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JURISPRUDENCIA

Responsabilidad civil por fallecimiento de un menor

Hechos
El caso trata sobre la defunción por asfixia de una menor de 13 años en un depósito artificial
de aguas, producido como consecuencia de excavaciones realizadas por una firma
concesionaria en terrenos del Ejercito Argentino (Estado nacional).
Los padres de la niña accionan por reclamo de reparación del daño causado, atribuyendo la
responsabilidad al demandado.

Estudio del caso desde todas las aristas que presenta


La muerte de la menor constituye jurídicamente la existencia de un daño reparable. El dominio
y guarda de la cosa corresponde al Estado Nacional, con lo que quedan conformados los tres
elementos básicos de toda situación de reparación: hecho humano, daño y relación de
causalidad.
El Fallo “Ida Luisa c/ Estado Nacional s/ daños y perjuicios” establece que la admisión de la
responsabilidad del estado exige demostrar la concurrencia de requisitos ineludibles, tales son:
la existencia de una daño cierto; la relación de causalidad entre el accionar del Estado y un
perjuicio y la posibilidad de imputar jurídicamente esos daños. Y no es posible prescindir de la
apreciación de la influencia causal relativa a la culpa de la victima, si es que ella se verifica.

La responsabilidad Subjetiva
Los elementos específicos son la antijuridicidad, imputabilidad y culpabilidad. En este caso
sólo aludimos al último ya que resulta puntual para el análisis.
En este caso se trataría de un obrar culpable del dueño del terreno (estado Nacional), basado
en que no existe cercamiento o valla alguna, ni se encuentran carteles indicadores, tampoco
había guardia presente, por lo que evidentemente hay una falta de previsión.
El principio general del art. 1109 del C.C. establece que todo el que ejecuta un hecho que por
su culpa o negligencia ocasiona una daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio.
Este artículo sienta el principio fundamental del sistema de responsabilidad extracontractual:
todo acto de culpa compromete esa responsabilidad y obliga al culpable a indemnizar el daño
que hubiese causado.
El Anteproyecto de Bibiloni establece en su artículo 1384 que “Habrá daño siempre que se
causare a otro algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria en su persona, bienes o
derechos”
Por su parte, el Proyecto de 1993 de Unificación Civil y Comercial establece en su art. 1109
que “La adjudicación de un daño al agente que lo causa, puede basarse en factores subjetivos
en grado de dolo o culpa, o en factores objetivos de atribución”. Este artículo destaca en el
primer párrafo que el daño puede adjudicarse al agente en razón del dolo o culpa de éste y,
además, siempre que existan razones de justicia que el ordenamiento contemple a tales fines al
margen de la culpa. El precepto supera las deficiencias técnicas del actual art. 1109 y amplía el
campo de éste, pues alude a los factores subjetivos y a los factores objetivos de atribución.
En la segunda parte del texto, se introduce, junto a la idea de solidaridad de los copartícipes,
la de obligación indistinta o concurrente.
Podemos mencionar el concepto de culpa. Consiste en la omisión de la diligencia exigible al
agente es la conducta contraria al deber de prevenir las consecuencias previsibles del hecho
propio; la impericia, negligencia o imprudencia que impide conducirse de acuerdo con el deber
de respetar las disposiciones jurídicas, según lo dicho por Jorge Mosset Iturraspe; la falta del
deber de atención y previsión al decir de Jiménez de Asúa. Para Chironi culpa es “omisión de
diligencias en el cálculo de las consecuencias injuriosas probables del hecho u omisión propia”.
Para Bustamante Alsina, la culpa se caracteriza por la ausencia de intención maléfica y por la
omisión de la conducta debida, positiva o negativa, para prever o evitar un daño a otro. Por
último Borda define culpa como la omisión de las diligencias que correspondieren según las
circunstancias de tiempo, lugar y medio.

Responsabilidad del Estado:


De la completa irresponsabilidad del Estado, la jurisprudencia de la Corte Suprema Nacional ha
pasado a admitir una responsabilidad cada vez más completa. Las principales etapas de
evolución son las siguientes:
 Durante muchos años aplicó cerradamente el art. 43, declarando la irresponsabilidad
del Estado sea por delitos o cuasidelitos.
 En 1933 hizo lugar a una demanda por reparación de los daños ocasionados por
empleados de la nación, cuya negligencia al reparar una línea telegráfica había
provocado el incendio de un campo (caso Devoto c/ Gobierno Nacional).
 La distinción entre actuación del Estado como persona jurídica y como poder público
quedó eliminada en 1938, en que acogió una demanda por daños y perjuicios contra la
Provincia de Buenos Aires, originándose en un informe erróneo del Registro de la
Propiedad.
 Finalmente, la evolución de la jurisprudencia de la Corte quedó completada y consumada
en 1941, cuando admitió una demanda por indemnización por la muerte de una persona
provocada por un agente de la policía.
La reforma del año 1968 barrió con la disposición del art. 43, estableciendo la más amplia
responsabilidad de las personas jurídicas ( y el Estado es la primera y más importante persona
jurídica). La responsabilidad civil del Estado por los daños a particulares, constituye
actualmente un principio general receptado por la doctrina y jurisprudencia nacionales.
Podemos decir que bajo la denominación de Estado se comprende Estado Nacional, Provincial y
Municipal, como así también las Entidades Autárquicas.
La responsabilidad civil es susceptible de operarse por la realización de actos de imperio, como
por los de gestión y se rige por los principios generales del sistema estructurado en el Código
Civil.
Al regular los supuestos especiales de responsabilidad, el Proyecto de 1998 trata la
responsabilidad civil de estado, después de sentar en el parr. 1 del art. 1674, que “la persona
jurídica responde por los hechos de quienes las dirigen o administran, realizados en ejercicio o
con ocasión de sus funciones”. En el artículo siguiente ya con relación específica a la
responsabilidad civil del Estado, regula el ejercicio irregular de su actividad (art. 1675). El
Proyecto emplea el calificativo “ejercicio irregular” de sus funciones, para aludir a la actividad
“ilícita”, que constituye el requisito indispensable para que exista responsabilidad civil. Un
acto irregular puede ser o no ilícito; y a la inversa, un acto ilícito puede ser regular por su
forma u objeto. Son dos conceptos que tienen un contenido diferente y no pueden ser
utilizados como sinónimos; sobre todo cuando se trata de normas legales.
La responsabilidad objetiva por vicio o riesgo de la cosa:
Podemos también tener en cuenta el vicio o riego del terreno. Efectivamente podemos asignar
responsabilidad al dueño y guardián por el “riesgo de la cosa”: el fundo que el estado como
dueño ha puesto en situación objetiva de riesgo.
El riesgo es la eventualidad posible de que una cosa llegue a causar daño. Es simplemente una
idea sobre el peligro potencial de las cosas. Esta responsabilidad se funda en haber creado el
riesgo del cual proviene el daño.
El artículo 1113 abrió las puertas a una responsabilidad con base objetiva, al aludir a las “cosas
peligrosas”, como factor de atribución de responsabilidad, imputación, respecto del dueño y del
guardián de las mismas. Los requisitos de esta responsabilidad son la ausencia de autoría
humana con respecto a la acción de una cierta cosa que no es dable calificar como hecho del
hombre o acto; el daño sufrido por el demandante; la relación de causalidad entre la acción de
la cosa y el daño de que se queja el demandante y la calidad de dueño o guardián de la cosa en
el demandado.
Para liberarse el dueño o guardián debe probar el rompimiento del nexo causal, es decir, que el
daño no se ha producido por el riesgo o vicio de la cosa sino por el hecho de la víctima o de un
tercero por quien no debe responder.
El Anteproyecto de Bibiloni establece en su artículo 1425 que “Cuando de cualquier cosa
inanimada resultara daño a alguno, su dueño responderá de la indemnización según sea
prevenido en el art. 1415. Quedan comprendidas en la siguiente disposición: ...inc.8: Obras
nuevas de cualquiera especie, aunque sea en lugar público y con licencia”.
Por otro lado, el Proyecto de 1993 de Unificación Civil y Comercial establece en su art. 1113
que “En los supuestos de daños causados con las cosas el dueño o guardián, para eximirse de
responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa: pero si el daño hubiera sido
causado por el riesgo de la cosa, solo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad,
acreditando la incidencia de una causa ajena al riesgo de ella”.
No se incluyó en el texto la responsabilidad por “actividades riesgosas” que contenía el art.
1113 del proyecto del Código Único de 1987. En un primer momento, la comisión propuso
adicionar el agregado por considerarlo justo. Sin embargo, algunas opiniones pusieron de
manifiesto el temor de que la directiva legal se aplicara a algunas actividades respecto de las
cuales no sería procedente o en su caso, deseable, que quedaran gobernadas por los
parámetros de la responsabilidad objetiva. En virtud de ellos, se prefirió prescindir del
agregado, no ya por razones jurídicas, sino por motivos de política legislativa.
El fallo “Alderete, Pedro P. y otra c/ Estado Nacional (Ejército Argentino) s/ Daños y
perjuicios” establece que, el Ejército Argentino es responsable por los daños causados a los
padres del soldado ahogado mientras limpiaba una pileta, ya que el natatorio era
potencialmente riesgoso para el conscripto que no sabía nadar, y el Estado Nacional no acreditó
la culpa de la víctima como para eximirlo de responsabilidad a los términos del art. 1113 del
Código Civil.

Culpa Concurrente
En muchos casos el daño no obedece a una sola causa sino que deriva de la concurrencia de la
actividad culposa de la victima y del autor.
Se establece la culpa concurrente de ambas partes, en proporción al 80% a la demandada y el
20% restante a la victima y a los actores.
Con respecto a la culpa del demandado, por parte del Estado hay una omisión de alertar a los
terceros acerca de la peligrosidad del lugar donde ocurrió el accidente, hay falta de
cercamientos o vallas, tampoco se encuentran carteles indicadores, la guardia no estaba
presente. Se puede presumir sobre el foso, que de la zona poco profunda a la honda aparezca
una pendiente capaz de provocar una caída También hay que tener en cuenta que en las
proximidades del terreno se levantan dos escuelas primarias.
Con respecto a la culpa de la victima, debemos tener en cuenta que obro con imprudencia,
sabemos que meterse en aguas profundas es correr un riesgo y también hay que tener en
cuenta falta de vigilancia y cuidado por parte de sus padres.
Nuestra jurisprudencia y doctrina ha sostenido que el reparto del perjuicio debe determinarse
con arreglo a la gravedad de la culpa, sabiendo que la mayor es la del propietario del terreno,
es decir del Estado Nacional., por la consecuencia mortal ocurrida, teniendo en cuenta las
características peligrosas detalladas, pero por otro lado, su responsabilidad se ve atenuada por
la conducta de la victima y el incumplimiento por los actores del deber de guarda.
Si el artículo 1109, obliga al agente culpable a indemnizar todo daño que ha ocasionado; y si el
artículo 1111 somete al damnificado a la necesidad de soportar todo el daño que el mismo se ha
causado, es lógico concluir que mediando culpa de ambos, tengan ellos que compartir el peso del
daño en la medida en que cada cual contribuyó a causarlo.
El fallo “Lozano, Juan Emilio c/ Correo y Telecomunicaciones” establece que “corresponde
declarar la existencia de culpa concurrente y responsabilizar al Estado, a raíz del accidente
sufrido por un menor al poner en movimiento una zorra abandonada momentáneamente en una
estación ferroviaria por un empleado de correos y telecomunicaciones, sin seguro que la
inmovilizara ni persona que la cuidara”.

Intereses difusos:
Del Fallo de la “Municipalidad de Tandil c/ La Estrella S.A. y otro s/ Daños y perjuicios” se
desprende la definición de intereses difusos. Son los que pertenecen idénticamente a una
pluralidad de sujetos, como integrantes de grupos, clases o categorías de personas, ligadas en
virtud de la pretensión de goce por parte de cada una de ellas, de una misma prerrogativa. De
forma tal que la satisfacción del fragmento o porción de interés que atañe a cada individuo, se
extiende por naturaleza a todos; del mismo modo que la lesión a cada uno afecta,
simultáneamente y globalmente, a los integrantes del conjunto comunitario.
En el caso estudiado podemos ver la existencia de una situación de peligro común, dada la
presencia de amplias y profundas excavaciones llenas de agua en terrenos urbanos, en cuya
cercanía se encuentran dos escuelas primarias. Por lo que se configura una dimensión social
donde intervienen intereses ajenos pero similares: la zona afectada por las obras causa serios
riesgos para la población del lugar y en especial para los niños.
Según lo establecido en este caso no cabe sostener que cada vez que en una causa individual
aparezcan intereses difusos comprometidos, el juez pueda resolver de oficio, pero si puede y
debe hacerlo cuando la legislación vigente da margen para una actuación de tal tipo.
B) La cuestión a investigar a la luz de la doctrina y jurisprudencia es la extensión del
resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados durante el tiempo en que perduró la mora
del contratante incumplidor cuando se declara la resolución del contrato por el ejercicio del
pacto comisorio.
Podemos empezar definiendo al pacto comisorio. Se llama pacto comisorio la cláusula que
permite a los contratantes reclamar la resolución del contrato cuando una de ellas no ha
cumplido con las obligaciones a su cargo.
Explica Salvat que si la resolución del contrato pudiese ser demandada por quien no lo cumplió,
éste tendría en sus manos el medio de faltar impunemente al contrato y los derechos de la
otra parte podrían ser fácilmente burlados.
El pacto comisorio expreso se presenta inserto en el artículo 1204, en una fórmula donde no se
exigen términos sacramentales: ....”Las partes podrán pactar expresamente que la resolución
se produzca en caso de que alguna obligación no sea cumplida con las modalidades convenidas;
en este supuesto la resolución se producirá de pleno derecho y surtirá efectos desde que la
parte interesada comunique a la incumplidora, en forma fehaciente su voluntad de resolver”...
El Pacto Comisorio Tácito, en cambio, es una cláusula implícita en los contratos con
prestaciones recíprocas establecida por disposición de la ley, en caso de que uno de los
contratantes no cumpliera con su compromiso.
Nuestro artículo 1204 antes de la reforma importaba la aplicación extrema de la máxima pacta
sunt servanda; esto significa que ninguno de ambos contratantes puede desistir del contrato
arbitrariamente. Velez Sarsfield, sin embargo, estructuró por vía de excepción, un complejo
sistema, pues derogó tal principio en numerosos contratos.
Esta dualidad de sistema exigía la reforma que se ha concretado, y que con anterioridad tuvo
realidad legislativa a través de la nueva redacción del art. 216 del Código de Comercio, que es
el texto que se ha adoptado para nuestro Código Civil, por disposición de la ley 17.711.
En conclusión, el sistema adoptado por nuestro Código Civil importa disponer la resolución d
pleno derecho por autoridad propia del acreedor.
Sobre el tema en cuestión podemos comenzar mencionando la clasificación efectuada por
Ihering diferenciando el daño al interés negativo y el daño al interés positivo.
En su opinión la parte perjudicada por la no formalización de un contrato válido, por
retractación de la oferta, nulidad, o anulación, tiene derecho a una indemnización cuyo quantum
está dado por lo que denomina “interés negativo o de confianza”, consistente en el daño
sufrido a raíz de haber creído en la validez del negocio y que no hubiera padecido de haber
sabido que no era válido. En la concepción de Ihering el daño negativo o de confianza se
contrapone al daño positivo o de cumplimiento, que comprende todo lo que el acreedor tendría
si el negocio fuera válido; este interés será exigible sólo en tal hipótesis: negocio validamente
realizado.
Sobre el alcance de los intereses negativos no hay acuerdo en la doctrina, pues mientras para
algunos abarca el daño emergente – gastos, perdida de tiempo- y también el lucro cesante –
ganancias frustradas al no atender otra oferta- para otros, en cambio, se limita al daño
emergente.
Faggella y Saleilles, en sus respectivos trabajos dedicados al tema, se ocupan del interés
negativo de Ihering, al que acuerdan un sentido amplio, comprensivo del daño emergente y del
lucro cesante; a la vez postulan el criterio restrictivo –que lo limita al daño emergente- puesto
que a juicio de ambos, el precontratante perjudicado sólo tiene derecho a que se le indemnicen
los gastos reales efectuados con motivo de las negociaciones.
Por su parte Llambias, en cuanto a la consistencia del daño resarcible opina que en el supuesto
del contrato, es el daño al “interés negativo”
En el fallo “Ayosa, Horacio c/ Piacquadio, Sebastián s/ Resolución de Contrato” apoyándose en
las enseñanzas de Llambías, estableció que de conformidad con lo que prescribe el art. 1204
del C.C ante el incumplimiento de la contraparte, el contratante cumplidor tiene una doble
opción; exigir la ejecución forzada (art. 505, inc, 1 del C.C.) siendo procedente en tal caso
anexar los daños moratorios (art. 508); o por el contrario, resolver el contrato, pudiendo
adicionar a tal acción la de daños compensatorios (arts. 511 y 519) y, en su caso, moratorios
(508). El daño resarcible en el supuesto de resolución del contrato (1204 C.C.) es el daño al
interés negativo que consiste en el resarcimiento de los daños y perjuicios que el contratante
cumpliente no habría sufrido, si no hubiera constituido la obligación. Se mira hacia el pasado,
tratando de restablecer el estatuquo patrimonial anterior a la constitución de la obligación que
ha resultado desvanecida. Entre los posibles daños que puedan representar el interés negativo
del acreedor, cabe mencionar los siguientes: gastos que efectuará con motivo de la esperada
prestación, gastos realizados con motivo de la celebración del contrato, sellados, comisiones
traslados, etc.
Ahora, debemos tener presente el fallo plenario de la Cámara Civil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires “Civit, Juan c/ Progress S.A. y otro” el cual establece que la distinción del daño
en interés negativo y del daño al interés positivo no es más que una clasificación doctrinaria,
que nació con Ihering y que tuvo por objeto sustentar la teoría de la responsabilidad
precontractual.
El artículo 1204 del Código Civil, no hace distinción alguna y concede al acreedor que ha
cumplido con las prestaciones a su cargo el derecho de exigir, o bien, el cumplimiento del
contrato, o en su defecto, la resolución. En ambos casos le otorga también el derecho a
reclamar el resarcimiento por los daños y perjuicios
Por su parte, el artículo 509 del Código Civil establece que dentro del concepto de daños e
interese se comprende el valor de la pérdida sufrida, es decir, el daño emergente, y también la
utilidad que haya dejado de percibir el acreedor de la obligación por la inejecución de ésta a
debido tiempo, o sea, el lucro cesante.
Por lo tanto, cualquiera sea la posición que adopte el acreedor, tiene derecho a obtener la
reparación de todo menoscabo que haya experimentado en su patrimonio, con la única limitación
impuesta por el artículo 520 en tanto sólo comprende aquellos daños e intereses que fueren
consecuencia inmediata y necesaria de la falta de cumplimiento de la obligación.
El fallo mencionado anteriormente resolvió que al declarase la resolución del contrato por el
ejercicio del pacto comisorio, es viable el resarcimiento del lucro cesante por los daños y
perjuicios ocasionados durante el tiempo en que duró la mora del contratante incumplidor.
Por último podemos mencionar la “recomendación” de la V Jornadas Bonaerenses de Derecho
Civil, Comercial, procesal e Informático, celebrada en Junín en 1992, que fue la siguiente: Son
indemnizables todos los daños patrimoniales y morales, vinculados en relación de causalidad
adecuada con el hecho generador de responsabilidad. El resarcimiento en nuestro Derecho,
debe ser integral y no limitarse al interés negativo en el sentido de Ihering, o sea al daño
emergente. Debe comprender el resarcimiento de los daños que sean consecuencia inmediata y
también mediata cuando el autor del hecho...”las hubiera previsto, y cuando empleando la
debida atención y conocimiento de la cosa, haya podido preverlas”... (Art. 904).

Responsabilidad civil de los padres por los hechos de sus hijos menores
Es un subtipo de responsabilidad por el hecho ajeno o también llamada indirecta o refleja. En
esta clase de responsabilidad se da como característica principal que quién debe afrontar la
indemnización no es el au-tor del daño. La ley brinda varios casos de esa tipo-logía, así : la
responsabilidad del comitente (art. 1113 del C.C.), de los padres, tutores, curadores (arts.
1114,1115,1116 y 1117 del C.C.), de los dueños de establecimientos educativos (art. 1117 conf.
Mod. De la ley 24.830), dueños de hoteles, capitanes de bu-ques, jefes de familia por cosas
arrojadas a la calle o expuestas a caer (art. 1118).

Requisitos
 Minoridad: Se remita al punto anterior
 Habitación: No debe interpretarse en un sentido literal. Responden si no hay un motivo
serio que impida la convivencia (Machado, Salas, Salvat, Acuña Anzorena, Mazeaud,
Trigo Represas, Bustamante Alsina). Si el hijo se ausenta por razones atendibles, hay
divergencia doctrinaria en la solución: 1) para una corriente, cesa la responsabilidad
paterna por no concurrir el requisito, imposibilidad de vigilancia, cese de la presunta
culpa (Borda, Llambias, Colombo, Bustamante Alsina, Mazeaud- Tunc, Giorgi, Demogue,
Co-lin- Capitant, Peirano Facio). 2) Solo se eximen los padres si la transferencia de la
guarda del menor, lo fue hacia algunos de los sujetos previstos en los arts. 1113 y 1117
del C.C. (Ovejero, Machado, Salas, Trigo Represas, Kemelmajer de Carlucci, Llerena,
Compgnucci de Caso, Josserand, Viney, Simler, Borrel Macia)
 Acto ilícito del menor: El problema es su determinación de los menores de 10 años, por
ser impo-sible imputarles culpabilidad (conf. Arts. 897, 898, 900, 921 y 1076). A) Culpa
de los padres (Borda, Bus-tamante Alsina, Mazeaud- Tunc). B) Ilicitud objetiva y su
diferencia con la subjetiva (Orgaz, Trigo Represas, Salas, Kemelmajer de Carlucci,
Compagnucci de Caso, Ovejero). Si el hijo es mayor de 10 años, el problema no se
suscita. Siempre se responde por daños causados a terceros, no a si mismo.
 ¿Responsabilidad subjetiva u objetiva?: Según el fundamento que se adopte.

Causales de eximición
La falta de culpa, cuya prueba queda a cargo de los padres, y en supuestos específi-cos (arts.
1115 y 1116).
 Transferencia de la guarda (Art. 1115): desplazamiento de la guarda hacia otro en
forma “permanente” (sustitución de la autoridad paterna), aunque puede ser
discontinua (En contra: Lafaille).
 Vigilancia activa (Art. 1116): Para su apreciación es importante la edad de los menores
(Llambias). También las costumbres, usos, necesidades, carácter del menor,
inteligencia, y demás circunstancias del caso. Asi : cuando los padres no controlan las
amistades, uso de armas, o frecuentar lugares inapropiados, salidas nocturnas, ir de
caza, intervención en carreras de automotores, jugar con hondas, tirar piedras, etc. La
conducción de automoto-res y la autorización administrativa para ello, da lu-gar a
pronunciamientos divergentes. La falta de pre-sencia física de los padres, y la
vigilancia activa.

Acciones recursorias
 Entre cónyuges solidarios: la acción se suspende (art. 3969). Es aplicable lo dispuesto
en los arts. 689 y 717, o solo la parte final del art. 689
 Acción contra el hijo: Se aplica lo dispuesto en el art. 1123. No cuando el hecho lo
cometió un menor de 10 años.
Rubén H. Compagnucci de Caso. Colegio de Abogados de La Plata (3 de octubre de 2005).
T.S.J., Sala Penal, Sent. n° 92, 24/9/03. "ACHAVAL, María Virginia p.s.a. Homicidio
Culposo -Recurso de Casación-". Vocales: Tarditti, Cafure de Battistelli, Rubio.

Sumarios

RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR SUS
HIJOS: Hijos menores adultos con carnet habilitante para conducir.
En relación con la naturaleza y alcances de la responsabilidad de los padres por los daños
ocasionados por sus hijos menores de edad, cuando éstos son menores adultos, corresponde
señalar que, aún cuando pueda discreparse en la naturaleza y alcance de la responsabilidad
dispuesta por el artículo 1114 del Código Civil, cuando se avanza en el análisis de la hipótesis
particular del menor adulto que posee licencia de conducir, esto es, que se encuentra
estatalmente habilitado para hacerlo, la conclusión es unívoca: la exoneración de los
progenitores. El fundamento también es común: no puede en tal caso achacárseles omisión de
vigilancia activa alguna, toda vez que la autorización administrativa desobliga a los padres de
las obligaciones emergentes de la patria potestad (tesis subjetiva) o bien hace desaparecer la
garantía que deben asumir en virtud de su condición de padres (tesis objetiva), ya que no
resulta razonable que, contando su hijo con dicho permiso por haber cumplimentado todos los
requisitos exigidos por la autoridad para obtenerlo, permanezcan responsables de un accionar
en cuya autorización el propio Estado ha decidido prescindir de la voluntad de aquellos y dar
autonomía al joven.
Responsabilidad de establecimientos educativos. Aplicación del artículo 1117 antes y
después de la reforma

NORMATIVA ACTUAL:
La responsabilidad civil de los establecimientos educativos ha sido reformada por la ley 24830.
La modificación introducida establece un cambio radical del sistema de responsabilidad que
nos ocupa, consistente en la liberación de los directores de colegio y de los maestros
artesanos, del peso de la presunción de culpa establecida por el antiguo artículo 1117 del
Código Civil, la objetivación del factor de atribución y la modificación de la legitimación pasiva.
Son también aplicables los artículos 1109; 1111; 1112; 1115; 1116; 1118; 1123; y concordantes del
citado código.
Corresponde transcribir él artículo 1117 en su nueva redacción, para una mejor compresión de
las situaciones que abarca.

‘Los propietarios de establecimientos educativos privados o estatales serán responsables


por los daños causados o sufridos por sus alumnos menores cuando se hallen bajo el
control de la autoridad educativa, salvo que se probaren el caso fortuito.
Los establecimientos educativos deberán contratar un seguro de responsabilidad civil. A
tales efectos las autoridades jurisdiccionales, dispondrán las medidas para el cumplimiento
de la obligación precedente.
La presente norma no se aplicara a los establecimientos de nivel terciario o universitario.’

A partir de esta modificación legislativa ya no se presume la culpa de los directores de las


escuelas y si se atribuye la responsabilidad al titular del establecimiento educativo al que
concurre el alumno. Será entonces la persona física o jurídica, tanto privada como publica
que detente el carácter de propietario de la institución a la que asista el alumno dañador
o damnificado, quien resulta ser el legitimado para iniciar la acción resarcitoria.
Sin perjuicio de lo antes expuesto, no se encuentran exceptuados los directivos o maestros
quienes pueden ser responsabilizados en forma directa si se demuestra su dolo o culpa, y
en tal caso, deberán reparar el daño causado de acuerdo a los principios generales de
responsabilidad civil subjetiva (Art. 1109 del Código Civil), en este supuesto la
responsabilidad es concurrente con la del titular del establecimiento.

Las hipótesis contempladas en la norma son:


 1. Daños causados por los alumnos a terceros: En este supuesto responde siempre el
titular del establecimiento, sea que se hubiere dañado a terceros extraños o alguien
vinculado con la actividad educativa (alumnos, docentes y/o persona que por alguna
causa estuviere en la escuela, o transeúnte, etc.)
 2. Daños sufridos por los alumnos: Siempre por el daño que sufra el menor, sea
causado por un dependiente, un tercero ajeno, un alumno, o por el hecho de cosas,
siempre que ocurra el evento dañoso durante actividades realizadas bajo el control de
la autoridad educativa, por incumplimiento de la obligación de seguridad.

REQUISITOS PARA QUE RESULTEN RESPONSABLES LOS TITULARES DEL


ESTABLECIMIENTO EDUCATIVO
 1. Edad del menor: Estarían comprendidos en la norma los daños causados o sufridos
por cualquier menor, aun los menores de 10 años y hasta 21 años, donde se adquiere la
mayoría de edad.
 2. Actividad escolar: El daño que puede ser físico o moral, debe producirse mientras
el menor se encuentre ‘bajo control de la autoridad educativa’. A tal efecto tal
hipótesis comprende toda actividad estrictamente curriculares, la que se extiende a
todas las que se vinculen a ella por el hecho de encontrarse organizadas y controladas
por la autoridad educativa (o a través de sus dependientes, directores, docentes en
general, preceptores, etc.), no se limitan a actividades desarrolladas en aulas, se
incluyen por ende, las deportivas, viajes de estudio o recreación, etc. Con lo cual los
directivos y docentes de las escuelas tienen que cumplir con su obligación de vigilancia
respecto del alumnado en un límite temporal muy amplio.
 3.Nivel de enseñanza: Se limita la reparación al titular de escuelas de ciclos inicial, de
educación general básica, educación polimodal, quedando expresamente exceptuado la
enseñanza terciaria y universitaria.

EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD
El titular deberá probar el caso fortuito, conforme al Art. 514 del Código Civil, a fin de no
tener responsabilidad sobre el hecho ocurrido.

SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL:


El titular del servicio educativo tiene la obligación de contratar un seguro de responsabilidad
civil, a fin de garantizar a la victima del daño una adecuada reparación, de conformidad al
nuevo texto del Art. 1117 del Código Civil.
Las escuelas dependientes de la Dirección General de Cultura y Educación, (en el caso de la
Pcia de Bs. As.) cuentan con un seguro escolar contratado con Provincia Seguros, a través de la
cual todos los alumnos regulares de los establecimientos de la DGCYE (oficiales y privados), se
encuentran asegurados contra los siguientes riesgos:
a) Incapacidad parcial y permanente
b) Incapacidad total y permanente
c) Indemnización por muerte
d) Indemnización por gastos de asistencia médica y farmacéutica.
Constando cada uno de los requisitos y documentación a presentar en la Circular Nº 3 de la
Dirección de Cooperación Escolar del 9 de abril de 1977, la que se encuentra vigente.

PAUTAS QUE SE SUGIEREN CUMPLIMENTAR, EN CASOS DE ACCIDENTES


OCURRIDOS EN LOS SERVICIOS EDUCATIVOS.
El procedimiento administrativo para los directivos del servicio educativo ante casos de
accidente de personal docente, administrativo y alumnos que cursen en forma regular en
establecimientos educativos es el siguiente:
1. Se dará urgente comunicación al servicio de emergencia contratado previamente por el
establecimiento educacional, o al servicio de salud publico más cercano.
2. Se informara el hecho acaecido a padres y/o tutores del alumno accidentado.
3. Se efectuara la denuncia policial o exposición civil sobre los hechos acaecidos en la
dependencia policial que correspondiere, según la jurisdicción y ubicación del
establecimiento.
4. Se labrara acta del hecho ocurrido en el Libro de Actas de la escuela, detallando
fecha, horario, lugar y circunstancias fácticas del mismo como ser testigos, imputados,
agresores, posibles, posible daño. La misma será firmada por el directivo y el docente a
cargo del turno en que el hecho haya ocurrido.
5. Se notificara a los padres mediante acta, informando además que se encuentra a su
disposición la cobertura del seguro por accidente.
6. Se deberá efectuar la denuncia a la Compañía de Seguros, a fin de tramitar la
cobertura del seguro
7. Se deberá dar aviso del hecho a la Inspección de Escuelas.
8. El directivo deberá solicitar a los padres la certificación del medico que asistió al
alumno el cual deberá guardarse en el legajo del mismo
9. En los casos de accidentes de docentes deberán además cumplimentarse las
formalidades requeridas por la ART y las prescripciones existentes en los diferentes
Consejos Escolares.

PAUTAS TENDIENTES A EVITAR DEMANDAS POR DAÑOS Y PERJUICIOS


Cabe resaltar que con la nueva reforma del Art. 1117 del Código Civil el personal directivo
de las escuelas han sido justamente beneficiados dado que ya no pesa sobre estos la
responsabilidad refleja que establecía la anterior redacción del articulo citado y que
agravaba en forma injustificada la situación del director de la escuela. Por lo tanto en la
realidad y a partir de esta reforma las demandas por daños y perjuicios por
responsabilidad civil en principio y en líneas generales serán dirigidas contra el propietario
del servicio educativo, debiendo este contestar a través de sus asesores legales las
acciones judiciales iniciadas en su contra.
Sin embargo y por vía de excepción el personal docente puede ver comprometida su
responsabilidad civil cuando en el cumplimiento de sus funciones inherente al cargo que
desempeña hubiera actuado con dolo o culpa y tal conducta hubiera provocado un hecho
dañoso a un alumno o tercero. En tal hipótesis quien demande (padres del alumno, tutor,
tercero, etc.) deberán demostrar tales extremos y podrán dirigir la acción de acuerdo a su
elección contra el docente en forma directa y separada o demandar en forma conjunta
tanto a la entidad propietaria como al docente responsable.
Por eso es importante que los docentes extremen sus cuidados y deber de diligencia en el
cumplimiento de sus funciones inherentes al cargo que desempeñan con el objeto de
brindar una vigilancia activa y permanente de los educando que están a su cargo. De tal
manera se garantizara en forma idónea el cumplimiento de la obligación accesoria de
seguridad que comprende tanto la integridad física como psicológica del alumno y se
disminuirá la posibilidad de una acción indemnizatoria contra el docente.
A continuación se señalan pautas orientativas y medidas a tomar por el personal directivo
de los servicios educativos a los fines de prevenir potenciales hechos que originen una
responsabilidad civil del titular del establecimiento, a saber:
1. Realizar un control periódico de las instalaciones y bienes, muebles pudieren
generar algún riesgo al alumnado por su mal estado de conservación: (Ej. Enchufes,
cables que a la vista denotan su deterioro dado que de estas cosas inanimadas
puede surgir un daño a un alumno). Solicitar en forma urgente por escrito la
reparación de las deficiencias técnicas ante los responsables del área.
A modo de ejemplo existen fallos judiciales por lo que se condeno a pagar una
indemnización, por ceder los soportes de un pizarrón y provocar lesiones a un
alumno.
2. Tomar medidas de seguridad y control en cuanto a las puertas de acceso al edificio
escolar durante el horario de entrada y salida de los alumnos. En los demás
horarios deberá permanecer cerrada con algún dispositivo de seguridad y bajo el
control de una persona designada por la autoridad.
3. Durante los recreos se deberá designar personal docente o de preceptoría
distribuidos en puntos estratégicos según el lugar utilizado a fin de controlar en
forma adecuada el comportamiento de los alumnos y evitar todo tipo de accidentes,
dado que hay casos judiciales en los que sé eximio de responsabilidad a las
instituciones en caso de agresiones físicas y lesiones graves entre alumnos (perdida
de un ojo) cuando fue imposible impedir el hecho por su imprevisibilidad y se pudo
probar además que existió por parte del personal docente una vigilancia activa por
estar a escasos metros del lugar.
4. En horario de clases del profesor o maestro jamás deberá abandonar y dejar solos
a los alumnos salvo que estén bajo la custodia de algún preceptor. Cabe citar una
sentencia en la que se condeno a la entidad propietaria y al director del colegio a
pagar una indemnización a un alumno que fue golpeado con un paraguas en su rostro
por otro alumno en el lapso que la profesora se había ausentado del aula por haber
sido llamada al despacho del director del colegio.
5. No deberán darse ordenes o encargues a los alumnos fuera de las dependencias de
la escuela con riesgo evidente para ellos o terceros y aun más grave, en horas de
clase para realizar tareas sin vigilancia. (Así obra con imprudencia el profesor de
educación física que permite que sus alumnos se trepen al techo de una casa
contigua para alcanzar las pelotas que caían en él)
6. No realizar actividades de educación física por motivos climáticos en lugar cerrado
que no cumplen con las condiciones de comodidad y seguridad adecuada como ser
por ejemplo, en la proximidad de puertas y ventanas de vidrio que impliquen riesgo
respecto de la actividad física a desarrollar por los alumnos.
7. La circunstancia de que el menor tuviera problemas de conducta, fuera inquieto o
travieso, obliga a obrar con mayor atención hasta tanto se haga uso o no de la
facultad de expulsión del alumno del establecimiento por lo cual en tales
circunstancias debe acentuarse el deber de vigilancia por parte de las autoridades
de la escuela dado que el comportamiento anterior no sirve de atenuante o
eximente de responsabilidad.
8. Extremar las medidas de control y vigilancia de los alumnos durante las clases
prácticas de taller no permitiendo el uso de herramientas sin el debido control y
presencia efectiva de uno o varios profesores que supervisen la clase.
9. En los edificios escolares que cuenten con más de un piso deberá controlarse en el
sector de escaleras durante el ascenso y descenso de los alumnos con el objeto de
evitar accidentes. Existe una demanda en que el alumno cayo al vació desde la
escalera, aparentemente montado a caballo sobre la baranda, estrellándose contra
una estufa que se hallaba en la planta baja, condenándose a pagar una
indemnización a la entidad propietaria.
10. En cuanto a la elección de los alumnos para su inscripción cabe citar otra
jurisprudencia en que se encontró responsable al colegio y director a pagar una
indemnización por ejercer en forma irregular el derecho de aceptar o rechazar la
solicitud de ingreso de una alumna. Así se indica que deviene arbitrario al exceder
los límites de la buena fe, constituyendo un ejercicio abusivo de sus derechos que
la ley no ampara el impedir su inscripción sin fundamento razonable.
11. En caso de viajes con fines educativos o excursiones o paseos recreativos, la
autoridad escolar debe de aumentar los cuidados durante este tipo de eventos
asignando una cantidad de docentes en proporción a la cantidad de alumnos y
cumplir en la Comunicaciones sobre lecciones paseos y actividades en la Vida en la
Naturaleza

La enunciación precedente es de mero carácter ejemplifica torio dado que los hechos
que pueden derivar en responsabilidad civil en las escuelas, son innumerables, sin
embargo a los fines de concienciar de la importancia de este tema, nos parece valida,
máxime si se tiene en cuenta el desconocimiento y el temor existente sobre esta
temática en el personal docente.
Por ultimo es aconsejable que toda información de anormalidades (brindadas por
docentes, asistentes sociales, alumnos, etc.) es necesaria y será valedera no-solo por la
potencialidad de un proceso judicial, sino para salvaguardar a los alumnos y al personal
del establecimiento como a los terceros que concurren al mismo, de todo tipo de
perjuicio.
La prevención de accidentes durante la actividad docente debe prevalecer sobre todo
otro recaudo.
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JURISPRUDENCIA DE LA PCIA DE BS. AS.


CARATULA: Alvarez, Leonardo y otra c/ Provincia de Buenos Aires y otros s/
Indemnización de Daños y Perjuicios
Constituye una grave imprudencia permitir que una sola maestra conduzca a veintitrés (23)
niños de entre doce (12) y trece (13) años para bañarse en un río que no conocen, situado a
bastante distancia del hotel en el que se alojaban y sin ninguna clase de instalaciones o
personal de vigilancia en las inmediaciones (arts. 1109 y 1112, C. Civil).
Debe considerarse que la única causa del accidente -muerte de un menor ahogado en el río-,
fue la conducta negligente de las maestras, que permitieron que veintitrés (23) niños
concurrieran con una sola de ellas a bañarse a un río desconocido, a pocos minutos de haber
almorzado, sin apreciar que se encuentra en el orden natural de las cosas que niños de doce
(12) y trece (13) años de edad carecen del tino necesario para guardar una estricta conducta
como si fueran personas mayores (arts. 1109 y 1112, C. Civil).
La responsabilidad civil indirecta, establecida por el art. 1113, primera parte, C. Civil, se funda
en una doble idea de elección y de vigilancia, y no cabe duda de que la directora del colegio fue
quien eligió a las maestras que acompañaron al contingente de niños, siendo uno de ellos quien
resultó víctima fatal del accidente.
Se encuentra insito en las facultades de quien dirige un colegio -público o privado-, el derecho
de impartir órdenes e instrucciones en cuanto a la manera de cumplir las funciones que les ha
confiado al personal a su cargo.

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CARATULA: Gonzáles, Luís M. y otra c/ Dirección General de Escuelas de la Prov. de


Buenos Aires s/ Daños y perjuicios. El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y
Comercial Nº 6 del Departamento Judicial de La Plata hizo lugar a la acción.
La responsabilidad civil que se endilga a la docente no puede hallar sustento en la aplicación
expansiva del art. 1117 del CC, ya que una de las condiciones que esta norma consagra es que se
trate de daños ocasionados por los alumnos o aprendices a un tercero, de suerte que el
director no responde por los daños que el alumno se haya ocasionado a sí mismo, a menos que se
pruebe una culpa directa suya.
Si medió un obrar reprochable a la directora del establecimiento educativo -máxima autoridad
administrativa en ese sitio y momento-, por incurrir en un defecto genérico de prevención debe
responder en forma personal y directa frente a la víctima, conforme a lo estatuido por el art.
1112 del CC.
El art. 1112 del CC contempla la responsabilidad civil extracontractual de los funcionarios
públicos a raíz de los hechos y las omisiones de éstos, cuando actúan en el ejercicio de sus
funciones, que configuran un cumplimiento irregular de las obligaciones legales que le están
impuestas.
El sujeto pasivo de la responsabilidad prevista por el art. 1112 del CC, es el agente de la
administración que, como tal, causa un daño a un tercero y por el que resulta personalmente
responsable, de modo que aquélla no se refiere a ningún caso de responsabilidad refleja, sino
que se trata de una responsabilidad por el hecho propio, en cuya base está la culpa del agente
dañoso.
La omitida obligación de prevenir y prever un hecho como el acontecido por la directora del
establecimiento (en el caso un motor encendido sin protección durante el recreo) no es sino
correlato de la que le incumbe al Estado provincial, pues como éste establece, organiza y
sostiene el servicio de la educación común en las escuelas públicas, a fin de asegurar el
derecho de enseñar y aprender que todos los habitantes tienen (arts. 5, 14 Const. Nac.; arts.
31, 189, 190, Const. Prov.).
No hay duda de que en el servicio oficial de la educación anida una obligación accesoria y tácita
de seguridad, la cual, a la manera de una garantía objetiva de preservación de la vida humana,
de la integridad psicofísica y de los bienes todos, subyace en ciertas figuras contractuales y
en diversas situaciones extracontractuales, como emanación del deber genérico de no dañar
-"alterum non laedere"- y en resguardo de la incolumnidad de las víctimas.

_______________________

CARATULA: Da Luz, Darío D. c/ Provincia de Buenos Aires s/ Daños y perjuicios


El art. 1117 del Código Civil responsabiliza a los directores de colegio por los daños provocados
por sus alumnos mayores de diez años. Se trata de una presunción simple por culpa, desde que
expresamente contempla la liberación de tal responsabilidad si demuestran que "...no pudieron
impedir el daño con la autoridad que su calidad les confería, y con el cuidado que era su deber
poner".
Sobre el Director del Colegio pesa, en principio, la responsabilidad por los daños ocasionados
por alumnos a los cuales no se logró inculcar, a través del personal docente y auxiliar
subordinado, las pautas de disciplina necesarias para un armónico desarrollo del trabajo común,
o sobre quienes no se ejerció una adecuada vigilancia tendiente a evitar que el hecho dañoso
tuviera lugar.
Para eximirse de responder, el director del colegio debe demostrar: a) la imposibilidad de
impedir el hecho dañoso (casus); b) la existencia de dicha imposibilidad pese a las potestades
que ejerce para vigilar a los alumnos (ausencia de culpa) y c) que observó todos los cuidados
que correspondían a su deber (ausencia de culpa).

JURISPRUDENCIA DE LA NACION.
Civil y Comercial Federal
12/10/95 MORALEJO, JORGE GERMAN Y OTROS C/ESTADO NACIONAL MIN. DE EDUC. Y
JUSTICIA SECRETARIA DE EDUCACION S/DAÑOS Y PERJUICIOS VARIOS. CAUSA N°
14.909/94.
RESPONSABILIDAD CIVIL DEL ESTADO: COLEGIO NACIONAL - "SALIDA EDUCATIVA
OFICIAL" - ALUMNOS DE CUARTO AÑO - ROBO Y TENTATIVA DE ABUSO EN EL HOTEL -
LESIONES FISICAS Y PSIQUICAS
El viaje y la estadía en Puerto Madryn formo parte de la labor educativa programada por el
colegio nacional de Vicente López. Trátose de una "salida educativa oficial" para alumnos que
cursaban el cuarto año (y no de un viaje de placer de egresados). Esto tiene especial
trascendencia jurídica para enquiciar la cuestión porque, en tales condiciones, el colegio
conservaba en plenitud las obligaciones de proporcionar cuidado y seguridad a los educandos,
del mismo modo y con no menor intensidad que la debida dentro del propio establecimiento de
Vicente López. Y es que, en definitiva, durante la salida educativa oficial los alumnos estaban
confiados a las autoridades y cuerpo docente cuya responsabilidad no sufría atenuación alguna
-y si, en todo caso, una acentuación (doctrina del art. 902 Del código civil) por la presencia de
nuevos riesgos y potenciales situaciones de peligro- en razón de que la tarea pedagógica
hubiera de ser cumplida fuera de la sede del establecimiento de enseñanza. Dentro de este o
fuera de su superficie, lo que importa es que los alumnos, cumpliendo su rol de aprendizaje,
permanecían bajo el cuidado del personal docente, responsable de su integridad física (arts.
1115 Y 1117 del código civil).
La responsabilidad, por la misión propia del docente y la minoridad de los alumnos, es
insusceptible de ser disminuida por un pacto de dispensa de la culpa -que el representante del
estado pretende hacer valer aprovechando una cláusula de letra pequeña ubicada en el dorso
del contrato-, particularmente cuando por el lugar en que se desempeña la actividad educativa
de vigilancia solo puede ser ejercida, en términos de razonabilidad, por las autoridades
escolares. Y es que es inadmisible, por violentar el orden publico y desnaturalizar por completo
la función del docente, que se lo releve de uno de sus deberes esenciales (obrar con apropiada
diligencia en el cuidado de los pupilos que le han sido confiados, máxime tratándose de
adolescentes). De allí que una cláusula de dispensa total de la culpa sea, en este ámbito de la
actividad humana, absolutamente nula (art. 953 Del código civil).
La invocación del "caso fortuito", que se funda en el hecho de que el agresor estaba armado,
carece de sustento jurídico; ello así, porque el ingreso del delincuente al hotel donde se
hospedaban los alumnos no comporto un hecho inevitable. Hubiera bastado, al efecto, con
disponer una guardia apropiada y clausurar la puerta de acceso para que el intruso no hubiese
podido tener acceso a los pasillos internos y habitaciones del hotel. Tampoco puede ser
afirmado que la presencia de un delincuente no resultaba previsible, pues ello significaria negar
la realidad del auge de la delincuencia que asola nuestro pais. El hecho, en definitiva, pudo ser
previsto y evitado con personal de guardia o custodia suficiente, dotado de elementos de
seguridad adecuados a las circunstancias: el cuidado de 42 adolescentes, en su mayoría
jovencitas. Por lo demas, el personal docente no extremo los cuidados requeridos por las
circunstancias, lo que configura "culpa civil" y compromete la responsabilidad estatal.
Irse a dormir en las circunstancias en que se desenvolvia la vida de p. Madryn, con la
consecuencia de dejar librado a los alumnos a su entera libertad y a una cierta imprudencia
propia de la adolescencia, constituyo un acto de negligencia. De el se han derivado daños que
acosan la vida de dos mujeres recien llegadas a la mayoría de edad, cuya tranquilidad espiritual
aparece gravemente quebrada sin que nadie pueda decir hasta cuando. El daño, pues, ha sido
enorme. Fruto de una irresponsabilidad proporcional. Y por ella debe pagar el estado argentino,
por violación del principio neminen laede. Y aca no hay privilegios para el estado ni para nadie
(arts. 43, 512, 902, 1109 Y 1112 del código civil).
Las victimas no estan totalmente liberadas de culpa, si bien la incidencia causal de su conducta
es muy inferior a la que le cabe al estado por el mal desempeño de sus funcionarios, porque
imprudencia por imprudencia, no es lo mismo la que pueda cometer el personal docente
encargado de un grupo de adolescentes (art. 902 C.C.) Con la imputable a la actividad de
jovenes del 4 año secundario, cuya edad promedio no supera los 17 años. Y es que la culpa debe
ser juzgada en concreto (art. 512 Cc y su nota). Las accionantes recibieron indicación de irse a
dormir (no de ir a la playa en horas nocturnas) y desobedecieron esa indicación de sus
superiores. De todos modos, con la ingenuidad que les es connatural, las jovencitas volvieron al
hotel -cuyas puertas permanecian abiertas, y sin vigilancia; extremos estos que conocian
ciertamente- y se dirigieron a sus habitaciones. Fue entonces cuando se produjo el ataque del
canalla. La inobservancia de las instrucciones recibidas del personal docente y el descuido de
las circunstancias riesgosas: 1) que el hotel carecia de adecuada vigilancia; 2) que el acceso era
practicamente libre porque las puertas permanecian, en la practica, las 24 horas abiertas; 3)
que la zona tenia riesgos por la presencia de cabarets y gente indeseable; 4) que ninguna
vigilancia podia ser esperada del personal docente, que dormia placidamente; y 5) que, en el
fondo, la directiva de las profesoras no habia sido acatada, demuestran que las actoras -que
contaban con suficiente discernimiento para superar peligros, riesgos y conductas sin
problemas- también incurrieron en una conducta no exenta de reproche civil y que tuvo
incidencia causal en la concreción de los daños. Y, sopesando la incidencia causal de cada
conducta, logico es admitir que la responsabilidad del personal docente es de muy superior
entidad con relación a la imputable a jovenes de 16 y 17 años, porque el cuidado y vigilancia
corria por cuenta de ese personal. Por ello, meritando en concreto la culpa de las partes y su
incidencia causal en los daños, es imputable al estado nacional el 85% de los daños y el 15% a
las actoras.

_______________

RESÚMENES DE OTROS FALLOS:


Como la presunción de responsabilidad a la que alude el art. 1117 del cód. civil es iuris tantum,
tal como se desprende de la parte final de dicha norma, el director del colegio puede
demostrar que ni siquiera incurrió en la culpa mediata. Desde este punto de vista, en el caso,
cabe responsabilizar al Director del Establecimiento, toda vez que de las características del
ventanal desde el cual fue arrojado el bolso causante del daño a la actora, frente a la forma en
que ocurrieron los hechos, debió probar y no lo hizo que los vidrios de la ventana estaban en
buen estado de modo de dificultar esa clase de acciones peligrosas. (CNCiv. y Com. Fed., sala 3,
mayo 13-1992). ED, 153-151.

_______________

La mención en el art. 1117 del cód. civil de los "directores de colegios" sólo comprende en la
presunción legal de responsabilidad a la autoridad que rige el instituto y no a los maestros o
profesores; respecto de éstos se aplica el principio general de la prueba de culpabilidad. La
expresión "maestros artesanos" se refiere a otros supuestos. Es por lo expuesto que el sub
examine, frente a los daños provocados a terceros por alumnos del establecimiento escolar,
cabe liberar la responsabilidad a la profesora a cargo del curso si no se probó su culpa en el
cumplimiento de sus deberes. (CNCiv. y Com. Fed., sala 3, mayo 13-1992). ED, 153-151.

_______________

Es responsabilidad excluyente del instituto educativo en los términos del art. 1117 del cód.
civil, por el hecho del educando que, encontrándose en el establecimiento, arrojó la mochila con
útiles a otro educando que se encontraba en el exterior del mismo, causando daños a la actora
que transitaba por el lugar al hacer impacto contra su físico. (CNCiv. y Com. Fed., sala 3, mayo
13-1992). ED, 153-151.

_______________
Si el art. 1117 del Cód. Civil llega a estatuir - bajo determinadas condiciones - la
responsabilidad de los directores de colegios por el daño causado por sus alumnos en virtud de
la autoridad que su calidad les confiere, resulta natural reconocer la misma autoridad para
precisar las conductas que interfieren el orden disciplinario. (CNCont.-Adm. Fed., Sala I,
Noviembre 5-1991). ED, 145-426. - Con nota de Germ n J. Bidart Campos.

_______________

No se opera presunción que estatuye el art. 1117 del Código Civil si no se invocó ni probó un
hecho concreto imputable a título de culpa a las alumnas de un instituto escolar que asistieron
como ayudantes en la realización del ejercicio físico que provoca el daño a la hija del
accionante; ello es así; por cuanto para actuarse la responsabilidad refleja del Instituto de
enseñanza- como as¡ la responsabilidad de los padres respecto de sus hijos menores es
menester dicha acreditación (CNCiv Sala E, Marzo 11 1987) ED, 124-574.

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Incumplido el deber de custodia que pesa sobre el Instituto escolar (art. 1117, Código Civil)
hecho que facilitó el obrar imprudente del alumno damnificado, resulta indudable la parcial
responsabilidad del establecimiento educacional (CNCiv. y Com. Fed., Sala II, Abril 12 1985,
Gómez Ortega, Alonso y Otra c. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación y Otro).

_______________

No resultan atendibles los argumentos de la Universidad Nacional de La plata - declarada


responsable de los daños y perjuicios derivados de las lesiones sufridas por un menos de 15
años de edad, en una clase de educación física- enderezados a impugnar la interpretación y
aplicación del art. 1117 del Código Civil efectuadas por el a quo, si tal cuestión no fue planteada
por dicha parte al recurrir el fallo del juez de primera instancia, que adoptó un criterio análogo
(CS, Junio 21 1984, Mochi, Aquiles H. C. Universidad Nacional de La Plata y Molla Villanueva,
Julio E.).

_______________

Al margen de los casos en los que los directores responden en los términos del art. 1117 del
Código Civil - daños que los alumnos causan a otros alumnos o a terceros en general -, la
potencial responsabilidad del director se emplazaría en el art. 1109, de estar referida al
sector hecho propio o en el art. 1113, parr. 1 si estuviera de por medio la culpabilidad de un
dependiente funcional de dicho director (del voto del doctor Bueres) (CNCiv., Sala D, Agosto
29 1983). ED, 106-682.

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RESPONSABILIDAD REFLEJA. Establecimientos educativos. Lesiones sufridas por un


alumno por la agresión de otro durante el recreo. Aplicación del Art. 1113 del Código Civil.
Interpretación del Art. 1117 en su anterior y actual redacción (modificado por ley 24830) L.
337658 - "M. De M., Patricia Lucía y otro c./ MCBA, s/ daños y perjuicios" - CNCIV - SALA F
- 05/08/2002 Texto Completo Formato PDF Tamaño 80 Kb - Clic Aquí

CONTRATO DE ENSEÑANZA. Responsabilidad contractual.


Obligación tácita de seguridad a cargo de los establecimientos educativos. Negligencia en la
supervisión. Obligación de resultado. Lesiones físicas sufridas por los alumnos durante el
horario escolar R. 326757 - "G. Irene c/Instituto San Roberto Arzobispado de Buenos Aires
y otros s/Cobro de sumas de dinero" - CNCIV - SALA H - 30/04/2002 Texto Completo
Formato PDF Tamaño 90 Kb - Clic Aquí

SENTENCIA
Morón, 17 de octubre de 2006.-
Cámara de Apelación Civil y Comercial "Sala I" de Morón [17-OCTUBRE-2006] resolvió,
en la causa 53.611, indemnizar al menor por los daños sufridos a causa de su expulsión
del establecimiento educacional quedando desvinculado del ciclo lectivo.
En la ciudad de Morón, Provincia de Buenos Aires, a los DIECISIETE días del mes de octubre
de dos mil seis, reunidos en la Sala I del Tribunal, los señores Jueces de la Excma. Cámara de
Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Morón, doctores Liliana Graciela
Ludueña, José Eduardo Russo y Juan Manuel Castellanos, para pronunciar sentencia en los
autos caratulados: " MEYER, Nélida Beatriz y otro c/ COLEGIO 24 de OCTUBRE S.A.E. y/o
INSTITUTO JOSE MANUEL ESTRADA s/ DAÑOS Y PERJUICIOS ", y habiéndose
practicado el sorteo pertinente ( arts. 168 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires y
266 del Código de Procedimientos Civil y Comercial ), resultó que debía observarse el siguiente
orden de votación : Dres. RUSSO – CASTELLANOS - LUDUEÑA, resolviéndose plantear y
votar las siguientes:
AUTOS Y VISTOS: De conformidad al resultado que arroja la votación que instruye el
Acuerdo que antecede, por unanimidad se revoca la apelada sentencia de fs. 505/510
admitiéndose la demanda de daños y perjuicios impetrada, en su consecuencia, se condena a la
demandada Colegio Veinticuatro de Octubre S.A.E. a pagar a los actores, doña Nélida Beatriz
Meyer y don Jorge María Eduardo Sesto, dentro del término de diez días de encontrarse
consentida o firme la liquidación que se practique, la suma de pesos trece mil ($ 13.000.-),
correspondiendo de tal importe la suma de pesos diez mil ($ 10.000.-) al menor L. I. S. y M. y la
de pesos tres mil ($ 3.000.-) a sus progenitores, sin intereses, por no haber sido reclamados
en la demanda incoada y las costas de primera instancia, dejándose sin efecto la regulación de
honorarios oportunamente practicada ( conf. arts. 274 y 68, párr. 1ero., del Código Procesal ).-
Costas de la Alzada a la demandada fundamentalmente vencida en el proceso de apelación ( art.
68, párr. 1ero., del Código Procesal ), difiriéndose la regulación de los honorarios para su
oportunidad.-

_______________

Fallo: A, E y ot. c/Provincia de Buenos Aires s/ daños y perjuicios”, causa nº 100.508, y “A, E H
y ot. c/T, M A s/ Ds. Y Ps.”, causa 100.493 – 12 – 09 - 20006
Cámara Primera de Apelación Civil y Comercial Sala Segunda de San Isidro [22-AGOSTO-
2006] La Cámara Primera de Apelación Civil y Comercial Sala Segunda de San Isidro, en las
causas 100508 y 100493, resolvió sobre la responsabilidad del establecimiento educativo
por un homicidio cometido por un alumno durante el horario escolar pero fuera del colegio
y, habiendo éste cumplido con las normas que regulaban las autorizaciones de los menores
para retirarse del mismo; y la responsabilidad de los padres del homicida en los términos
del art. 1114 del CC

 Respecto a lo que se entiende por establecimiento educativo, con un criterio amplio,


Aída Kemelmajer de Carlucci (La Responsabilidad de los establecimientos educativos en
Argentina después de la reforma de 1997. LL. 1998-B-1047) sostiene que el mismo se
da “en todos los supuestos en que la enseñanza se imparte a un menor a través de una
organización de tipo empresarial que supone control de autoridad”.
 En la materia que nos concierne, Eduardo Loizaga (Responsabilidad Civil de los
Establecimientos Educativos. Eduardo Loizaga. Editorial Abeledo Perrot. Año 2000),
sostiene que tampoco se dan los requisitos en los casos de docentes que, juntamente
Con varios alumnos menores de edad, impartan clases de gimnasia, artes marciales, etc. En
plazas o paseos públicos.
 Según expresa Ghersi “la tendencia mundial es considerar la responsabilidad de los
establecimientos como objetiva, es decir, probado que el daño ha acaecido en el
establecimiento o fuera de aquél pero durante las horas de enseñanza (es decir hay
relación de causalidad entre el daño y el acto educacional) se atribuye
responsabilidad al establecimiento sin necesidad de la prueba de culpa o dolo. Esto
es lo que se denomina la asunción del riesgo social o empresario Ghersi, Carlos A.
Citado por Diputado Enrique Mathov, ob. cit.
 Kemelmajer de Carlucci, Aída, La responsabilidad civil de los establecimientos
educativos ...”, p.6. El artículo no menciona la culpa de la víctima como eximente. Se
justifica la asunción de la culpa de la víctima por parte del establecimiento
tratándose de menores de corta edad (inimputables si son menores de diez años) ni
tampoco podría ser atribuida a los padres pues el menor no está bajo la guarda de
estosi[xxxiv]. La situación es diferente cuando el alumno ha alcanzado cierta edad.
Allí pueden armonizarse los arts. 512 y 1111 y evaluar las conductas de todas las
partes intervinientes en el proceso. En opinión de Kemelmajer de Carlucci la
expresión “caso fortuito” debe ser entendida en sentido amplio, comprensiva de
todo hecho que se presente como imprevisible e inevitable, caracteres que puede
tener la conducta de la propia víctima; es decir debe atenderse a las circunstancias
del caso y edad del menor.

Responsabilidad civil de los padres. Aplicación del artículo 1114. Eximentes arts. 1115 y
1116
RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES POR LOS HECHOS DE SUS HIJOS MENORES.
Es un subtipo de responsabilidad por el hecho ajeno o también llamada indirecta o refleja. En
esta clase de responsabilidad se da como característica principal que quién debe afrontar la
indemnización no es el autor del daño. La ley brinda varios casos de esa tipología, así : la
responsabilidad del comitente (art. 1113 del C.C.), de los padres, tutores, curadores (arts.
1114,1115,1116 y 1117 del C.C.), de los dueños de establecimientos educativos (art. 1117 conf.
Mod. De la ley 24.830), dueños de hoteles, capitanes de buques, jefes de familia por cosas
arrojadas a la calle o expuestas a caer (art. 1118).
REQUISITOS : A) MINORIDAD; B) HABITACION; Y C) ACTO ILICITO DEL MENOR. A)
MINORIDAD : Se remita al punto anterior. B) HABITACION : No debe interpretarse en un
sentido literal. Responden si no hay un motivo serio que impida la convivencia (Machado, Salas,
Salvat, Acuña Anzorena, Mazeaud, Trigo Represas, Bustamante Alsina). Si el hijo se ausenta
por razones atendibles, hay divergencia doctrinaria en la solución: 1) para una corriente, cesa
la responsabilidad paterna por no concurrir el requisito, imposibilidad de vigilancia, cese de la
presunta culpa (Borda, Llambias, Colombo, Bustamante Alsina, Mazeaud- Tunc, Giorgi,
Demogue, Co-lin- Capitant, Peirano Facio). 2) Solo se eximen los padres si la transferencia de la
guarda del menor, lo fue hacia algunos de los sujetos previstos en los arts. 1113 y 1117 del C.C.
(Ovejero, Machado, Salas, Trigo Represas, Kemelmajer de Carlucci, Llerena, Compgnucci de
Caso, Josserand, Viney, Simler, Borrel Macia). C) ACTO ILICITO DEL MENOR: El problema es
su determinación de los menores de 10 años, por ser impo-sible imputarles culpabilidad (conf.
Arts. 897, 898, 900, 921 y 1076). A) Culpa de los padres (Borda, Bus-tamante Alsina,
Mazeaud- Tunc). B) Ilicitud objetiva y su diferencia con la subjetiva (Orgaz, Trigo Represas,
Salas, Kemelmajer de Carlucci, Compagnucci de Caso, Ovejero). Si el hijo es mayor de 10 años,
el problema no se suscita. Siempre se responde por daños causados a terceros, no a si mismo.
REPONSABILIDAD SUBJETIVA U OBJETIVA?. Según el funda-mento que se adopte.
CAUSALES DE EXIMISION. La falta de culpa, cuya prueba queda a cargo de los padres, y en
supuestos específi-cos (arts. 1115 y 1116). Causas: a) Transferencia de la guarda del menor; b)
Vigilancia activa. A) TRANSFE-RENCIA DE LA GUARDA (Art. 1115): desplazamiento de la
guarda hacia otro en forma “permanente” (sustitución de la autoridad paterna), aunque puede
ser discontinua (En contra: Lafaille). B) VIGILANCIA ACTIVA: (Art. 1116). Para su apreciación
es importante la edad de los menores (Llambias). También las costumbres, usos, necesidades,
carácter del menor, inteligencia, y demás circunstancias del caso. Asi : cuando los padres no
controlan las amistades, uso de armas, o frecuentar lugares inapropiados, salidas nocturnas, ir
de caza, intervención en carreras de automotores, jugar con hondas, tirar piedras, etc. La
conducción de automoto-res y la autorización administrativa para ello, da lu-gar a
pronunciamientos divergentes. La falta de pre-sencia física de los padres, y la vigilancia activa.
ACCIONES RECURSORIAS. Entre cónyuges solidarios: la acción se suspende (art. 3969). Es
aplicable lo dis-puesto en los arts. 689 y 717, o solo la parte final del art. 689 ?. Acción contra
el hijo: Se aplica lo dispuesto en el art. 1123 ¿. No cuando el hecho lo co-metió un menor de 10
años.
Rubén H. Compagnucci de Caso. Colegio de Abogados de La Plata (3 de octubre de 2005).

T.S.J., Sala Penal, Sent. n° 92, 24/9/03. "ACHAVAL, María Virginia p.s.a. Homicidio Culposo
-Recurso de Casación-". Vocales: Tarditti, Cafure de Battistelli, Rubio.

RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR SUS
HIJOS: Hijos menores adultos con carnet habilitante para conducir
En relación con la naturaleza y alcances de la responsabilidad de los padres por los daños
ocasionados por sus hijos menores de edad, cuando éstos son menores adultos, corresponde
señalar que, aún cuando pueda discreparse en la naturaleza y alcance de la responsabilidad
dispuesta por el artículo 1114 del Código Civil, cuando se avanza en el análisis de la hipótesis
particular del menor adulto que posee licencia de conducir, esto es, que se encuentra
estatalmente habilitado para hacerlo, la conclusión es unívoca: la exoneración de los
progenitores. El fundamento también es común: no puede en tal caso achacárseles omisión de
vigilancia activa alguna, toda vez que la autorización administrativa desobliga a los padres de
las obligaciones emergentes de la patria potestad (tesis subjetiva) o bien hace desaparecer la
garantía que deben asumir en virtud de su condición de padres (tesis objetiva), ya que no
resulta razonable que, contando su hijo con dicho permiso por haber cumplimentado todos los
requisitos exigidos por la autoridad para obtenerlo, permanezcan responsables de un accionar
en cuya autorización el propio Estado ha decidido prescindir de la voluntad de aquellos y dar
autonomía del joven.

Fallo: A. E y Otro C/ PROVINCIA de BUENOS AIRES S/ Daños y Perjuicios y A. E. H. y Otro


C/ T. M. A. S/ Daños y Perjuicios.12- 09-06 Cámara Primera de Apelación Civil y Comercial
"Sala Segunda" de San Isidro [22-AGOSTO-2006] La Cámara, en las causas 100.508 y
100.493, resolvió sobre la responsabilidad del establecimiento educativo por un homicidio
cometido por un alumno durante el horario escolar pero fuera del colegio y, habiendo éste
cumplido con las normas que regulaban las autorizaciones de los menores para retirarse del
mismo; y la responsabilidad de los padres del homicida en los términos del art. 1114 del C.C.

DAÑOS Y PERJUICIOS. Víctima menor de edad. Responsabilidad de los padres.


