto el va-


lor personal en términos físicos, como el valor
del propio pensamiento. El abandono y la ig-
norancia de la corporalidad son la causa de que
las personas en el momento actual tengan de-
formaciones, tensiones y limitaciones para el
movimiento, y su oralidad sea apenas audible.
Por otra parte las mentes esquematizadas y rí-
gidas vuelven a las personas opacas y pasi-
vas, resistentes a percibir la dinámica de la
existencia, déspotas ante cualquier propuesta
novedosa, e insensibles frente a los estímulos.
Ese estado del cuerpo y de la mente se consti-
tuye en tierra fértil donde prosperan todo tipo
de circunstancias negativas.

La apertura de los sentidos y una buena


disposición hacia el cuerpo hacen que asuma-
mos las cosas difíciles como insignificantes, nos
dan la oportunidad de reírnos en vez de asus-
tarnos ante las dificultades. La risa hace posi-
ble un cambio de actitud debido a que produ-
ce dos descargas: una de carácter corporal, y
otra de carácter mental. Cuando nos reímos el
cerebro se activa porque se generan endorfi-

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Me río para enseñar

nas, hormonas que tienen la capacidad de sus-


pender el dolor y hacer que nuestra forma de
percibir las cosas cambie, favoreciéndose la
alegría y la creatividad. La risa hace contraer
los músculos alrededor de la boca, relaja el dia-
fragma, la laringe y la epiglotis (órganos que
con frecuencia mantenemos tensionados), hace
abrir la boca extendiendo sus comisuras a los
lados, produciéndose profundas inspiraciones
sonoras, forma arrugas en la nariz, a veces hace
que los ojos se cierren y se produzcan lágri-
mas, lleva la cabeza hacia atrás, los hombros
hacia arriba y en estados intensos lleva a co-
gerse el estómago con las manos y antebrazos
mientras se dan golpes con el pie en el piso
(Morris, 1980).

El efecto físico de la risa incluye la oxige-


nación de los pulmones, el relajamiento de los
músculos y el alivio de las tensiones. El cere-
bro es estimulado por el aumento de flujo san-
guíneo, lo cual produce un estado de alerta, y
la expresión adquiere una apariencia muy agra-
dable, debido a que los pensamientos depri-
mentes que tanto suelen visitarnos se apartan.
Normalmente tendemos a no ver salida a los
problemas, quizá porque la dificultad se sien-
te más intensa cuando ésta se compara con lo

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Francisco Ramos Cuncanchún

que podría ser la solución, pues como afirma


Shakespeare, ³ORs males que se despiden
muestran su mayor perversidad en el momen-
to de parWLU´ (Shakespeare, 1967, p. 335). La
risa al apartar los pensamientos inconvenien-
tes, favorece el surgimiento del optimismo, y
la esperanza se convierte en realidad.

Este cambio tanto del estado físico como


mental que nos produce la risa la convierte en
un maravilloso antídoto contra la angustia, el
resentimiento, la desilusión y el desconcierto,
sentimientos que entran a atacar directamen-
te el organismo.

La mente, como podemos observar, se en-


carga de construir en el cuerpo las experien-
cias dolorosas, pero desde ella misma, a tra-
vés de la risa , nos podemos liberar del
sufrimiento y habitar espacios gratificantes.
Los niños pueden ser felices y divertirse sin
dificultad porque su mente aporta una gran
carga positiva para darle valor e importancia
al elemento sobre el que centran su juego. A
la postre lo que hace la risa es amordazar la
rigidez que habita en las personas, impidién-
dole momentáneamente reinar, para que pue-
da tener lugar el disfrute, por medio de la aper-

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Me río para enseñar

tura de nuevos y más amplios caminos de per-


cepción.

Con la conciencia de este hecho los maes-


tros podemos asumir una posición más favora-
ble al comprender que, ante los obstáculos que
se interponen todos los días a la realización de
las actividades, tenemos dentro el poder, gra-
cias al encuentro de nuestra mente con nues-
tro cuerpo, de reducir lo desagradable a su mí-
nima expresión.

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Francisco Ramos Cuncanchún

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Me río para enseñar

C omo lo señaló Freud (1970), diariamen-


te estamos sometidos a hacer solo lo
que es permitido por quienes nos ro-
dean, o lo que nosotros mismos nos
permitimos debido a la censura que nos impo-
ne la mente, llegando al punto de esperar a
que alguien realice algo para sentirnos con la
autorización de actuar. Cuando nos liberamos
de este sometimiento sin que participe la vo-
luntad en la decisión, se produce la risa. De
otra parte, cuando nos liberamos de una emo-
ción que nos afecta, por una distracción que
atrapa nuestra atención en algo simple, se pro-
duce la risa. Finalmente, debido a que para en-
tender todo lo que pasa a nuestro alrededor
tenemos que dibujarlo en la mente, cuando la
realidad no encaja en ese diseño que tenemos,
se produce la risa.

El conocimiento y control de estos aspec-


tos son recursos invaluables para hacer de

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Francisco Ramos Cuncanchún

nuestra vida y profesión espacios de alegría.


Ello implica que ante la seriedad impuesta por
la cotidianidad nos permitamos la presencia
de la ficción, es decir, de hacer divagaciones
imaginarias sobre los conflictos y tensiones,
que, de repente, pueden perder todo su efecto
y volverse inofensivos, llevándonos a unos ma-
yores niveles de comprensión de lo que suce-
de en las relaciones entre las personas.

Esta dimensión de la ficción es la que co-


rresponde al chiste, a la suposición dispara-
tada y a la ocurrencia, que hacen vivir una ex-
periencia similar a la del sueño, donde
recreamos una serie de situaciones en un es-
pacio atemporal al margen del movimiento fí-
sico, viajando por diferentes momentos ya vi-
vidos, pues todas las experiencias están
intactas en la mente y podemos volver a ex-
perimentarlas.

El retorno a ese estado de indefensión en


que la formalidad de la regla es transgredida,
sin que actuemos con premeditación, es de
gran fortaleza, porque pasamos junto con quie-
nes nos rodean, a espacios diferentes a los co-
tidianos, suspendiendo la tensión del momen-
to y produciendo una liberación general frente

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Me río para enseñar

a la pesada carga de la mirada impuesta por


las reglas y las convenciones. Esta situación
es la que vivimos cuando nos tropezamos, o
confundimos una palabra importante con otra
trivial, o tomamos por un elogio una ofensa re-
cibida. La espontaneidad que estos desvíos
de la norma generan es la que garantiza la risa,
y la podemos propiciar en muchos momentos
de la actividad diaria, con una atmósfera agra-
dable.

Comercialmente la risa es un prototipo de


imagen utilizado por los medios de comunica-
ción, por las campañas publicitarias y por los
procesos electorales, pues se considera que
ésta atrae la confianza; sin embargo en ese con-
texto carece de impulso interno verdadero. La
risa impostada, para vender, es una mueca pe-
trificada en el rostro, sin valor desde el senti-
miento y el pensamiento, que busca empobre-
cer las expresiones individuales y hacer de las
personas simples consumidores pasivos, pre-
tensión que nos convierte en una masa de es-
pectadores poniendo en cuestión nuestra pro-
pia identidad, por lo cual la preservación de
ésta se constituye en un aspecto central. De
manera que, frente a este embotamiento fo-
mentado a través de los medios de comunica-

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Francisco Ramos Cuncanchún

ción, es necesario que como maestros trascen-


damos el punto de vista de observadores y nos
convirtamos en protagonistas de nuestra pro-
pia existencia dándole una apertura a los senti-
dos, como lo hace quien al vivir un episodio ate-
rrador cuenta lo sucedido de forma inmediata,
logrando transmitir la situación vivida porque
pone en juego todo su ser para comunicar, lle-
vando a quien escucha a tener una verdadera
experiencia sensorial con la narración.

Esta apertura corresponde a darse uno mis-


mo la oportunidad de vivir el momento experi-
mentando cada instante de manera plena, sus-
pendiendo la tormenta de pensamientos sobre
el futuro que nos embarga constantemente, y
disfrutarndo el presente; implica en últimas
aprender a reír para que la representación que
nos hacemos del mundo tenga el tamaño de
nuestra cabeza y no pretender que nuestra
cabeza tenga el tamaño del mundo.

La risa, aunque corresponde a un acto de


autoafirmación, de superioridad frente a aque-
llo que es vulnerable por su resistencia al cam-
bio, tiene la propiedad de unificarnos con las
otras personas, al producir una complicidad que
termina integrando a quienes participan del
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Me río para enseñar

disfrute del chiste, del humor o de la situación


cómica, rompiendo las barreras de las edades,
las clases sociales y los niveles culturales.

La superioridad que nos otorga no es des-


tructiva, no pretende hacer daño, solo trans-
formar un estado trascendental para recupe-
rar la sencillez y la sinceridad, quitándole a las
cosas la apariencia oscura de la que son inves-
tidas por la rutina, sacudiendo para ello a las
personas de los prejuicios que paralizan su ac-
ción, haciéndole un desafío a la posición de des-
confianza generalizada, mostrando la inutilidad
de sentirse dueño de la razón, de creer que se
adivinan los pensamientos de los demás, de
leer en las miradas odio y rencor, y de conside-
rar que debemos transformar a los otros por-
que son los que están en el error.

Lograr un estado de sencillez en nuestra


personalidad resulta favorable en cuanto nos
pone en contacto con potencialidades que
siempre hemos tenido pero que no valoramos
lo suficiente para ejercerlas, y que correspon-
den a los recursos internos que nos pueden lle-
var al desarrollo amplio de nuestra creatividad,
la cual está en una estrecha relación con la risa,
ya que ambas corresponden a procesos de des-

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Francisco Ramos Cuncanchún

cubrimiento, y, como tales, son elaboraciones


de carácter mental a partir de determinadas
percepciones, que conducen a la materializa-
ción de formas expresivas que inciden en el
entorno social.

Las características de nuestra creatividad


dependen de la riqueza perceptual y de la uti-
lización de la capacidad transformadora. Para
poder desarrollarla en cualquier campo es ne-
cesario que estemos en condiciones de tomar
decisiones de manera independiente, pues se
trata de una acción propia frente a una reali-
dad concreta que requiere autonomía.

A los docentes nos resulta de gran valor do-


tarnos de los recursos sensoriales que hay en
cada espacio al que asistimos. Debemos regis-
trar de una manera cualificada los estímulos
que nos brinda el medio, desarrollando un
pensamiento que haga relaciones entre lo per-
cibido, comprendiendo que las cosas no son
estáticas sino que están en una constante in-
teracción y cambio.

Para ser creativos debemos mirar más allá


de lo que se plantea de manera ordenada; por
ejemplo, el texto escrito que leemos debemos

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Me río para enseñar

abarcarlo con todas las imágenes vivas, los so-


nidos, las texturas y los ritmos que contiene,
es decir, debemos encontrarle su más profun-
do significado.

