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Ana Julia trabajó para Carmen durante 20 años y recibió el 50% de su casa como pago. El otro 50% fue para el hijo de Carmen, Rafael. Cuando Carmen murió, su hija Blanca vivió en la parte de Ana Julia y administró la parte de Rafael. Rafael quería el 100% de la casa y le ofreció a Blanca otra casa a cambio. Blanca aceptó y firmaron un contrato de compraventa. Sin embargo, Rafael no cumplió con la venta a Blanca y ahora reclama el 100% de la casa inicial.
Ana Julia trabajó para Carmen durante 20 años y recibió el 50% de su casa como pago. El otro 50% fue para el hijo de Carmen, Rafael. Cuando Carmen murió, su hija Blanca vivió en la parte de Ana Julia y administró la parte de Rafael. Rafael quería el 100% de la casa y le ofreció a Blanca otra casa a cambio. Blanca aceptó y firmaron un contrato de compraventa. Sin embargo, Rafael no cumplió con la venta a Blanca y ahora reclama el 100% de la casa inicial.
Ana Julia trabajó para Carmen durante 20 años y recibió el 50% de su casa como pago. El otro 50% fue para el hijo de Carmen, Rafael. Cuando Carmen murió, su hija Blanca vivió en la parte de Ana Julia y administró la parte de Rafael. Rafael quería el 100% de la casa y le ofreció a Blanca otra casa a cambio. Blanca aceptó y firmaron un contrato de compraventa. Sin embargo, Rafael no cumplió con la venta a Blanca y ahora reclama el 100% de la casa inicial.
ANA JULIA trabajó en el servicio doméstico para la señora CARMEN durante 20
años, durante el tiempo laborado vivió en la misma casa de CARMEN, la cual era de su propiedad. ANA JULIA tuvo una hija de nombre BLANCA, que para fecha de análisis del caso es mayor de edad. CARMEN tenía un hijo de nombre RAFAEL, para la fecha mayor de edad, CARMEN padecía una enfermedad en fase terminal y antes de morir le manifestó de forma verbal a ANA JULIA que por concepto de liquidación de prestaciones laborales le regalaba el 50% de la casa, el cual constaba de dos habitaciones, sala, comedor, cocina, baño y patio para ropas, y el otro 50% el cual constaba de habitaciones destinadas al arrendamiento era para su hijo RAFAEL. CARMEN y ANA JULIA fallecieron. BLANCA quedó viviendo con ánimo de señor y dueño en el inmueble dejado por ANA JULIA a su madre y administrando los arrendamientos del 50% del inmueble que le correspondía a RAFAEL, a quien le rendía cuentas del producido. RAFAEL enterado de la decisión de su madre, cuando esta falleció le manifestó a BLANCA que él quería quedarse con el 100% del inmueble y le propuso que a cambio de su 50% le entregaba otro inmueble para que se fuera a vivir, y la desplazó de la administración del otro 50% del inmueble. BLANCA aceptó la propuesta de RAFAEL y suscribieron una promesa de compraventa, donde RAFAEL promete transferir a título de venta a BLANCA un inmueble y esta promete comprarlo, estipulando en el contrato que el precio fue pagado, así mismo pactaron la fecha y la notaría para la elaboración de la escritura pública de propiedad, señalando además que BLANCA continuaría viviendo en la casa dejada por CARMEN a su madre ANA JULIA en pago de acreencias laborales, hasta tanto RAFAEL le hiciera a BLANCA la entrega de la casa que le ofreció a cambio. Pero en el contrato de promesa de compraventa estos últimos hechos no se especificaron en el contrato. RAFAEL no cumplió con la entrega de la casa prometida en venta a BLANCA ni tampoco se presentó a la Notaría a suscribir la escritura pública de compraventa en la fecha señalada. RAFAEL tramita el proceso de sucesión de su madre y en calidad de hijo único solicita la adjudicación del 100% del inmueble dejado por su madre, luego inicia proceso reivindicatorio en contra de BLANCA del 100% del inmueble. RAFAEL proyecta buscar un socio y crear una sociedad anónima para el desarrollo del objeto negocial que planea emprender en el local comercial que construyó en la casa que había prometido en venta a BLANCA.