En tanto el art. 1114 del Código Civil, alude a los daños causados por los menores, es decir
aquéllos que éstos provocan, generan o causan, un menor no es imputable por el daño del que ha
sido víctima, ni tampoco se desplaza la autoría ni la relación causal a los padres.
MONTERO, Víctor Hugo y otro c/ RICCA, Juan Pablo María y otro s/ DAÑOS Y PERJUICIOS

C.N.Civ. Sala D D073849 26-06-00 MERCANTE.


i Infección intrahospitalaria

Jurisprudencia
“Se entiende por infección intrahospitalaria toda aquella que el paciente adquiere y se manifiesta como
mínimo 72 horas después de haber ingresado como paciente para su internación en una Clínica, Sanatorio u
Hospital que posea dicho servicio, que no estaba incubándose en el momento de su ingreso, y que hubiese
podido ser detectada en ese momento, mediante algún tipo de estudio previo.” (C.N. Civil Sala D – 16/07/01
– Frenquel, Adolfo c/ Centro de Ortopedia y Traumatología)

“Estas consideraciones doctrinarias han sido adelantadas pues las infecciones hospitalarias también
podrían ocurrir por existir una incorrecta limpieza del quirófano, una inadecuada esterilización del material
quirúrgico una incorrecta limpieza de los filtros de aire acondicionado o una desaprensiva preparación del
paciente; así como el desarrollo de esas actividades por personal no idóneo” (Resol. 1292 – Boletín Oficial
de la Ciudad de Buenos Aires, pág. 8340 – 6/10/98 Nº 544 y Decreto 794/2003 – Boletín Oficial
4/4/2003 – Incorporación como actividad de colaboración al Art. 47 de la Ley 17.132 a los técnicos en
esterilización)

“Está comprobado que la interacción en vivo entre las bacterias inoculadas en las heridas con
antimicrobianos administrados profilácticamente es una de las determinantes mas importantes en el éxito
de una herida operatoria, y que en los últimos quince años la eficacia de la profilaxis antimicrobiana en la
cirugía limpia ha sido claramente establecida. Los antimicrobianos en los tejidos del paciente podrían
aumentar los mecanismos naturales de defensa inmunitaria y ayuda a eliminar las bacterias que son
inoculadas en los tejidos de la herida durante el acto operatorio. Hay acuerdo general en que la 1ª dosis de
antimicrobiano debe ser administrada durante la inducción anestésica y continúa con tres dosis más. Asi en
las operaciones de “heridas limpias”, la tasa de infección observada es del 5;1% de no usarse
antimicrobianos, perioperatorios y tan bajo como del 0,8% de utilizarse medidas higiénicas adoptadas”
(CNCiv. Sala M, 18/12/00, Recamato de Mina, Norma B. C/ Sanatorio Quintana)

“Refiere que los arts. 14 y 15 del texto constitucional ante la falta de disposiciones específicas dictadas
por la Pcia., tornan operativa las normas dictadas por la Administración de Medicamentos de la Nación, y
refiere su criterio sobre la aplicación al caso como doctrina legal, del precedente dictado por el STJRN en
re: JOISON (Se. 36/02), en cuanto el mismo señala que el "deber de responder del hospital se origina en
la existencia de una obligación tácita de seguridad -de tipo objetivo-, que funciona con carácter accesorio
de la obligación principal de prestar asistencia médica por intermedio de sus facultativos del cuerpo
médico” (Ortega Luis Oscar c/Hospital Zonal Bariloche y Otro s/Daños Y Perjuicios, Camara de
Apelaciones en lo Civil, Comercial y de Mineria de la IIIa. Circunscripción Judicial, Bariloche, Río Negro)

“Un establecimiento sanitario, asume junto al deber principal de prestar asistencia médica, una obligación
de seguridad que siempre es objetiva. En algunas ocasiones éste va referido a una obligación de medios
(verbigracia: Caso de los actos puros de profesión de los facultativos) y en otras oportunidades está
destinado a afianzar resultados (p. Ej. Las cosas utilizadas: ámbitos físicos, instrumentos quirúrgicos,
aparatos de rayos X, etc.) que pueden ser riesgosos o viciosos” (Barzola Pedro Prudencio c/ Obra Social de
la U.O.M. de la Rep. Arg. y otros s/ Daños y Perjuicios, CNCIV - SALA B - 11/12/2000)

“Si se prueba un contacto físico entre el actuar y el menoscabo que experimenta el enfermo, y no se puede
conocer a ciencia cierta cuál fue estrictamente la causa del daño, ello no será obstáculo para que los
magistrados, a tenor de los elementos de convicción aportados y las circunstancias del caso, puedan dar por
cierta la existencia de la relación causal, ya que por ser en extremo dificultosa la demostración de ella,
toca aligerar o flexibilizar las exigencias probatorias” (RE c/ MCBA s/ daños y perjuicios, ordinario,
Sentencia Definitiva, CNCIV Sala F, Nro. de Recurso: C258234 - Fecha: 17-06-99 - Vocal Preopinante:
GALMARINI)

“En este cuadro de situaciones, cabe poner de resalto, que, a esta altura de la evolución doctrinaria la
responsabilidad del Estado por las acciones u omisiones de sus agentes se reconoce generada en la idea
objetiva de la falta de servicio y se halla comprendida, consecuentemente, en las previsiones de los
artículos 1112 y 1113 párrafo primero, del Código Civil, en que los actores sustentan su reclamo (ver María
Graciela Reiriz, "Responsabilidad del Estado" en "El derecho administrativo, hoy", Ed. Ciencias de la
Administración, 1996, páginas 226 y sgtes. y jurisprudencia de Fallos: 312:1656; 314:661 (voto Dr. Barra);
315:2865; 316:2136 y sus citas. "Cesarín, José Angel y otros s/p.ss.aa. propagación culposa de
enfermedades peligrosas" - CSJN - 30/06/1999”

“Cabe señalar, asimismo, que el adecuado funcionamiento del sistema asistencial médico no se cumple tan
sólo con la yuxtaposición de agentes y medios o con su presencia pasiva o su uso meramente potencial, sino
que resulta imprescindible, además, que todos ellos se articulen activamente en cada momento y en relación
a cada paciente. Porque cada individuo que requiere atención médica pone en acción todo el sistema y un
acto en cualquiera de sus partes, sea en lo que hace a la faz de la prestación médica en sí como a la faz
sanitaria, sea en el control de una y otra, en la medida que pudiera incidir en el restablecimiento del
paciente, demorándolo, frustrándolo definitivamente o tornándolo más difícil, más riesgoso, más doloroso,
necesariamente ha de comprometer la responsabilidad de quien tiene a su cargo la dirección del sistema y
su control” (Schauman de Scaiola Martha Susana c/ Provincia de Santa Cruz y otro s/ daños y perjuicios,
CSJN, 06/07/1999)
También señalo al respecto que aún no pudiendo asegurar la vigencia como norma jurídica en la cuestión
(pero sí como normas del buen arte al respecto), en la red figuran en el sitio
(http://www.cadime.com.ar/pngc/cd/normas/normas_gp.html) normas dictadas por el Ministerio de salud
de la Nación al respecto. Ello es una demostración de la problemática de las infecciones, y la preocupación
por normatizar como normas jurídicas o normas del buen arte en la cuestión, los procedimientos y
estándares en el tema (Ortega Luis Oscar c/Hospital Zonal Bariloche y Otro s/Daños Y Perjuicios, Camara
de Apelaciones en lo Civil, Comercial y de Mineria de la IIIa. Circunscripción Judicial, Bariloche, Río Negro)

Doctrina
“La infección es aquella que, ausente en la oportunidad de la admisión del paciente en el nosocomio, aparece
luego de un lapso de 48 horas de internación” (La Semaine Juridique, Ed.genérale, Juris- Classeur
Periodique, nº30-34,28/7/1999,ps. 1469/1475, rapport de M.Pierre Sargos, consejero de la Corte de
Casación, citado por el preopinante en Fallo de la Sala C)

“Para el derecho civil, independientemente de la responsabilidad directa del médico –en cuestiones de
praxis médica - existe la obligación de la entidad hospitalaria o sanatorial de prestar asistencia médica, la
cual lleva implícita una obligación tácita de seguridad de carácter general y accesoria en ciertos contratos
que requieren la preservación de las personas de los contratantes ( pacientes) contra los daños que pueden
originarse en la ejecución del contrato” (Bustamante Alsina, Jorge “Teoría General de la Responsabilidad
Civil” 1987 – P. 468, en Nº 1431 - quarter)

“El deber de conducta secundario –en relación con la obligación de prestar el servicio de salud - destinado a
evitar que los pacientes sufran daños corporales, ya sea por cualquier otra circunstancia, configura una
obligación de resultado” (Responsabilidad Civil de los Médicos 1992 – Ps 383/384)
“Al considerar que la obligación asumida por el ente asistencial -y por los propios médicos- es de medios,
importa que éstos (hospital y médicos) puedan alegar como causal eximitoria la prueba de la ausencia de
culpa, lo que se traduce en la acreditación de haber cumplido con las normas de asepsia que impone la lex
artis” (Vázquez Ferreyra, R. Un criterio justo en materia de responsabilidad civil médica por infecciones
hospitalarias. “Responsabilidad Civil y Seguros”, 2002 – pág. 350 y sigtes)

“Es decir que, siempre, la institución asistencial (o el médico) deberán demostrar su diligencia, que es lo
contrario a la negligencia” (Responsabilidad civil por infecciones hospitalarias y gestión del riesgo por
Fernando G. Mariona)

“Así, es que vemos a través de la opinión de los expertos en las sentencias, que los factores potenciales de
riesgo más referidos son: fallas en la infraestructura, en los métodos de limpieza, las conductas del
personal, de la no constatación de las condiciones del paciente previas al acto quirúrgico, de la falta de
control según las vías de abordaje, de la presencia o no de tejidos mortificados o coágulos, de la duración
de la intervención, de la falta de control de las condiciones del paciente en el postoperatorio, de la
esterilización del material, del uso de la antibiótico terapia perioperatoria como obligación del anestesista
o del cirujano que no es asentada en el parte de anestesia, o en las hojas de evolución diaria, o en las de
control y balance, o en la hoja preoperatoria, o en el parte quirúrgico o en la ficha de anestesia”
(Responsabilidad civil por infecciones hospitalarias y gestión del riesgo por Fernando G. Mariona)

“De entre todos los factores potenciales de riesgo comentados, resulta obvio resaltar que frente a la
infección intrahospitalaria lo más importante es haber sido diligente y poderlo demostrar. Para ello, es
necesario, independientemente de haber efectuado las prácticas médicas correspondientes, por las
personas obligadas a ello, documentar que han sido hechas” (Responsabilidad civil por infecciones
hospitalarias y gestión del riesgo por Fernando G. Mariona)

“En resumidas cuentas, con una adecuada y proactiva gestión del riesgo, antes que el evento ocurra, y
habida cuenta lo exigido por la jurisprudencia, la doctrina y la opinión de los expertos infectólogos, no será
demasiado complicado para las instituciones médicas exonerar su responsabilidad, en la medida que puedan
demostrar su diligencia” (Responsabilidad civil por infecciones hospitalarias y gestión del riesgo por
Fernando G. Mariona)

“Por consiguiente, todo el riesgo de las infecciones hospitalarias se encuentra bajo la responsabilidad de
los actores del sistema de asistencia, tanto público cuanto privado, teniendo en cuenta que, por un lado es
prácticamente imposible probar que se trata de una causa extraña y que, por otra parte, el riesgo de
contraer una infección es a veces el precio que se debe pagar para salvar una vida” (Responsabilidad civil
por infecciones hospitalarias y gestión del riesgo por Fernando G. Mariona)
“En conclusión, la cuestión de las infecciones hospitalarias resulta una materia de preocupación de la
medicina mundial, que ha merecido desde hace mas de treinta años una permanente evaluación de los
riesgos a los que los pacientes se encuentran expuestos, en alto porcentaje, por el mero hecho de
internarse en un establecimiento médico. Es decir que la magnitud del riesgo se encuentra acreditada
universalmente por la misma comunidad médica” (Responsabilidad civil por infecciones hospitalarias y
gestión del riesgo por Fernando G. Mariona)
el fundamento de dicha responsabilidad contractual residiría, bien en la existencia de una obligación de
garantía por una conducta de los encargados de la prestación, o bien por un deber de diligencia o vigilancia"
(Belluscio..., cit. Bueres..., Responsabilidad civil de los médicos, pág. 379, nota nro. 49)
“Abundando, Stiglitz (Daños y perjuicios, pág. 37) refiriéndose a los factores objetivos de atribución de
responsabilidad, sostiene que tienen en común que prescinden del análisis valorativo de la conducta del
agente que causa un daño y, por tanto, resulta indiferente la voluntariedad y la culpabilidad, señala que en
el marco de la responsabilidad contractual el campo de acción de los factores objetivos de atribución tiene
apoyo en la idea de garantía, que se proyecta en una suerte de obligación tácita o deber de seguridad,
noción entre nosotros inmersa en el manto de protección que fluye del art. 1198 C.Civ” (Ortega Luis Oscar
c/Hospital Zonal Bariloche y Otro s/Daños Y Perjuicios, Camara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y de
Mineria de la IIIa. Circunscripción Judicial, Bariloche, Río Negro)

“Como quiera que sea, aun para los autores que piensan que la responsabilidad de la clínica es subjetiva, lo
real es que funciona como si fuese objetiva, dado que revelada la culpa del médico el deber reparatorio del
ente de salud adviene automáticamente y de forma inexcusable. En definitiva, el titánico esfuerzo
realizado por la doctrina -al cual nos referíamos antes- arrojó el resultado siguiente: 1. La clínica responde
de modo irrefragable; 2. El deber de dicho ente alcanza los actos culposos (o dolosos) de los médicos, y
hasta a aquellos en que el daño sea adjudicable a éstos a base de un criterio legal de imputación de tipo
objetivo. Y en estas conclusiones -más allá de los conceptualismos y del desgaste teórico- hay acuerdo”
(Bueres, Responsabilidad civil de los médicos, ed. Hammurabi, t. 1.,pág. 421; el destacado pertenece al
texto)

El espectáculo deportivo
Al comenzar este trabajo dijimos que el deporte es un elemento característico de nuestro tiempo, el gran
protagonista del siglo XX es el "espectáculo deportivo", un negocio que en torno al deporte moviliza
personas e intereses, haciéndole perder no pocas veces su esencia, su idea de diversión, de esparcimiento,
para transformarlo en un gran show en el cual no dejan de estar presente la publicidad y los medios de
comunicación y el planeta como un gigantesco auditorio.

Contrato de espectáculo
Jurídicamente el "espectáculo deportivo" reuniría las características del art. 1143 del Código Civil [7], se
trataría de un contrato atipico puro, es decir constituido por elementos totalmente nuevos a los contenidos
en los contratos típicos [8], es decir los contemplados por el codificador, definiéndose como "aquel
celebrado entre el espectador que paga un precio para poder gozar de un resultado, y el promotor o
empresario de espectáculo que se compromete a brindarlo de conformidad a los anuncios, carteleras,
avisos, etc." [9].

Deberes y derechos de las partes


En relación al organizador.
Cumplir con la reglamentación dada por la Administración Nacional.
Puede tratarse del control de planos en la edificación de los estadios por parte del municipio, control del
cumplimiento de las normas de seguridad, etc.
El art. 32 de la ley 23.184 [10], es una importante fuente en este tema donde dice que "el Poder Ejecutivo
podrá disponer la clausura definitiva o temporaria de los estadios, cuando los mismos no ofrezcan
seguridad para la vida o para el desarrollo normal del espectáculo, sea por deficiencia de los locales o
instalaciones, sea por falla de organización para el control y vigilancia", recordemos que esta ley es
básicamente penal, tuvo su origen en la cantidad reiterada de manifestaciones de violencia en los estadios
de fútbol. Por medio de su reglamentación [11] se creo el Ente Nacional Argentino del Deporte debiendo las
autoridades de los estadios con 96 hrs. hábiles de anticipación comunicar: lugar, fecha y hora de
realización del evento, características, estimación de publico asistente, el Ente esta facultado a disponer
la inspección del estadio hasta 24 hrs. antes del encuentro a fin de constatar acerca de las medidas de
seguridad y sobre su cumplimiento efectivo puede hacerlo durante el desarrollo del evento.
Puede disponer clausuras preventivas e intimar a fin de que se subsanen deficiencias dentro de un plazo
que puede llegar como máximo a los 90 días, vencido el cual sin haber sido satisfechos los requerimientos
se podrá disponer la clausura definitiva del estadio.
Cuando las deficiencias fueran "organizativas", es decir que no existieran garantías para la realización o la
continuación del espectáculo y dada la gravedad de los hechos el Ente podrá disponer la suspensión del
evento y la clausura temporaria por un plazo no mayor de 15 días, si dicha situación se reiterara durante el
año calendario dichas suspensiones podrán ampliarse por 30 y 45 días hasta la clausura definitiva del
estadio.
Mediante esta legislación el Estado asume plenamente su poder de policía, sancionado las deficiencias y
cumpliendo una función preventiva, como medio de evitar hechos dañosos que lamentablemente se han
producido en nuestros estadios de fútbol y que ha sido una de las causas de la menor asistencia de publico
[12], esperamos una actitud de colaboración por parte de los organizadores quienes en mas de una
oportunidad han sido responsables con su desidia y permisividad de llegar a situaciones como las generadas.

En relación al espectador
 Pagar el precio. [13]
 Ajustar su conducta al lugar donde se desarrolla el espectáculo, en esto juega mucho la costumbre
y las características de cada deporte, no podemos pedirle al espectador de un partido de tenis que
mantenga idéntica actitud en uno de fútbol

Deber de seguridad por la empresa organizadora


En el ámbito de la responsabilidad civil la ley 23.184 en su art. 33 dice que "las entidades o asociaciones
participantes de un espectáculo deportivo son solidariamente responsables civiles de los daños sufridos por
los espectadores de los mismos, en los estadios y durante su desarrollo, si no ha mediado culpa por parte
del damnificado", la ley ha pretendido prever el llamado "hecho de la muchedumbre" no como un hecho
imprevisible, sino como un deber inexcusable de preservar las medidas en la seguridad de los estadios [14].
Se trata de una responsabilidad legal y objetiva basada en el riesgo propio de una actividad especifica [15],
la ley ha puesto en cabeza de las "instituciones" dicha responsabilidad, la pregunta fundamental es a
quienes alcanza la ley, si es a aquellas que participaron en el control de la seguridad o a todas, unidas
directa e indirectamente en la realización del espectáculo [16].
En la apreciación de este articulo la jurisprudencia ha entendido que "todas las entidades o asociaciones o
clubes que sirven o aprovechan el espectáculo, forman parte del "aparato organizador" del evento
deportivo y en tal sentido son atrapadas por el art. 33 de la ley 23.184 como sujetos pasivos del
resarcimiento de daños causados a espectadores de esos espectáculos" [17], en dicho caso un espectador
de un partido de fútbol se acerco a la cantina del estadio que se encontraba al aire libre sobre uno de los
limites del campo del juego, en ese lugar recibió una pedrada proveniente de la tribuna local que le provoco
graves lesiones en su ojo izquierdo, lo interesante del caso es que el demandante reclamo por la normas
generales del Código Civil entendiendo el Tribunal que era de aplicación dicho articulo, en consecuencia hizo
solidariamente responsables a el club local, la Liga Mercedina y a la Asociación del Fútbol Argentino en
partes iguales a resarcir el daño.
Como dijimos, existe siempre un "deber de seguridad" que nace del contrato celebrado entre el espectador
y el organizador, es un imperativo por parte del que organiza brindar la seguridad adecuada, la
jurisprudencia así lo ha dicho en diferentes oportunidades [18], pero en este caso en particular el Tribunal
extiende la responsabilidad basado en que "la Asociación del Fútbol Argentino ha tenido participación en la
organización del espectáculo y en sus beneficios económicos", aunque a decir verdad esta ultima no haya
tenido directamente el control de la seguridad, por dicha razón algunos autores han entendido que ha sido
excesiva dicha solución ya que si bien organiza los diferentes campeonatos regionales, dentro de sus
estatutos no se encuentra el de efectuar un control de seguridad pero si tiene cierta participación
económica, cuyo fin esta dado en la difusión del deporte, participando en este caso en una forma indirecta,
por dicha razón esta solución se ha considerado severa y excesiva [19].
Vemos que el juzgador ha tratado de hacer extensiva la responsabilidad con un criterio de protección
frente al agresor que se escuda en el anonimato, pero entendemos que dichas consecuencias deben recaer
en quienes tuvieron la obligación de tomar todas las medidas necesarias a fin de prevenirlos.
Una pregunta importante y dado que el texto de la ley no lo menciona es que sucede en el caso de los
agresores que son identificados y debido a que la norma tiene un tinte categórico al afirmar que ante un
daño en un estadio responde el organizador, pudiendo solo oponer la culpa de la víctima, si ello no es posible
debe responder por los daños, la cuestión es ¿tiene derecho de repetición el organizador, frente al tercero
agresor? dado que la ley no lo menciona, entendemos que ello es posible por dos razones, por un lado un
criterio de justicia, de lo contrario estaríamos permitiendo que conductas disvaliosas no cuenten con el
debido reproche jurídico, por otra parte la existe una norma en el Código Civil que en situaciones similares
lo admite, el art. 1123 sobre responsabilidad de los dependientes, pero estrictamente en este caso ¿existe
dependencia o no?, entendemos que estrictamente no la hay, pero la doctrina con claridad ha dicho que "la
circunstancia de que la ley haya determinado un civilmente responsable, no significa que el autor del hecho
haya dejado de tener participacion culpable, por lo cual seria injusto negar (al comitente) la repeticion de
lo pagado", como requisito hay que tener a) pago de la indemnizacion; b) culpa del autor del hecho, un tema
a debatir es el de la prescripcion dado que no ha mediado un vinculo previo, por esa razon entendemos que
se debe aplicar el art. 4037 (Prescríbese por dos años, la accion por responsabilidad civil
extracontractual), pero ¿a partir de cuando se cuenta el plazo?, cierta jurisprudencia en la aplicacion del
1123 ha afirmado que ël titulo que emana de la sentencia no le es oponible (a los terceros) y en
consecuencia no hay otro titulo que el emanado del hecho ilicito, por lo tanto la prescripcion se extiende a
los dos años de producido el mismo", personalmente entiendo que nace a partir del pago debido a partir de
alli estan dado los requisitos que crean la realacion juridica, que darian lugar a intentar la "accion de
repeticion" [20]
Para finalizar aplaudimos esta ley en la medida en que la víctima posee un remedio legal claro y efectivo,
yendo no solo sobre quien tiene el deber de seguridad sino sobre quien tiene mayor capacidad económica,
vemos que el legislador ha procurado resaltar esa funcion en aquellos que hacen de los deportes un fin de
lucro, a fin de que tomen los recaudos adecuados, por su parte el Estado debe cumplir en forma eficiente
su función fiscalizadora dada en el marco de esta misma ley y cuya reglamentación hemos analizado en el
punto anterior.

Relaciones entre la empresa organizadora y los deportistas


Es necesario hacer la distinción, por un lado si el deportista pertenece a una institución deportiva [21] y si
dicho club esta federado en una institución nacional que es la que organiza un campeonato, habrá entonces
acción contra el club y contra la organizadora del evento pudiendo decirse en este caso la acción se ha
"transferido" al organizador, la condición seria el animo de lucro del que promociona el espectáculo y una
suerte de obligación tácita de que no sufrirá daños, en el segundo caso donde el organizador contrata
directamente a los deportistas la relación seria de tipo contractual.

El Deportista

El deportista y la institución
En el caso de los deportistas profesionales hay un "contrato de trabajo", cuestión debatida en un principio,
tanto es así que la Cámara del Trabajo de la Capital Federal en pleno se pronuncio por excluirlo del régimen
de trabajo y entender que allí existía un contrato innominado [22], sin embargo en aquellos días la Suprema
Corte de la Provincia de Buenos Aires se manifestaba en posición contraria [23]. Por lo tanto el marco
regulatorio en caso de accidentes en la actualidad estaría dado por la ley 24.028 [24] de "accidentes de
trabajo" [25].
Partiendo de la base que "todo deporte implica un riesgo para quien lo practica" debemos hacer el análisis
de los deportistas no profesionales que participando en nombre de una institución sufren un accidente, la
doctrina mayoritaria sostiene que el deportista debe soportar los daños ocasionados por su practica, sin
embargo hay autores como Mosset Iturraspe quien apoyándose en Spota [26] sostiene una opinión
contraria, diciendo que el deportista representa al club participando en un "espectáculo deportivo" ya sea
gratuito o no, esta unido a su institución mediante una "dependencia manifiesta", dado que recibe
instrucciones, por lo tanto existiría una responsabilidad en cabeza del Club (comitente) por el daño sufrido
por el deportista (dependiente) [27].
Con respecto al daño sufrido dentro de la institución por la practica de un deporte, cabria responsabilidad
solo en la medida que no cumpla con la obligación de "poner en forma adecuada sus instalaciones a los
socios", hay un deber de seguridad especialmente en aquellos mas riesgosos como ser los que utilicen
medios mecánicos o bien requieran una cierta precaución como ser por ejemplo la natación [28].
Complejo es el caso de los menores ya que existiría en principio una obligación de seguridad, esta
responsabilidad no cabria en principio si realiza deportes bajo la supervisión de los padres, pero podría
existir responsabilidad de la institución si no provee las instalaciones en condiciones adecuadas, habría
responsabilidad conjunta y hasta falta de responsabilidad de la institución si los padres no comunicaron que
el menor padecía alguna enfermedad evitando de esa manera tomar los recaudos necesarios a fin de
prevenir el daño [29].

El deportista frente a otros deportistas


En principio y teniendo en cuenta todo deporte lleva un riesgo implícito se podría afirmar que hay
"irresponsabilidad del autor del perjuicio en la medida en que no se haya excedido de las reglas del juego",
en general todos los autores se manifiestan por la naturaleza extracontractual de la infracción que violaría
el deber de obrar con prudencia, adecuando este concepto al marco de cada competencia en particular, los
elementos de esta regla Rezzonico los clasifica en: a) la licitud del juego o deporte mismo; b) el
consentimiento de la víctima para exponerse y someterse a los riesgos inherentes al deporte que practica;
c) la ausencia de dolo, culpa u otra circunstancia que comporte la responsabilidad del autor del daño; d) la
observancia de las reglas, pragmáticas o cánones del juego del deporte de que se trate [30].
Debemos hacer notar que Llambias en una posición minoritaria ve al reglamento deportivo como una
"convención" por lo tanto una especie dentro del genero "contrato" por lo tanto segun dicho autor cabria
responsabilidad contractual [31].
Autores como Brebbia por otra parte sostienen que solo puede existir una relación extracontractual, en la
medida en que no es posible hablar de un contrato en sentido técnico, ya que no cumpliría con uno de los
requisitos contemplados en el art. 1169 del Código Civil ya que el contenido de la prestación debe ser
siempre susceptible de apreciación pecuniaria, por lo tanto no cabria dicha relación [32].
Kemelmajer de Carlucci nos dice que la conducta no solo debe estar unida a las reglas del juego, sino que
debe ser regular, que encuentra su base en el art. 1071 sobre "abuso del derecho" [33].
Que sucede en el caso que haya violación a las reglas del juego, la doctrina hace la diferencia entre aquellas
que solo se refieren a una técnica determinada, donde no cabria responsabilidad, Borda tratando esto no
pone como ejemplo a "un jugador, en un partido de fútbol, ante la inminencia de un gol del equipo contrario
desvía la trayectoria de la pelota con la mano, ocasionando con ello la fractura de la nariz de un jugador del
otro equipo" [34], en este caso no cabria responsabilidad, ya que si bien viola el reglamento no se aleja de
su marco.
La otra diferencia que hace la doctrina se refiere a las reglas que tienen como finalidad impedir la excesiva
brusquedad, la violencia en la competencia y su violación si ocasiona responsabilidad, diferente
jurisprudencia así lo ha considerado [35], demás estar decir que hay responsabilidad extracontractual por
una actitud dolosa del contrincante, tanto es así que autores como Bustamante Alsina rechazan la idea de
culpa en los "accidentes deportivos" [36], en efecto para ello hace referencia a que dadas las
características del juego se debe replantear la teoría general de la culpa, diciendo que, "los únicos daños
que pueden imputarse son los que resultaren de aquellas acciones practicadas con el propósito de lesionar,
como no es posible determinar cuando se esta frente a una actitud dolosa y a otra que surge de la febril
pasión deportiva, frente a la incertidumbre es que llega a dicha conclusión".

El deportista frente a los espectadores


En este caso no existiría ninguna distinción con el análisis anterior en la medida en que los jugadores se
hayan adecuado a las reglas del juego [37].
Sin embargo hay que evaluar diferentes circunstancias como ser su desarrollo en un terreno preparado y
que exista organización, o bien se desarrolle en un terreno abierto, hemos notado que el ejemplo mas
citado por los autores y en el que tal vez aparezca en forma mas clara la responsabilidad es en los
accidentes que se producen durante el transcurso de una competencia automovilística con la víctima
cruzándose en forma imprudente por la ruta, donde desde luego no cabria imputarle responsabilidad al
conductor del vehículo. En relación a esto, por los daños producidos con cosas, se producen dificultades, ya
que el deportista no el guardian, porque no es el que tiene el poder autonomo sobre la cosa ni su provecho
economico (ej: el piloto de un automovil que pertenece a una escuderia), como bien lo hace notar Ghersi
[38].
En el caso que se trate de un hecho a la inversa, donde un espectador daña a un jugador, plantea dos
opciones, si la persona es identificada se rige por las reglas del derecho común, pero si ello no es posible
entraría a jugar la llamada teoría del "daño colectivo", al no poder determinarse quien es el autor del hecho
ilícito, se le imputa la responsabilidad al grupo, los fundamentos son que el grupo con su actitud ha creado
un riesgo potencial, aunque no presente las características de una persona jurídica igual podría imputársele
la responsabilidad por un daño, esta seria una de las criticas junto a que precisamente el hecho de que
determine ello sea meramente accidental por la causa de no ser posible identificar al autor.
Los requisitos son: a) falta de individualización del autor; b) participación de varias personas en la actividad
que antecede al daño; c) relación causal entre el daño y la acción no particularizada del grupo.
Reconocemos que la construcción jurídica no es nueva [39] y que se encuentra en algunas legislaciones [40],
asimismo tuvo recepción en cierta jurisprudencia [41], pero debemos reconocer que es dificultosa su
instrumentación en un juego como el fútbol, donde es multitudinario, aunque por otro lado debemos decir
que los hechos de violencia generalmente provienen un grupos pequeños, llamados "barras bravas" que se
esconden en el anonimato.

Bibliografía
[1] Majada A. "Naturaleza jurídica del contrato deportivo" - Barcelona 1948 citado por Alfredo Ruprecht
en Enciclopedia Jurídica Omeba - Tomo VI - Buenos Aires 1979.
[2] Cueto Rua, Julio. "Política y deporte" - Revista de derecho deportivo Vol. 4 Nº 13 - Buenos Aires 1967.
[3] Diccionario de la lengua española - Pag. 482 - 21º edición - Madrid 1992.
[4] Brebbia, Roberto H. "La responsabilidad en los accidentes deportivos" - Ed. Abeledo Perrot - Buenos
Aires 1962.
[5] Ídem Nº 3. - Pag. 630.
[6] Bosso, Carlos Mario - "La responsabilidad civil en el deporte y en el espectáculo deportivo" - Ed.
Némesis - Buenos Aires 1984.
[7] Ha sido calificado de innominado por la jurisprudencia, CCiv. 2º Cap., JA 76-244; LL, 61-385 (citado en
Mosset Iturraspe - "Contratos" - Pag 62 nº 82 - Ed. Ediar - Buenos Aires 1991)
[8] Masnatta, Hector - "El contrato atipico" - Pag. 26 - Ed. Abeledo Perrot - Buenos Aires, 1961.
[9] Mosset Iturraspe, Jorge. ob. cit. nº 7 - Pag. 62.
[10] B.O. 24/6/85 - ADLA XLV-B 1096.
[11] Decreto 307/91 - B.O. 22/2/91 - ADLA LI-A-366.
[12] Ver Diario Clarín 2/4/1995 "Segunda Sección" Nota ¿Se acabo la fiesta? (cada vez va menos gente a
las canchas) donde expresa que "en 1954, con 15.056 entradas por partido, se registro el mayor promedio
de ventas. Paradójicamente, 1978 fue el peor, se vendieron 3.039 entradas por partido. Si se tiene en
cuenta el crecimiento de la población del país, es indudable que la gente va cada vez menos a las canchas.
Aunque en la actualidad, hubo un ligero repunte con respecto a la década del 80".
[13] Argeri, Saul - "Contrato de espectáculo" - LL, 1986-B-1009. - Naymar, Moisés - "Espectáculos
públicos"- Enciclopedia Jurídica Omeba - Tomo X - Pag. 737 - Buenos Aires 1959.
[14] Ghersi, Carlos, "La Responsabilidad deportiva" en obra colectiva "Responsabilidad Civil" - Ed.
Hammurabi - Buenos Aires 1992. Pag 481.
[15] Vázquez Ferreira, Roberto, "La violencia en espectáculos deportivos: Responsabilidad civil en la ley
23.184" - LL, 1985-E-586.
[16] Mazzinghi (h), Jorge - "Un supuesto de responsabilidad objetiva y sus justos limites"- ED 155-125.
[17] CApel. CC. Mercedes, Sala II, febrero 9-1993 - "Asprella c/ Liga Mercedina de Fútbol" - ED, 155-126.
[18] "Las entidades organizadoras de competiciones deportivas, tienen el deber de tomar todas las
medidas necesarias para que el espectáculo se desarrolle normalmente, sin peligro para el publico y los
participantes. En caso contrario incurren en responsabilidad por las consecuencias dañosas que derivan de
su imprevisión" ("Carrillo c/Municipalidad de la Capital" - CNCiv. Sala D, octubre 19-956 - JA. 1957-II-
334)
"La entidad técnica organizadora de una carrera de automóviles, debió advertir o conocer los peligros a que
sometía al publico, empleando los medios necesarios para evitar todo riesgo" (Manzano c/Municipalidad de
la Capital" - CNCiv. Sala E, septiembre 27-968 - ED. 26-318)
"La entidad propietaria del estadio en que se realiza un partido de fútbol, tiene el deber de garantizar la
seguridad de los espectadores, sea vigilando las condiciones en que ellos se encuentran, sea impidiendo el
acceso de un número excesivo de concurrentes por el peligro que ello importa" ("Díaz Ramos c/Club
Atlético River Plate" - CNCiv. Sala E, octubre 29-959 - JA. 1960-I-950)
[19] Comentario a fallo - Gneco, Emilio - "Responsabilidad objetiva por los daños producidos en los partidos
de fútbol" - ED 144-418. "Conforme a las normas que regulan la constitucion, funcionamiento y fines de la
Asociacion de Futbol Argentino, no surge de las mismas que este a su carge el contralor de la seguridad en
el desarrollo del juego; aquella no es la organizadora del espectaculo, ni ejerce un control directo sobre los
espectadores" (SC Pcia. Bs As, diciembre 4-1990 "Brescia c/ Ferrocarril Midland")
[20] Kemelmajer de Carlucci, Aida - Comentarios al art. 1123 - "Codigo Civil Comentado" - Tomo V - Ed.
Astrea - Buenos Aires 1984 - Pag. 667 ver esp. notas 9,10, 22 a 25.
[21] "Si se trata de encuentros profesionales, en los que las entidades deportivas obtienen o pretenden
obtener un beneficio económico, deben ellas cargar con las consecuencias de los actos realizados por
quienes con su actividad hacen posible la utilidad tenida en vista" (1a Instancia Civil Capital firme
noviembre 5-953 JA. 1956-III-372)
[22] "Vaghi c/Club River Plate" CNTrabajo en Pleno, octubre 31-952 - LL, 68-588.
[23] "Villalba c/Racing Club" SC Pcia. Bs. As, febrero 19-952 - LL, 66-245.
[24] Sancionada el 14/11/91. B.O. 17/12/91.
[25] Es interesante ver el trabajo de Pérez, Benito - "El contrato deportivo y sus derivaciones laborales" -
LL, 1980-B-869.
[26] Spota, Alberto G. - "Responsabilidad por accidentes deportivos" - JA. 1942-II-936.
[27] Mosset Iturraspe, Jorge - "El daño deportivo: responsabilidad de su autor y de la institución" - LL,
1983-D-384.
[28] Bustamante Alsina, Jorge - "Un caso de responsabilidad extracontractual de una entidad deportiva" -
LL, 1987-D-266.
[29] Ghersi, Carlos - ob. cit. nº 14.
[30] Rezzonico, Luis M. "Estudio de las obligaciones" Tomo II - Pag. 1529 - Ed. Depalma - Buenos Aires
1961 citado por Trigo Represas, Felix en LL, 1988-A-513.
[31] Llambias, Jorge - "Lesiones deportivas" - ED 47-948.
[32] Brebbia, Roberto - ob. cit. nº 4 - Pag. 36.
[33] Kemelmajer de Carlucci, Aída - Comentarios al art. 1109 - Código Civil comentado - Tomo V - Pag. 350 -
Ed. Astrea - Buenos Aires 1984.
[34] Borda, Guillermo - "Tratado de las obligaciones" Tomo II - nº 1664 - Ed. Perrot - Buenos Aires 1976.
[35] CApel. Civ. San Nicolas, junio 26-951 "Cao H.L." LL 64-705 donde se revocó el sobreseimiento de un
jugador de fútbol que lesionara a dos contrarios.
CApel. CC Mercedes, Sala I, mayo 31-981 "Chabert c/Rodríguez" ED 108-292 por la conducta riesgosa de
un automovilista que en una carrera no disminuye la velocidad de su vehículo al ingresar en una curva
pronunciada, incrementando con su impericia el peligro que normalmente podía existir en la prueba, con
respecto a otros competidores y a terceros.
CNac. Civ. Sala D, diciembre 17-982 "Cotroneo c/Club Atlético Banfield" LL 1983-D-385 hay una actitud
dolosa por parte del arquero que aplica un violento rodillazo en la zona renal a un jugador contrario
destrozándole los riñones, luego de haber estado detenido el juego. (citados por Trigo Represas, Felix en
"Responsabilidad por daños resultantes de competiciones deportivas automovilísticas" - LL 1988-A-509.)
CNac. Crim. en 1941 condenó por homicidio culposo al esgrimista que sostuvo un asalto a florete sin que ni
el ni su adversario tuvieran la careta protectora puesta, por considerar que hubo culpa del imputado.
(citado por Brebbia, Roberto en ob. cit. nº 4 - Pag 41)
[36] Bustamante Alsina, Jorge - "Teoría General de la Responsabilidad Civil" - Ed. Abeledo Perrot - Buenos
Aires 1973 - Pag. 424.
[37] Trigo Represas, Felix - ídem nº 26 ver nota 29.
[38] Ghersi, Carlos - ob. cit. nota 14.
[39] Bustamente Alsina, Jorge ob. cit. nº 35 - Pag. 467; Mosset Iturraspe, Jorge en "Responsabilidad Civil"
- § 15 "El denominado daño colectivo" - Ed. Hammurabi - Buenos Aires 1992; Bosso, Carlos ob. cit nº 6 -
Pag. 186; Llambias, Jorge - "Responsabilidad colectiva o anónima" - ED 83-783; Bustamante Alsina, Jorge -
"La responsabilidad colectiva en el resarcimiento de daños" - LL, 142-976; López Cabana, Roberto -
"Responsabilidad colectiva. Régimen legal en Argentina y Latinoamérica" - LL, 1986-B-931; Zavalia de
González - "El daño colectivo" en la obra colectiva "Derecho de daños" - Ed. La Rocca - Buenos Aires 1989.
[40] Art. 1119 Codidgo Civil Argentino
[41] Es famoso el caso de la jurisprudencia francesa que condeno a todos los participantes de una partida
de caza, por un daño cometido sin llegar a poder precisarse su autor.

El consumidor y sus derechos, por Susana E. Lambois


Cuando el derecho se ocupa del consumo, lo hace desde un momento historiográfico preciso: la modernidad
y la revolución industrial. Si bien siempre existió el consumo, es recién desde la revolución industrial que
adquiere relevancia y que obliga a pensar en él. La introducción de la máquina permite la producción masiva
y en serie, y ese aumento de la cantidad de productos exige ubicarlos en el mercado; es decir, que mayor
cantidad de personas accedan a ellos, lo que trae aparejado la extensión del tráfico comercial hacia fuera
de las fronteras de los países productores. La publicidad pasa a ser una herramienta importante porque con
ella se incita a comprar y la sociedad comienza a mostrar la propensión al consumo, que según algunos
economistas llevaría a un crecimiento sostenido del sistema económico capitalista.
Este cambio radical que se produjo en el mundo y que llevó a la formación de la sociedad de consumo, con
sus consecuentes ramificaciones sociológicas, se vio acompañado y favorecido por el cambio industrial y
tecnológico provocado por el maquinismo, la producción en masa, las nuevas tecnologías, la avalancha de
bienes y servicios ofrecidos al mercado. Por otro lado, la despersonificación de las relaciones económicas y
jurídicas del mercado, la publicidad, el marketing, los nuevos sistemas de promoción y ventas, que llevan a
nuevas formas de contacto social y jurídico entre empresarios y consumidores, y más recientemente la
informatización de los sistemas y técnicas de promoción, distribución, comercialización y ventas,
produjeron una visión distinta de la técnicas empresariales. Desde el punto de vista de las políticas
económicas, se deja de lado el "laissez faire" y los gobiernos comienzan a ejercer un mayor control en la
economía.
En el campo jurídico se produce la quiebra de dos grandes dogmas del derecho clásico: por un lado, el de la
autonomía de la voluntad, y por el otro, el de la culpa como presupuesto de la responsabilidad. El contrato
ya no es más la consecuencia de la libre voluntad de las partes en el marco de la igualdad jurídica; aparecen
los contratos de adhesión, con las cláusulas predispuestas en las que el empresario impone las condiciones y
a las que el consumidor debe someterse si pretende tener acceso al producto. Esta desigualdad jurídica, no
es sólo consecuencia de la económica, sino que encuentra sustento además en la falta de información acerca
de los productos y de los derechos que le asisten a quien se ve constreñido a contratar para conseguir el
producto que necesita.
Como en todos los órdenes, la realidad ha preexistido al derecho, que acude a hacerse cargo de las
situaciones que se presentan en cada momento de la humanidad. En estas épocas el ordenamiento jurídico
debe, entonces, hacerse cargo de de las nuevas condiciones de contratación que imponen las circunstancias.
Así como a fines del siglo XVIII surgieron los derechos civiles y políticos al abrigo del constitucionalismo
(derecho a la vida, a la propiedad, al sufragio) y con el advenimiento del siglo XX los derechos sociales,
económicos y culturales (derecho al trabajo, a la huelga, a la educación ), en la actualidad asoman y buscan
su lugar los derechos del hombre en sociedad o derechos de la tercera generación, como ha dado en
llamárselos (derecho al desarrollo, a la preservación del medio ambiente y al que nos ocupa: el derecho del
consumidor).
En realidad, estos derechos no nacen en esta época; son derechos fundamentales del hombre, sin cuya
existencia no puede hablarse de persona pues se avasalla su dignidad misma. Lo que sucede es que ahora,
que se ven vulnerados, pasan a ser jurídicamente exigibles porque la ley se ocupa expresamente de
tutelarlos. En tal sentido, la Constitución Nacional, luego de la reforma de 1994, ha incluído en el artículo
42, al igual que la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, la tutela de los derechos de los
consumidores.
Si vamos a hablar de los derechos del consumidor, no podemos soslayar precisar a quienes nos referimos.
Desde el punto de vista doctrinario, atento el carácter económico del concepto, su conceptualización
resulta controvertida. La ley 24.240 dice que se consideran consumidores, las personas físicas o jurídicas.
Sin embargo, la tutela jurídica se circunscribe a dichas personas cuando se encuentren ubicadas en el final
del circuito económico, es decir aquellos que son destinatarios finales, lo que excluye al industrial o
revendedor o quien participe en el circuito económico sin que su finalidad sea la destrucción o inutilización
inmediata de la cosa.
Es de señalar que la noción comprende no sólo a quien contrata sino tambien a quienes utilizan o disfrutan
de los servicios o bienes, es decir, al consumidor material. En resumen, la ley considera consumidores o
usuarios a las personas físicas o jurídicas que adquieran cosas o contraten servicios para su consumo final o
beneficio propio o para su grupo familiar o social.
Por otro lado, el acto de consumo puede estar referido a un bien que desaparece tras su empleo, como al
duradero o a una prestación material o intelectual, por lo que consumidor es quien realiza el acto de
consumo.
La ley también exige que se trate de un contrato oneroso, mientras que la protección se aplica al ámbito de
las relaciones con los productores de bienes o servicios con la finalidad de satisfacción de necesidades
domésticas o familiares, presuponiendo la situación, porque sin la participación del consumidor en el
mercado, deviene ilusorio referirse a los otros derechos. Es al Estado a quien corresponde gestionar que
todas las personas puedan estar incluídas en el circuito económico, garantizándoles:
1) la libertad de elección: basada en precios justos y variedad de productos y servicios. Para ello deben
descalificarse los monopolios que imponen determinados productos a los precios fijados unilateralmente, de
manera que el usuario o consumidor no tiene opción. Esto se da comunmente, con los servicios eléctricos o
telefónicos, cuando una sola empresa maneja el mercado. La Ley Nº 24.240, de Defensa del Consumidor, no
hace referencia a este tema, pero debe tenerse como premisa para la efectiva garantía de libertad de
elección.
2) La no discriminación o arbitrariedad, permitiendo a la población la misma calidad en los productos, sin
distinción de condiciones sociales o económicas. Se evita así la distinción entre alimentos para ricos y
alimentos para pobres, estos últimos de menor calidad o con defectos.
3) Acceso digno y equitativo: evitando la subordinación e indefensión ante las quejas y reclamos.
Comúnmente, ante una queja o un reclamo, el consumidor es tratado como si se le estuviera haciendo un
favor, poniendo en el proveedor la decisión acerca de la procedencia del reclamo o reparación, los tiempos
en los que se efectuará, etc, cuando en realidad está ejerciendo el derecho que le asiste en la relación
contractual en la que ya cumplió su prestación, a diferencia del proveedor que la cumplió con deficiencias o
defectos.
II.- El derecho a la educación para el consumo: sólo el efectivo conocimiento de los derechos hace posible
la tutela de los demás. Si no conocemos, si no estamos informados de la posibilidad de reclamar, de conocer
las diferentes aristas de la publicidad, de pedir la información necesaria en cada caso, de controlar la
calidad y demás condiciones de los productos y servicios, de nada sirven las normas que protegen al
consumidor.
Ello implica la concientización de su lugar como receptor de bienes y servicios y el rol que desempeña en el
mercado. La directriz de las Naciones Unidas para la Protección del Consumidor, de 1985, consagra el
derecho a la educación del consumidor y dispone que debe estimularse la formulación de programas
generales de educación e información, teniendo en cuenta las tradiciones culturales del pueblo del que se
trate y la atención de los sectores de más bajos recursos y de menor capacitación. Estos programas deben
contener aspectos referidos a la salud, nutrición, prevención de enfermedades transmisibles por alimentos,
adulteración de los alimentos, peligro de los productos, necesidad de su rotulado, formas de obtener
compensación, información sobre pesas y medidas, precios, condiciones para el otorgamiento de créditos,
etc. Para hacer efectivos estos programas, se debe acudir a medios masivos de comunicación y corresponde
en primer lugar a los empresarios, sin perjuicio de la tarea que le cabe al Estado a través de la enseñanza
primaria y media. Las autoridades deben buscar la forma de incluir en los planes oficiales la enseñanza de la
Ley de Defensa del Consumidor, como así también los recaudos mínimos que los productos deben cumplir,
que atañen a su calidad y que son fácilmente detectables .
La educación del consumidor debe debe estar orientada a mostrarle que existen alternativas de consumo,
con productos sustitutivos de igual calidad, enseñarle a usar la información con que cuenta y requerir la
necesaria en cada la protección del medio ambiente, eligiendo los productos menos nocivos para la
fabricación y comercialización de los que ofrecerán a los usuarios.
Esto se conecta también, con los llamados "riesgos del desarrollo". Muchas veces el producto es lanzado al
mercado y puesto en circulación con un insuficiente desarrollo de la técnica o de la ciencia, sin conocer su
potencialidad dañosa. Es conocido el caso de la Talidomida, medicación que suministrada a mujeres
embarazadas provocó nacimientos de niños con malformaciones
IV.- Uno de los derechos más importantes y que menos se conoce y se exige su cumplimiento es el de la
información. En la medida en que se capte en toda su dimensión el correlativo deber de informar de los
proveedores, tanto en la etapa precontractual como en el desarrollo de la relación jurídica, se evitarán
múltiples frustraciones en la adquisición de bienes y servicios.
Por ello, debe exigirse información especial en torno a productos o servicios peligrosos para la salud e
integridad del consumidor. De igual manera, cabe ejercitar este derecho exigiendo los presupuestos
pertinentes en la contratación de servicios, es decir el detalle del trabajo a realizar o el servicio da
prestar, sus modalidades en cuanto al tiempo, materiales a utilizar, garantía y costos.
La información comprende múltiples aspectos: la composición del producto, en particular los de consumo, la
fecha de fabricación y de vencimiento, el empleo a dar al producto y en lo que atañe a los créditos
dinerarios, la información sobre el total de la deuda, con los intereses, recargos y multas, etc.
El derecho a la información se encuentra estrechamente ligado a la publicidad, aunque sus objetivos sean
diferentes: la información es un servicio debido al cliente, un deber que es necesario cumplir; la publicidad,
en cambio, apunta a la captación del cliente. La publicidad se encarga de alimentar el espíritu consumista,
de manera que los anunciantes se encuentren en condiciones de decirnos qué alimentos comer, qué bebidas
tomar, qué automóviles conducir.
No obstante, debemos distinguir entre publicidad informativa y publicidad persuasiva. Lamentablemente,
en la generalidad de los casos, esta última es directamente proporcional a la escasez de información y el
consumidor se encuentra en una situación de incertidumbre que le impide seleccionar racionalmente el
producto o servicio. Tal es el poder de la publicidad que induce al consumo por el consumo mismo.
En tal sentido, debe alertarse al consumidor acerca de la publicidad engañosa y abusiva, que promete
efectos milagrosos o pondera inadecuadamente las cualidades del producto sin que ellas se correspondan
con la realidad. De la misma manera, la publicidad debe atender a la capacidad intelectual del consumidor al
que está destinada, de forma de no confundir más al usurario o consumidor. Es común que la publicidad
contenga exageraciones, que resultan aceptables en tanto no superen lo que se ha dado en llamar el "dolo
bueno", es decir aquél que no puede confundir a nadie en tanto es de tal magnitud que nadie podría ser
engañado, como la conocida publicidad de una marca de arroz que pregonaba que con un grano alcanzaba
para cocinar una paella.
V.- De ello se deriva otro derecho de los consumidores, cual es el que se cumpla con lo ofrecido en la
publicidad. Esto se advierte principalmente en la publicidad dirigida a los niños, que son quienes se ven
compelidos a adquirir cosas respecto de las que se les prometen calidades especiales, que por supuesto no
contienen, aprovechándose de la ingenuidad y de la falta de capacidad de selección de aquellos a quienes
están destinados.
VI.- Todos estos derechos pueden ser ejercidos en forma individual pero su tutela resulta más efectiva
con la organización, es decir con las asociaciones de consumidores que tienen como objetivo el cumplimiento
efectivo de todos los derechos de los consumidores. Estas asociaciones, que surgen del derecho a
organizarse y a participar, son entes no gubernamentales, que nacen de la libre asociación de las personas y
que participan activamente en la defensa del consumidor, aserorándolo sobre el consumo de bienes y
servicios, precios, condiciones de venta, calidad, etc., recibiendo reclamos y proponiendo soluciones,
promoviendo la educación del consumidor y llegando a representarlo en muchas oportunidades ante la
justicia.
VII.- Si bien todos los ciudadanos tienen derecho y pueden acudir a
La justicia, los consumidores deben contar con medios de solución de conflictos más expeditivos y rápidos,
en los que no sea necesario el cumplimiento de recaudos previos ni encontrarse supeditados al pago de tasa
de justicia, que dado el carácter de los reclamos impediría la mayoría de las veces el acceso a una solución.
Para ello debe acudirse a la implementación de los medios que hagan posible una rápida y efectiva
conclusión de los conflictos, para lo cual las autoridades gubernamentales deben arbitrar los medios
específicos de prevención y solución, procurando el acceso igualitario a todos los consumidores.
Valoración del daño estético por cicatrices
Dr. Jorge Bermúdez. Especialista en Medicina Legal
Secretario Gral. de la Asociación de Peritos de la Pcia. de Buenos Aires
Miembro Titular de la Sociedad Latinoamericana de Medicina Legal y
Deontología Médica e Iberoamericana de Ciencias Forenses

Introducción
Dentro de las reparaciones por daños y perjuicios, el daño estético está adquiriendo una importancia cada
vez mayor; Progresivamente se tiende a considerar la necesidad de reparar toda alteración que lo afecte,
bajo el criterio del resarcimiento integral del daño.
El daño estético vulnera el derecho constitucional a la integridad personal y prefigura la necesidad de que
sea indemnizado por el responsable (7)
Debe tenerse en cuenta el creciente cuidado y valorización que se da en nuestros días a los factores
estéticos, dedicando tiempo y dinero al cuidado del cuerpo (14)
Para asegurar la equidad de la indemnización, se hace indispensable medir ese daño estético y saber como
cuantificarlo; Tratando de disminuir en lo posible la presencia de criterios subjetivos de valoración. Medir
es una de las actividades fundamentales del médico valorador, pues tras medir es cuando se puede evaluar,
calificar y dar elementos de juicio para quien tenga que tomar decisiones. El uso de un baremo es un acto
de medir (21) que pretende ofrecer una solución al problema de la cuantificación económica de daños
corporales, cuya reparación sin instrumentos, puede ser causa de arbitrariedades, llevando la cuantía de las
indemnizaciones a variar erráticamente (20). La valuación libre sin un Baremo, puede implicar un peligroso
riesgo de parcialidad (10)

Clasificación
La valoración del daño estético consiste en evaluar la disminución de la capacidad de atracción de la
víctima, por la deformidad que sufre, sin considerar las demás repercusiones que este daño pueda tener.
Dentro de los diferentes intentos de armonización de criterios en Europa, se destacan la Resolución Nº 75
del Consejo de Europa, por ser la que en su momento aportó principios rectores en la valoración y
reparación del daño corporal. Con respecto al daño estético la resolución marca que: “se trata de estudiar y
evaluar la perdida de atracción puramente y no las repercusiones fisiológicas, sociales, morales y laborales,
ya que estas deben ser valoradas no dentro del daño estético, sino dentro de los respectivos daños”
(3)Luego de una tendencia generalizada a incluirlo dentro del daño moral, ese criterio se ha ido
modificando, teniendo en cuenta el perjuicio material que puede acarrear, representado principalmente por
la afectación de la profesión, y por los gastos en tratamientos reparadores (11)
Un amplio desarrollo fue alcanzando en Italia el llamado Daño Biológico (danno a la salute) como tertium
genus, una categoría propia y distinta, frente a la concepción tradicional que distinguía sólo entre daños
patrimoniales y no patrimoniales, que contemplaba en las lesiones corporales sólo el daño patrimonial,
compuesto por el daño emergente y el lucro cesante, y en el daño moral y pretium doloris solo lo hacia con
aquellos casos en que el hecho dañoso fuera de origen delictivo.
Esta situación originaba inequidad en los casos de aquellas víctimas que, debido a su edad, estado de salud o
escasa formación, eran incapaces de generar ingresos de una cierta entidad.
La necesidad de desvincular las indemnizaciones de los lucros cesantes, venía exigida por diversos
principios constitucionales, como el de igualdad, el de respeto a la dignidad de la persona humana y el de
protección a la salud establecido por el Art. 32 de la Constitución italiana.
Esta idea del “daño biológico” como un tercer tipo de daño, independiente del daño patrimonial y del moral,
tiene eco en Portugal y España, y lo va haciendo en Alemania y Francia. (3-17)
El daño biológico (invalidez personal) excluye toda referencia a las repercuciones profesionales (invalidez
profesional) que deben cuantificarse aparte (19)
Desde la perspectiva jurídica, la lesión estética se configura como un daño autónomo, que puede incidir
tanto sobre el daño material, como sobre el daño moral, lo cual cabe distinguir cuidadosamente para
impedir caer en una doble indemnización. (13)
Cuando la lesión estética, en virtud de su ubicación o extensión, altera la armonía del aspecto habitual que
tenía la persona antes del hecho, corresponde tratarla como un tercer género, ya que en definitiva se
encuadra dentro del daño directo a la persona, a sus derechos o facultades (12)
Como daño a la integridad de la persona, independiente de los daños anátomo-funcionales y psíquicos, el
daño estético debe formar parte junto a aquellos, del daño biológico, que es el daño básico, de cuyo
estudio, derivan todos los demás daños, tanto patrimoniales, como extrapatrimoniales, como se representa
en la Tabla 1.

Valoración del daño estético

Métodos de valoración del daño estético

Método descriptivo
Consiste en la exposición minuciosa de las alteraciones, tanto estáticas como dinámicas, que provocan la
pérdida de atracción del lesionado.
El daño estético estático, es aquel que permanece invariable, independientemente de los cambios de
actitud que adopte la persona, como ocurre con las cicatrices y las discromías.
El daño estético dinámico, es apreciable en cambio con los cambios de actitud, como ocurre en una cojera.
En ocasiones ambas situaciones se combinan como una cicatriz que además altera la mímica.

Métodos cualitativos
Consiste en expresar el grado de daño estético mediante un calificativo. Para ello se utilizan escalas
calificativas, que son tablas que constan de una serie gradual de calificativos o de situaciones.
Su uso consiste en hacer corresponder al déficit funcional ocasionado por la secuela, a un determinado
adjetivo de los enumerados en la escala. Un ejemplo de escala cualitativa es la utilizada en el baremo
español para accidentes de tráfico, donde la importancia del déficit se expresa con un adjetivo (ligero,
moderado, medio, importante, muy importante y considerable)

Método Cuantitativo
Consiste en expresar por medio de un porcentaje el grado de déficit funcional del sujeto, partiendo del
principio convencionalmente establecido de que la integridad estética de la persona se corresponde con el
100 %. Se basa en el empleo de los Baremos porcentuales. En la Argentina el baremo de la Ley de Riesgos
de trabajo, valora en forma porcentual las cicatrices, aunque solo aquellas que asientan en cabeza y rostro
(23)

Valoración patrimonial y extrapatrimonial del daño estético


Una vez valorado el daño estético, se evalúan las repercusiones que sobre la esfera patrimonial y la
extrapatrimonial pudiera tener.

Valoración del daño Patrimonial


La indemnización de daños y perjuicios comprende no sólo el valor de la pérdida que haya sufrido la victima
(daño emergente), sino también de la ganancia dejada de obtener (lucro cesante)
El daño emergente se entiende como la pérdida o disminución de bienes o intereses ocasionados por la
lesión y/o secuela, actuales y futuros. En el caso del daño estético la posibilidad de la cirugía reparadora es
el daño emergente que requiere el principal análisis (6)
El lucro cesante o el valor de la ganancia dejada de obtener, se corresponde con la pérdida de la capacidad
de ganancia o disminución de la posibilidad de realizar las actividades lucrativas a consecuencia del daño,
comprende:
 La incapacidad laboral: La relación de la actividad productiva del lesionado con su perjuicio estético
permite distinguir tres supuestos: Aquellos en que la regularidad corporal es instrumento necesario
para el desenvolvimiento de la actividad profesional (modelos, actores, bailarines, azafatas);
Cuando es útil y altamente conveniente (profesiones de impacto social: viajantes, promotores,
relaciones públicas); y los casos en que es irrelevante (18)
 Pérdida de chance laboral: Implica la frustración de oportunidades de trabajo o de promoción que
podrían presentarse con cierta previsibilidad en el futuro. La lesión estética lleva implícito siempre
una pérdida de chances laborales. En el competitivo mercado laboral actual, la belleza del rostro y
del cuerpo, es requisito para casi todo empleo (7-10)

Valoración del daño extrapatrimonial


 Quantum doloris: Representa el dolor físico que experimenta la víctima como consecuencia de las
heridas sufridas y de los tratamientos recibidos.
 Daño moral: constituido por los perjuicios que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes
inmateriales de la salud, el honor, la libertad y otros análogos y que, a su vez, puede ser dividido en
dos clases: Según lo sufra la propia víctima, consistiendo en el grado de perturbación que en el área
de los sentimientos y las emociones le provoque esa deformación. Y según lo sufran los parientes,
derivado de graves lesiones padecidas por la víctima directa (9) Los tribunales franceses
compensan de modo generalizado a las víctimas secundarias (el llamado préjudice de affection). Si
bien ese daño moral a los familiares directos, se compensaba originariamente sólo en el caso de
muerte, en la actualidad se ha extendido también a las lesiones corporales y se ha vuelto
relativamente frecuente que se indemnice, incluso en el grado de tíos y sobrinos (17)

Impedimentos
 A la vida de relación: Se define como la pérdida o disminución de los placeres que conlleva la
reducción de la realización de las actividades que practicaba el sujeto en su tiempo libre, sin
considerar las demás repercusiones, económicas y no económicas, que puede tener este daño.
 A la vida afectiva y familiar: consiste en valorar la reducción de la capacidad para mantener las
relaciones afectivas y familiares habituales de la persona.
 A la vida de formación: es la disminución o imposibilidad de realizar las actividades escolares y de
formación que se estaban realizando considerado desde el punto de vista de la disminución de la
posibilidad de adquirir conocimientos y de formación de la persona.
 Daño Sexual: Se entiende exclusivamente como la pérdida del disfrute de la vida sexual.

Metodología para la valoración de cicatrices


Se trata de valorar exclusivamente el impacto estético de la cicatriz, es decir la deformidad producida,
dejando de lado las implicancias que pueda tener sobre otros daños, y que deben ser evaluadas dentro de
los daños correspondientes. Se excluyen entonces, algunos parámetros que suelen incluirse en otros
protocolos de valoración estética (repercusión funcional, profesión, clínica acompañante).

Parámetros de valoración

Extensión
Resulta de la longitud y el ancho de la cicatriz, y determina a que distancia es visible; Cuando la
observación solo es posible a menos de 50 cm. es considerada una distancia íntima; Cuando puede ser
visible a más de 3 metros, una distancia social (22)

Localización
Es importante describir si la zona es visible de forma permanente o no, ya que la valoración será distinta
según el caso. Si corresponde a la zona de la cara, esta ubicación es la de mayor importancia estética y la
de peor aceptación psicológica por su exposición continua (8). Dentro de la cara hay distintas zonas
claramente diferenciadas respecto de la visibilidad y grado de afeamiento. Pueden originarse también,
complicaciones dependiendo de sí están ubicadas en zonas orificiales o periorificiales, con la posibilidad de
producir alteraciones en la mímica. Las manos, el cuello, y en la mujer el tercio superior del tórax y las
piernas, son consideradas zonas siempre visibles; Mientras solo son ocasionalmente visibles (en la playa o
con práctica de deportes) el tórax, abdomen y en el hombre las piernas; Solo son visibles en caso de
desnudez las nalgas, pubis, caras internas de los muslos, y el pecho en la mujer; y zonas raramente visibles
son las plantas de los pies, huecos axilares y la cabeza oculta.

Relación con los pliegues y arrugas


Langer (15) describe en 1861, las líneas de mínima tensión dentro la piel. Estas líneas normalmente corren
perpendiculares a los ejes mayores de los músculos. Cuando una cicatriz esta situada dentro estas líneas no
es sometida a la fuerza de los músculos, que pueden ensancharla. Estas líneas de mínima tensión son
reconocidas fácilmente en la cara, porque con la contracción repetida de los músculos se forman las
arrugas de expresión facial, tal como el surco nasolabial, las arrugas en el lateral externo del ojo y las
arrugas de la frente. Las cicatrices serán menos aparentes si se sitúan dentro o paralelas a estas líneas de
tensión. También son tenidas en cuenta al momento de realizar las incisiones quirúrgicas, si se sitúan
dentro o paralelas a estas líneas tendrán mejor resultado estético, se disimularan mejor en las líneas de
unión de la cara que existen en la base, el ala y el borde de nariz, en la región preauricular, debajo del
párpado y las pestañas en la región subciliar. Ciertas áreas anatómicas son particularmente propensas para
formar grandes cicatrices a causa de la tensión de piel, como en las zonas esternal, submandibular,
clavicular, deltoidea, y pretibial, que tienen una mayor tendencia a la producción de queloides y cicatrices
hipertróficas (15-16)

Morfología
Si bien nunca se produce una restitución “Ad Integrum”, puede considerarse a una cicatriz como normal o
aceptable, cuando presenta un correcto afrontamiento de sus bordes, conformando una cicatriz lineal. El
tegumento se observa plano, sin depresiones o elevaciones, no se advierten cambios significativos de
coloración y no presenta adherencias, manteniendo cierta flexibilidad (7)
Sin embargo cuando esto no ocurre, se da origen a las cicatrices denominadas “viciosas”, que observan
algunas de estas alteraciones:
 Aspecto: Puede ser retráctil, cuando la pérdida de piel es extensa, y no hay un adecuado
afrontamiento de bordes, entonces la piel se retrae. También puede presentarse radiada o
estrellada por la formación de fisuras; Esclerosa, adherida a planos profundos, e infinidad de otras
formas anormales.
 Superficie: Es deprimida cuando la herida destruye la capa basal de la epidermis y la parte
superficial de la dermis, entonces el epitelio cicatrizal se hunde entre los bordes separados,
muchas veces se torna discrómico. Hipertrófica, por una proliferación anormal de las fibras
colágenas, que no llega a sobrepasar los límites de la cicatriz. Queloide por hiperplasia del tejido
conjuntivo intradérmico que sobrepasa los límites de la herida, de color rojizo, acompañada
frecuentemente de prurito o dolor.
 Coloración: Normocrómica ó discrómica (hipo o hipercrómica).

Factores personales
 Edad: Rechard (1990) en su método toma como referencia para determinar un coeficiente la edad
de 18 años, por considerarlo la frontera entre el niño y el adulto. Otros autores coinciden con este
concepto, basándose en que el niño en condiciones normales arrastrará el defecto durante más
años. (4-10-11).
 Sexo: En nuestra sociedad se considera aún mayor la repercusión del daño estético en la mujer
(22). Sin embargo crece la tendencia a oponerse a este concepto por considerarlo discriminatorio
(7)
 Estado anterior: Se ha desarrollado hasta ahora el análisis de parámetros eminentemente objetivos
que el médico valorador obtiene con el examen clínico, lo cual se condice con el enfoque que debe
tener una alteración física de la forma normal, como es la presencia de una cicatriz.

Pero hay criterios subjetivos que deben ser tenidos en cuenta al momento de realizar la valoración, y que
llevaron a Rechard a formularse estas preguntas:
 ¿Existe alguna diferencia entre la fea cicatriz del muslo de un jardinero de mediana edad, que la
misma cicatriz en una bailarina joven y amateur?
 ¿Ese hombre, francamente “feo” debe, por una fealdad idéntica, ver evaluado su perjuicio, de
diferente forma que el joven “Apolo”?
 Esa mujer soltera que no quiere seguir siéndolo ¿sufrirá más sus cicatrices por quemaduras que las
del viejo, que a pesar de serlo, se encuentra joven?

Estas cuestiones planteadas por el autor le hicieron llegar a considerar tres tipos de factores subjetivos:
Sociales y escolares, Familiares y Estado anterior estético y psíquico. Cada uno de estos tres criterios es
valorado por una escala de 0 a 0,7. Ejemplos
Joven, guapa, bailarina, soltera y sana (0,7 + 0,7 + 0,7)
Vagabundo, sin profesión, afectado de cicatrices anteriores (0 + 0 + 0)
Entre el 0 y el 2,1, se sitúan toda la gama de posibilidades (22)
Los dos primeros criterios del método Rechard, tienen importancia al momento del estudio de las
repercusiones patrimoniales y extrapatrimoniales.
El hecho de tratarse de un vagabundo no incide en sí en el estado estético, pero evidentemente deberá ser
tenido en cuenta al evaluar el lucro cesante ocasionado por cicatrices visibles, que se presenta de manera
muy distinta en comparación con el que afectaría por ejemplo a un actor. Lo propio ocurrirá con el análisis
de la pérdida de chance. Los factores socio-culturales se deben evaluar dentro del daño moral y de los
distintos impedimentos (Vida afectivo-familiar, Chance matrimonial, Disfrute sexual, etc.)
El estado psíquico corresponde ser valorado dentro de dicho daño. Queda entonces el estudio del estado
estético anterior, que representa un criterio de capital importancia en la valoración del daño estético, y
nadie mejor que el perito médico para hacerlo, que es quien conoce los diversos trastornos que inciden en el
patrimonio estético, su evolución, pronostico y posibilidad de tratamiento. No alcanza con una mirada con
cierto criterio esteticista, se deben evaluar cicatrices anteriores, trastornos vasculares, lesiones tróficas
y pigmentaciones anormales de la piel, alteraciones del panículo adiposo, etc.
Si bien es cierto que la cuestión del perjuicio estético cuenta con aspectos de apreciación personal y social
que trascienden el ámbito estricto de la tarea del perito médico, éste por sus específicos conocimientos,
debe completar en su informe una descripción detallada de los elementos que conforman el perjuicio
estético, y debe rematarlo con la expresión de su concreto grado (18)

Patrón de referencia
La valoración médica no se limita a describir el perjuicio funcional de la víctima, sino que además lo mide y
cuantifica de acuerdo con un porcentaje llamado tasa de incapacidad permanente. Para ello se dispone de
baremos en donde se enumeran distintos tipos de secuelas psicofísicas, y se propone para cada una de ellas
un porcentaje de valoración. Posteriormente se multiplica el valor que resulta del baremo médico por el
valor monetario que se atribuye a cada centésima o punto de menoscabo.
Las tablas de valoración de incapacidades de uso habitual en Argentina que contienen una valoración para
cicatrices lo hacen desde una óptica de la afectación económica del lesionado, y no desde lo estético.
Es por eso que se limitan a valorar exclusivamente las cicatrices ubicadas en la cara, ya que en otras partes
del cuerpo (salvo algunas excepciones como modelos, vedette) no se les atribuye la capacidad de generar un
daño económico. Del análisis de estas tablas (2-5-23), puede obtenerse una valoración coincidente: Cicatriz
típica de 1 cm. de longitud ubicada en la cara (zona no periorificial): 1 %
Cada punto asignado a una cicatriz por estos baremos no se distingue del punto por menoscabo psicofísico;
Y se traducen monetariamente de forma equivalente. De esta forma cuando deba fijarse un monto
indemnizatorio puede tenerse presente que el porcentaje del daño estético a sido estimado sobre la base
de valores asimilables económicamente a los utilizados para el daño anátomo-funcional.

Formula para la valoración del daño por cicatrices


Una vez evaluados todos los parámetros involucrados en el daño estético se podrán obtener tres
coeficientes:
 Coeficiente de visibilidad: Determinado por la extensión o superficie de la cicatriz (longitud x
ancho), la zona de localización y su relación con los pliegues y arrugas de la piel.
 Coeficiente morfológico: Determinado por el aspecto, la superficie y la cromía.
 Coeficiente por las características personales: con relación a la edad, el sexo y el estado estético
anterior.
Resultando la fórmula:
VISIBILIDAD X MORFOLOGIA
CARACTERISTICAS PERSONALES

Coeficiente de visibilidad (Tabla 2)

Extensión
La extensión es el producto de multiplicar la longitud por el diámetro de la cicatriz. El coeficiente de
longitud, de acuerdo al patrón utilizado, será de:
 1 x cm. los primeros 5 cm.
 De 0.5 x cm. del 5° al 10° cm.
 De 0.25 x cm. del 10° al 15° cm.
 Y de 0.1 del 15° cm. en adelante

El coeficiente de ancho será de:


 1 para una cicatriz de hasta 0.5 cm. de ancho
 De 1.50 para una cicatriz de 0.6 a3 cm. de ancho.
 De 1.75 para una cicatriz de 3.1 a5 cm. de ancho.
 A las mayores de 5 cm. se les sumará 0.10 por cada cm.

Localización
 Zona A: Cara región periorificial (párpados, nariz, labios): 1.50
 Zona B: Cara región interna (frente, pómulos, mejillas, y mentón) región intima en la mujer (nalgas,
pubis, cara interna de los muslos, pecho): 1.
 Zona C: Cara región externa (sienes, maxilar inferior, cuello y tercio superior de tórax en la mujer),
cabeza que no esté oculta; región intima en el hombre (nalgas, pubis, cara interna de los muslos)
manos, piernas en la mujer: 0.50
 Zonas D: región ocasionalmente visibles (brazos, pecho y piernas en el hombre, abdomen y
espalda): 0.25
 Zona E: región raramente visible (cabeza oculta por el pelo, pié, hueco axilar): 0.10.