Por otro lado es conveniente que llevemos


a un alto nivel de conciencia la dimensión afec-
tiva que nos embarga diariamente. De esta ma-
nera no estaremos a merced de las fuerzas in-
controladas de las emociones, pues la
consciencia nos permite observarlas y poner-
las a nuestro favor. Cuando logramos tener un
control emocional y al mismo tiempo una libe-
ración del peso del pensamiento que sobredi-
mensiona la realidad, podemos vivir el momen-
to placiente de la risa, mecanismo de lujo propio
solo de los seres humanos, y que es el resultado
de complejos procesos de la inteligencia.

La risa, además de llevarnos a tener pers-


pectivas, desencadena asociaciones mentales
que dan origen a nuevas realidades, por eso
cumple un papel estimulador de la creatividad.
Esto es posible gracias a que apartamos nues-
tra atención de las necesidades cotidianas,
pudiendo visualizar elementos que antes no
captábamos, aunque siempre habían estado
ahí ofreciéndonos sus posibilidades.

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Francisco Ramos Cuncanchún

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Me río para enseñar

S egún el pensamiento contemporáneo


todo lo que hacemos tiene que ser útil y
servir para algo. Esta creencia llega has-
ta el extremo de llevarnos a emplear el tiempo
de descanso en cosas útiles. Si vamos al gimna-
sio lo hacemos no para disfrutar sino para adel-
gazar, si salimos a trotar por las mañanas no es
para esparcirnos sino para prevenir un ataque
al corazón, si vemos la televisión no es para re-
crearnos sino para enterarnos de las medidas
que se han tomado contra los maestros. La so-
ciedad, obsesionada por las compras y el gas-
to permanente, considera que no se puede per-
der tiempo, que todo debe llevar a un resultado
tangible desde el punto de vista productivo.

La experiencia de la humanidad ha demos-


trado que cuando no se está haciendo algo útil
pueden ocurrir cosas importantes. Muchos des-
cubrimientos han sido producto de actividades
con las que no se buscaba la utilidad específi-

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Francisco Ramos Cuncanchún

ca en relación con la investigación desarrolla-


da por el científico.

Reconocer la necesidad de no preocuparse


tanto por la utilidad no significa desenvolver-
nos en un mundo vacío, sin destino. Por el con-
trario, lo más importante para nosotros es tener
unas metas claras, un propósito definido, un
gran sueño que le dé sentido a la vida, por el
que debemos trabajar con todas las energías.

Las condiciones del ejercicio docente ha-


cen difícil muchas veces que nos enfoquemos
en un gran propósito personal, debido a la as-
fixiante cotidianidad que nos sume en un es-
tado de depresión o de alto nivel de tensión,
atendiendo diariamente una clase en un salón
con hacinamiento, y soportando distintos com-
por tamientos y conflictos que nos parecen
muchas veces incontrolables. Es necesario que
logremos apartarnos de la tendencia a afron-
tar la dificultad del momento como una totali-
dad, y le demos a cada situación un tratamien-
to de manera individual. Cuando intentamos
atender todas las cosas simultáneamente, es-
tas se vuelven inmanejables, pues no conta-
mos con las fuerzas suficientes para soportar
tanta presión al mismo tiempo.

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Me río para enseñar

Es necesario desintegrar el todo, ver el gru-


po a partir de pequeñas unidades, buscar al-
ternativas imaginativas que lleven a nuevas
formas de trabajo. En ocasiones se hace mu-
cho, y se logra poco, por eso es mejor pensar
en no afanarse por hacerlo todo, a veces mal
hecho, sino en hacer poco, pero hacerlo muy
bien, dando siempre cabida a la originalidad
para resolver las situaciones.

Hay una estrecha relación entre la origina-


lidad y el reconocimiento de los valores corpo-
rales y mentales propios, ya que solo siendo
conscientes de los recursos que tenemos, los
maestros podemos valorar y materializar la ca-
pacidad creativa, recurriendo más a aquéllo con
lo que contamos como seres humanos, que a
los elementos construidos por otros, y que se
encuentran desgastados por la repetición. En
ese sentido debemos rechazar la imitación pues
quien imita se encuentra en una paradoja com-
pleja porque al convertirse en otro deja de ser
él mismo, y como nunca podrá ser ese otro, pier-
de las referencias de su propia identidad.

Es de gran valor para un educador afirmar-


se en sus propias habilidades o capacidades
momentáneas para resolver una situación, y en

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Francisco Ramos Cuncanchún

sus facultades o capacidades permanentes, ya


fijadas en su existencia, para aplicarlas como
un recurso consciente en su solución. Esta ca-
pacidad implica tener flexibilidad para estar
dispuesto a cuestionarse en aspectos tales
como las expresiones verbales que siempre
repetimos, hecho por el cual se constituyen en
actos vacíos. Cuando hablamos debemos te-
ner en cuenta que cualquier sonido verbal se
carga de sentido en la medida en que se cons-
tituye en la envoltura de una carga emocional,
pues como afirma Freud: «Con las palabras po-
demos darle al otro la mayor felicidad, o hun-
dirlo en el desespero, con las palabras el pro-
fesor imparte su conocimiento al estudiante,
con las palabras el orador atrapa a su audien-
cia y determina sus juicios y decisiones, las
palabras producen emociones y son el medio
universal por el cual influimos a nuestros se-
mejantes». (Freud, 1981, p. 450)

Por eso es importante comprender el valor


de nuestras palabras, y la responsabilidad de
su uso con los estudiantes como acción estre-
chamente relacionada con una forma de pen-
sar y con un sentimiento. Los espacios de
comunicación que propiciemos deben caracte-
rizarse por la claridad, porque nos aseguremos

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Me río para enseñar

que lo dicho sea comprendido, porque haya


una efectiva recepción del mensaje por parte
del estudiante, y porque él pueda reproducir
lo percibido como forma de verificar su apro-
piada recepción.

Lo anterior resulta esencial si se tiene en


cuenta que el espacio educativo se asocia con
el tedio y la incomprensión, no solo por la fal-
ta de canales de comunicación fluidos, sino
por el agotamiento que implica la persisten-
cia de muchos años bajo unos mismos esque-
mas de comportamiento, ya que una persona
que llega a terminar una carrera profesional
gasta hasta veinte años de su vida sentada
en un pupitre.

Podría afirmarse que la rigidez y la dureza


de la estructura educativa es producto de las
planeaciones más organizadas y de la mejor
voluntad para poner a funcionar la maquinaria
formativa de la sociedad; es decir, la tradición
cultural generadora de la institución escolar ha
buscado niveles de perfección que constituyen
su propia debilidad, pues el no permitirse la
imperfección significa cerrarle el camino a lo
emergente, a las tensiones generadoras de
cambio, a las colisiones que siempre determi-

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Francisco Ramos Cuncanchún

nan el conflicto dramático de la necesidad de


transformación.

Para tener una disposición abierta en el te-


rreno educativo debemos ponernos al margen
del apresuramiento impuesto por las formas del
hacer contemporáneo que establecen acciones
desarticuladas de la vida misma de las perso-
nas y de las instituciones, bajo la creencia de
cumplir fielmente las obligaciones sociales y
laborales.

Este proceder se enmarca en la moda con-


solidada por la era de la tecnología de la infor-
mación y la comunicación de ahorrar tiempo.
Al preguntarse por los resultados de la planea-
ción estratégica, de los proyectos urbanísticos,
de los planes de mejoramiento, que general-
mente después de un tiempo de formulados
son olvidados, desarrollándose una práctica
desarticulada de ellos, vale la pena preguntar-
se si ha servido ahorrar tiempo. Ante tanto
tiempo ahorrado podemos contar con el dere-
cho desde ya a gastarlo, a derrocharlo, a dis-
frutarlo, pues a juzgar por los resultados so-
ciales actuales, los afanes modernos no se
corresponden con los beneficios de las per-
sonas.

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Me río para enseñar

El panorama contemporáneo de la calidad


de vida en términos emocionales muestra un
estado de estrés y soledad. En las grandes ciu-
dades la gente vive desconcertada y le ha per-
dido el sentido a la vida, a pesar de las carre-
ras desenfrenadas al cabo de las cuales se
descubre que estas no conducen a alcanzar la
felicidad.

Por contraste, la risa, acción sencilla y ais-


lada del sentimiento utilitarista moderno, per-
mite suspender el tiempo, paralizar como en
una foto instantánea la situación, y hacer cam-
biar la posición de desconcierto señalada, por-
que deja al descubierto las alternativas que la
persona tiene en su propio entorno si asume
con sencillez su percepción de las cosas, de-
jando fluir de manera espontánea su respues-
ta al medio. Esto corresponde a darle otro ma-
tiz al mundo exterior desde la propia mirada,
para lo cual es importante que comprendamos
cómo los caminos del pensamiento que hacen
posible el desarrollo de la risa llevan el ger-
men del cambio, de nuevas posibilidades para
el mejoramiento y el enriquecimiento de la ex-
periencia vital.

39
Francisco Ramos Cuncanchún

40
Me río para enseñar

P ara proporcionar al profesor elementos


que favorezcan en él una nueva forma
de percibir y de actuar saliéndose del
remolino general que no deja desarrollar la ini-
ciativa individual, partimos de reconocer que
en cualquier situación de la vida cotidiana hay
una propensión permanente a la risa, debido a
que las personas se someten a lo básico, pro-
cediendo de manera mecánica, sin considerar
las características de sus expresiones verba-
les o corporales.

El solo hecho de contemplar los gestos que


la gente hace produce risa. Las caras reflejan di-
ferentes expresiones: algunas aparecen como si
estuvieran gritando, otras a punto de llorar, otras
prestas a regañar, otras somnolientas; y los
cuerpos terminan haciendo movimientos mecá-
nicos y posiciones rígidas (Bergson, 1996), imá-
genes que simplemente sacadas de su contexto
se revelan como cómicas.

41
Francisco Ramos Cuncanchún

A continuación vamos a hacer el ejercicio


de ilustrar con situaciones familiares las fuen-
tes de la risa presentadas en el libro ³(l chiste
y su relación con lo inconsciente´ correspon-
dientes a «Las especies de lo cómico»: la inge-
nuidad, los movimientos, las funciones aními-
cas, la situación, la expectación, la imitación,
la caricatura, la parodia y el desenmascara-
miento; las técnicas para la elaboración del
chiste; y los mecanismos que generan el hu-
mor (Freud, 1990).

La Comicidad

Ingenuidad: como miembros de la sociedad


estamos obligados a actuar de acuerdo con unas
normas de comportamiento. Algunas veces in-
fringimos esas normas sin que lo hagamos de
manera intencional o sin ser conscientes de ello.

Una vez me encontraba frente a un profe-


sor quien me hablaba sentado en su escrito-
rio. De repente escuché una voz femenina a mis
espaldas. Volteé y vi en la entrada de la oficina
a una mujer muy hermosa que decía: ³Pero,
¡miren quién está aquí, qué alegría de verWH´
y abrió sus brazos. Yo corrí apresurado hacia

42
Me río para enseñar

ella para abrazarla, pero ella me evadió y avan-


zó hasta llegar al escritorio donde abrazó al
profesor que hacía poco había llegado de un
largo viaje.

