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Anatomía
de la risa
|
DICIONES SIN NOMBRE
CONACYT
IV E R S ID A D D E S O N O R A
Relámpago la risa
Coordinación: Martha Elena Munguía Zatarain
ANATOMIA DE LA RISA
Luis Beltrán Almería
15
T iem po y risa
20
O 'V U t / l n t f » ——
Fiesta y risa
25
1?
Figuras de la risa
50
Los géneros de la risa
La tragicomedia
La forma de la risa que Schiller llama sátira pa
tética se corresponde con lo que aquí venimos
llamando tragicomedia. En esta estética de la
risa aparecen elementos trágicos y su meta es
alcanzar la expresión de lo sublime. Aquí la
transición entre lo elevado y lo bajo alcanza su
máxima expresión. Bien puede decirse de la
tragicomedia lo que recomienda Cervantes en
el prólogo del Quijote: “Procurad también que,
leyendo vuestra historia, el melancólico se mue-
58
va a risa, el risueño la acreciente, el simple no
se enfade, el discreto se admire de la invención,
el grave no la desprecie ni el prudente deje de
alabarla.” El trickster y el loco, el excéntrico, son
las figuras esenciales de la tragicomedia. Quizá
es Dostoievski quien mejor haya definido esta
estética. En Los hermanos Karamázov dice que la
naturaleza karamazoviana es:
Capaz de contener todas las contradicciones po
sibles y contemplar de golpe ambos abismos, el
que está encima de nosotros, el abismo de los altos
ideales, y el que está debajo de nosotros, el abismo
de la más baja y hedionda degradación.
La comedia
En el prólogo de sus Ocho comedias Cervantes ex
plica al lector cómo eran las comedias antes que
él, en tiempos de Lope de Rueda:
Las comedias eran unos coloquios, como églogas,
entre dos o tres pastores y alguna pastora; aderezá
banlas y dilatábanlas con dos o tres entremeses, ya
de negra, ya de rufián, ya de bobo y ya de vizcaíno:
63
que todas estas cuatro figuras y otras muchas ha
cía el tal Lope con la mayor excelencia y propiedad
que pudiera imaginarse.
El idilio
Schiller considera el idilio como una elegía ale
gre. Esta definición parece contradictoria, pero
es muy certera. El mismo Schiller considera la ele
gía como la estética contraria a la sátira. Y la
descompone en dos orientaciones: la elegía pro
74
píamente dicha (patética, diríamos mejor) y la
elegía alegre (el idilio). Esta contradicción no
es tal. Ya los teóricos humanistas que se ocupa
ron del idilio (la égloga, en el lenguaje del hu
manismo), como Guarini, lo consideraron una
tragicomedia, porque vieron en él una mezcla
de seriedad y risa. Pero también es verdad que
el idilio es un tipo muy peculiar de tragicome
dia. Quizá convenga, antes de seguir adelante,
explicar qué entendemos por idilio.