Relación con los pliegues y arrugas


 Disimulada: 0.75
 Indiferente: 1
 Perpendicular: 1.25
Aspecto
 Típico: Coeficiente 1
 Atípico: Coeficiente 1.25

Superficie
 Plana: Coeficiente 1
 Deprimida o hipertrófica: Coeficiente 1.25
 Queloide: Coeficiente 1.5

Cromia
 Normocrómica: Coeficiente 1
 Discrómica (hipo o hipercrómica): Coeficiente 1.25

Coeficiente de características personales (Tabla 4)

Sexo y Edad
 Hasta 18: 0.75
 19 a 45 femenino: 1
 19 a 45 masculino: 1.2
 46 a 65 femenino: 1.3
 46 a 65 masculino: 1.5
 Mayor de 65: 1.75

Estado anterior: Se propone clasificarlo en 3 grados, de acuerdo a la influencia que tenga sobre el impacto
final de la deformidad. El fin de utilizar una escala gradual reducida (Bueno, Regular y Malo), es con la
intención de limitar en lo posible las variaciones de criterios en un componente tan subjetivo como este.
De manera que la guapa bailarina de Rechard presentará un estado estético anterior bueno, mientras que el
vagabundo afectado de cicatrices anteriores será malo.
 Bueno: 1
 Regular: 1.25
 Malo: 1.50

Ejemplos de valoración del daño estético por cicatrices


EJEMPLO 1: Mujer de 67 años, por fractura de cadera, requirió reemplazo por prótesis, presenta una
cicatriz en la cara lateral externa del muslo de 24 cm. de longitud y 1 cm. de ancho, recta, plana e
hipocrómica. Se observa en ambos miembros inferiores estrías violáceas; Várices dilatadas, pigmentación
ocre de la piel y secuelas por antiguas úlceras.

Visibilidad: Extensión: 24 cm (5 + 2.5 +1.25 + 0.9 = 9.65 ) x 1 cm (1.25) = 14.50 x Localización: zona C (0.5)
= 7.25
Morfología: 1 + aspecto normal (0) + plana (0) + hipocrómica (0.25) = 1.25
Características personales: Estado estético anterior: Malo (1.5) x edad: < 65 (1.75)
Visibilidad: 7.25 x morfología: 1.25 = 9.05
= 3.45 %
Características personales: 2.625

EJEMPLO 2: Joven y bella estudiante de 16 años, soltera, su hobby es bailar salsa, presenta una cicatriz
idéntica a la del ejemplo anterior, por fractura de fémur que requirió el implante de material de
osteosíntesis. (El estado civil y su hobby, no deben evaluarse dentro del daño estético, sino con el daño
moral y los impedimentos provocados por la cicatriz)
Fórmula: Visibilidad: Extensión: 24 cm x 1 cm = 14.50 x Localización: = 7.25
Morfología: 1 + aspecto (0) + superficie (0) + cromia (0.25): 1.25
Características: Estado estético anterior: Bueno (1) x edad: < 18 (0.75)
Visibilidad: 7.25 x morfología: 1.25 = 9.05
= 12 %
Características personales: 0.75
Estos dos ejemplos resaltan la influencia de las características personales en la evaluación de lesiones
similares.

EJEMPLO 3: Varón de 30 años que presenta cicatriz en la región central de la frente de 6 cm. de longitud
y 1 cm de ancho, hipertrófica, hipercrómica y perpendicular a los pliegues.
Ubicación: Extensión (longitud 6 cm: 5 + 0.5 = 5.5 x ancho 1.50 cm): 8.25 x Localización: zona B (1) x
relación con pliegues (1.25) = 10.3
Morfología: 1 + recta (0) + hipertrófica (0.25) + hipercrómica (0.25) = 1.5
Características: Estado anterior: Bueno (1) x edad y sexo: 19 a 45 (1.2)
Visibilidad: 6,9 x morfología: 1.5 = 15.5
= 13 %
Características personales: 1.2

EJEMPLO 4: Varón de 30 años presenta cicatriz en abdomen de 18 cm. de longitud, 2,5 cm de ancho,
deprimida e hipercrómica.
Ubicación: Extensión (longitud 18 cm: 5 + 2.5 +1.25 + 0.3 = 9.05 x ancho: 2.5 cm = 1.5): 13.5
X Localización: zona D (0.25) = 3.4
Morfología: 1 + aspecto normal + superficie plana + normocrómica = 1
Características: Estado estético anterior: Bueno (1) x edad y sexo: (1.2)
Visibilidad: 3,4 x morfología: 1 = 3.4
= 3 %
Características personales: 1.2
Los ejemplos 3 y 4 muestran la influencia de la localización y la morfología de la cicatriz en individuos con
características particulares similares.
CASO SOBRE RESPONSABILIDAD ESPECIAL (ENTIDADES DEPORTIVAS)

Responsabilidades especiales. Responsabilidad de las entidades deportivas.


El caso que se presenta a continuación tuvo lugar en la ciudad de Córdoba, pero tuvo repercusión nacional,
ya que afectó algo muy cercano al sentimiento popular (en particular entre la población masculina): el
ámbito del fútbol. La causa llegó a resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien resolvió
en definitiva la cuestión.
El hecho involucró la responsabilidad de un club deportivo, esto es una persona jurídica, pero que desarrolla
una actividad especial. Existe una ley que regula esta actividad, la de las entidades deportivas:
1) Se le pide que investigue en la bibliografía sugerida: Teoría General de la Responsabilidad Civil de Jorge
Bustamante Alsina, yResponsabilidad Civil de Jorge Mosset Iturraspe, cuál es esa ley.
2) Indague qué soluciones propone la doctrina y jurisprudencia para estas situaciones, quién o quiénes
están obligados a reparar el daño, qué tipo de obligación se origina.
3) Analice el siguiente caso, valorando los aspectos a tener en cuenta para la orientación de su proceso de
resolución. Se aclara que si bien los hechos ocurrieron en la década del ochenta, para evitar caer en la
prescripción de la acción en el relato del caso se altera la fecha real.
Presentación del caso.
El día 18 de mayo de 1999 llegó al estadio del Club Instituto Central Córdoba la delegación del Club San
Lorenzo de Almagro para disputar con el equipo local un partido de fútbol correspondiente al torneo anual
que programa la A.F.A. En momentos previos al ingreso de los jugadores a la cancha se produjo una
tremenda explosión en el vestuario destinado a los visitantes, provocado por una bomba de estruendo
colocada por la "barra brava" del club local, cuya mecha había sido encendida desde el exterior por una
ventanilla de las boleterías habilitadas.
La explosión causó la rotura de los vidrios de una ventana del vestuario que carecía de protección metálica
y presentaba deficientes condiciones de seguridad. La rotura despidió un trozo de vidrio que impactó de
manera violenta en la zona axilar izquierda del jugador Claudio H. Zacarías, miembro del equipo visitante.
El joven Zacarías sufrió lesiones traumáticas y quirúrgicas en el hombro, axila, antebrazo y mano con
marcada atrofia del grupo muscular del brazo y antebrazo izquierdo, como así también cortes en ambas
piernas.
4) Otros datos:
a. En el momento del hecho, C. Zacarías contaba con 23 años; jugaba en primera división en el Club
San Lorenzo de Almagro, recibía importantes sumas en concepto de sueldo y premios.
b. Las secuelas señaladas y las dificultades en su mano, que impiden la acción de pinza y movimientos
finos, determinan una incapacidad del 38% de la total obrera.
c. Al tiempo de sufrir el accidente C. Zacarías estaba en tratativas sobre su pase (del cual era dueño)
con un club extranjero.

EXPLICACIÒN DEL CASO

Responsabilidad de las personas jurídicas. Entidades deportivas.


Algunas de las partes involucradas por los hechos del caso que tiene en análisis en esta oportunidad son
personas jurídicas. Por ello es necesario que tenga usted presente cuáles son los artículos que regulan esta
responsabilidad.
En cuanto a la responsabilidad de las personas jurídicas, a partir de la reforma del art. 43 por la ley 17.711,
por la cual se estableció la responsabilidad de las personas jurídicas por los daños causados por quienes las
dirigen o administran inclusive en ocasión de sus funciones, prevalece la opinión que aplica analógicamente
esta pauta a la responsabilidad del principal (persona jurídica o no) por los daños causados por los
dependientes:
"No caben distingos entre la responsabilidad de la persona jurídica por los actos de gestión de los
integrantes del órgano y la indirecta que emerge del actuar de los dependientes, en punto a que en ambos
supuestos, aquélla ha de responder por los hechos cometidos por éstos, "en ejercicio" o "con ocasión" de
las funciones, ya que es sabido que se trate de la conducta de unos u otros, la persona jurídica que se sirve
de ambos, debe soportar las consecuencias de los actos realizados por éstos últimos, en el círculo de las
funciones que se les asignara".
Responsabilidad deportiva.
Entre el espectador y el organizador se celebra un contrato innominado de "espectáculo público". Esta
convención lleva implícita una cláusula de incolumnidad por la cual el organizador asume un deber de
seguridad. En consecuencia, responde de todos los daños ocasionados a los espectadores con motivo de la
violación de ese deber.
El art. 33 de la ley 23.184, según reforma introducida por la ley 24.192 dispone: "Las entidades o
asociaciones participantes de un espectáculo deportivo son solidariamente responsables de los daños que se
generan en los estadios."
En su anterior redacción expresaba: "Las entidades o asociaciones participantes de un espectáculo
deportivo son solidariamente responsables civiles de los daños sufridos por los espectadores de los
mismos, en los estadios y durante su desarrollo, si no ha mediado culpa por parte del damnificado".
La ley ha querido contemplar el "hecho de la muchedumbre" (avalanchas producidas por los grupos
indeterminados, cosas arrojadas en el estadio sin poder identificar su autor), el de las "barras bravas". El
organizador no puede alegar que se trata de hechos de terceros por quienes no debe responder, pues los
efectos perjudiciales de la muchedumbre no son extraordinarios, ni imprevisibles ni inevitables. Quien
explota un espectáculo deportivo, en terrenos propicios para estos desmanes, tiene la obligación cierta e
inexcusable de tomar las medidas adecuadas para evitar estas consecuencias. Por supuesto, la actividad
cubre los que tengan relación con la actividad deportiva.
En cuanto a la responsabilidad del organizador por los daños que pudiere haber sufrido un tercero con
quien no tiene ningún vínculo, por ej, un vecino del estadio, se ha sostenido que podría tener base en el
riesgo empresarial asumido; aunque el daño haya sido producido por un tercero (integrantes de la barra
brava), se afirma que el evento ha sido la causa o concausa del daño, pues sin él el hecho no podría haber
acontecido. Esto implica aceptar que el 1113 contempla la actividad riesgosa.

Accidente de transito
Art. 1113: Reformado por la ley 17711
Al decir de Karl Larenz, “Desde una perspectiva objetiva, el daño se define como el menoscabo que a
consecuencia de un acaecimiento o evento determinado, sufre una persona, ya en sus bienes vitales
naturales, ya en su propiedad, ya en su patrimonio” (Larenz, Karl, Derecho de Obligaciones, t.I, p. 193)

Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba, Años 1991 a 1996, Sala Primera
3.- ACCIDENTE DE TRANSITO. AUTOMOVIL Y PEATON. APRECIACION DE LA CONDUCTA DE
CADA UNO. (1994) 19-8-94, “T. vs. A.”, SALA I, Fs. 553.
En los eventos dañosos en que resulta víctima un peatón, el conductor del vehículo, por tener a su cargo el
manejo de una cosa peligrosa, está obligado en mayor grado a extremar los cuidados inherentes a su uso y a
mantenerse atento a las evoluciones de la circulación de personas y vehículos, por lo que debe apreciarse
con mayor rigor la conducta del conductor del vehículo que la del peatón (Martinelli - Genovese).

4.- ACCIDENTE DE TRANSITO. CAMION CON ACOPLADO. MAYOR RIESGO GENERADO. (1994) 7-7-
94, “M. vs. C.”, SALA I, Fs. 450.
La presencia de un camión con acoplado en la ruta en la noche, estacionado casi en su totalidad en la cinta
asfáltica, importa un riesgo adicional en el uso normal del camino, que exige -como un mínimo de prudencia-
que se encuentre en condiciones de circular y que lleve las luces reglamentarias (Genovese - Martinelli).

6.- ACCIDENTE DE TRANSITO. CULPA CONCURRENTE DE LOS PADRES DE LA VICTIMA MENOR DE


EDAD POR FALTA DE VIGILANCIA. (1993) 31-.3-93, “M. vs. G.”, SALA I, Fs. 110.
Resulta también imprudente la conducta de los padres de la víctima (menor) al permitir que niños de corta
edad regresen solos a su hogar, teniendo en cuenta que debían cruzar una avenida de intenso tránsito,
especialmente de ómnibus (Genovese - Koehle).

7.- ACCIDENTE DE TRANSITO. CULPA CONCURRENTE. DOS AUTOMOTORES EN MOVIMIENTO.


(1992) 22-5-92, “R. vs. C.”, Juzg. 6ta. Civil, SALA I, Fs. 214.
Tratándose de dos automotores en movimiento, la concurrencia de dos comportamientos riesgosos no
neutraliza la imputabilidad a este título, ni autoriza la aplicación del principio de responsabilidad subjetiva
de la culpa. Se trata de medir cuál es el porcentaje de riesgo con que ha contribuido cada parte en la
producción del daño. Para ello es necesario penetrar en la teoría de la culpa, sobre todo si se tiene en
cuenta de que las cosas son más o menos riesgosas de tal modo que la conducta humana viene de ese modo a
tener un papel preponderante en la determinación de la responsabilidad que corresponde asignar a cada uno
(Genovese - Martinelli).

8.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑO MATERIAL Y DAÑO MORAL. VALORACION SEPARADA DE


CADA UNO. CICATRIZ. (1991) 1-8-91, “R. vs. C.”, Juzg. 2da. Civil, SALA I, Fs. 263.
El agravio moral no puede confundirse con el agravio físico, aún cuando ambos sean complementarios. Así, el
agravio moral se configura cuando se lesionan los sentimientos o afecciones legítimas de la persona, o
cuando se ocasionan perjuicios que se traducen en padecimientos físicos, o cuando, de una manera u otra,
se ha perturbado la tranquilidad y el ritmo de vida del damnificado.
Con exclusión del daño moral, corresponde valorar la incapacidad sobreviniente, ya que toda disminución de
aptitudes o facultades, importa una lesión patrimonial, para cuya fijación es necesario tener en cuenta la
naturaleza de las lesiones, la edad de la víctima, la actividad que desempeñaba, y el grado de la incapacidad.

Una cicatriz a la altura de la rodilla constituye daño de carácter material, encuadrable dentro de la norma
del art. 1068 CC., la cual ha sido interpretada en el sentido que comprende -con independencia del daño
moral previsto en el art. 1078 CC- todos los supuestos susceptibles de reparación patrimonial, incluso los
daños a la salud, a la integridad personal, y a las condiciones estéticas de la víctima (Martinelli - Genovese).

9.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑO MORAL RECLAMADO POR EL PADRE DE LA VICTIMA


SOBREVIVIENTE. IMPROCEDENTE. (1994) 6-9-94, “B. vs. T.”, SALA I Fs. 590.
Cabe rechazar la satisfacción patrimonial pretendida por el padre de la víctima con apoyo en la afección
espiritual que le pudieron ocasionar las consecuencias del accidente sufrido por su hija, pues a ello se opone
la expresa limitación emergente de lo dispuesto en el art. 1078 CC para el damnificado indirecto, habilitado
para reclamar en caso de muerte de la víctima (Genovese - Martinelli).

10.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑO MORAL. PRUEBA. ESTIMACION POR EL ARBITRIO


JUDICIAL. (1993) 31-3-93, “M. vs G.”, Juzg. 12va. Civil,. SALA I, Fs. 110.

El daño moral es una indemnización complementaria que tiene su arraigo legal en el art. 1078 CC. sobre el
cual no se exige prueba de su efectiva existencia y extensión, bastando con su verosimilitud, y debe ser
estimado prudencialmente por el juez al dictar sentencia (Sala Primera, Fallos, 1984, fs. 397) (Genovese -
Koehle).

11.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑO MORAL. SE PRACTICO ENYESADO EN LA VICTIMA.


PROCEDENTE. (1994) 6-9-94, “B. vs. T.”, SALA I, Fs. 590.

Procede el daño moral si las lesiones sufridas determinaron la necesidad de practicar un yeso, lo que
provocó sufrimiento físico, padecimientos e incomodidades a la víctima (Genovese - Martinelli).

12.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑO MORAL. TIPIFICACION. (1992) 23-9-92, “L. vs. C.”, Juzg.
11va. Civil, SALA I, Fs. 415.
El daño moral se configura cuando se lesionan los sentimientos o afecciones legítimas de las personas, o
cuando se ocasionan perjuicios que se traducen en padecimientos físicos, o cuando de una manera u otra se
ha perturbado la tranquilidad y el ritmo de vida del damnificado (Martinelli - Genovese).
13.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS EN EL VEHICULO. INDEMNIZACION MAYOR AL VALOR
DEL VEHICULO. IMPROCEDENTE (ART. 1083 CC). (1991) 5-12-91, “B. vs. C.”, Juzg. 4ta. Civil, SALA I, Fs.
462.
Una indemnización mayor al valor del vehículo, cuando no se efectuaron las reparaciones, produciría un
enriquecimiento sin causa, y vulneraría lo dispuesto en el art. 1083 CC. Si la reparación del vehículo excede
su precio en el mercado de los usados, significa que habría experimentado un beneficio económico
representado por la diferencia entre el valor del otro coche, y la mayor cantidad que recibiría para realizar
la reparación, lo que -lejos de restablecer el equilibrio patrimonial- produciría un enriquecimiento
injustificado.
Es así que, si bien el art. 1083 CC. deja a opción del damnificado, exigir la reposición de las cosas a su
estado anterior, o reclamar la indemnización en dinero; en principio y salvo que se prueben circunstancias
especiales, este último derecho no debe comportar un exceso con relación al valor de la cosa misma, porque
de lo contrario se agravaría sin justificación alguna la situación del deudor (Genovese - Gómez Augier).

15.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑO. PRUEBA. PARA SU INDEMNIZACION DEBE PROBARSE


FEHACIENTEMENTE. (1993) 9-11-93, “D. vs. C.”, Juzg. 11va. Civil, SALA I, Fs. 681.
La acción de indemnización por daños exige la prueba de la existencia real y concreta de ellos, debiendo
quien intenta la reparación probarlo fehacientemente, trayendo al litigio la información necesaria para su
fijación por el juzgador. La prueba del daño es esencial para su admisión judicial a los fines del
resarcimiento, y si bien es facultad de los jueces fijar su monto, debe siempre probarse la realidad del
perjuicio (Martinelli - Genovese).

16.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DEBER DE PRUDENCIA. ES MAYOR POR LA NOCHE. (1994) 7-7-94,
“M. vs. C.”, SALA I, Fs. 450.
La precaución del conductor en horas de la noche y sin buena iluminación, debe ser mayor aún que en
situaciones normales (Genovese - Martinelli).

17.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DESVALORIZACION DEL VEHICULO. DEBE PROBARSE


FEHACIENTEMENTE. (1992) 22-5-92, “R. vs. C.”, Juzg. 6ta. Civil, SALA I, Fs. 214.
En principio, la desvalorización del vehículo sólo es apreciable cuando afecta partes esenciales, de tal
manera que produzcan un desacople evidente de su estructura, o una notoria disminución en su
funcionamiento. Pero sobre todo es una cuestión librada a la efectiva prueba del perjuicio (Genovese -
Martinelli).

18.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DESVALORIZACION DEL VEHICULO. PROCEDENTE. (1992) 25-9-


92, “B. vs. A.”, Juzg. 11va. Civil, SALA I, Fs. 418.
Si del dictamen pericial surge que a pesar de las reparaciones efectuadas se detectan deficiencias que
evidencian la existencia de la colisión, indudablemente se produce una efectiva disminución del valor de
venta del rodado (Genovese - Martinelli).

19.- ACCIDENTE DE TRANSITO. DOMINIO PLENO SOBRE EL RODADO. (1992), 31-8-92, “P. vs. A.”,
Juzg. 1ra. Civil, SALA I, Fs. 357.
Quien utiliza un vehículo debe tener en todo momento pleno dominio sobre éste para poder evitar y superar
trances provocados hasta por la imprudencia de los demás. (Martinelli - Genovese).

20.- ACCIDENTE DE TRANSITO. EBRIEDAD LEVE. (1992) 22-5-92, “R. vs. C.”, Juzg. 6ta. Civil, SALA I,
Fs. 214, (y 370, 415).
Agrava la situación del conductor el hecho de encontrarse en estado de ebriedad, aunque sea leve, pues
ella afecta necesariamente el estado psicofísico del conductor, e impide el debido control que debe tener
sobre el vehículo que guía; mayor peligrosidad recae precisamente en esos estados donde el conductor se
halla en un período de euforia y valentía, pero de disminución de la velocidad de sus reflejos, de la
atención, y de la capacidad de conducir sin peligro (Genovese - Martinelli).

21.- ACCIDENTE DE TRANSITO. EMBISTENTE. CONVERTIDO EN EMBESTIDO POR UN VIRAJE Y


ADELANTAMIENTO SOBRE QUIEN TIENE PRIORIDAD DE PASO. (1996) 14-5-96, “A. vs. L.”, SALA I,
Fs. 225.
Resulta fácil convertir el papel de embistente en el de embestido, pues basta para ello efectuar un simple
viraje por delante de quien tiene la prioridad de paso en el cruce de la bocacalle para que funcione la
presunción de que es culpable el chofer del vehículo que embiste al otro (Martinelli - Genovese).

22.- ACCIDENTE DE TRANSITO. EMBISTENTE. POR ATRAS. RESPONSABILIDAD. (1992) 31-8-92,


“P. vs. A.”, Juzg. Ira. Civil, SALA I, Fs. 357.
Debe suponerse la culpa de quien embiste por atrás a un vehículo que sigue su misma dirección, pues en
principio demuestra no tener sobre su vehículo el dominio a que lo obliga la ley (Martinelli - Genovese).

23.- ACCIDENTE DE TRANSITO. EMBISTENTE. PRESUNCION DE CULPA. RESPONSABILIDAD.


(1992) 22-5-92, “R. vs. C.”, Juzg. 6ta. Civil, SALA I, Fs. 214, 418.
Ante la falta de otros elementos probatorios, debe aplicarse la presunción jurisprudencial que atribuye la
culpa a quien embiste con la parte delantera, el costado del otro vehículo. Y para desvirtuar esta
presunción, no es suficiente la mera negativa, sino que debe desvirtuársela mediante prueba que acredite la
contribución de la víctima en el evento dañoso. La colisión denota para el embistente la imposibilidad de
detener normalmente el vehículo ante la interferencia de otro, y autoriza a suponer que su conductor
guiaba desatento o con exceso de velocidad, lo que importa culpa de su parte (Genovese - Martinelli).

24.- ACCIDENTE DE TRANSITO. GIRO A LA IZQUIERDA EN AVENIDA DE DOBLE MANO. DEBEN


EXTREMARSE LAS PRECAUCIONES Y CEDER EL PASO A QUIEN VIENE DE FRENTE. (1993) 7-10-93,
“G. vs. G.”, Juzg. 10ma. Civil, SALA I, Fs. 555.
Un vehículo que se desplaza por una avenida de doble mano y que intenta doblar hacia la izquierda,
invadiendo -por lo tanto- la mano contraria, antes de realizar tal maniobra debe observar detenidamente la
forma en que se desarrolla la circulación de los rodados que avanzan por la mano contraria, pues tiene la
obligación de permitirles el paso, ya que indudablemente tienen prioridad, dado que van por su mano
(Martinelli - Genovese).

25: ACCIDENTE DE TRANSITO. HECHO DE LA VICTIMA COMO EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD.


REQUISITOS. (1994) 23-8-94, “L. vs. Q.”, SALA I, Fs. 558.
Para que el hecho de la víctima pueda ser alegado por el presunto responsable del daño, como causa de
exoneración suya, tiene que ser para ésta un hecho imprevisible o inevitable; es decir, que para arribar a la
eximente, se debería haber probado que el hecho del obrar de la víctima ha sido la causa del daño y que
ello era imprevisible e inevitable (Genovese - Martinelli).

26.- ACCIDENTE DE TRANSITO. INTERES. SU APLICACION A LOS MONTOS ACTUALIZADOS NO


VIOLA LA LEY 23.928. (1995) 20-3-95, “N. vs. G. M.”, SALA I, Fs. 97.
Los intereses no pueden dejar de aplicarse en un juicio de accidente de automotor, porque sirven para
compensar el tiempo en que el acreedor se vio privado inactivamente de disponer del capital que le
pertenecía. Los intereses deben aplicarse sobre las cantidades actualizadas por depreciación monetaria, a
fin de que cumplan su finalidad de compensar al acreedor por la privación temporaria de algo a que tenía
derecho.
La aplicación de intereses al capital no atenta contra la estabilidad económica, porque no se trata de
violación de la ley 23.928, sino de su aplicación a través de la imposición de intereses a la tasa pasiva del
Banco Provincial de Salta (Genovese - Martinelli).

27.- ACCIDENTE DE TRANSITO. INVASION DE LA MANO CONTRARIA. PRESUNCION DE


CULPABILIDAD. (1994) 21-4-94, “I. vs E. C.”, SALA I, Fs. 225.
Cuando el conductor de un automóvil invade bruscamente con su vehículo la mano contraria, debe
presumirse su exclusiva culpa en el accidente acaecido en mérito de tal circunstancia, a menos que
produzca probanzas claras y concluyentes de la culpabilidad del conductor que marchaba por su mano
(Martinelli - Genovese).

28.- ACCIDENTE DE TRANSITO. LESIONES. GASTOS COMPRENDIDOS. PRUEBA. ATENCION EN


HOSPITAL PUBLICO. (1996) 6-5-96, “A. vs. G.”, SALA I, Fs. 203.
En el rubro gastos por curación de las lesiones recibidas, tienen cabida todos los gastos de curación
necesarios para recuperar el estado de la víctima anterior al suceso dañoso, no exigiéndose -en principio-
para la procedencia del resarcimiento por tal concepto, una acabada prueba documentada de la erogación.
No es necesario plena prueba para acreditar los gastos médicos de farmacia, si guardan relación con el
daño sufrido, siempre que exista una relación lógica con las lesiones que contribuyeron a curar. En este
punto se han considerado resarcibles los gastos de farmacia aún careciéndose de la respectiva
documentación que acredite su compra, siempre que aparezcan proporcionados a las lesiones sufridas.
Aunque la víctima haya sido asistida en un establecimiento gratuito, debe lo mismo soportar gastos dé
medicamentos que le ocasionan necesario detrimento patrimonial, y que -aunque no estén comprobados en
estado de certeza- deben ser indemnizados en la medida que guarden relación con el hecho, con las
lesiones sufridas, y con el tratamiento; indudablemente los gastos son menores en este supuesto (Genovese
- Martinelli).

29.- ACCIDENTE DE TRANSITO. LUZ VERDE DEL SEMAFORO. NO EXCLUYE LAS MEDIDAS DE
PRECAUCION. (1992) 7-9-92, “P. vs. B.”, Juzg. 2da. Civil, SALA I, Fs. 370.
La existencia de semáforos no autoriza a prescindir de medidas de prudencia, manteniéndose la obligación
de vigilancia del conductor que posibilite el pleno y seguro dominio del vehículo, aún frente a alternativas
sorpresivas en la circulación, pues sostener lo contrario sería considerar que dicha señal mecánica implica
la autorización de paso cualesquiera sean las contingencias que existan en el cruce, lo que no es aceptable
(Genovese – Koehle - Martinelli).

30.- ACCIDENTE DE TRANSITO. LUZ VERDE DEL SEMAFORO. SI NO SE PRUEBA QUIEN LA


TENIA, SE PRESUME CULPA DEL EMBISTENTE. (1992) 7-9-92, “P. vs B.”, Juzg. 2da. Civil, SALA I, Fs. .
370.
En ausencia de prueba acabada acerca de cuál de los vehículos tenía su paso habilitado por la luz
pertinente, corresponde atribuir la responsabilidad a quien con su parte delantera embistió el lateral del
otro, que -como también se desprende de la localización del impacto- ya se hallaba circulando por la
intersección en el momento de la colisión (Genovese - Koehle).

31.- ACCIDENTE DE TRANSITO. MANIFESTACIONES DE LAS PARTES INMEDIATAS AL HECHO.


VALORACION. (1992) 31-8-92, “P. vs, A.”, Juzg. 1ra. Civil, SALA I, Fs. 357.
Las manifestaciones hechas por las partes inmediatamente después del hecho constituyen un relato de sus
impresiones iniciales del suceso, y es cuando las exponen dentro de una mayor verosimilitud (Martinelli -
Genovese).

32.- ACCIDENTE DE TRANSITO. MUERTE DE LA VICTIMA. PADRE DE FAMILIA. DAÑO MATERIAL


INDISCUTIBLE. (1994) 7-7-94, “M. vs. C.”, SALA I, Fs. 450.
Cuando la víctima de un accidente fallece, además de los problemas afectivos que produce, ocasiona otro
tipo de daños en aquellos para los cuales es el único sostén. La muerte del padre de familia, sostén de su
mujer e hijos, provoca un daño material claro e indiscutible (Genovese - Martinelli).

33.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PEATON DISTRAIDO. (1992) 23-9-92, “L. vs. C.”, Juzg. 11va. Civil,
SALA I, Fs. 415.
Quien tiene a su cargo la conducción de un rodado, asume sobre sí la responsabilidad cierta de la
ocurrencia de sucesos que en el curso ordinario del tránsito puedan presentarse. de manera más o menos
imprevista. Así, la aparición de la figura del peatón distraído es un hecho que se presenta si no
normalmente, al menos ocasionalmente, y el conductor debe estar lo suficientemente alerta como para
sortear esas emergencias, salvo casos excepcionales (Martinelli - Genovese).

34.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PEATON DISTRAIDO. MENORES. MAYOR PRECAUCION. (1994) 23-
8-94, “L vs. Q”, SALA I, Fs. 558.
El peatón distraído, incluso el imprudente, es un riesgo común inherente al tránsito, y por lo mismo todo
conductor está obligado a estar atento a las evoluciones de la circulación. Más aún tratándose de menores,
la precaución debe ser mayor, pues la actitud que puede asumir el menor al cruzar o tratar de hacerlo, es
un riesgo que debe prevenir todo conductor (Genovese - Martinelli).

35.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PEATON DISTRAIDO. IMPRUDENTE, O MENOR DE EDAD. (1993)


31-3-93, “M. vs. G.”, Juzg. 12va. Civil, SALA I, Fs. 1 10.
Para que el comportamiento culpable del peatón pueda considerarse causa única del accidente, tiene que
ser en extremo imprevisible e inevitable. El peatón distraído, incluso el imprudente, es un riesgo común
inherente al tránsito, y por lo mismo, todo conductor de un automóvil está obligado a estar atento a las
evoluciones imprevistas en la circulación. Más aún tratándose de peatones menores, pues la presencia de
estos en las veredas o calzadas, es un riesgo que debe prevenir todo conductor, encontrándose obligado a
extremar su prudencia (Genovese - Koehle).

36.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PREJUDICIALIDAD. ABSOLUCION PENAL. PUEDE ANALIZARSE


NUEVAMENTE LA CULPA CIVIL. (1992) 31-8-92, “P. vs. A.”, Juzg. 1ra. Civil, SALA I, Fs. 357.
La sentencia absolutoria penal hace cosa juzgada sólo cuando se funda en la inexistencia del hecho o la no
autoría. No así cuando se trata de valorar la imputabilidad bajo la óptica de la responsabilidad civil. Es por
esto que reconocida la realidad histórica del hecho imputado y fundándose la decisión en la ausencia de
otros requisitos necesarios para atribuir consecuencias penales al autor del hecho, nada se opone a que el
tribunal civil analice nuevamente la culpabilidad (Martinelli - Genovese).

37.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PREJUDICIALIDAD. AUTO DE PROCESAMIENTO. NATURALEZA.


EFECTOS. POSTERIOR SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO POR PRESCRIPCION. (1995) 9-2-95, “D. vs.
T.”, SALA I, Fs. 37.
En nuestro sistema de enjuiciamiento penal, el procesamiento es el presupuesto ineludible o antecedente
indispensable de la acusación, que permite o posibilita la elevación a juicio de la causa. Es el presupuesto
jurídico de indudable consideración lógica que hace a todo el régimen del debido proceso, la insustituible
posibilidad de que el imputado haga su defensa material, como afirmación de que nadie puede ser.
declarado culpable o condenado sin ser oído, y aquella resolución de la elevación de la causa a juicio. Ello no
implica la condena del imputado, y sólo es un juicio de posibilidad hasta tanto recaiga condena o absolución,
o, como en autos, sobreseimiento definitivo por prescripción (Genovese - Martinelli).

38.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PREJUDICIALIDAD. CONDENA PENAL. IMPIDE IMPUGNAR EN


SEDE CIVIL LO REFERIDO AL HECHO Y A LA PARTICIPACION DEL CONDENADO. (1993) 7-10-93, “G.
vs. G.”, Juzg. 10ma. Civil, SALA I, Fs. 555.
Si el conductor del automotor ha sido declarado culpable en el accidente, la autoridad de la cosa juzgada
en lo penal se impone no sólo en lo referido al hecho fundamental, sino también respecto de la participación
que tuvo el procesado; y ello no puede ser impugnado en lo civil, conforme a lo prescripto por el art. 1102
cc., aún cuando la defensa de cosa juzgada no haya sido invocada, ello sin perjuicio de examinar en el juicio
civil la concurrencia de culpas (Martinelli - Genovese).

39.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PREJUDICIALIDAD. CONDENA PENAL. NO IMPIDE ALEGAR


CULPA O DOLO CONCURRENTES EN JUICIO CIVIL. (1993) 17-3-93, “T. vs. C.”, Juzg. 11va. Civil, SALA I,
Fs. 82 (Y 555).
El hecho que la sentencia civil no pueda rever lo decidido en la penal condenatoria, no impide que el
demandado en el proceso civil alegue la existencia de dolo o culpa concurrentes de la víctima o de terceros,
con el objeto de disminuir o limitar su responsabilidad indemnizatoria (Genovese - Martinelli).

40.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PREJUDICIALIDAD. SENTENCIA PENAL DICTADA ANTES DEL


LLAMADO DE AUTOS EN SEGUNDA INSTANCIA. APLICACION DEL ART. 163 INC 6º CPC. (1994) 7-7-
94, “M. vs. C.”, SALA I, Fs. 450.
Si bien el art. 1101 cc. prohíbe dictar sentencia en el juicio civil mientras no se decida la causa penal,
disposición obligatoria cuyo incumplimiento da lugar a la nulidad de la sentencia, si al momento de llamar
autos para sentencia en segunda instancia ya se había fallado la causa penal, tal circunstancia hace
aplicable lo dispuesto en el 163 inc. 6° CPC., que contempla la posibilidad que la sentencia haga mérito de los
hechos constitutivos, modificativos o extintivos producidos durante la sustanciación del juicio. Se
consideran hechos constitutivos aquellos que, consolidando el derecho del actor, deben conducir al
pronunciamiento de una sentencia que actúa una pretensión (Genovese - Martinelli).

41.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PREJUDICIALIDAD. SOBRESEIMIENTO PENAL. EFECTOS SOBRE


LA RESPONSABILIDAD CIVIL. (1993) 31-3-93, “M. vs. G.”, Juzg. 12va. Civil, SALA I, Fs. 110.
La culpabilidad derivada del sobreseimiento definitivo del accionado en sede penal, no impide que al tratar
la responsabilidad civil se llegue a resultados distintos, porque se trata de culpas que difieren en grado y
naturales, y, además, porque el objeto del juicio penal es la eventual imposición de una pena, en tanto que el
civil está orientado a obtener una reparación distinta. De ahí entonces que ciertas conductas que son
insuficientes para sustentar la primera, serán suficientes para dar fundamento a la segunda (Genovese -
Koehle).

42.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PRIORIDAD DE PASO. DEBER DE PRUDENCIA. CRUCE DE MAYOR


PARTE DE BOCACALLE. (1992) 22-5-92, “R. vs. C.”, Juzg. 6ta. Civil, SALA I, Fs. 214.
Si bien la prioridad de paso es una preferencia de importancia cuando ambos automotores ingresan
simultáneamente a la bocacalle, no debe dejarse de lado que ella no es absoluta, pues no excluye la
observancia de la prudencia compatible con la seguridad de la circulación, ni autoriza a dejar de lado la
velocidad precaucional. Además, ella cede cuando uno de los vehículos ya ha cruzado la mayor parte de la
bocacalle (Genovese - Martinelli).
43.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PRIORIDAD DE PASO EN AVENIDA. DEBER DE PRUDENCIA. (1994)
18-2-94, “I. vs. G.”, SALA I, Fs. 62.
El conductor que llega a una bocacalle o encrucijada tiene la obligación de ceder espontáneamente el paso a
todo vehículo que se presente por la derecha, especialmente si se trata de una avenida. Las avenidas
plantean complejos problemas, y quien decida cruzarlas debe tener en cuenta las características de su
circulación: tránsito intenso y rápido, por lo que el cruce debe hacerse extremando las medidas de
precaución.

44.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PRIORIDAD DE PASO. INGRESO Y CRUCE DE AVENIDA. DEBER DE


PRUDENCIA. (1994) 18-2-94, “C. vs. D.. V.”, SALA I, Fs. 52.
El art. 9 de la ordenanza 573/72 denominada código de tránsito regula el ingreso a la avenida en todos sus
aspectos, no sólo respecto de aquellos que van a comenzar a circular por la misma, sino también, y con
mayor razón, para aquellos que se disponen a trasponerla, para los cuales, como es lógico suponer, se
requiere una mayor precaución.

45.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PRIORIDAD DE PASO. NO SE APLICA DONDE HAY SEMAFOROS


FUNCIONANDO. (1992) 7-9-92, “P. vs. B.”, Juzg. 2da. Civil, SALA I, Fs. 370.
Las presunciones derivadas de la prioridad de paso para quien circula por avenida o por la derecha no son
aplicables cuando la colisión se produce en una intersección cuyo paso se encontraba regulado por señales
lumínicas en funcionamiento (semáforos) (Genovese - Koehle).

46.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PRIORIDAD DE PASO. REGLAMENTO NACIONAL DE TRANSITO.


PREVALECE VIA DE MAYOR JERARQUIA. (1995) 9-11-95, “S. vs. A.”, SALA I, Fs. 530.
La reglamentación nacional de tránsito (Dec. 692/92) prescribe en su art. 39 inc. B, que “el conductor que
llegue a una bocacalle o encrucijada, debe, en todos los casos, ceder el paso a todo vehículo que se
presente por una vía pública situada a su derecha Esta prioridad es absoluta y sólo se pierde ante ...” en los
puntos subsiguientes marca las excepciones, estableciendo en el punto 4: “los que circulan por una vía de
mayor jerarquía, antes de ingresar o cruzarla se debe siempre detener la marcha”.

Por vía de mayor jerarquía debe entenderse aquella que es más ancha y que tiene mayor circulación de
vehículos (Martinelli - Genovese).

47.- ACCIDENTE DE TRANSITO. PRIVACION USO AUTOMOTOR. SE PRESUME QUE CONSTITUYE


DAÑO RESARCIBLE. (1992) 7-9-92, “P. vs. B.”, Juzg. 2da. Civil, SALA I, Fs. 370, 418.
La sola privación del uso del automotor deteriorado por el accidente constituye un daño indemnizable
aunque no se encuentre debidamente acreditado, porque cabe presumir que quien tiene y usa un automotor
lo hace para cubrir distintas necesidades, y que la reparación de los deterioros lleva cierto número de días,
acorde a la magnitud de los daños; y, en ausencia de prueba, debe aplicarse el art. 165 CPC. (Genovese -
Koehle).

48.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RELACION DE CAUSALIDAD ENTRE EL HECHO Y EL DAÑO.


CARGA DE SU PRUEBA. IMPROCEDENTE. (1991) 11-12-91, “A. vs. M.”, Juzg. Orán 1ra. Civil, SALA I, Fs.
489.
La participación del imputado en un accidente de tránsito es un hecho constitutivo de la obligación de
indemnizar, cuya prueba corresponde a quien afirma la autoría y la consecuente culpa. La acción antijurídica
no es punible si no media entre el hecho imputable y el daño una relación o nexo de causalidad; el daño es el
efecto del obrar antijurídico imputable que reviste, en consecuencia, el carácter de causa. Es decir, la
relación de causalidad es un presupuesto de la acción (Martinelli - Genovese).

49.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RENUNCIA A LA ACCION PENAL. NO AFECTA A LA ACCION


CIVIL. (1994) 6-9-94, “B. vs. T.”, SALA I, Fs. 590.
La circunstancia de que el padre de la menor no hubiere formulado denuncia penal, no significa que hubiere
renunciado a las acciones civiles que en virtud del hecho dañoso tenía, ni por ende al daño moral que es uno
de los daños resarcibles. La renuncia no se presume y la interpretación de los actos que induzca a probarla,
debe ser restrictiva. La renuncia comprende estrictamente los derechos que su autor tuvo en vista, y no
puede extenderse a otros, aunque estuvieran con aquellos en una relación más o menos estrecha.
La acción civil y la penal difieren en cuanto a su objeto, a su fundamento, y a su regulación. Es así que
mientras la acción civil tiene por objeto la reparación del daño sufrido por el damnificado, sustentándose
en la necesidad de resguardar un interés privado o particular que ha sido lesionado por el hecho ilícito, la
acción penal persigue la aplicación de una pena o sanción represiva, y procura con la pena y la readaptación,
no sólo satisfacer exigencias de justicia distributiva, sino promover la digna subsistencia de la sociedad
(Genovese - Martinelli).

50.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD CIVIL. EL DUEÑO RESPONDE AUNQUE NO


TENGA LA GUARDA DEL AUTOMOTOR. USO CONTRA SU VOLUNTAD EXPRESA O PRESUNTA (ART.
1113 CC). (1991) 5-12-91, “B. vs. C.”, Juzg. 4ta. Civil, SALA I, Fs. 462.
La responsabilidad de la propietaria proviene de su carácter de tal. En nuestro derecho, después de la
reforma de 1968 (Ley 17.711), el dueño responde por ser tal y no por ser guardián, es decir, responde aún
cuando hubiere transferido la guarda, pues como lo sostiene la tendencia mayoritaria, la del dueño y la del
guardián, son dos obligaciones independientes, indistintas, concurrentes, o in solidum, ya que cada uno
responde por un título distinto frente al damnificado, quien puede demandar a cualquiera, o a ambos
conjuntamente por el todo.
Aun cuando el propietario o titular registral alegue que transmitió la guarda y la posesión, no se libera de
los daños y perjuicios emergentes del accidente. La exoneración sólo deviene por la alegación y prueba del
uso del vehículo contra su voluntad expresa o presunta.
La voluntad expresa o presunta en contra del empleo del rodado, referida en el art. 1113 cc. -Ley 17711-
exige que el titular del dominio adopte en la emergencia, todos los medios conducentes e idóneos para que
tal voluntad contraria resulte patente, y que no pueda inferirse de su actitud, o de quien tenga por sí la
guarda posesoria, haya procedido con incuria, descuido, desinterés, u omisión de los recursos de prudencia
que las circunstancias requieran (Genovese - Gómez Augier).

51.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD CIVIL. EL PRINCIPAL RESPONDE POR SU


DEPENDIENTE AUNQUE PRUEBE QUE NO HUBO CULPA DE SU PARTE (ART. 1113 CC). (1991) 5-12-91,
“B. vs. C.”, Juzg. 4ta. Civil, SALA I, Fs. 462.
El dependiente no tiene que estar necesariamente unido al comitente por un contrato, sino que se trata
más propiamente de una situación de hecho. Es así que es indiferente que el trabajo sea ocasional,
transitorio, o permanente, y que el dependiente reciba remuneración o no. Es también indiferente que el
dependiente se encuentre o no en situación de subordinación económica.
La responsabilidad que le cabe al principal por los actos dañosos de sus dependientes es inexcusable, siendo
irrelevante la prueba de ausencia de culpa que intente rendir aquél.
La doctrina considera en forma casi unánime que, en cuanto a la causa de exención de responsabilidad
prevista en el 3er. párr. del art. 1113 cc., agregado por Ley 17.711 donde se establece la ausencia de
responsabilidad del dueño o guardián cuando la cosa hubiese sido usada en contra de su voluntad expresa o
presunta, que dicha exención sólo juega con relación a la responsabilidad del dueño o guardián, en cuanto
tal, no aplicándose a la responsabilidad del principal por los actos dañosos de sus subordinados (Genovese -
Gómez Augier).

52.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD CIVIL. LEGITIMACION PASIVA. ART. 1113


CC. EL TITULAR REGISTRAL. (1993) 14-12-93, “M. vs. B.”, Juzg. 11va. Civil, SALA I, Fs. 768.
Cuando el dueño se ha desprendido voluntariamente de la guarda de la cosa, debe presumirse, como regla y
salvo prueba en contrario de interpretación estricta, que ha sido usada por el guardián de acuerdo a la
voluntad del propietario, si tal uso se ha hecho conforme al destino al que regularmente sirve la cosa según
su naturaleza. Y según la normativa actualmente en vigencia, para que se revierta tal presunción es
necesario que con anterioridad al hecho que motiva la responsabilidad, el transmitente comunique que hizo
tradición del automotor.
De tal manera, la responsabilidad amplia de quien figura en el registro como titular del dominio del
automotor causante del daño, descansa en dos pilares legales y fundamentales, cuales son: la inscripción
registral constitutiva y el régimen de responsabilidad, o in solidum del art. 1113 de CC. (Genovese -
Posadas).

53.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD CIVIL. LEGITIMACION PASIVA. EL TITULAR


REGISTRAL. (1992) 22-5-92, “R. vs. C.”, Juzg. 6ta. Civil, SALA I, Fs. 214.
El titular del dominio de un automotor es quien lo tiene registrado a su nombre, con prescindencia de su
efectiva posesión y de los contratos que puede haber realizado para transmitir el dominio. De tal manera
que la responsabilidad amplia de quien figura como titular del dominio, aún cuando lo hubiere entregado al
comprador con anterioridad al siniestro, descansa en dos pilares legales y fundamentales: la inscripción
registral constitutiva y el régimen de responsabilidad in solidum del art. 1113 cc. A ello se agrega que el
art. 27 del Dec. Ley 6582 modificado por Ley 22.977, quedó redactado en forma clara y contundente:
“hasta tanto se inscriba la transferencia, el transmitente será civilmente responsable por los daños y
perjuicios que se produzcan con el automotor en su carácter de dueño de la cosa” (Genovese - Martinelli).

54.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD CIVIL. EL DUEÑO RESPONDE SI NO ADOPTO


MEDIDAS EFECTIVAS PARA EVITAR USO CONTRA SU VOLUNTAD. AUTORIZACION INICIAL Y
POSTERIOR ABUSO (ART. 1113). (1992) 24-2-92, “M. vs. B.”, Juzg. 9na. Civil, SALA I, Fs. 28.
En los casos en que se atribuye responsabilidad al propietario del automotor por los daños causados por
éste, la exoneración sólo deviene por la alegación y prueba del uso del vehículo en contra de su voluntad
expresa o presunta.
Para eximirse de responsabilidad, no es suficiente que el dueño hubiera enunciado abstractamente la
prohibición de usar la cosa, sino que se requiere la adopción de medidas concretas que conduzcan
efectivamente a impedir su empleo. No se configura la eximente si ese uso -que se pretende contrario a la
voluntad- fue facilitado o posibilitado por un comportamiento negligente, descuidado o imprudente del
dueño o guardián. De esta manera el dueño de un vehículo es responsable de los daños causados por éste, si
quien lo conducía contó inicialmente con su autorización tácita, pues si no objetó su uso, el abuso no puede
convertirse en hurto, y el abuso de confianza no le hace perder la guarda de la cosa (Martinelli - Genovese).

55.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RIESGO CREADO. ART. 1113 CC. (1993) 31-3-93, “M. vs. G.”, Juzg.
12va. Civil, SALA I, Fs. 110.
El art. 1113 cc. sienta el principio del riesgo creado que importa aceptar la responsabilidad con
prescindencia de la subjetividad del agente, y centra el problema en torno a la causalidad material, siendo
suficiente la prueba de la producción del resultado dañoso ante la circunstancia del riesgo creado por la
cosa. El dueño o guardián de la cosa riesgosa sólo se exime de responsabilidad acreditando la culpa de la
víctima o de un tercero por quien no debe responder (Genovese - Koehle).
56.- ACCIDENTE DE TRANSITO. RIESGOS DIFERENTES GENERADOS POR AUTOMOVIL Y
BICICLETA. RESPONSABILIDAD OBJETIVA. (1993) 17-3-93, “T. vs. C.”, SALA I, Fs. 82.
Tratándose de colisión entre automóvil y bicicleta, intervienen dos cosas generadoras de riesgos de muy
distinta entidad, y no rige la interpretación vigente para los supuestos de choque entre dos vehículos,
surgiendo la aplicación del art. 1113 cc. referido a la responsabilidad objetiva (Genovese - Martinelli).

57.- ACCIDENTE DE TRANSITO. ROTURA DE FRENOS. POR SI SOLA NO CONFIGURA CASO


FORTUITO. (1992) 25-9-92, “B. vs. A.”, Juzg. 11va. Civil, SALA I, Fs. 418.
La mera rotura de frenos no configura caso fortuito, siendo menester la demostración del debido control y
conservación de la máquina, anteriores al evento, ya que sin él y no mediando un hecho externo idóneo, el
requisito apuntado no se configura (Genovese - Martinelli).

58.- ACCIDENTE DE TRANSITO. ROTURA DE FRENOS. POR SI SOLA NO CONFIGURA CASO


FORTUITO. (1993) 14-12-93, “M. vs. B.”, Juzg. 11va. Civil, SALA I, Fs. 768.
La mera rotura de frenos no configura el caso fortuito como eximente, siendo menester en cambio, la
demostración del debido control y conservación de la máquina, anterior al evento, ya que sin él y no
mediando un hecho externo idóneo, el requisito apuntado no se configura (Genovese - Posadas).

59.- ACCIDENTE DE TRANSITO. SEGURO. SI EN LA POLIZA SE CUBRE AL ASEGURADO Y AL


CONDUCTOR CON AUTORIZACION, LA FALTA DE ESTA, NO PERJUDICA AL ASEGURADO. (1991) 5-
12-91, “B. A. vs. C.”, Juzg. 4ta. Civil, SALA I, Fs. 462.
Si en la póliza, al tratar el seguro de responsabilidad civil, dice que la aseguradora toma a su cargo la que
pueda derivar contra el “asegurado y/o persona que con su autorización conduzca el vehículo”, significa que
la aseguradora se está obligando a mantener indemne a dos personas: por una parte al asegurado, y por la
otra, al conductor autorizado. Es así que la autorización tendrá incidencia para que la aseguradora
mantenga o no indemne al conductor, pero no tiene ningún efecto respecto del asegurado (Genovese -
Gómez Augier).

60.- ACCIDENTE DE TRANSITO. TRANSPORTE BENEVOLO. RESPONSABILIDAD


EXTRACONTRACTUAL. (1994) 7-7-94, “M. vs. C.”, SALA I, Fs. 450.
El damnificado por un transporte benévolo se encuentra sujeto a los principios de la responsabilidad
extracontractual. A falta de una relación preexistente que le imponga al transportador la obligación de
trasladar al transportado, con el deber de seguridad personal que esa obligación implica, la víctima o
lesionado en el transporte benévolo, tiene derecho a la indemnización correspondiente, siempre que pruebe:
1) que el daño reconoce su causa eficiente en el hecho del transporte efectuado; 2) que el transportador
ha sido culpable del hecho dañoso. Establecidos esos dos extremos, el transportador responde por el daño
ocasionado con arreglo a lo dispuesto en el art. 1109 cc., que asienta un principio de responsabilidad
extracontractual, que abarca el daño producido en el curso de un transporte benévolo. Es decir, que la
culpa generadora de la responsabilidad, es la culpa común (Genovese - Martinellí).

61.- ACCIDENTE DE TRANSITO. VELOCIDAD. EXCESO. PERDIDA DE DOMINIO DEL AUTOMOTOR.


(1991) 11-12-91, “C. vs. A.”, Juzg. 9na. Civil, SALA I, Fs. 496.
La imposibilidad de detener el vehículo en el momento oportuno, demuestra un exceso de velocidad. Y
aunque circulare dentro de la velocidad reglamentaria, ello no tiene valor absoluto para juzgar la prudencia
o imprudencia del conductor, quien cruzó una arteria en la que no tenía prioridad de paso, sin ver el vehículo
que se aproximaba y sin el dominio del automotor, que le hubiera permitido evitar la colisión (Martinelli -
Genovese).
62.- ACCIDENTE DE TRANSITO. VELOCIDAD. INCLUSO LA LEGAL PUEDE SER PELIGROSA EN
CIERTAS CIRCUNSTANCIAS. (1993) 31-3-93, “M. vs. G.”, Juzg. 12va. Civil, SALA I, Fs. 110.
En la proximidad de los sitios con mucho tránsito y muy concurridos o próximos a una escuela, se debe
extremar la precaución, y aún si es necesario, detener por completo el movimiento del vehículo (art. 4
Código Tránsito Municipal de la Ciudad de Salta). Por ello, si bien las reglas de tránsito establecen en
general cuál es el máximo de velocidad permitido, hay circunstancias en que dicha velocidad es peligrosa e
inadecuada (Genovese - Koehle).

63.- ACCIDENTE DE TRANSITO. VIOLACION DE NORMAS ADMINISTRATIVAS. EFECTOS.


VARIOS VEHICULOS. LA VICTIMA NO DEBE INVESTIGAR LA RESPONSABILIDAD DE CADA UNO.
(1992) 28-2-92, “T. L. vs. P.”, Juzg. Metán 2da. Civil, SALA I, Fs. 36.
En principio, la violación de normas de carácter meramente administrativo, si bien pueden dar lugar a
penalidades establecidas por la autoridad de aplicación, no resultan suficientes para adjudicar la culpa al
infractor. En general, puede sostenerse que la transgresión de las normas de tránsito genera una
presunción de culpa del infractor, siempre y cuando medie una adecuada relación de causalidad entre la
infracción y el perjuicio.
En caso de accidente en que ha intervenido más de un automotor, la víctima ajena al hecho, no tiene que
investigar la mecánica del siniestro, pudiendo dirigirse contra todos los participantes, sin perjuicio de las
acciones que a estos pudieren corresponder entre sí (Genovese - Martinelli).

64.- ACCIDENTE DE TRANSITO. VIOLACION DE NORMAS ADMINISTRATIVAS. EFECTOS.


VELOCIDAD SUPERIOR A LA LEGAL. (1993) 7-10-93, “G. vs. G.”, Juzg. 10ma. Civil, SALA I, Fs. 555.
No toda infracción de tránsito genera una presunción de culpa respecto del transgresor, ya que es preciso
que entre la infracción y el daño, medie una relación de causalidad adecuada (Martinelli - Genovese).

65.- ACCIDENTE DE TRANSITO. VIOLACION DE NORMAS ADMINISTRATIVAS. FALTA DE


CARNET. EFECTOS. (1992). 31-8-92, “P. vs. A.”, Juzg. 1ra. Civil, SALA I, Fs. 357.
La violación de normas de carácter administrativo (como puede ser la falta de carnet) si bien puede dar
lugar a las penalidades establecidas por la autoridad de aplicación, no resulta suficiente para adjudicar la
culpa al infractor. La transgresión de normas de tránsito genera una presunción de culpa del infractor
siempre y cuando medie una adecuada relación de causalidad entre la infracción y el perjuicio (Martinelli -
Genovese.).

66.- HONORARIOS. PERITO TECNICO EN AUTOMOTORES. ACCIDENTE DE TRANSITO. PAUTAS, Y


SU RELACION CON LOS HONORARIOS DE LOS ABOGADOS. (1989) 12-6-89, “'T. vs. R. H.”, Juzg. 11va.
Civil, SALA I, Fs. 186.
Para la regulación de honorarios del perito mecánico en automotores se carece de legislación específica,
pero debe tomarse en consideración la naturaleza del trabajo realizado, tiempo empleado, extensión y
complejidad, e incidencia en el resultado del proceso.
Si bien esta Sala ha sostenido que los honorarios de los peritos deben guardar relación con la cuantía del
asunto, ello sólo debe ser una pauta y no una aplicación automática de un porcentaje sobre el monto del
asunto.
En cuanto a la correlación de los honorarios del perito con los de los abogados actuantes, si bien debe
existir proporción entre ellos, no debe perderse de vista que los letrados asisten a las partes durante el
curso de todo el proceso, mientras que el perito realiza sólo un acto procesal (Genovese - Martinelli).

67.-INDEMNIZACION POR MUERTE. DISTRIBUCION ENTRE LOS HEREDEROS. ES UN DERECH0


PROPIO. SE REPARTE EN PORCIONES IGUALES. ACCIDENTE DE TRANSITO. (1993) 22-10-93, “F. vs.
M.”, Juzg. 12va. Civil, SALA I, Fs. 619.
Ante la pregunta de si en el caso de que el marido fue víctima de un accidente de tránsito, el crédito por la
suma que el autor del delito o cuasidelito tiene que pagar como indemnización entra en la comunidad, o si, a
la disolución de la comunidad, la víctima o sus herederos pueden reclamarlo como propio, entendemos que si
la disolución de la sociedad conyugal se produce de pleno derecho desde la muerte de cualquiera de los
cónyuges, la indemnización debida por esta causa no puede tener el carácter de bien ganancial, pues se
adquiere con posterioridad a la disolución de la sociedad (no entrando dentro de la excepción del art. 1162
cc). En tal supuesto, el derecho a la indemnización es un derecho propio de quienes ejercitan la acción, y
por lo tanto, divisible en partes iguales (Genovese - Martinelli).

Sentencia numero 2
1º) La maniobra de giro (a la derecha o a la izquierda) para utilizar una vía distinta de aquélla por la que se
circula, crea una situación de riesgo que impone extremar la prudencia en su ejecución. Incumplir esa
conducta constituye obrar culposo con eficacia para interferir en el nexo causal que, objetivamente, surge
cuando el daño es causado por el riesgo o vicio de la cosa (Art. 1113, 2º sup. del 2º parr., Código Civil).
2ª) Para determinar el grado de incapacidad de la víctima de un ilícito civil y a fin del resarcimiento del
daño material, corresponde aplicar el método de la llamada capacidad residual.-
3ª) Cuando la víctima de un ilícito civil padece incapacidad psicofísica, pero ha conservado la actividad
laboral e ingresos que tenía antes del evento dañoso, la reparación debe concederse bajo el concepto de la
pérdida de chance, en tanto sólo implica una disminución de sus posibilidades económicas.-
EXP. Nº594823/36 - "Danelutti, José Ignacio c/. Olmos, Cristina y Otro - Ordinario - Daños y Perjuicios -
Accidentes de Tránsito - Recurso de Apelación" - CAMARA OCTAVA DE APELACIONES EN LO CIVIL Y
COMERCIAL DE CORDOBA - 07/02/2006

Sentencia numero 3
RESPONSABILIDAD. RESPONSABILIDAD CIVIL. ACCIDENTES DE TRÁNSITO. FACTOR DE
ATRIBUCIÓN OBJETIVO. CASCO PROTECTOR. IRRELEVANCIA CON RELACIÓN A LA
ATRIBUCIÓN DE RESPONSABILIDAD. GIRO A LA IZQUIERDA. CONDUCTA EXIGIBLE.-
1ª) El hecho de que la víctima (motociclista) no use casco protector carece de incidencia en la mecánica del
accidente de tránsito y en la determinación de la responsabilidad que corresponde a sus protagonistas. Sí
podrá tener relevancia respecto de la causalidad entre el evento y los daños padecidos por la víctima,
especialmente cuando las lesiones físicas sufridas por aquella están localizadas en su cabeza.-
2ª) Cuando un conductor intenta girar a la izquierda en una avenida de doble mano, debe tomar una serie de
precauciones inherentes a la maniobra, tales como: disminuir la marcha y detenerse dejando paso a los
vehículos que transitan por el carril opuesto; ocupar la parte izquierda de la mano de circulación por lo
menos treinta metros antes de iniciar la maniobra; anunciarla con la señal luminosa del vehículo (guiño).-
SENTENCIA NUMERO: 54 - “RODRÍGUEZ, EDUARDO RUBEN C/ GALLO, ELSIDE SAUL
ORDINARIODAÑOS Y PERJUICIOSACCIDENTES DE TRÁNSITOEXPTE N° 522001/36” - Cámara
Cuarta de Apelaciones en lo Civil y Comercial (CORDOBA) – 12/05/2005

Sentencia numero 4
RESPONSABILIDAD. RESPONSABILIDAD CIVIL. ACCIDENTES DE AUTOMOTORES.
RESPONSABILIDAD POR RIESGO DE LA COSA. SEMÁFOROS CON LUZ INTERMITENTE.
CARÁCTER DE EMBISTENTE. PRIORIDAD DE PASO.
1ª) Para resolver la responsabilidad de los protagonistas de un accidente de automotores en movimiento, es
de aplicación la regla prevista en el art. 1113 (segundo párrafo), CC, atento la intervención de cosas
riesgosas o peligrosas. Resultando dicha regla una atribución objetiva de responsabilidad (por suponer
relación de causalidad entre el riesgo de la cosa y el daño, y no la culpabilidad), para eximirse de la misma
el dueño o guardián deben acreditar con evidencia que los daños fueron causados por hechos ajenos que
interrumpieron el nexo causal presumido por aquella.
2ª) Estando los semáforos que regulan el tránsito en una encrucijada con luz amarilla intermitente, se
impone para todos los conductores realizar el cruce de la misma con precaución y adoptando todas las
medidas que fueren necesarias para evitar la producción de daños.
3ª) El carácter de embistente que tenga uno de los conductores de los vehículos intervinientes en un
accidente de tránsito, genera una presunción hominis de culpabilidad y la inversión de la carga probatoria,
en tanto deberá demostrar que esa condición no fue la causa eficiente del evento.
4ª) La prioridad de paso del automotor que se presenta por la derecha en una encrucijada sin señalización
específica, sólo juega cuando ambos vehículos se han presentado en el cruce en forma simultánea, pero
pierde relevancia si el que avanzaba por la izquierda se encontraba ya considerablemente adelantado en el
cruce. Dicha prioridad debe ejercitarse en forma apropiada y no autoriza a desentenderse de todo
obstáculo que se interponga en el camino, ni transitar confiado en que ese derecha será respetado
prudentemente por los demás.

REGLA DEL CASO


Para que opere la atribución objetiva de responsabilidad civil por el daño causado por el riesgo o vicio de la cosa
(art. 1113 CC, segundo supuesto del párrafo segundo), es menester que se encuentre debidamente acreditado que la
cosa riesgosa tuvo intervención activa en la producción de los daños.

DATOS
(EXPTE. 549270/36) - "Veron María del Carmen y Otros c/Romero Hector Rolando y Otros Ordinario Daños y Perjuicios
Accidentes de Transito" - CAMARA TERCERA DE APELACIONES CIVIL Y COMERCIAL DE CORDOBA -
27/07/2006

SUMARIOS
RESPONSABILIDAD. CIVIL. ACCIDENTES DE TRÁNSITO. RESPONSABILIDAD OBJETIVA. DAÑO
CAUSADO POR EL RIESGO O VICIO DE LA COSA. PRUEBA DE LA INTERVENCIÓN ACTIVA DE LA
COSA. CARGA PROBATORIA.

1. El funcionamiento de la responsabilidad objetiva establecida por el segundo párrafo del art. 1.113 Cód. Civil requiere la
prueba de la intervención activa de la cosa riesgosa, y esta prueba, [...] está a cargo de los demandantes según las reglas
generales.

2. No hay nada que compruebe que la caída del [ciclista] de su bicicleta haya sido provocada o inducida por la
intervención de la moto. En estas condiciones son datos irrelevantes, por su falta de conexión causal, que el conductor de
la moto fuese menor de edad o que haya sobrepasado a la bicicleta por la derecha. Para que estas infracciones a las reglas
de tránsito puedan entrar en el análisis es menester que se pruebe primero que la circulación de la moto influyó
causalmente en la caída de la víctima.

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Caída de un cable del servicio de alumbrado público.
Responsabilidad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Frente a los daños y perjuicios originados en un accidente derivado a raíz de la caída de un cable
correspondiente al servicio de alumbrado público, que pendía de un artefacto de iluminación ubicado en la
calle y que se enrolló en el manubrio de la motocicleta que conducía la víctima, cabe responsabilizar al
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pues quien contrae la obligación de prestar un servicio público como
lo es el mantenimiento de la vía pública, lo debe realizar en condiciones adecuadas para el que ha sido
establecido y debe responder por los perjuicios causados por su incumplimiento o su ejecución irregular.
FERRAIOLO, Enrique Alberto c/ EDENOR S.A. y otro s/ DAÑOS Y PERJUICIOS (ACC. TRAN. C/LES. O
MUERTE) - SUMARIO
D C.N.Civil Sala F CF F289971 06-09-00 HIGHTON DE NOLASCO.
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0013899

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Colisión plural de automotores. Daños causados a un tercero.
1- Si bien quien resulta damnificado en un accidente no tiene que demostrar la mecánica del hecho, y puede
demandar el resarcimiento a cualquiera de los partícipes, para que se brinde tal posibilidad, resulta
indispensable que ambos conductores tengan algún grado de culpa en la ocurrencia del perjuicio.
2- Más allá del tipo de transporte -oneroso o benévolo- utilizado por quien resultó damnificado en el
accidente, si en la causa ha quedado demostrada la falta de culpa del transportista o la exclusiva
imputabilidad del restante protagonista del hecho, el primero se halla eximido de responsabilidad por la
presencia de un caso fortuito, pues la "culpa de un tercero por quien no debe responder conforma un
eximente previsto en el art. 1113 del Código Civil.
OLIVARES, Flores Haydée c/ RODRÍGUEZ, Indalecio Rómulo y otros s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala A CF A293389 16-08-00 MOLTENI.
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0014016

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Contrato de transporte. Responsabilidad de la empresa de


transporte. Art. 1107 del Código Civil.
Del voto de la mayoría: Dres. Ferme y Ojea Quintana
1- Aún cuando la víctima haya invocado normas relativas a la responsabilidad extracontractual y pretenda
con ello ubicar en ese campo su acción contra la empresa de transporte de personas por las lesiones que
sufriera, el art. 1107 del Código Civil veda tal posibilidad, salvo que el hecho degenere en delito del derecho
criminal.
2- Salvo la excepción prevista en la parte final del art. 1107 del Código Civil, no es posible la acumulación ni
la opción entre la responsabilidad contractual y extracontractual, pues mediando contrato de transporte, la
existencia de responsabilidad de esa índole excluye de modo imperativo a la aquiliana.
Disidencia de la Dra. Borda:
1- El juez civil puede calificar el hecho como configurativo de un delito criminal a los efectos del art. 1107
del Código Civil, con el fin de admitir la responsabilidad extracontractual.
2- Aunque el juez penal haya decretado el sobreseimiento provisional del conductor del colectivo, la
calificación de su conducta, como delito del derecho criminal, torna viable la opción por la responsabilidad
civil prevista en el art. 1107 del Código Civil.
Fallo completo publicado en: Rev. La Ley del 2/5/2001, pág. 11.
IUELE, Héctor c/ ABLO S.A. s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala I CF I036178 21-09-00 FERME
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0013842

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Daño moral. Víctima en estado vegetativo.


Lo que define el daño moral, es la violación de alguno de los derechos inherentes a la personalidad, que
también alcanza a las personas que se encuentran en estado vegetativo.
Fallo completo publicado en: Diario Judicial del 18/8/2000
(http://www.diariojudicial.com/nota.asp?ID=3803).-
DÍAZ, Gloria Josefina c/ DUARTE, Dionisio del Corazón de Jesús s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala G CF G275607 28-06-00 MONTES DE OCA.
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0013996

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Indemnización. Privación de uso del automotor.


Si bien la imposibilidad de disponer del vehículo origina un perjuicio indemnizable como daño emergente,
que no requiere pruebas concretas, para su fijación debe atenderse tanto a la falta de comodidad en
cuanto a vehículo de esparcimiento o recreo, como a las erogaciones efectuadas por la utilización de otros
medios de transporte, mas debe fijarse en forma prudencial, teniendo también en cuenta que dicha
privación implica necesariamente que no se efectuaron gastos de combustible ni mantenimiento.
SIMISON, Diego Carlos c/ CIADEA S.A. s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala J CF J028522 19-12-00 WILDE.
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0013866

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Indemnización. Valor vida. Ama de casa.