Los Movimientos: cada actividad requiere


unos movimientos específicos del cuerpo, pero,
en ocasiones, sin que medie nuestra voluntad,
realizamos más de los necesarios, es decir, ha-
cemos movimientos excedentes que se quedan
en el vacío.

En un viaje que realicé en bus nos encon-


tramos con un derrumbe en la carretera, y por
lo estrecho que quedó el camino no podía pa-
sar el vehículo. Todos los pasajeros nos baja-
mos con las maletas, algunos con la idea de
buscar otra ruta para llegar a pie hasta el pue-
blo. Al mirar al frente vi un pequeño charco y
pensé: ³6LPSOHPHQWe doy un salto, y paso al
otro lado, para seguir por esta misma carrete-
UD´ Ante la vista de todos pegué el salto, y
quedé enterrado hasta la cintura, pues el es-
pacio al que salté era de lodo.

Las Funciones Anímicas: debemos estar


siempre atentos para responder mental o cor-
poralmente ante cualquier requerimiento de in-

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Francisco Ramos Cuncanchún

teracción con el medio, cuando este proceso fa-


lla actuamos con torpeza.

En una ocasión iba caminando por la ca-


lle, y por la acera del frente pasaba una mu-
chacha muy bonita. Me quedé mirándola com-
pletamente absorto, y mi corazón se alegró al
notar en ella una leve sonrisa hacia mí, pero
inmediatamente me estrellé contra un poste.
Entonces pude comprender el motivo de su
sonrisa.

La Situación: en nuestra condición huma-


na estamos sujetos a situaciones de carácter na-
tural como la necesidad de comer, de dormir, de
estornudar, que tratamos de ocultar ante los de-
más. Además por ser miembros de una socie-
dad nos sometemos al cumplimiento de apa-
riencias como la presentación de la ropa, la
manera de hablar, de saludar, etc. que obser-
vamos de manera estricta. En ocasiones deja-
mos de cumplir las normas implicadas en una
situación natural o social involuntariamente.

Me encontraba en un barrio marginado


colaborando con la entrega de ayudas para per-
sonas damnificadas. Uno de los voluntarios de
la entrega levantó mi chaqueta y la ofreció.

44
Me río para enseñar

Como no me di cuenta en el momento que se


trataba de mi prenda ayudé a ofrecerla. Cuan-
do alguien la recibió y ya se marchaba ponién-
dosela reconocí que se trataba de mi chaqueta.

La Expectación: nuestra mente está acos-


tumbrada, por vía del hábito, al desarrollo nor-
mal de cualquier acción, pero algunas veces lo
que para nosotros forzosamente debe ocurrir,
no ocurre.

Ya avanzada la noche, luego de departir


unos tragos con un compañero que era de baja
estatura, tomamos un taxi. Al llegar a nuestro
destino me bajé por un lado y él por el otro. El
taxi se fue, y muy extrañado me di cuenta que
yo estaba solo en la calle, pues él había des-
aparecido. De repente escuché que me decía:
¡estoy aquí abajo! Al abrir la puerta del taxi
había descendido directamente a una alcanta-
rilla que no tenía tapa.

La Imitación: estamos acostumbrados a di-


ferenciar los rostros que vemos, pero algunas
veces se nos presentan rostros idénticos, lo cual
deja ociosa la diferencia que hacemos en nues-
tra mente.

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Francisco Ramos Cuncanchún

En un mundial de fútbol, después del rece-


so del primer tiempo, un equipo del lejano
oriente regresó con mucha frescura y energía
a jugar, y terminó ganando el partido. Después
se supo que el director técnico había cambia-
do a todo el equipo y nadie lo notó.

La Caricatura: nuestros sentidos están acos-


tumbrados a unas dimensiones determinadas
tanto de las personas como de las situaciones y
los objetos. A veces las circunstancias hacen que
estas dimensiones aparezcan aumentadas o
disminuidas desmesuradamente.

Un paciente a quien le mandaron hacerse


un examen coprológico llevó al día siguiente
la muestra en el recipiente que le vendieron en
la droguería, pero mientras esperaba en la fila
la colocó en un tarro vacío de galletas que lle-
vaba. Cuando llegó a la ventanilla la enferme-
ra le pidió la muestra, él se dispuso a destapar
el tarro pero ella le dijo: ³1R, no vaya a desta-
par eso aquí, consiga un recipiente más apro-
SLDGR´

La Parodia: una persona, objeto o situación


tienen unas características que los identifican
claramente. A veces aparecen en ellos una o va-

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Me río para enseñar

rias características que los muestran comple-


tamente opuestos a lo que son.

Una candidata presidencial de gran presti-


gio, diciendo un discurso durante su gira de
campaña expresó para cerrar su alocución:
³(VWDPRs totalmente firmes y sólidos, nada nos
va a poder derrXPEDU´ En ese momento se
desmayó.

El Desenmascaramiento: los seres huma-


nos buscamos mantener las apariencias, ocul-
tando las verdaderas condiciones en las que nos
encontramos física, mental, o socialmente, pero
algunas veces, de manera accidental, nos po-
nemos al descubierto.

Un ejecutivo estaba seduciendo a una com-


pañera de trabajo muy bonita. Se reunieron en
la despedida de navidad de la empresa, y él,
no sabiendo qué decirle, hizo el siguiente co-
mentario sobre otra muchacha que estaba de-
trás de ella: ³£(Va vieja que está allá sí es bien
fea! ¿No?´ La compañera del ejecutivo volteó
a mirar y le dijo: ³Pues ella es mi herPDQD´. Él,
azarado, y tratando de arreglar las cosas le dijo,
³1R, no, no me refiero a tu hermana, como se
te ocurre que voy a hablar mal de ella, me re-

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Francisco Ramos Cuncanchún

fiero a ese vejestorio horripilante que está más


DOOi´. La muchacha volteó a mirar y le respon-
dió enfurecida, dándole una bofetada: ³£Pues
esa es mi maPi´

El Chiste

Esta construcción se caracteriza por ser una


mínima expresión narrativa con personajes, si-
tuación, conflicto, y que desvía la atención del
oyente para producir un desenlace inespera-
do, generando tanta sensación en las perso-
nas, que se difunde muy rápido, llegando a pa-
sar de ciudad en ciudad, de país en país y hasta
de un continente a otro.

El chiste no puede ser inventado a volun-


tad, es necesario dejar fluir la intuición y la ca-
pacidad de improvisación sin el control de la
lógica, favoreciendo la creación de condiciones
en la propia forma de pensar y de actuar, y man-
tener una disposición permanente a asumir el
riesgo.

Tiene un gran valor en todas las circuns-


tancias sociales, pues sin hacer ningún daño
contribuye a que las otras personas amplíen

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Me río para enseñar

su visión de las cosas, mejoren su estado de


ánimo, y estén en condiciones de desarrollar
permanentemente ideas creativas, las cuales
son valiosas, particularmente para el campo
de la educación.

A continuación se presentan algunos ejem-


plos correspondientes a cuentos de la tradición
popular que se exponen de manera original, o
modificados para los fines de este libro, ajus-
tándolos a una de las modalidades desarrolla-
das por Freud en su obra El chiste y su relación
con lo inconsciente, investigación que ha cons-
tituido la base de esta propuesta.

Palabras que se forman uniendo otras dos, a


veces haciéndoles un pequeño cambio, para dar
a entender algo diferente u opuesto a lo que sig-
nifica una de estas palabras sola.

La esposa del director del penal sorprende


a este en una celda con una reclusa sentada
en sus rodillas, y muy indignada le recrimina
por su traición. El director se acerca a ella y le
dice para tranquilizarla: ³Pero mi amor, solo es-
toy siguiendo tu consejo: anoche mismo me
dijiste que el mejor remedio para quitarme el
dolor de rodillas era ponerme con prHVDV´

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Francisco Ramos Cuncanchún

En el convento están conversando tres mon-


jas. Una de ellas confiesa que ha cometido un
pecado grave y al escuchar el llamado a misa
sale apresurada hacia la capilla. Al momento
se escucha un gran estruendo. Una de las que
queda sale a averiguar que pasó en la capilla.
Al rato vuelve angustiada y dice: ³IXe que cayó
en JUDFLD´. La otra dice: Bendito sea Dios, la
hermana ha recibido el perdón y la comunión´
y dice la otra: ³1R, que se cayó la hermana En-
gracia y se rompió la FDEH]D´

Frases muy conocidas a las que se les cam-


bia el significado variando una o más palabras
de las que están formadas.

El papá recrimina a su hijo porque nueva-


mente perdió el año, diciéndole: ³Así como vas
cuando tengas tus propias responsabilidades
te tocará andar con una mano adelante y la
otra DWUiV´, a lo cual el muchacho le responde:
³1o papá, eso no me va a pasar, voy a andar
con las manos a los lados, porque quiero ser
maletero del aeropuerto´
Van caminando dos hermosas muchachas
en minifalda, de repente aparece un atracador
apuntándoles con un revólver y les dice: ³Arri-
ba las minis, digo, arriba las PDQRV´

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Me río para enseñar

Palabras que tienen la ventaja de significar


algo y al fraccionarlas cambiar su significado

Un hombre aborda a otro en la calle y le


dice: ³6HxRr, soy paraguayo, ¿me podría decir
dónde consigo una casa de cambio?´ El tran-
seúnte le pregunta: ³¢Para TXp"´, éste le con-
testa: ³Paraguayo´

El cliente dice: ³PHVHro, retíreme los coles


de mi EDQGHMD´. El mesero le pregunta ³¢HVWiQ
mal preparados, señor?´ El cliente le contesta:
³QR, no es eso, es que acabo de venir del médi-
co y me encontró alto el colesterRO´

Frase conocida a la que se le cambia el or-


den, cambiándole completamente el signifi-
cado

En el siglo XIX, en el teatro Vargas Tejada,


un actor negro representaba el papel de un
enamorado que le hacia una declaración de
amor a una mujer blanca. Según el libreto te-
nía que decir: ³Yo soy negro por fuera pero blan-
co por dentro´. ³Al decir su parte se equivocó
y dijo: ³Yo soy blanco por fuera pero negro por
dentro´.

51
Francisco Ramos Cuncanchún

Hablando de un político muy corrupto, se


decía que había cumplido con ese gran propósi-
to de todo hombre: tener un hijo y escribir un
libro. El problema era que el libro no se vendía
por nada, pero el hijo si se vendía todo el tiempo.

Palabra a la que se le cambia una parte, de-


jando que suene igual pero que tenga un signi-
ficado distinto.

Un médico se queda aterrado de ver que el


paciente tiene abundante vello en el pecho. El
paciente ante la mirada que le hace el médico,
piensa que tiene algo grave y le pregunta an-
gustiado: ³¢'RFWRr qué padezco?´ El médico
le contesta pasándole suavemente la mano:
³Padeces un osito´

Un limosnero llega a una casa y golpea. Des-


de adentro le preguntan: ³¢4XLpn es?´ Él con-
testa: ³(l limosnero´. Ante esto le dicen: ³0X-
chas gracias señor, pero ya compramos
OLPRQHV´

Una empresa tenía una funcionaria que


obraba con tanta frialdad con todas las perso-
nas que al final del año decidieron homenajear-
la otorgándole una mención frigorífica.