En sus orígenes el idilio es una estética ale
gre que admite tratamientos tragicómico (el más
frecuente), cómico y patético durante el periodo
histórico. En esencia consiste en entender la vida
humana como parte de la vida de la naturaleza,
esto es, como un ciclo comprendido entre el na
cimiento y la muerte, con momentos especiales,
como la formación de la pareja y el matrimonio,
el nacimiento de los hijos y la muerte de los pro
genitores. Al tiempo que se realzan esos momen
tos se borran los de la vida cotidiana, de modo
que el ciclo vital se compone únicamente de
acontecimientos de la vida familiar, los cuales se
enmarcan en un espacio que dota de identidad
a sus moradores: la tierra natal. Y el tiempo crea
un ciclo, que puede multiplicarse en la forma de
los ciclos generacionales de una familia. Los te
75
mas del idilio son la vida familiar y la vida laboral,
que puede ser a su vez agrícola o artesanal. Estos
temas son derivados de una concepción del tiem
po que no se limita a los ciclos naturales (sobre
todo, los estacionales) sino que percibe esos ciclos
como etapas del crecimiento. El tiempo idílico es
un tiempo del crecimiento, de ahí su carácter ale
gre en origen, que luego dará entrada también al
tiempo de la decrepitud. Pero veamos estos con
ceptos sobre el escenario de obras concretas. La
primera de ellas es la leyenda bíblica de Rut, que
forma parte de los khetuvim hebreos (esto es, la
tercera y última parte de la Biblia hebrea). Se leía
en la festividad de Pentecostés, la celebración de la
cosecha del primer cereal. En la tradición cristia
na ocupa un lugar que no le corresponde, detrás
de Jueces, porque empieza invocando el tiempo
de los Jueces. Es la historia de una familia, la de
Elimelek, su mujer Noemí y dos hijos. El hambre
los obliga a dejar Belén, su tierra, y trasladarse al
país de Moab, donde uno de los hijos se casa con
Rut, la moabita. Pero sucede que mueren el pa
dre y los dos hijos. Noemí reúne a sus nueras y las
deja en libertad porque no puede asegurarles el
sustento. Una de ellas acepta la libertad pero Rut
decide seguir con ella, y regresan a Belén, donde
Rut trabaja espigando (más bien, mendiga) lo que
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dejan los segadores. El dueño del campo, Booz,
se enamora de ella, pero para casarse debe cum
plir con la ley del levirato -que obliga a la viuda
a contraer matrimonio con el pariente del mari
do más cercano-. Para ello paga un rescate que
consiste en comprar la heredad de Elimelek y con
ella los derechos sobre Rut. De su unión nace un
hijo, al que las vecinas llaman hijo de Noemí. De
su”progenie nacerá David. El elemento alegre de
este drama idílico se limita al carácter agrícola y
laborioso, y al final feliz, subrayado por la alegría
de las vecinas de Noemí y a su vínculo con la fies
ta de la cosecha del cereal. Antes todo han sido
desgracias -el hambre, la muerte de los tres varo
nes, la mendicidad y los problemas derivados de
la ley del levirato-, pero el final feliz y la mención
a la estirpe de David reequilibran y compensan
sobradamente el elemento trágico. Además, la
pasión amorosa de Booz, las labores agrícolas y
la exaltación de la unidad y la supervivencia fami
liar conforman el entramado de un idilio puro.
Un idilio con una dimensión esencialmente có
mica es la novela de Longo Dafnisy Cloe, compues
ta en griego en fecha desconocida, posiblemente
el primer siglo de nuestra era. Esta novela trata
la iniciación amorosa de una pareja de pastores
que habita en la isla de Lesbos, probablemente
77
la tierra natal de Longo. La relevancia de la risa en
este relato ensalza los elementos idílicos cons
tituyentes, entre los que cabe mencionar los si
guientes: en primer lugar, la importancia de las
estaciones del año. Los cuatro libros comien
zan con alusiones a la estación, de forma que la
obra completa un ciclo doble -de la primavera
del primer año a la vendimia del segundo-. En
segundo lugar, hemos de comprender que ese
doble ciclo es el tiempo del proceso de inicia
ción amorosa de la pareja. El ritmo del relato se
basa en los progresos, paso a paso, que requiere
el aprendizaje amoroso. El sueño de Filetas es
calificado por el autor de “lección”, la observa
ción de los juegos eróticos del ganado es el paso
siguiente, y el último es cuando Licenion, joven
casada con un pastor viejo, se encarga de mos
trar a Dafnis el camino a la consumación sexual
y le aconseja cómo actuar con Cloe. El tercer y
definitivo elemento constituyente es la risa que
está presente en todo el proceso iniciático. Im
pide la sublimación del lenguaje naturalista,
que encontraremos después en los continuado
res de este género, y conforma el relato como
una comedia. Esta de Longo está basada en el
motivo trágico de la anagnórisis. Dafnis y Cloe
son dos niños expósitos que, en el libro cuarto
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y último, son reconocidos por dos familias ricas
de Mitilene y finalmente se casan. Es, pues, un
himeneo. La dimensión sentimental queda en
un segundo plano. Esa dimensión es importan
te sólo en el primer capítulo, con la presencia de
Dorcón y el relato de las primeras muestras de la
pasión de ambos jóvenes.