La dirección del hogar, además de las múltiples tareas que desempeña la mujer casada, apreciadas desde el
punto de vista material, ahorran al marido tiempo y dinero, y tienen, por tanto, un valor económico que no
requiere prueba, porque es lo que sucede en el curso ordinario de la vida y porque la familia debe ser
concebida como una unidad plena en la que todos colaboran material y espiritualmente. Más aún tratándose
de hogares humildes, en los que la intervención personal de la madre en variadas tareas resulta
indispensable, además debe tenerse en cuenta la edad de los hijos en orden al período en el que cabe
presumir el perjuicio.
RAMOS CHOQUE, Gonzalo c/ OROSA, Carlos Alberto y otros s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala I CF I050130 30-05-00 OJEA QUINTANA.
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0014004

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Muerte de la víctima. Indemnización. Daño psíquico. Legitimación
activa. Conviviente homosexual.
1- Por aplicación de la disposición contenida en el art. 1079 del Código Civil -en relación con la del art.
1083-, los perjuicios ocasionados por una lesión parcial, que deja secuelas, deberán ser reparados si han
sido invocados, descriptos y comprobados sus efectos. Es que no necesariamente la noción de daño
resarcible tiene que estar vinculada a una posible actividad laboral, o generadora de ingresos.
2- En virtud de la disposición contenida en el art. 1079 del Código Civil -la cual no aparece acotada por el
límite que establece el art. 1078-, cabe resarcir el daño psíquico invocado por la accionante, con sustento
en la conmoción que le ha causado la desaparición de su compañera, siempre y cuando tal detrimento haya
sido comprobado.
G., M.L. c/ MENDOZA, Javier Fernando y otros s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala B CF B302658 28-02-01 SANSO
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0013877
DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Responsabilidad. Peatón. Cruce de ruta.
Si bien el conductor de la cosa riesgosa tiene el deber de mantener en todo momento el pleno dominio y
control de su vehículo, no se puede llegar al extremo de exigirle que ante la aparición de un peatón
desprevenido, detenga totalmente el vehículo para evitar la embestida, no sólo por la imposibilidad
material, sino también por el riesgo que implica detener el auto en una ruta, máxime si conforme a las
estimaciones periciales no superaba la velocidad máxima reglamentaria. (En el caso, el peatón inició el cruce
de la ruta Panamericana obviando hacerlo por el puente aéreo).
PÉREZ, Ramón Ignacio c/ TRANSPORTES BORDOY S.R.L. s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala D CF D108904 26-09-00 MARTÍNEZ ÁLVAREZ.
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0013827

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Responsabilidad. Vehículos en emergencia.


1- La violación de una luz roja por parte de una ambulancia no resulta "per se" reprochable, desde que
quienes conducen tales vehículos tienen habilitación legal para realizar tal acción, a menos que el cruce se
haya realizado de manera irrazonable.
2- La prioridad de paso de quien cuenta con una luz verde a favor cede ante la presencia de una ambulancia
con su sirena y balizas encendidas.
ALTAVILLA, José Agustín c/ TRUJILLO, Carlos Enrique s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala C CF C300907 21-11-00 ALTERINI.
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0013944

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Responsabilidad del concesionario vial. Naturaleza jurídica.
Animal suelto.
1- El vínculo que enlaza al usuario con el concesionario vial es una típica relación de consumo, por lo que la
responsabilidad del último frente a los daños sufridos por el primero se ubica en el régimen contractual.
2- El pago del peaje no es un tributo, es un precio que percibe el concesionario y en su monto está incluido
el IVA. Tal circunstancia revela que no puede tratarse de un tributo porque "técnicamente" no podría
aplicarse un impuesto a un tributo y además el usuario es calificado como consumidor final y no como
contribuyente.
3- Corresponde atribuir responsabilidad al concesionario vial, frente a los daños sufridos por el particular,
a causa de la presencia de un animal equino ubicado sobre la cinta asfáltica. Ello independientemente de la
responsabilidad que le pudiera caber al dueño y guardián del animal. CAJA DE SEGUROS S.A. c/
CAMINOS DEL ATLÁNTICO S.A.C.V. s/ COBRO DE SUMAS DE DINERO
I C.N.Civil Sala M CF M305147 30-04-01
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0013954

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Rubros. Incapacidad sobreviniente. Prueba pericial. Valoración.
Los porcentajes de incapacidad fijados por los peritos son meros orientadores para el sentenciante, quien
en definitiva debe convencerse de la índole de las secuelas que afectan al reclamante y sopesar la real
incidencia que éstas podrán tener en todos los aspectos que hacen al vivir de ese damnificado.
LESME, Enciso Antonio Esteban c/ TRANSPORTES METROPOLITANOS GENERAL ROCA S.A. s/ DAÑOS
Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala M CF M302604 05-02-01 ÁLVAREZ.
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0013962

DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Transporte benévolo. Responsabilidad. Culpa de la víctima.


Cometió una grave imprudencia quien aceptó ser transportado en la caja de un vehículo, la cual no se
encontraba acondicionada para el transporte de personas, sino para el de mercaderías. De ahí que, cabe
atribuirle culpa en la producción del accidente, consistente en admitir ser trasladado en condiciones que
implicaban un riesgo para su propia seguridad.
Fallo completo publicado en: Diario Judicial del 2/7/2001
(http://www.diariojudicial.com/nota.asp?ID=7515).
TORRES DE PERALTA, Elsa Beatriz c/ FERNÁNDEZ, Anastacio Víctor y otros s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
D C.N.Civil Sala M CF M300745 05-02-01 ÁLVAREZ.
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RIESGO O VICIO DE LA COSA.
Cuando se acciona contra el dueño del automotor que ha embestido a otro, media una inversión de la carga
de prueba de manera que pesa sobre el demandado y citada en garantía la necesidad de acreditar una
causalidad del accidente que sea eximitoria de su responsabilidad, aplicandose tambien la inversión de la
carga probatoria a la hipotesis del choque entre dos vehiculos en movimiento . Aun entonces el dueño o
guardian de cada uno de los vehiculos que participaron en la colision debe responder de manera
integral por los daños causados al otro, salvo que medie causal eximitoria debidamente acreditada.
(C8ª CCom. De Cordoba, 28-06-2005, “Garay, Ana Inés c/ Baldissone, Mario, Ordinario. Daños y perjuicios.
Accidentes de transito. )

Doctrina
DOCTRINA

ACCIDENTE DE TRÁNSITO - COLISIÓN AUTOMOTOR Y CICLISTA. ACCIDENTE DE TRÁNSITO -


MANIOBRAS IMPRUDENTES.
1. El deber mencionado por el art. 52 inc. 1 de la ley 11.430 se refiere al adelantamiento que conlleva una
invasión de la mano contraria, que es lo común entre automóviles, y por eso la exigencia de cerciorarse
que no vienen vehículos. Pero una bicicleta que se adelanta a un automotor estacionado (así sea un
camión) no invade la mano contraria (doctor RONCORONI, sin disidencia).

ACCIDENTE DE TRÁNSITO - PRIORIDAD DE PASO.


2. "Ganar" el cruce no justifica obtener la prioridad de paso que no se tenía, pues lo que corresponde es
iniciar el cruce previo cerciorarse de que no circulan vehículos con prioridad de cruce (doctor
RONCORONI, sin disidencia).

ACCIDENTE DE TRÁNSITO - COLISIÓN AUTOMOTOR Y CICLISTA. ACCIDENTE DE TRÁNSITO -


MANIOBRAS IMPRUDENTES.
3. Si la víctima y el demandado circulaban en sentidos opuestos, carece de sentido decir que el segundo
tenía preferencia por conservar su derecha (doctor RONCORONI, sin disidencia).

ACCIDENTE DE TRÁNSITO - COLISIÓN AUTOMOTOR Y CICLISTA. ACCIDENTE DE TRÁNSITO -


MANIOBRAS IMPRUDENTES.
4. Bien puede decirse que un ciclista que ve aproximarse un camión debe cederle el paso, no ya por una
regla del Código de Tránsito, sino por instinto de supervivencia. Del mismo modo puede afirmarse que un
vehículo que avanza con luz verde debe verificar que no haya ningún otro que haga caso omiso a las
reglas de tránsito. Para estas normas de prudencia ya no importan las prioridades: cualquiera sabe que un
peatón que confiara en las reglas de tránsito e ingresara a la senda peatonal simplemente cuando y
porque tiene derecho, moriría a las pocas cuadras. Ahora bien, quien embiste a un peatón en tales
ACCIDENTE DE TRÁNSITO - COLISIÓN AUTOMOTOR Y CICLISTA.
5. Las bicicletas, en términos legales y salvo restricciones especiales, tienen los mismos derechos a
circular que los demás vehículos (doctor RONCORONI, sin disidencia).

ACCIDENTE DE TRÁNSITO - COLISIÓN AUTOMOTOR Y CICLISTA. ACCIDENTE DE TRÁNSITO -


MANIOBRAS IMPRUDENTES.
6. La ley del más fuerte, la ley del más pesado, es la que frecuentemente impera en las calles. Tan común
es ello, que puede pensarse que llega a ser una justificación. Parece entonces legítimo preguntarse
¿cómo frenar un camión para que pasen unos niños en bicicleta?. Sin embargo, conforme las reglas que
deben aplicarse en la calle y en los tribunales, quien invade la mano contraria debe cerciorarse que nadie
viene en sentido contrario. Y al decir "nadie" se debe incluir, como en el caso, a una niña de 8 años (doctor
RONCORONI, sin disidencia).
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SUMARIO:
Ac 72.681, 30/08/06, “Administración Federal de Ingresos Públicos c/Falasconi, Pedro Oscar y otra
s/Incidente de revisión”.
Magistrados votantes: Negri - de Lázzari - Roncoroni - Pettigiani - Soria - Hitters - Kogan.
Verificación de créditos - Créditos fiscales. Intereses - Tasa.
La Suprema Corte, por mayoría, hizo lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto
por el fisco nacional, revocando así el pronunciamiento impugnado, disponiendo la remisión de los autos
al tribunal de origen a efectos de que se admita la revisión del crédito en la medida de los intereses fijados
en la ley 11.683. (Texto completo).

DOCTRINA

DAÑOS Y PERJUICIOS - INDEMNIZACIÓN.


2. Para que exista la obligación de reparar deben concurrir una conducta antijurídica, un factor de
atribución, la producción de un daño y la relación de causalidad entre el hecho prohibido y el daño (doctor
RONCORONI, mayoría).

DOCTRINA
ACCIDENTE DE TRÁNSITO - RESPONSABILIDAD DEL TITULAR.
Los efectos que el art. 27 de la ley 22997 atribuye a la denuncia no excluyen la posibilidad de acreditar en
juicio de manera fehaciente que el titular registral ha perdido la guarda del vehículo con anterioridad al
suceso que genera su responsabilidad y permiten, por ende, que se evalúe en la causa si subsiste la
responsabilidad que le atribuye la primera parte del mencionado art. 27. Dicha norma consagra como
presunción iuris tantum la falta de responsabilidad de quien cumplimenta la denuncia allí viabilizada, en
tanto la omisión de realizarla permite presumir con el mismo alcance la responsabilidad de quien ha
incurrido en ella, siempre que no pruebe acabadamente el desprendimiento de la posesión y custodia del
vehículo. (doctor ROSAS, sin disidencia).
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SUMARIO:
41.474, 22/08/06, “L., L. C. c/R. H., D. s/Filiación”.
Magistrados votantes: Rosas - Guardiola.
Filiación - Daño moral.
La Cámara de Apelación Civil y Comercial de Junín resolvió sobre las condiciones de procedencia del
daño moral derivado de la falta de reconocimiento del hijo.

DOCTRINA

FILIACIÓN - DAÑO MORAL.


No basta el no reconocimiento para generar la responsabilidad sino que, además, deben darse todos los
presupuestos que obligan a reparar. Es decir que la falta de reconocimiento debe ser dolosa o culposa,
debe además haberse producido un daño y existir relación de causalidad entre el no reconocimiento y el
daño. La negativa infundada al reconocimiento de un hijo provoca en éste un agravio moral que debe ser
DAÑOS Y PERJUICIOS. Indemnización pérdida de chance. Muerte hija. Accidente de tránsito.
DAÑO MORAL. Indemnización Acumulación de acciones "iure propio" y "iure hereditatis".
1. Corresponde confirmar la sentencia que al fijar la indemnización por pérdida de chance en favor de la
madre por la muerte de su hija acaecida como consecuencia de un accidente de tránsito, tiene en
consideración la existencia de una posibilidad cierta de que la hija, en el futuro, pudiera brindarle a su
progenitora viuda, una ayuda que se frustra con su muerte, y para ello se funda en una serie de constancias
objetivas, tales como la edad de la víctima, la diferencia de edad con su madre, la convivencia de ambas, el
estado civil de la madre (viuda), y su carencia de recursos económicos (había obtenido el beneficio de
litigar sin gastos, era empleada administrativa de la Universidad Nacional de Cuyo, y aportaba una
jubilación de $ 50), si tales elementos no han sido desvirtuados por el recurrente.
2. La acción por indemnización del daño moral ejercida por la víctima de un accidente de tránsito, que a su
fallecimiento es continuada por su madre como única heredera forzosa, no desplaza a la ejercida por la
progenitora por derecho propio, desde que el art. 1078 del C.C. prevé el ejercicio iure propio de la acción,
es decir que lo reclamado es el perjuicio que personalmente le causó la muerte de la víctima y la acción que
ejerce no deriva del patrimonio de la causante sino que nació en su cabeza, y el art. 1099 del mismo cuerpo
legal prevé el supuesto del daño sufrido por la causante, que en vida se incorporó a su patrimonio,
continuando a su muerte la heredera la acción por ella iniciada en virtud de lo dispuesto por el art. 3417, es
decir, que el ejercicio lo es iure hereditatis.
SENTENCIA. Arbitrariedad. DAÑOS Y PERJUICIOS. Accidente de tránsito. Rechazo demanda.
Hecho de la víctima. Culpa de la víctima. Peatón.
1. No es arbitraria la sentencia que rechaza la demanda interpuesta por la esposa por la que reclama los
daños y perjuicios derivados de un accidente de tránsito en el que perdiera la vida su marido al ser
atropellado por un colectivo, por considerar que el accidente se produce por la culpa exclusiva de la
víctima, que al efectuar un cruce prohibido, atravesando la calzada cuando el semáforo se encontraba
habilitado para el automotor, pone un obstáculo en el avance autorizado y legítimo del vehículo de
transporte, aunque haya cruzado por la senda peatonal, desde que el lugar donde intenta el cruce no
emerge como la causa del evento, sino la oportunidad en que la víctima lo hace, cuando el semáforo se lo
prohibía y sin que haya prueba evidente que el conductor del ómnibus tuviese tiempo para detenerse.
2. En el ordenamiento argentino el peatón debe guardar la debida atención al cruzar una calle,
preservándose de los peligros del tránsito. La culpa de la víctima con aptitud para cortar el nexo de
causalidad a que alude el Art. 1113 del Cód. Civil, debe revestir las características de imprevisibilidad e
inevitabilidad propias del caso fortuito o de la fuerza mayor.
3. Para exonerar total o parcialmente de responsabilidad al dueño o guardián, la concausa del ilícito debe
haber sido interrumpida por el hecho de la víctima y para que la excepción sea total es menester que tal
hecho reúna entre otros requisitos el de imprevisibilidad e inevitabilidad..
4. El hecho de la víctima, culpable o no culpable, puede ser causa adecuada, exclusiva o concurrente del
daño, a los fines de destruir la conexión causal que debe mediar entre el riesgo o vicio de la cosa y el daño.
En consecuencia, las eximentes de responsabilidad deben encuadrarse en el contexto de la causalidad
adecuada.
DAÑOS Y PERJUICIOS. Responsabilidad por el riesgo o vicio de la cosa. Eximente. Uso contrario a
la voluntad del dueño o guardián. Prueba. Diligencia en la guarda. Interpretación restrictiva. Carga
de la prueba.
1. Para que opere la eximente prevista en la última parte del art. 1113 del C.C., es imprescindible la prueba
de que se ha sido diligente en la guarda, es decir, que se han adoptado todos los recaudos para evitar que la
cosa escape del control del dueño o guardián.
2. Dicha eximente debe ser interpretada restrictivamente, porque lo contrario implicaría convertirla en
una eficaz argucia para borrar todo lo que antecede en dicho precepto, cuya finalidad es la de lograr el
cumplimiento efectivo del deber jurídico de reparar.
3. La persona que pretende hacer valer la eximente prevista en la última parte del art. 1113 del C.C., debe
acreditar que se asumieron todas las diligencia debidas para evitar que la cosa (en el caso, un automóvil)
continuara rodando, repotenciando y aumentando las posibilidades de daño.
4. No se configura la eximente prevista en la última parte del art. 1113 del C.C., cuando en la causa se ha
rendido prueba suficiente sobre la falta total de diligencia del guardián de la guarda.
Citas de jurisprudencia y de doctrina

Jurisprudencia

Accidente de tránsito
“Si se reconoce que en un accidente de tránsito uno de los vehículos fue embestido por otro y no se ha
traído prueba alguna que evidencie la culpa exclusiva o concurrente del conductor de vehículo embestido,
corresponde mantener la presunción de culpa en el evento en contra del rodado que embistió con su parte
delantera al otro en su parte lateral” (Chaneton Jorge Raúl c/ Ávila Osvaldo s/ daños y perjuicios, Juzgado
Civil, Comercial y de Minería nº 5 de la ciudad de Neuquén)

“Las presunciones previstas por el artículo 1113 del Código Civil no se neutralizan en supuestos de colisiones
entre automotores en movimiento, por lo que cada damnificado puede invocarlas contra el generador del
daño propio con la cosa peligrosa, en tanto que para eximirse de responsabilidad el demandado deberá
demostrar que medió culpa total o parcial de la víctima o de un tercero por quien no deba responder”
(Becerra Mercedes c/ CALF y otro s/ daños y perjuicios, Juzgado Civil, Comercial y de Minería nº 1 de la
ciudad de Neuquén
“Siendo ello así, dos presunciones se yerguen para calificar la conducta del demandado Alcázar al guiar el
rodado Fiat modelo Uno: una primera, de culpa atribuible al embistente, que es judicial u hominis, cual es la
del conductor que puso en funcionamiento la norma del art. 1113, segunda parte, que rige en la especie o,
dicho de otra manera, el que se colocó en la hipótesis que conduce a la responsabilidad objetiva que ella
contiene, por haber sido quien, a través del empleo de la cosa riesgosa, ha ocasionado daño al otro. Y una
segunda presunción de reproche que recae sobre quien encara el cruce de una esquina a velocidad excesiva
(arts. 51, inc. e1. y 64, párrafo segundo, de la Ley 24.449)” (Berra Oscar Eduardo C/ Alcázar Ramón y
otros s/ daños y perjuicios, Cámara Civil, sala III de la ciudad de Neuquén)

“Sobre el particular señalaré que tal como lo enseña Zannoni (“El daño en la responsabilidad civil”, 2a. ed.
págs. 291 y sigs.), este daño extrapatrimonial no se mensura sólo, ni fundamentalmente, por las
repercusiones socio-económicas que contiene, sino por el menosprecio que la actividad dañosa en sí misma
denota a la persona, y se estima en razón de la entidad del interés no patrimonial lesionado” (Berra Oscar
Eduardo C/ Alcazar Ramon y otros s/ daños y perjuicios, Cámara Civil, sala III de la ciudad de Neuquén)
“En el caso bajo tratamiento, entiendo que se da el supuesto del resarcimiento distinto del moral, y con el
preciso informe de la Lic. ..., su ampliación y las testimoniales obtenidas, se ha acreditado en sus funciones
cognoscitivas un déficit parcial en la ubicación temporal, y la afectación psíquica exteriorizada por
angustia, miedo sentimientos de minusvalía, que evidencian los efectos traumáticos sufridos por el actor,
excediendo a una simple alteración anímica, e indican que indefectiblemente deberá efectuar tratamiento
psicológico” (Berra Oscar Eduardo C/ Alcazar Ramon y otros s/ daños y perjuicios, Cámara Civil, sala III
de la ciudad de Neuquén)

“En el caso de autos, la afectación y sufrimiento a la autoestima del damnificado y en su vida de relación,
no permanecerá en la órbita del daño moral, sino que, como se lo tuvo por acreditado, ello incidirá en su
patrimonio con motivo de los tratamientos prolongados que deberá seguir realizando” (Berra Oscar
Eduardo C/ Alcazar Ramon y otros s/ daños y perjuicios, Cámara Civil, Sala III de la ciudad de Neuquén)
“Aún en el caso que se estimase encauzable por el artículo 1109 y no por el 1113, ambos del código civil, a la
situación del daño producido en accidente, siendo el dañado transportado benévolamente, el hecho de autos
merecería igual solución. La conductora accionada tuvo en la ocasión un comportamiento al menos imperito
para soslayar la contingencia que le pudo significar la aparición de ese otro vehículo al que se alude.
Imprimir a su vehículo un derrotero, como el antes reseñado a partir de su propia manifestación ante la
autoridad policial, implica por lo menos impericia en el manejo del propio vehículo” (GMC c/ BLV s/ daños y
perjuicios, Cámara Civil, Sala I de la ciudad de Neuquén)

“Este reclamo se hizo en la demanda, con relación a las ganancias concretas que la actora se vio privada de
percibir, diferenciándolo del rubro incapacidad sobreviniente, que evalúa la imposibilidad de la víctima de
producir en el futuro. Ambos conceptos no se subsumen uno en otro” (GMC c/ BLV s/ daños y perjuicios,
Cámara Civil, Sala I de la ciudad de Neuquén)
“La jurisdicción civil se halla subordinada a la penal en todo lo concerniente al hecho principal que
constituye delito (arts. 1102 y 1103 del Código Civil)” (Ruiz Kaiser Débora Cristina c/ Provincia del Chaco s/
daños y perjuicios, 01/12/91)

“La sola circunstancia de un riesgo recíproco no excluye la aplicación de lo dispuesto en la segunda parte
del art. 1113 del Código Civil, que regula la responsabilidad por el hecho de la cosa” (Cueto Adriana Mabel c/
Telias Walter H
ACCIDENTE DE TRANSITO - RESPONSABILIDAD CONCURRENTE. Nada impide en función del tratamiento
de la cuestión de la responsabilidad según lo normado en el art. 1109 del cód. civil, que se aplique en la
consideración de la culpa concurrente toda la doctrina formada al amparo de aquel sistema dentro del cual
siempre se consideró la posibilidad de conocer oficiosamente acerca de la concurrencia de culpabilidades
(doctr. arts. 1109 y 1111 del cód. civil).- CCI Art. 1109 ; CCI Art. 1111 CC0000 TL 9407 RSD-18-146 S 16-11-89,
Juez LETTIERI (SD) Romeu, Luis Alberto c/ Bergues, Marcelo Jorge y otro s/ Daños y perjuicios MAG.
VOTANTES: Macaya - Lettieri – Casarini

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. LUCRO CESANTE. GENERALIDADES. La indemnización por lucro


cesante en razón de haberse probado que la víctima durante un tiempo no pudo realizar ninguna actividad por
presentar una incapacidad total temporal no se superpone con el resarcimiento correspondiente a la
incapacidad parcial y permanente para la realización de cualquier actividad laboral.- Civil - Sala 6 Sentencia
Definitiva C. 030727 Gurci de Fernandez María Rosario c/Vonmaro Manuel s/Sumario 22/06/88

ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD. Según ha decidido la Corte Suprema en recientes


pronunciamientos -variando su postura anterior-, en caso de accidentes protagonizados por dos o más
automotores, la sola circunstancia de la existencia de un riesgo recíproco no excluye la aplicación de lo
dispuesto en el art. 1113, párrafo segundo del Código Civil que regula lo atinente a la responsabilidad civil por el
hecho de las cosas y, de tal suerte, se crean presunciones concurrentes como las que pesan en el dueño o
guardián, quiene deben afrontar los daños causados en otros, salvo que prueben la existencia de circunstancias
eximentes. Sin embargo resulta irrelevante pronunciarse sobre esta cuestión, cuando existen indicios objetivos
que permiten inferir la culpa exclusiva de una de las partes en la producción del accidente. Civil - Sala E VALDO
MIRAS Sentencia Definitiva C. 044509 HEREDIA, RENE HECTOR c/ CURRAS, CANDIDO Y/U OTROS
s/DA\OS Y PERJUICIOS 18/05/89

ACCIDENTE DE TRANSITO. CULPA. PRESUNCION. Para resolver sobre la culpa de los conductores en un
accidente de tránsito es importante tener en cuenta el lugar de los daños y también la prioridad de paso del que
viene por la derecha. Si de las fotografías agregadas surge que uno de los vehículos que colisionó llegó apenas
en fracciones de segundos antes al centro de la bocacalle, vale decir que pudo ver la circulación a su derecha
del otro vehículo, dado que iba al medio de la calle según la testimonial y croquis construídos, y además acusa
un golpe inicial en el guardabarro y paragolpe delantero. Al comienzo de la parte frontal, no puede decirse, que
había atravesado parte de la calle, sino que apenas comenzaba a hacerlo, desde que la zona de sus daños
impresiona como producida adelante, casi al frente. Distinto sería si ellos estuvieran en la rueda delantera para
atrás, pues entonces sí podría decirse que estaba bastante más adelantado cuando ocurrió el accidente.
Adquiere así relieve la idea de que se adelantó peligrosamente violando el derecho de preferencia en el paso, y
que, realmente iba a mayor velocidad, si después se produjo un trompo tocándose la parte de atrás ambos
automóviles. Civil - Sala C NTOS CIFUENTES Sentencia Definitiva C. 043159 IBAÑEZ RUIZ, MIGUEL
c/MARCELLETTI, HERACLIO JOSE s/SUMARIO.

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. INCAPACIDAD SOBREVINIENTE. Con relación al rubro incapacidad


sobreviniente a los fines de establecer el monto indemnizatorio debe apreciarse un cúmulo de circunstancias,
entre las que si bien asume relevancia lo que la incapacidad impide presuntivamente percibir durante el lapso
de vida útil, también es preciso meritar la disminución de las posibilidades, edad de la víctima, cultura, estado
físico, profesión, sexo, es decir, todo aquello que se trasunta en la totalidad de la vida de relación. Si la víctima
no probó las sumas que percibía al momento del accidente, esa omisión no impide la admisión del rubro si
quedó acreditada una incapacidad parcial y permanente del 17 por ciento de la total obrera, en virtud de las
secuelas del accidente, máxime si se trata de un joven de 19 años que verá disminuída sus posibilidades
futuras, lo que basta para aceptar el rubro, cuya apreciación queda, en definitiva, librada al prudente arbitrio
judicial en función de los distintos elementos que la causa ofrece. Civil - Sala E VALDO MIRAS Sentencia
Definitiva C. 050481 BAGLIVIO, GABRIEL REINALDO c/ NAVARRO, LUIS CESAR s/DA\OS Y PERJUICIOS
28/08/89 ENTE DE TRANSITO 08/06/89

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. INCAPACIDAD SOBREVINIENTE Aún cuando pueda resultar opinable
el grado de incapacidad laboral, como consecuencia del accidente atribuído por el perito, la decisión judicial no
se encuentra, en definitiva, necesariamente sujeta a la determinación de dicho porcentual, sino que debe
meritarse en qué medida la disfunción puede repercutir patrimonialmente en la situación de la víctima. La
incapacidad física se verifica cuando las lesiones dejan secuelas irreversibles, y se traducen en invalidez total o
parcial para desempeñar cualquier tarea o produce un déficit en la capacidad laboral, en su comparación con la
aptitud completa de la víctima para encarar cualquier actividad en el futuro. Civil - Sala A A LUACES Sentencia
Definitiva C. 052959 PAGANO, ROSA ALICIA c/AUTOLINEAS ARGENTINAS Y OTRO s/DAÑOS Y
PERJUICIOS 19/09/89

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. INCAPACIDAD SOBREVINIENTE Aún cuando pueda resultar opinable
el grado de incapacidad laboral, como consecuencia del accidente atribuído por el perito, la decisión judicial no
se encuentra, en definitiva, necesariamente sujeta a la determinación de dicho porcentual, sino que debe
meritarse en qué medida la disfunción puede repercutir patrimonialmente en la situación de la víctima. La
incapacidad física se verifica cuando las lesiones dejan secuelas irreversibles, y se traducen en invalidez total o
parcial para desempeñar cualquier tarea o produce un déficit en la capacidad laboral, en su comparación con la
aptitud completa de la víctima para encarar cualquier actividad en el futuro. Civil - Sala A A LUACES Sentencia
Definitiva C. 052959 PAGANO, ROSA ALICIA c/AUTOLINEASACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. GASTOS
MEDICOS.

Si quien ha sido víctima de un accidente en el extranjero no ha acreditado en debida forma la autenticidad de


los instrumentos en los que intentó fundamentar el reclamo por "gastos médicos", éstos como instrumentos
privados carecen de validez convictiva. No obstante, unidos a otros extremos fácticos, tales como el que los
testigos y el propio demandado hayan manifestado que efectivamente el actor sufrió una fractura en su miembro
inferior izquierdo, permiten presuponer la necesidad de realizar, cuanto más, un tratamiento de urgencia a
efectos de paliar tal consecuencia lesiva, y dicho procedimiento, lógico es de suponer, fue realizado en forma
urgente e inmediata en el país donde acaeciera el evento, ya que no es lógico suponer que el actor volviera a
este país con la fractura expuesta y sin que se le hubiera realizado tan siquiera algunos "primeros auxilios". Civil
- Sala K GIORGIS Sentencia Definitiva C. 080956 BLASER, ALEJANDRO c/POL, CLAUDIO H. s/SUMARIO
13/05/91 ARGENTINAS Y OTRO s/DAÑOS Y PERJUICIOS 19/09/89
ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. LUCRO CESANTE. DETERMINACION. Aún cuando no se encuentre
acreditado el monto de las ganancias frustradas durante el tiempo impuesto por la curación de las lesiones
sufridas, ello no es óbice para su procedencia, ya que por aplicación de la facultad conferida por el art. 165 del
Código Procesal, el Juzgador puede determinarlo prudencialmente. Civil - Sala M RAY Sentencia Definitiva C.
082920 GONZALEZ DE
PENA, NIEVES c/ALONSO, ANIBAL Y OTRO s/SUMARIO 16/05/91
RESPONSABILIDAD MEDICA. INFECCIONES INTRAHOSPITALARIAS. CLINICAS. OBRAS SOCIALES.
VOTO DE LA MAYORIA (Dres. ALVAREZ y DARAY): Si la infección que afectó al actor luego de ser operado
tuvo su origen en gérmenes contaminantes del ambiente en que se desarrolló la intervención quirúrgica, es
decir, se trata de una infección intranosocomial, el sanatorio y la obra social, en su carácter de codemandados
deberán responder en forma concurrente (in solidum) por los daños y perjuicios que se tengan por reconocidos.
VOTO DE LA MINORIA (Dr. GARGANO): El hecho de que ninguno de los pacientes operados presentaba un
cuadro infeccioso similar al del actor, conduce a la conclusión de que no hay prueba que permita atribuir
responsabilidad al sanatorio y a la Obra Social. Civil - Sala M VAREZ Sentencia Definitiva C. 095953
ESPIÑEIRA, Jorge Emilio c/ OBRA SOCIAL DE EMPLEADOS DE COMERCIO Y ACTIVIDADES CIVILES
s/SUMARIO 03/04/92

DAÑOS Y PERJUICIOS: PRINCIPIOS GENERALES. REF.: RESPONSABILIDAD MEDICA. MEDICOS.


RESPONSABILIDAD. Corresponde dejar sin efecto la sentencia que desestimó el resarcimiento de los daños
derivados de una intervención quirúrgica si las actitudes y omisiones en que se incurrió revelan una conducta
inconciliable con las medidas necesarias para evitar la deshumanización del arte de curar, particularmente
cuando de la confrontación de los hechos y de las exigencias de la conducta profesional podría eventualmente
surgir un juicio de reproche con entidad para comprometer la responsabilidad de los interesados Mag: Levene,
Barra, Belluscio, Petracchi, Boggiano. Dis: Cavagna Martínez, Fayt, Nazareno, Moliné O'Connor. K. 24. XXIV.
Kaspar, Marta Ester c/ Sanatorio Mitre y otros. 16/02/93 T. 316, P. 12

DAÑOS Y PERJUICIOS: CULPA. GENERALIDADES. REF.: RESPONSABILIDAD MEDICA. Debe descartarse


la responsabilidad del traumatólogo que en sede penal declaró que no recordaba haber asistido a la víctima, y
mantuvo dicha negativa en su contestación de demanda, si la damnificada no produjo prueba que demostrara -
con suficiente grado de convicción - la participación del profesional en el hecho, ya que a ese fin se debieron
haber aportado los "libros policiales" o "libros médicos", máxime si el perito opinó que con los elementos del
expediente no podía determinarse la responsabilidad - en el sentido de autoría - de los médicos. Mag: Moliné
O'Connor, Belluscio, Petracchi. Dis: Nazareno, Fayt, Levene, Boggiano, López, Bossert. B. 100. XXI. Brescia,
Noemí Luján c/ Buenos Aires, Provincia de y otros s/ daños y perjuicios. 22/12/94 T. 317, P.

DAÑOS Y PERJUICIOS: CULPA. GENERALIDADES. REF.: RESPONSABILIDAD MEDICA.


RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. La omisión en el deber de actuar surge en forma evidente en el caso en
que el dictamen de los médicos forenses señala en forma reiterada que el paciente debió quedar internado en
observación en virtud de la envergadura del accidente padecido. Mag: Moliné O'Connor, Belluscio, Petracchi.
Dis: Nazareno, Fayt, Levene, Boggiano, López, Bossert. B. 100. XXI. Brescia, Noemí Luján c/ Buenos Aires,
Provincia de y otros s/ daños y perjuicios. 22/12/94 T. 317, P.

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. INCAPACIDAD SOBREVINIENTE. El hecho de que la víctima del ilícito
fuera un jubilado no constituye impedimento para reconocer el derecho a ser indemnizado por incapacidad
física, ya que la incapacidad no sólo cuenta desde el punto de vista laboral sino también respecto de las
actividades vitales en general, tanto en la vida de relación como personal, sin perjuicio de tenerse en cuenta el
aspecto laboral para establecer la cuantía del daño. Civil - Sala M RAY Sentencia Definitiva C. 087318 FARIÑA,
Manuel Alberto c/NEME, Juan Carlos y Otro s/SUMARIO 09/11/92

DAÑOS Y PERJUICIOS: PRUEBA. REF.: RESPONSABILIDAD MEDICA. CULPA. CARGA DE LA PRUEBA.


Para que quede comprometida la responsabilidad de los médicos por los hechos cometidos en el ejercicio de su
profesión, se debe demostrar la culpa en la atención prestada, la existencia del daño que sobrevino a causa de
ese hecho y la relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño ocasionado, y en estos casos la carga
de la prueba corresponde a quien invoca el mal desempeño del médico Mag: Moliné O'Connor, Belluscio,
Petracchi. Dis: Nazareno, Fayt, Levene, Boggiano, López, Bossert. B. 100. XXI. Brescia, Noemí Luján c/ Buenos
Aires, Provincia de y otros s/ daños y perjuicios. 22/12/94 T. 317, P.

ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD. CONDUCTOR. El conductor está obligado a guiar su


vehículo en forma tal que tenga pleno dominio sobre él y debe extremar las precauciones cuando es previsible
la presencia de peatones ante la existencia de paradas de colectivos (conf., C. N. Esp. Civ.y Com., Sala M,
"Perez de Salvio, Juana V. c/ Pueyo, Eduardo F. s/ daños", del 18/4/84). Civil - Sala M DARAY Sentencia
Interlocutoria C. M13273 GARRIGA, Olga Norma c/EL PUENTE SOCIEDAD ANONIMA DE TRANSPORTES
s/DAÑOS Y PERJUICIOS 14/02/94
DAÑOS Y PERJUICIOS - RESPONSABILIDAD MEDICA. La responsabilidad médica constituye parte especial
de la responsabilidad profesional y al igual que ésta se halla sometida a los mismos principios que la
responsabilidad en general, siendo erróneo considerar que el médico sólo debe responder en casos de "falta
notoria de pericia, grave negligencia o imprudencia, ignorancia inexcusable, grosera inadvertencia, graves
errores de diagnóstico y tratamiento". SCBA, Ac 31702 S 22-12-87, Juez CAVAGNA MARTINEZ (SD) Rivero y
Hornos, Miguel y otra c/ Echaide, Norberto y otros s/ Daños y perjuicios AyS 1987-V-355 - DJBA t. 1988-135 p.
138 MAG. VOTANTES: Mercader - Cavagna Martínez - San Martín - Negri - Vivanco - Rodríguez Villar SCBA,
Ac 38114 S 25-10-88, Juez SAN MARTIN (SD) Angemi, Sebastián c/ Sanatorio Valentín Alsina S.A. y otro s/
Daños y perjuicios AyS 1988-IV-79 - DJBA t. 1988-135 p. 401 MAG. VOTANTES: San Martín - Vivanco -
Cavagna Martínez - Negri - Laborde SCBA, Ac 45177 S 30-4-91, Juez VIVANCO (SD) Silvanto de Abelleyro,
María del Valle c/ Clínica Modelo "Los Cedros" de Horacio Hadad y ot. s/ Daños y perjuicios AyS t. 1991-I-574
MAG. VOTANTES: Vivanco - Laborde - San Martín - Pisano - Mercader SCBA, Ac 46039 S 4-8-92, Juez
VIVANCO (SD) Acosta, Ramón Teófilo y otro c/ Clínica Indarte S.A. y otro s/ Daños y perjuicios JA t. 1993-IV p.
63 MAG. VOTANTES: Vivanco - Laborde - San Martín - Pisano - Mercader SCBA, Ac 50801 S 21-12-93, Juez
VIVANCO (SD) Gauna, Delmira c/ Clínica Privada Pilar y otra s/ Daños y perjuicios DJBA t. 146 p. 156 MAG.
VOTANTES: Vivanco - Mercader - San Martín - Pisano - Negri SCBA, Ac 58840 S 5-9-95, Juez HITTERS (SD)
Caldarini, César c/ FEMEBA Salud y otros s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES: Hitters-San Martín-Pisano-
Laborde-Negri SCBA, Ac 55404 S 25-3-97, Juez HITTERS (SD) Méndez Arévalo J. c/ Municipalidad de Salto y
otros s/ Daños y perjuicios DJBA t. 153 p. 7 MAG. VOTANTES: Hitters-Pisano-Laborde-Negri-Salas

ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD. CONDUCTOR. La circunstancia de que un peatón cruce


fuera de la senda peatonal no configura por sí misma exoneración de quien lo embiste con su automotor (conf.,
C. N. Esp. Civ. y Com., Sala I, "Mastronardi de Pannunzio, Adelina y otro c/ Palacio, Hugo D. y otro s/ sum.", del
24/11/87). Tampoco lo es el que se haya tratado de unpeatón distraído, y aún, imprudente. El conductor de un
vehículo debe prever la existencia del peatón distraído y aún la del imprudente, ya que es un riesgo inherente al
tránsito y debe estar en condiciones de neutralizarlo, conservando el control del rodado de modo tal que pueda
evitar la causación de daños (conf., C.N. Esp. Civ. y Com., Sala M, "Monzón, Rubén c/ El Halcon S.A. de
transporte s/sum.", del 18/4/88; íd., Sala V, "Villalba, Dominga c/ Nuñez, José s/ sum.", del 6/6/88, íd., Sala M,
"Ronda, Victor c/ Talone, Francisco s/ sum.", del 15/12/83). Disidencia del Dr. Gárgano: El conductor debe
dominar su máquina, pero no al punto de responsabilizarlo por las manifiestas imprudencias cometidas por los
peatones (conf., E. D., t. 44, pág. 869, sumario n 337, y págs. 996/999, sumarios nros. 1057, 1058, 1059, 1060,
1061, 1062, 1063, 1066, 1076, 1085 y 1087; C. S. J. N., "Serrano, M. L. c/ Libordi de Olivero, C. L.", del 7/4/92,
Fallos: S-305 XXIII Recurso de hecho). Civil - Sala M DARAY Sentencia Interlocutoria C. M13273 GARRIGA,
Olga Norma c/EL PUENTE SOCIEDAD ANONIMA DE TRANSPORTES s/DAÑOS Y PERJUICIOS 14/02/94

DAÑOS Y PERJUICIOS - RESPONSABILIDAD MEDICA. DAÑOS Y PERJUICIOS - EXIMICION DE


RESPONSABILIDAD. El error médico, cuando había razón de errar, quita culpabilidad al acto e impide
responsabilizar al profesional por el diagnóstico equivocado, salvo cuando la ignorancia respecto a la dolencia
que afectaba al paciente provenga de una negligencia culpable. CC0101 LP 203383 RSD-138-89 S 4-7-89,
Juez DILLON (SD) Nievas, Horacio c/ Centro Médico Bernal S.R.L. s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES:
Dillon - Tenreyro Anaya

DAÑOS Y PERJUICIOS - RESPONSABILIDAD MEDICA. DAÑOS Y PERJUICIOS - ESTABLECIMIENTOS


ASISTENCIALES. Si no media culpa en el médico interviniente no cabe responsabilizar al establecimiento
asistencial con base en su "obligación de seguridad" porque la existencia de aquélla (la culpa del médico) es la
demostración de la violación de ese deber de seguridad. SCBA, Ac 43518 S 16-7-91, Juez NEGRI (SD) Brito de
Lescano, María Elena c/ Spolita, Carlos Alberto y ots. s/ Daños y perjuicios LL t. 1992-B p. 312 - JA t. 1992-I p.
315 - JA t. 1992-III p. 526 - DJBA t. 142 p. 161 - AyS t. 1991-II-465 MAG. VOTANTES: Negri - Mercader -
Laborde - Salas - Rodríguez Villar SCBA, Ac 58966 S 15-7-97, Juez NEGRI (SD) Albarracín, Pedro Salvador c/
Argento, Juan Domingo y otros s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES: Negri-Laborde-Pisano-Hitters-Pettigiani

DAÑOS Y PERJUICIOS - RESPONSABILIDAD MEDICA. DAÑOS Y PERJUICIOS - ESTABLECIMIENTOS


ASISTENCIALES. La prueba de la culpa del médico es indispensable, no porque la responsabilidad de éste se
refleje en la entidad de la cual depende, en una responsabilidad indirecta, sino porque la prueba de aquella
culpa sería la demostración de la violación del deber de seguridad, que como obligación tácita se halla
DAÑOS Y PERJUICIOS - RESPONSABILIDAD MEDICA. DAÑOS Y PERJUICIOS - RESPONSABILIDAD
CONTRACTUAL. Entre el establecimiento asistencial (estipulante) y el médico (promitente) se celebra un
contrato a favor del enfermo (beneficiario) que no sólo permite determinar el carácter contractual de la
responsabilidad del médico, sino que sirve también para desentrañar el fundamento de la responsabilidad de la
entidad frente al tercero beneficiario.- CC0002 MO 34106 RSD-423-95 S 24-10-95, Juez CALOSSO (SD)
Coronel, Constantino H. c/ Saracut, Diana y otros s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES: Calosso-Suares-
Conde CC0002 MO 30607 RSD-169-96 S 14-5-96, Juez CALOSSO (SD) Berea, Claudio Marcelo c/ Clínica
Modelo "Los Cedros" s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES: Calosso-Suares-Conde

ACCIDENTE DE TRANSITO - CONDUCTA DE LA VICTIMA. DAÑOS Y PERJUICIOS - EXIMICION DE


RESPONSABILIDAD. En los supuestos de riesgo o vicio de cosa la culpa o negligencia del dueño o guardián no
constituye elementos exigidos por la norma para atribuir responsabilidad, pero al tiempo de computarse una
eventual exclusión de la misma, no puede dejarse de valorar el cuadro total de la conducta de todos los
protagonistas para determinar si la de la víctima es excluyente de responsabilidad y en qué medida. SCBA, Ac
36391 S 23-9-86, Juez LABORDE (SD) Segovia, Perfecto c/ De la Iglesia, Pablo Angel s/ Daños y perjuicios
AyS 1986-III-277 MAG. VOTANTES: Laborde - Mercader - Negri - San Martín - Cavagna Martínez

ACCIDENTE DE TRANSITO - COLISION ENTRE AUTOMOTORES. En los casos de colisión entre cosas que
presentan riesgos o vicios, cada dueño o cada guardián deben afrontar los daños causados a otro (art.1113
Código Civil). CCI Art. 1113 SCBA, Ac 33155 S 8-4-86, Juez CAVAGNA MARTINEZ (SD) Sacaba de Larosa,
Beatriz E. c/ Vilches, Eduardo Roque y otro s/ Daños y perjuicios AyS 1986-I-254 - JA t. 1986-IV p. 579 - LL t.
1986-D p. 483 MAG. VOTANTES: Cavagna Martínez - Mercader - San Martín - Negri - Laborde SCBA, Ac
37488 S 2-2-88, Juez SAN MARTIN (SD) Mattarolo, Daniel Enzo c/ Dorrego, Isidoro s/ Daños y perjuicios AyS
1988-I-17 MAG. VOTANTES: San Martin - Laborde - Cavagna Martinez - Negri – Vivanco

ACCIDENTE DE TRANSITO - COLISION ENTRE AUTOMOTORES. Existen legislaciones extranjeras que,


admitiendo la presunción de culpabilidad en los supuestos de daños producidos con la intervención de cosas
inanimadas, la excluyen en forma expresa cuando se trata de daños reclamados por los propietarios o
guardianes de las cosas inanimadas entre si -art.132 del Código Libanés; art. 154 ap. 1 del Código Polaco de
las Obligaciones hoy derogado; ley austríaca del 09/08/1908; ley holandesa para la circulación del 01/11/34.El
Código Civil Argentino, en cambio, carece de un artículo que consagre la excepción al principio general
establecido en el art. 1113.Por eso, al igual que lo acaecido en el régimen francés, la tesis de la neutralización
está desprovista de sustento normativo. CCI Art. 1113 ; LEE Art. 132 ; LEE Art. 154 CC0000 TL 7926 S 25-9-86,
Juez SUARES (SD) Pamio, María Esther c/ Santana, Carlos Alberto s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES:
Suares - Macaya – Casarini

ACCIDENTE DE TRANSITO - RESPONSABILIDAD CONCURRENTE. Si de las características del hecho y de


la escasa prueba producida resulta que en alguna medida incidió la culpa de uno u otro conductor en el
accidente que da lugar a este proceso, al no haber elementos de juicio que permitan establecer la mayor
incidencia de la culpa de alguna de las partes, corresponde admitir su equivalencia, de modo que la demanda
debe prosperar por la mitad de los daños resultantes para el actor de la colisión. CC0000 TL 7926 S 25-9-86,
Juez SUARES (SD) Pamio, María Esther c/ Santana, Carlos Alberto s/ Daños y perjuicios MAG. VOTANTES:
Suares - Macaya – Casarini

DAÑOS Y PERJUICIOS. ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD. EMBESTIDOR.- La condición de


embistente no tiene carácter absoluto ni implica necesariamente que aquél a quien se le atribuye, deba
responder sin más por las consecuencias dañosas que se originan en un accidente de tránsito. Por el contrario,
es relativo, ya que sólo una maniobra puede transformar rápidamente la condición de embestido en embestidor
y admitir esa conducta disvaliosa puede conducir a consagrar un reconocimiento injusto y carente de equidad.
Civil - Sala H ACHAVAL Sentencia Definitiva C. H174988 LEGASPI, Ricardo Félix c/GONZALEZ, Silvio
s/DAÑOS Y PERJUICIOS

DAÑOS Y PERJUICIOS. ACCIDENTE DE TRANSITO. RUBROS. DAÑO MORAL.- El daño moral provocado por
un accidente de tránsito supone la privación o la disminución de los bienes que tienen un valor fundamental en
la vida del ser humano y que son la tranquilidad de espíritu, la libertad individual, los más sagrados afectos, etc.
Su importe es de difícil fijación ya que no se halla sujeto a cánones objetivos sino a la prudente ponderación
sobre la lesión a las afecciones íntimas de los afectados, a los padecimientos que experimentan, es decir que
se configuran en el ámbito espiritual de la víctima y que no siempre resultan claramente exteriorizados,
hallándose así su monto sujeto a una ponderada discrecionalidad del juzgador. (conf. Mosset Iturraspe,
"Responsabilidad por daños", T.I, Parte General, p.150, ap. 61 b).- Civil - Sala H Sentencia Definitiva C.
H134618 BELIERA, María Ernestina y otro c/FRANCES, NESTOR LUIS s/DAÑOS Y PERJUICIOS

DAÑOS Y PERJUICIOS. ACCIDENTE DE TRANSITO. RUBROS. DAÑO ESTETICO.- La sola ubicación de


cicatrices en el rostro de una joven de veinte años, sin dudarlo, alteran la armonía de su cuerpo, situación que
se agrava, precisamente, por la ubicación facial de las secuelas del accidente.- Civil - Sala C RUDA BART
Sentencia Definitiva C. C176908 SCHEINER, Maria c/TRANSPORTES ALBERDI S.A. LINEA 49 s/DAÑOS Y
PERJUICIOS

DAÑOS Y PERJUICIOS. ACCIDENTE DE TRANSITO. RESPONSABILIDAD. CULPA DEL PEATON.- Si el


accionado circulaba a una velocidad normal, haciéndolo por su mano e inmerso en el tránsito en una vía de
gran volumen vehicular, circunstancias éstas que no le permiten detener totalmente su rodado por las graves
consecuencias que puede traerle, y en esas condiciones, una persona cruza a pie, en forma, lugar y tiempo
prohibido, es claro que es la única culpable de las consecuencias de esa conducta, que resulta irresistible para
el conductor del vehículo.- Civil - Sala K DEGIORGIS Sentencia Definitiva C. K033202 LO RUSSO, Héctor
Rubén c/ARTUSA, Daniel s/DAÑOS Y PERJUICIOS

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. INCAPACIDAD SOBREVINIENTE. CUANTIFICACION. Para cuantificar


el daño producido por lesiones sufridas a raíz de un accidente, deben tenerse presente las características
personales de la víctima, en cuanto a edad, sexo, estado civil, nivel de capacitación, para el supuesto de que
realizara tareas remuneradas, si lo hacía o nó en relación de dependencia, es decir debe ponderarse con estas
pautas el perjuicio económico que la víctima del hecho sufre por la incapacidad física que presenta. A efectos de
determinar el monto del resarcimiento por incapacidad sobreviniente, los fallos precedentes pueden ofrecer una
ayuda o pauta de cuantificación, cuando se trata de casos análogos o casos próximos, es decir que reúnan
características similares en aquellas variables consideradas relevantes para la decisión judicial. No puede
compararse el valor vida con un porcentaje del 100 porc. de incapacidad, dado que ante la muerte de un
individuo, quienes reclaman son aquéllos que sufren un perjuicio patrimonial por esa muerte, en tanto que frente
a la incapacidad el reclamante es la propia víctima lo que presenta diferentes variables relevantes
constituyéndose en casos diferentes que obstaculizan la analogía o proximidad del caso. Civil - Sala AREZ C.
082648 ZEBALLOS DE SORIA, Francisca Elsa c/LINEA 213, SADE TRANSPORTES s/SUMARIO

DAÑOS Y PERJUICIOS. ACCIDENTE DE TRANSITO. RUBROS. DAÑO MORAL.- El daño moral provocado por
un accidente de tránsito supone la privación o la disminución de los bienes que tienen un valor fundamental en
la vida del ser humano y que son la tranquilidad de espíritu, la libertad individual, los más sagrados afectos, etc.
Su importe es de difícil fijación ya que no se halla sujeto a cánones objetivos sino a la prudente ponderación
sobre la lesión a las afecciones íntimas de los afectados, a los padecimientos que experimentan, es decir que
se configuran en el ámbito espiritual de la víctima y que no siempre resultan claramente exteriorizados,
hallándose así su monto sujeto a una ponderada discrecionalidad del juzgador. (conf. Mosset Iturraspe,
"Responsabilidad por daños", T.I, Parte General, p.150, ap. 61 b).- Civil - Sala H Sentencia Definitiva C.
H134618 BELIERA, María Ernestina y otro c/FRANCES, NESTOR LUIS s/DAÑOS Y PERJUICIOS

DAÑOS Y PERJUICIOS. ACCIDENTE DE TRANSITO. RUBROS. INCAPACIDAD SOBREVINIENTE.- Toda


disminución de aptitudes o facultades importa una lesión patrimonial que debe ser indemnizada, a pesar que
ello no se traduzca de inmediato en una disminución en las retribuciones o ingresos del afectado, pues el hecho
de que siga percibiendo el mismo sueldo, u honorarios, no quita que haya sufrido una disminución en sus
aptitudes para el trabajo. Debe ponderarse a ese fin, no sólo el aspecto laborativo, sino todas las actividades de
la persona y las proyecciones que el daño recibido ha de tener sobre su personalidad, considerada ésta
integralmente.- Civil - Sala F CONDE Sentencia Definitiva C. F162077 GIACHINO DE BINICKI, María Graciela
c/BLANCO, Mario Alfredo s/DAÑOS Y PERJUICIOS

ACCIDENTE DE TRANSITO. CULPABILIDAD. SEMAFOROS Cuando ambas partes afirman que en un cruce
hay semáforos y cada una de ellas asevera que le correspondía el paso por indicación de la luz, no juega
presunción de culpa del embestidor sino que corresponde la prueba del libre paso por la luz. De lo contrario
habría una contradicción entre las motivaciones. Se dejarían a un lado las señales lumínicas, que son
prioritarias y se tomaría en consideración la ubicación de los daños en los vehículos. Civil - Sala C. 037452
Federación Patronal Cooperativa de Seguros Ltda. c/Montalbo Carlos Manuel s/Sumario

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. PIEZAS ORTOPEDICAS. Resulta procedente resarcir a la víctima de un


hecho ilícito el costo del alquiler de una cama ortopédica aún cuando el recibo figure como habiéndolo abonado
un hijo de aquélla; la tenencia del recibo y su condición de impedida para actuar entonces personalmente en el
trámite del alquiler, imponen tener por suficientemente probado que fue la actora quien costeó el pago.- Civil -
Sala 3 Sentencia Definitiva C. 082419 Bazán Carlota Valentina c/Manes Eduardo Horacio s/Daños y perjuicios
07/06/88.

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑO. PRUEBA. Cuando se reclaman daños y perjuicios originados en un


accidente de tránsito, si bien como principio sólo cuadra el resarcimiento por desvalorización del rodado cuando
se han afectado sus partes vitales, ello no obsta a su admisión cuando, por la naturaleza de los desperfectos,
puedan resultar secuelas de importancia, fácilmente detectables no obstante una correcta reparación, y que se
traduzcan en una disminución de su valor. Tratándose de arreglos de chapa y pintura, que no inciden sobre la
estructura de la carrocería, la desvalorización debe surgir, en principio, del examen técnico efectuado sobre el
rodado no pudiendo inferirse por la sola vía presuncional, pues existe una serie de circunstancias a considerar,
como son el modelo y estado de conservación anterior, que de no computarse convertirían a la estimación
pericial en una apreciación abstracta, carente de fuerza probatoria que obligue al juez (Conf. art. 477 del Cód.
Proc.). Civil - Sala E VALDO MIRAS Sentencia Definitiva C. 045198 BARRETO, ESTEBAN HUGO
c/MARTINELLI, ANTONIO Y O. s/SUMARIO (ACCIDENTE DE TRANSITO) 29/05/89

ACCIDENTE DE TRANSITO. DAÑOS. INCAPACIDAD SOBREVINIENTE. La disminución de las aptitudes


físicas del damnificado, inciden, obviamente, sobre toda su vida de relación, lo que constituye un daño
indemnizable, independientemente del deterioro de su capacidad de ganancia consecutiva a la incapacidad
física derivada del hecho ilícito. Por esa razón, la cuantía de la indemnización debe establecerse no sólo en
función del aspecto laborativo, sino de todas las actividades del sujeto y de la proyección que el infortunio tiene
sobre la personalidad integral de quien la sufre. Civil - Sala F STAVO BOSSERT Sentencia Definitiva C. 048300
MAIDANA ARMANDO E. c/C.O.P.L.A. s/SUMARIO (ACCIDENTE DE TRANSITO 17/08/89ç

ACCIDENTE DE TRANSITO - INFRACCION A REGLAMENTOS En lugares donde el tránsito está regido por
semáforos, el acatamiento de tales indicaciones lumínicas priva sobre todo los demás elementos de prueba
entre ellos, presunciones, localización de daños, velocidad, calidad de embistente, etc. . El actor no ha logrado
demostrar que el demandado haya incurrido en infracción de cruzar la bocacalle con el semáforo en rojo y, por
ende, que se haga procedente su declaración de responsabilidad. En efecto, si la parte no prueba sus
afirmaciones (artículo 363 del Código Procesal Civil y Comercial) , debe soportar las consecuencias de tal
omisión. RAUL PRADA c/VICTOR ANIBAL SOLIS Y OTRO s/SUMARIO POR DAÑOS Y PERJUICIOS. I
CCCO02 CO 0000 000627 19-03-92 SD RODRIGUEZ

TRANSPORTE DE PASAJEROS-DAÑOS Y PERJUICIOS-RESPONSABILIDAD DEL TRANSPORTADOR-


RESPONSABILIDAD OBJETIVA-EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD-RECURSO DE APELACION
(PROCESAL)-MEMORIAL DE AGRAVIOS-INDEMNIZACION DEL DAÑO-INCAPACIDAD
SOBREVINIENTE-MONTO DE LA INDEMNIZACION-DAÑO MORAL-DAÑO PSICOLOGICO-GASTOS
MEDICOS-GASTOS DE ASISTENCIA Y TRASLADO-INTERESES
Habiendo coincidencia en que no se ha acreditado prestación laboral alguna, percibiendo un subsidio social y
cursando estudios secundarios (...), realmente resulta excesiva la pauta salarial utilizada teniendo en
cuenta que el S.M.V.M. vigente a la fecha de la sentencia es de $800 (Res. 2/06- C.N.E.P.S.M.V.M.- B.O.
31.7.06) y el criterio sustentado por esta alzada en casos similares (VIDAL ANGEL FABIO C/ PROVINCIA
DEL NEUQUEN S/ DAÑOS Y PERJUICIOS, Expte. EXP Nº 286.259/2, sala II, Dra. Osti de Esquivel).
La jurisprudencia ha dicho en tal sentido que: "La incapacidad sobreviniente es indemnizable aún cuando la
persona que lo sufre no acredite el ejercicio de una actividad lucrativa o sea totalmente incierto el monto
de los ingresos que percibía, recurriéndose en tales casos al parámetro del salario mínimo para tenerlo
como base orientadora a los efectos de calcular la indemnización, justificándose la solución porque éste
constituye el umbral inferior de retribución de la ocupación más humilde en el mercado laboral y desde que
la adopción de una pauta más significativa tendrían un valor conjetural, pudiendo pecar por exceso.
CAMARA NACIONAL DE APELACIONES EN LO CIVIL , CAPITAL FEDERAL [Sumarios
relacionados][Traer Fallo Completo]
Sala L (Marcela PEREZ PARDO, Victor Fernando LIBERMAN, O. Hilario Rebaudi
BASAVILBASO)
Rodríguez, Jorge Enrique c/ GCBA s/ daños y perjuicios
SENTENCIA del 13 de Mayo de 2008
DAÑOS Y PERJUICIOS-RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL-RESPONSABILIDAD MEDICA-MALA
PRAXIS
Resulta procedente la demanda por daños y perjuicios incoada contra una obra social, y un médico
neurocirujano, con motivo en la mala praxis médica originada en las intervenciones quirúrgicas sufridas por
la actora. Ello así, toda vez que inicialmente ésta fue atendida por un médico traumatólogo, quien luego de
ciertos exámenes, determinó la existencia de una parálisis del nervio cubital, lo que motivó la intervención
quirurgica de la muñeca derecha de la actora. Luego de tres meses, frente a la falta de mejoría, un nuevo
examen mostró la parálisis del nervio cubital, esta vez a nivel del codo. Frente a dicha situación la actora
fue derivada en interconsulta con el médico neurocirujano, quien arribó a idéntico diagnostico sin realizar
una resonancia magnética nuclear. En ese contexto, cabe atribuirle responsabilidad solidaria a la obra
social y al médico cirujano, pues este debió realizar todos los estudios y pruebas necesarias, desde que su
especialidad le imponía conocer que ya no se trataba de las enfermedades diagnosticadas previamente, sino
de una patología del sistema nervioso central. Sentado lo expuesto, corresponde hacer lugar al reclamo de
indemnización: a) Por daño moral y fijarlo en la suma de $ 5000. b) Con respecto a los rubros incapacidad y
perdida de chance, las secuelas que puede haber sufrido la actora no son consecuencia de la mala praxis,
sino que son propias de la enfermedad padecida. c) En relación al rubro gastos médicos, el hecho de que la
actora no haya sido tratada cuando aparecieron nuevos síntomas y que los médicos que la atendían no hayan
podido diagnosticar la enfermedad que padecía provocó que la actora tuviera que concurrir a un
especialista particular que no cubría su obra social, lo que la hizo incurrir en ciertos gastos que no hubieran
sido necesarios si el especialista a cargo hubiera obrado de la manera debida. En consecuencia cabe
otorgar una indemnización por la suma de $ 400. d) Con respecto al rubro daño psíquico, corresponde
otorgar indemnización cuando, como en el caso, se verifica que la pretensora inexorablemente deberá ser
tratada para reparar o paliar el problema psíquico según el informe del perito médico. Es por ello que se
debe indemnizar a la actora por los daños psíquicos sufridos con la suma de $ 7000.

TEMA

DAÑOS Y PERJUICIOS-INDEMNIZACION POR MUERTE-ACCIDENTE DE TRANSITO-


RESPONSABILIDAD DEL PEATON-RESPONSABILIDAD DEL CONDUCTOR-EXIMENTES DE
RESPONSABILIDAD (CIVIL)-CULPA DE LA VICTIMA

CAMARA NACIONAL DE APELACIONES EN LO COMERCIAL , CAPITAL FEDERAL [Sumarios


relacionados]
Sala E (RAMIREZ - GUERRERO - ARECHA)
ROA, ENCARNACION c/ PASTORIZA, JORGE s/ SUM.
SENTENCIA del 7 de Abril de 1999
Si según la legislación vigente al tiempo del accidente, el
cruce de una ruta a la carrera y por una zona no habilitada
constituía infracción grave contra la seguridad del transito (art. 49
y 56 de la Ley 13893 y art. 76 de la Ley Prov. 5800), Tal conducta
genera una presunción de culpa del peatón, por lo que, si este tomo
sobre si las consecuencias de iniciar el cruce de la ruta sin adoptar
las más elementales precauciones exigibles, fue la infortunada
víctima sobre quien deben recaer las consecuencias de su obrar
negligente (cnesp. Civ. Com., Sala V, "Guerrieri, viuda de Ponton,
Ana Micaela c/ Torres, José María", 19.3.81, Condensado por Daray,
h., "Accidentes de tránsito", ed. 1987, N1 21, pág. 170),
correspondiendo rechazar la demanda que por reparación de los daños
y perjuicios ocasionados por su muerte, incoada por su esposa -por si
y en representación de sus hijos menores-, contra el conductor y la
titular del vehículo embistente, máxime cuando de las constancias que
surgen de la causa no es posible endilgar al automovilista embistente
culpa alguna.
TEMA

DAÑOS Y PERJUICIOS-ACCIDENTE DE TRANSITO-RIESGO CREADO-COSA RIESGOSA-


RESPONSABILIDAD OBJETIVA-EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD (CIVIL)-CULPA DE TERCEROS-
EFECTOS DE LA SENTENCIA PENAL EN SEDE CIVIL

La sola argumentación de ser transportado el actor por un elemento


riesgoso perteneciente a la accionada no tiene entidad suficiente para
controvertir, por si sola, la culpabilidad de un tercero que, por
violar expresas disposiciones legales (arts. 13, inc. 2º y 14, incs.
2 y 3 de la Ley 5.800 -en cuanto a las luces reglamentarias- y art. 92
del Código de Tránsito -en cuanto a la velocidad reducida obstructivas
del tránsito, y el detenerse en la calzada por propia voluntad del
conductor) ha producido el daño por el cual ha sido condenado
penalmente, configurándose así, el supuesto eximente de
responsabilidad previsto en el segundo párrafo del art. 1113 del
Código Civil, aplicable aún a los accidentes de trabajo cuando la
víctima hubiera optado por esta vía (LL 141-630-S-25.252).
CAMARA NAC. DE APELACIONES EN LO CIVIL COMERCIAL FEDERAL , CAPITAL FEDERAL
[Sumarios relacionados]
Sala 01 (DE LAS CARRERAS - PEREZ DELGADO)
VAZQUEZ EDUARDO c/ SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERIA Y PESCA s/ ACCIDENTE DE
TRABAJO ART. 1113 C.C.
SENTENCIA del 13 de Febrero de 1997
TEMA

DAÑOS Y PERJUICIOS:RESPONSABILIDAD OBJETIVA

El tribunal ha seguido constantemente la doctrina reiterada de La


Suprema Corte estadual que no excluye de la órbita legal del
artículo 1113, 2º párrafo, 2º parte del Código Civil, a los
accidentes de tránsito entre vehículos. Conforme a ello, el dueño o
guardián de cada rodado (la cosa peligrosa) deberá responder por los
daños que con ella se causa al otro, a menos que compruebe que el
daño fue causado total o parcialmente por culpa de la víctima o de
un tercero por el que no deba responder.
CAMARA DE APELACIONES EN LO CIVIL Y COMERCIAL , SAN MARTIN, BUENOS AIRES [Sumarios
relacionados]
Sala 02 (Cabanas - Mares - Occhiuzzi)
Benítez Neri c/ León Adolfo Alfredo s/ Daños y perjuicios
SENTENCIA del 27 de Junio de 1991
TEMA

DAÑOS Y PERJUICIOS-RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES

Para que funcione la responsabilidad de los padres por los hechos


de los hijos menores, es presupuesto inexcusable que exista un hecho
del menor que cause un daño injusto a otra persona (arts. 499, 512,
1114 Cód. Civil); en otras palabras, no puede hacerse extensiva la
responsabilidad a los progenitores del incapaz cuando su pretensa
inconducta no ha sido demostrada. Es que, como se ha dicho, a los
padres no se les puede reprochar el no haber impedido un acto
normal, ya que su culpa consiste precisamente en no evitar que su
hijo "incurriera en culpas".
CAMARA DE APELACIONES EN LO CIVIL Y COMERCIAL , LA PLATA, BUENOS AIRES [Sumarios
relacionados]
Cámara 02, Sala 03 (Fiori-Billordo)
Lorenzo, Mónica Graciela c/ Fernández, Juan Carlos y otros s/ Daños y perjuicios
SENTENCIA del 26 de Noviembre de 2002

TEMA

DAÑOS Y PERJUICIOS-MENORES-COSA RIESGOSA-DEBER DE VIGILANCIA-CULPA CONCURRENTE

El hecho de la víctima, debe ser endilgado proporcionalmente a los padres ante la falta del deber de
vigilancia activa de los hijos que tienen bajo su patria potestad y al demandado por el hecho riesgoso por la
peligrosa desgranadora de maíz instalada en la vía pública de propiedad del mismo.
Otra hubiera sido la situación y la determinación de responsabilidades si la misma máquina se hubiera
encontrado colocada en un sitio inaccesible para el público en general y debidamente resguardada de la
curiosidad natural de los menores impúberes en particular, con lo que se destruye parcialmente el nexo de
causalidad
CAMARA DE APELACIONES DEL TRABAJO , RESISTENCIA, CHACO [Sumarios relacionados]
(Scala Elvira de las M.-Kees Amanda E.)
Acosta, Ricardo Abel y Marastoni, Ana Nelly por sí y en representación de su hijo menor Enzo Javier
Acosta c/ Rodríguez Alicio y/o quien resulte responsable s/ Daños y Perjuicios
SENTENCIA del 24 de Agosto de 2001

TEMA

ACCIDENTE DE TRANSITO-MENORES-RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES:


DETERMINACION;EFECTOS
CORTE DE JUSTICIA , SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA, CATAMARCA [Sumarios
relacionados]
(Díaz-Cáceres-Oviedo)
Sussi, Alberto y otro c/ Mohaded, César Augusto y Sra. s/ Daños y perjuicios - Casación
Surgiendo la participación directa y necesaria del menor conductor
del vehículo en la producción del evento dañoso, que entre los
menores -víctimas y conductor- había una relación de amistad, que
asistían juntos a fiestas donde se ingerían bebidas, la cita mutua
para encontrarse, el desarrollo de una actividad acordada -pintura
de grafitis-, la visita a prostíbulos hasta altas horas de la noche,
la decisión de sacar el automóvil en el que se produjo el accidente,
seguramente la incitación propia para realizar estos actos y correr
los riesgos implicados, aventan la posibilidad de una participación
accidental de los menores víctimas en la medida en que cualesquiera
de ellos pudo sustraerse de tales actos. De allí que parece
razonable derivar que víctimas y sobrevivientes coadyuvaron a crear
las condiciones y presupuestos materiales y subjetivos de la
situación riesgosa que se consuma en el exceso de velocidad, falta
de conciencia del peligro, disminución o pérdida del juicio crítico,
y la impericia del conductor que desembocan como posibilidad en el
evento dañoso. Cabe agregar la responsabilidad en la que por tácita
anuencia incurrieron los padres de las víctimas al aceptar como
normal que sus hijos fuesen transportados por otro menor
-circunstancia conocida por ellos- en definitiva que actores y
demandados aceptaren implícita o explícitamente que aquéllos se
sustrajeren de su control hasta altas horas de la madrugada sin
tomar las precauciones imprescindibles para ubicarlos.
Ante ello, no pudiendo determinarse cuáles de los intervinientes en
el evento dañoso asumieron el rol de sujetos activos o pasivos en su
producción, corresponde casar el fallo por arbitrariedad que
resolvió la responsabilidad exclusiva de los demandados en autos a
efectos de la reparación civil -1109 del C.C.-, cuando debió y debe
resolverse por el art. 1111 del C.C. (Dr. Díaz en disidencia)
CASOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL

Al abordar el estudio de la responsabilidad civil se le sugiere hacerlo en el siguiente orden:


En primer lugar analice si es posible verificar la existencia del daño: luego si detenerse aún a determinar la
clase de daño, aborde el tratamiento de cada uno de los presupuestos:
*Antijuridicidad: corresponde evaluar su existe conducta antijurídica.
*Relación de causalidad: analizar si es posible atribuir tácticamente el resultado al agente por su conducta
lesiva o por la relación particular con la cosa o persona agente del daño.
*Factores de atribución: es el caso de que se dieran los presupuestos antes mencionados, deberán analizar si
es posible atribuir objetiva o subjetivamente el daño al agente o autor y, en su caso, si existen responsables
indirectos. Tenga presente los posibles eximentes de responsabilidad de acuerdo al factor de atribución
indicado.
*Daño: Análisis de sus clases. Extensión.
1- Patrimonial:
a) Requisitos (cierto, personal, subsistente)
b) Elementos (daño emergente, lucro cesante, daño futuro, pérdida de chance)
2- Moral:
a) Requisitos (Cierto, personal, subsistente)
b) Legimitimación
*Responsabilidad Civil
El derecho impone a quien ha producido su alteración el deber de dar cuenta de sus actos. Esta facultad se
manifiesta con una doble finalidad:
-Una sancionaria: responsabilidad penal
-Una reparatoria: responsabilidad civil

Responsabilidad civil: Consiste en la obligación de reparar la causación de un daño injustamente causado o


injustamente sufrido.
-Habrá responsabilidad directa: cuando el agente del daño es el obligado a reparar
-Y será indirecta cuando el agente del daño no esta obligado a reparar o no es el único obligado a hacerlo.