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Me río para enseñar

Palabras que pueden ser utilizadas con un


sentido y luego con otro completamente distinto.

Un niño se queda sentado al borde de un


andén luego de pasar un entierro llorando y
diciendo: ³Papi no me dejes, llévame contigo,
¿por qué me dejaste solo? No, no, llévame con-
tigo´. Pasa un elegante caballero, y al verlo llo-
rar tan triste se compadece y le dice: ³Tran-
quilo niño, tómalo con calma, hay que
resignarse, él ya no está en este mundo´, y el
niño responde: ³¢&yPo así que no está?, si es
el que va manejando la carrR]D"´

Viene una mujer discutiéndole acalorada-


mente a su esposo. De repente aparece un atra-
cador que saca un arma y le dice al esposo:
³£La plata o la vida!´ Él se voltea hacia su es-
posa y le dice: ³0i vida: le toca irse con el se-
xRU´

Un joven en una fiesta se acerca a una mu-


chacha mayor que él, y le dice: ³6HxRULWD, ¿bai-
lamos?´ Ella lo rechaza diciendo: ³Con un niño
yo no bailo´, y el muchacho le responde: ³'LV-
cúlpeme señorita, no sabía que estaba emba-
UD]DGD´

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Francisco Ramos Cuncanchún

Le dice el pretendiente al padre de la no-


via: ³6HxRr vengo a pedirle la mano de su KLMD´
él le pregunta: ³¢&XiO", ¿la grande o la peque-
ña...?´ El pretendiente contesta: ³1o sabía que
tenía las manos GLVWLQWDV´

Nombre propio al que se le toma por el sig-


nificado textual al que éste hace alusión.

Una mujer es asaltada por un atracador


quien poniéndole un cuchillo en el cuello le dice:
³'HPe su cartera o la degollo´, y ella dice tem-
blando: ³6HxRr, perdóneme, solo le puedo dar
la mía porque a Goyo ni siquiera lo conozco´

Un hombre golpea en una puerta, y cuando


le abren dice: ³%XHQRs días, ¿sería tan amable
de informarle al señor Vaca que yo estoy DTXt"´
La persona que le abre le contesta con una ac-
titud muy despectiva: ³Aquí no vive ningún se-
ñor Vaca, ésta es la familia Toro´. Ante esto el
hombre dice: ³Ay, discúlpeme, creo que me
equivoqué de HVWDEOR´

Llega un cliente a un almacén de venta de


discos y pregunta: ¿Tiene a Nino Bravo?, y el
vendedor le contesta. ³1R, pero si quiere le en-
furezco a RDIDHO´

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Me río para enseñar

Palabras o frases que denotan una metáfora


que es aprovechada por su significado.

La novia le termina a su prometido por lle-


gar borracho, y éste se marcha. A las tres de
la mañana regresa y golpea fuerte en la puer-
ta. Ella pregunta: ³¢4Xé pasa?´ Él grita: ³£(V-
toy herido, estoy KHULGR´. Cuando ella sale a
atenderlo y ve que no tiene ninguna herida él
le dice: ³(VWRy muy herido por lo que me hi-
FLVWH´

Un hombre despistado, que todo el tiempo


se pierde en cualquier sitio porque no tiene el
menor sentido de orientación se ofrece a servir-
le de guía a un amigo que llega de otra ciudad,
anunciándole: ³Tranquilo que yo tengo una
memoria IRWRJUiILFD´, su esposa se apresura a
aclarar: ³6t, el problema es que no tiene rROOR´

Expresiones completas que son utilizadas en


doble sentido.

El médico después de examinar a la enfer-


ma le dice al esposo con mucha preocupación:
³1o me gusta QDGD´, y el esposo responde:
³3ues la verdad es que hace mucho tiempo a
mi tampoco´

55
Francisco Ramos Cuncanchún

Un paciente llega muy preocupado donde


el médico, y le comenta: ³'RFWRr, el problema
que tengo es que no puedo conseguir novia
porque mi boca huele PDO´. El doctor restán-
dole importancia al hecho le dice: ³£Ay, hom-
bre, tranquilo, es que usted tiene que oler es
con la QDUL]´

En una fiesta se encuentra un hombre


arrinconado mirando a todo el mundo bailar,
con cara de aburrido. Una muchacha muy
comprensiva se acerca y le dice: ³6HxRr, ¿por
qué no bDLOD"´. El responde: ³Porque no ten-
go parHMD´. Ella lo toma de la mano y lo invita:
³3ues eso no es problema, tranquilo, baile
conmigo´, y él le dice: ³1R, es que no tengo
pareja la pierna izquierda´.

Palabras que tienen doble significado de tal


manera que dentro de la misma frase pueden
ser utilizadas con uno u otro de estos signifi-
cados.

Llega el borracho a la casa y trata de meter


la llave en la cerradura de la puerta pero no lo
logra. Su esposa se asoma por la ventana del
segundo piso y le dice: ³Así nunca le va a en-
trar esa llave, es con los dientes para arULED´

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Me río para enseñar

El levanta la cabeza mostrando sus dientes ha-


cia arriba, y trata de meter la llave.

El doctor asombrado por lo mal que encuen-


tra a su paciente alcohólico, le dice: ³0Lre, us-
ted con esa forma de tomar se está matando
OHQWDPHQWH´. El paciente le replica: ³6í doctor,
es que no tengo afán´

Una familia va muy contenta a presenciar


la corrida de la tarde; se encuentran con un
amigo y éste les pregunta: ³¢4Xp, van de to-
ros? Ellos le contestan: ³QR, de espectadorHV´

Frase a la que se le cambia el acento de una


de sus partes a otra para cambiarle completa-
mente el sentido.

A un mendigo le dicen: ³¢1o le da vergüen-


za pedir limosna en los EXVHV"´, y él contesta:
³Claro, yo preferiría que me llevaran la plata a
la FDVD´

El papá le dice al hijo: ³(s el colmo, tus es-


tudios me salen por más de quinientos mil pe-
sos al PHV´. Él contesta: ³Y eso que soy de los
que menos HVWXGLD´

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Francisco Ramos Cuncanchún

El jefe enfurecido dice: ³Secretaria, dón-


de está el bolígrafo´. Ella le dice: ³Doctor, ¡lo
tiene en la orHMD´, y él le replica: ³En cuál
oreja, dígame rápido, no me haga perder más
tiempo´

Afirmación completamente absurda que se


hace aplicando la lógica.

Un niño, viendo que el lanzador de cuchi-


llos en el circo es aplaudido después de termi-
nar de tirar los cuchillos alrededor de una chi-
ca, pregunta: ³¢Porqué lo aplauden, si no ha
dado ni una sola vez en el EODQFR"´

El doctor le dice al paciente: ³(Ve dolor que


usted tiene en su brazo izquierdo es normal
por la HGDG´. El paciente le dice extrañado:
³4Xé raro doctor, el brazo derecho es igual de
viejo y no me GXHOH´

Un cliente quisquilloso le dice al mesero


muy malgeniado por la comida que le ha servi-
do: ³¢4Xé significa este plato tan mal servi-
GR"´, a lo cual el mesero le responde: ³1o lo sé
señor, no soy semiólogo, por eso me toca tra-
bajar de mesero´.

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Me río para enseñar

Razonamiento lógico al que se le infiltra un


error.

Un cliente pregunta: ³¢A cómo los paste-


les?´ El dueño le contesta: ³'Rs en cinco PLO´
El cliente pregunta: ³¢Y cuánto vale uno?´ El
dueño le contesta: ³8Qo vale tres PLO´, y el
cliente le dice: ³(QWRQFHs deme el otro´.

Una mujer revisa de manera juiciosa las ta-


blas de pesos, edades y estaturas. Finalmente
llega a una conclusión que le manifiesta a su
esposo: ³£&Rn razón, es que según mi peso y
mi estatura yo soy mucho más joven´

La esposa prueba el licor que su esposo está


tomando y dice indispuesta: ³Pero esto sí es
una porTXHUtD´. El esposo satisfecho le dice:
³¢YHs que eres injusta porque te la pasas di-
ciéndome que yo disfruto EHELHQGR"´

Expresiones irónicas tomadas en su signifi-


cado textual.

Un jefe enfurecido le dice a la secretaria que


acaba de entrar a trabajar: ³¢0e toma usted por
idiota?´ Ella le contesta: ³Como apenas entré
ayer no me he formado una opinión de XVWHG´

59
Francisco Ramos Cuncanchún

El hijo dice: ³Yo sueño con ser imbécil cuan-


do JUDQGH´. La mamá se sorprende ante lo que
él dice, y trata de persuadirlo de que no piense
así, pero el muchacho argumenta: ³(s que
como mi papá se la pasa diciendo: ³0LUa la
suerte que tiene ese LPEpFLO´, ³PLUa ese imbé-
cil con ese carro último modelo´ ³ItMDWH con
esas mujeres tan lindas que sale ese LPEpFLO´

Llega el esposo de viaje antes de tiempo, y


sorprende a la esposa con el amante, entonces
le dice muy disgustado: ³£$Ví es como quería
verWH´, ella responde: ³¢Y entonces por qué te
pones tan EUDYLWR"´

Expresiones aplicadas al pie de la letra des-


conociendo el contexto en que se presentan.

El enfermero lleva la camilla con un pacien-


te para arrojarlo a los hornos crematorios.
Cuando va a cumplir su cometido el paciente
se incorpora y le dice: ³Oiga, oiga, yo no estoy
muerto´. El enfermero le contesta muy moles-
to: ³¢(s que usted va a saber más que el médi-
FR"´, y lo arroja.

Llega el papá con los libros de la lista que


han pedido en el colegio y le dice a su hijo:

60
Me río para enseñar

³Aquí están tus libros hijo, tienes que cuidar-


los mucho porque me salieron muy carRV´, y el
hijo le responde: ³No te preocupes papá, ni si-
quiera los voy a tocar en todo el año´

Expresión que confirma aquello que se está


negando.

Un borracho llega dando fuertes golpes a


una puerta. Un psicólogo sale, y el borracho le
pregunta: ³¢Aquí es alcohólicos anóQLPRV"´
El psicólogo muy complacido le contesta: ³6t
señor, claro, bienvenido´, el borracho le grita:
³3ues vine a desafiliarPH´

Se presenta un candidato a un puesto. El


jefe de personal le pregunta: ³¢Trajo los sopor-
tes de su experiencia en el árHD"´. Él contesta
³1R, no los traje´ ³¢Trajo los soportes de sus
HVWXGLRV"´. ³1R, no los WUDMH´. ³¢Trajo los so-
portes de sus trabajos anteriores?´³1R, tam-
poco´, responde el aspirante. El jefe de perso-
nal le dice: ³¢(QWRQFHs a qué vinR"´, y el
candidato le contesta: ³Pues como publicaron
un aviso que decía: ³,Q~WLl presentarse sin so-
porWHV´

61
Francisco Ramos Cuncanchún

Expresión en la que se traslada la alusión


de una de sus partes a otra para cambiarle el
significado.