El idilio occidental suele reforzar la dimen
sión tragicómica. Ya ocurrió con la literatura
pastoril -poesía, novela y teatro- de los siglos
XVI y XVII -sobre todo, con las Dianas españolas,
de Montemayor a Gil Polo-. Incluso las obras
pastoriles que acentúan su faz alegre, como es
el caso del Siglo de oro en las selvas de Enfile, de
Bernardo.de Balbuena, quizá la cima de este gé
nero, está presente la imposibilidad dramática
del amor al que Balbuena da la forma poética de
consolación. También el idilio moderno subra
ya la dimensión tragicómica. Es el caso de Pedro
Páramo y de Cien años de soledad. En esta última
asistimos al ciclo de las siete generaciones de
la familia Buendía hasta el cumplimiento de la
profecía de su extinción. La unidad familiar se
complementa con la unidad espacial: Macondo.
Son muchos los aspectos familiares -amores, na
cimientos, muertes- pero también son relevan
tes los aspectos del idilio laboral -por ejemplo,
79
la actividad incansable del coronel Aureliano
Buendía en su taller de orfebre-. La presencia
de la risa es constante, en especial, en las in
numerables muestras del tiempo del crecimien
to -el crecimiento de los niños, del ganado-,
incluso el envejecimiento se produce sin dolor
cuando va ligado al trabajo, como ocurre con
Ursula Iguarán y Aureliano Segundo. Pero tam
bién es constante el fatalismo dramático -la re
presión de la huelga de la compañía bananera y,
sobre todo, la extinción de la familia-.
La idea de un tiempo cíclico -el de las gene
raciones- pero ascendente y descendente, como
una fatal vorágine, queda expresada en el pen
samiento de Pilar Ternera:
La experiencia le había enseñado que la historia
de la familia era un engranaje de repeticiones irre
parable, una rueda giratoria que hubiera seguido
dando vueltas hasta la eternidad, de no haber sido
por el desgaste progresivo del eje.
80
Epílogo. Un mundo feliz
82
Nuestro tiempo ha fracasado en la tarea de
construir un mundo igualitario, está fracasan
do en construir uno libre. Ni siquiera ha inten
tado emprender un mundo fraterno. En estas
condiciones no puede ofrecer la risa plena, la
risa que da la vida.
83
Apéndice bibliográfico
87
Indice
Prelim inar........................................................11
Tiempo y ris a ................................................... 17
Fiesta y ris a .......................................................21
Figuras de la r is a ............................................. 27
La risa del n iñ o ......................................... 28
La risa del tonto.........................................31
La risa del cínico(trickster) ......................... 35
La risa del ahorcado.................................41
La risa del loco...........................................43
Los géneros de la ris a ..................................... 51
La tragicomedia........................................58
La com edia................................................63
Más allá de la comedia .............................. 69
El id ilio ...................................................... 74
Epílogo. Un mundo feliz.................................81
Apéndice bibliográfico................................... 85
Anatomía de la risa,
de Luis Beltrán Almería,
se terminó de imprimir en
México, D.F., en marzo de 2011.
La vida literaria y cultural está marcada por la risa, atraviesa todas
las edades de la historia de la humanidad y, sin embargo, dice
Luis B e ltr á n ,
“nuestro tiempo tiene un problema con la risa”: se le
degrada, se le sigue viendo como algo extraño, objeto de la psi
cología y la fisiología, reducido a un fenómeno subjetivo y pura
mente individual.
A pesar de todo, hay una corriente de pensamiento moderno que
hunde sus raíces en la historia y que ha seguido la pista de la risa
en sus diferentes manifestaciones, en particular en el arte verbal.
El ensayo de Luis Beltrán, Anatomía de la risa, explora, desde una
perspectiva histórica, las formas que ha adoptado en la evolución
del género novelesco, así como sus expresiones simbólicas en di
versas figuras, como el tonto, el niño, el cínico, entre otras.
EDICIONES ( ^ } NOMBRE
786077 955153
Relámpago la risa