Presupuesto de la responsabilidad civil

1.Antijuridicidad: Sinónimo de ilicitud, quebrantamiento del orden jurídico.


-Exclusión de la antijuridicidad: existen algunos casos especiales (excepcionales) en los que la ley justifica
acciones u omisiones dañosas y las considera lícitas.
-Causas de justificación:
*Cumplimiento de un deber legal: Por ejemplo lesiones producidas por el cirujano con el consentimiento
informado del paciente.
*Estado de necesidad: por ejemplo cuando se causa un daño para evitar uno mayor
*Legitima defensa: cuando se causa un daño para repeler una injusta agresión

2. Daño indemnizable: Daño es el menoscabo del acervo patrimonial y moral de una persona.

-Daño patrimonial: es aquel que tiene en su mismo un valor pecuniario


Elementos del daño patrimonial
*Daño emergente: perjuicio efectivamente sufrido. Por ejemplo los gastos de reparación de los daños
ocasionados en el automóvil por una coalición.
*Lucro cesante: Frustración de ganancias o pérdidas. Por ejemplo los daños ocasionados a una máquina
expendedora de gaseosas, el lucro cesante serían las ganancias dejadas de percibir durante el tiempo de su
reparación.

Clases
*Sobre la naturaleza del bien inmediatamente lesionado puede clasificarse en:
-Directos: Se producen cuando recaen inmediatamente sobre las cosas. Por ejemplo el daño producido en la
carrocería de un automóvil como consecuencia de una coalición.
-Indirectos: Cuando el acto lesivo afecta directamente a la persona, sus derechos o facultades pero tales
lesiones repercuten indirectamente. Por ejemplo las heridas causadas por el cirujano que lo incapacitan para
trabajar.

*Sobre la legitimidad para reclamar la reparación del daño:


-Directos: cuando es el mismo lesionado quien reclama la reparación.
-Indirectos: Por ejemplo el cónyuge reclama por daño de su esposa y/o hijo.

*Según el tiempo en que se dicta la sentencia:


-Actual: si ha ocurrido con anterioridad a ella. Por ejemplo amputación de un miembro como consecuencia de
una accidente ferroviario.
-Futuro: Si el daño ocurrirá ciertamente después del dictado de aquella. Por ejemplo el reemplazo periódico de
la prótesis debido al crecimiento posterior de la víctima amputada.

Requisitos de daño indemnizable: no todo daño es resarcible, para que lo sea debe reunir los siguientes
requisitos:
-Cierto: debe tratarse de un daño real y efectivo.
-Personal: debe afectarse un interés propio.
-Subsiguiente: debe permanecer insatisfecho al momento de la reparación.
-Serio: debe tener entidad económica suficiente como para poner en funcionamiento la actividad jurisdiccional.
No debe ser insignificante.
Prueba y forma de reparación: quien reclama su reparación debe probar todos sus requisitos cuantía. Existen
excepciones en la que mediante presunciones legales se exime de la prueba.
Debe intentarse la reparación del daño jurídico, lo que se busca es volver las cosas al estado anterior. En caso
de no ser posible debe acudirse a la reparación por su equivalente en dinero. El pago puede ser en una sola
suma o en cuotas.

-Daño moral: modificación o disminución disvaliosa de la potencia de las personas en su dimensión espiritual,
en el desenvolvimiento de las capacidades de entender, sentir, querer, que afecta su modo de ser o estar.

Reparación
* El dinero procura aliviar el padecimiento y no estimarlo como bien de cambio, ya que sería ponerle precio al
dolor.
* Tiene particularidades: el daño moral no es exactamente cuantificable, no se borra, no desaparece, no es
posible volver las cosas al estado anterior.
* El dinero es el único medio para compensar el menoscabo sufrido por la víctima del daño moral.

Caracteres
* No es susceptible de cuantificación pecuniaria.
* Posee autonomía conceptual y funcional
* Apunta al restablecimiento integral de la persona y de lo que esta es a través de todas sus proyecciones:
fisiológicas, psicológicas y espirituales.
* La reparación es pecuniaria.

¿Quien puede reclamar?


* Una persona que a causa de un accidente ha perdido la conciencia en forma definitiva.
* Quien ha sufrido la desaparición de algunas de sus aptitudes intelectuales
* Quien padece una disminución de su belleza

Prueba
* Cualquier medio de prueba que sirvan para introducir en el juez la convicción de la existencia y de la magnitud
del daño moral.
* El damnificado directo: deberá probar las alternaciones o las disminuciones padecidas.
* En el supuesto de muerte de la víctima: los herederos potenciales deberán demostrar mediante pruebas
idóneas la legitimación activa (la relación que los une a la persona sobre la cual recayó la conducta dañosa).
Requisitos: igual daño patrimonial

3. Factores de atribución: representan el fundamento en el que se asienta la responsabilidad civil.

Clases
*Subjetivo: implica la consideración de la subjetividad del agente y el reproche humano de su conducta. Se
denomina culpabilidad y se manifiesta de dos maneras distintas: culpa y dolo.

-Culpa: consiste en la imprevisión de un resultado dañoso, previsible y evitable de haberse obrado con la
diligencia requerida por las circunstancias. Se funda en la previsibilidad y la evitabilidad del resultado. En este
caso se analizará la conducta del agente que causó el daño y tratará de ver más allá y analizará que hubiera
pasado si el agente hubiera actuado con previsión.
Cuanto mayor es el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la obligación
que resulte.

Modalidades de la culpa
*Negligencia: consiste en omitir una conducta que previsiblemente hubiera evitado el resultado dañoso. Por
ejemplo, maestra jardinera deja abierta una puerta del salón y un niño sale a la calle y es atrapado por un auto.
*Imprudencia: actuar precipitado e irreflexivo. Por ejemplo, cruzar sin mirar una calle con auriculares.
*Impericia: actuar con falta de habilidad específica o con incapacidad técnica. (médico anestesista)

-Dolo: acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar a la persona o los derechos de otro. Para que
se configure hace falta el deseo de causarlo. El sujeto que actúa con dolo será responsable de la totalidad de
los daños producidos.
* Objetivos: ponen el acento en la reparación del daño. No requieren ser probados y se dan en numerosos
supuestos de responsabilidad indirecta.

* Equidad: considera que se indemnicen los daños causados en razón de un acto antijurídico involuntario. Su
aplicación es facultad del juez, quien lo aplicará cuando lo crea conveniente sobre su apreciación de la relación
entre el patrimonio del autor y la condición personal de la víctima.
* Seguridad: se manifiesta en el ámbito de la responsabilidad contractual. Su finalidad es preservar a las
personas y a las cosas de los daños derivados de la ejecución de los contratos. Por ejemplo en el contrato de
transporte de personas, el transportador se obliga a conducir al pasajero sano y salvo a destino.
* Garantía: garantizar a la persona que trabajan en interés de otros una indemnización por eventualidades
dañosas. Por ejemplo obrero de la construcción.
* Abuso de derecho: el titular de un derecho que lo ejerce abusándole sus prerrogativas y causa un daño a
otro esta obligado a reparar el perjuicio que causo.

Responsabilidad contractual y extracontractual

-Responsabilidad contractual: responsabilidad emanada del incumplimiento o mal cumplimiento de las


obligaciones contractuales.
-Responsabilidad extracontractual: responsabilidad emanada de los actos ilícitos (delitos y cuasidelitos).

En uno y otro caso el supuesto de hecho condicionante es siempre el mismo


* Debe darse una conducta antijurídica o contraria al derecho.
* El que causa el daño ha de causarlo por culpa o imprudencia o queriendolo causar.
* Se sigue un daño para acreedor: responsabilidad contractual y para el damnificado: responsabilidad
extracontractual.

Delitos
Cuasidelitos
Acto ilícito doloso
Acto ilícito culposo
Responsabilidad por el hecho propio
Responsabilidad por el hecho ajeno
Acción ilícita
Omisión ilícita
El agente del acto causa el daño queriéndolo causar
El agente causa el daño no queriéndolo causar

-Responsabilidad indirecta

Se distingue:
* Responsabilidad indirecta por el hecho ajeno: por los daños causados por los dependientes o subordinados.
* Responsabilidad indirecta por el daño causado por las cosas.
Se distingue entre:
+Responsabilidad por los daños causados por los animales
+Responsabilidad por los daños causados por las cosas inanimadas.

1. Responsabilidad por el hecho ajeno:


-Se refiere a la responsabilidad por los daños causados por dependientes o subordinados.
* Presupone un vínculo de dependencia entre el autor del acto doloso o culposo y el civilmente responsable o
responsable directo.
* El vínculo puede ser de autoridad: padres respeto de hijos, tutores respeto de tutorados, directos respecto de
alumnos.
* También el vínculo puede ser contractual: patrón respecto de obreros.
El daño que dolosa o culposamente causo el dependiente es como si lo hubiera causado el principal respecto
del tercero damnificado.

-Responsabilidad de los padres por el daño causado por sus hijos


* Si el daño fuere causado por un menor que aún no cumple los 10 años, el mismo es falto de capacidad
delictiva, habrá responsabilidad indirecta o refleja. Esta responsabilidad incumbe a los padres en virtud de los
deberes inherentes a la patria potestad.
* Si el daño fuere causado por un menor que ya ha cumplido los 10 años, se trata de un sujeto con capacidad
delictiva, además de la responsabilidad de los padres, habrá responsabilidad directa por el hecho propio.

Circunstancias eximentes de responsabilidad

Los padres no serán responsables de los daños causados por los hechos de sus hijos, si probaren que les ha
sido imposible impedírselos, pero no será suficiente como excusa la ausencia de ellos.
Todo tiene que ver con la educación y los valores inculcados correctamente y adecuadamente a sus hijos. Lo
mismo ocurre con la eximente respecto de tutores, curadores, directores de colegio y maestros.

-Responsabilidad de los dueños de hoteles, de los capitanes de buques, patrones de embarcaciones,


agentes de transportes terrestres, de los padres de familia. El daño causado por el dependiente es como
si hubiera sido causado por el principal

2. Responsabilidad por el daño causado por las cosas

-Daño causado por animales: el propietario de un animal doméstico o feroz es responsable del daño que
causare.

Situaciones eximentes de responsabilidad:


*Que el daño se produjere por la culpa imputable a un tercero que excitó al animal.
*Que el daño se produjere por caso fortuito o fuerza mayor.
*Que la culpa sea del damnificado
*Que el daño se produjere sin culpa alguna imputable al guardián o a la persona a quien se le había confiado el
cuidado del animal.

-Daño causado por cosas inanimadas

El hecho del hombre

El hecho de la cosa

Responsabilidad que surge de aquel que causa daño sirviéndose de una cosa como instrumento.

El daño resulta de la actividad de la cosa misma, de su mal estado de conservación, del peligro que ella
represente.
Por ejemplo, el barbero que hiere con la navaja en la yugular, hombre que hiere con un bastón.
Por ejemplo incendio que se produce por un cortocircuito como consecuencia de un defecto de instalación
eléctrica, daño que produce la explosión de combustible, maseta que hiere a un transeúnte.
Estamos frente a la responsabilidad por el hecho propio o responsabilidad directa.
Se configura una responsabilidad objetiva o responsabilidad por riesgo.

Advertencia: llevar fallos y resoluciones judiciales al examen final, además de la bibliografía básica y la
opcional sugerida.
El tema preponderante es el de los accidentes de transito, siendo de aplicación el art. 1113 del CC.
Otros temas:
-responsabilidad civil in vigilando de los padres (art. 1114 y 1116)
-responsabilidad civil de las entidades deportivas ( ver ley 23184 –art. 33)
-responsabilidad especial (protección al consumidor – ley 24240)
-responsabilidad de los establecimientos educativos (art. 1117)
. Quantum doloris: Representa el dolor físico que experimenta la víctima como consecuencia de
las heridas sufridas y de los tratamientos recibidos.

2. Daño moral: constituido por los perjuicios que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes
inmateriales de la salud, el honor, la libertad y otros análogos

4 A la vida de relación: Se define como la pérdida o disminución de los placeres que conlleva la
reducción de la realización de las actividades que practicaba el sujeto en su tiempo libre, sin considerar las
demás repercusiones, económicas y no económicas, que puede tener este daño.

4 A la vida afectivo familiar: consiste en valorar la reducción de la capacidad para mantener las
relaciones afectivas y familiares habituales de la persona.

4 A la vida de formación: es la disminución o imposibilidad de realizar las actividades escolares y


de formación que se estaban realizando considerado desde el punto de vista de la disminución de la
posibilidad de adquirir conocimientos y de formación de la persona.

4 Daño Sexual: Se entiende exclusivamente como la pérdida del disfrute de la vida sexual.

En primera instancia debemos considerar que en el infortunado accidente nos encontramos con la
concurrencia de todos los actores, por ende debemos encuadrar Jurídicamente en un caso de
Responsabilidad Civil por Accidente de Tránsito del que se derivaran Daños y Perjuicios además de las
Obligaciones que surgen del acto Ilícito Extracontractual de indemnización.
Son las Normas de aplicación los art. 512, 902, 1068, 1069, 1078, 1082,1083, 1086, 1109,1111, 1113, 1115 y
1116.
Los responsables serían:
1) “CAMPO FÉRTIL S.A.”, como titular del vehículo ante el Registro del Automotor
2) El conductor del vehículo
3) El niño Rodrigo, quien cruzó la ruta con imprudencia

Culpa (Concurrente)
Quienes estaban al cuidado del niño, que por negligencia a su vigilancia no evitaron la actitud imprudente
del mismo.
Factores de Atribución
Se aplicaran al dueño de la Camioneta que figura como titular en el Registro del Automotor, que le
concierne en éste caso el Factor de AtribuciónGarantía, ya que deben garantizar a terceros una
indemnización por el daño eventual de la persona en éste caso dañada y provocado por una persona que
actúa en el interés del otro.
Factores de Atribución Riesgo
Se funda en el Riesgo creado y Riesgo beneficio.
Quien obtiene ganancia o beneficio como consecuencia de una actividad lícita carga con los riesgos que se
generen en el desarrollo de esa actividad, en éste caso un rodado con los riesgos que implica en el traslado
de mercadería provoca daños a una persona.
Al chofer le asiste un Factor de Atribución Subjetivo
El actuar culposo y con modalidad de negligencia. Se le reprocha la falta de previsión de un resultado que
desde el punto de vista del daño es previsible y evitable.
Teniendo en cuenta la Ley 24.449, que establece los deberes del conductor, por un lado uno de ellos es el
que considera el riesgo que emana de la conducción de un automotor y otro el de conservar el dominio del
vehículo en movimiento que se constituye en una cosa riesgosa, y se supone exige conducir de tal manera de
poder evitar cualquier contingencia en la conducción.
C.S.J.N., PAPPIER FEDERICO ROLF. C/ GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE SANTA FÉ. S/DAÑOS Y
PREJUICIOS. 14 de Octubre de 1993. T. 316. P. 2344
El artículo 1109 del C.C. establece que el que ejecuta un acto que por su culpa o negligencia ocasiona un
daño a un tercero está obligado a la reparación del perjuicio.
En el caso del menor el Factor de Atribución es Subjetivo, pues actuó con culpa, cruzó intempestivamente
la ruta sin mirar, asumiendo la modalidad de imprudencia. Al estar bajo la custodia de sus mayores
repercutirá en las responsabilidades que les quepa a cada una de las partes involucradas.
Accidente de Tránsito. Conducta de la Víctima. Daños y Perjuicios. Eximición de Responsabilidad.
En los supuestos de Riesgo o vicio de la cosa la culpa o negligencia del dueño o guardián, no constituyen
elementos exigidos por la Norma para Atribuir responsabilidades.
Se deben valorar la totalidad de las conductas de los protagonistas para poder evaluar si la víctima
resultante puede excluirse de responsabilidad y hasta qué punto.
Cámara de Apelaciones Civil, Comercial y Laboral. Gualeguaychú, Entre Ríos. OLIVERA JUAN CARLOS
C/FACELLO MARÍA ELENA. S/Ordinario. Sumario I0078125. Sentencia 30 de marzo de 2012.

Nexo Causal
En relación al nexo causal, el chofer de la camioneta provocó las heridas al menor, en éste caso fue idóneo
para generar los daños sufridos, “El automóvil es una cosa riesgosa, y cuando con él se provocan daños, el
dueño o guardián debe responder objetivamente”. (Art. 1113)
Cámara Civil, Comercial, Laboral y Minería. Chubut, 21 de junio de 2011. Sumario Q0025695. Sala A, V.C. C/
G.S.H. Y Otros S/Daños y Perjuicios. Responsabilidad Civil. Daños y Perjuicios. Relación de Causalidad. Cosa
Riesgosa.
El Código Civil en su art. 901 al 905, establece diferencia de consecuencia, clasificándolas en inmediatas,
mediatas y casuales. Una consecuencia inmediata es la que se sucede en éste accidente, pues habitualmente
acaecen según el curso natural y ordinario de las cosas.
Un vehículo que atropella a una persona en la mayoría de los casos, produce heridas al atropellado.
Con respecto a la responsabilidad del chofer consideramos un “Eximente de Responsabilidad” que atenúa,
valga la redundancia, pues el niño generó el accidente y por ende hay culpas concurrentes, y se considera
que la cuantía de la reparación a cargo del responsable será rebajada proporcionalmente al hecho del
damnificado.
En éste caso hay culpa concurrente, pues existió una falta de diligencia del conductor en cuanto al
atropellamiento y una ausencia de quienes debían ejercer la guarda del niño, y por otro lado su imprudencia
al cruzar la ruta.
Daños
1) Daño Material o Patrimonial. Corresponde al sufrido por el niño en su cuerpo dañado.
2) Daño Emergente. Originado en la sumatoria de gastos médicos y en tratamiento de recuperación.
3) Lucro Cesante. Los responsables de la atención del niño internado interrumpirán sus labores diarias para
atenderlo.
4) Daño Moral. (art. 1.078 del C.C.) secuelas del accidente. Daños estéticos y Psíquicos. Posibles cirugías a futuro.
Los daños morales no se hayan sujetos a un importe pecuniario y son de difícil fijación, pues no es sencillo
ponderar las lesiones íntimas de los afectados y menos espiritualmente.

Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería. Daño Moral. Monto de la Indemnización.
Neuquén, 9 de Agosto de 2011. Sumario H0001079. PEÑA, ROSALES JAVIER ORLANDO C/ LA
MERIDIONAL CIA. ARGENTINA DE SEGUROS.

Conclusión Final
Sr. Sarria
Por lo expuesto ut supra y teniendo en cuenta los hechos acaecidos es factible la obtención de una
sentencia favorable que debido a la concurrencia de culpas seguramente no será satisfecha en su totalidad.
De no existir un posible arreglo extrajudicial, la suma a resarcir será morigerada por el juez, quien tendrá
a su consideración sobre las partes en la producción del hecho.
RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES POR LOS HECHOS DE SUS HIJOS MENORES.
Es un subtipo de responsabilidad por el hecho ajeno o también llamada indirecta o refleja. En esta clase de responsabilidad
se da como característica principal que quién debe afrontar la indemnización no es el au-tor del daño. La ley brinda varios
casos de esa tipo-logía, así : la responsabilidad del comitente (art. 1113 del C.C.), de los padres, tutores, curadores (arts.
1114,1115,1116 y 1117 del C.C.), de los dueños de establecimientos educativos (art. 1117 conf. Mod. De la ley 24.830),
dueños de hoteles, capitanes de bu-ques, jefes de familia por cosas arrojadas a la calle o expuestas a caer (art. 1118).

REQUISITOS : A) MINORIDAD; B) HABITACION; Y C) ACTO ILICITO DEL MENOR. A) MINORIDAD : Se remita


al punto anterior. B) HABITACION : No debe interpretarse en un sentido literal. Responden si no hay un motivo serio que
impida la convivencia (Machado, Salas, Salvat, Acuña Anzorena, Mazeaud, Trigo Represas, Bustamante Alsina). Si el hijo
se ausenta por razones atendibles, hay divergencia doctrinaria en la solución: 1) para una corriente, cesa la responsabilidad
paterna por no concurrir el requisito, imposibilidad de vigilancia, cese de la presunta culpa (Borda, Llambias, Colombo,
Bustamante Alsina, Mazeaud- Tunc, Giorgi, Demogue, Co-lin- Capitant, Peirano Facio). 2) Solo se eximen los padres si la
transferencia de la guarda del menor, lo

fue hacia algunos de los sujetos previstos en los arts. 1113 y 1117 del C.C. (Ovejero, Machado, Salas, Trigo Represas,
Kemelmajer de Carlucci, Llerena, Compgnucci de Caso, Josserand, Viney, Simler, Borrel Macia). C) ACTO ILICITO DEL
MENOR: El problema es su determinación de los menores de 10 años, por ser impo-sible imputarles culpabilidad (conf.
Arts. 897, 898, 900, 921 y 1076). A) Culpa de los padres (Borda, Bus-tamante Alsina, Mazeaud- Tunc). B) Ilicitud objetiva
y su diferencia con la subjetiva (Orgaz, Trigo Represas, Salas, Kemelmajer de Carlucci, Compagnucci de Caso, Ovejero). Si
el hijo es mayor de 10 años, el problema no se suscita. Siempre se responde por daños causados a terceros, no a si mismo.
REPONSABILIDAD SUBJETIVA U OBJETIVA?. Según el funda-mento que se adopte.
CAUSALES DE EXIMISION. La falta de culpa, cuya prueba queda a cargo de los padres, y en supuestos específi-cos (arts.
1115 y 1116). Causas: a) Transferencia de la guarda del menor; b) Vigilancia activa. A) TRANSFE-RENCIA DE LA
GUARDA (Art. 1115): desplazamiento de la guarda hacia otro en forma “permanente” (sustitución de la autoridad paterna),
aunque puede ser discontinua (En contra: Lafaille). B) VIGILANCIA ACTIVA: (Art. 1116). Para su apreciación es
importante la edad de los menores (Llambias). También las costumbres, usos, necesidades, carácter del menor, inteligencia,
y demás circunstancias del caso. Asi : cuando los padres no controlan las amistades, uso de armas, o frecuentar lugares
inapropiados, salidas nocturnas, ir de caza, intervención en carreras de automotores, jugar con hondas, tirar piedras, etc. La
conducción de automoto-res y la autorización administrativa para ello, da lu-gar a pronunciamientos divergentes. La falta de
pre-sencia física de los padres, y la vigilancia activa.
ACCIONES RECURSORIAS. Entre cónyuges solidarios: la acción se suspende (art. 3969). Es aplicable lo dis-puesto en
los arts. 689 y 717, o solo la parte final del art. 689 ?. Acción contra el hijo: Se aplica lo dispuesto en el art. 1123 ¿. No
cuando el hecho lo co-metió un menor de 10 años.
Rubén H. Compagnucci de Caso.
Colegio de Abogados de La Plata (3 de octubre de 2005).

T.S.J., Sala Penal, Sent. n° 92, 24/9/03. "ACHAVAL, María Virginia p.s.a. Homicidio Culposo -Recurso de
Casación-". Vocales: Tarditti, Cafure de Battistelli, Rubio.
RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR SUS HIJOS: Hijos
menores adultos con carnet habilitante para conducir.

En relación con la naturaleza y alcances de la responsabilidad de los padres por los daños ocasionados por
sus hijos menores de edad, cuando éstos son menores adultos, corresponde señalar que, aún cuando pueda
discreparse en la naturaleza y alcance de la responsabilidad dispuesta por el artículo 1114 del Código Civil,
cuando se avanza en el análisis de la hipótesis particular del menor adulto que posee licencia de conducir,
esto es, que se encuentra estatalmente habilitado para hacerlo, la conclusión es unívoca: la exoneración de
los progenitores. El fundamento también es común: no puede en tal caso achacárseles omisión de vigilancia
activa alguna, toda vez que la autorización administrativa desobliga a los padres de las obligaciones
emergentes de la patria potestad (tesis subjetiva) o bien hace desaparecer la garantía que deben asumir
en virtud de su condición de padres (tesis objetiva), ya que no resulta razonable que, contando su hijo con
dicho permiso por haber cumplimentado todos los requisitos exigidos por la autoridad para obtenerlo,
permanezcan responsables de un accionar en cuya autorización el propio Estado ha decidido prescindir de
la voluntad de aquellos y dar autonomía del joven.

Fallo: A. E y Otro C/ PROVINCIA de BUENOS AIRES S/ Daños y Perjuicios y A. E. H. y Otro C/ T. M. A.


S/ Daños y Perjuicios. 12- 09-06 Cámara Primera de Apelación Civil y Comercial "Sala Segunda" de
San Isidro [22-AGOSTO-2006] La Cámara, en las causas 100.508 y 100.493, resolvió sobre la
responsabilidad del establecimiento educativo por un homicidio cometido por un alumno durante el
horario escolar pero fuera del colegio y, habiendo éste cumplido con las normas que regulaban las
autorizaciones de los menores para retirarse del mismo; y la responsabilidad de los padres del
homicida en los términos del art. 1114 del C.C.

DAÑOS Y PERJUICIOS. Víctima menor de edad. Responsabilidad de los padres.

En tanto el art. 1114 del Código Civil, alude a los daños causados por los menores, es decir aquéllos
que éstos provocan, generan o causan, un menor no es imputable por el daño del que ha sido víctima,
ni tampoco se desplaza la autoría ni la relación causal a los padres.

MONTERO, Víctor Hugo y otro c/ RICCA, Juan Pablo María y otro s/ DAÑOS Y PERJUICIOS

C.N.Civ. Sala D D073849 26-06-00 MERCANTE.

RESPONSABILIDAD CIVIL EN LOS ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS

NORMATIVA ACTUAL:

La responsabilidad civil de los establecimientos educativos ha sido reformada por la ley 24830. La
modificación introducida establece un cambio radical del sistema de responsabilidad que nos ocupa,
consistente en la liberación de los directores de colegio y de los maestros artesanos, del peso de la
presunción de culpa establecida por el antiguo articulo 1117 del Código Civil, la objetivación del factor de
atribución y la modificación de la legitimación pasiva. Son también aplicables los artículos 1109; 1111; 1112;
1115; 1116; 1118; 1123; y concordantes del citado código.
Corresponde transcribir él articulo 1117 en su nueva redacción, para una mejor compresión de las
situaciones que abarca.
‘Los propietarios de establecimientos educativos privados o estatales serán responsables por los daños
causados o sufridos por sus alumnos menores cuando se hallen bajo el control de la autoridad
educativa, salvo que se probaren el caso fortuito.
Los establecimientos educativos deberán contratar un seguro de responsabilidad civil. A tales efectos
las autoridades jurisdiccionales, dispondrán las medidas para el cumplimiento de la obligación
precedente.
La presente norma no se aplicara a los establecimientos de nivel terciario o universitario.’

A partir de esta modificación legislativa ya no se presume la culpa de los directores de las escuelas y si se
atribuye la responsabilidad al titular del establecimiento educativo al que concurre el alumno. Será
entonces la persona física o jurídica, tanto privada como publica que detente el carácter de
propietario de la institución a la que asista el alumno dañador o damnificado, quien resulta ser el
legitimado para iniciar la acción resarcitoria.
Sin perjuicio de lo antes expuesto, no se encuentran exceptuados los directivos o maestros quienes
pueden ser responsabilizados en forma directa si se demuestra su dolo o culpa, y en tal caso,
deberán reparar el daño causado de acuerdo a los principios generales de responsabilidad civil
subjetiva (Art. 1109 del Código Civil), en este supuesto la responsabilidad es concurrente con la del
titular del establecimiento.

Las hipótesis contempladas en la norma son:


 1. Daños causados por los alumnos a terceros: En este supuesto responde siempre el titular del
establecimiento, sea que se hubiere dañado a terceros extraños o alguien vinculado con la actividad
educativa (alumnos, docentes y/o persona que por alguna causa estuviere en la escuela, o
transeúnte, etc.)
 2. Daños sufridos por los alumnos: Siempre por el daño que sufra el menor, sea causado por un
dependiente, un tercero ajeno, un alumno, o por el hecho de cosas, siempre que ocurra el evento
dañoso durante actividades realizadas bajo el control de la autoridad educativa, por incumplimiento
de la obligación de seguridad.

REQUISITOS PARA QUE RESULTEN RESPONSABLES LOS TITULARES DEL ESTABLECIMIENTO
EDUCATIVO

 1. Edad del menor: Estarían comprendidos en la norma los daños causados o sufridos por cualquier
menor, aun los menores de 10 años y hasta 21 años, donde se adquiere la mayoría de edad.
 2. Actividad escolar: El daño que puede ser físico o moral, debe producirse mientras el menor se
encuentre ‘bajo control de la autoridad educativa’. A tal efecto tal hipótesis comprende toda
actividad estrictamente curriculares, la que se extiende a todas las que se vinculen a ella por el
hecho de encontrarse organizadas y controladas por la autoridad educativa (o a través de sus
dependientes, directores, docentes en general, preceptores, etc.), no se limitan a actividades
desarrolladas en aulas, se incluyen por ende, las deportivas, viajes de estudio o recreación, etc. Con
lo cual los directivos y docentes de las escuelas tienen que cumplir con su obligación de vigilancia
respecto del alumnado en un limite temporal muy amplio.
 3.Nivel de enseñanza: Se limita la reparación al titular de escuelas de ciclos inicial, de educación
general básica, educación polimodal, quedando expresamente exceptuado la enseñanza terciaria y
universitaria.
EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD

El titular deberá probar el caso fortuito, conforme al Art. 514 del Código Civil, a fin de no tener
responsabilidad sobre el hecho ocurrido.

SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL:

El titular del servicio educativo tiene la obligación de contratar un seguro de responsabilidad civil, a fin de
garantizar a la victima del daño una adecuada reparación, de conformidad al nuevo texto del Art. 1117 del
Código Civil.
Las escuelas dependientes de la Dirección General de Cultura y Educación,(en el caso de la Pcia de Bs. As.)
cuentan con un seguro escolar contratado con Provincia Seguros, a través de la cual todos los alumnos
regulares de los establecimientos de la DGCyE (oficiales y privados), se encuentran asegurados contra los
siguientes riesgos:
a) Incapacidad parcial y permanente
b) Incapacidad total y permanente
c) Indemnización por muerte
d) Indemnización por gastos de asistencia medica y farmacéutica.
Constando cada uno de los requisitos y documentación a presentar en la Circular N° 3 de la Dirección de
Cooperación Escolar del 9 de abril de 1977, la que se encuentra vigente.

PAUTAS QUE SE SUGIEREN CUMPLIMENTAR, EN CASOS DE ACCIDENTES OCURRIDOS EN LOS


SERVICIOS EDUCATIVOS.

El procedimiento administrativo para los directivos del servicio educativo ante casos de accidente de
personal docente, administrativo y alumnos que cursen en forma regular en establecimientos educativos es
el siguiente:
1. Se dará urgente comunicación al servicio de emergencia contratado previamente por el
establecimiento educacional, o al servicio de salud publico más cercano.
2. Se informara el hecho acaecido a padres y/o tutores del alumno accidentado.
3. Se efectuara la denuncia policial o exposición civil sobre los hechos acaecidos en la dependencia
policial que correspondiere, según la jurisdicción y ubicación del establecimiento.
4. Se labrara acta del hecho ocurrido en el Libro de Actas de la escuela, detallando fecha, horario,
lugar y circunstancias fácticas del mismo como ser testigos, imputados, agresores, posibles, posible
daño. La misma será firmada por el directivo y el docente a cargo del turno en que el hecho haya
ocurrido.
5. Se notificara a los padres mediante acta, informando además que se encuentra a su disposición la
cobertura del seguro por accidente.
6. Se deberá efectuar la denuncia a la Compañía de Seguros, a fin de tramitar la cobertura del seguro
7. Se deberá dar aviso del hecho a la Inspección de Escuelas.
8. El directivo deberá solicitar a los padres la certificación del medico que asistió al alumno el cual
deberá guardarse en el legajo del mismo
9. En los casos de accidentes de docentes deberán además cumplimentarse las formalidades
requeridas por la ART y las prescripciones existentes en los diferentes Consejos Escolares.

PAUTAS TENDIENTES A EVITAR DEMANDAS POR DAÑOS Y PERJUICIOS


Cabe resaltar que con la nueva reforma del Art. 1117 del Código Civil el personal directivo de las
escuelas han sido justamente beneficiados dado que ya no pesa sobre estos la responsabilidad refleja
que establecía la anterior redacción del articulo citado y que agravaba en forma injustificada la
situación del director de la escuela. Por lo tanto en la realidad y a partir de esta reforma las demandas
por daños y perjuicios por responsabilidad civil en principio y en líneas generales serán dirigidas contra
el propietario del servicio educativo, debiendo este contestar a través de sus asesores legales las
acciones judiciales iniciadas en su contra.
Sin embargo y por vía de excepción el personal docente puede ver comprometida su responsabilidad
civil cuando en el cumplimiento de sus funciones inherente al cargo que desempeña hubiera actuado con
dolo o culpa y tal conducta hubiera provocado un hecho dañoso a un alumno o tercero. En tal hipótesis
quien demande (padres del alumno, tutor, tercero, etc.) deberán demostrar tales extremos y podrán
dirigir la acción de acuerdo a su elección contra el docente en forma directa y separada o demandar en
forma conjunta tanto a la entidad propietaria como al docente responsable.
Por eso es importante que los docentes extremen sus cuidados y deber de diligencia en el cumplimiento
de sus funciones inherentes al cargo que desempeñan con el objeto de brindar una vigilancia activa y
permanente de los educando que están a su cargo. De tal manera se garantizara en forma idónea el
cumplimiento de la obligación accesoria de seguridad que comprende tanto la integridad física como
psicológica del alumno y se disminuirá la posibilidad de una acción indemnizatoria contra el docente.
A continuación se señalan pautas orientativas y medidas a tomar por el personal directivo de los
servicios educativos a los fines de prevenir potenciales hechos que originen una responsabilidad civil
del titular del establecimiento, a saber:
1. Realizar un control periódico de las instalaciones y bienes, muebles pudieren generar algún
riesgo al alumnado por su mal estado de conservación: (Ej. Enchufes, cables que a la vista
denotan su deterioro dado que de estas cosas inanimadas puede surgir un daño a un alumno).
Solicitar en forma urgente por escrito la reparación de las deficiencias técnicas ante los
responsables del área.
A modo de ejemplo existen fallos judiciales por lo que se condeno a pagar una indemnización,
por ceder los soportes de un pizarron y provocar lesiones a un alumno.
2. Tomar medidas de seguridad y control en cuanto a las puertas de acceso al edificio escolar
durante el horario de entrada y salida de los alumnos. En los demás horarios deberá
permanecer cerrada con algún dispositivo de seguridad y bajo el control de una persona
designada por la autoridad.
3. Durante los recreos se deberá designar personal docente o de preceptoria distribuidos en
puntos estratégicos según el lugar utilizado a fin de controlar en forma adecuada el
comportamiento de los alumnos y evitar todo tipo de accidentes, dado que hay casos judiciales
en los que sé eximio de responsabilidad a las instituciones en caso de agresiones físicas y
lesiones graves entre alumnos (perdida de un ojo) cuando fue imposible impedir el hecho por su
imprevisibilidad y se pudo probar además que existió por parte del personal docente una
vigilancia activa por estar a escasos metros del lugar.
4. En horario de clases del profesor o maestro jamás deberá abandonar y dejar solos a los
alumnos salvo que estén bajo la custodia de algún preceptor. Cabe citar una sentencia en la que
se condeno a la entidad propietaria y al director del colegio a pagar una indemnización a un
alumno que fue golpeado con un paraguas en su rostro por otro alumno en el lapso que la
profesora se había ausentado del aula por haber sido llamada al despacho del director del
colegio.
5. No deberán darse ordenes o encargues a los alumnos fuera de las dependencias de la escuela
con riesgo evidente para ellos o terceros y aun más grave, en horas de clase para realizar
tareas sin vigilancia. (Así obra con imprudencia el profesor de educación física que permite que
sus alumnos se trepen al techo de una casa contigua para alcanzar las pelotas que caían en él)
6. No realizar actividades de educación física por motivos climáticos en lugar cerrado que no
cumplen con las condiciones de comodidad y seguridad adecuada como ser por ejemplo, en la
proximidad de puertas y ventanas de vidrio que impliquen riesgo respecto de la actividad física
a desarrollar por los alumnos.
7. La circunstancia de que el menor tuviera problemas de conducta, fuera inquieto o travieso,
obliga a obrar con mayor atención hasta tanto se haga uso o no de la facultad de expulsión del
alumno del establecimiento por lo cual en tales circunstancias debe acentuarse el deber de
vigilancia por parte de las autoridades de la escuela dado que el comportamiento anterior no
sirve de atenuante o eximente de responsabilidad.
8. Extremar las medidas de control y vigilancia de los alumnos durante las clases practicas de
taller no permitiendo el uso de herramientas sin el debido control y presencia efectiva de uno o
varios profesores que supervisen la clase.
9. En los edificios escolares que cuenten con mas de un piso deberá controlarse en el sector de
escaleras durante el ascenso y descenso de los alumnos con el objeto de evitar accidentes.
Existe una demanda en que el alumno cayo al vació desde la escalera, aparentemente montado a
caballo sobre la baranda, estrellándose contra una estufa que se hallaba en la planta baja,
condenándose a pagar una indemnización a la entidad propietaria.
10. En cuanto a la elección de los alumnos para su inscripción cabe citar otra jurisprudencia en que
se encontró responsable al colegio y director a pagar una indemnización por ejercer en forma
irregular el derecho de aceptar o rechazar la solicitud de ingreso de una alumna. Así se indica
que deviene arbitrario al exceder los limites de la buena fe, constituyendo un ejercicio abusivo
de sus derechos que la ley no ampara el impedir su inscripción sin fundamento razonable.
11. En caso de viajes con fines educativos o excursiones o paseos recreativos, la autoridad escolar
debe de aumentar los cuidados durante este tipo de eventos asignando una cantidad de
docentes en proporción a la cantidad de alumnos y cumplir en la Comunicaciones sobre lecciones
paseos y actividades en la Vida en la Naturaleza

La enunciación precedente es de mero carácter ejemplifica torio dado que los hechos que pueden
derivar en responsabilidad civil en las escuelas, son innumerables, sin embargo a los fines de
concienciar de la importancia de este tema, nos parece valida, máxime si se tiene en cuenta el
desconocimiento y el temor existente sobre esta temática en el personal docente.
Por ultimo es aconsejable que toda información de anormalidades (brindadas por docentes,
asistentes sociales, alumnos, etc.) es necesaria y será valedera no-solo por la potencialidad de un
proceso judicial, sino para salvaguardar a los alumnos y al personal del establecimiento como a los
terceros que concurren al mismo, de todo tipo de perjuicio.
La prevención de accidentes durante la actividad docente debe prevalecer sobre todo otro
recaudo.

JURISPRUDENCIA DE LA PCIA DE BS. AS.

CARATULA: Alvarez, Leonardo y otra c/ Provincia de Buenos Aires y otros s/


Indemnización de Daños y Perjuicios

Constituye una grave imprudencia permitir que una sola maestra conduzca a veintitres (23) niños
de entre doce (12) y trece (13) años para bañarse en un río que no conocen, situado a bastante
distancia del hotel en el que se alojaban y sin ninguna clase de instalaciones o personal de
vigilancia en las inmediaciones (arts. 1109 y 1112, C. Civil).
Debe considerarse que la única causa del accidente -muerte de un menor ahogado en el río-, fue
la conducta negligente de las maestras, que permitieron que veintitres (23) niños concurrieran con
una sola de ellas a bañarse a un río desconocido, a pocos minutos de haber almorzado, sin
apreciar que se encuentra en el orden natural de las cosas que niños de doce (12) y trece (13)
años de edad carecen del tino necesario para guardar una estricta conducta como si fueran
personas mayores (arts. 1109 y 1112, C. Civil).

La responsabilidad civil indirecta, establecida por el art. 1113, primera parte, C. Civil, se funda en
una doble idea de elección y de vigilancia, y no cabe duda de que la directora del colegio fue
quien eligió a las maestras que acompañaron al contingente de niños, siendo uno de ellos quien
resultó víctima fatal del accidente.

Se encuentra ínsito en las facultades de quien dirige un colegio -público o privado-, el derecho de
impartir órdenes e instrucciones en cuanto a la manera de cumplir las funciones que les ha
confiado al personal a su cargo.

___________________________

CARATULA: Gonzales, Luis M. y otra c/ Dirección Gral. de Escuelas de la Prov. de Buenos


Aires s/ Daños y perjuiciosEl Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Nro. 6
delDepartamento Judicial de La Plata hizo lugar a la acción.

La responsabilidad civil que se endilga a la docente no puede hallar sustento en la aplicación


expansiva del art. 1117 del CC, ya que una de las condiciones que esta norma consagra es que se
trate de daños ocasionados por los alumnos o aprendices a un tercero, de suerte que el director no
responde por los daños que el alumno se haya ocasionado a sí mismo, a menos que se pruebe una
culpa directa suya.

Si medió un obrar reprochable a la directora del establecimiento educativo -máxima autoridad


administrativa en ese sitio y momento-, por incurrir en un defecto genérico de prevención debe
responder en forma personal y directa frente a la víctima, conforme a lo estatuído por el art. 1112
del CC.

El art. 1112 del CC contempla la responsabilidad civil extracontractual de los funcionarios públicos
a raíz de los hechos y las omisiones de éstos, cuando actúan en el ejercicio de sus funciones, que
configuran un cumplimiento irregular de las obligaciones legales que le están impuestas.

El sujeto pasivo de la responsabilidad prevista por el art. 1112 del CC, es el agente de la
administración que, como tal, causa un daño a un tercero y por el que resulta personalmente
responsable, de modo que aquélla no se refiere a ningún caso de responsabilidad refleja, sino que
se trata de una responsabilidad por el hecho propio, en cuya base está la culpa del agente dañoso.

La omitida obligación de prevenir y prever un hecho como el acontecido por la directora del
establecimiento (en el caso un motor encendido sin protección durante el recreo) no es sino
correlato de la que le incumbe al Estado provincial, pues como éste establece, organiza y sostiene
el servicio de la educación común en las escuelas públicas, a fin de asegurar el derecho de
enseñar y aprender que todos los habitantes tienen (arts. 5, 14 Const. Nac.; arts. 31, 189, 190,
Const. Prov.).

No hay duda de que en el servicio oficial de la educación anida una obligación accesoria y tácita
de seguridad, la cual, a la manera de una garantía objetiva de preservación de la vida humana, de
la integridad psicofísica y de los bienes todos, subyace en ciertas figuras contractuales y en
diversas situaciones extracontractuales, como emanación del deber genérico de no dañar
-"alterum non laedere"- y en resguardo de la incolumnidad de las víctimas.
_______________________

CARATULA: Da Luz, Darío D. c/ Provincia de Buenos Aires s/ Daños y perjuicios

El art. 1117 del Código Civil responsabiliza a los directores de colegio por los daños provocados
por sus alumnos mayores de diez años. Se trata de una presunción simple por culpa, desde que
expresamente contempla la liberación de tal responsabilidad si demuestran que "...no pudieron
impedir el daño con la autoridad que su calidad les confería, y con el cuidado que era su deber
poner".

Sobre el Director del Colegio pesa, en principio, la responsabilidad por los daños ocasionados por
alumnos a los cuales no se logró inculcar, a través del personal docente y auxiliar subordinado, las
pautas de disciplina necesarias para un armónico desarrollo del trabajo comúm, o sobre quienes
no se ejerció una adecuada vigilancia tendiente a evitar que el hecho dañoso tuviera lugar.

Para eximirse de responder, el director del colegio debe demostrar: a) la imposibilidad de impedir
el hecho dañoso (casus); b) la existencia de dicha imposibilidad pese a las potestades que ejerce
para vigilar a los alumnos (ausencia de culpa) y c) que observó todos los cuidados que
correspondían a su deber (ausencia de culpa).

JURISPRUDENCIA DE LA NACION.

Civil y Comercial Federal

12/10/95 MORALEJO, JORGE GERMAN Y OTROS C/ESTADO NACIONAL MIN. DE EDUC. Y JUSTICIA
SECRETARIA DE EDUCACION S/DAÑOS Y PERJUICIOS VARIOS. CAUSA N° 14.909/94.

RESPONSABILIDAD CIVIL DEL ESTADO: COLEGIO NACIONAL - "SALIDA EDUCATIVA OFICIAL" -


ALUMNOS DE CUARTO AÑO - ROBO Y TENTATIVA DE ABUSO EN EL HOTEL - LESIONES FISICAS Y
PSIQUICAS

El viaje y la estadia en puerto madryn formo parte de la labor educativa programada por el colegio
nacional de vicente lopez. Tratose de una "salida educativa oficial" para alumnos que cursaban el
cuarto año (y no de un viaje de placer de egresados). Esto tiene especial trascendencia juridica
para enquiciar la cuestión porque, en tales condiciones, el colegio conservaba en plenitud las
obligaciones de proporcionar cuidado y seguridad a los educandos, del mismo modo y con no
menor intensidad que la debida dentro del propio establecimiento de vicente lopez. Y es que, en
definitiva, durante la salida educativa oficial los alumnos estaban confiados a las autoridades y
cuerpo docente cuya responsabilidad no sufria atenuación alguna -y si, en todo caso, una
acentuación (doctrina del art. 902 Del código civil) por la presencia de nuevos riesgos y
potenciales situaciones de peligro- en razon de que la tarea pedagogica hubiera de ser cumplida
fuera de la sede del establecimiento de enseñanza. Dentro de este o fuera de su superficie, lo que
importa es que los alumnos, cumpliendo su rol de aprendizaje, permanecian bajo el cuidado del
personal docente, responsable de su integridad fisica (arts. 1115 Y 1117 del código civil).

La responsabilidad, por la misión propia del docente y la minoridad de los alumnos, es


insusceptible de ser disminuida por un pacto de dispensa de la culpa -que el representante del
estado pretende hacer valer aprovechando una clausula de letra pequeña ubicada en el dorso del
contrato-, particularmente cuando por el lugar en que se desempeña la actividad educativa de
vigilancia solo puede ser ejercida, en terminos de razonabilidad, por las autoridades escolares. Y
es que es inadmisible, por violentar el orden publico y desnaturalizar por completo la función del
docente, que se lo releve de uno de sus deberes esenciales (obrar con apropiada diligencia en el
cuidado de los pupilos que le han sido confiados, maxime tratandose de adolescentes). De alli que
una clausula de dispensa total de la culpa sea, en este ambito de la actividad humana,
obsolutamente nula (art. 953 Del código civil).
La invocación del "caso fortuito", que se funda en el hecho de que el agresor estaba armado,
carece de sustento juridico; ello asi, porque el ingreso del delincuente al hotel donde se
hospedaban los alumnos no comporto un hecho inevitable. Hubiera bastado, al efecto, con
disponer una guardia apropiada y clausurar la puerta de acceso para que el intruso no hubiese
podido tener acceso a los pasillos internos y habitaciones del hotel. Tampoco puede ser afirmado
que la presencia de un delincuente no resultaba previsible, pues ello significaria negar la realidad
del auge de la delincuencia que asola nuestro pais. El hecho, en definitiva, pudo ser previsto y
evitado con personal de guardia o custodia suficiente, dotado de elementos de seguridad
adecuados a las circunstancias: el cuidado de 42 adolescentes, en su mayoría jovencitas. Por lo
demas, el personal docente no extremo los cuidados requeridos por las circunstancias, lo que
configura "culpa civil" y compromete la responsabilidad estatal.

Irse a dormir en las circunstancias en que se desenvolvia la vida de p. Madryn, con la


consecuencia de dejar librado a los alumnos a su entera libertad y a una cierta imprudencia propia
de la adolescencia, constituyo un acto de negligencia. De el se han derivado daños que acosan la
vida de dos mujeres recien llegadas a la mayoría de edad, cuya tranquilidad espiritual aparece
gravemente quebrada sin que nadie pueda decir hasta cuando. El daño, pues, ha sido enorme.
Fruto de una irresponsabilidad proporcional. Y por ella debe pagar el estado argentino, por
violación del principio neminen laede. Y aca no hay privilegios para el estado ni para nadie (arts.
43, 512, 902, 1109 Y 1112 del código civil).

Las victimas no estan totalmente liberadas de culpa, si bien la incidencia causal de su conducta es
muy inferior a la que le cabe al estado por el mal desempeño de sus funcionarios, porque
imprudencia por imprudencia, no es lo mismo la que pueda cometer el personal docente
encargado de un grupo de adolescentes (art. 902 C.C.) Con la imputable a la actividad de jovenes
del 4 año secundario, cuya edad promedio no supera los 17 años. Y es que la culpa debe ser
juzgada en concreto (art. 512 Cc y su nota). Las accionantes recibieron indicación de irse a dormir
(no de ir a la playa en horas nocturnas) y desobedecieron esa indicación de sus superiores. De
todos modos, con la ingenuidad que les es connatural, las jovencitas volvieron al hotel -cuyas
puertas permanecian abiertas, y sin vigilancia; extremos estos que conocian ciertamente- y se
dirigieron a sus habitaciones. Fue entonces cuando se produjo el ataque del canalla. La
inobservancia de las instrucciones recibidas del personal docente y el descuido de las
circunstancias riesgosas: 1) que el hotel carecia de adecuada vigilancia; 2) que el acceso era
practicamente libre porque las puertas permanecian, en la practica, las 24 horas abiertas; 3) que
la zona tenia riesgos por la presencia de cabarets y gente indeseable; 4) que ninguna vigilancia
podia ser esperada del personal docente, que dormia placidamente; y 5) que, en el fondo, la
directiva de las profesoras no habia sido acatada, demuestran que las actoras -que contaban con
suficiente discernimiento para superar peligros, riesgos y conductas sin problemas- también
incurrieron en una conducta no exenta de reproche civil y que tuvo incidencia causal en la
concreción de los daños. Y, sopesando la incidencia causal de cada conducta, logico es admitir que
la responsabilidad del personal docente es de muy superior entidad con relación a la imputable a
jovenes de 16 y 17 años, porque el cuidado y vigilancia corria por cuenta de ese personal. Por ello,
meritando en concreto la culpa de las partes y su incidencia causal en los daños, es imputable al
estado nacional el 85% de los daños y el 15% a las actoras.

RESÚMENES DE OTROS FALLOS:

Como la presunción de responsabilidad a la que alude el art. 1117 del cód. civil es iuris tantum, tal
como se desprende de la parte final de dicha norma, el director del colegio puede demostrar que
ni siquiera incurrió en la culpa mediata. Desde este punto de vista, en el caso, cabe
responsabilizar al Director del Establecimiento, toda vez que de las características del ventanal
desde el cual fue arrojado el bolso causante del daño a la actora, frente a la forma en que
ocurrieron los hechos, debió probar y no lo hizo que los vidrios de la ventana estaban en buen
estado de modo de dificultar esa clase de acciones peligrosas. (CNCiv. y Com. Fed., sala 3, mayo
13-1992). ED, 153-151.
_______________

La mención en el art. 1117 del cód. civil de los "directores de colegios" sólo comprende en la
presunción legal de responsabilidad a la autoridad que rige el instituto y no a los maestros o
profesores; respecto de éstos se aplica el principio general de la prueba de culpabilidad. La
expresión "maestros artesanos" se refiere a otros supuestos. Es por lo expuesto que el sub
examine, frente a los daños provocados a terceros por alumnos del establecimiento escolar, cabe
liberar la responsabilidad a la profesora a cargo del curso si no se probó su culpa en el
cumplimiento de sus deberes. (CNCiv. y Com. Fed., sala 3, mayo 13-1992). ED, 153-151.

_______________

Es responsabilidad excluyente del instituto educativo en los términos del art. 1117 del cód. civil,
por el hecho del educando que, encontrándose en el establecimiento, arrojó la mochila con útiles a
otro educando que se encontraba en el exterior del mismo, causando daños a la actora que
transitaba por el lugar al hacer impacto contra su físico. (CNCiv. y Com. Fed., sala 3, mayo 13-
1992). ED, 153-151.

_______________

Si el art. 1117 del Cód. Civil llega a estatuir - bajo determinadas condiciones - la responsabilidad
de los directores de colegios por el daño causado por sus alumnos en virtud de la autoridad que su
calidad les confiere, resulta natural reconocer la misma autoridad para precisar las conductas que
interfieren el orden disciplinario. (CNCont.-Adm. Fed., Sala I, Noviembre 5-1991). ED, 145-426. -
Con nota de Germ n J. Bidart Campos.

_______________

No se opera presunción que estatuye el art. 1117 del Código Civil si no se invocó ni probó un
hecho concreto imputable a título de culpa a las alumnas de un instituto escolar que asistieron
como ayudantes en la realización del ejercicio físico que provoca el daño a la hija del accionante;
ello es así; por cuanto para actuarse la responsabilidad refleja del Instituto de enseñanza- como
as¡ la responsabilidad de los padres respecto de sus hijos menores es menester dicha acreditación
(CNCiv Sala E, Marzo 11 1987) ED, 124-574.

_______________

Incumplido el deber de custodia que pesa sobre el Instituto escolar (art. 1117, Código Civil) hecho
que facilitó el obrar imprudente del alumno damnificado, resulta indudable la parcial
responsabilidad del establecimiento educacional (CNCiv. y Com. Fed., Sala II, Abril 12 1985, Gómez
Ortega, Alonso y Otra c. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación y Otro).

_______________

No resultan atendibles los argumentos de la Universidad Nacional de La plata - declarada


responsable de los daños y perjuicios derivados de las lesiones sufridas por un menos de 15 años
de edad, en una clase de educación física- enderezados a impugnar la interpretación y aplicación
del art. 1117 del Código Civil efectuadas por el a quo, si tal cuestión no fue planteada por dicha
parte al recurrir el fallo del juez de primera instancia, que adoptó un criterio análogo (CS, Junio 21
1984, Mochi, Aquiles H. C. Universidad Nacional de La Plata y Molla Villanueva, Julio E.).

_______________
Al margen de los casos en los que los directores responden en los términos del art. 1117 del
Código Civil - daños que los alumnos causan a otros alumnos o a terceros en general -, la potencial
responsabilidad del director se emplazaría en el art. 1109, de estar referida al sector hecho propio
o en el art. 1113, parr. 1 si estuviera de por medio la culpabilidad de un dependiente funcional de
dicho director (del voto del doctor Bueres) (CNCiv., Sala D, Agosto 29 1983). ED, 106-682.

RESPONSABILIDAD REFLEJA. Establecimientos educativos. Lesiones sufridas por un alumno por la


agresión de otro durante el recreo. Aplicación del Art. 1113 del Código Civil. Interpretación del Art. 1117 en su
anterior y actual redacción (modificado por ley 24830) L. 337658 - "M. De M., Patricia Lucía y otro c./ MCBA, s/
daños y perjuicios" - CNCIV - SALA F - 05/08/2002 Texto Completo Formato PDF Tamaño 80 Kb - Clic Aquí

CONTRATO DE ENSEÑANZA. Responsabilidad contractual.


Obligación tácita de seguridad a cargo de los establecimientos educativos. Negligencia en la supervisión.
Obligación de resultado. Lesiones físicas sufridas por los alumnos durante el horario escolar R. 326757 - "G.
Irene c/Instituto San Roberto Arzobispado de Buenos Aires y otros s/Cobro de sumas de dinero" - CNCIV -
SALA H - 30/04/2002 Texto Completo Formato PDF Tamaño 90 Kb - Clic Aquí

SENTENCIA
Morón, 17 de octubre de 2006.-
Cámara de Apelación Civil y Comercial "Sala I" de Morón [17-OCTUBRE-2006] resolvió,
en la causa 53.611, indemnizar al menor por los daños sufridos a causa de su expulsión
del establecimiento educacional quedando desvinculado del ciclo lectivo.
En la ciudad de Morón, Provincia de Buenos Aires, a los DIECISIETE días del mes de octubre de dos mil seis,
reunidos en la Sala I del Tribunal, los señores Jueces de la Excma. Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial
del Departamento Judicial de Morón, doctores Liliana Graciela Ludueña, José Eduardo Russo y Juan Manuel
Castellanos, para pronunciar sentencia en los autos caratulados: " MEYER, Nélida Beatriz y otro c/ COLEGIO
24 de OCTUBRE S.A.E. y/o INSTITUTO JOSE MANUEL ESTRADA s/ DAÑOS Y PERJUICIOS ", y habiéndose
practicado el sorteo pertinente ( arts. 168 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires y 266 del Código
de Procedimientos Civil y Comercial ), resultó que debía observarse el siguiente orden de votación : Dres.
RUSSO – CASTELLANOS - LUDUEÑA, resolviéndose plantear y votar las siguientes:
AUTOS Y VISTOS: De conformidad al resultado que arroja la votación que instruye el Acuerdo que antecede,
por unanimidad se revoca la apelada sentencia de fs. 505/510 admitiéndose la demanda de daños y perjuicios
impetrada, en su consecuencia, se condena a la demandada Colegio Veinticuatro de Octubre S.A.E. a pagar a
los actores, doña Nélida Beatriz Meyer y don Jorge María Eduardo Sesto, dentro del término de diez días de
encontrarse consentida o firme la liquidación que se practique, la suma de pesos trece mil ($ 13.000.-),
correspondiendo de tal importe la suma de pesos diez mil ($ 10.000.-) al menor L. I. S. y M. y la de pesos tres
mil ($ 3.000.-) a sus progenitores, sin intereses, por no haber sido reclamados en la demanda incoada y las
costas de primera instancia, dejándose sin efecto la regulación de honorarios oportunamente practicada ( conf.
arts. 274 y 68, párr. 1ero., del Código Procesal ).- Costas de la Alzada a la demandada fundamentalmente
vencida en el proceso de apelación ( art. 68, párr. 1ero., del Código Procesal ), difiriéndose la regulación de los
honorarios para su oportunidad.-

Fallo: A, E y ot. c/Provincia de Buenos Aires s/ daños y perjuicios”, causa nº 100.508, y “A, E H y ot. c/T, M
A s/ Ds. Y Ps.”, causa 100.493 – 12 – 09 - 20006
Cámara Primera de Apelación Civil y Comercial Sala Segunda de San Isidro [22-
AGOSTO-2006] La Cámara Primera de Apelación Civil y Comercial Sala Segunda de San
Isidro, en las causas 100508 y 100493, resolvió sobre la responsabilidad del
establecimiento educativo por un homicidio cometido por un alumno durante el horario
escolar pero fuera del colegio y, habiendo éste cumplido con las normas que regulaban
las autorizaciones de los menores para retirarse del mismo; y la responsabilidad de los
padres del homicida en los términos del art. 1114 del C.C

 Respecto a lo que se entiende por establecimiento educativo, con un criterio amplio, Aída
Kemelmajer de Carlucci (La Responsabilidad de los establecimientos educativos en Argentina
después de la reforma de 1997. LL. 1998-B-1047) sostiene que el mismo se da “en todos los
supuestos en que la enseñanza se imparte a un menor a través de una organización de tipo
empresarial que supone control de autoridad”.
 En la materia que nos concierne, Eduardo Loizaga (Responsabilidad Civil de los Establecimientos
Educativos. Eduardo Loizaga. Editorial Abeledo Perrot. Año 2000), sostiene que tampoco se dan los
requisitos en los casos de docentes que, juntamente
con varios alumnos menores de edad, impartan clases de gimnasia, artes marciales, etc. En plazas o
paseos públicos.
 Según expresa Ghersi “la tendencia mundial es considerar la responsabilidad de los
establecimientos como objetiva, es decir, probado que el daño ha acaecido en el
establecimiento o fuera de aquél pero durante las horas de enseñanza (es decir hay relación de
causalidad entre el daño y el acto educacional) se atribuye responsabilidad al establecimiento
sin necesidad de la prueba de culpa o dolo. Esto es lo que se denomina la asunción del riesgo
social o empresario Ghersi, Carlos A. Citado por Diputado Enrique Mathov, ob. cit.
 Kemelmajer de Carlucci, Aída, La responsabilidad civil de los establecimientos educativos ...”,
p.6. El artículo no menciona la culpa de la víctima como eximente. Se justifica la asunción de la
culpa de la víctima por parte del establecimiento tratándose de menores de corta edad
(inimputables si son menores de diez años) ni tampoco podría ser atribuida a los padres pues el
menor no está bajo la guarda de estos[xxxiv]. La situación es diferente cuando el alumno ha
alcanzado cierta edad. Allí pueden armonizarse los arts. 512 y 1111 y evaluar las conductas de
todas las partes intervinientes en el proceso. En opinión de Kemelmajer de Carlucci la expresión
“caso fortuito” debe ser entendida en sentido amplio, comprensiva de todo hecho que se
presente como imprevisible e inevitable, caracteres que puede tener la conducta de la propia
víctima; es decir debe atenderse a las circunstancias del caso y edad del menor.

VALORACIÓN DEL DAÑO ESTÉTICO POR CICATRICES


Dr. Jorge Bermúdez

Especialista en Medicina Legal

Secretario Gral. de la Asociación de Peritos de la Pcia. de Buenos Aires

Miembro Titular de la Sociedad Latinoamericana de Medicina Legal y

Deontología Médica e Iberoamericana de Ciencias Forenses


SUMARIO: I. Introducción.- II Clasificación.- III. Valoración del daño estético. 1. Métodos. 2.
Valoración patrimonial y extrapatrimonial.- IV. Metodología para la valoración del daño por cicatrices. 1.
Parámetros de valoración. 2. Patrón de referencia. 3. Fórmula para la valoración del daño estético por
cicatrices.- V. Ejemplos. VI. Planilla de cálculo. VII. Bibliografía.

I. INTRODUCCIÓN:

Dentro de las reparaciones por daños y perjuicios, el daño estético está adquiriendo una
importancia cada vez mayor; Progresivamente se tiende a considerar la necesidad de reparar toda
alteración que lo afecte, bajo el criterio del resarcimiento integral del daño.
El daño estético vulnera el derecho constitucional a la integridad personal y prefigura la necesidad de que
sea indemnizado por el responsable (7)
Debe tenerse en cuenta el creciente cuidado y valorización que se da en nuestros días a los factores
estéticos, dedicando tiempo y dinero al cuidado del cuerpo (14)
Para asegurar la equidad de la indemnización, se hace indispensable medir ese daño estético y saber como
cuantificarlo; Tratando de disminuir en lo posible la presencia de criterios subjetivos de valoración.Medir
es una de las actividades fundamentales del médico valorador, pues tras medir es cuando se puede evaluar,
calificar y dar elementos de juicio para quien tenga que tomar decisiones. El uso de un baremo es un acto
de medir (21) que pretende ofrecer una solución al problema de la cuantificación económica de daños
corporales, cuya reparación sin instrumentos, puede ser causa de arbitrariedades, llevando la cuantía de las
indemnizaciones a variar erráticamente (20). La valuación libre sin un Baremo, puede implicar un peligroso
riesgo de parcialidad (10)

II. CLASIFICACIÓN

La valoración del daño estético consiste en evaluar la disminución de la capacidad de atracción de la


víctima, por la deformidad que sufre, sin considerar las demás repercusiones que este daño pueda tener.
Dentro de los diferentes intentos de armonización de criterios en Europa, se destacan la
Resolución Nº 75 del Consejo de Europa, por ser la que en su momento aportó principios rectores en la
valoración y reparación del daño corporal. Con respecto al daño estético la resolución marca que: “se trata
de estudiar y evaluar la perdida de atracción puramente y no las repercusiones fisiológicas, sociales,
morales y laborales, ya que estas deben ser valoradas no dentro del daño estético, sino dentro de los
respectivos daños” (3)Luego de una tendencia generalizada a incluirlo dentro del daño moral, ese criterio se
ha ido modificando, teniendo en cuenta el perjuicio material que puede acarrear, representado
principalmente por la afectación de la profesión, y por los gastos en tratamientos reparadores (11)

Un amplio desarrollo fue alcanzando en Italia el llamado Daño Biológico (danno a la salute) como tertium
genus, una categoría propia y distinta, frente a la concepción tradicional que distinguía sólo entre daños
patrimoniales y no patrimoniales, que contemplaba en las lesiones corporales sólo el daño patrimonial,
compuesto por el daño emergente y el lucro cesante, y en el daño moral y pretium doloris solo lo hacia con
aquellos casos en que el hecho dañoso fuera de origen delictivo.
Esta situación originaba inequidad en los casos de aquellas víctimas que, debido a su edad, estado
de salud o escasa formación, eran incapaces de generar ingresos de una cierta entidad.
La necesidad de desvincular las indemnizaciones de los lucros cesantes, venía exigida por diversos
principios constitucionales, como el de igualdad, el de respeto a la dignidad de la persona humana y el de
protección a la salud establecido por el Art. 32 de la Constitución italiana.
Esta idea del “daño biológico” como un tercer tipo de daño, independiente del daño patrimonial y del
moral, tiene eco en Portugal y España, y lo va haciendo en Alemania y Francia. (3-17)
El daño biológico (invalidez personal) excluye toda referencia a las repercuciones profesionales
(invalidez profesional) que deben cuantificarse aparte (19)
Desde la perspectiva jurídica, la lesión estética se configura como un daño autónomo, que puede
incidir tanto sobre el daño material, como sobre el daño moral, lo cual cabe distinguir cuidadosamente para
impedir caer en una doble indemnización. (13)
Cuando la lesión estética, en virtud de su ubicación o extensión, altera la armonía del aspecto
habitual que tenía la persona antes del hecho, corresponde tratarla como un tercer género, ya que en
definitiva se encuadra dentro del daño directo a la persona, a sus derechos o facultades (12)
Como daño a la integridad de la persona, independiente de los daños anátomo-funcionales y
psíquicos, el daño estético debe formar parte junto a aquellos, del daño biológico, que es el daño básico, de
cuyo estudio, derivan todos los demás daños, tanto patrimoniales, como extrapatrimoniales, como se
representa en la Tabla 1.

III. VALORACIÓN DEL DAÑO ESTÉTICO:

1. Métodos de valoración del daño estético: La metodología utilizada para la valoración del daño
estético comprende tres métodos: A) Descriptivo, B) Cualitativo y C) Cuantitativo.

A) Método descriptivo: Consiste en la exposición minuciosa de las alteraciones, tanto estáticas


como dinámicas, que provocan la pérdida de atracción del lesionado.

El daño estético estático, es aquel que permanece invariable, independientemente de los cambios de
actitud que adopte la persona, como ocurre con las cicatrices y las discromías.

El daño estético dinámico, es apreciable en cambio con los cambios de actitud, como ocurre en una
cojera.

En ocasiones ambas situaciones se combinan como una cicatriz que además altera la mímica.
B) Métodos cualitativos: Consiste en expresar el grado de daño estético mediante un calificativo.
Para ello se utilizan escalas calificativas, que son tablas que constan de una serie gradual de calificativos o
de situaciones.

Su uso consiste en hacer corresponder al déficit funcional ocasionado por la secuela, a un


determinado adjetivo de los enumerados en la escala. Un ejemplo de escala cualitativa es la utilizada en el
baremo español para accidentes de tráfico, donde la importancia del déficit se expresa con un adjetivo
(ligero, moderado, medio, importante, muy importante y considerable)

C) Método Cuantitativo: Consiste en expresar por medio de un porcentaje el grado de déficit


funcional del sujeto, partiendo del principio convencionalmente establecido de que la integridad estética de
la persona se corresponde con el 100 %. Se basa en el empleo de los Baremos porcentuales. En la Argentina
el baremo de la Ley de Riesgos de trabajo, valora en forma porcentual las cicatrices, aunque solo aquellas
que asientan en cabeza y rostro (23)

2. Valoración patrimonial y extrapatrimonial del daño estético

Una vez valorado el daño estético, se evalúan las repercusiones que sobre la esfera patrimonial y la
extrapatrimonial pudiera tener.

A. Valoración del daño Patrimonial: La indemnización de daños y perjuicios comprende no sólo el


valor de la pérdida que haya sufrido la victima (daño emergente), sino también de la ganancia dejada de
obtener (lucro cesante)

1. El daño emergente se entiende como la pérdida o disminución de bienes o intereses


ocasionados por la lesión y/o secuela, actuales y futuros.

En el caso del daño estético la posibilidad de la cirugía reparadora es el daño emergente que
requiere el principal análisis (6)

2. El lucro cesante o el valor de la ganancia dejada de obtener, se corresponde con la pérdida de


la capacidad de ganancia o disminución de la posibilidad de realizar las actividades lucrativas a
consecuencia del daño, comprende:
4 La incapacidad laboral: La relación de la actividad productiva del lesionado con su perjuicio
estético permite distinguir tres supuestos: Aquellos en que la regularidad corporal es instrumento
necesario para el desenvolvimiento de la actividad profesional (modelos, actores, bailarines, azafatas);
Cuando es útil y altamente conveniente (profesiones de impacto social: viajantes, promotores, relaciones
públicas); y los casos en que es irrelevante (18)

4 Pérdida de chance laboral: Implica la frustración de oportunidades de trabajo o de promoción


que podrían presentarse con cierta previsibilidad en el futuro. La lesión estética lleva implícito siempre una
pérdida de chances laborales. En el competitivo mercado laboral actual, la belleza del rostro y del cuerpo,
es requisito para casi todo empleo (7-10)

B. Valoración del daño extrapatrimonial:

1. Quantum doloris: Representa el dolor físico que experimenta la víctima como consecuencia de
las heridas sufridas y de los tratamientos recibidos.