Una esposa, embarazada, le dice a su es-


poso pensando en el futuro: ³Cuando nazca
nuestro segundo hijo nos tenemos que trastear
a otra parWH´. El hijo, que está aparentemente
distraído jugando, interviene diciendo: ³Hs in-
útil, de todas maneras nos VHJXLUi´

El pretendiente le dice al papá de su novia:


³6HxRr, vengo a pedirle la mano de su KLMD´. El
papá muy prevenido le dice: ³¢Y en que traba-
ja?´ A lo cual el novio responde: ³¢1o lo sabe?
Es secrHWDULD´

Un veterinario le pregunta con desprecio al


granjero: ³¿Y cómo sabe si una gallina es vieja
o es MRYHQ"´, el granjero le responde: ³Por los
GLHQWHV´. El veterinario le dice: ³£4Xé ridículo,
si las gallinas no tienen GLHQWHV´. El granje-
ro muy calmado aclara: ³Las gallinas no, pero
yo sí´.

Ideas completas que en su narración deben


seguir por fuerza un camino pero repentinamen-
te resultan en otro completamente distinto.

62
Me río para enseñar

Un hombre resbala por un precipicio, logra


quedar agarrado de una rama salvándose de
caer en el vacío, y grita: ³£Por favor ayúdenme,
ayúdenme que voy a FDHU´ De arriba viene
una voz celestial que dice: ³+LMR, no te preocu-
pes, ¡suéltate que tendrás la salvación eterQD´
Ante esto el hombre grita : ³¢1o hay nadie más
allá arULED"´

Sale el médico a entregar los resultados de


los exámenes que le ha practicado a la pareja,
y le dice al esposo: ³/e tengo una noticia bue-
na y otra PDOD´. El esposo le dice: ³¢&Xil es la
noticia EXHQD"´. El médico responde: ³4Xe los
resultados del embarazo dieron positivo´ El
esposo abraza a su esposa tiernamente y la
besa, luego le pregunta al médico: ³¢Y cuál es
la noticia PDOD"´. El doctor le responde: ³4XH
usted es HVWpULO´

Un cliente en un restaurante le dice al me-


sero: ³'Lscúlpeme, ¿usted me puede decir si
está OORYLHQGR"´ El mesero le responde: ³1R
señor, no le puedo decir, porque el encargado
de atender esta mesa es el otro mesero´.

63
Francisco Ramos Cuncanchún

El Humor

En muchas situaciones en que ocurre algo


que produce tristeza el mejor remedio que en-
cuentra la gente de manera espontánea es ex-
presar una ocurrencia que haga reír. Este es
un mecanismo de la mente que ayuda a sobre-
llevar las pesadas cargas de la vida. Sin esta
alternativa nos sumergiríamos en cualquier pe-
sar, de los tantos que aparecen en el transcur-
so de nuestra existencia, y estaríamos someti-
dos a una condición tan insoportable que nos
llevaría a la locura.

El recurso de sacar la risa de las situacio-


nes dramáticas se puede observar en diferen-
tes casos en que ocurre una tragedia, tanto a
un conjunto de personas, es decir, en una ca-
tástrofe, como a una persona, al perder un ser
querido, o al pasar por una situación de gran
calamidad.

Otra situación dramática corresponde al


sufrimiento por los que creemos son nues-
tros propios defectos. Nos consideramos
muy gordos o muy flacos, muy altos o muy
bajos, muy jóvenes o muy viejos, muy ron-
cos o muy agudos, es decir, nunca estamos

64
Me río para enseñar

satisfechos con las características humanas


que tenemos.

Todos estos aspectos ³GHIHFWXRVRV´ pue-


den terminar siendo una fuente inagotable de
risa si comprendemos que los modelos corpo-
rales son producto de los intereses particula-
res de quienes tienen el poder económico en
el mundo. A principios del siglo veinte eran
adoradas las mujeres gordas mientras que las
delgadas eran ignoradas. A través de la his-
toria todas las apariencias físicas han estado
relacionadas con las formas de pensamiento
del momento las cuales a su vez dependen
de la estructura social existente.

Por eso es válido reírnos de nosotros mis-


mos de una manera que nos engrandezca ante
los demás, señalando directamente los que
consideramos son nuestros más grandes de-
fectos, hecho que nos dará poder personal,
pues desaparecen los aspectos oscuros que nos
avergüenzan y nos muestran débiles ante los
demás.

Con respecto al humor Freud no desarrolló


una clasificación particular en su investigación,
así que nos limitaremos a citar algunas viven-

65
Francisco Ramos Cuncanchún

cias personales y narraciones populares que


ilustran la propiedad humorística que tienen
las situaciones dramáticas, correspondiente a
producir lo que el autor citado denomina: ³(O
gasto de sentimiento ahorrado´ (1970. p.215).

La primera travesura desde el más allá

Luego de asistir a un sepelio varias perso-


nas nos reunimos para acompañar a la familia
en esos momentos de pena. Dos tías del difun-
to, de edad avanzada, estaban sentadas en una
cama, y todos comentábamos con pesar lo su-
cedido. Repentinamente se desarmó la cama,
y las tías cayeron hacia atrás, quedando con
los pies levantados y la cabeza abajo. Un her-
mano del occiso inmediatamente hizo el co-
mentario: ³1R lo acabamos de enterrar y ya
empezó a cometer embarUDGDV´

No me puedo peinar

En una ocasión empecé a sufrir un dolor


muy intenso en el hombro derecho. Me sentía
tan mal que tuve que acudir al sistema de sa-
lud. Entré a la consulta, y la doctora empezó
diciéndome: ³Vamos a revisar los movimien-
tos de su brazo. A ver: ³¢Puede peinarse?´ Yo

66
Me río para enseñar

le respondí: ³1o´. Ella me preguntó: ³¢Por el


GRORU"´, y yo le dije con voz entrecortada: ³1R
doctora, porque no tengo pelo´

La bandera

Cuando Marco Fidel Suárez, quien fue pre-


sidente de Colombia, se encontraba haciendo
campaña, fue atacado verbalmente por un con-
tendor con la expresión: ³La mamá de Marco
Fidel Suárez es ODYDQGHUD´, él respondió: ³6t
es lavandera de &RORPELD´

El condenado

Un condenado a morir en el paredón es vi-


sitado para que manifieste su último deseo, y
él pregunta ³¢Puedo pedir lo que quiera?´ Ante
esto le manifiestan: ³8VWHd ya va a morir así
que tiene derecho a pedir cualquier FRVD´, y el
condenado dice: ³(QWRQFHs pido que me fusi-
len con el MXH]´

67
Me río para enseñar

F inalmente presentamos el taller de la


risa que consiste en abrir la llave de las
fuentes de lo cómico descubiertas por
Freud: La ingenuidad, los movimientos, las fun-
ciones anímicas, la situación, la expectación,
la imitación, la caricatura, la parodia y el des-
enmascaramiento (Freud, 1970), para que su
contenido fluya y refresque con alegría el sa-
lón de clase. Se presentan varias activida-
des simplemente para dar ideas que le per-
mita n al pr ofesor genera r espacios
gratificantes en los procesos de enseñanza.
Para lograr una participación entusiasta y los
mejores resultados en sus estudiantes, debe
proceder con mucho impulso vital y con una
gran apertura frente a la creatividad.

La ingenuidad

±El profesor le indica a los estudiantes que


corran por todo el salón y a una señal queden

69
Francisco Ramos Cuncanchún

inmóviles en una posición de equilibrio que


refleje el despliegue del cuerpo para correr. Les
muestra cómo podría venir corriendo cada uno
de acuerdo a la posición en la que ha quedado.
Luego continúan corriendo, vuelven a quedar
en congelado y miran repentinamente al fren-
te. Continúan corriendo, se detienen y hacen
un saludo efusivo estrechando a la persona que
esté más cerca, expresándole toda su emoción
por el encuentro.

±Se bate una soga. Todo el grupo está en


un extremo y van pasando de a uno, caminan-
do con firmeza, por debajo de la cuerda sin que
ésta los toque, hasta llegar al otro extremo. Lue-
go deben pasar de a dos, luego de a cuatro, de
a ocho, hasta que pase todo el grupo.

±Competencia en dos equipos. Cada equi-


po envía un representante. Uno le dice cosas
rápidamente al otro, referidas a acciones que
el otro debe representar con el cuerpo dicién-
dole al primero a su vez: ¿y ahora qué? Por
ejemplo: cae un rayo, ¿y ahora qué? Lo muer-
de un león, ¿y ahora qué? Finalmente quien ha
realizado las acciones desarrolla toda la se-
cuencia. Después se cambian los papeles.

70
Me río para enseñar

±Se forman dos grupos y se les indica que


después de leer el texto conformen una foto-
grafía con los personajes que aparecen en éste,
y expliquen los parentescos que tienen. El tex-
to dice:

³0e casé con una viuda. Ésta tenía una hija.


Mi padre era viudo y se casó con la hija de mi
mu- jer, de tal manera que mi mujer era
suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en
mi madre y mi padre al mismo tiempo era mi
yerno.

Poco tiempo después mi madrastra trajo al


mundo un varón que era al mismo tiempo mi
hermano, de manera que yo era su abuelo por
ser nieto de mi mujer.

Con el correr del tiempo mi esposa trajo al mun-


do un varón que además de nieto, era hermano
de mi madre, por lo tanto cuñado de mi padre y
tío de su hijo. Mi madre era suegra de su propia
madre, yo era en cambio el padre de mi propia
madre. Mi padre se convirtió en mi hijastro y
yo en abuelo de su hermano, mi padre y mi hijo
en hermanos, mi hijo en mi tío, mi mujer en mi
abuela, por ser madre en mi hijo, y como yo
pasé a ser esposo de mi abuela, yo soy mi pro-
pio DEXHOR´

71
Francisco Ramos Cuncanchún

±Cuatro estudiantes pasan al frente y ocu-


pan cuatro sillas. A la señal del profesor em-
piezan a pregonar como vendedores ambulan-
tes. Cuando todos han definido su ritmo de
vendedores se levanta uno, se acerca un paso
hacia el grupo y pregona el producto. El profe-
sor le hace preguntas que él debe responder
sin olvidarse de continuar pregonando.

±¿Pasan cuatro participantes, y alternada-


mente, según la señal, deben hacerle una na-
rración al público. A uno de vez en cuando lo
interfiere un zancudo, y debe mantener la na-
rración combatiendo al zancudo: lo maldice y
le da golpes de karate. Se mantiene en una di-
námica dividida entre el narrar y el pelear. A
otro lo interfiere un radio teléfono por el que
habla con distorsión de ruido, a otro un animal
amarrado que él hala para que no se vaya, y al
último un rival que desde lejos le lanza dife-
rentes cosas a la cara y al cuerpo.