2. Daño moral: constituido por los perjuicios que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes
inmateriales de la salud, el honor, la libertad y otros análogos y que, a su vez, puede ser dividido en dos
clases:

4 Según lo sufra la propia víctima, consistiendo en el grado de perturbación que en el área de los
sentimientos y las emociones le provoque esa deformación.

4 Según lo sufran los parientes, derivado de graves lesiones padecidas por la víctima directa (9)
Los tribunales franceses compensan de modo generalizado a las víctimas secundarias (el llamado préjudice
de affection). Si bien ese daño moral a los familiares directos, se compensaba originariamente sólo en el
caso de muerte, en la actualidad se ha extendido también a las lesiones corporales y se ha vuelto
relativamente frecuente que se indemnice, incluso en el grado de tíos y sobrinos (17)

3. Impedimentos:
4 A la vida de relación: Se define como la pérdida o disminución de los placeres que conlleva la
reducción de la realización de las actividades que practicaba el sujeto en su tiempo libre, sin considerar las
demás repercusiones, económicas y no económicas, que puede tener este daño.

4 A la vida afectivo familiar: consiste en valorar la reducción de la capacidad para mantener las
relaciones afectivas y familiares habituales de la persona.

4 A la vida de formación: es la disminución o imposibilidad de realizar las actividades escolares y


de formación que se estaban realizando considerado desde el punto de vista de la disminución de la
posibilidad de adquirir conocimientos y de formación de la persona.

4 Daño Sexual: Se entiende exclusivamente como la pérdida del disfrute de la vida sexual.

IV. METODOLOGIA PARA LA VALORACION DE CICATRICES:

Se trata de valorar exclusivamente el impacto estético de la cicatriz, es decir la deformidad


producida, dejando de lado las implicancias que pueda tener sobre otros daños, y que deben ser evaluadas
dentro de los daños correspondientes. Se excluyen entonces, algunos parámetros que suelen incluirse en
otros protocolos de valoración estética (repercusión funcional, profesión, clínica acompañante).

3. Parámetros de valoración:

A) Extensión: Resulta de la longitud y el ancho de la cicatriz, y determina a que distancia es


visible; Cuando la observación solo es posible a menos de 50 cm. es considerada una distancia íntima;
Cuando puede ser visible a más de 3 metros, una distancia social (22)

B) Localización: Es importante describir si la zona es visible de forma permanente o no, ya que la


valoración será distinta según el caso.

Si corresponde a la zona de la cara, esta ubicación es la de mayor importancia estética y la de peor


aceptación psicológica por su exposición continua (8)
Dentro de la cara hay distintas zonas claramente diferenciadas respecto de la visibilidad y grado
de afeamiento.

Pueden originarse también, complicaciones dependiendo de sí están ubicadas en zonas orificiales o


periorificiales, con la posibilidad de producir alteraciones en la mímica.

Las manos, el cuello, y en la mujer el tercio superior del tórax y las piernas, son consideradas zonas
siempre visibles; Mientras solo son ocasionalmente visibles (en la playa o con práctica de deportes) el
tórax, abdomen y en el hombre las piernas; Solo son visibles en caso de desnudez las nalgas, pubis, caras
internas de los muslos, y el pecho en la mujer; y zonas raramente visibles son las plantas de los pies,
huecos axilares y la cabeza oculta.

C) Relación con los pliegues y arrugas: Langer (15) describe en 1861, las líneas de mínima tensión
dentro la piel. Estas líneas normalmente corren perpendiculares a los ejes mayores de los músculos. Cuando
una cicatriz esta situada dentro estas líneas no es sometida a la fuerza de los músculos, que pueden
ensancharla. Estas líneas de mínima tensión son reconocidas fácilmente en la cara, porque con la
contracción repetida de los músculos se forman las arrugas de expresión facial, tal como el surco
nasolabial, las arrugas en el lateral externo del ojo y las arrugas de la frente.

Las cicatrices serán menos aparentes si se sitúan dentro o paralelas a estas líneas de tensión.
También son tenidas en cuenta al momento de realizar las incisiones quirúrgicas, si se sitúan dentro o
paralelas a estas líneas tendrán mejor resultado estético, se disimularan mejor en las líneas de unión de la
cara que existen en la base, el ala y el borde de nariz, en la región preauricular, debajo del párpado y las
pestañas en la región subciliar.

Ciertas áreas anatómicas son particularmente propensas para formar grandes cicatrices a causa de
la tensión de piel, como en las zonas esternal, submandibular, clavicular, deltoidea, y pretibial, que tienen
una mayor tendencia a la producción de queloides y cicatrices hipertróficas (15-16)

D) Morfología: Si bien nunca se produce una restitución “Ad Integrum”, puede considerarse a una
cicatriz como normal o aceptable, cuando presenta un correcto afrontamiento de sus bordes, conformando
una cicatriz lineal. El tegumento se observa plano, sin depresiones o elevaciones, no se advierten cambios
significativos de coloración y no presenta adherencias, manteniendo cierta flexibilidad (7)
Sin embargo cuando esto no ocurre, se da origen a las cicatrices denominadas “viciosas”, que
observan algunas de estas alteraciones:

4 Aspecto: Puede ser retráctil, cuando la pérdida de piel es extensa, y no hay un adecuado
afrontamiento de bordes, entonces la piel se retrae.

También puede presentarse radiada o estrellada por la formación de fisuras; Esclerosa, adherida a
planos profundos, e infinidad de otras formas anormales.

4 Superficie: Es deprimida cuando la herida destruye la capa basal de la epidermis y la parte


superficial de la dermis, entonces el epitelio cicatrizal se hunde entre los bordes separados, muchas veces
se torna discrómico.

Hipertrófica, por una proliferación anormal de las fibras colágenas, que no llega a sobrepasar los
límites de la cicatriz. Queloide por hiperplasia del tejido conjuntivo intradérmico que sobrepasa los límites
de la herida, de color rojizo, acompañada frecuentemente de prurito o dolor.

4 Coloración: Normocrómica ó discrómica (hipo o hipercrómica).

E) Factores personales:

4 Edad: Rechard (1990) en su método toma como referencia para determinar un coeficiente la
edad de 18 años, por considerarlo la frontera entre el niño y el adulto. Otros autores coinciden con este
concepto, basándose en que el niño en condiciones normales arrastrará el defecto durante más años. (4-10-
11).

4 Sexo: En nuestra sociedad se considera aún mayor la repercusión del daño estético en la mujer
(22). Sin embargo crece la tendencia a oponerse a este concepto por considerarlo discriminatorio (7)
4 Estado anterior: Se ha desarrollado hasta ahora el análisis de parámetros eminentemente
objetivos que el médico valorador obtiene con el examen clínico, lo cual se condice con el enfoque que debe
tener una alteración física de la forma normal, como es la presencia de una cicatriz.

Pero hay criterios subjetivos que deben ser tenidos en cuenta al momento de realizar la valoración,
y que llevaron a Rechard a formularse estas preguntas:

¿Existe alguna diferencia entre la fea cicatriz del muslo de un jardinero de mediana edad, que la
misma cicatriz en una bailarina joven y amateur?

¿Ese hombre, francamente “feo” debe, por una fealdad idéntica, ver evaluado su perjuicio, de
diferente forma que el joven “Apolo”?

Esa mujer soltera que no quiere seguir siéndolo ¿sufrirá más sus cicatrices por quemaduras que las
del viejo, que a pesar de serlo, se encuentra joven?

Estas cuestiones planteadas por el autor le hicieron llegar a considerar tres tipos de factores
subjetivos:

1- Sociales y escolares, 2- Familiares y 3- Estado anterior estético y psíquico.

Cada uno de estos tres criterios es valorado por una escala de 0 a 0,7

Ejemplo: Joven, guapa, bailarina, soltera y sana (0,7 + 0,7 + 0,7)

Vagabundo, sin profesión, afectado de cicatrices anteriores (0 + 0 + 0)

Entre el 0 y el 2,1, se sitúan toda la gama de posibilidades (22)


Los dos primeros criterios del método Rechard, tienen importancia al momento del estudio de las
repercusiones patrimoniales y extrapatrimoniales.

El hecho de tratarse de un vagabundo no incide en sí en el estado estético, pero evidentemente


deberá ser tenido en cuenta al evaluar el lucro cesante ocasionado por cicatrices visibles, que se presenta
de manera muy distinta en comparación con el que afectaría por ejemplo a un actor. Lo propio ocurrirá con
el análisis de la pérdida de chance.

Los factores socio-culturales se deben evaluar dentro del daño moral y de los distintos
impedimentos (Vida afectivo-familiar, Chance matrimonial, Disfrute sexual, etc.)

El estado psíquico corresponde ser valorado dentro de dicho daño.

Queda entonces el estudio del estado estético anterior, que representa un criterio de capital
importancia en la valoración del daño estético, y nadie mejor que el perito médico para hacerlo, que es
quien conoce los diversos trastornos que inciden en el patrimonio estético, su evolución, pronostico y
posibilidad de tratamiento. No alcanza con una mirada con cierto criterio esteticista, se deben evaluar
cicatrices anteriores, trastornos vasculares, lesiones tróficas y pigmentaciones anormales de la piel,
alteraciones del panículo adiposo, etc.

Si bien es cierto que la cuestión del perjuicio estético cuenta con aspectos de apreciación personal
y social que trascienden el ámbito estricto de la tarea del perito médico, éste por sus específicos
conocimientos, debe completar en su informe una descripción detallada de los elementos que conforman el
perjuicio estético, y debe rematarlo con la expresión de su concreto grado (18)

2. Patrón de referencia: La valoración médica no se limita a describir el perjuicio funcional de la


víctima, sino que además lo mide y cuantifica de acuerdo con un porcentaje llamado tasa de incapacidad
permanente. Para ello se dispone de baremos en donde se enumeran distintos tipos de secuelas
psicofísicas, y se propone para cada una de ellas un porcentaje de valoración. Posteriormente se multiplica
el valor que resulta del baremo médico por el valor monetario que se atribuye a cada centésima o punto de
menoscabo.

Las tablas de valoración de incapacidades de uso habitual en Argentina que contienen una valoración
para cicatrices lo hacen desde una óptica de la afectación económica del lesionado, y no desde lo estético.
Es por eso que se limitan a valorar exclusivamente las cicatrices ubicadas en la cara, ya que en
otras partes del cuerpo (salvo algunas excepciones como modelos, vedette) no se les atribuye la capacidad
de generar un daño económico.

Del análisis de estas tablas (2-5-23), puede obtenerse una valoración coincidente:

Cicatriz típica de 1 cm. de longitud ubicada en la cara (zona no periorificial): 1 %

Cada punto asignado a una cicatriz por estos baremos no se distingue del punto por menoscabo
psicofísico; Y se traducen monetariamente de forma equivalente. De esta forma cuando deba fijarse un
monto indemnizatorio puede tenerse presente que el porcentaje del daño estético a sido estimado sobre la
base de valores asimilables económicamente a los utilizados para el daño anátomo-funcional.

4. Formula para la valoración del daño por cicatrices:

Una vez evaluados todos los parámetros involucrados en el daño estético se podrán obtener tres
coeficientes:

A) Coeficiente de visibilidad: Determinado por la extensión o superficie de la cicatriz (longitud x


ancho), la zona de localización y su relación con los pliegues y arrugas de la piel.

B) Coeficiente morfológico: Determinado por el aspecto, la superficie y la cromía.

C) Coeficiente por las características personales: con relación a la edad, el sexo y el estado
estético anterior.
Resultando la fórmula:

VISIBILIDAD X MORFOLOGIA

--------------------------------------------------------------------------------

CARACTERISTICAS PERSONALES

A) Coeficiente de visibilidad (Tabla 2):

1. La extensión es el producto de multiplicar la longitud por el diámetro de la cicatriz.

El coeficiente de longitud, de acuerdo al patrón utilizado, será de:

4 1 x cm. los primeros 5 cm.

4 De 0.5 x cm. del 5° al 10° cm.

4 De 0.25 x cm. del 10° al 15° cm.

4 Y de 0.1 del 15° cm. en adelante

El coeficiente de ancho será de:

4 1 para una cicatriz de hasta 0.5 cm. de ancho

4 De 1.50 para una cicatriz de 0.6 a3 cm. de ancho.

4 De 1.75 para una cicatriz de 3.1 a5 cm. de ancho.

4 A las mayores de 5 cm. se les sumará 0.10 por cada cm.


2. Localización:

4 Zona A: Cara región periorificial (párpados, nariz, labios): 1.50

4 Zona B: Cara región interna (frente, pómulos, mejillas, y mentón) región intima en la mujer
(nalgas, pubis, cara interna de los muslos, pecho): 1.

4 Zona C : Cara región externa (sienes, maxilar inferior, cuello y tercio superior de tórax en la
mujer), cabeza que no esté oculta; región intima en el hombre (nalgas, pubis, cara interna de los muslos)
manos, piernas en la mujer: 0.50

4 Zonas D: región ocasionalmente visibles (brazos, pecho y piernas en el hombre, abdomen y


espalda): 0.25

4 Zona E: región raramente visible (cabeza oculta por el pelo, pié, hueco axilar): 0.10.

3. Relación con los pliegues y arrugas:

4 Disimulada 0.75

4 Indiferente 1

4 Perpendicular 1.25

B) Coeficiente morfológico (Tabla 3):

5. Aspecto:

4 Típico: Coeficiente 1

4 Atípico: Coeficiente 1.25


6. Superficie:

4 Plana: Coeficiente 1

4 Deprimida o hipertrófica: Coeficiente 1.25

4 Queloide: Coeficiente 1.5

7. Cromia:

4 Normocrómica: Coeficiente 1

4 Discrómica (hipo o hipercrómica): Coeficiente 1.25

D) Coeficiente de características personales (Tabla 4):

1. Sexo y Edad:

4 Hasta 18: 0.75

4 19 a 45 femenino: 1

4 19 a 45 masculino: 1.2

4 46 a 65 femenino: 1.3

4 46 a 65 masculino: 1.5

4 Mayor de 65: 1.75

Estado anterior: Se propone clasificarlo en 3 grados, de acuerdo a la influencia que tenga sobre el
impacto final de la deformidad. El fin de utilizar una escala gradual reducida (Bueno, Regular y Malo), es
con la intención de limitar en lo posible las variaciones de criterios en un componente tan subjetivo como
este.
De manera que la guapa bailarina de Rechard presentará un estado estético anterior bueno,
mientras que el vagabundo afectado de cicatrices anteriores será malo.

4 Bueno: 1

4 Regular: 1.25

4 Malo: 1.50

V. EJEMPLOS DE VALORACIÓN DEL DAÑO ESTÉTICO POR CICATRICES.

EJEMPLO 1: Mujer de 67 años, por fractura de cadera, requirió reemplazo por prótesis, presenta
una cicatriz en la cara lateral externa del muslo de 24 cm. de longitud y 1 cm. de ancho, recta, plana e
hipocrómica.

Se observa en ambos miembros inferiores estrías violáceas; Várices dilatadas, pigmentación ocre
de la piel y secuelas por antiguas úlceras.

Visibilidad: Extensión: 24 cm (5 + 2.5 +1.25 + 0.9 = 9.65 ) x 1 cm (1.25) = 14.50

x Localización: zona C (0.5) = 7.25

Morfología: 1 + aspecto normal (0) + plana (0) + hipocrómica (0.25) = 1.25

Características personales: Estado estético anterior: Malo (1.5) x edad: < 65 (1.75)

Visibilidad: 7.25 x morfología: 1.25 = 9.05

--------------------------------------------------------------------------------
= 3.45 %
Características personales: 2.625
EJEMPLO 2: Joven y bella estudiante de 16 años, soltera, su hobby es bailar salsa, presenta una
cicatriz idéntica a la del ejemplo anterior, por fractura de fémur que requirió el implante de material de
osteosíntesis. (El estado civil y su hobby, no deben evaluarse dentro del daño estético, sino con el daño
moral y los impedimentos provocados por la cicatriz)

Fórmula: Visibilidad: Extensión: 24 cm x 1 cm = 14.50 x Localización: = 7.25

Morfología: 1 + aspecto (0) + superficie (0) + cromia (0.25): 1.25

Características: Estado estético anterior: Bueno (1) x edad: < 18 (0.75)

Visibilidad: 7.25 x morfología: 1.25 = 9.05

--------------------------------------------------------------------------------
= 12 %
Características personales: 0.75

Estos dos ejemplos resaltan la influencia de las características personales en la evaluación de


lesiones similares.

EJEMPLO 3: Varón de 30 años que presenta cicatriz en la región central de la frente de 6 cm. de
longitud y 1 cm de ancho, hipertrófica, hipercrómica y perpendicular a los pliegues.

Ubicación: Extensión (longitud 6 cm: 5 + 0.5 = 5.5 x ancho 1.50 cm): 8.25

x Localización: zona B (1) x relación con pliegues (1.25) = 10.3

Morfología: 1 + recta (0) + hipertrófica (0.25) + hipercrómica (0.25) = 1.5

Características: Estado anterior: Bueno (1) x edad y sexo: 19 a 45 (1.2)


Visibilidad: 6,9 x morfología: 1.5 = 15.5

--------------------------------------------------------------------------------
= 13 %
Características personales: 1.2

EJEMPLO 4: Varón de 30 años presenta cicatriz en abdomen de 18 cm. de longitud, 2,5 cm de


ancho, deprimida e hipercrómica.

Ubicación: Extensión (longitud 18 cm: 5 + 2.5 +1.25 + 0.3 = 9.05 x ancho: 2.5 cm = 1.5): 13.5

X Localización: zona D (0.25) = 3.4

Morfología: 1 + aspecto normal + superficie plana + normocrómica = 1

Características: Estado estético anterior: Bueno (1) x edad y sexo: (1.2)

Visibilidad: 3,4 x morfología: 1 = 3.4

--------------------------------------------------------------------------------
= 3 %
Características personales: 1.2

Los ejemplos 3 y 4 muestran la influencia de la localización y la morfología de la cicatriz en


individuos con características particulares similares.

VI.- PLANILLA DE CÁLCULO

La valoración de tantos parámetros como los implicados en una cicatriz, hacen complicada y árdua
la metodología. La incorporación en los últimos tiempos de programas informáticos de cálculo en la
valoración del daño corporal han ayudado a simplificar de gran manera la tarea. Para la presente
metodología se ha diseñado con R. Martin, una planilla de cálculo basada en el programa Microsoft Excel,
de manejo muy simple (1)

DESCARGAR PLANILLA DE CALCULO

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN DE “SEMINARIO SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL II”

PAMELA LUQUES.

A)Hechos:

El caso trata sobre la defunción por asfixia de una menor de 13 años en un depósito artificial de aguas,
producido como consecuencia de excavaciones realizadas por una firma concesionaria en terrenos del
Ejercito Argentino (Estado nacional).

Los padres de la niña accionan por reclamo de reparación del daño causado, atribuyendo la responsabilidad
al demandado.

Estudio del caso desde todas las aristas que presenta:

La muerte de la menor constituye jurídicamente la existencia de un daño reparable. El dominio y guarda de


la cosa corresponde al Estado Nacional, con lo que quedan conformados los tres elementos básicos de toda
situación de reparación: hecho humano, daño y relación de causalidad.

El Fallo “Ida Luisa c/ Estado Nacional s/ daños y perjuicios” establece que la admisión de la
responsabilidad del estado exige demostrar la concurrencia de requisitos ineludibles, tales son: la
existencia de una daño cierto; la relación de causalidad entre el accionar del Estado y un perjuicio y la
posibilidad de imputar jurídicamente esos daños. Y no es posible prescindir de la apreciación de la
influencia causal relativa a la culpa de la victima, si es que ella se verifica.

La responsabilidad Subjetiva.

Los elementos específicos son la antijuridicidad, imputabilidad y culpabilidad. En este caso sólo aludimos al
último ya que resulta puntual para el análisis.

En este caso se trataría de un obrar culpable del dueño del terreno (estado Nacional), basado en que no
existe cercamiento o valla alguna, ni se encuentran carteles indicadores, tampoco había guardia presente,
por lo que evidentemente hay una falta de previsión.
El principio general del art. 1109 del C.C. establece que todo el que ejecuta un hecho que por su culpa o
negligencia ocasiona una daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio.

Este artículo sienta el principio fundamental del sistema de responsabilidad extracontractual: todo acto de
culpa compromete esa responsabilidad y obliga al culpable a indemnizar el daño que hubiese causado.

El Anteproyecto de Bibiloni establece en su artículo 1384 que “Habrá daño siempre que se causare a otro
algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria en su persona, bienes o derechos”

Por su parte, el Proyecto de 1993 de Unificación Civil y Comercial establece en su art. 1109 que “La
adjudicación de un daño al agente que lo causa, puede basarse en factores subjetivos en grado de dolo o
culpa, o en factores objetivos de atribución”. Este artículo destaca en el primer párrafo que el daño puede
adjudicarse al agente en razón del dolo o culpa de éste y, además, siempre que existan razones de justicia
que el ordenamiento contemple a tales fines al margen de la culpa. El precepto supera las deficiencias
técnicas del actual art. 1109 y amplía el campo de éste, pues alude a los factores subjetivos y a los
factores objetivos de atribución.

En la segunda parte del texto, se introduce, junto a la idea de solidaridad de los copartícipes, la de
obligación indistinta o concurrente.

Podemos mencionar el concepto de culpa. Consiste en la omisión de la diligencia exigible al agente es la


conducta contraria al deber de prevenir las consecuencias previsibles del hecho propio; la impericia,
negligencia o imprudencia que impide conducirse de acuerdo con el deber de respetar las disposiciones
jurídicas, según lo dicho por Jorge Mosset Iturraspe; la falta del deber de atención y previsión al decir de
Jiménez de Asúa. Para Chironi culpa es “omisión de diligencias en el cálculo de las consecuencias injuriosas
probables del hecho u omisión propia”.

Para Bustamante Alsina, la culpa se caracteriza por la ausencia de intención maléfica y por la omisión de la conducta

debida, positiva o negativa, para prever o evitar un daño a otro. Por último Borda define culpa como la omisión de las

diligencias que correspondieren según las circunstancias de tiempo, lugar y medio.

Responsabilidad del Estado:

De la completa irresponsabilidad del Estado, la jurisprudencia de la Corte Suprema Nacional ha pasado a


admitir una responsabilidad cada vez más completa. Las principales etapas de evolución son las siguientes:

a) Durante muchos años aplicó cerradamente el art. 43, declarando la irresponsabilidad del Estado
sea por delitos o cuasidelitos.

b) En 1933 hizo lugar a una demanda por reparación de los daños ocasionados por empleados de la
nación, cuya negligencia al reparar una línea telegráfica había provocado el incendio de un campo
(caso Devoto c/ Gobierno Nacional).

c) La distinción entre actuación del Estado como persona jurídica y como poder público quedó
eliminada en 1938, en que acogió una demanda por daños y perjuicios contra la Provincia de Buenos
Aires, originándose en un informe erróneo del Registro de la Propiedad.

d) Finalmente, la evolución de la jurisprudencia de la Corte quedó completada y consumada en 1941,


cuando admitió una demanda por indemnización por la muerte de una persona provocada por un
agente de la policía.

La reforma del año 1968 barrió con la disposición del art. 43, estableciendo la más amplia
responsabilidad de las personas jurídicas ( y el Estado es la primera y más importante persona
jurídica). La responsabilidad civil del Estado por los daños a particulares, constituye actualmente un
principio general receptado por la doctrina y jurisprudencia nacionales.

Podemos decir que bajo la denominación de Estado se comprende Estado Nacional, Provincial y Municipal,
como así también las Entidades Autárquicas.

La responsabilidad civil es susceptible de operarse por la realización de actos de imperio, como por los de
gestión y se rige por los principios generales del sistema estructurado en el Código Civil.

Al regular los supuestos especiales de responsabilidad, el Proyecto de 1998 trata la responsabilidad


civil de estado, después de sentar en el parr. 1 del art. 1674, que “la persona jurídica responde por los
hechos de quienes las dirigen o administran, realizados en ejercicio o con ocasión de sus funciones”. En
el artículo siguiente ya con relación específica a la responsabilidad civil del Estado, regula el ejercicio
irregular de su actividad (art. 1675). El Proyecto emplea el calificativo “ejercicio irregular” de sus
funciones, para aludir a la actividad “ilícita”, que constituye el requisito indispensable para que exista
responsabilidad civil. Un acto irregular puede ser o no ilícito; y a la inversa, un acto ilícito puede ser
regular por su forma u objeto. Son dos conceptos que tienen un contenido diferente y no pueden ser
utilizados como sinónimos; sobre todo cuando se trata de normas legales.

La responsabilidad objetiva por vicio o riesgo de la cosa:

Podemos también tener en cuenta el vicio o riego del terreno. Efectivamente podemos asignar
responsabilidad al dueño y guardián por el “riesgo de la cosa”: el fundo que el estado como dueño ha puesto
en situación objetiva de riesgo.

El riesgo es la eventualidad posible de que una cosa llegue a causar daño. Es simplemente una idea sobre el
peligro potencial de las cosas. Esta responsabilidad se funda en haber creado el riesgo del cual proviene el
daño.

El artículo 1113 abrió las puertas a una responsabilidad con base objetiva, al aludir a las “cosas peligrosas”,
como factor de atribución de responsabilidad, imputación, respecto del dueño y del guardián de las mismas.
Los requisitos de esta responsabilidad son la ausencia de autoría humana con respecto a la acción de una
cierta cosa que no es dable calificar como hecho del hombre o acto; el daño sufrido por el demandante; la
relación de causalidad entre la acción de la cosa y el daño de que se queja el demandante y la calidad de
dueño o guardián de la cosa en el demandado.

Para liberarse el dueño o guardián debe probar el rompimiento del nexo causal, es decir, que el daño no se
ha producido por el riesgo o vicio de la cosa sino por el hecho de la víctima o de un tercero por quien no
debe responder.
El Anteproyecto de Bibiloni establece en su artículo 1425 que “Cuando de cualquier cosa inanimada
resultara daño a alguno, su dueño responderá de la indemnización según sea prevenido en el art. 1415.
Quedan comprendidas en la siguiente disposición: ...inc.8: Obras nuevas de cualquiera especie, aunque sea
en lugar público y con licencia”.

Por otro lado, el Proyecto de 1993 de Unificación Civil y Comercial establece en su art. 1113 que “En los
supuestos de daños causados con las cosas el dueño o guardián, para eximirse de responsabilidad, deberá
demostrar que de su parte no hubo culpa: pero si el daño hubiera sido causado por el riesgo de la cosa, solo
se eximirá total o parcialmente de responsabilidad, acreditando la incidencia de una causa ajena al riesgo
de ella”.

No se incluyó en el texto la responsabilidad por “actividades riesgosas” que contenía el art. 1113 del proyecto del Código

Único de 1987. En un primer momento, la comisión propuso adicionar el agregado por considerarlo justo. Sin embargo,

algunas opiniones pusieron de manifiesto el temor de que la directiva legal se aplicara a algunas actividades respecto de las

cuales no sería procedente o en su caso, deseable, que quedaran gobernadas por los parámetros de la responsabilidad

objetiva. En virtud de ellos, se prefirió prescindir del agregado, no ya por razones jurídicas, sino por motivos de política

legislativa.

El fallo “Alderete, Pedro P. y otra c/ Estado Nacional (Ejército Argentino) s/ Daños y perjuicios” establece que, el Ejército

Argentino es responsable por los daños causados a los padres del soldado ahogado mientras limpiaba una pileta, ya que el

natatorio era potencialmente riesgoso para el conscripto que no sabía nadar, y el Estado Nacional no acreditó la culpa de la

víctima como para eximirlo de responsabilidad a los términos del art. 1113 del Código Civil.

Culpa Concurrente:

En muchos casos el daño no obedece a una sola causa sino que deriva de la concurrencia de la actividad culposa de la

victima y del autor.

Se establece la culpa concurrente de ambas partes, en proporción al 80% a la demandada y el 20% restante a la victima y a

los actores.
Con respecto a la culpa del demandado, por parte del Estado hay una omisión de alertar a los terceros acerca de la

peligrosidad del lugar donde ocurrió el accidente, hay falta de cercamientos o vallas, tampoco se encuentran carteles

indicadores, la guardia no estaba presente. Se puede presumir sobre el foso, que de la zona poco profunda a la honda

aparezca una pendiente capaz de provocar una caída También hay que tener en cuenta que en las proximidades del terreno

se levantan dos escuelas primarias.

Con respecto a la culpa de la victima, debemos tener en cuenta que obro con imprudencia, sabemos que meterse en aguas

profundas es correr un riesgo y también hay que tener en cuenta falta de vigilancia y cuidado por parte de sus padres.

Nuestra jurisprudencia y doctrina ha sostenido que el reparto del perjuicio debe determinarse con arreglo a la gravedad de la

culpa, sabiendo que la mayor es la del propietario del terreno, es decir del Estado Nacional., por la consecuencia mortal

ocurrida, teniendo en cuenta las características peligrosas detalladas, pero por otro lado, su responsabilidad se ve atenuada

por la conducta de la victima y el incumplimiento por los actores del deber de guarda.

Si el artículo 1109, obliga al agente culpable a indemnizar todo daño que ha ocasionado; y si el artículo 1111 somete al

damnificado a la necesidad de soportar todo el daño que el mismo se ha causado, es lógico concluir que mediando culpa de

ambos, tengan ellos que compartir el peso del daño en la medida en que cada cual contribuyó a causarlo.

El fallo “Lozano, Juan Emilio c/ Correo y Telecomunicaciones” establece que “corresponde declarar la existencia de culpa

concurrente y responsabilizar al Estado, a raíz del accidente sufrido por un menor al poner en movimiento una zorra

abandonada momentáneamente en una estación ferroviaria por un empleado de correos y telecomunicaciones, sin seguro

que la inmovilizara ni persona que la cuidara”.

Intereses difusos:

Del Fallo de la “Municipalidad de Tandil c/ La Estrella S.A. y otro s/ Daños y perjuicios” se desprende la definición de

intereses difusos. Son los que pertenecen idénticamente a una pluralidad de sujetos, en cuanto integrantes de grupos, clases

o categorías de personas, ligadas en virtud de la pretensión de goce por parte de cada una de ellas, de una misma
prerrogativa. De forma tal que la satisfacción del fragmento o porción de interés que atañe a cada individuo, se extiende por

naturaleza a todos; del mismo modo que la lesión a cada uno afecta, simultáneamente y globalmente, a los integrantes del

conjunto comunitario.

En el caso estudiado podemos ver la existencia de una situación de peligro común, dada la presencia de amplias y profundas

excavaciones llenas de agua en terrenos urbanos, en cuya cercanía se encuentran dos escuelas primarias. Por lo que se

configura una dimensión social donde intervienen intereses ajenos pero similares: la zona afectada por las obras causa serios

riesgos para la población del lugar y en especial para los niños.

Según lo establecido en este caso no cabe sostener que cada vez que en una causa individual aparezcan intereses difusos

comprometidos, el juez pueda resolver de oficio, pero si puede y debe hacerlo cuando la legislación vigente da margen para

una actuación de tal tipo.

B) La cuestión a investigar a la luz de la doctrina y jurisprudencia es la extensión del resarcimiento de los daños y

perjuicios ocasionados durante el tiempo en que perduró la mora del contratante incumplidor cuando se declara la

resolución del contrato por el ejercicio del pacto comisorio.

Podemos empezar definiendo al pacto comisorio. Se llama pacto comisorio la cláusula que permite a los contratantes

reclamar la resolución del contrato cuando una de ellas no ha cumplido con las obligaciones a su cargo.

Explica Salvat que si la resolución del contrato pudiese ser demandada por quien no lo cumplió, éste tendría en sus manos el

medio de faltar impunemente al contrato y los derechos de la otra parte podrían ser fácilmente burlados.

El pacto comisorio expreso se presenta inserto en el artículo 1204, en una fórmula donde no se exigen términos

sacramentales: ....”Las partes podrán pactar expresamente que la resolución se produzca en caso de que alguna obligación

no sea cumplida con las modalidades convenidas; en este supuesto la resolución se producirá de pleno derecho y surtirá

efectos desde que la parte interesada comunique a la incumplidora, en forma fehaciente su voluntad de resolver”...
El Pacto Comisorio Tácito, en cambio, es una cláusula implícita en los contratos con prestaciones recíprocas establecida por

disposición de la ley, en caso de que uno de los contratantes no cumpliera con su compromiso.

Nuestro artículo 1204 antes de la reforma importaba la aplicación extrema de la máxima pacta sunt servanda; esto significa

que ninguno de ambos contratantes puede desistir del contrato arbitrariamente. Velez Sarsfield, sin embargo, estructuró por

vía de excepción, un complejo sistema, pues derogó tal principio en numerosos contratos.

Esta dualidad de sistema exigía la reforma que se ha concretado, y que con anterioridad tuvo realidad legislativa a través de

la nueva redacción del art. 216 del Código de Comercio, que es el texto que se ha adoptado para nuestro Código Civil, por

disposición de la ley 17.711.

En conclusión, el sistema adoptado por nuestro Código Civil importa disponer la resolución d pleno derecho por autoridad

propia del acreedor.

Sobre el tema en cuestión podemos comenzar mencionando la clasificación efectuada por Ihering diferenciando el daño al

interés negativo y el daño al interés positivo.

En su opinión la parte perjudicada por la no formalización de un contrato válido, por retractación de la oferta, nulidad, o

anulación, tiene derecho a una indemnización cuyo quantum está dado por lo que denomina “interés negativo o de

confianza”, consistente en el daño sufrido a raíz de haber creído en la validez del negocio y que no hubiera padecido de

haber sabido que no era válido. En la concepción de Ihering el daño negativo o de confianza se contrapone al daño positivo

o de cumplimiento, que comprende todo lo que el acreedor tendría si el negocio fuera válido; este interés será exigible sólo

en tal hipótesis: negocio validamente realizado.

Sobre el alcance de los intereses negativos no hay acuerdo en la doctrina, pues mientras para algunos abarca el daño

emergente – gastos, perdida de tiempo- y también el lucro cesante –ganancias frustradas al no atender otra oferta- para

otros, en cambio, se limita al daño emergente.

Faggella y Saleilles, en sus respectivos trabajos dedicados al tema, se ocupan del interés negativo de Ihering, al que

acuerdan un sentido amplio, comprensivo del daño emergente y del lucro cesante; a la vez postulan el criterio restrictivo –

que lo limita al daño emergente- puesto que a juicio de ambos, el precontratante perjudicado sólo tiene derecho a que se le
indemnicen los gastos reales efectuados con motivo de las negociaciones.

Por su parte Llambias, en cuanto a la consistencia del daño resarcible opina que en el supuesto del contrato, es el daño al

“interés negativo”

En el fallo “Ayosa, Horacio c/ Piacquadio, Sebastián s/ Resolución de Contrato” apoyándose en las enseñanzas de Llambías,

estableció que de conformidad con lo que prescribe el art. 1204 del C.C ante el incumplimiento de la contraparte, el

contratante cumplidor tiene una doble opción; exigir la ejecución forzada (art. 505, inc, 1 del C.C.) siendo procedente en tal

caso anexar los daños moratorios (art. 508); o por el contrario, resolver el contrato, pudiendo adicionar a tal acción la de

daños compensatorios (arts. 511 y 519) y, en su caso, moratorios (508). El daño resarcible en el supuesto de resolución del

contrato (1204 C.C.) es el daño al interés negativo que consiste en el resarcimiento de los daños y perjuicios que el

contratante cumpliente no habría sufrido, si no hubiera constituido la obligación. Se mira hacia el pasado, tratando de

restablecer el estatuquo patrimonial anterior a la constitución de la obligación que ha resultado desvanecida. Entre los

posibles daños que puedan representar el interés negativo del acreedor, cabe mencionar los siguientes: gastos que efectuará

con motivo de la esperada prestación, gastos realizados con motivo de la celebración del contrato, sellados, comisiones

traslados, etc.

Ahora, debemos tener presente el fallo plenario de la Cámara Civil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires “Civit, Juan c/

Progress S.A. y otro” el cual establece que la distinción del daño en interés negativo y del daño al interés positivo no es más

que una clasificación doctrinaria, que nació con Ihering y que tuvo por objeto sustentar la teoría de la responsabilidad

precontractual.

El artículo 1204 del Código Civil, no hace distinción alguna y concede al acreedor que ha cumplido con las prestaciones a

su cargo el derecho de exigir, o bien, el cumplimiento del contrato, o en su defecto, la resolución. En ambos casos le otorga

también el derecho a reclamar el resarcimiento por los daños y perjuicios


Por su parte, el artículo 509 del Código Civil establece que dentro del concepto de daños e interese se comprende el valor de

la pérdida sufrida, es decir, el daño emergente, y también la utilidad que haya dejado de percibir el acreedor de la obligación

por la inejecución de ésta a debido tiempo, o sea, el lucro cesante.

Por lo tanto, cualquiera sea la posición que adopte el acreedor, tiene derecho a obtener la reparación de todo menoscabo que

haya experimentado en su patrimonio, con la única limitación impuesta por el artículo 520 en tanto sólo comprende aquellos

daños e intereses que fueren consecuencia inmediata y necesaria de la falta de cumplimiento de la obligación.

El fallo mencionado anteriormente resolvió que al declarase la resolución del contrato por el ejercicio del pacto comisorio,

es viable el resarcimiento del lucro cesante por los daños y perjuicios ocasionados durante el tiempo en que duró la mora del

contratante incumplidor.

Por último podemos mencionar la “recomendación” de la V Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, Comercial, procesal e

Informático, celebrada en Junín en 1992, que fue la siguiente: Son indemnizables todos los daños patrimoniales y morales,

vinculados en relación de causalidad adecuada con el hecho generador de responsabilidad. El resarcimiento en nuestro

Derecho, debe ser integral y no limitarse al interés negativo en el sentido de Ihering, o sea al daño emergente. Debe

comprender el resarcimiento de los daños que sean consecuencia inmediata y también mediata cuando el autor del

hecho ...”las hubiera previsto, y cuando empleando la debida atención y conocimiento de la cosa, haya podido preverlas”...

(art. 904).

RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES POR LOS HECHOS DE SUS HIJOS MENORES.
Es un subtipo de responsabilidad por el hecho ajeno o también llamada indirecta o
refleja. En esta clase de responsabilidad se da como característica principal que
quién debe afrontar la indemnización no es el au-tor del daño. La ley brinda varios
casos de esa tipo-logía, así : la responsabilidad del comitente (art. 1113 del
C.C.), de los padres, tutores, curadores (arts. 1114,1115,1116 y 1117 del C.C.), de
los dueños de establecimientos educativos (art. 1117 conf. Mod. De la ley 24.830),
dueños de hoteles, capitanes de bu-ques, jefes de familia por cosas arrojadas a la
calle o expuestas a caer (art. 1118).

REQUISITOS : A) MINORIDAD; B) HABITACION; Y C) ACTO ILICITO DEL MENOR. A) MINORIDAD


: Se remita al punto anterior. B) HABITACION : No debe interpretarse en un sentido
literal. Responden si no hay un motivo serio que impida la convivencia (Machado,
Salas, Salvat, Acuña Anzorena, Mazeaud, Trigo Represas, Bustamante Alsina). Si el
hijo se ausenta por razones atendibles, hay divergencia doctrinaria en la solución:
1) para una corriente, cesa la responsabilidad paterna por no concurrir el
requisito, imposibilidad de vigilancia, cese de la presunta culpa (Borda, Llambias,
Colombo, Bustamante Alsina, Mazeaud- Tunc, Giorgi, Demogue, Co-lin- Capitant,
Peirano Facio). 2) Solo se eximen los padres si la transferencia de la guarda del
menor, lo

fue hacia algunos de los sujetos previstos en los arts. 1113 y 1117 del C.C.
(Ovejero, Machado, Salas, Trigo Represas, Kemelmajer de Carlucci, Llerena,
Compgnucci de Caso, Josserand, Viney, Simler, Borrel Macia). C) ACTO ILICITO DEL
MENOR: El problema es su determinación de los menores de 10 años, por ser impo-
sible imputarles culpabilidad (conf. Arts. 897, 898, 900, 921 y 1076). A) Culpa de
los padres (Borda, Bus-tamante Alsina, Mazeaud- Tunc). B) Ilicitud objetiva y su
diferencia con la subjetiva (Orgaz, Trigo Represas, Salas, Kemelmajer de Carlucci,
Compagnucci de Caso, Ovejero). Si el hijo es mayor de 10 años, el problema no se
suscita. Siempre se responde por daños causados a terceros, no a si mismo.
REPONSABILIDAD SUBJETIVA U OBJETIVA?. Según el funda-mento que se adopte.
CAUSALES DE EXIMISION. La falta de culpa, cuya prueba queda a cargo de los padres,
y en supuestos específi-cos (arts. 1115 y 1116). Causas: a) Transferencia de la
guarda del menor; b) Vigilancia activa. A) TRANSFE-RENCIA DE LA GUARDA (Art. 1115):
desplazamiento de la guarda hacia otro en forma “permanente” (sustitución de la
autoridad paterna), aunque puede ser discontinua (En contra: Lafaille). B)
VIGILANCIA ACTIVA: (Art. 1116). Para su apreciación es importante la edad de los
menores (Llambias). También las costumbres, usos, necesidades, carácter del menor,
inteligencia, y demás circunstancias del caso. Asi : cuando los padres no controlan
las amistades, uso de armas, o frecuentar lugares inapropiados, salidas nocturnas,
ir de caza, intervención en carreras de automotores, jugar con hondas, tirar
piedras, etc. La conducción de automoto-res y la autorización administrativa para
ello, da lu-gar a pronunciamientos divergentes. La falta de pre-sencia física de
los padres, y la vigilancia activa.
ACCIONES RECURSORIAS. Entre cónyuges solidarios: la acción se suspende (art. 3969).
Es aplicable lo dis-puesto en los arts. 689 y 717, o solo la parte final del art.
689 ?. Acción contra el hijo: Se aplica lo dispuesto en el art. 1123 ¿. No cuando
el hecho lo co-metió un menor de 10 años.
Rubén H. Compagnucci de Caso.
Colegio de Abogados de La Plata (3 de octubre de 2005).

DATOS

T.S.J., Sala Penal, Sent.


n° 92, 24/9/03.
"ACHAVAL, María
Virginia p.s.a. Homicidio
Culposo -Recurso de
Casación-". Vocales:
Tarditti, Cafure de
Battistelli, Rubio.

SUMARIOS

RESPONSABILIDAD
CIVIL DE LOS
Al abordar el estudio de la responsabilidad civil se le sugiere hacerlo en el siguiente orden:
En primer lugar analice si es posible verificar la existencia del daño: luego si detenerse aún a determinar la
clase de daño, aborde el tratamiento de cada uno de los presupuestos:
*Antijuridicidad: corresponde evaluar su existe conducta antijurídica.
*Relación de causalidad: analizar si es posible atribuir tácticamente el resultado al agente por su conducta
lesiva o por la relación particular con la cosa o persona agente del daño.
*Factores de atribución: es el caso de que se dieran los presupuestos antes mencionados, deberán analizar si
es posible atribuir objetiva o subjetivamente el daño al agente o autor y, en su caso, si existen responsables
indirectos. Tenga presente los posibles eximentes de responsabilidad de acuerdo al factor de atribución
indicado.
*Daño: Análisis de sus clases. Extensión.
1- Patrimonial:
a) Requisitos (cierto, personal, subsistente)
b) Elementos (daño emergente, lucro cesante, daño futuro, pérdida de chance)
2- Moral:
a) Requisitos (Cierto, personal, subsistente)
b) Legimitimación
*Responsabilidad Civil
El derecho impone a quien ha producido su alteración el deber de dar cuenta de sus actos. Esta facultad se
manifiesta con una doble finalidad:
-Una sancionaria: responsabilidad penal
-Una reparatoria: responsabilidad civil

Responsabilidad civil: Consiste en la obligación de reparar la causación de un daño injustamente causado o


injustamente sufrido.
-Habrá responsabilidad directa: cuando el agente del daño es el obligado a reparar
-Y será indirecta cuando el agente del daño no esta obligado a reparar o no es el único obligado a hacerlo.

Presupuesto de la responsabilidad civil

1.Antijuridicidad: Sinónimo de ilicitud, quebrantamiento del orden jurídico.


-Exclusión de la antijuridicidad: existen algunos casos especiales (excepcionales) en los que la ley justifica
acciones u omisiones dañosas y las considera lícitas.
-Causas de justificación:
*Cumplimiento de un deber legal: Por ejemplo lesiones producidas por el cirujano con el consentimiento
informado del paciente.
*Estado de necesidad: por ejemplo cuando se causa un daño para evitar uno mayor
*Legitima defensa: cuando se causa un daño para repeler una injusta agresión

2. Daño indemnizable: Daño es el menoscabo del acervo patrimonial y moral de una persona.

-Daño patrimonial: es aquel que tiene en su mismo un valor pecuniario


Elementos del daño patrimonial
*Daño emergente: perjuicio efectivamente sufrido. Por ejemplo los gastos de reparación de los daños
ocasionados en el automóvil por una coalición.
*Lucro cesante: Frustración de ganancias o pérdidas. Por ejemplo los daños ocasionados a una máquina
expendedora de gaseosas, el lucro cesante serían las ganancias dejadas de percibir durante el tiempo de su
reparación.

Clases
*Sobre la naturaleza del bien inmediatamente lesionado puede clasificarse en:
-Directos: Se producen cuando recaen inmediatamente sobre las cosas. Por ejemplo el daño producido en la
carrocería de un automóvil como consecuencia de una coalición.
-Indirectos: Cuando el acto lesivo afecta directamente a la persona, sus derechos o facultades pero tales
lesiones repercuten indirectamente. Por ejemplo las heridas causadas por el cirujano que lo incapacitan para
trabajar.

*Sobre la legitimidad para reclamar la reparación del daño:


-Directos: cuando es el mismo lesionado quien reclama la reparación.
-Indirectos: Por ejemplo el cónyuge reclama por daño de su esposa y/o hijo.

*Según el tiempo en que se dicta la sentencia:


-Actual: si ha ocurrido con anterioridad a ella. Por ejemplo amputación de un miembro como consecuencia de
una accidente ferroviario.
-Futuro: Si el daño ocurrirá ciertamente después del dictado de aquella. Por ejemplo el reemplazo periódico de
la prótesis debido al crecimiento posterior de la víctima amputada.

Requisitos de daño indemnizable: no todo daño es resarcible, para que lo sea debe reunir los siguientes
requisitos:
-Cierto: debe tratarse de un daño real y efectivo.
-Personal: debe afectarse un interés propio.
-Subsiguiente: debe permanecer insatisfecho al momento de la reparación.
-Serio: debe tener entidad económica suficiente como para poner en funcionamiento la actividad jurisdiccional.
No debe ser insignificante.

Prueba y forma de reparación: quien reclama su reparación debe probar todos sus requisitos cuantía. Existen
excepciones en la que mediante presunciones legales se exime de la prueba.
Debe intentarse la reparación del daño jurídico, lo que se busca es volver las cosas al estado anterior. En caso
de no ser posible debe acudirse a la reparación por su equivalente en dinero. El pago puede ser en una sola
suma o en cuotas.

-Daño moral: modificación o disminución disvaliosa de la potencia de las personas en su dimensión espiritual,
en el desenvolvimiento de las capacidades de entender, sentir, querer, que afecta su modo de ser o estar.

Reparación
* El dinero procura aliviar el padecimiento y no estimarlo como bien de cambio, ya que sería ponerle precio al
dolor.
* Tiene particularidades: el daño moral no es exactamente cuantificable, no se borra, no desaparece, no es
posible volver las cosas al estado anterior.
* El dinero es el único medio para compensar el menoscabo sufrido por la víctima del daño moral.

Caracteres
* No es susceptible de cuantificación pecuniaria.
* Posee autonomía conceptual y funcional
* Apunta al restablecimiento integral de la persona y de lo que esta es a través de todas sus proyecciones:
fisiológicas, psicológicas y espirituales.
* La reparación es pecuniaria.

¿Quien puede reclamar?


* Una persona que a causa de un accidente ha perdido la conciencia en forma definitiva.
* Quien ha sufrido la desaparición de algunas de sus aptitudes intelectuales
* Quien padece una disminución de su belleza

Prueba
* Cualquier medio de prueba que sirvan para introducir en el juez la convicción de la existencia y de la magnitud
del daño moral.
* El damnificado directo: deberá probar las alternaciones o las disminuciones padecidas.
* En el supuesto de muerte de la víctima: los herederos potenciales deberán demostrar mediante pruebas
idóneas la legitimación activa (la relación que los une a la persona sobre la cual recayó la conducta dañosa).
Requisitos: igual daño patrimonial

3. Factores de atribución: representan el fundamento en el que se asienta la responsabilidad civil.


Clases
*Subjetivo: implica la consideración de la subjetividad del agente y el reproche humano de su conducta. Se
denomina culpabilidad y se manifiesta de dos maneras distintas: culpa y dolo.

-Culpa: consiste en la imprevisión de un resultado dañoso, previsible y evitable de haberse obrado con la
diligencia requerida por las circunstancias. Se funda en la previsibilidad y la evitabilidad del resultado. En este
caso se analizará la conducta del agente que causó el daño y tratará de ver más allá y analizará que hubiera
pasado si el agente hubiera actuado con previsión.
Cuanto mayor es el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la obligación
que resulte.

Modalidades de la culpa
*Negligencia: consiste en omitir una conducta que previsiblemente hubiera evitado el resultado dañoso. Por
ejemplo, maestra jardinera deja abierta una puerta del salón y un niño sale a la calle y es atrapado por un auto.
*Imprudencia: actuar precipitado e irreflexivo. Por ejemplo, cruzar sin mirar una calle con auriculares.
*Impericia: actuar con falta de habilidad específica o con incapacidad técnica. (médico anestesista)

-Dolo: acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar a la persona o los derechos de otro. Para que
se configure hace falta el deseo de causarlo. El sujeto que actúa con dolo será responsable de la totalidad de
los daños producidos.

* Objetivos: ponen el acento en la reparación del daño. No requieren ser probados y se dan en numerosos
supuestos de responsabilidad indirecta.

* Equidad: considera que se indemnicen los daños causados en razón de un acto antijurídico involuntario. Su
aplicación es facultad del juez, quien lo aplicará cuando lo crea conveniente sobre su apreciación de la relación
entre el patrimonio del autor y la condición personal de la víctima.
* Seguridad: se manifiesta en el ámbito de la responsabilidad contractual. Su finalidad es preservar a las
personas y a las cosas de los daños derivados de la ejecución de los contratos. Por ejemplo en el contrato de
transporte de personas, el transportador se obliga a conducir al pasajero sano y salvo a destino.
* Garantía: garantizar a la persona que trabajan en interés de otros una indemnización por eventualidades
dañosas. Por ejemplo obrero de la construcción.
* Abuso de derecho: el titular de un derecho que lo ejerce abusándole sus prerrogativas y causa un daño a
otro esta obligado a reparar el perjuicio que causo.

Responsabilidad contractual y extracontractual

-Responsabilidad contractual: responsabilidad emanada del incumplimiento o mal cumplimiento de las


obligaciones contractuales.
-Responsabilidad extracontractual: responsabilidad emanada de los actos ilícitos (delitos y cuasidelitos).

En uno y otro caso el supuesto de hecho condicionante es siempre el mismo


* Debe darse una conducta antijurídica o contraria al derecho.
* El que causa el daño ha de causarlo por culpa o imprudencia o queriendolo causar.
* Se sigue un daño para acreedor: responsabilidad contractual y para el damnificado: responsabilidad
extracontractual.

Delitos
Cuasidelitos
Acto ilícito doloso
Acto ilícito culposo
Responsabilidad por el hecho propio
Responsabilidad por el hecho ajeno
Acción ilícita
Omisión ilícita
El agente del acto causa el daño queriéndolo causar
El agente causa el daño no queriéndolo causar
-Responsabilidad indirecta

Se distingue:
* Responsabilidad indirecta por el hecho ajeno: por los daños causados por los dependientes o subordinados.
* Responsabilidad indirecta por el daño causado por las cosas.
Se distingue entre:
+Responsabilidad por los daños causados por los animales
+Responsabilidad por los daños causados por las cosas inanimadas.

1. Responsabilidad por el hecho ajeno:


-Se refiere a la responsabilidad por los daños causados por dependientes o subordinados.
* Presupone un vínculo de dependencia entre el autor del acto doloso o culposo y el civilmente responsable o
responsable directo.
* El vínculo puede ser de autoridad: padres respeto de hijos, tutores respeto de tutorados, directos respecto de
alumnos.
* También el vínculo puede ser contractual: patrón respecto de obreros.
El daño que dolosa o culposamente causo el dependiente es como si lo hubiera causado el principal respecto
del tercero damnificado.

-Responsabilidad de los padres por el daño causado por sus hijos


* Si el daño fuere causado por un menor que aún no cumple los 10 años, el mismo es falto de capacidad
delictiva, habrá responsabilidad indirecta o refleja. Esta responsabilidad incumbe a los padres en virtud de los
deberes inherentes a la patria potestad.
* Si el daño fuere causado por un menor que ya ha cumplido los 10 años, se trata de un sujeto con capacidad
delictiva, además de la responsabilidad de los padres, habrá responsabilidad directa por el hecho propio.

Circunstancias eximentes de responsabilidad

Los padres no serán responsables de los daños causados por los hechos de sus hijos, si probaren que les ha
sido imposible impedírselos, pero no será suficiente como excusa la ausencia de ellos.
Todo tiene que ver con la educación y los valores inculcados correctamente y adecuadamente a sus hijos. Lo
mismo ocurre con la eximente respecto de tutores, curadores, directores de colegio y maestros.

-Responsabilidad de los dueños de hoteles, de los capitanes de buques, patrones de embarcaciones,


agentes de transportes terrestres, de los padres de familia. El daño causado por el dependiente es como
si hubiera sido causado por el principal

2. Responsabilidad por el daño causado por las cosas

-Daño causado por animales: el propietario de un animal doméstico o feroz es responsable del daño que
causare.

Situaciones eximentes de responsabilidad:


*Que el daño se produjere por la culpa imputable a un tercero que excitó al animal.
*Que el daño se produjere por caso fortuito o fuerza mayor.
*Que la culpa sea del damnificado
*Que el daño se produjere sin culpa alguna imputable al guardián o a la persona a quien se le había confiado el
cuidado del animal.

-Daño causado por cosas inanimadas

El hecho del hombre

El hecho de la cosa

Responsabilidad que surge de aquel que causa daño sirviéndose de una cosa como instrumento.
El daño resulta de la actividad de la cosa misma, de su mal estado de conservación, del peligro que ella
represente.
Por ejemplo, el barbero que hiere con la navaja en la yugular, hombre que hiere con un bastón.
Por ejemplo incendio que se produce por un cortocircuito como consecuencia de un defecto de instalación
eléctrica, daño que produce la explosión de combustible, maseta que hiere a un transeúnte.
Estamos frente a la responsabilidad por el hecho propio o responsabilidad directa.
Se configura una responsabilidad objetiva o responsabilidad por riesgo.

Advertencia: llevar fallos y resoluciones judiciales al examen final, además de la bibliografía básica y la
opcional sugerida.
El tema preponderante es el de los accidentes de transito, siendo de aplicación el art. 1113 del CC.
Otros temas:
-responsabilidad civil in vigilando de los padres (art. 1114 y 1116)
-responsabilidad civil de las entidades deportivas ( ver ley 23184 –art. 33)
-responsabilidad especial (protección al consumidor – ley 24240)
-responsabilidad de los establecimientos educativos (art. 1117)