Los movimientos

±El profesor le pide a cada uno que sacuda


la cabeza, enseguida que proyecte el pecho al
frente y lo hunda con fuerza sacudiendo la ca-
beza, después que proyecte al frente la cadera

72
Me río para enseñar

y la hunda con fuerza transmitiendo el movi-


miento al pecho y a la cabeza, luego que doble
repentinamente las rodillas haciendo repercu-
tir los movimientos en la cadera, enseguida en
el pecho y después en la cabeza. Ante la indi-
cación de que se abre el piso debe saltar y re-
accionar de la manera descrita anteriormente
en rodillas, cadera, pecho y cabeza. Ahora debe
hacer de manera continua las proyecciones
señaladas mediante un movimiento ondulato-
rio del cuerpo desde las rodillas hasta la cabe-
za y detenerse ante la señal que dé el profesor,
dejando proyectada hacia adelante la parte en
que va la onda. Por ejemplo: la cabeza, la ca-
dera, las rodillas, y luego caminar en esta for-
ma e interactuar con los compañeros haciendo
reclamos, seduciendo, etc. Finalmente todos se
desplazan por el salón y cuando dos quedan
enfrentados actúan como si se abriera la tierra
debajo de sus pies, enseguida dan media vuel-
ta y continúan caminando.

±Caminan, y a cada señal reducen la esta-


tura flexionando las rodillas sin doblar la es-
palda, hasta quedar caminando de cuclillas, y
volviendo a la posición normal. Después se co-
loca una fila de asientos de manera que los es-
paldares formen una barrera, como un peque-

73
Francisco Ramos Cuncanchún

ño muro, y los estudiantes deben pasar por de-


trás, uno por uno, simulando que bajan por una
escalera hacia un sótano imaginario. Durante
el proceso deben mirar a sus compañeros, y
mirar hacia abajo constantemente.

±Un participante pasa, realiza un movimien-


to, por ejemplo levanta un brazo y vuelve a
bajarlo, acompaña este movimiento con un
sonido y continúa haciendo esta misma acción
en un ritmo determinado. Después se le solici-
ta a otro participante que pase e imite al pri-
mero, y así hasta completar cuatro participan-
tes. Uno de ellos debe agregar un nuevo
movimiento con un sonido. Se le indica a otro
que lo imite, después a otro y a otro. Poste-
riormente se agregan más movimientos y so-
nidos haciendo más complejo el ejercicio.

±Se desarrollan los movimientos de las eta-


pas físicas de la risa. Un estudiante hace el
paso 1) emite el sonido profundo de inspira-
ción característico de la risa, y continúa repi-
tiéndolo a un ritmo determinado. Pasa otro a
hacer el paso uno, pero agrega el paso 2) abre
mucho la boca, continúa esta secuencia con el
ritmo que viene del anterior. Pasa otro, hace 1),
2) y agrega 3) extiende las comisuras de la

74
Me río para enseñar

boca, pasa otro y repite pasos 1), 2), 3) y hace


paso 4) arruga la nariz. Pasa otro y hace pasos
1), 2), 3), 4) y agrega paso 5) cierra los ojos,
pasa otra persona y hace pasos 1), 2), 3), 4), 5),
y hace paso 6) le aparecen arrugas a ambos
lados de los ojos, pasa otro y hace pasos 1), 2),
3), 4), 5), 6) y agrega 7) llora, pasa otro y hace
pasos 1), 2), 3), 4), 5), 6), 7) y agrega paso 8)
echa la cabeza hacia atrás, pasa otro y hace
los pasos 1), 2), 3), 4), 5), 6), 7), 8) y agrega
paso 9) levanta los hombros, pasa otro y hace
pasos 1), 2), 3), 4), 5), 6), 7), 8), 9) y agrega paso
10) mueve el torso, pasa otro y hace pasos1),
2), 3), 4), 5), 6), 7), 8), 9), 10) y agrega paso 11)
se aprieta los ijares, pasa otro y hace pasos1),
2), 3), 4), 5), 6), 7), 8), 9), 10), 11) y agrega paso
12) golpea con el pie en el piso.

Las funciones anímicas

±Se le pide a cada uno que escriba dos pa-


labras de tres letras que estén relacionadas, y
luego, cambiando cada vez una letra, pase de
una palabra a la otra. Por ejemplo: SAL y PEZ.
Entonces partiendo de SAL, la S se cambia por
C = CAL, la L se cambia por N = CAN, la C se
cambia por P = PAN, la N se cambia por Z =
PAZ; finalmente la A se cambia por E = PEZ.

75
Francisco Ramos Cuncanchún

±Se organizan en dos grupos y cada miem-


bro de cada grupo escribe un refrán, luego
escribe este mismo refrán de otra forma, sin
utilizar ninguna de las palabras originales, y
lo lee. El grupo contrario debe descubrir cuál
es el refrán original.

±Se indica que levanten el brazo derecho


arriba, lo regresan hasta quedar la mano en el
hombro, luego lo envíen al frente y al hombro,
lo envíen al lado y al hombro y luego abajo.
Ahora repiten el movimiento con el brazo iz-
quierdo. Después levantan el brazo derecho
arriba, luego lo llevan al hombro y de aquí al
frente, en este momento el brazo izquierdo es
dirigido arriba; cuando el derecho va al lado,
el izquierdo va al frente y así sucesivamente.

±Ubicados en círculo colocan las manos al


frente tensas. Las sacuden rápidamente cinco
veces y las tensan, luego cuatro veces y las
tensan, luego tres veces y las tensan, luego dos
veces y las tensan, luego una vez y las tensan.
Ahora tensan una mano y relajan la otra, ten-
san esta última y relajen la primera, cambian-
do muy rápidamente. Para lograrlo hay que
concentrarse en la mano que se tensa.

76
Me río para enseñar

±Enseguida se les dice que de repente el


brazo se revela, entonces se mueve descontro-
ladamente por todo el salón halando el cuerpo
en diferentes direcciones, luego se revela la
nariz, la pelvis, un dedo, etc. Comienzan a ca-
minar normalmente y una parte del cuerpo se
niega a avanzar, por ejemplo la cabeza, y ellos
hacen todo el esfuerzo hasta que la hacen avan-
zar, después se queda una mano, el pecho, o
cualquier otra parte del cuerpo.

±Finalmente el profesor dice a los partici-


pantes que salgan del salón y busquen un ob-
jeto que no sirva para nada, regresen y se sien-
ten. Al frente, en el piso, el profesor ha trazado
un rectángulo de cincuenta centímetros de fon-
do por un metro de ancho, en el cual debe per-
manecer la persona que pase al frente exhi-
biendo su objeto y demostrando al grupo que
este vale muchísimo dinero. El profesor le hace
toda clase de preguntas y él siempre las debe
contestar afirmativamente. Por ejemplo: ¿Cómo
se llama ese objeto? Espiltel. ¿Cuál es el nom-
bre en chino? Tilco Monco. ¿Sirve para volar?
Sí. ¿Cómo? Así. ¿Tiene baño? Claro, etc.

(En este ejercicio el estudiante termina re-


curriendo a potencialidades internas descono-

77
Francisco Ramos Cuncanchún

cidas para él, diciendo las respuestas más ori-


ginales e inventando movimientos que apoyan
su explicación. El hecho de no conocer las con-
diciones del ejercicio y de encontrarse libre de
todo esquema y presuposición, le permite de-
jar fluir espontáneamente su imaginación. Aquí
tiene una especial oportunidad de descubrir
su propia capacidad para sortear, con la crea-
tividad, una situación, motivo por el cual se
establecen las reglas del espacio limitado y las
respuestas afirmativas, que impiden al estu-
diante refugiarse, negándose a contestar o in-
teractuando con una sola persona de los que
lo observan)

La situación

±Los participantes se sientan en círculo. A


uno se le entregan dos objetos sencillos dicién-
dole: éste es un diente de león y ésta es una
lágrima de cocodrilo. El participante debe ofre-
cerle a su compañero del lado derecho uno de
los objetos y otro al del lado izquierdo, dicién-
dole a cada uno: éste es un diente de león (o
una lágrima de cocodrilo, según el caso), el
compañero le pregunta: ³¢(s TXp"´, y él le dice:
³(VWe es un diente de león´ (o una lágrima de
cocodrilo), y le da el objeto. Quien lo recibe lo

78
Me río para enseñar

pasa al siguiente diciéndole: ³(VWe es un dien-


te de león (o una lágrima de FRFRGULOR ´. El otro
le pregunta: ³¢(s TXp"´; éste a su vez le pre-
gunta al primero: ³¢(V TXp"´ y el objeto no
puede seguir avanzando hasta que no llegue
la respuesta enviada por quien inició la entre-
ga de objetos. Los dos objetos deben darle la
vuelta completa al círculo.

±Sentados en los asientos organizados en


círculo los estudiantes son retados por un com-
pañero que permanece de pié en el centro. Él
se dirige repentinamente al frente de alguien
al azar, se toca una parte del cuerpo, por ejem-
plo la nariz, y grita el nombre de otra parte del
cuerpo, por ejemplo: ³(VWe es mi FRGR´. El que
está al frente sentado debe inmediatamente
tocarse el codo y gritar el nombre de la parte
que se ha tocado el retador, en este caso: ³(VWD
es mi QDUL]´. Si falla, debe pasar al centro, y el
que estaba en el centro ocupará su silla.

±En dos grupos, un miembro de cada uno


estira los brazos y se deja caer al frente para
soportar a un compañero que hace lo mismo
enfrentado a él. Los dos se desplazan de lado
con sus cuerpos inclinados y apoyados en las
manos hasta un extremo del salón. Uno de los

79
Francisco Ramos Cuncanchún

participantes del desplazamiento apoyado en


las manos es reemplazado por otro miembro
de su grupo sin que el que sirve de apoyo se
incorpore, y en esta posición de apoyo mutuo
regresan hasta el extremo de inicio, allí el que
ya hizo el recorrido doble es reemplazado por
un compañero de su grupo. Continúan el ejer-
cicio hasta que todos los participantes hagan
el recorrido de la forma indicada.

±Un estudiante se acuesta en el piso boca


abajo. Todos lo rodean, se inclinan y le colocan
la punta del dedo índice en el cuerpo. Repenti-
namente sin ponerse de acuerdo, se apartan
rápidamente. La persona acostada en el piso
trata de tocar a quienes pueda, arrastrándose
como una serpiente. El que sea alcanzado que-
da convertido en serpiente y debe acostarse
en el piso boca abajo para ayudar a tocar a
otros. El propósito es que todos queden con-
vertidos en serpientes.