APENDICE
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA

§ 1. LA RESPONSABILIDAD COMO SANCIÓN


1. La responsabilidad del medico surgiria si la falta cometida derivara de
la inobservancia de las reglas de prudencia y atencion o fuere producto de un
grueso error cientifico. Es decir que la sancion solo podra aplicarse cuando medie
una notoria negligencia o imperdonable imprudencia, o exista un abandono
de los mas elementales deberes profesionales.
C2°CivCom La Plata, Sala I, 21/11/79, "Perez, Maria P. c/Sanatorio San Gabriel de
Psiquiatria y Neurologia", RepDJ, 1979-3-25, sum. 48, y DJBA, 1989-97.
2. Demostrada la relacion causal material, corresponde al derecho establecer
si al agente del hecho antecedente, eficiente del consecuente le cabe o no, en
terminos de justicia, una responsabilidad.' La regla general de la atribucion de
una consecuencia juridica a traves de la sancion esta dada por la idea de la previsibilidad,
que es un principio comun al derecho de tipo continental y al common
law. Esta regla de la previsibilidad esta graduada en los diferentes ordenamientos
positivos en funcion de la intensidad del reproche que en justicia merece el
hecho causante del dano.
CNCiv, Sala C, 8/5/84, "Fiorentino de Capella, Alicia M. c/Bello, Carlos T.", LL,
1984-D-326, con nota de Alberto G. Spota.
3. El deber general neminem Icedere es generico; se aplica a las relaciones
de los sujetos de derecho con independencia de que se hayan estipulado pautas de
su conducta reciproca; es fundamento del orden juridico y su violacion genera
responsabilidad como sancion.
CApelCivCom Moran, Sala II, 5/2/87, "Altamirano, Elsa R. c/Ceramica Martin SA y
otros", LL, 1987-D-373, con nota de Augusto M. Morello y Gabriel A. Stiglitz.
4. La responsabilidad civil comporta siempre un deber de dar cuenta a otro
del dano que se le ha causado.
CNCiv, Sala B, 14/6/84, "Sola, Andres c/Dulce, Carlos", ED, 109-548.
REFORMA DE LA LEY 17.711
7. En nuestro derecho positivo, y a partir de la ley 17.711, se encuentra
expresamente legislada la llamada responsabilidad objetiva o responsabilidad sin
culpa. La misma se encuentra en el art. 1113, parr. 2°, ap. 2°, del Cod. Civil, en
los casos de danos causados por el riesgo o vicio de la cosa.
SCBA, 27/11/84, "Caja de Prevision Social para Procuradores c/Lubokor SRL y otros",
ac. 33.953, LL, 1986-A-648; DMA, 128-297, y JA, 1985-IV-451.
8. Despues de la reforma de la ley 17.711 tenemos tres supuestos distintos
de responsabilidad: a) por el dano causado sin las cosas (art. 1109, Cod. Civil),
que requiere la prueba de la culpa; b) dano causado con la cosa, pero por el hecho
del hombre, en el que existe una presuncion de culpa contra el dueno o guardian,
que puede ser salvada con la prueba de que de su parte no hubo culpa, y c) dano
causado "por el riesgo o vicio de la cosa", es decir, propiamente por el hecho de
la cosa inanimada, en el cual la presuncion de culpa contra el dueno o guardian
solo se puede obviar probando la culpa de la propia victima o la de un tercero
extrano, por quien el dueno no deba responder; y tambien, aunque el texto no lo
diga, "el caso fortuito o fuerza mayor" exterior a la cosa.
CNCiv, Sala F, 25/3/86, "Consorcio de Propietarios Rivera Indarte 459 c/Consorcio
de Propietarios Rivera Indarte 453", LL, 1986-C-522, y DJ, 1986-11-644.
9. Frente al dano, la responsabilidad es una respuesta que puede resultar
diferente, segun las circunstancias: a) convertirlo en reparacion y ponerlo a cargo
de quien lo causo; b) dejar las cosas como estan, que significa que el autor del
dano no responde, y c) repartir el dano entre los sujetos. Ello nos demuestra que
la responsabilidad no es una sancion, sino una distribucion de danos.
CNFedContAdm, Sala IV, 8/4/86, "Nahoum, Alberto V. c/Gobierno nacional - Ministerio
de Justicia", LL, 1987-A-225.
10. La ley 17.711 introdujo en la legislacion positiva la responsabilidad objetiva
o responsabilidad sin culpa en los casos de danos causados por el riesgo o
vicio de la cosa (art. 1113, parr. 2°, ap. 2°, Cod. Civil). Coexisten dos fuentes
de responsabilidad: la primera y anterior, que se remite a la culpa, mientras que
la segunda encuentra fundamento en el riesgo o vicio de la cosa.
SCBA, 27/5/86, "Montesino, Atilio c/Ailan, Hector A. y otros", ac. 35.822, LL, 1987-
C-423, 37.629-S, y DJBA, 131-49.
5. El dano, para ser resarcible, debe ser cierto; pero la facultad de uso y
goce sobre las cosas de que un sujeto es propietario (en el caso, un automovil)
implica un bien que resulta susceptible de apreciacion economica. Ello asi, la
privacion debe ser objeto de reparacion, toda vez que se parte de una prueba in
re ipsa.
CNCom, Sala B, 7/10/91, "Segurometal Coop. de Seguro Ltda. c/Garaje del Aguila
SRL y otra", u., 1992-E-576, 38.237-S.
b) EL DAÑO COMO SITUACIÓN SOCIAL E INDIVIDUAL
1. Para la real vigencia de las acciones colectivas los magistrados judiciales
deben ejercitar dinamicamente todos los resortes que las leyes les confieran. A
la par, sera menester dejar de lado el concepto iusprivatista (individualista) del
dano resarcible, abriendole paso a una tendencia nueva, publica (colectiva) de
tipo preventiva y represiva, donde se busque no tanto la reparacion personal del
lesionado, sino la paralizacion de los efectos danosos.
CFedLa Plata, Sala III, Penal, 8/8/88, "Gimenez, Domingo y otra c/Estado nacional -
Ejercito Argentino", LL, 1989-C-117, con nota de Carlos A. Ghersi; DJ, 1989-2-610, y ED,
131-137.
c) Los DAÑOS AMBIENTALES
1. Si los remedios veterinarios fabricados por la demandada poseen un marcado
poder toxico, capaz de descompensar ecologicamente un area determinada
de terreno, siendo un derivado de sustancias quimicas destinadas originariamente
a la guerra quimica y existiendo una tendencia actual a descartar su uso por la
peligrosidad que importa, tratandose de un producto de reciente utilizacion en
nuestro medio, no puede inducirse a su empleo sin una adecuada informacion
respecto de los peligros que puede generar, siendo insuficiente sugerirlo en el
folleto con la sola referencia a los antidotos aplicables respecto de los animales
objeto de su aplicacion. Por ello, cabe responsabilizar a la accionada por los
danos causados —muerte de los bovinos—, en forma concurrente con la culpa de
la propia actora que, como empresa dedicada a la explotacion agropecuaria, debio
aplicar normas usuales referidas al manejo de los animales, previa y posteriormente
a la aplicacion de medicamentos de alguna trascendencia para el tratamiento
de las enfermedades que pueden sufrir.
CNCiv, Sala A, 17/4/70, "Estancias del Oeste SA c/Bayer Argentina SA", LL, 1979-
C-616.
2. Resulta muy dificil medir exactamente la magnitud del dano causado por
un torrente de uso industrial de cuatrocientos mil litros diarios de agua, que contiene
quinientos gramos de hidroxido de sodio y un detergente formado por mil
doscientos gramos de carbonato de sodio y cuatrocientos gramos de fosfato de
sodio diariamente, el cual en buena medida ingresa a los predios inferiores durante
casi veinte meses. Pero aun aceptando esa verdad, es evidente que el dano
ecologico de la tierra se produce; ello es un hecho notorio que no necesita demostracion,
desde que el carbonato de sodio y el fosfato de sodio, unido al hidroxido
de sodio, degradan la fertilidad del suelo. A ello debe unirsele la disminucion
de la superficie de tierra aprovechable. Maxime en una epoca como
la presente, en que las napas freaticas estan muy altas, haciendo mas dificultoso
el escurrimiento natural. Por ello, conforme lo impone el art. 165 del Cod. Proc.
Civil y Com. de la Prov. de Buenos Aires, el juzgador debe fijar prudencialmente
el monto de los danos.
CApel Junin, 26/3/81, "Etcheto, Pedro c/La Colonia Coop. Agropecuaria de Juan B.
Alberdi", DJBA, 121-41.
3. El derecho de todo habitante a que no se modifique su habitat constituye
un derecho subjetivo. En efecto, la destruccion, modificacion o alteracion de un
ecosistema interesa a cada individuo; defender su habitat constituye una necesidad
o conveniencia de quien sufre el menoscabo, con independencia de que otros
miembros de la comunidad no lo comprendan asi y soporten los perjuicios sin
intentar defensa (en el caso se hizo lugar a un recurso de amparo tendiente a que
se anularan sendas resoluciones que autorizaban a dos empresas a capturar especies
maritimas sin un estudio previo que demostrara la inexistencia de peligro
para dichas especies y su impacto ambiental).
Estan habilitados para interponer la accion de amparo quienes lo hacen en
nombre propio o en el de sus familias, si es que no se les permite hacerlo invocando
derechos de la sociedad entera, y que actuan defendiendo verdaderos derechos
subjetivos para defender el medio ambiente amenazado por riesgos inminentes
que devienen de conductas sustancialmente antisociales.
JuzgFedContAdmCap, n° 2, firme, 10/5/83, "Kattan, Alberto E. y otro c/Gobierno nacional
- Poder Ejecutivo", LL, 1983-D-576, con nota de Guillermo J. Cano.
d) EL DAÑO ECONÓMICO AL PATRIMONIO YA LA PERSONA
1. La indemnizacion contemplada por el art. 1084 del Cod. Civil queda librada
al prudente arbitrio judicial, puesto que importa determinar el dano pecuniario
actual, traducido en el tiempo que la desaparicion de la victima causara en
la familia.
CNEspCivCom, Sala III, 29/3/84, "Zimperz de Aicholzer, Sonia c/Marin, Antonio y
otro", LL, 1984-D-227, y Di, 1984-7-220.
2. Es viable el reclamo por los danos producidos en el periodo en que la
obra estuvo suspendida unilateralmente; esa suspension no debe lesionar el patrimonio
del contratista, y corresponde restablecerlo por via de indemnizacion a su
estado de equilibrio.
SCMendoza, 4/9/84, "Montero, Miguel A. c/Municipalidad de Junin", LL, 1985-B-
554, 36.780-S.
4. En materia de reparacion del dano material provocado por la muerte de
la victima, el valor de la vida humana no resulta apreciable con criterios exclusivamente
economicos, pues tal concepcion materialista debe ceder frente a
una comprension integral de los valores, materiales y espirituales, unidos en forma
inescindible en la vida humana y a cuya reparacion debe tender la justicia.
A tal fin deben considerarse las circunstancias del caso como la edad de la victima,
trabajo, ayuda que prestaba a los padres, monto de sus remuneraciones, etcetera.
CrCivCom La Plata, Sala II, 2215/85, "Montorro, Salvador y otro c/Miranda, Oscar R. y otro", LL, 1985-C-
319, con nota de Carlos A. Ghersi.
9. La vida humana no tiene un valor economico en si misma, sino en relacion
con el perjuicio o dano pecuniario que la muerte produce en el patrimonio
de los afectados.
CNCiv, Sala M, 22/2/89, "Escobar, Felipe N. y otra c/Fossaceca, Adrian R. y otros",
LL, 1990-C-527, con nota de Roberto H. Brebbia.
10. Para fijar la indemnizacion, las secuelas deben ponderarse en tanto representen
indirectamente un perjuicio patrimonial para la victima (art. 1068, Cod.
Civil); o sea, en cuanto impliquen minusvalia que comprometa sus aptitudes laborales
y la vida de relacion en general, y, de ese modo, frustren posibilidades
economicas o incrementen sus gastos futuros, lo cual debe valorarse atendiendo
a las circunstancias personales, socioeconomicas y culturales de aquella.
CNCiv, Sala I, 28/12/90, "Deich, Simon c/Leguizamon, Lino F.", LL, 1992-B-202.
11. El perjuicio patrimonial resultante del fallecimiento de un hijo esta dado
por la friistracion de la esperanza de que en el futuro la victima pudiera ayudar
a sus padres, tanto como por la ayuda actual si asi lo hacia. Tratandose de un
hogar modesto este dano debe ser considerado como la perdida de una probabilidad
seria, que constituye un perjuicio cierto y no hipotetico.
CNCiv, Sala M, 27/2/91, "Gomez, Maximo R. y otros c/Clerici, Anibal A. y otro",
LL, 1991-D-35, y Di, 1991 -2-526.
12. Cuando se trata de la muerte de menores de corta edad, que son economicamente
para los padres carga y no ayuda, no debe indemnizarse el dano
material, sino exclusivamente el dano moral, pues este dato factico ha destruido
la presuncion de dano emanada de la ley. En cambio, la muerte de un hijo adolescente
hace presumir (salvo prueba en contrario) un dano material en sus progenitores.
Pero por ser la presuncion iuris tantum, no se fijara ningun monto si
puede deducirse facilmente que la ayuda no era ni seria necesaria.
CFedMendoza, Sala B, 13/5/91, "Tomassetti de Bonicelli, Maria y otra c/Empresa
Ferrocarriles Argentinos", LL, 1991-E-441.
13. La indemnizacion por "valor vida", apunta a enjugar el detrimento padecido
por quienes eran destinatarios de todos o parte de los bienes economicos
que la victima producia, es decir, las sumas que se dejaron de percibir a causa
de la muerte de su familiar.
CNFedCivCom, Sala II, 17/6/91, "Caput°, Julio A. c/Caja Nacional de Ahorro y Seguro",
LL, 1992-B-8.
14. Una cosa es admitir que la vida humana y las aptitudes personales tengan
un valor economico, en consideracion precisamente a lo que producen o pueden
producir en el orden patrimonial para el propio sujeto u otros, y otra muy
distinta, es afirmar que la vida humana constituye de por si un valor economico,
ya que no tiene valor alguno por si misma, sino por su aptitud o posibilidad de
producir beneficios economicos.
No puede afirmarse, razonablemente, que la vida humana constituya por si un
valor economico, pues nada tiene ese valor por si mismo, sino solamente por sus
posibilidades de cambio o de uso o su aptitud para producir beneficios economicos.
SCBA, 21/5/91, "Codequir de Sturba, Alicia M. c/Martinez, Rolando A. y otros", LL,
1991-D-18, y Di, 1991-2-718.
15. La indemnizacion por "valor vida" es la reparacion del perjuicio que la
muerte de la victima implica en el presente o puede implicar en el futuro para
sus familiares, en funcion de la asistencia economica que les podria brindar.
CNCiv, Sala F, 2/8/91, "Borysiuk, Juan y otro c/Ibarra, Santiago M. y otro", LL, 1991-
E-339, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
16. El valor de la vida humana no resulta apreciable con criterios exclusivamente
economicos. Tal concepcion materialista debe ceder frente a una
comprension integral de los valores, materiales y espirituales, unidos inescindiblemente
en la vida humana y a cuya reparacion debe, al menos, tender la justicia.
No se trata, pues, de medir en terminos monetarios la exclusiva capacidad economica
de las victimas, lo que vendria a instaurar una suerte de justicia distributiva
de las indemnizaciones segun el capital de aquellas o segun su capacidad de
producir bienes economicos con el trabajo. Resulta incuestionable que en tales
aspectos no se agota la significacion de la vida de las personas, pues las manifestaciones
del espiritu insusceptibles de medida economica integran tambien
aquel valor vital de los hombres.
CNCom, Sala C, 8/8/91, "Teixidor, Roberto E. c/Lopez Gramajo, Roberto y otro", LL,
1992-D-292, con nota de Susana Albanese.
17. Se encuentran legitimados los concubinos para reclamar la indemnizacion
del dano patrimonial ocasionado por la muerte de uno de ellos como consecuencia
de un hecho ilicito, en tanto no medie impedimento de ligamen.
CNCiv, en pleno, 4/4/95, "F., M. C. y otro c/E1 Puente SAT", LL, 1995-C-642.
18. Los arts. 1084 y 1085 del Cod. Civil imponen a los responsables la
obligacion de solventar los gastos de subsistencia de la viuda y de los hijos menores
de la victima respecto de los cuales rige una presuncion iuris tantum del
dano.
CSJN, 27/9/94, "Furnier, Patricia M. c/Caceres, Hector O. y otro", JA, 1995-11-193.
e) DAÑO A LA CAPACIDAD LABORATIVA
1. Si bien la aptitud laboral es un atributo de la persona cuya disminucion
constituye de por si detrimento susceptible de apreciacion economica, aun cuando
no se haya traducido en un perjuicio concreto y actual relacionado con los ingresos
provenientes de su trabajo, ello no significa que pueda ser reparada independientemente
del dano material o moral ocasionado a quien la padece, pues su
indemnizacion solo podra canalizarse a titulo de uno, otro, o ambos tipos de perjuicios.
TSCordoba, Sala.Penal, 5/10/84, "Reginato, Hugo O.", LLC, 1985-605.
7. Para la fijacion de la indemnizacion por incapacidad para el trabajo, el
juzgador debe considerar, en general, la perdida que la disminucion de posibilidades
en la vida importa, al soportar secuelas permanentes, sin atarse a un molde
rigido de entradas, intereses y usufructos.
CNCiv, Sala C, 5/8/91, "Araujo, Demetrio c117 de Agosto SA Linea 26 y otro", LL,
1991-E-633.
8. La incapacidad permanente, o sea la secuela irreversible, cubre todas las
erogaciones futuras, atendiendo a la indole de la actividad impedida, sea o no
productiva, puesto que la reparacion comprende no solo el aspecto laborativo,
sino tambien todas las consecuencias que afectan la personalidad.
CNCiv, Sala A, 2816/91, "Silva, Olga c/Barbarito de Mega, Ana y otro", LL, 1991 -E-
27, y Di, 1991-2-975.
13. A los efectos de indemnizar la incapacidad sobreviniente de un menor,
no es valido el calculo basado en el salario minimo vital y movil y en la expectativa
de vida util.
Dada la complejidad que representa el establecer la indemnizacion por incapacidad
sobreviniente de un menor, debe estarse al prudente arbitrio del juzgador
y la vasta experiencia recogida en casos de la misma especie, apoyada, a su vez,
en factores tales como la edad, sexo de la victima, condicion socio-economica,
nivel cultural, su rol en la familia, etcetera.
CNCiv, Sala L, 25/3/94, "Lara, Carmen R. c/Rodriguez, Ruben D. y otro", LL, 1995-
C-677.
14. La indemnizacion en cuanto al rubro incapacidad sobreviniente procura
el resarcimiento de aquellos danos que tuvieron por efecto disminuir la capacidad
vital de la persona afectada, la cual incida en todas las actividades, no solamente
en la laboral o productiva, sino tambien en lo social, cultural, deportivo y aun en
lo individual.
CNCiv, Sala C, 1012/94, "Dominguez, Gabriel A. c/Cassini, Ricardo M.", LL, 1994-
C-579.
15. A fin de establecer la indemnizacion por incapacidad sobreviniente, las
consecuencias de la lesion no solo se miden por la ineptitud laboral, sino tambien
por la incidencia de la misma en la vida de relacion de la victima y en su actividad
productiva.
CNCiv, Sala D, 28112/93, "Campos, Manuel S. c/Manchinelli, Gabriel y otro", LL,
1994-C-579.
16. La incapacidad sobreviniente y permanente debe apreciarse en funcion
de pautas razonablemente generales. Ellas son las actividades encuadradas dentro
de la normalidad actual o presumiblemente futura de toda persona. Es decir,
no solo con relacion a la tarea especifica que desarrolla al momento del accidente,
aunque pueda conjeturarse la posibilidad de cambio de tareas, la mutacion del
lugar, la modificacion del itinerario de acceso, la transformacion del desplazamiento.
Debe tenerse en cuenta el quebrantamiento de la normalidad.
CNCiv, Sala H, 3/8/94, "Baccichetto, Ana M. c/Fernandez, Oscar M.", LL, 1995-
C-677.
17. La incapacidad sobreviniente no debe valorarse a partir de una hipotetica
suma adjudicada a un supuesto "valor vida", sino que debe ponderarse en
funcion de las circunstancias del caso debidamente analizadas por el sentenciante.
CNCiv, Sala G, 10/3/94, "Garcia, Susana B. c/Bauzada, Roberto D. y otros", LL, 1995-
C-677.
t) EL DAÑO EXTRAECONÓMICO
1) DAÑO MORAL
1. El art. 1078 del Cod. Civil, modificado por ley 17.711, limita la accion
por indemnizacion del dano moral al damnificado directo y, solamente si del hecho
hubiere resultado la muerte de la victima, a los herederos forzosos. El interes
juridico que pretende proteger la limitacion prescripta no es otro que "si el
propio interesado no se siente danado o no cree digno ponerle precio a su dolo
nadie puede intentar la accion en su lugar".
C5TivCom Cordoba, 13/2/91, "Brizuela, Felix A. dCaserta, Marcelo A.", LLC, 1991-707.
2. El derecho no resarce cualquier dolo, humillacion, afliccion o padecimiento
sino aquellos donde se agravian verdaderos intereses extrapatrimoniales,
como la salud, la integridad fisica, la intimidad, el honor, la privacidad, etc., afectados
como consecuencia inmediata y necesaria de ese incumplimiento, que no
son equiparables ni asimilables a las meras molestias, dificultades, inquietudes o
perturbaciones que pueda llegar a provocar un simple incumplimiento contractual,
en tanto estas vicisitudes o contrariedades son propias del riesgo de cualquier
contingencia negocial.
CNCom, Sala A, 9/5/91, "Del Valle, Pedro E. c/Autoplan Circulo de Inversores SA
de Ahorro para Fines Determinados", LL, 1992-D-270.
17. El dano moral es la lesion cierta producida al razonable equilibrio espiritual
que la ley presume existiria de no haberse producido el hecho reparable.
Para probar la existencia y entidad del dano moral no es necesario aportar
prueba directa, pues ella resulta imposible dada la indole del dano.
CNCiv, Sala H, 30/11/93, "Bilik, Perla Y. y otro c/Brey, Gustavo A. y otro", LL, 1995-
C-677.
21. El dano moral, si bien pertenece al mundo subjetivo de los damnificados,
para su reparacion economica debe traducirse en suma de dinero. Se acude
a dicha suma como respuesta ante el dano producido. Ello constituye el caracter
sustitutivo de la solucion juridica, aun cuando en la esfera del damnificado persista
la conmocion efectiva.
CNCiv, Sala H, 3/8/94, "Baccichetto, Ana M. c/Fernandez, Oscar M.", U, 1995-
C-677.
2) DAÑO PSÍQUICO
1. El dano psiquico o psicologico ha de considerarse comprendido en el art.
1086 del Cod. Civil, particularmente si se esta persiguiendo el resarcimiento del
costo medico apropiado, para lo que ha sido descripto como la alteracion de la
personalidad, la perturbacion del equilibrio emocional que entrana una descompensacion
significativa que perturba su integracion en el medio social.
El dano moral no puede considerarse identificable con el dano psiquico o
psicologico. Como dano inferido a la persona, ha de apreciarse en lo que representa
como alteracion y afectacion de la salud, no limitada al aspecto fisico.
CNEspCivCom, Sala II, 23/5/88, "Banfi, Argentino y otros c/Yedro, Raul H. y otros",
LL, 1989-B-624.
2. El dano psiquico debe ser indemnizado como diferenciado del estetico y
del moral, si de la pericia surge la existencia de una alteracion emocional como
consecuencia del accidente padecido.
Todo dano inferido a la persona corresponde apreciarlo en lo que representa
como alteracion y afectacion no solo del cuerpo fisico sino tambien del ambito
psiquico del individuo, con el consiguiente quebranto de la personalidad, de manera
que importe tambien este un menoscabo a la salud, considerada en su aspecto
integral, computandose tambien la incidencia o repercusion que todo ello en alguna
medida puede aparejar sobre la vida de relacion del damnificado.
CNEspCivCom, Sala V, 8/7/88, "Melo, Dalma P. c/Del Pozo, Horacio y otro", LL,
1989-C-523, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
3. La simple manifestacion del actor, en el momento de la revisacion medica,
de padecer un estado depresivo a consecuencia del accidente, dista de ser
prueba suficiente de un dano de indole psiquica que afecta su capacidad laborativa.
La indemnizacion por supuestas afecciones de indole psiquica debe ser concretamente
reclamada, sin que pueda considerarsela comprendida en la alusion a
"la incapacidad sobreviniente" derivada de ciertas afecciones a los sentidos que
determinan una perdida de la estabilidad.
CNCiv, Sala F, 27/12/88, "Colque, Juan C. c/Argibay, Jose y otro", LL, 1989-E-37.
4. Corresponde conceder indemnizacion por tratamiento psiquiatrico si es
aconsejado por el perito en la materia.
CNCiv, Sala M, 22/2/89, "Escobar, Felipe N. y otra c/Fossaceca, Adrian R. y otros",
LL, 1990-C-527.
5. Los arts. 1 109 y 1113 del Cod. Civil no distinguen entre dano fisico y
dano psiquico. Se refieren simplemente a "dano" e inequivocamente incluyen
tanto a uno como a otro.
SCBA, 14/3/89, "Vazquez, Angel E. c/Ganadera Penta", DJBA, 136-2801.
6. Las consecuencias de un accidente de transito deben ser reparadas integramente,
debiendo comprenderse en la indemnizacion el tratamiento psicologico
de los integrantes de la familia.
CNCiv, Sala I, 29/8/89, "Frigerio, Eduardo J. L. c/Rojas, Alberto R.", LL, 1990-A-445.
7. • Los estados depresivos forman parte del dano moral, el cual comprende
no solo los padecimientos, dolores, tribulaciones, sino tambien el dano psiquico
transitorio o permanente. Las perturbaciones psicosomaticas se incorporan al
dano inmaterial o extrapatrimonial contemplado en el art. 522 del Cod. Civil.
CNCiv, Sala C, 7/9/89, "Podlete Caceres, Jose E. c/Ferrocarriles Argentinos", LL,
1990-A-155.
8. El monto a indemnizar por el dano psicologico debe integrar el dano
moral.
CNFedCivCom, Sala III, 14/11/89, "Pajon, Luis O. c/Estado nacional - Estado Mayor
General de la Armada", LL, 1990-A-489.
9. El dano psicologico no esta comprendido dentro del dano moral, pues
en el primero se resarce la incapacidad que en ese campo le produjo el accidente,
mientras que el dano moral esta referido a todos los padecimientos, las angustias
y los dolores.
CNCiv, Sala F, 22/12/89, "Etchechoury, Nelida c/Spada, Graciela B., y Rodriguez,
Victor M. c/Spada, Graciela B.", LL, 1992-D-99, con nota de Carlos A. Rey.
10. La indemnizacion por incapacidad de indole psiquica y por dano moral
tienen distintos objetos.
CNCiv, Sala F, 2/8/91, "Borysiuk, Juan y otro cubana, Santiago M. y otro", LL, 1991-
E-339, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
11. La incapacidad sobreviniente, la lesion estetica y el dano psicologico
constituyen items autonomos. La existencia de cicatrices y la necesidad de
usar muletas configuran una alteracion del aspecto habitual que presentaba la victima
antes del accidente y que debe ser resarcido con independencia de la viabilidad
del dano psiquico.
Las lesiones a la psiquis no constituyen una categoria autonoma, puesto que
tales lesiones pueden conculcar intereses de indole patrimonial o moral.
Si corresponde otorgar una suma para solventar el tratamiento originado en
el dano psiquico y este es de naturaleza transitoria, el perjuicio resarcible solo se
configura durante el lapsd que media entre el accidente y la finalizacion de la
terapia.
CNCiv, Sala D, 1616/92, "Peralta, Antonio c/Herrnan, Ramon E.", LL, 1992-E-24, voto
del doctor Daray.
12. El dano psiquico no constituye item autonomo, ya que tal lesion a la
psiquis puede producir minoraciones (danos) a intereses patrimoniales o espirituales.
CNCiv, Sala D, 15/6/92, "Diaz, Cilo c/SEAM", LL, 1992-E-85.
13. El dano psicologico no es concepto autonomo con relacion a la clasificacion
de los danos en patrimoniales y extrapatrimoniales o morales. La afectacion
de la integridad fisica importa, de ordinario, dano moral y si produce un
desmerito en el patrimonio configura, ademas, un dano patrimonial indirecto.
CNCiv, Sala G, 20/4/94, "Lastra, Sandra G. c/Viera Ruiz, Jose L.", LL, 1995-C-677.
3) DAÑO BIOLÓGICO
1. Debe considerarse dano a todo lo que altera la integridad fisica, y por
mas que la curacion y readaptacion sea mas o menos completa, no podra devolverse
al organismo alterado la situacion de incolumidad anterior al accidente, lo
que constituye el perjuicio reparable.
Se entiende por dano biologico al que parte de la base de una integridad
corporal que no ha quedado intacta y se proyecta sobre las esferas no laborales
(del fallo de primera instancia).
El dano biologico es autonomamente resarcible, cualesquiera fueran las consecuencias
patrimoniales (lucro cesante y dano emergente) o no patrimoniales (sufrimientos)
de la lesion sufrida (del fallo de primera instancia).
El concepto de dano biologico, comprensivo de cada disminucion de la integridad
psicofisica de la persona, considerada en si por si, en cuanto incide sobre
el "valor hombre", en toda su concreta dimension, no se agota en la actitud de
producir riqueza, sino que reune la suma de las funciones naturales referidas al
sujeto en el ambiente en que su vida se desarrolla, y tiene relevancia no solo
economica sino tambien biologica, cultural, social y estetica.
Independientemente de cual es la naturaleza juridica del concepto de dano
biologico, es decir, si se repara como dano material, como dano moral, o como
un tercer genero autonomo, existe consenso en que el ataque o dano a la integridad
fisica es indemnizable (del fallo de primera instancia).
CNCiv, Sala B, 11/2/93, "Garcia, Gustavo A. y otro c/Dos Santos Gongalves, Maria
A. s/sumario", ED, 152-491.
4) DAÑO ESTÉTICO
1. La lesion estetica no constituye un tercer genero del dano entre el moral
y el patrimonial, el padecimiento de una lesion de este tipo puede incidir en forma
indistinta y aun simultanea tanto en el dano moral como en el dano emergente
(incapacidad sobreviniente).
CApelCivCom San Isidro, Sala II, 21/5/85, "Aspron, Jose H. e/Magana de Coppola,
Hebe y otro", LL, 1985-E-57.
2. La lesion estetica puede producir consecuencias lesivas al patrimonio de
la victima, en cuyo caso se debera indemnizar como dano material y consecuencias
agraviantes al plano espiritual de la persona visible, existiendo un campo
comun con la reparacion por incapacidad sobreviniente.
La lesion estetica puede producir consecuencias lesivas al patrimonio de la
victima, en cuyo caso se debera indemnizar como dano material, y consecuencias
agraviantes al plano espiritual de la persona visible, existiendo un campo comun
con la reparacion por incapacidad sobreviniente.
La lesion estetica es la que se sufre en el rostro o en cualquier otra parte del
cuerpo que es costumbre mostrar o exhibir o que se trasluce al exterior, menoscabando
o afeando el cuerpo al disminuir su perfeccion o belleza.
CNCiv, Sala K, 21/12/89, "Salinas, A. c/Lazxin, J.", LL, 1991-E-617, con nota de
Maria D. Pereiro.
3. El dano estetico, siempre que guarde un nexo causal con el ilicito y perturbe
a la victima, puede ser indemnizado con independencia del dano moral y
de la incapacidad fisica, si es que en la forma de proponer la demanda no estuviera
contenido en aquellos otros reclamos.
El dano estetico se configura mediante una alteracion que puede ser (o no)
psicologica, pero que produce una perturbacion de la personalidad. El dano estetico
constituye una alteracion que se traduce en una mengua o deterioro de esa
armonia corporal, propiedad de los cuerpos que los hace agradables a los ojos de
los demas.
CNFedCivCom, Sala III, 14/11/89, "Pajon, Luis O. c/Estado nacional - Estado Mayor
General de la Armada", LL, 1990-A-489.
4. El sufrimiento de quemaduras en epigastrio, abdomen y muslos produce
padecimientos fisicos, y las cicatrices resultantes configuran una fuente permanente
de agravio de sentimientos legitimos de autoestima y de la propia imagen
ante la estimativa ajena, tanto en la esfera intima cuanto en un nivel social donde
las zonas afectadas originasen, por su exhibicion natural y posible, una aflicción
y molestia comprensible y justificable en la victima, que ha de ser reparada con
una suma en concepto de dano moral.
CNTrab, Sala V, 31/5/89, "Furlano, Liliana G. c/Estado nacional - Ministerio de Educacion
y Justicia", DT, 1989-B-1428.
5. El dano estetico, para ser computable, debe tener alguna entidad.
CNCiv, Sala A, 29/5/89, "Pappano, L. R. c/Tracanelli, M.", LL, 1990-E-306.
6. Dano estetico es la lesion que se sufre en el rostro o en cualquier otra
parte del cuerpo que es costumbre mostrar o exhibir, o que se trasluce al exterior,
menoscabando o afeando el cuerpo al disminuir su perfeccion o belleza.
CNCiv, Sala K, 6/4/89, "Weil, Tomas R. c/Trovato, Osvaldo", LL, 1989-D-484.
7. Acreditadas con el dictamen pericial las cicatrices en el rostro, y su
relacion de causalidad con el accidente, pueden ser tenidas en cuenta por el
juzgador para valorar la indemnizacion a otorgar, aunque se haya omitido en la
demanda, en tanto se trata de cuestiones medicas cuya descripcion pudo escaparse
al letrado que la redacto.
CNCiv, Sala J, 10/3/89, "Ader, Andrea J. c/Cuellar de Montenegro, Maria D. y otro",
LL, 1989-D-348.
8. No resulta procedente el reclamo por lesion estetica, aunque quedaran
restos del accidente —cicatriz extendida—, si no se aprecia que la figura externa y
visible fuera utilizada como fuente de lucro, pudiendo considerarse el nuevo mal
aspecto soportado como algo que incide sobre el dano moral.
CNCiv, Sala C, 29/10/90, "Ayala, Luis A. c/Maldonado de Urquiza, Alberto A. y
otros", LL, 1991-B-317, y DJ, 1991-2-24.
9. El rubro "dano estetico" esta cubierto, en general, con el dano moral,
por los disgustos que la victima puede sufrir al soportar esa desmejora en su cuerpo.
y DJ,C 1N9C91iv-,1 S-8a8la9 .C, 28/8/90, "Grosso de Mattia, Flora c/Ramirez, Anibal", LL, 1991 -B-49,
10. La lesion estetica no constituye una categoria autonoma, pues el atentado
a la estetica puede lesionar alternativa o conjuntamente intereses juridicos
de esencia patrimonial, o bien de caracter extrapatrimonial.
CNCiv, Sala D, 12/6/90, "Rodolico de Gaizo, Maria del Carmen c/Rene, Martin", LL, 1991-A-214.
11. Aun cuando no se constate perdida de capacidad laborativa, el dano
estetico configura un dano en la persona, sus derechos o facultades, a los que
hace mencion el art. 1068 del Cod. Civil. Este perjuicio sufrido por la victima,
en la medida en que resulte susceptible de apreciacion pecuniaria, es el que debe
ser indemnizado, aunque no signifique incapacidad (arts. 1068 y 1083, Cod. Civil).
El dano estetico es indemnizable y puede traducirse en dano material o en
dano moral. Constituye dano material en caso de que incida sobre las futuras
posibilidades economicas de la victima y sobre su vida de relacion, ello con independencia
de la incapacidad sobreviniente que contempla otro aspecto del deterioro
fisico, pesando sobre el patrimonio en planos distintos y singulares. El
dano estetico se traduce en dano moral, en cambio, por los sufrimientos de ese
orden que puede engendrar, ya que aquel dano comprende padecimientos, dolores
y tribulaciones. La lesion estetica provoca intrinsecamente danos a un bien extrapatrimonial:
la integridad corporal.
CNTrab, Sala VII, 16/4/90, "Zalazar, Eugenio J. c/Quimica Estrella SA", LL, 1990-
E-16.
12. Si la lesion estetica no incide mayormente en el desempeno de la actividad
remunerada a que se dedica la victima, la indemnizacion debe abarcar exclusivamente
aquellos aspectos que hacen al interes no patrimonial que encierra
la lesion estetica, en cuanto vulnera afecciones legitimas de orden espiritual como
la propia imagen y su menoscabo.
La lesion estetica solo puede configurar el dano patrimonial cuando repercute
en las posibilidades economicas del lesionado o sobre la capacidad futura de continuar
desarrollando una actividad productiva, mermando sus ganancias, al margen
del costo de la intervencion quirurgica reparadora cuando fuera posible.
CNCiv, Sala A, 12/3/91, "Cobelli, Haydee N. c/Nodar, Juan J ." , LL, 199I -E-763,
38.191-S.
13. El perjuicio habitualmente enunciado como "lesion estetica" constituye
solo excepcionalmente rubro autonomo que reparar, siendo regla que quede subsumido
ya en la incapacidad sobreviniente, en tanto la apariencia fisica aparezca
relevante para el plano laboral o social, ya en el agravio moral, si es que, indiferente
a la actividad laboral o al normal desenvolvimiento de la vida de relacion,
el defecto altera el espiritu, las afecciones o sentimientos de la victima.
CNCiv, Sala B, 23/8/91, "Lampen, Hilda M. c/Fernandez, Carlos A. y otro", LL, 1992-
B-251, con nota de Roberto A. Vazquez Ferreyra.
14. Si la cantidad destinada a la cirugia plastica soluciona el detrimento,
corrigiendo la deformacion, aquella porcentualidad estimada como incapacidad
sobreviniente quedaria reducida en cuanto influyera la lesion estetica en el total.
CNCiv, Sala B, 16/8/91, "Cernuschi, Gustavo A. y otro c/Sanatorio Colegiales SA",
LL, 1992-E-318, con nota de Sandra M. Wierzba.
15. Corresponde establecer indemnizacion por lesion estetica aun cuando
no haya sido reclamada como item distinto, pues cabe considerarla incluida en el
concepto expresamente reclamado de incapacidad sobreviniente.
CNCiv, Sala C, 25/6/92, "Cisneros, Maria M. c/Rodriguez, Fabian A.", LL, 1992-E-21.
16. La incapacidad sobreviniente, la lesion estetica y el dano psicologico
constituyen items autonomos. La existencia de cicatrices y la necesidad de
usar muletas configuran una alteracion del aspecto habitual que presentaba la victima
antes del accidente y que debe ser resarcido con independencia de la viabilidad
del dano psiquico.
CNCiv, Sala D, 16/6/92, "Peralta, Antonio c/Herman, Ramon E.", LL, 1992-E-24, voto
del doctor Daray.
17. La lesion estetica constituye un rubro especifico, y el valor del mismo
debe abarcar las lesiones sufridas y los gastos que insumira el tratamiento ulterior
de rehabilitacion.
CNCiv, Sala L, 25/3/94, "Lara, Carmen R. c/Rodriguez, Ruben D. y otro", LL, 1995-
C-677, disidencia del doctor Polak.
18. Para que proceda la reparacion pecuniaria por lesion estetica no resulta
necesario que se vea afectada la belleza del damnificado, siendo suficiente que
se encuentre danada su armonia fisica, la que no se identifica con aquella, pues
esta es subjetiva y depende de quien la evalua.
CNCom, Sala B, 19/8/94, "R., M. c/Valdivieso, Alejandro y otros"; G., L. C. c/Transportes
Automotores Riachuelo SA"; "T., V. H. y otros c/Valdivieso, Alejandro A. y otros",
LL, 1995-B-132.
19. En virtud de que la lesion estetica deriva siempre en la faz espiritual o
bien en la patrimonial, en aquellos supuestos en los cuales la armonia fisica constituye
un factor determinante para la obtencion de ganancias o representa gastos
de cirugia estetica, corresponde otorgar una compensacion autonoma por tal concepto.
CNCiv, Sala A, 19/12/94, "F., A. c/Mujica, Perfílio J.", LL, 1995-D-340.
6) DERECHO DE CHANCE
1. Por dano debe entenderse el menoscabo a todo interes —y no solo a un
interes legitimo o derecho subjetivo— que integra la esfera del actuar licito de una
persona, a consecuencia del cual ella sufre la privacion de un bien procurado a
traves de un actuar, la "chance" es la posibilidad de un beneficio probable futuro,
que integra las facultades de actuar del sujeto, conlleva dano, aun cuando pueda
ser dificultoso estimar la medida de ese dano.
La indemnizacion por perdida de "chance" no se identifica con la utilidad
dejada de percibir, sino que lo resarcible es la "chance" misma, la que debe ser
apreciada judicialmente segun el mayor o menor grado de probabilidad de convertirse
en cierta, sin que pueda nunca identificarse con el eventual beneficio perdido.
En el terreno de las chances, queda patentizado que para ser dano juridico
no es necesaria la vulneracion de un derecho subjetivo, sino la mera esperanza
probable de un beneficio o lucro, esperanza que de por si no significa un derecho
a reclamar algo a alguien, puesto que aun no se ha concretado una facultad de
obrar de esa manera, sino tan solo la frustracion de la posibilidad de lograr consolidar
la adquisicion de un bien juridicamente protegido.
La "chance" configura un dano actual —no hipotetico—, resarcible cuando implica
una probabilidad suficiente de beneficio economico que resulta frustrado
por el responsable, y puede ser valorada en si misma aun prescindiendo del resultado
final incierto, en su intrinseco valor economico de probabilidad.
CNCom. Sala B, 7/2/89, "Murar°, Heriberto c/Eudeba SEM", LL, 1989-D-288, con
nota de Jorge Bustamante Alsina.
2. El resarcimiento acordado para compensar el dano material sufrido a raiz
de la muerte de un hijo, debe ponderar la frustracion de la chance consistente en
esperar legitimamente su ayuda en el futuro. Esta implica un dano resarcible.
CNCiv, Sala I, 25/9/89, "Mourrat, Rodolfo c/Chavez, Carlos", LL, 1990-E-550,
38.159-S.
3. A los fines de la fijacion de la indemnizacion, si no se ha acreditado que
la victima aportara ayuda economica al padre, ni las necesidades actuales de este,
solo cabe considerar la "chance" perdida de asistencia ulterior, sobre todo en la
vejez.
CNCiv, Sala C, 30/3/90, "Nasta, Hugo E. c/Navarro, Luis R. y otro", LL, 1990-E-7.
4. Para valorar el detrimento patrimonial que a los padres ha ocasionado la
muerte de un hijo menor debe apreciarse con suma prudencia a cuanto hubiere
ascendido la razonable posibilidad de ayuda que este podria haber prodigado a
aquellos, lo cual configura inequivocamente un dano futuro, o sea, la valoracion
de una "chance", cuya definicion exige de desconocidas variables que no hacen
atinado un calculo matematico exacto.
CNCiv, Sala A, 15/11/90, "Mosca de Fink, Carlota E. y otros c/Det-Am Medinaah,
Israel y otro", LL, 1991-E-418.
5. El perjuicio patrimonial resultante del fallecimiento de un hijo, esta dado
por la frustracion de la esperanza de que en el futuro la victima pudiera ayudar
a sus padres, tanto como por la ayuda actual si asi lo hacia. Tratandose de un
hogar modesto este dano debe ser considerado como la perdida de una probabilidad
seria, que constituye un perjuicio cierto y no hipotetico.
CNCiv, Sala M, 27/2/91, "Gomez, Maximo R. y otros c/Clerici, Anibal A. y otro",
LL, 1991-D-35, y Di, 1991-2-526.
6. Cuando se reclama indemnizacion por el fallecimiento de un menor de
diecisiete arios, unico hijo, que habia cursado estudios y que contribuia al sostenimiento
del hogar, se pretende resarcir la perdida de una chance u oportunidad,
que si bien implica un juicio sobre el futuro, no constituye una mera conjetura,
ya que se sustenta de modo suficiente en lo que la experiencia de vida indica al
juez que suele suceder, brindando mas adelante, probablemente, a sus progenitores
no solo ayuda patrimonial, sino asistencia en las restantes necesidades que
trae aparejada la ancianidad.
CNFedCivCom, Sala III, 11/3/92, "Alomes Johannessen, Hector y otra c/Empresa Ferrocarriles
Argentinos", LL, 1992-D-524.
7. Para determinar la indemnizacion por perdida de chance, es sabido que
el juez no debe guiarse por pautas rigidas, pues la indemnizacion no puede identificarse
con el eventual beneficio perdido, sino que lo resarcible es dicha chance,
la que sera apreciada judicialmente segun el mayor o menor grado de probabilidad
de convertirse en cierta.
CNCiv, Sala D, 12/5/92, "Sica, Juan C. c/ENTel y otros", LL, 1992-D-581.
8. Toda vez que se trate de indemnizar la incapacidad sobreviniente de un
menor que aun no se encuentra en una etapa productiva, efectuar un calculo matematico
ponderando variables minimas de ingresos no es una decision acertada,
pues se esta mas bien ante una perdida de chance que no se identifica con la
utilidad dejada de percibir. En consecuencia lo resarcible es la chance misma,
la que debe ser apreciada judicialmente segun el mayor o menor grado de probabilidad
de convertirse en cierta, sin que pueda nunca identificarse con el beneficio
perdido.
CNCiv, Sala L, 25/3/94, "Lara, Carmen R. c/Rodriguez, Ruben D. y otro", LL, 1995-
C-678.
7) DAÑO DIRECTO O INDIRECTO
1. Si cuando se trata de apreciar el dano directo que alguien experimenta
es muy logico contemplar la perdida de ingresos que esa persona sufre como consecuencia de la lesion
padecida, muy diverso y distinto es el caso cuando se trata
del dano indirecto que alguien sufre por el mal hecho a otra persona, como el
dano al padre como consecuencia de la muerte del hijo alimentante.
C4*CivCom Cordoba, 1/12/78, "Irusta, Julio C. c/Lopez, Adan C. y otros", BJC,
XXIII-127.
2. Cuando se trata de cosas materiales que han soportado detrimento, el
dano moral puede ser directo si ellas tenian valor de afeccion, mas alla de su
valor economico o indirecto, si la destruccion de tales cosas sin valor de afeccion
ha producido verdaderos sufrimientos, incomodidades o alteracion ponderables
en el orden extrapatrimonial.
CNCiv, Sala C, 26/4/83, "Bloomfield, J. A. c/Autopistas Urbanas SA y otros", ED,
104-746.
CNCiv, Sala B, 28/9/84, "Coma, Domingo c/Consorcio de Propietarios Austria 2247",
LL, 1985-B-554, 36.785-S; JA, 1985-11-641, y ED, 112-233.
8. Corresponde admitir el resarcimiento por el dano material consistente
en la perdida de chance de la asistencia economica que la victima le brindaria a
sus padres en el futuro para lo cual debe tenerse en cuenta la frustracion de la
ayuda a ellos en su vejez, de indudable gravitacion en familias de escasos recursos,
siendo que cuando se trata de estas familias la situacion economica exige de
los hijos una ayuda mas prematura.
CNCiv, Sala C, 8/3/94, "Guerra, Roberto F. y otro c/Gomez, Jose L.", LL, 1994-
C-579.
§ 5. RELACIÓN DE CAUSALIDAD COMO PRESUPUESTO DE LA REPARACIÓN
a) REQUISITOS Y FUNCIONAMIENTO
1. Para acreditar el nexo causal son validos todos los medios, incluyendo
las presunciones basadas en indicios graves y concordantes. Vale decir que la
causalidad puede quedar comprobada por medio de presunciones, pero ello no
implica aceptar que la causalidad en si misma pueda ser presumida.
Comprobada la causalidad fisica entre el hecho y el dano y no probado por
el demandado que el nexo causal se ha interrumpido, el mismo no se puede liberar
de la responsabilidad objetiva derivada del riesgo de la cosa, maxime que ha quedado
probado que el accidente fue la causa adecuada del dano.
CrCivCom Bahia Blanca, Sala II, 11/9/90, "Sepulveda de Saavedra, Maria L. c/Ruppel,
Marcelo", U, 1991-D-107, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
2. La responsabilidad proveniente del vicio de las cosas tiene como presupuesto
a la conexion causal entre el dano y esa falencia. No puede entonces
atribuirse la calidad de causa a un pasivo elemento por el que se difundio la humedad,
como es la pared medianera.
CNCiv, Sala A, 14/9/90, "Salles, Francisco c/Consorcio de Propietarios Juan B. Justo
2726", LL, 1991-B-225, y DJ, 1991-1-946.
3. En tanto se desconocen las causas que originaron la caida del causante
a las aguas del curso navegable, se torna imposible determinar la relacion de causalidad
entre el dano y la cosa, ya que de desconocerse que motivos originaron
aquella caida, no puede imputarse responsabilidad a la accionada en los terminos
del art. 1113 del Cod. Civil.
CNTrab, Sala I, 10/5/91, "Feldman Araya, Nancy S. c/Del Bene SA", DT, 1991-B-
2307.
4. Si la victima intento cruzar una avenida a una hora de intenso transito,
cuando el semaforo habilitaba el paso de los vehiculos, incurrio en grave imprudencia
que fracturo el nexo de causalidad que el art. 1113 del Cod. Civil presume
contra el propietario o guardian de la cosa riesgosa.
CNCiv, Sala F, 28/10/91, "Amestica Martinez, Juan c/De Vicente, Nestor A.", LL,
1991-E-756.
5. Como regla, la carga de la prueba de la relacion de causalidad pesa sobre
el accionante.
En el campo de la responsabilidad civil la relacion de causalidad cumple una
doble funcion: por un lado, permite determinar con rigor cientifico a quien debe
atribuirse un resultado danoso; por el otro, brinda los parametros objetivos indispensables
para calibrar la extension del resarcimiento, mediante un regimen predeterminado
de imputacion de consecuencias.
La relacion de causalidad es un presupuesto de la procedencia de la accion
por la cual se reclaman danos y perjuicios derivados de responsabilidad objetiva.
SC Mendoza, Sala I, 26/3/92, "Buel, Oscar c/Compafda de Perforaciones Rio Colorado",
LL, 1992-C-115.
b) LAS CONCAUSAS
1. La concausa no puede actuar como factor de eliminacion de la responsabilidad
del culpable del accidente que produjo la muerte a la victima.
La expresion "concausa" resulta confusa. Es esa una expresion acunada por
la doctrina penal prevalentemente. Se tratan las concausas, estrictamente, de circunstancias
preexistentes, simultaneas o sobrevinientes, que guardan una relacion
directa con el resultado del delito, no excluyen la relacion de causalidad entre
este y el resultado si excluyen esa relacion, cuando se trata de causas extranas que
determinan el resultado por si mismas.
CApelCivCom Rio Cuarto, 3/7/78, "Giordano Hnos. SRL c/Labarda, Jose y otros",
CJ, XXVIII-J-187.
2. De los dos parrafos agregados por la ley 17.711 al art. 1113 del Cod.
Civil surge con claridad que la culpa de la victima o de un tercero, exime totalmente
al propietario de la cosa siempre que se pruebe que esa culpa fue la causa
exclusiva del hecho danoso. Si por el contrario, esa culpa no fue sino una concausa,
habra solamente exoneracion parcial.
CApelCivCom Parana, Sala II, 17/4/78, "Lopez, Rosa c/Pioli, Domingo F.", Zeus,
1978-15-184.
4. El desarrollo de los efectos de una causa puede ser desviado o directamente
suprimido por otra causa distinta y coexistente (concausa). Con ello se
relaciona la cuestion conocida doctrinariamente como "asuncion de riesgos por
el damnificado". La obligacion resarcitoria a cargo del agente del dano puede
ser modificada o desplazada cuando ha obrado como concausa de aquel una culpa
de la victima que lo ha llevado a exponerse a un riesgo anormal o extraordinario.
CNCiv, Sala E, 23/2/81, "Facya SA c/Moray, Alfonso y otros", LL, 1981 -C-313.
5. En cuanto a la relacion de causalidad entre la conducta del insano y la
muerte de otro anciano internado, ninguna duda cabe, cualquiera fuese el estado
de salud fisica y mental del ultimo, que si la aludida agresion desencadeno en
poco tiempo el deceso de la victima debe considerarse como causa eficiente o
adecuada del resultado. Y la omision en que incurriera el medico en el diagnostico,
quien pudiendo interrumpir aquella relacion de causalidad no lo hizo faltando
a su obligacion impuesta por la ley (art. 1074, Cod. Civil), adquiere la jerarquia
de concausa.
CNCiv, Sala E, 9/11/83, "Perez, Laura S. c/Clinica Geriatrica Amenabar y otros", LL,
1984-B-I45, JA, 1984-11-48, y ED, 107-434.
6. En el caso de existir culpas concurrentes, el reparto del perjuicio debe
determinarse con arreglo a la gravedad de cada culpa.
CFedLa Plata, Sala III, Penal, 8/8/88, "Gimenez, Domingo y otra c/Estado nacional -
Ejercito Argentino", LL, 1989-C- 117, con nota de Carlos A. Ghersi; Di, 1989-2-610, y ED,
131-137.
7. Al margen de las respectivas imputaciones que puedan formularse las
partes, si de las constancias de autos resulta que media causa concurrente entre
la responsabilidad del demandado y el obrar de la victima, el juez debe asi declararlo
aunque las partes no lo hayan invocado oportunamente, pues la cuestion
hace al derecho de fondo y no al de forma.
CSJN, 16/6/88, "Bonadero Alberdi de Inaudi, Martha A. y otros c/Empresa Ferrocarriles
Argentinos", LL, 1988-E-431.
8. Cabe presumir la existencia de culpa concurrente, de los conductores de
ambos vehiculos ante la falta de prueba decisiva que autorice establecer que la
culpa solo existio de parte de uno u otro protagonista del hecho, ya que es forzoso
concluir que ninguno de ellos extremo las medidas de cuidado y vigilancia requeridas
en atencion a las personas y al lugar, pues de haberse mantenido los
conductores duenos del control de sus respectivos vehiculos habrian podido evitar
la colision, porque hay culpa compartida cuando los automotores circulaban de
modo de no poder evitar la contingencia creada por el cruce del otro.
CApelCivCom MdelPlata, Sala II, 30/3/88, "Parraga de Caramello, Delia c/Echarte,
Jose M.", U, 1989-C-635.
9. Para que se pueda hablar de culpa concurrente —o bien en concurrencia
de un factor objetivo de atribucion con culpa de la victima—, el comportamiento
del damnificado debe tener relacion causal relevante con el hecho productor del
dano.
CNCiv, Sala G, 25/2/88, "Moreno, E. c/Municipalidad de Buenos Aires", LL, 1989-
B-628.
10. Establecer la concurrencia de culpas en un accidente armoniza con el
regimen de la responsabilidad por el riesgo creado, ya que al tiempo de computarse
una eventual exclusion de aquella por demostrarse —siquiera parcialmente—
la culpa de la victima, no puede dejarse de valorar el cuadro total de la conducta
de todos los protagonistas para determinar si, y en que medida, la victima autoriza
aquella exclusion.
Hay culpa concurrente cuando el perjuicio sufrido por la victima reconoce
como causa fuente, ademas de la conducta del victimario, su propio quehacer, o
sea, cuando la negligencia o descuido de aquella contribuyen a la produccion del
accidente.
CApelCivCom San Isidro, Sala I, 23/2/88, "Z., M. T. c/P., J. M.", Di, 1988-2-903.
11. Si del analisis de la incidencia causal y de la responsabilidad de cada
una de las partes en la produccion del evento danoso, no surge una mayor o excluyente
de la otra, esta debe ser distribuida por mitades.
CNTrab, Sala VII, 31/7/89, "Mansilla, Juan C. c/Jorge Lisbel SA", DT, 1989-B- 1866.
12. Faltando prueba decisiva que permita establecer fehacientemente la culpa
exclusiva de uno de los protagonistas del evento, y no existiendo posibilidad
de establecer la proporción de las culpas, en caso de duda o falta de prueba,
corresponde sean distribuidas por partes iguales.
CApelCivCom San Isidro, Sala II, 30/5/89, "Vergara, Carlos D. y otra c/Perez Zerda,
Jorge", DJ, 1989-2-866.
13. Cuando la conducta de la victima ha concurrido con la actuacion de las
cosas riesgosas en la produccion de su propio dano como concausa, desplaza proporcionalmente
la responsabilidad en el hecho de los propietarios de aquellas.
SCBA, 18/4/89, "Castro, Angel W. c/Mascheroni, Roberto O. y otro", DJBA, 136-
3699.
14. En un accidente de transito, la cuestion de la velocidad debe adecuarse
a las circunstancias del caso, lo cual no impide advertir la imprudencia de quien
cruza una bocacalle sin semaforos con su vehiculo a cincuenta kilometros por
hora, estando en conocimiento de que el otro vehiculo tambien avanzaba a velocidad.
Ello configura culpa concurrente.
CNCiv, Sala F, 6/12/90, "Cutler de Jurozdieki. Patricia y otro c/D'Accurzio, Daniel
O.", LL, 1991-A-457.
15. La que libera de responsabilidad es la culpa del tercero, y no el simple
hecho de este si no esta en claro que fue negligente o imprudente; solo opera en
caso de que la culpa del tercero haya sido causa unica o exclusiva del dano, pues
de existir una concausa entre el hecho del tercero y el de la cosa o la conducta de
quien conduce la cosa, la responsabilidad del dueno o guardian sera total, sin
perjuicio de las acciones de regreso que pudieran corresponderle.
CPCivCom Cordoba, 5/6/90, "Cittadini, Roberto R. y otros c/Martinez, Omar J. y
otros", LLC, 1991-611.
16. Si de una cosa riesgosa o peligrosa emerge un dano, el responsable es
el dueno o guardian, quien puede eximirse si la relacion de causalidad entre la
cosa y el dano se hubiera fracturado por algun hecho de la victima o de un tercero.
La fractura del nexo causal adecuado puede ser parcial o total, y en el primer
supuesto —fractura parcial— existiria una co-causacion del dano, debiendo entonces
dilucidarse en que proporcion el hecho u omision de la victima o de un tercero
contribuyo a su produccion.
CNCiv, Sala D, 17/5/90, "Garcia, Diego E. c/Casasco, Roberto J.", LL, 1991-C-328,
con nota de Silvia Y. Tanzi.
17. Para que se pueda hablar de culpas concurrentes, o bien de concurrencia
de un factor objetivo de atribucion con la culpa de la victima, el comportamiento
del damnificado debe tener relacion causal relevante con el hecho productor
del dano.
La teoria de la causa adecuada, recogida por el texto actual del art. 906 del
C6d. Civil, distingue entre "causa", que es el antecedente, que, segun el curso
natural y ordinario de las cosas (art. 901), es idoneo para producir el resultado,
y "condicion", que son los demas antecedentes o factores de ese resultado.
CNCiv, Sala A, 30/8/91, "Castano, Juan C. y otra c/Folta, Jorge D.", LL, 1992-B-353.
18. Cabe establecer un cincuenta por ciento de culpa a cada una de las
partes, si ambas han conducido con negligencia sus vehiculos, y no puede deslindarse
con precision a traves de las constancias de autos en que medida concurrieron
los protagonistas a la produccion del accidente.
CCivComContAdm San Francisco, 25/4/91, "Gimenez, Edelmiro c/Bongiovanni, Luis",
LLC, 1991-894, voto del doctor Goiran.
19. En caso de responsabilidad objetiva, deben indemnizarse todos los danos
que tengan una relacion causal adecuada con el evento danoso, entendiendose
por "causa adecuada" la que, segun el curso ordinario de la vida y segun la experiencia,
puede ocasionar el dano.
CFed Cordoba, Sala A, 25/3/85, "Bonvillani, Cesar y otro c/Empresa Ferrocarriles
Argentinos", LLC, 1985-770.
20. Causa es unicamente la que segun el curso natural y ordinario de las
cosas (art. 901, Cod. Civil) es de por si idonea para producir ese resultado, o que
debe normal o regularmente producirlo; mientras que serian meras condiciones
los demas antecedentes o factores, en si irrelevantes, de esa consecuencia.
CCivCom Junin, 27/2/91, "Muniz, Loreto L. c/Arrieta, Anibal E.", LL, 1991-E-335.
21. Uno de los principios liminares del derecho en materia de danos y perjuicios,
es que para que el resarcimiento proceda debe existir entre el perjuicio,
cuya reparacion se pretende, y el obrar antijuridico del demandado una relacion
de "causalidad adecuada", de modo que pueda sostenerse que el hecho danoso es
una consecuencia inmediata y necesaria del obrar culposo del responsable.
CNCom, Sala B, 12/8/91, "Ser, Andres c/Banco de Credito Argentino", LL, 1992-
C-447.
22. Como regla, la carga de la prueba de la relacion de causalidad pesa
sobre el accionante.
En el campo de la responsabilidad civil, la relacion de causalidad cumple
una doble funcion: por un lado, permite determinar con rigor cientifico a quien
debe atribuirse un resultado danoso; por el otro, brinda los parametros objetivos
indispensables para calibrar la extension del resarcimiento, mediante un regimen
predeterminado de imputacion de consecuencias.
La relacion de causalidad es un presupuesto de la procedencia de la accion
por la cual se reclaman danos y perjuicios derivados de responsabilidad objetiva.
SC Mendoza, Sala 1, 26/3/92, "Sud, Oscar c/Compania de Perforaciones Rio Colorado",
U, 1992-C-115.
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§ 9. RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURÍDICAS POR ACTOS
ILÍCITOS DEL ÓRGANO Y DE LOS DEPENDIENTES
a) REQUISITOS
1. El art. 43 del Cod. Civil, mas aun luego de la reforma introducida por
la ley 17.711, impone a las personas juridicas la responsabilidad por los daños
que produzcan sus dependientes a consecuencia de hechos ilicitos por el ejercicio
o en ocasion de sus funciones. Y esta responsabilidad se extiende incluso hasta
los delitos de tipo criminal.
C2'CivCom y Mineria San Juan, 31/10/80, "Sanda, Bernardo y otros c/Farmacia Sindical
—ATSA—", JA, 981-111-25.
2. Si los miembros de un órgano de una entidad hacen que esta adopte una
decision antijurídica, contraen responsabilidad personal por tal obrar, por el juego
de los principios elementales de la responsabilidad extracontractual, en virtud
de los cuales todo el que ocasiona a otro un dano incurriendo en dolo o culpa y
violando la ley, debe repararlo.
CApel Junin, 2/4/80, "Rodrigo, Osvaldo c/Mango, Orlando", DJBA, 121 - 177.
3. La responsabilidad de las personas jurídicas es, de acuerdo al art. 41 del
Cod. Civil, equiparable en principio, en sus relaciones con los terceros, a las personas
de existencia visible. En el ambito de la responsabilidad contractual receptado
por el art. 42 del Cod. Civil, resultan tambien asimiladas en cuanto a su
responsabilidad, a las personas fisicas, hallandose sometidas pasivamente al efecto
anormal o subsidiario de las obligaciones contraidas por sus representantes
legales. El dolo o la culpa de sus organos en el cumplimiento de las convenciones
incide sobre ellas.
Cl'CivCom Bahia Blanca, Sala II, 9/4/81, "Crugeiro, Oscar R. y otro c/Hospital Regional
Espanol", DJBA, 121-210, y ED, 94-278.
4. Con independencia de la responsabilidad de personas juridicas que estatuye
el art. 43, parte la, del Cod. Civil, respecto de los danos que causen quienes
las dirijan o administren, existe la responsabilidad por los perjuicios que causen
sus dependientes (arts. 43, parte r, y 1113, Cod. Civil). De ello se sigue que
tanto da que la retraccion provenga del representante legal de la editorial del periodico,
o de un subordinado hacedor de la informacion incriminada.
CNCiv, Sala C, 6/4/82, "N., J. N. c/Editorial Sarmiento SA", ED, 100-277.
5. La primitiva redaccion del art. 43 del Cod. Civil consagraba la irresponsabilidad
de las personas juridicas, tanto en materia civil como criminal. La ley
17.711 modifico esta situacion, por lo cual las personas juridicas han quedado en
la misma situacion que las personas naturales en lo que atane a la responsabilidad
por hechos ilicitos, responsabilidad que el art. 1113 consagra con gran amplitud.
Se exige, si, una relacion de causalidad entre el hecho y sus consecuencias, y que
entre el hecho y el dano exista una relacion de causalidad es una cuestion factica
que los jueces deben resolver.
CNFedCivCom, Sala I, 27/3/84, "Bergallo, Fernando O. c/Gobierno nacional", LL,
1984-D-65, y Di, 1984-3-76.
6. La diferenciacion de la responsabilidad de las personas juridicas por los
ilicitos cometidos por quienes las dirigen o administren, ya sea "en ejercicio" o
"en ocasion", y la responsabilidad de los dependientes solo cuando lo es en "ejercicio",
esta en la ley —de lo contrario no se entenderia el reenvio del art. 1113
del Cod. Civil—, y no es dado al interprete prescindir de ella por entender que
carece de justificacion, porque ello implicaria sustituir la valoracion del legislador
por la del juez (del voto en disidencia del doctor Greco).
No caben distingos entre la responsabilidad "directa" de la persona juridica
por los actos de gestion de los integrantes del organo y la "indirecta" que emerge
del actuar de los dependientes, en punto a que, en ambos supuestos, aquella
ha de responder por los hechos cometidos por estos "en ejercicio" o "con ocasion"
de las funciones, ya que es sabido que, se trate de la conducta de uno u otros, la
persona juridica se sirve de ambos, de igual manera que debe soportar las consecuencias
de los actos realizados por estos ultimos en el circulo de las funciones
que se les asignara.
La regulacion de la responsabilidad extracontractual de las persona juridicas
diferencia in terminis los supuestos actos ilicitos cometidos por quienes las dirijan
o administren (art. 43, parte. la, Cod. Civil, y remision que a esa norma efectua
el art. 1720) y el de actos ilicitos cometidos por dependientes o subordinados
(remision del art. 43, parte ultima, al art. 1113, Cod. Civil). En la primera hipotesis,
el dano obrado "con ocasion" es factor atributivo; no asi la segunda, en
la que requiere lo haya sido "en ejercicio", por mas que se lo aprehenda en forma
amplia, comprensiva del ejercicio aparente y del abusivo (del voto en disidencia
del doctor Greco).
CNCiv, Sala G, 10/4/86, "Prieto, Adela y otros c/Trinidad, Jose P. y otros", LL, 1987-
A-310, y ED, 121-297.
7. Corresponde responsabilizar a las personas juridicas por el delito de contrabando,
en consecuencia de su voluntad y accionar independiente, aunque no
se haya aplicado pena a una persona fisica, si se demuestra la existencia del ilicito
y que el mismo se produjo en nombre de la persona juridica.
Respecto a la responsabilidad de las personas juridicas en relacion al delito
de contrabando, la ley ha tomado en cuenta la realidad economica de la actividad
de las sociedades frente a la cual el Estado seria impotente y cuya responsabilidad
quedaria a salvo con la existencia de un hombre de paja en su direccion.
La unica forma de evitar la responsabilidad de la sociedad seria que el resto de
los organos societarios impugnaran, en su momento, el hecho ilicito que pretendieron
cometer o cometieron sus directores.
CNPenal Economico, Sala I, 31/10/89, "Wakin, Miguel A. y otros", LL, 1990-D-406.
8. Son responsables los dependientes de la empresa que transporto productos
lacteos para lactantes, toda vez que intervinieron en la secuela de hechos que
culminaron con la muerte de aquellos en un establecimiento asistencial al serle
suministrado el producto, pues se incurrio en una conducta negligente al no advertir
la contaminacion del producto que resultaba notoria. Tambien es responsable
la provincia en donde el nosocomio publico estaba ubicado, ya que sus autoridades
debieron adoptar medidas inmediatas y necesarias —como el secuestro
del producto de los lugares de expendio— y no consideraron con la objetividad
que era dable exigir las circunstancias que, apenas producida la muerte de los
ninos, ponian en evidencia el origen de la contaminacion adoptando una medida
que culminaria en los efectos danosos.
CSJN, 22/3/90, "Kasdorf SA c/Provincia de Jujuy y otro", a, 1991 -A-52, con nota
de Roberto H. Brebbia.
9. El criterio de la ley, al obligar a la sociedad por los actos que no sean
"notoriamente extraños al objeto social", es necesariamente amplio porque deben
protegerse de eventuales sorpresas a los terceros que entran en relacion con
aquella. Esos terceros generalmente contratan con ella guiandose por la apariencia
que se les ofrece, y se verian defraudados si pudieran oponerseles hipoteticas
limitaciones estatutarias a la representacion de quien firma por la persona
juridica.
CNCiv, Sala C, 15/5/85, "Calabi, Mario C.", LL, 1985-D-80, y Di, 1985-51-654.
b) ACCIÓN DE REPETICIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS
HACIA TERCEROS EXTRAÑOS; TERCEROS RELACIONADOS;
DEPENDIENTES Y ADMINISTRADORES
1. La responsabilidad de las personas de existencia ideal no excluye la que
incumbe a los individuos que obran los hechos imputables a ellas.
CApelCivCom Moran, Sala II, 5/2/87, "Altamirano, Elsa R. c/Ceramica Martin SA y
otros", LL, 1987-D-373, con nota de Augusto M. Morello y Gabriel A. Stiglitz.
2. No es posible ampararse en el cargo representativo que se detenta para
eludir las consecuencias de los propios actos que ultrapasan el contenido de la
autorizacion, es decir, que van mas alla de los limites del mandato o de los que
la ley pone. Cuando se actúa por una persona juridica, violando la ley, se incurre
en responsabilidad personal, que es solidaria con la del ente.
CCivCom y Mineria Gral. Roca, 17/10/90, "Operaciones Especiales Argentinas SA
c/Sindicato Petrolero Neuquen y otro", LL, 1991 -B-409, con nota de Juan Poclava Lafuente,
y Di, 1991-2-349.
3. En orden a las consecuencias emanadas de una omision o indebido cumplimiento
de sus funciones, resultan a cargo del funcionario: la obligacion de responder
al Estado empleador por la responsabilidad contractual que deriva del contrato
administrativo que lo vincula con el mismo, y la obligacion de responder
frente a los terceros por su responsabilidad civil extracontractual.
JuzgCivCom Cordoba, n° 6, 9/2/90, "Comuna Villa Santa Cruz del Lago c/Jordan,
Carlos M.", LLC, 1991 -53.
4. Es conveniente integrar en toda demanda contra el Estado (representado
por la Administracion publica) al o los agentes o funcionarios presuntamente involucrados,
como una forma de coadyuvar a la defensa por igual del propio agente
o funcionario, cuanto a la del mismo Estado. Ello no implica necesariamente
que deba condenarse (sin analizar la distincion entre falta y culpa de servicio y
la falta o culpa personal) en forma solidaria a la Administracion y a tales agentes,
cuando no media falta o culpa personal y se da claramente solo una falta o culpa
de servicio.
CNFedCivCom, Sala III, 14/12/90, "Diaz, Daniel H. c/Fernandez, Julio C. y otros",
LL, 1991-C-320, y DJ, 1991 -2- 380.
§ 10. RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS LÍCITOS
DEL ÓRGANO Y DE LOS DEPENDIENTES
a) REQUISITOS
1. La responsabilidad extracontractual del Estado, comprometida por la actividad
de sus organos, genera un dano independiente de la antecedente relacion
entre la parte actora y su respectivo deudor, toda vez que el dano indemnizable
lo constituye, en la especie, la frustracion de la garantia dispuesta en un embargo
preventivo que no fue informado por el Registro de la Propiedad, por lo que la
responsabilidad de la provincia debe limitarse al monto del embargo al tiempo de
efectuarse la venta sobre la base del informe erroneo, atento a que por ese importe
habria respondido, a su vez, el adquirente en caso de que el certificado se hubiera
librado con constancia del embargo subsistente, con mas su correspondiente actualizacion,
toda vez que esa circunstancia importo la materializacion del dano.
CSJN, 18/9/90, "Brumeco SA c/Provincia de Buenos Aires", LL, 1991 -A- 186.
2. Respecto de los daños provocados a los bienes de terceros por la acción
licita del Estado (frente a su obligacion de proporcionar seguridad), la doctrina
ha fundado el deber de reparar el perjuicio, bien en los principios constitucionales
y normas legales que rigen la expropiación forzosa, bien en el principio de igualdad
ante las cargas públicas, bien en la regla primaria del alterum non Itedere,
que el Estado de derecho no puede eludir.
Si en el desarrollo de su actividad legitima de derecho público, el Estado
causa a alguien un daño fisico, la victima tiene derecho al resarcimiento. El conjunto
social que se beneficia con la prestación estatal debe soportar equitativamente
el perjuicio que resulta de aquella, aunque no haya habido ilicitud o culpabilidad
en el accionar de su agente. Si esto es asi, con relación a perjuicios
estrictamente patrimoniales, con mucha mayor razón debe aceptarse cuando lo
que está en juego es la salud, la vida o la integridad física de una persona, por
tratarse de bienes de superior jerarquia.
Si bien la Administracion pública, por ministerio de su agente o funcionario,
es decir, su órgano, ejercio una obligacion-potestad administrativa de seguridad
con la cual se beneficia la comunidad toda, y que por su naturaleza pertenece al
ambito del derecho público, ello no obliga al particular damnificado afectado en
su persona o bienes a aceptar el dano que deriva del ejercicio de aquella actividad,
por más que se haya desarrollado lícitamente en lo tocante a su agente, es decir,
sin que mediase culpa alguna de tal representante estatal.
CNFedCivCom, Sala III, 14/12/90, "Diaz, Daniel H. c/Fernandez, Julio C. y otros",
LL, 1991-C-320, y DJ, 1991 -2-380.
3. El Estado no siempre responde con motivo de su conducta valida; ello
solo ocurrirá cuando la conducta estatal tiende a satisfacer necesidades públicas
en beneficio de la comunidad, pues no seria justo, en esas circunstancias, que los
perjuicios derivados de ella deban ser soportados exclusivamente por los afectados.
CNFedContAdm, Sala IV, 29/5/90, "Lejtman, Jorge S. c/Administracion Nacional de
Aduanas", LL, 1991-E-471, con nota de Delia M. Ferreira Rubio, y ED, 140-392.
4. La indemnizacion por responsabilidad objetiva del Estado por los perjuicios
causados por el accionar legitimo de la Administración, debera someterse,
ante la falta de normas expresas sobre el punto, al modo de responder establecido
en instituciones analogas.
CFedSan Martin, 5/6/91, "Falasco e Hijos SA, Octavio R. c/Estado nacional - Instituto
Nacional de Vitivinicultura", LL, 1991-E-11, y Di, 1991-2-663.
5. El principio de la responsabilidad del Estado por sus actos licitos no tiene
caracter absoluto; su aplicacion depende de la existencia en el ordenamiento
jurídico de normas aplicables, directamente o por analogia, al caso de que se trata.
CNFedContAdm, Sala III, 29/10/91, "Tecnobeton SA c/Estado nacional - ANA", LL,
1992-B-599, 38.202-S.
6. La circunstancia de que una autopista sea del dominio publico del Estado,
no importa que la Municipalidad deba responder por los danos que sufran los
terceros por las condiciones deficientes de mantenimiento que reconozca aquella.
Ello asi, pues la transferencia de la guarda juridica de la autopista a una union
de sociedades empresarias responsables de su conservacion y mantenimiento, libera
a la Municipalidad de toda obligacion en ese sentido.
CNCiv, Sala F, 15/5/92, "Abba, Miguel A. y otra c/Huarte SA y otros", LL, 1992-D-
195, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
7. Fuera de los supuestos previstos especificamente por el legislador, la responsabilidad
por actividad licita del Estado debe ser interpretada restrictivamente,
es decir, en favor de la obligación del afectado de soportar las cargas derivadas
de la vida social.
CSJN, 16/6/93, "Prada, Ivan Roberto c/Buenos Aires, provincia de s/danos y perjuicios",
y "Prada, Ivan Roberto y otro c/Buenos Aires, provincia de s/danos y perjuicios",
disidencia del doctor Barra, inedito.
8. La doctrina de la responsabilidad del Estado por actos licitos significa
una distribucion entre los miembros de la sociedad politica, mediante la reparación
que materializan sus órganos conductores, de los daños que los actos de
gobierno legitimos pueden inferir a los particulares.
CSJN, 13/10/94, "Roman SAC c/Estado nacional - Ministerio de Educacion y Justicia
s/cobro de pesos", LL, 1995-B-440, voto de los doctores Boggiano y Lopez.
9. La responsabilidad del Estado resulta comprometida cuando existe relacion
causal entre su obrar legitimo y el hecho generador de los daños.
Elementales razones de equidad y justicia conducen a obligar al Estado a
paliar las consecuencias dañosas de su obrar licito producidas en la integridad
fisica o la vida del damnificado.
CSJN, 21/3/95, "Rebesco, Luis M. c/Policia Federal Argentina - Estado nacional - Ministerio
del Interior s/danos y perjuicios", disidencia de los doctores Fayt y Levene, inedito.
10. El fundamento de la responsabilidad estatal dentro del Estado de derecho
es la justicia y la seguridad juridica y la obligación de indemnizar resulta un
lógico corolario de la inviolabilidad de la propiedad, consagrada por los arts. 14
y 17 de la Const. nacional.
CSJN, 15/8/95, "Revestek SA c/Banco Central de la Republica Argentina y otro s/ordinario",