±Se da la indicación de caminar normal-


mente por todo el salón y a la señal, empe-
zar a desarrollar los pasos de la histeria. Pri-
mero caminan muy decaídos con los brazos
colgando y la cabeza abajo, y van cambian-
do sucesivamente a los siguientes estados:

80
Me río para enseñar

movimientos como borrachos, como turistas


indiferentes visitando una ciudad, como tran-
seúntes, como empleados que van retrasa-
dos al trabajo, como funcionarios que tienen
que hacer muchas cosas al mismo tiempo,
como paranoicos, como neuróticos desespe-
rados que se presionan las sienes con las
yemas de los dedos y caen al piso gritando y
pataleando.

±Cada uno debe pasar al frente y hacer un


saludo con un movimiento y un sonido, repi-
tiéndolo con regularidad pero sin ninguna emo-
ción. Luego otro sale, hace otro saludo, con su
ritmo propio el cual repite constantemente, y
luego pasa otro y otro, hasta que la mitad del
grupo está saludando. Después se les indica
que suspendan y reinicien el ejercicio, pero esta
vez con una emoción, hasta que de nuevo esté
todo el grupo expresando los saludos.

La expectación

±El grupo se organiza en círculo. Mueven


los dedos, luego los dedos y las manos, agre-
gan el movimiento de los antebrazos, des-
pués de los brazos, los hombros, la cabeza,
el tronco, la cadera y las rodillas. Empiezan a

81
Francisco Ramos Cuncanchún

caminar sin dejar de hacer todos estos movi-


mientos.

±Forman un círculo y el profesor se ubica


en el centro, indicándoles que cuando diga:
³6XHQa la campana´ todos deben decir: ³'LQJ
dong´, cuando pase el brazo por encima como
enlazando, todos deben agacharse para que
no les corte la cabeza, cuando lo pase abajo
todos deben saltar para no ser derribados, y
cuando lo lance hacia el frente todos deben
encogerse para no ser golpeados. El que no
haga el movimiento correspondiente cae des-
mayado en el piso.

±Todo el grupo se ubica en un extremo del


salón, y cada uno con los ojos cerrados camina
por una línea de un extremo al otro, colocando
siempre el talón del pie que avanza contra la
punta del pie que se queda.

±La mitad del grupo da la espalda a la pa-


red y la otra mitad, detrás de cada uno, se in-
clina y coge al compañero que le corresponde
por los tobillos para no dejarlo avanzar. El de
adelante empieza a caminar, y a medida que
se desplaza, el de atrás va subiendo las ma-
nos reteniéndolo de manera que el de adelan-
82
Me río para enseñar

te parece irse metiendo en el agua, hasta que


ésta le llega a los hombros.

±De los dos grupos uno se forma en fila in-


dia, y un miembro del otro grupo se para al
frente a unos metros de distancia. Cuando el
profesor da la señal él debe caminar con firme-
za de frente a la formación. Al llegar frente al
primero de la fila, éste se debe quitar rápida-
mente para no ser estrellado, luego el segun-
do, luego el tercero, etc., pero nadie se puede
quitar antes que la persona llegue hasta él.
Cambian los roles para que todos los estudian-
tes tengan la experiencia completa.

±Organizados por parejas uno coloca la pal-


ma de la mano cerca de la nariz del compañe-
ro, simulando imantársela. El primero mueve
la palma en diferentes direcciones, y el otro
debe seguirlo todo el tiempo con su nariz. Lue-
go se hace cambio. Después el que puso la
palma para imantar la nariz del otro lo vuelve
a hacer, pero el compañero a la vez coloca su
palma frente a la rodilla del primero, como si la
imantara, de tal manera que la rodilla debe se-
guir la palma de la mano de quien tiene su nariz
imantada, y se invierten los papeles.

83
Francisco Ramos Cuncanchún

±Un estudiante va a un extremo del salón,


toma respiración, y con los brazos extendidos
corre muy emocionado por una de las diago-
nales hasta el centro, al encuentro de alguien
imaginario; al llegar se da cuenta que no se
trata de la persona que esperada encontrar-
se, entonces cambia de actitud, pasando de
la efusividad al fingimiento o la decepción, y
regresa corriendo por la diagonal opuesta al
otro extremo del salón.

La imitación

±Todos corren y a la señal deben quedar


inmóviles, mirar hacia un punto fijo, proyectar
el cuerpo hacia él, dar un golpe de karate y
gritar. Es importante señalarles que cuando se
tiene el impulso corporal se emite el grito, este
debe ser producido por todo el cuerpo, es de-
cir, es el cuerpo todo el que hace hablar. Se les
da de nuevo la instrucción de que corran, a la
señal queden inmóviles, miren un punto fijo,
proyecten el cuerpo hacia él, den un golpe de
karate, emitan el grito y volteen a mirar repen-
tinamente al frente. Ahora hacen dos filas en-
frentados, y partiendo de un estado neutro el
primero de una hilera hace el golpe de karate
y el grito, dirigido al que queda diagonal a él

84
Me río para enseñar

en la hilera del frente, este recibe el impulso y


lo comunica a su vez al que está en diagonal,
con el grito y el golpe, éste continúa, y la ac-
ción se desarrolla en un zig-zag que va y re-
gresa hasta la persona que está enfrente al que
inició. El ejercicio debe ser rápido, sin pausas,
para que no se pierda el impulso.

±Organizados en círculo, de pié, todos mi-


ran hacia un lado distraídamente, girando la
cabeza, regresan la cabeza y vuelven a mirar
rápidamente, como interesados en algo. Repi-
ten el movimiento hacia el lado contrario. Lue-
go miran, regresan la mirada, vuelven a mirar
rápido, y regresan la mirada. Después hacen
este mismo movimiento girando la cabeza tres
veces.

±Dentro del mismo círculo sale a caminar


un estudiante de manera natural. Cuando al-
guien graba la forma en que puede imitarlo es-
pera que pase por su lado y se le va detrás.
Los miembros del grupo le sugieren posicio-
nes o movimientos para perfeccionar la imita-
ción. El que estaba originalmente pasa a su
puesto, y el que imita camina normalmente.
Pasa otro participante a imitarlo y continúa el
proceso.

85
Francisco Ramos Cuncanchún

±Cada grupo nombra un líder que orienta-


rá a sus compañeros en la imitación de un ani-
mal. El líder de cada grupo representará un
gallo. Se sientan en sillas puestas en círculo,
y van saliendo, cada uno por turno, dando la
vuelta por todo el círculo, representando el
animal. Al final salen los gallos y defienden a
su grupo en una pelea que define la compe-
tencia. Para representar al gallo se ubican en
cuclillas, y levantan las palmas de las manos
al frente, empujándose, cada uno buscando
derribar al otro.

±En círculo, de pie hacen una imitación, to-


dos al mismo tiempo, de las expresiones que
hace alguien cuando se ríe:

0: Tiene expresión neutra.


1: Ve algo divertido, lo refleja en los ojos.
2: Ve algo divertido, produce una leve son-
risa.
3: Ve algo divertido, produce una sonrisa más
amplia, sin dientes.
4: Muestra muchas ganas de reírse, no hace
ruido, se tapa la boca.
5: Suelta la risa
6: Lo que ve es muy divertido, se golpea la
pierna con la palma de la mano.

86
Me río para enseñar

7: Golpea al compañero en el costado de tan-


ta risa que tiene.
8: Se agarra el estómago de tanto reírse.
9: Se tira al piso a revolcarse de la risa.

±El profesor da la instrucción de que se for-


men dos grupos. A una parte le indica que
deben escuchar, pero con el propósito de po-
nerle mucho cuidado a todos los movimientos
y actitudes de la persona que les corresponda.
Al otro grupo le dice que cada uno debe con-
tarle a su pareja algún episodio de su vida que
haya tenido mucha importancia para ella, has-
ta lograr conmoverla. Después de realizada
esta actividad van pasando por parejas, y el
que escuchó le hace el relato al público de lo
que le contaron, haciendo los gestos y las acti-
tudes del compañero.

La caricatura

±Juegan un partido de fútbol, cada uno


manteniendo las rodillas pegadas, quien las
separa es retirado del juego.

±Corren por el salón y a la señal se quedan


inmóviles, miran a un compañero y le hacen
un gesto apretando contra la lengua los labios

87
Francisco Ramos Cuncanchún

produciendo un sonido con la vibración de es-


tos al expulsar aire. Luego deben quedar en
posición de firmes con la cabeza hacia arriba y
los ojos cerrados bien apretados. Se repite la
secuencia pero en lugar de quedar firmes se
desmayan e inmediatamente despegan la ca-
beza del piso y la dirigen al frente con una enér-
gica proyección.

±Formados en círculo, de pie y quedando


cada uno de lado con relación al centro del cír-
culo, y muy junto al compañero, se sientan en
las rodillas de quien está atrás. Se levantan,
dan media vuelta y vuelven a sentarse.

±Se les indica que formen parejas y dialo-


guen, uno con los dientes superiores descubier-
tos por el labio superior que queda recogido
encima de estos, gracias a que han sido seca-
dos un pañuelo, y el otro con la lengua acorta-
da hacia atrás dentro de la boca. A una señal
uno de los dos debe contarle a todo el grupo la
situación en la que se encontraba con el otro
sin alterar la forma como venía hablando, y to-
dos le hacen preguntas que él debe contestar.

±El profesor explica que al cordero lo ca-


racteriza la calma y la mansedumbre, al loro la

88
Me río para enseñar

charlatanería, al león la agresividad y al mico


las musarañas. Luego pide que pasen cuatro
personas, se sienten al frente en sillas puestas
allí previamente y a una señal empiecen a ha-
cer los sonidos de acuerdo con la característi-
ca de cada animal (cada estudiante debe in-
ventarse el sonido del animal). Uno representa
al cordero, otro al loro, otro al león y otro al mico,
luego deben levantarse y acercarse uno a uno
y hacerle una narración al grupo con el sonido
y el tono correspondiente, y responder las pre-
guntas.

±Cuatro estudiantes pasan al frente y se


sientan cada uno en una silla. El profesor les
pide que se inclinen y levanten un bebé imagi-
nario que está en el piso. Deben empezar a con-
sentirlo para que se calle, pero sin hablarle,
solo pueden hacer sonidos y gestos. Ensegui-
da el profesor les indica que vayan acercándo-
se uno por uno y le hagan al grupo (no a al-
guien en particular), los gestos y sonidos que
le venían haciendo al bebé. Si no hacen reír
vuelven a retomar el bebé y le hacen el arrullo
que le venían haciendo. Al hallar algo intere-
sante en su expresión, inmediatamente hacen
cambio al público para comunicarlo. (En estos
ejercicios el estudiante es colocado completa-

89
Francisco Ramos Cuncanchún

mente en un vacío y en una indefensión que lo


obligan a dejar funcionar su imaginación ex-
presando las más inusitadas cosas, de las cua-
les él tiene la oportunidad de hacer conscien-
cia en este momento).

La parodia

±Los estudiantes de pie, en círculo, hacen


movimientos de rotación lateral con la cabeza
en una dirección y luego en la contraria; des-
pués movimientos del pecho en la misma for-
ma, luego de la cintura, de la cadera, de las
rodillas y de los pies. A continuación hacen gi-
ros del brazo hacia un lado y hacia el otro, lue-
go del antebrazo, y finalmente de la mano. El
profesor les propone disociar los movimientos.
Por ejemplo: la cabeza gira a la derecha y la
cadera a la izquierda, etc.

±Pasan uno por uno a caminar de un extre-


mo a otro por una de las diagonales del salón.
En el recorrido individual, el que pasa, cuando
está más o menos en la mitad del salón, se pega
con la punta del pie de atrás en el talón del pie
de adelante tropezando, y continúa. Vuelve a
empezar el recorrido desde el principio, al lle-
gar a la mitad se tropieza igual que antes, que-

90
Me río para enseñar

da inmóvil en una posición de giro y pensati-


vo, mostrando que trata de saber qué fue lo
que pasó, gira más, y continúa pensativo, gira
más y mira el talón, se devuelve un poco del
giro, y piensa, se devuelve más y vuelve a mos-
trarse pensativo, luego continúa hasta el otro
extremo con indiferencia.

±Organizados en dos grupos, en cada uno


se escoge un refrán y se le asignan una o dos
de las palabras del refrán a cada estudiante.
Todos al tiempo gritan la palabra que les co-
rrespondió, esperando que el otro grupo des-
cubra el refrán. Este grupo puede solicitar va-
rias veces que vuelvan a gritar. Después cada
grupo vuelve a ponerse de acuerdo sobre un
refrán y esta vez cada uno de los miembros de
uno de los grupos mueve los labios diciéndolo
sin emitir sonido, y el otro grupo debe descu-
brir de qué refrán se trata.

±Cada grupo nombra un ingeniero, y los


demás representan los materiales. El ingenie-
ro los ubica, asignándole a cada uno un movi-
miento y un sonido, hasta que queda armada
toda la máquina de engranaje. Luego el grupo
que observa debe hacer preguntas absurdas
de las propiedades y el funcionamiento de la

91
Francisco Ramos Cuncanchún

máquina, y el ingeniero debe responder afir-


mativamente poniendo a funcionar la máqui-
na en relación con lo que se le pregunta.

±Cuatro estudiantes se sientan en sillas al


frente y empiezan a protestar en un idioma
extranjero inventado por ellos ante la indica-
ción de que hablen, por ejemplo, en arameo,
en chino, en alemán y en ruso. Se les pide a
dos que se levanten, avancen un paso, y em-
piecen a discutir en el respectivo idioma. El
profesor les hace preguntas y ellos deben con-
testar en el idioma escogido, diciendo la causa
de la pelea, cómo es su nombre, el alimento
que más les gusta, etc.

El desenmascaramiento

±Los estudiantes corren por el salón, a una


señal del profesor quedan inmóviles, cada uno
palmotea dos veces, salta con los brazos bien
estirados arriba, se inclina y golpea dos veces
con la palma de la mano derecha en el suelo,
se palmotea el glúteo derecho, después el codo
del brazo izquierdo, enseguida con la mano
derecha que tiene los dedos estirados se gol-
pea ligeramente la mandíbula y lanza el brazo
estirado hacia adelante, a la vez que hace un

92
Me río para enseñar

chasquido con la lengua y da un capirotazo con


los dedos índice y pulgar de la mano estirada
al frente, para finalmente quedar inmóvil.

±En círculo, de pie, extienden y cruzan los


brazos al frente, luego cierran los ojos y avan-
zan lentamente hacia el centro. El profesor pide
que cojan con cada mano una mano que esté
libre. Cuando ya no queda ninguna mano suel-
ta, deben abrir los ojos y tratar de desenredar-
se hasta volver al círculo inicial.

±Todos se ubican en un extremo del salón y


uno a uno pasan al otro extremo donde corren
a gran velocidad por una de las diagonales del
salón con los ojos cerrados hasta donde el pro-
fesor, quien les grita que se detengan, o los
recibe suavemente para que no se vayan a es-
trellar.

±Por parejas hacen gestos de la cara para


preparar la voz. Luego deben preparar el dia-
fragma haciendo pujos con fuerza, realizar bra-
midos para utilizar los resonadores, hablar en
falsete y en susurros. Finalmente forman gru-
pos de tres miembros cada uno y desarrollan
una discusión muy acalorada con bramidos,
susurros y falsete, la cual es presentada al gru-

93
po respondiendo las preguntas del profesor sin
abandonar la forma de hablar escogida.

±Organizados en semicírculo, el primero


debe decirle una palabra con un sonido gutu-
ral al segundo, éste se la repite al tercero y así
sucesivamente. Luego el primero le dice al se-
gundo una frase completa con una expresión
emocional específica, pero con sonidos gutu-
rales, por ejemplo: te quiero, no puedo vivir sin
ti, el segundo se la dice al tercero y así sucesi-
vamente.

±El profesor explica la importancia de man-


tener el impulso que será transmitido por el
que da inicio al ejercicio. Se organizan en cír-
culo y un estudiante debe empezar a despla-
zarse dentro del círculo bailando y cantando
ópera de manera delirante. Después de durar
un tiempo en esta actividad queda totalmente
inmóvil en frente a otra persona del círculo. Este
recibe el impulso, y debe salir inmediatamen-
te a moverse dentro del círculo cantando ópe-
ra mientras que el anterior ocupa su lugar. De
esta forma continúa el ejercicio hasta que to-
dos pasan.
U na preocupación fundamental pre-
sente en los maestros es lograr el
bienestar, pero no nos podemos que-
dar esperando a contar con el lugar y el tiem-
po adecuados para cambiar el curso de nues-
tra vida. Desde ahora podemos asumir una
posición activa y transformadora, identifican-
do las potencialidades que tenemos, y ponién-
dolas a fluir sobre la práctica diaria.

Para ello debemos cuestionar las rutinas


que realizamos, los procedimientos que segui-
mos, los miedos que tenemos, y empezar a dar-
le pleno valor con todos los sentidos a lo que
nos rodea. De otra parte debemos identificar
quiénes son los que en el entorno nos impi-
den actuar, y qué fuerzas escondidas en la
conciencia nos bloquean. Luego debemos ir
descubriendo las capacidades personales, dor-
midas y ocultas, las cuales en muchas oca-
siones no encuentran canales para manifes-
Francisco Ramos Cuncanchún

tarse por la obediencia ciega a que nos some-


temos frente a los demás, o frente a los dictá-
menes de las ideas fijas.

Este descubrimiento nos permitirá adqui-


rir confianza, impulso vital y sinceridad en las
acciones que realicemos, y estaremos en con-
diciones de hacer de la cotidianidad un espa-
cio de extraordinaria potencia que nos dará una
proyección de gran valor en el ejercicio profe-
sional.

La confianza es la certeza plena en la exis-


tencia y en el poder de nuestras propias capa-
cidades; el impulso vital corresponde al em-
puje necesario para mantener siempre la
iniciativa, fijándonos metas claras y precisas,
y avanzando hacia ellas sin dejarnos detener
por los obstáculos; y la sinceridad implica ha-
cer coincidir el pensamiento, el sentimiento y
la acción, volviendo real la que tenemos en la
mente como posibilidad, y que la mayoría de
las veces dejamos en el plano de la intención,
es decir, pasar de la apariencia a la materiali-
zación de nuestras propias aspiraciones.

La amplitud mental necesaria para cumplir


este propósito requiere que no nos dejemos

96
Me río para enseñar

atrapar en las redes impuestas por los actua-


les amos del mundo: el comercio del sexo, la
droga y la violencia, cuyo imperio hace creer
que el paso de los años en una persona es
motivo de culpa, debido a lo cual se reemplaza
la experiencia con la apariencia, imponiéndo-
se una mentalidad que desprecia el conoci-
miento acumulado del ser humano. En contras-
te con la sociedad del desecho, de las cirugías
estéticas, del reinado de la apariencia estiliza-
da, del desprecio a los méritos, la naturaleza
nos muestra que cualquier momento de la vida
es importante, y como seres humanos tenemos
la obligación en cada instante de nuestra exis-
tencia de ejercer la inteligencia y la imagina-
ción. Esto en el caso de los maestros es funda-
mental, debido a la gran responsabilidad que
tenemos con nuestros estudiantes, en quienes
imprimimos lo que somos.

En nuestro quehacer podemos convertirnos


en fuente de alegría, y aunque la disposición
para ello resulta paradójica en medio del es-
trés colectivo, de la competencia negativa, de
los obstáculos que se interponen en el ejerci-
cio adecuado de la profesión docente, preci-
samente la existencia de esta situación exi-
ge mecanismos de defensa, de tal forma que

97
Francisco Ramos Cuncanchún

las dificultades diarias no nos desborden ni


adquieran dimensiones gigantescas causan-
do la infelicidad.

Las dificultades tienen el poder de hacer-


nos daño, pero al reír mostramos nuestra ca-
pacidad de volver inofensivo lo que nos ame-
naza, ya que la risa libera la mente de los
temores y abre el camino para que podamos
seguir adelante en busca de la conquista de la
propia ilusión personal.

Para ello como profesores debemos ejercer


el derecho a cuestionar las verdades fijas e in-
tocables y a hacer reír a nuestros estudiantes,
convirtiéndonos en amigos de ellos, para que
pueda haber una construcción conjunta de sa-
beres, no solo desde la razón sino desde el sen-
timiento.

98
Me río para enseñar

Reflexión final

C on el material presentado aquí el pro-


fesor puede empezar a forjar una for-
ma de percibir, pensar y actuar dife-
rente, dándole campo a nuevas alternativas
que le permitirán desarrollar capacidades cuyo
alcance podrá intuir cuando se encuentre in-
merso en su búsqueda personal. Se deja en cla-
ro la importancia de los sentidos como el ma-
yor recurso y la mejor oportunidad con la que
contamos frente a la naturaleza.

En este proceso se destaca el papel que


cumple la risa en la vida de las personas qui-
tando los bloqueos y limitantes, es decir enri-
queciendo, gracias a la sencillez, las percep-
ciones de la realidad, y haciendo posible el
avance exploratorio por las diferentes poten-
cialidades individuales.

99
Francisco Ramos Cuncanchún

Finalmente, queda establecido cómo la ac-


ción consciente orientada desde los recursos
personales es fundamental en el enriqueci-
miento humano de cada uno, y en esta bús-
queda se muestra la ejemplificación de las téc-
nicas del chiste, las fuentes de lo cómico y los
mecanismos del humor descubiertos por Freud,
así como también la propuesta concreta hecha
por el autor del presente trabajo denominado
El taller de la risa, para que estos elementos
sirvan de recursos estimuladores en la cotidia-
nidad del aula de clase mediante el desarrollo
de actividades que le permitan al profesor con-
tribuir a la liberación de sus estudiantes de los
bloqueos impuestos por la sociedad o por las
formas de pensamiento implantadas, para que
a partir de ahora el acto educativo sea una ex-
periencia de alegría y de creación.

100
Me río para enseñar

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103
Francisco Ramos Cuncanchún Me río para enseñar

La impresión de esta obra se


terminó en el mes de febrero de
2011
en los talleres gráficos de

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