a, 1996-E-677, disidencia de los doctores Moline O'Connor y Lopez.
b) ACTOS DE FUNCIONARIOS POLÍTICOS, DE FUNCIONARIOS
NO POLÍTICOS Y DE DEPENDIENTES
1. Si bien el lapso durante el cual el accionado guardó silencio sobre su
gestión, parece excesivo frente a la necesaria delicadeza y diligencia con que un
funcionario público debe manejar fondos que no le pertenecen, lo cierto es que
esa supuesta negligencia, en parte justificada, no constituye un irregular cumplimiento
de las obligaciones legales impuestas al subordinado susceptible de originar
la responsabilidad prevista por el art. 1112 del Cod. Civil, ya que en este
aspecto cabe recordar que dicha responsabilidad solo existe en el caso de hechos
y omisiones por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones impuestas
a los funcionarios, siendo necesario que existan hechos contrarios a las
leyes y reglamentos que determinen las funciones, extremo que en el caso no ha
quedado configurado.
CNCiv, Sala B, 26/2/82, "Municipalidad de la Capital c/Hernandez, Alfredo", LL,
1982- C-465.
2. La irresponsabilidad del Estado cuando actúa iure imperi solo ha sido
admitida en forma excepcional por la Corte Suprema cuando el respeto de los
derechos individuales puede detener la actividad gubernativa, como en los supuestos
del ejercicio del poder tributario o en sus poderes de guerra.
El fundamento de la responsabilidad del Estado no es otro que el "Estado de
derecho" y sus postulados. Y estos principios o postulados resultan de la Constitución
nacional, asi como de su Preámbulo y de ciertos principios capitales del
derecho, que integran nuestro ordenamiento juridico, como el de todo pais civilizado.
CNFedCivCom, Sala III, 14/12/90, "Diaz, Daniel H. c/Fernandez, Julio C. y otros",
LL, 1991-C-320, y Di, 1991-2-380.
3. La responsabilidad extracontractual del Estado, comprometida por la actividad
de sus órganos, genera un daño independiente de la antecedente relación
entre la parte actora y su respectivo deudor, toda vez que el dano indemnizable
lo constituye, en la especie, la frustración de la garantía dispuesta en un embargo
preventivo que no fue informado por el Registro de la Propiedad, por lo que la
responsabilidad de la provincia debe limitarse al monto del embargo al tiempo de
efectuarse la venta sobre la base del informe erróneo, atento a que por ese importe
habria respondido, a su vez, el adquirente en caso de que el certificado se hubiera
librado con constancia del embargo subsistente, con mas su correspondiente actualizacion,
toda vez que esa circunstancia importo la materializacion del dano.
CSJN, 18/9/90, "Brumeco SA c/Provincia de Buenos Aires", LL, 1991 -A- 186.
4. El Estado solo responde por un acto lesivo ajeno cuando esta obligado
a impedir el daño. En tal caso, la responsabilidad requiere culpa, negligencia o
dolo en tanto el derecho no imponga una responsabilidad objetiva.
CNFedContAdm, Sala I, 30/5/90, "Menendez SA c/Banco Central de la Republica
Argentina", LL, 1990-D-413.
5. Son responsables los dependientes de la empresa que transporto productos
lacteos para lactantes, toda vez que intervinieron en la secuela de hechos que
culminaron con la muerte de aquellos en un establecimiento asistencial al serle
suministrado el producto, pues se incurrio en una conducta negligente al no advertir
la contaminacion del producto que resultaba notoria. Tambien es responsable
la provincia en donde el nosocomio público estaba ubicado, ya que sus autoridades
debieron adoptar medidas inmediatas y necesarias —como el secuestro
del producto de los lugares de expendio— y no consideraron con la objetividad
que era dable exigir las circunstancias que, apenas producida la muerte de los
niños, ponian en evidencia el origen de la contaminacion adoptando una medida
que culminaria en los efectos danosos.
CSIN, 22/3/90, "Kasdorf SA c/Provincia de Jujuy y otros", LL, 199I-A-52, con nota
de Roberto H. Brebbia.
6. La prescripcion de la accion de responsabilidad civil extracontractual del
Estado se rige por el art. 4037 del Cod. Civil, que le aplica el plazo bienal.
CSJN, 19/12/91, "Astuena, Norman J. c/Estado nacional - Poder Ejecutivo", LL, 1992- D-375.
7. La obligación de responder establecida en el art. 1113 del Cod. Civil
alcanza también a las omisiones culposas, que, en el caso de responsabilidad de
la Administracion publica, se encuentra tambien expresamente prevista en el art.
1112 del mismo cuerpo legal.
CSJN, 2/7/91, "Lanati, Marta N. y otros c/Direccion Nacional de Vialidad", LL, 1992-
A-20l, con nota de Jorge Bustamante Alsina, voto del doctor Barra.
8. No se puede considerar a todos los casos de responsabilidad aquiliana
del Estado y sus funcionarios, en forma genericamente identica, porque cada situación
tiene su propia individualidad y debe ser encuadrada en la norma o figura
juridica que le corresponda. Tan es asi que no es posible considerar que la responsabilidad de la
Administracion publica sea siempre objetiva y directa. Puede
ser directa o indirecta; individual o mancomunada (a su vez esta ultima, simple
o solidaria) o subsidiaria, o aun de simple garantia, segun los casos (del voto del
doctor Vazquez).
El Estado es responsable por la conducta culpable o dolosa del personal de
su dependencia que en el desempeno de sus funciones causa el dano cuyo resarcimiento
se reclama, sin perjuicio de que si el funcionario se encuentra debidamente
identificado, el Estado cuente con facultades para traerlo al juicio (del voto
del doctor Vazquez).
CNFedCivCom, Sala III, 13/5(92, "Duarte de Martinez, Rosa Z. c/Frias Salinas,
Eduardo D. y otros", LL, 1992-E-364.
9. Si la provincia no acredito la incompetencia de los funcionarios intervi-
Mentes, debe rechazarse la alegada eximicion de responsabilidad.
CSIN, 22/12/93, "Federacion de Circulos Catolicos de Obreros c/Santa Cruz, provincia
de s/cobro de australes", RepJA, 1995-362, sum. 40.
10. El principal responde no sólo por los hechos de los dependientes en el
desempeno de las tareas a su cargo, sino tambien por aquellos actos practicados
con abuso de la función, sea que el subordinado haya contrariado expresas instrucciones, sea que haya
asumido tareas que podrian considerarse no comprendidas
en el encargo o que haya violado disposiciones reglamentarias.
Si no se discute el hecho de que el vehiculo que ocasiono el accidente estaba
afectado al servicio de la policia de la provincia demandada y que quien lo conducia
se encontraba de guardia y a cargo de la dotacion respectiva, la falta
de autorizacion para conducir la autobomba no obsta a la responsabilidad del Estado
provincial en los terminos del art. 1113, parte la, del Cod. Civil.
CSJN, 1/3/94, "Estado nacional - Fuerza Aerea Argentina c/Rio Negro, provincia de
s/cobro de pesos", LL, 1994-C-309.
11. A la indemnizacion establecida para el caso en que se frustro la garantia
por una omision atribuible al Registro de la Propiedad, deben agregarse los
importes abonados en la ejecucion hipotecaria en concepto de tasa de justicia.
El monto de la indemnizacion —en el caso en que se frustro la garantia por
una omision del Registro de la Propiedad— debe limitarse al valor del bien embargado,
que debe resultar suficiente para responder al credito.
CSJN, 24/5/94, "Vara, Norma Elida c/Buenos Aires, provincia de s/ordinario", inedito.
12. La circunstancia de que la victima fuera, también, dependiente de la institución
policial, no obsta al reconocimiento de la responsabilidad de la provincia
por los daños derivados del accionar de un agente policial, pues pueden ser titulares
de la acción de reparacion tanto los terceros extraños a la relación de empleo
como cualquier otro agente público que resulte afectado por el comportamiento
del funcionario que actuó irregularmente en el ejercicio de sus funciones.
CSJN, 27/9/94, "Furnier, Patricia M. c/Caceres, Hector O. y otro", JA, 1995-11- 193.
e) FUNCIÓN POLICIAL; SERVICIOS DE SALUD
1. Si la disposicion legal que responsabiliza a la administración de Correos
por pérdida, extravio, detencion, etc., de los envios postales, contempla un límite
de la indemnizacion cuando el hecho dañoso ha sido intencional, no es razonable
excluir una solución análoga cuando el extravío se ha debido a una falta del servicio
o a la actitud negligente de quienes debian prestarlo.
CNFedCivCom, Sala I, 30/6/77, "Compania Lanera Argentina SA c/Empresa de Correos y
Telecomunicaciones", JA, 1979-1-771.
2. La responsabilidad extracontractual del Estado proveniente de su actuación
legítima, menciona entre los distintos supuestos posibles, la realización de
obras públicas que impliquen una disminución en el valor de los inmuebles linderos
de los particulares, ya sea que provengan o no de una obra autorizada por
ley. En todos estos supuestos la responsabilidad del Estado es objetiva, con total
prescindencia de la noción de culpa, pero también sin vinculación con la idea de
falta de servicio, y se fundamenta en el principio de la justicia legal o general no
siendo necesario que exista una ley que reconozca el derecho a la indemnización.
La responsabilidad extracontractual del Estado proveniente de su actuación
legitima, como lo proveniente de la realizacion de obras publicas que impliquen
una disminucion en el valor de los inmuebles linderos de los particulares, ya sea
provengan o no de una obra autorizada por la ley, es objetiva, con total prescindencia
de la de la noción de culpa, pero también sin vinculacion con la idea de
falta de servicio, pues la responsabilidad deriva de un acto legitimo del Estado.
El fundamento de ella es, C.C 1110 en los demas casos, el principio de la justicia
legal o general, que demanda la igualdad ante las cargas pÚblicas, con base en
nuestro ordenamiento constitucional (art. 16, Const. nacional) que ha reconocido
este trascendente principio de derecho natural, no siendo necesario que exista una
ley que reconozca el derecho a la indemnizacion.
CNCiv, Sala F, 16/2/84, "Clifton Goldney, Tomas A. y otros c/Municipalidad de la
Capital", LL, 1986-A-649; JA, 1984-IV-101, y ED, 108-638.
3. La idea objetiva de la falta de servicio, encuentra fundamento en la aplicación
por via subsidiaria del art. 1112 del Cod. Civil, que establece un régimen
de responsabilidad por los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos
en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las
obligaciones legales que les estan impuestas, lo cual pone en juego la responsabilidad
extracontractual del Estado en el ambito del derecho público, la cual no
precisa, como fundamento de derecho positivo, recurrir al art. 1113 del Cod.
Civil, al que han remitido sentencias anteriores de la Corte Suprema en doctrina
que sus actuales integrantes no comparten.
CSJN, 4/6/85, "Hotelera Rio de la Plata SA c/Provincia de Buenos Aires", LL, 1986-
B-108, con nota de Roberto Garcia Martinez, y DJ, 1986-11-325.
4. Para que se configure la falta de servicio, la Administracion debe haber
funcionado mal, o haberlo hecho tardiamente, principio que no es aplicable sólamente
a la actividad de la Administracion pública, sino también a la materialmente
administrativa de los otros poderes del Estado por ser sustancialmente análoga.
La responsabilidad del Estado por la "falta de servicio" esta plasmada normativamente
en el art. 1112 del Cod. Civil: responsabilidad extracontractual y
regida por el derecho publico.
La responsabilidad del Estado por el mal funcionamiento de uno de sus órganos
(falta de servicio) en ejercicio de una actividad materialmente administrativa,
es extracontractual y regida por el derecho publico, plasmada en el art. 1112
del Cod. Civil.
CNFedContAdm, Sala IV, 10/9/87, "Ricca, Ramon R. c/Estado nacional - Ministerio
de Educacion y Justicia", LL, 1988-A-326, y Di, 1988-1-617.
5. El concepto de "falta de servicio" prescinde de la nocion de culpa, siendo
procedente que el Estado responda toda vez que exista una falta de servicio de-
terminada, por el no cumplimiento de una manera regular de los deberes u obligaciones
impuestos a los órganos del Estado por la Constitución, la ley o el reglamento,
como asi también por el irregular funcionamiento del servicio.
Corresponde que quien contrae la obligación de prestar un servicio lo realice
en condiciones adecuadas para llenar el fin para el que ha sido establecido, siendo
responsable de los perjuicios que causare su incumplimiento o su irregular ejecución.
Ello asi, la responsabilidad del Estado por su falta de servicio tiene su
sustento juridico en el art. 1112 del Cod. Civil.
CNFedCivCom, Sala III, 16/12/88, "Pardini, Juan C. c/Servicio Penitenciario Federal
y otro", LL, 1989-B-369.
9. Corresponde hacer lugar a la demanda —por el daño emergente derivado
de la destruccion del edificio, la perdida del terreno y mejoras y enseres existentes—
deducida por el propietario de un lote de terreno con vivienda ubicado en la
localidad de Epecuen, donde tenia su hogar, que debió abandonar ante la inundación que arraso la ciudad, si
ello tuvo su causa en la actividad desarrollada por
las dependencias de la provincia de Buenos Aires.
CSJN, 2/7/93, "Bernardo Ciddio, Juan c/Buenos Aires, provincia de s/daños y perjuicios",
inédito.
10. Es responsable la provincia, si del cumplimiento defectuoso de la función
de conservación y vigilancia de los objetos secuestrados a los fines probatorios,
a cargo de la autoridad policial, derivo un perjuicio para la actora.
Quien contrae la obligación de prestar un servicio lo debe realizar en condiciones
adecuadas para llenar el fin con que ha sido establecido, y es responsable
de los daños causados por su incumplimiento o su ejecucion irregular; esta idea
objetiva de falta de servicio encuentra fundamento en la aplicacion por via subsidiaria
del art. 1112 del Cod. Civil.
CSJN, 28/9/93, "España y Río de la Plata Cía. Argentina de Seguros SA c/Provincia
de Buenos Aires s/daños y perjuicios", inédito.
11. Aunque no se haya usado el arma reglamentaria para perpetrar el homicidio,
es responsable la provincia cuando concurren otros elementos que evidencian
la vinculacion existente entre la actuacion subordinada y el dano provocado
a la victima.
CSJN, 9/12/93, "Frida A. Gómez Orne de Gaete y otra c/Buenos Aires, provincia de
s/daños y perjuicios", inédito.
12. Si los agentes policiales estan obligados a actuar en cualquier momento
a fin de prevenir la comision de delitos que pongan en peligro la seguridad de la
población, y en su consecuencia a portar armas, resulta lógico admitir que los
perjuicios que de ello deriven sean soportados por la colectividad en general y
no sólo por los damnificados; si la proteccion pública genera riesgos, es lógico
que esos riesgos sean soportados por quienes se benefician con ella.
CSJN, 27/9/94, "Furnier, Patricia M. c/Cáceres, Héctor O. y otro", JA, 1995-11-193,
inédito.
11. RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
1. Cualquiera que sea su edad, el padre responde siempre frente a terceros
por los danos ocasionados por sus hijos menores; pero el unico responsable es el
padre si el menor no hubiera cumplido todavia diez anos; en tanto que frente
'al tercero habra dos responsables si el menor hubiera cumplido los diez anos, el
padre por su responsabilidad refleja y el menor por su propio hecho ilicito.
El damnificado por un hecho ilicito cometido por un menor de mas de diez
anos, a su arbitrio, puede dirigir su accion indistintamente contra aquel, o contra
el padre, o contra ambos.
CApel CdelUruguay, Sala CivCom, 10/11/78, "Benitez, R. E. c/Favre, C. y otro", Zeus,
1981-22-189.
2. Si bien la exigencia de la habitacion conjunta de padre e hijo no es literal,
sino en orden a la posibilidad de educar y vigilar, lo que resulta ilusorio ante
la falta de convivencia, ella adquiere en el supuesto de autos mayor trascendencia,
en razon de que el domicilio del padre es en lejana provincia y no se ha invocado,
ni hay posibilidad de mayor contacto entre ellos, y con mayor razon cuando el
hijo no convive con su madre, sino con un tio que era el propietario del vehiculo
con el cual aquel cometio el delito.
La responsabilidad paterna se basa en una presunta culpa del padre traducida
en la infraccion a sus deberes de buena educacion y vigilancia activa con respecto
a sus hijos menores, y por supuesto que esta culpa presumida como en los diversos
supuestos de los arts. 1113 y 1109 del Cod. Civil, tiene caracter de iuris tantum
y admite prueba en contrario. La supuesta hipotesis de responsabilidad del
padre implica necesariamente que este debe cumplir con la conducta, cuya omision
determinara el nacimiento de su obligacion de reparar el dano causado; y,
naturalmente si los menores no habitan con sus padres, estos no pueden ejercer
la vigilancia que es la base de la responsabilidad, pero tampoco el desamparo o
el abandono de los hijos por los padres sera determinante para liberar a estos de
los danos causados por aquellos.
CNEspCivCom, Sala I, 3/12/80, "La Union Gremial, Cia. de Seguros c/Medico, Adolfo",
BCNECyC, n° 702, sum. 10.536.
3. Se impone distinguir entre "deber de vigilancia" y "deber de educacion",
ambas son cargas impuestas a los padres, que si bien se complican no se excluyen
entre si.
El deber de vigilancia se acentua cuando se trata de menores de corta edad,
pues no cabe duda de que un chico de diez u once anos debe estar directamente
controlado por el padre (del voto del doctor Wayar).
El fundamento de la responsabilidad de los padres, que consagra el art. 1114
del Cod. Civil, no es objetivo, por el riesgo creado y mucho menos por la necesidad
de encontrar un responsable solvente frente a la victima del dano, sino que
se basa en una presunta culpa del padre, traducida en la infraccion a sus deberes
de buena educacion y vigilancia activa respecto del hijo menor. Por ello es que
esa presuncion legal iuris tantum puede ser desvirtuada por los padres, en el supuesto
del art. 1116 del mismo Codigo, acreditando su ausencia de culpa. De
ese modo, no se altera el regimen ordinario de la responsabilidad, que en mi concepto,
debe apoyarse en la culpa de quien ha causado un dano. Simplemente y
como esta dispuesto en las normas citadas, en este caso de responsabilidad refleja,
se invierte la prueba de la culpa (del voto del doctor Noceti).
Por regla general, los padres son responsables por los hechos danosos que
causen sus hijos menores bajo patria potestad (art. 1114, Cod. Civil). La ley
presume que son culpables por no haber proporcionado correcta educacion o porque
omitieron una vigilancia activa. Esta responsabilidad cesa, entre otras razones,
si los padres prueban que les ha sido imposible impedir el hecho danoso (art.
1116, parte la) (del voto del doctor Wayar).
Es responsable el padre del menor por las lesiones causadas por este a otro
menor, al jugar con un arco y flecha provocandole la perdida de un ojo (del voto
del doctor Wayar).
El fundamento de la responsabilidad paterna por los danos ocasionados por
los hijos menores, no se encuentra en la culpa sino en un factor objetivo de atribucion;
tal factor objetivo estaria dado, ya por el riesgo creado, ya por la necesidad
economica de encontrar un responsable solvente frente a la victima del dano
(del voto del doctor Wayar).
ST Jujuy, Sala I, 1/3/84, "Andrade, Lisandro D. y otra c/Artaza, Jose H.", ED, 108-
670.
4. La "vigilancia activa" que debian tener los progenitores de la pequena
victima (art. 1116, Cod. Civil) no debe entenderse con una severidad tal que excluya toda responsabilidad
concurrente del conductor del omnibus que atropello
a aquella.
CrCivCom Tucuman, 6/10/81, "Diaz, Aurelio L. c/Empresa El Galgo SRL", JA, 1982-
IV-233, voto del doctor Vazquez Carranza.
5. Una criatura que no alcanzo aun la edad de dos arios no puede salir del
radio de vigilancia de sus padres o de las personas a cuyo cuidado haya sido
dejada, sin que dicha circunstancia deje de obedecer a una inexcusable omision
en la guarda, reprochable a titulo de grave negligencia. Dicha culpa se pone
aun mas en evidencia en el caso habida cuenta del contorno del lugar de alojamiento
de la nina, que dio como resultado su caida en la zanja anegada y posterior
deceso.
CNCiv, Sala E, 3/5/82, "Diaz, de los Santos c/Alegre Pavimentos SA", ED, 100-555.
6. Como los padres responden por los danos causados por sus hijos menores
(art. 1114, Cod. Civil), con fundamento en su falta de vigilancia, tambien deben
cargar con la responsabilidad que su falta de custodia provoque.
Las omisiones y acciones ilegitimas deben ser consideradas culpables si se
advierte la pasividad generadora de desproteccion ante el riesgo introducido. La
culpa in vigilando de los padres debe ser ponderada con el contexto socioeconomico
al que pertenecen (del fallo de primera instancia).
CApelCivCom Moran, Sala II, 5/2/87, "Altamirano, Elsa R. c/Ceramica Martin SA y
otros", LL, 1987-D-373, con nota de Augusto M. Morello y Gabriel A. Stiglitz.
7. En el caso de los padres que responden por quien tienen bajo su sujecion
(su hijo) cuando cometen un hecho ilicito, no se habla de representacion, pues la
responsabilidad es directa y surge por la mera comision de un hecho material,
mientras que en la representacion legal el representante hace saber a los terceros
que actua en nombre del representado (art. 1114 y concs., Cod. Civil).
CNCiv, Sala J, 14/4/89, "Zainun, Angel M. y otra c/Juarez, Arturo", LL, 1991 -C- 110,
con nota de Alberto Gowland.
8. En virtud de lo dispuesto en los arts. 1114 y 1115, los padres solo se
exoneran de responsabilidad cuando el menor se encuentra bajo la vigilancia y
autoridad de otra persona; es decir, cuando hay una efectiva traslacion de la
tenencia.
La exigencia de habitacion conjunta de padre e hijo que contempla la ley,
no se refiere necesariamente a la residencia en un mismo edificio o casa. La
locucion no debe ser entendida literalmente, sino en orden a la posibilidad de
educar al hijo y de ejercer la vigilancia, que podria presumirse entorpecida si no
cohabitan; pero, bien entendida, la convivencia es compartir la vida, participando
los padres de los hechos cotidianos del hijo, aunque este pueda dormir o comer
en otra casa, en circunstancias que no la quebranten.
CNCiv, Sala C, 29/9/89, "Lara, Ramon F. y otros c/Rodriguez, Carlos", LL, 1990-
B-99.
9. La responsabilidad que cuadra aplicar ante los hechos de los menores es
la subyacente de los padres que emana del art. 1114 del Cod. Civil y que encuentra
fundamento en la idea de que los progenitores responden por su culpa en la
falta de vigilancia o de educacion, cuando se trata de situaciones donde prima
una eventual situacion excluyente estrictamente al control del establecimiento
educativo, como es el caso de una rabona o ausencia injustificada. Aqui el control
paterno es determinante.
CNFedCivCom, Sala III, 13/5/92, "Duarte de Martinez, Rosa Z. c/Frias Salinas,
Eduardo D. y otros", LL, 1992-E-364, voto del doctor Vazquez.
§ 12. REPARACIÓN DE DAÑO POR EQUIDAD (ARTICULO 907)
1. A efectos de reflejar la real hermeneutica del art. 907 del Cod. Civil
(parrafo agregado por la ley 17.711) en cuanto a su sentido y alcance, debe tenerse
en cuenta que aunque no surja de la norma, es obvio que la responsabilidad
que se establece por daños ocasionados por actos involuntarios lo es solo para
actos que sean objetivamente ilicitos o contrarios al ordenamiento juridico: es
decir, es necesario que la conducta del agente culpable configure la violación de
una norma juridica.
C4'CivComMinasPaz y Tributario Mendoza, 29/11/78, "Fernandez, M. c/First National
City Bank", Sup1LL, 1979-579.
2. No sólo el art. 1113 del Cod. Civil brinda apoyo legal a los desamparados
padres del conscripto fallecido impedidos de trabajar y que no gozan de pensión
o retiro alguno, en base a que solo era posible la muerte de aquel por ser el Estado
el propietario de una "cosa" —en el caso un edificio— que tiene la riesgosa dimension
de dos pisos, y no haber logrado probar la culpa de la victima al caer desde
tal altura. Subsidiariamente, el art. 907 del Codigo citado, aun en el hipotetico
caso de que el demandado no fuera objetivamente responsable, manda reparar
"teniendo en cuenta la importancia del patrimonio del autor del hecho y /a situación
personal de la víctima".
CNCiv, Sala B, 24/4/79, "Caceres Brito, Segundo F. c/Gobiemo nacional", LL, 1979-
C-580, y Di, 1979-13-19, sum. 2.
3. Los jueces no pueden despreocuparse de la justicia de sus decisiones,
sobre todo cuando la solución desvaliosa encuentra remedio en otros preceptos
legales que ponen el acento en los principios de moral y equidad, con ejemplos
en los arts. 656, 907, 953, 1069, 1316 bis, y 1638 del Cod. Civil.
CNCiv, Sala G, 8/7/80, "Feder, Aria c/Mizraji, Alberto", LL, 1980-D-161, voto del
doctor Fernandez del Casal.
9. La equidad no es una norma general que vierte impulsos judiciales, con
total marginacion de los recaudos y principios que gobiernan legalmente las distintas
instituciones particularmente tratadas en el orden juridico (arts. 907, 954,
1069, 1071, 1198, 1306, etc., Cod. Civil).
CNCiv, Sala C, 14/11/84, "Celdani, Mabel M. c/Balmoral SRL y otros", LL, 1985-A-
38, y DJ, 1985-40-295.
10. La reforma de 1968, poniendo el acento en los principios de moral y
equidad, adopta el nuevo art. 907 del Cod. Civil al establecer que los jueces podrán
tambien disponer un resarcimiento a favor de la victima del dano (cuando
por los hechos involuntarios se causare a otro algun dano en su persona y bienes),
fundados en razones de equidad, teniendo en cuenta la importancia del patrimonio
del autor del hecho y la situacion personal de la victima.
El causante de un daño —aun en forma involuntaria o sin ilicitud— podia ser
llamado por el a quo para contribuir equitativamente a paliar el infortunio, apelando
los magistrados a institutos juridicos diferentes, pero arribando a soluciones
cargadas de buen sentido. En la actualidad ese proceder tiene apoyo legal
(tan caro a la formacion iuspositivista que ha mutilado la optica del derecho) en
el art. 907 del Cod. Civil. Y reclama, como lo hacen los puntos basicos de la
reforma de 1968, la colaboracion del iurisprudente en la comun tarea de legisladores
y jueces de plasmar soluciones justas para que imperen en la realidad concreta
el orden, la seguridad y la paz social.
CPCivCom San Isidro, Sala I, 29/4/86, "Vacas, Fabian M. cllockey Club - Hipodromo
de San Isidro", LL, 1986-D-259, y DJ, 1986-2-817.
11. Al actuar el demandado sin discernimiento, no resulta imputable —art.
900, Cod. Civil—, y por ende la reparacion del perjuicio no resultaria procedente.
No obstante, en el art. 907 del mencionado cuerpo legal, se establecen dos excepciones
al referido principio de irresponsabilidad. La primera de ellas esta
referida al enriquecimiento sin causa, fuente obligatoria que explica suficientemente
la restitucion a cargo del agente involuntario, cuya obligacion no deriva de
una responsabilidad, sino del hecho de resultar inequitativo que el irresponsable
se enriquezca con el producido del ilicito dejando al inocente damnificado soportando
toda la perdida sufrida (del fallo de primera instancia).
Habiendose acreditado que los bienes objeto del proceso fueron adquiridos
por el demandado incapaz con el producido de un ilicito, en atencion a lo dispuesto
en el art. 907 del Cod. Civil corresponde proceder a la realizacion de tales
bienes, a efectos de recomponer —con su producido— al accionante el patrimonio
afectado, estando la medida del resarcimiento dada por el valor del enriquecimiento
experimentado por el agente causante del hecho (del fallo de primera instancia).
CNCiv, Sala C, 20/3/92, "Banco Irving Austral SA c/B., J. de D.", LL, I992-E-242.
12. La ubicacion sistematica del nuevo parrafo del art. 907 del Cod. Civil
y su misma redaccion no permiten una conclusión que no sea la que limita su
aplicabilidad a los casos en que, por ausencia de alguno de los elementos de los
actos voluntarios, el hecho cae en la categoria opuesta, lo que significa que, salvo
casos excepcionalisimos de ausencia de intencion o libertad en el obrar, la norma
solo sera aplicable a los incapaces de hecho, esto es, a quienes carecen de discernimiento.
SC Mendoza, Sala I, 12/5/82, "Gonzalez, Jose c/Provincia de Mendoza", JA, 1983-
11-495.
§ 13. RESPONSABILIDAD DE ESTABLECIMIENTOS ESCOLARES.
DIRECTORES. MAESTROS
1. Al mediar culpa probada de la maestra (previsibilidad concreta-abstracta)
hay responsabilidad directa de esta y responsabilidad refleja —o propagada— de la
deudora (duena-directora). Lo expuesto es sin defecto de que, aprioristicamente,
quedo patentizado que la "accion" de la maestra (auditoria) fue causa adecuada
de la muerte (previsibilidad abstracta o "pronostico objetivo").
CNCiv, Sala D, 29/8/83, "Israel, Carlos R. y otra c/Denaro, Graciela B. y otra", LL,
1984-B-75, con nota de Jorge Bustamante Alsina; JA, 1983-IV-343, y ED, 106-683, disidencia
del doctor Bueres.
2. Si los padres buscan para sus hijos todas las ventajas que proporciona la
forma masiva en que se imparte la ensenanza, deben tambien soportar su parte
de los riesgos que esas circunstancias comportan, de modo que ocurrido el accidente,
a ellos correspondera la demostracion de la culpa de la contraparte,
es decir, de la imprudencia o negligencia con la que se ha faltado al cumplimiento
de una obligacion de seguridad expresa o implicitamente estipulada en el
contrato.
CNCiv, Sala A, 15/11/90, "Mosca de Fink, Carlota E. y otros c/Det-Am Medinaah,
Israel y otro", LL, 1991-E-418.
3. La eximente de responsabilidad del art. 1116 del Cod. Civil, como excepcion
al principio general del art. 1114, debe ser interpretada restrictivamente.
CNCiv, Sala F, 26/8/91, "Gonzalez de Guarasci, Hilda y otro c/Carto, Fabian A. y
otros", LL, 1992-E-396.
4. La responsabilidad que cuadra aplicar ante los hechos de los menores es
la subyacente de los padres que emana del art. 1114 del Cod. Civil y que encuentra
fundamento en la idea de que los progenitores responden por su culpa en la
falta de vigilancia o de educacion, cuando se trata de situaciones donde prima
una eventual situacion excluyente estrictamente al control del establecimiento
educativo, como es el caso de una rabona o ausencia injustificada. Aqui el control
paterno es determinante (del voto del doctor Vazquez).
La mencion en el art. 1117 del Cod. Civil de los "directores de colegio" solo
comprende, en la presuncion legal de responsabilidad, a la autoridad que rige el
instituto y no a los maestros o profesores. Respecto de estos se aplica el principio
general de prueba de su culpabilidad. La expresion "maestros artesanos"
se refiere a otros supuestos (del voto del doctor Amadeo, al que adhirio el doctor
Bulygin).
Siendo que el alumno estaba fuera de la custodia y vigilancia del instituto,
la responsabilidad que al menos pueda corresponderle respecto del menor, como
asi tambien la que surja de los danos producidos con elementos o bienes muebles
de su propiedad privada, no puede serle imputada a quienes tienen una responsabilidad
refleja limitada por el tiempo y el espacio. Deben darse ciertas condiciones
para que esa responsabilidad, basada sustancialmente en la obligacion de
vigilancia, funcione; esas condiciones son: que el alumno este dentro del establecimiento
y en horas de clase, ya que la responsabilidad derivada de la culpa in
vigilando comienza, tiene vigencia y concluye con el ingreso, permanencia y posterior
salida del estudiante. Con la sola excepcion de que se probara que abandono
la escuela, burlando su deficiente control (vigilancia) (del voto del doctor
Vazquez).
CNFedCivCom, Sala III, 13/5/92, "Duarte de Martinez, Rosa Z. c/Frias Salinas,
Eduardo D. y otros", LL, 1992-E-364.
§ 14. LA RESPONSABILIDAD SUBJETIVA CONTRACTUAL
Y EXTRACONTRACTUAL POR CULPA Y DOLO
1. La nocion de culpa es generica en nuestro Codigo Civil, y parte de las
lineas trazadas por el art. 512 de este cuerpo legal, que, tanto en el terreno contractual
como en el cuasidelictual, expone los extremos que la configuran: omision
de aquellas diligencias que exigiere la naturaleza de la obligacion y que se
correspondieren a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.
SCBA, 20/11/79, "Kochanosky, Vitoldo c/Zaccaro, Nestor O. y otra", ac. 27.700,
DJBA, 118-21.
2. El art. 512 participa del sistema de apreciacion de la culpa "en concreto",
o sea, sobre la base de las circunstancias relativas a las personas, tiempo y lugar
del caso. Es decir, que el juez debe apreciar en cada supuesto particular si el
agente u obligado previo o pudo prever las consecuencias que derivaron de su
acto o de su omision (del fallo de primera instancia).
La culpa segun la norma del art. 512 consiste en la omision de aquellas diligencias
que correspondiesen a las circunstancias de las personas, tiempo y lugar,
y su gravedad esta siempre en razon de su imputabilidad, es decir, en razon de
tales circunstancias (del fallo de primera instancia).
La unica diferencia entre la culpa contractual y la extracontractual es que la
primera supone la violacion de una obligacion convencional, mientras que en
la segunda, la obligacion es de tipo legal, atento la amplitud de aplicacion del
art. 512 que armoniza con los arts. 902 a 909 (del fallo de primera instancia).
CNCiv, Sala A, 20/2/80, "Notini, Pedro c/Club Ferrocarril Oeste", LL, 1981-B-286;
JA, 1981-1-634, y ED, 90-302.
3. La nocion de culpa y los extremos que la configuran (art. 512, C6d.
Civil) hacen referencia a la omision de las diligencias que exigiere la naturaleza
de la obligacion y que se correspondieren a las circunstancias de personas, tiempo
y lugar.
CApelCivCom Mercedes, Sala II, 19/9/80, "Lomen SC c/Buteri, Oscar L. y otro",
DJBA, 120-23.
4. El sistema de determinacion de culpas que establece el Cod. Civil en los
arts. 512 y 902, adopta el regimen de la culpa en concreto, en razon de lo cual
la imputacion de una conducta reprochable debera ser el resultado de una comparacion
entre lo obrado por el autor del hecho y lo que habria debido obrar para
actuar correctamente, teniendo en cuenta la naturaleza de la obligacion, las circunstancias
de tiempo y lugar y la prudencia y conocimiento de las cosas que
hacen a la direccion de un objeto potencialmente productor de riesgo. Es por
ello que resulta inadecuado exigir a un conductor algo que va mas alla de lo
logico y normal, y de aquello que acostumbra a suceder segun el curso natural y
ordinario de las cosas, no pudiendo pretender que prevea lo imprevisible.
CNEspCivCom, Sala 1, 26/2/80, "Rodriguez, H. R. c/Mangiorotti, D. J.", BCNECyC,
n° 702, sum. 10.531.
17. Cuando se acciona pretendiendose una condena de resarcimiento, por
imputarse al demandado la comision de algun hecho que genere responsabilidad
directa personal, que cae bajo la norma generica del art. 1109 del Cod. Civil, se
requiere, de quien ello pretende, la acabada demostracion de la culpa del demandado.
CNCom, Sala A, 12/5/89, "Freund, Jorge E. c/Rachovsky Roberti, Francisco", u.,
1991-C-298.
18. Tratandose de un dano ocasionado con la cosa, a la victima le es suficiente
probar el dano sufrido y el contacto con la cosa de la cual provino el mismo,
pues sera el demandado, como dueno o guardian de la cosa, quien para eximirse
de responsabilidad o disminuir la que se le atribuye, debera demostrar que de su
parte no hubo culpa o que la hubo en menor grado, porque la ley presume que
el es el unico culpable.
CNCiv, Sala A, 20/6/89, "Martinez de Flores, Leonor del Carmen c/Stubrin, Dario
F.", LL, 199I-C-65.
19. En los casos de responsabilidad subjetiva incumbe al paciente probar
la culpa del profesional, que "sin embargo, en ciertos casos, aunque la culpa no
se pruebe de forma directa, dicho elemento podra surgir de una presuncion judicial
(prcesumptio hominis)". Ello ocurrira cuando el juez considere, a traves de
un dato o de unos datos empiricos (indicios) que debe demostrar el actor, que el
hecho danoso no hubiere tenido lugar de no mediar esa culpa profesional.
La situacion de superioridad procesal que poseen los profesionales en razon
de sus conocimientos tecnicos y de las circunstancias que rodean el tratamiento
o la intervencion quirurgica, confiere alto relieve a las presunciones judiciales
—prtesumptio hominis— tal vez en dimension mayor que en otras materias. De
tal suerte, evidenciados por el paciente ciertos datos empiricos, el juez ha de deducir
la culpa galenica no probada de modo directo. Es decir, el sentenciante
tendra por probada la culpa cuando el dano, en su ocurrencia, segun la experiencia
comun, no pueda explicarse de otra manera que no fuese por virtud de la comision
de tal culpa.
CNCiv, Sala D, 9/8/89, "F., M. M. c/Hospital Jose A. Ramos Mejia", LL, 1990-E-416.
20. En virtud de su caracter excepcional, y de su gravedad, no cabe la presuncion
de dolo, sino que debe ser probado por quien lo alega.
21. El favor probationis o la "teoria de las cargas probatorias dinamicas"
se inclina por poner la carga de la prueba de la inculpabilidad sobre la parte que
esta en mejores condiciones de hacerlo, maxime si la historia clinica es harto
deficiente y los demandados integran un grupo medico.
CNCiv, Sala D, 24/5/90, "Calcaterra, Ruben y otra c/Municipalidad de Buenos Aires",
LL, 1991-D-469, con nota de Ruben H. Compagnucci de Caso.
22. Cuando la alegada culpa de tercero no ha sido exclusiva, no queda integralmente
anulada la idoneidad causal del riesgo de la cosa del demandado, y
debe reputarse que ambos factores han coadyuvado de manera adecuada a la
produccion del lesivo resultado final.
CPCivCom Cordoba, 5/6/90, "Cittadini, Roberto R. y otros c/Martinez, Omar J. y
otros", LLC, 1991-611.
24. Quien esta presumido en culpa, no esta obligado a la prueba de la falta
de causalidad: le basta la prueba de la falta de culpa y, en ese ambito, la causa
desconocida es tambien eximente de responsabilidad, siempre que la responsabilidad
se funde verdaderamente en una culpa.
CCivCom San Isidro, Sala I, 22/8/90, "Murad de Garcia, Yolanda B. c/Lopez Martin,
Maria y otro", Di, 1991-1-39.
25. En materia de responsabilidad por danos causados por los animales,
coexisten dos concepciones: a) concepcion subjetiva, doctrinalmente conocida como
culpa en la guarda, y b) la corriente mas actual, que prescinde lisa y llanamente
de la idea de culpa y se atiene a un factor objetivo de imputacion (en el
caso, cualquiera de estas tesis conduciria a identica solucion desde que, probado
el hecho fuente, el demandado —dueno del animal— invoca como eximente la culpa
de la victima —art. 1128, Cod. Civil—, extremo del que asume la carga probatoria).
CNCiv, Sala D, 19/10/90, "Escudero, Jose G. c/Da Costa, Lauro A.", LL, 1992-C-243,
con nota de Juan J. Casiello.
26. La llamada culpa profesional es la impericia, negligencia o imprudencia
en el ejercicio de la profesión, pero que se regula por los principios generales de
la culpa. Asi, no debe juzgarse con benevolencia la conducta de un medico; por
el contrario, el concepto de culpa que resulta del art. 512 del Cod. Civil debe ser
interpretado teniendo en cuenta el art. 912 del mismo Codigo.
CNCiv, Sala I, 25/10/90, "Favilla, Humberto c/Pefteyro, Jose y otro", LL, 1991 -D- 117,
con nota de Susana Albanese, y DJ, 1991 -2-565.
27. El primero de los supuestos que contempla el art. 1113 del Cod. Civil alude
a la hipótesis de la cosa no peligrosa (primer parrafo), pesando sobre el dueño o
guardian la responsabilidad de la reparacion de los danos causados por ella, eximiendose en el caso de
demostrar que de su parte no hubo culpa.
Tal como se desprende del art. 512 del Cod. Civil las "diligencias" corresponden
a "las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar", lo cual
debe correlacionarse con lo dispuesto en el art. 902 del Cod. Civil, que extiende
los margenes de culpabilidad "cuando mayor sea el deber de obrar con prudencia
y pleno conocimiento de las cosas".
CNTrab, Sala VIII, 7/3/91, "Morales, Desiderio c/Scian SA, Elido", DT, 1991 -A- 899,
y Di, 1991-2-103.
29. Tratandose de un dano ocasionado "con la cosa", a la victima le es suficiente
probar el dano sufrido y el contacto con la cosa de la cual provino el
mismo, pues sera el emplazado como dueno o guardian de la cosa, quien, para
eximirse de responsabilidad o disminuir la que se le atribuye, debera demostrar
que de su parte no hubo culpa o que la hubo en menor grado, porque la ley presume
que el es el unico culpable.
CNCiv, Sala A, 28/6/91, "Silva, Olga E. c/Barbarito de Mega, Ana y otro", LL, 199 1-
E-27, y Di, 1991-2-975.
31. Si bien el derecho positivo no ha receptado aun la opinion mayoritaria
en la doctrina nacional de lege ferenda, que entiende que la sola presencia de la
infraccion dañosa genera una presuncion "relativa" de culpa que desplaza la carga
de la prueba hacia el demandado, a efectos de que este se encuentre en la necesidad
de probar su no culpa o el caso fortuito, ello sin embargo no constituye un
obstáculo para que, en función del marco normativo que nos ofrece el Código
Procesal, se pueda exigir al profesional médico una amplia colaboración en la
dilucidación de los hechos que hacen a la controversia.
CNCiv, Sala D, 12/5/92, "Sica, Juan C. c/ENTel y otros", LE., 1992-D-581, con nota
de Jorge Bustamante Alsina.
32. Cuando la culpa queda revelada de forma indirecta por presunciones
judiciales, incumbe a los interesados en eximirse de responsabilidad hacer patente
la falta de culpa o la existencia de una causa ajena provocadora del dano.
CNCiv, Sala D, 15/6/92, "Diaz, Cilo c/SEAM", LL, 1992-E-85.
§ 15. CONCEPTO DE ANTIJURIDICIDAD
1. No constituye eximente de responsabilidad en los daños causados en un
accidente de transito el desprendimiento del flexible del freno, a raiz del cual
embistió a otro; y menos todavía que existió estado de necesidad, pues para ello
es necesario que la situación de peligro que se quiso evitar, no sea imputable a
quien creo o dio nacimiento al riesgo.
CNCiv, Sala F, 7/5/79, "La Primera, Cia. de Seguros c/Expreso Echeverria, Linea 306
y/u otro", JA, 1980-111-316.
2. La legitima defensa, precisada y declarada en la causa criminal, impide
en absoluto que se impute por el mismo hecho a quien repelio la agresion, un
delito o un cuasidelito civil, a los efectos de la reparacion del dano. Existe sobre
el particular una evidente incompatibilidad. El derecho usado por quien hirio en
legitima defensa de su vida, no puede transformarse en culpa civil, por levisima
que sea. Asi lo resuelve terminantemente el principio contenido en el art. 1071
del Cod. Civil.
La legitima defensa es una causa de justificacion que priva al acto de su
ilicitud civil.
CNCiv, Sala F, 21/4/81, "Vidal, Roberto M. c/Maglietta, Francisco", ED, 94-434, y
JL, 1989-20-668.
4. Respecto de la legitima defensa, la valoracion de la racionalidad del medio
empleado debe ser efectuada en el caso concreto por el juzgador, tomando en
consideracion las distintas circunstancias que la realidad de la vida impone, con
sus variables de tiempo, lugar, modalidad, tipos de personas, sexo, contextura
fisica, edad, alcoholizacion, medio social, etc., lo que impide la formacion de
canones estrictos o enumeracion de elementos a priori.
A los efectos de la configuracion de la legitima defensa, la conducta suficientemente
provocadora es una conducta juridicamente desvalorada por mostrarse
contraria a los principios de coexistencia que el derecho procura.
CCivComCrimCorr y Trab Cruz del Eje, 15/3/83, "Rian, Héctor R.", LLC, 1984-362.
§ 16. CONCEPTO DE IMPUTABILIDAD
1. La medida práctica de la responsabilidad no la fijara exclusivamente el
dano sufrido por el lesionado, sino tambien la de su imputabilidad graduada por
lo que el autor del hecho, en lo intimo de su personalidad, previo o pudo prever,
respecto de las consecuencias del acto por el concebido, por lo que cuando se
trata de consecuencias inmediatas que acostumbran suceder segun ese curso natural
y ordinario de las cosas, la ley presume de manera irrefragable que su autor
las previo o pudo preverlas.
CrCivCom Córdoba, 11/8/78, "Astec SRL c/Simes, Carlos J.", BJC, XXII-766.
2. El art. 1113 del Cod. Civil, reformado por la ley 17.711, introdujo en
nuestro derecho positivo la responsabilidad por riesgo, pero tan solo en el ámbito
de la responsabilidad por el hecho de las cosas, atribuyendosela al dueno o guardian
de ellas. Aunque desaparece el factor de imputabilidad subjetiva, subsisten
en cambio los restantes presupuestos de la responsabilidad y, entre ellos, la
relacion causal que debe existir entre el riesgo de la cosa y el dano causado.
CNFedCivCom, Sala II, 16/10/79, "Tárrago, Domingo P. c/Lotería de Beneficencia
Nacional y Casinos", LL, 1980-B-708, 35.418-S, y ED, 88-810.
3. La responsabilidad objetiva consagrada por el art. 1113 del Cod. Civil
no implica la introduccion de un mero automatismo que opere ciegamente. Dicha
responsabilidad objetiva implica una mutación en la actitud considerativa del
interprete. Este, en lugar de partir de la "tabula rasa" en materia de imputabilidad
responsable del daño, supone —como punto de partida, salvo que se demuestre
lo contrario— que quien ha sido autor material del hecho, responde por el resultado;
en esos casos, se trata de analizar la totalidad de la prueba y determinar, en
cada especie, si en concreto puede mantenerse, modificarse o alterarse la consideracion
inicial de responsabilidad objetiva.
CApelCivCom Mercedes, Sala II, 19/9/80, "Palomeque, Martina c/Pérez Novoa, Carlos
A. y otra", Sup1LL, 1981-142, y DJBA, 120-102.
7. Solo es admisible la liberacion de la responsabilidad por la transferencia
de la guarda de la cosa que causara el dano en el caso del dano causado con las
cosas, pero no es razonable extenderla al supuesto de la responsabilidad por el
riesgo o vicio de la cosa, pues esta se funda en una imputabilidad objetiva, por
el riesgo creado, de la que solo es posible eximirse —tal como lo permite la norma
citada— probando la culpa de la victima o de un tercero por quien no se debe
responder.
CNCiv, Sala G, 19/5/82, "Laviaguerre, Raquel c/Jutarde, Enrique y otra", ED,
100-179.
8. En el dispositivo del art. 1113 del Cod. Civil la eximicion de responsabilidad
del dueño de la cosa solo puede prosperar si se acredita la culpa de la
victima o de terceros. Pero para que ello pueda ser asi sigue siendo necesario,
como en toda la doctrina de la culpa, que el resultado ilicito mantenga con la
acción del imputado una relacion de causalidad adecuada y suficiente, porque de
lo contrario no habra imputabilidad material (del voto en disidencia del doctor
Sanguinetti).
Si en la especie, la victima era ciertamente inimputable (art. 921, Cod. Civil),
el conductor no está probado que actuara con negligencia o impericia, y la omisión
que se atribuye a los padres no configura, para el hecho dañoso que aqui se
juzga, nexo causal suficiente; con lo que resulta que alli no existió desde el punto
de vista juridico culpa de nadie, o al menos imputabilidad culpable para nadie.
Por ello, es responsable el dueno del camión que materialmente provoco la muerte
(art. 1113, Cod. Civil) (del voto en disidencia del doctor Sanguinetti).
ST Chubut, 27/4/83, "Yanez, Juan J. y otros c/Compania Gaseosa del Sur SRL", ED,
107-193.
9. La omisión de las funciones propias de todo medico de guardia importa
haber actuado al menos con impericia, que es uno de los ingredientes de la culpa,
factor de imputabilidad de un ilicito no delictual (arts. 512 y 1109, Cod. Civil, y
arts. 84 y 94, Cod. Penal). Pero si una vez producido el hecho, nuevamente por
impericia erró en el diagnóstico, por joven y recién graduado que fuera a esa
época, la inexperiencia podra servirle de atenuante en orden a la reprochabilidad
moral de su conducta, pero juridicamente dicha circunstancia es irrelevante, habida
cuenta que el título de medico lo habilita para el ejercicio pleno de la función,
con la totalidad de las responsabilidades que le son inherentes (arts. 5°, 13
y 19, inc. 2°, ley 17.132).
CNCiv, Sala E, 9/11/83, "Perez, Laura S. c/Clinica Geriatrica Amenabar y otros", LL,
1984-A-145; JA, 1984-11-48, y ED, 107-434.
10. Para que se ponga en juego el aparato de responsabilidad es menester
que exista la falta médica o el incumplimiento de los deberes profesionales.
Para que quede configurada la responsabilidad deben concurrir los siguientes requisitos:
a) obligacion preexistente; b) falta medica (impericia, imprudencia,
negligencia, inobservancia de los deberes y reglamentos a su cargo); c) daño ocasionado;
d) determinismo causal entre el acto médico y el dano ocasionado, y e)
imputabilidad, esto es, que el médico sea tenido por culpable del dano (del fallo
de primera instancia).
La responsabilidad del médico significa la obligación de reparar y satisfacer
las consecuencias de los actos, omisiones y errores voluntarios o involuntarios
dentro de ciertos límites, y cometidos en el ejercicio de su profesión. En otras
palabras: el médico que, en el curso del tratamiento ocasiona, por su culpa, un
perjuicio al paciente, debe repararlo y tal responsabilidad tiene su presupuesto en
los principios generales de la responsabilidad, según los cuales todo hecho o acto
realizado con discernimiento, intencion y libertad genera obligaciones para su
autor en la medida en que provoque un daño a otra persona (del fallo de primera
instancia).
CNCiv, Sala D, 16/2/84, "Roitbarg, Marcelo R. c/Instituto de Servicios Sociales Bancarios",
LL, 1984-C-586; Di, 1984-2-50, y JA, 1984-111-695.
13. El art. 1113 del Cod. Civil crea una presuncion de culpa e invierte la
carga de la prueba si se acredita que el conductor del vehiculo, cosa riesgosa,
tuvo la debida diligencia y que el accidente se debio a la actuacion exclusiva de
la victima, no se puede oponer al conductor la falta de discernimiento de este,
pues la falta de culpa del accidentado haria crear una culpa especial de quien
conduce el automotor a pesar de haber actuado con toda diligencia en el manejo
de la cosa. Ello importaria instituir una responsabilidad sin culpa por falta de
discernimiento de la victima lo cual no es procedente juridicamente.
CI'CivCom Cordoba, 23/4/91, "Ortiz, Gustavo c/Griffa de Barba, Adelina", LLC,
1991-882.
14. No reglamentando nuestro Código Civil la responsabilidad médica en
forma autónoma o diferenciada de la culpa en común, son aplicables para la ocurrencia
de la misma, el cumplimiento de los requisitos necesarios para la demostración
de su existencia, es decir: a) el hecho antijuridico del agente, en el caso
del ente "estipulante" y del profesional "promitente", pudiendo ser tal hecho o
acto "positivo" o de acción o "negativo" o de omisión; b) el daño; c) el nexo
causal entre el dano y la consecuencia, y d) los factores de imputabilidad o atribución legal de la
responsabilidad. Todos estos elementos deben ser apreciados
respecto de la culpa o del dolo en concreto.
CNFedCivCom, Sala III, 4/9/91, "Valentino, Hector M. R. c/Estado nacional y otros",
LL, 1992-A-162.
§ 17. RESPONSABILIDAD OBJETIVA POR RIESGO CREADO (ARTÍCULO 1113)
1. Son responsables en calidad de guardianes de la cosa, en los términos
del art. 1113 del Cod. Civil, los constructores de obras públicas o particulares
que provoquen daños a automotores por dejar tierra acumulada, pozos o zanjas
y/u otro obstaculo similar.
CApel CdelUruguay, Sala II, CivCom, 3/3/89, "Allassia, Hector R. c/Lemiro P. Pietroboni
SA y otros", DJ, 1989-2-1098.
2. A los fines de establecer la responsabilidad por un accidente producido
con un elemento electrizado, debe estarse a lo dispuesto en el art. 1113, parr. 2°,
del Cod. Civil, habida cuenta que a la electricidad le resultan aplicables las disposiciones referentes a las
cosas, atento su condición esencialmente riesgosa, que
somete a quienes la utilizan como dueños o guardianes, a las consecuencias previstas
en esa norma.
CrCivCom San Isidro, Sala II, 14/3/89, "Sanchez de Godoy, Elisa N. y otros c/Aparicio,
Juan C.", DJ, 1989-2-294.
3. Con arreglo a lo normado por el art. 1113, parte 2a in fine, del Cod. Civil
han de quedar total o parcialmente excluidos de responsabilidad el dueño o el
guardian de la cosa, si demuestran que la conducta de la victima ha generado
causal o concausalmente el evento dañoso.
La teoria del riesgo creado regula la atribucion de la responsabilidad civil
por el hecho de las cosas y constituye el principio rector en este tema. Cuando
el daño se produce en virtud de que ha actuado una cosa que presenta riesgo o
vicio, los responsables son el dueño y el guardian de la cosa que lo generó. Del
mismo modo en los casos de colisión entre dos cosas que presentan riesgos o
vicios, cada dueño o cada guardián debe afrontar los daños causados al otro; salvo
que se demuestre que el accionar de la victima o de un tercero ha excluido o
limitado la responsabilidad de aquéllos.
Cuando la conducta de la victima ha concurrido con la actuación de las
cosas riesgosas en la producción de su propio daño como concausa, desplaza proporcionalmente la
responsabilidad en el hecho de los propietarios de aquellas.
SCBA, 18/4/89, "Castro, Angel W. c/Mascheroni, Roberto O. y otro", DJBA, 136-
3699.
4. Quien acciona en funcion del art. 1113, parr. 2°, del Cod. Civil, debe
probar: a) el daño; b) la relacion causal; c) el riesgo de la cosa, y d) el caracter
de dueño o guardian de los demandados.
SCBA, 8/8/89, "Romero, Juan C. e/Rincon, Martin J. y otro", DJBA, 137-6623.
5. El automovil es, en las rutas y calles, cosa de riesgo para el peatón, y
por tanto se aplica el parr. 3° del art. 1113 del Cod. Civil, con una responsabilidad
objetiva, causal, que exige para no responder la prueba de los eximentes legales.
CNCiv, Sala C, 10/8/89, "Porcello, Elias c/Buquerin, Cesar H. y/u otros", LL, 1990-
B-274, con nota de Felix A. Trigo Represas.
6. Todo espectáculo deportivo, en especial los partidos de futbol, han alcanzado
una potencialidad generadora de daños para los asistentes como nunca
antes se habia visto. Y resulta de toda justicia que las entidades participantes
que son quienes se sirven o aprovechan del espectáculo deban responder por los
daños que a consecuencia de ese riesgo se generen. Se trata por ello de una
responsabilidad objetiva con fundamento en el riesgo del espectáculo.
TColegRespExtracontractual Rosario, n° 1, 28/8/89, "Primavera de Fernandez, Dora
A. y otros c/Pelegri, Carlos A. y otros", LL, 1991-B-I45.
8. Los danos causados por los trenes en movimiento se rigen por las previsiones
del art. 1113, parr. 2°, parte final, del Cod. Civil sobre danos causados
por el "riesgo" de la cosa.
CSJN, 12/12/89, "Ortiz, Eduardo A. c/Empresa Ferrocarriles Argentinos", LL, 1990-
D-97, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
9. En el caso de choque de un colectivo y una bicicleta y dada la fragilidad
de esta y los distintos tamanos y caracteristicas respecto de un automotor, corresponde
aplicar al caso lo normado por el art. 1113 del Cod. Civil; por ende, tratandose
de una cosa riesgosa, para eximirse de responsabilidad por los danos causados,
el dueño o guardián del segundo vehículo debe acreditar la culpa de la
víctima o de un tercero por quien no deba responder.
CNCiv, Sala J, 19/12/89, "Bocser, Angel c/Cisneros, Jose A.", LL, 1991-B-4.
10. Si bien la ultima parte del art. 1113 del Cod. Civil establece una causal
de liberación comun a los supuestos de danos con las cosas o por su vicio o
riesgo, que es el uso contra la voluntad expresa o presunta del dueño o guardián,
no cesa la responsabilidad de este si el uso ha sido posible por un acto culposo,
como por ejemplo lo es el de dejar las llaves puestas en un vehículo estacionado
en la calle, o al alcance de un menor, o dejar el auto con el motor en marcha,
toda vez que en estos casos el desplazamiento de la guarda se debe a un hecho
culposo por el cual se debe responder.
CNCiv, Sala K, 21/12/89, "Malamud, Daniel c/Perez, Daniel O.", LL, 199I-C-286,
con nota de Norma O. Silvestre.
11. Tratandose de responsabilidad objetiva por riesgo o vicio de la cosa, no
puede exigirsele a la victima la demostración de que el propietario o custodio
actuó dentro de la esfera exigible de cuidado o control.
Quien crea un riesgo en la sociedad debe soportar el peso del riesgo, pues
cada uno debe asumir las consecuencias de su iniciativa.
CNCiv, Sala C, 14/2/90, "Ayala, Roberto c/Empresa Ferrocarriles Argentinos", LL,
1990-C-258.
12. Si el dueno de un automóvil —cosa riesgosa— lo entrega a una persona
para que lo disfrute temporariamente, y esta, al utilizarlo, ocasiona perjuicios,
ambos son responsables en forma objetiva, indistinta y concurrente frente a los
damnificados, salvo que el propietario del vehiculo demuestre que medio culpa
de la victima o de un tercero por el que no debe responder, o que la cosa fue
usada en contra de su voluntad.
CFedSanMartin, 5/3/90, "Vita, Nicolas R. c/Empresa Ferrocarriles Argentinos", LL,
1990-E-453.
13. Cuando en la producción del dano ha intervenido una cosa que presenta
riesgo o vicio, el dueño o guardián responden de una manera objetiva. La culpa,
la negligencia o la falta de previsión no constituyen elementos exigidos por el
art. 1113 del Cod. Civil para realizar la imputación, pues aun cuando probasen
su falta de culpa, ello carece de incidencia para alterar su responsabilidad, porque
deben acreditar que la conducta de la victima o de un tercero interrumpio total o
parcialmente el nexo causal entre el hecho y el dano.
Tratandose de un dano producido por la intervencion de dos cosas que presentan
riesgo o vicio, rige el art. 1113 del Cod. Civil.
SCBA, 17/4/90, "Arozarena de Gando, Maria de Lujan y otra c/Arias, Jose y otros",
LL, 1990-D-25.
14. Si de una cosa riesgosa o peligrosa emerge un daño, el responsable es
el dueño o guardián, quien puede eximirse si la relacion de causalidad entre la
cosa y el dano se hubiere fracturado por algun hecho de la victima o de un tercero.
La fractura del nexo causal adecuado puede ser parcial o total y en el primer
supuesto —fractura parcial— existiria una co-causacion del dano, debiendo entonces
dilucidarse en que proporcion el hecho u omision de la victima o de un tercero
contribuyo a su produccion.
CNCiv, Sala D, 15/5/90, "Garcia, Diego E. c/Casasco, Roberto J.", LL, 1991-C-328,
con nota de Silvia Y. Tanzi.
15. Resulta aplicable la responsabilidad objetiva declarada por el art. 1113,
parr. 2°, del Cod. Civil, pues el automotor en movimiento es considerado pacificamente
como una de las cosas peligrosas reconocibles en la civilizacion actual,
hasta el punto de que los accidentes en que intervienen constituye una de las
causas principales de mortalidad en el mundo moderno.
Cl'CivCom Cordoba, 5/6/90, "Cittadini, Roberto R. y otros c/Martinez, Omar J. y
otros", LLC, 1991 -611.
16. Cuando en la producción del dano interviene una cosa que presenta riesgo
o vicio —como acontece en autos— el dueño o guardian responde de manera
objetiva. Por lo tanto, la culpa, la negligencia o falta de prevision no constituyen
elementos exigidos por el precepto para realizar la imputación. Aun cuando se
probase la falta de aquellos extremos, ello carece de incidencia para impedir su
responsabilidad porque deben acreditar la concurrencia del supuesto previsto en
la ultima parte del segundo parrafo de la norma del art. 1113 del Cod. Civil, esto
es, que la conducta de la víctima o de un tercero haya interrumpido total o parcialmente
el nexo causal entre el hecho y el dano.
SCBA, 12/6/90, "Da Rui, Carlos A. c/Diz, Jorge y otros", DJBA, 139-6832.
17. La aplicacion del art. 1113, parr. 2°, del Cod. Civil hace que la victima
deba probar el dano sufrido y el contacto con la cosa de la cual el mismo provino,
ya que sera el emplazado en su condición de dueno o guardian de esa cosa, quien,
para eximirse de responsabilidad o disminuir la que se le atribuye, debera demostrar
que de su parte no hubo culpa o que la hubo en menor medida que la que se
le imputa, porque la ley presume que el es el unico culpable.
CNCiv, Sala A, 20/6/90, "Sicilia, Hector c/Berges, Rafael y/u otros", LL, 1992-A-140,
con nota de Delia M. Ferreira Rubio.
18. Cuando el daño se origina en virtud de que ha actuado una cosa que
presenta riesgo o vicio, la responsabilidad esta a cargo del dueño o guardián de
la cosa que genero el dano, que sólo puede eximirse probando que no existió o
que se interrumpió la relacion causal entre el hecho de la cosa y el dano causado.
Lo que interesa concretamente, es la idoneidad de la actuacion de la victima para
producir el evento dañoso, con independencia de que esta conducta configure
o no culpa o, en su caso, si la conducta de esta concurre con la actuación de la
cosa causando el dano, desplazando proporcionalmente la responsabilidad de aquel
(art. 1113, parte r in fine, Cod. Civil).
SCBA, 3/7/90, "Prestupa de Klekotz, Nila y otros c/Cristalerias Cattorini SA", DJBA,
140-743.
19. Atribuida la responsabilidad civil, el dueño o guardián de la cosa riesgosa
puede eximirse total o parcialmente de aquella, acreditando la culpa de la
victima o de un tercero por quien no debe responder.
ClaCivCom Cordoba, 7/8/90, "Gallopa, Oscar A. c/Naumiec, Pedro", LLC, 1991 -226.
20. Cuando se acciona por el art. 1113, parte r in fine, del Cod. Civil,
corresponde a la parte actora demostrar cuatro presupuestos basicos: 1) la
existencia del dano; 2) el caracter riesgoso o vicioso de la cosa, individualizandola
concretamente y objetivando su riesgo o vicio; 3) que el perjuicio obe-dece al riesgo o vicio de la cosa, y 4)
que el demandado es dueno guardian de la
cosa.
SCBA, 14/8/90, "Diaz, Juan A. c/Compania Argentina de Levaduras SA", DJBA, 140-
1219.
21. Acaecido el dano que produce el riesgo de la cosa, el dueño y el guardián
de la misma son responsables por existir una situacion objetiva que justifica
el deber de su reparación, y solo se liberan total o parcialmente si acreditan que
existe una causa del perjuicio distinta del riesgo o vicio creado por las cosas,
como puede ocurrir con el comportamiento que asuma ante el evento la victima.
SCBA, 4/2/90, "Diaz de Rodriguez, Ramona c/Sarratea, Raul F.", DJBA, 140-2653.
22. Cuando se demanda con sustento en el art. 1113, parte 2' in fine, del
Cod. Civil, el comportamiento de la victima no debe analizarse con arreglo a la
nocion de culpa segun lo establecido en el art. 512 del Cod. Civil, sino en funcion
de la regla del primero de los preceptos citados.
La teoria del riesgo creado regula la atribucion de la responsabilidad civil
por el hecho de las cosas, y constituye el principio rector en este tema. De manera
que cuando el daño se produce en virtud de que actúa una cosa que presenta
riesgo o vicio, la responsabilidad recae en el dueño o guardián de la cosa que lo
generó, y siempre con arreglo a lo dispuesto en el art. 1113, parte 2' in fine, del
Cod. Civil, pudiendo aquellos considerarse excluidos de responsabilidad si demuestran
que la conducta de la victima ha generado causal o concausalmente el
evento danoso.
SCBA, 11/9/90, "Atela, Nancy c/Zubirrain de Rapallini, Maria M.", DJBA, 141 -4549.
23. La responsabilidad fundada en el vicio de la cosa exige que un defecto
en la misma sea el factor que produjo el daño, porque solo de ese modo puede
comprometer a quien ha mantenido la cosa en ese modo de ser vicioso y, por
ende, potencialmente danoso.
CNCiv, Sala A, 14/9/90, "Salles, Francisco c/Consorcio de Propietarios Juan B. Justo
2726", LL, 1991-B-225, y DJ, 1991-1-946.
24. El empresario asume plenamente el riesgo propio de su empresa, sea que
el daño se produzca por hecho de un tercero, por defectos de maquinarias y de materias
primas o aun por haberse encomendado al trabajador una tarea que este no
estaba plenamente habilitado para realizar, cuyas consecuencias no hayan sido
facilmente previsibles, pues en este caso la culpa se desplaza hacia el principal.
CNTrab, Sala I, 8/10/90, "Romero, Roberto H. c/Casa Lazaro Costa SA", DT, 1991-
B-II91, y DI, 1991-2-544.
25. Ya sea que se aplique el art. 1113 del Cod. Civil o el art. 184 del Cod.
de Comercio, en cuanto ambos establecen una responsabilidad objetiva y autorizan
a que se exima de responsabilidad cuando se acredita la culpa de la victima,
la de un tercero, o de caso fortuito o fuerza mayor, se llega a una misma conclusión
en materia de responsabilidad; no asi en lo atinente a los efectos del resarcimiento
y a la prescripcion.
CSJN, 9/10/90, "L., A. A. c/Gonzalez, Alcides", LL, 199I-C-69; Di, 1991-2-135, y
ED, 142-135, disidencia de los doctores Belluscio y Moline O'Connor.
26. La naturaleza riesgosa de un bien, nada mas que por ella y como principio,
no determina aplicar sin mas el art. 1113 del Cod. Civil, pues el espiritu
de la responsabilidad objetiva se orienta a trasladar la carga de la prueba (es decir,
tiene funciones basicamente procesales).
CNCiv, Sala B, 25/2/91, "Molina, Jose E. c/Romano, Alberto M.", LL, 1992-E-29,
con nota de Maria D. Pereiro.
27. Corresponde examinar en cada caso la aptitud probable de una cosa
como generadora de riesgo, sin caer en el exceso de adjudicar peligrosidad por
el solo hecho de que hubiera causado dano, si bien de algunas cosas se puede
afirmar que exhiben esa calidad, de ninguna manera puede sostenerse que no la
encierre en absoluto.
CNTrab, Sala VIII, 7/3/91, "Morales, Desiderio c/Scian SA, Elido", DT, 1991-A-899,
y Di, 1991-2-103.
28. El art. 1113 del Cod. Civil solo regula el dano causado por el riesgo
de la cosa; vale decir, se refiere a las cosas peligrosas en si mismas —como podrian
ser, por ejemplo, los explosivos, la energia electrica, etc.—, asi como tambien
a aquellos que se transforman en tales por su forma de utilizacion, como los automotores,
aeronaves, etcetera.
CNCiv, Sala E, 3/5/91, "Boido, Alberto L. c/Sampaulo, Jose L. y otro", LL, I992-B-
535, con nota de Roberto A. Vazquez Ferreyra.
29. En la accion comun resarcitoria es preciso demostrar que el dano acaecio
por la cosa o por el riesgo o vicio de la cosa de la cual el demandado es dueno
o guardián, o que aquel acontecio por culpa o negligencia del empleador (arts.
512, 1109, 1113 y concs., Cod. Civil).
Si bien el art. 1113 del Cod. Civil parte del principio del riesgo objetivo,
ello solo puede admitirse conforme a las pautas establecidas por esa norma, es
decir, que se acreditara que el infortunio acaecio por el riesgo o vicio de la cosa.
CNTrab, Sala I, 10/5/91, "Feldman Araya, Nancy S. c/Del Bene SA", DT, 1991-B-
2307.
30. La indemnizacion por responsabilidad objetiva del Estado por los perjuicios
causados por el accionar legitimo de la Administración, debera someterse,
ante la falta de normas expresas sobre el punto, al modo de responder establecido
en instituciones analogas.
CFed San Martin, 5/6/91, "Falasco e Hijos SA, Octavio R. c/Estado nacional - Instituto
Nacional de Vitivinicultura", LL, 1991-E-11, y DJ, 1991-2-663.
31. Los principios del art. 1113, parr. 2°, del Cod. Civil rigen incluso cuando
se trata de choques entre dos automotores, donde se verifica la existencia de
riesgos reciprocos.
CNCom, Sala E, 26/6/91, "Leta, Ruben F. c/Cernadas de Pintelos, Maria E.", LL,
1991-E-423.
32. Aunque los conceptos de riesgo y vicio no son asimilables, pues el primero
presupone la eventualidad posible de que una cosa llegue a causar daño, y
el segundo, un defecto de fabricacion o funcionamiento que la hace impropia para
su destino normal, en el supuesto de que no concurrieran causales de exoneración
de responsabilidad, la acreditacion de una de ellas bastaria para determinar la
admisibilidad de las indemnizaciones reclamadas (art. 1113, parr. 2°, Cod. Civil).
CSJN, 19/11/91, "O'Mill, Allan E. c/Provincia del Neuquen", LL, 1992-D-228, con
nota de Jose D. Ray.
33. Pesa sobre la Municipalidad el deber (y no solamente el derecho) de
controlar que la via pública (y en especial las aceras, que son cosas de su propiedad
y que ella misma ha consentido, al autorizar la realizacion de trabajos de
excavación, que se conviertan en cosas riesgosas —art. 1113, parte 2a, Cod. Civil—)
permanezca en condiciones tales que las personas puedan transitar por ellas sin
peligro, pues el Estado tiene el deber de atender la seguridad y la salubridad de
los habitantes.
CNFedCivCom, Sala II, 13/3/92, "Springer de Miguel, Ernestina M. c/Cruces Hermanos
SA y otros", LL, 1992-E-522.
34. La relacion de causalidad es un presupuesto de la procedencia de la
acción por la cual se reclaman danos y perjuicios derivados de responsabilidad
objetiva.
SC Mendoza, Sala I, 26/3/92, "Buel, Oscar c/Compaftia de Perforaciones Rio Colorado",
u., 1992-C-115.
2. Si el fundamento de la responsabilidad es la culpa presumida, mal puede
pensarse que si el dueño del animal ha transferido su guarda a un tercero,
pueda responsabilizarselo de los danos que cause, pues ello requiere la concurrencia
del elemento esencial de la imputabilidad, o sea la culpa; no desvirtua
ello la circunstancia de que el art. 1124 del Cod. Civil haga mencion de que "la
misma responsabilidad pesa sobre la persona a la cual se hubiere mandado el
animal para servirse de él, salvo su recurso contra el propietario", pues se sobrentiende
que, sin lugar a dudas, la ley ha querido significar que la responsabilidad
de este tercero se asienta sobre los mismos fundamentos de la responsabilidad
del dueno del animal.
CCivCom y Trab Villa Maria, 11/8/86, "Transporte Villa Maria-SRL c/Cignetti Hnos.
y/u otros", LLC, 1987-962, voto del doctor Rodriguez Ballesteros.
§ 19. REPARACIÓN POR GRUPOS DE PERSONAS NO IDENTIFICADAS
1. Si el propio actor ha senalado en su demanda que el disparo de arma de
fuego partio de un tercero no identificado entre los restantes espectadores del
estadio de futbol, confundido en la multitud, se presenta, entonces, un ejemplo clasico
de lo que doctrinariamente se denomina "responsabilidad colectiva". Aqui,
a raiz de la falta de prueba, no puede senalarse cual de varios individuos es el
autor de un dano que intrinsecamente reune los requisitos necesarios para tornarlos
resarcibles.
CNCiv, Sala E, 11/3/81, "Morales, Restituto c/Club Atletico Velez Sarsfield y otros",
LL, 1981-B-523, y ED, 93-690.
2. En los supuestos de responsabilidad colectiva, no se trata de coautores
varios en la realizacion del cuasidelito, sino de participacion de varios en la realizacion
de un mismo hecho. Lo mas relevante en el acto ilicito es el dano y no
la culpa, ya que el primero constituye el elemento unificador del acto aunque
concurran a producirlo varios coparticipes con sus respectivas culpas (voto del
doctor Fontana).
En la responsabilidad colectiva, el autor del dano no resulta individualizado,
y por ello deben responder todos los que participaron en el hecho o integraron
simplemente el grupo donde se origino el perjuicio. El hecho de su intervencion
en la accion del grupo resulta suficiente para atribuir responsabilidad sin
autoria material, y por consiguiente sin imputabilidad moral (voto del doctor
Fontana).
En la responsabilidad colectiva, resultante de la falta de individualizacion
del autor del dano, la individualidad de cada participe se pierde en el grupo que
integra, y la sola demostracion de la relacion causal del dano con la accion del
grupo impregna a todos de la responsabilidad que colectivamente corresponde a
este. La culpa del participe no es haber causado el dano —cuyo autor permanece
anonimo— sino en haber formado parte del grupo de donde partio el perjuicio
(voto del doctor Fontana).
Existe responsabilidad colectiva de los participantes de una partida de caza,
en ocasion de la cual el vehiculo utilizado por todos ellos se incendio por recalentamiento
del motor, trasladandose el fuego al campo en que llevaban a cabo
3. El art. 1113 del Cod. Civil contempla los danos ocasionados por cosas
riesgosas, como asi tambien los resultantes de la realizacion de una actividad riesgosa.
CNCiv, Sala I, 15/2/94, "Escobar, Palmiro c/Soco-Ril SA", LL, 1995-C-453, con nota
de Antonio Vazquez Vialard.
4. Sentada la participacion del ferrocarril en el evento, no cabe exigir a la
demandante la acreditacion de otros extremos ni la demostracion de la forma concreta
en que se produjo el infortunio, toda vez que al tratarse de un dano causado
por "el riesgo" de la cosa (art. 1113, parte r, Cod. Civil), basta con que el afectado
demuestre el dano causado y el contacto con aquella, quedando a cargo de
la demandada, como duena o guardian de ella, acreditar la culpa de la victima o
de un tercero por quien no deba responder.
CSJN, 13/10/94, "Gonzalez Estraton, Luis c/Empresa Ferrocarriles Argentinos", LL, 1995-B-278; DJ,
1995-1-822, y DT, 1995-A-311.
§18. RESPONSABILIDAD POR HECHOS DE ANIMALES Y COLECTIVA
1. En materia de responsabilidad por danos causados por los animales, coexisten
dos concepciones: a) concepcion subjetiva, doctrinalmente conocida como
culpa en la guarda, y b) la corriente mas actual, que prescinde lisa y llanamente
de la idea de culpa y se atiene a un factor objetivo de imputacion (en el caso,
cualquiera de estas tesis conduciria a identica solucion desde que, probado el hecho
fuente, el demandado —dueno del animal— invoca como eximente la culpa de
la victima —art. 1128, Cod. Civil—, extremo del que asume la carga probatoria).
CNCiv, Sala D, 19/10/90, "Escudero, Jose G. c/Da Costa, Lauro A.", LL, 1992-C-243,
con nota de Juan J. Casiello) esa actividad y provocando danos al mismo. Ello asi por cuanto, al no poder ser
individualizado el autor material, debe considerarse a aquellos como coparticipes del hecho en los terminos
del art. 1109, parr. 2°, del Cod. Civil, y por ende quedan solidariamente obligados a la reparacion de los
perjuicios.
La responsabilidad colectiva de caracter objetivo halla fundamento en el riesgo
creado por la accion del grupo, y todos los que integran ese grupo contribuyen
con su sola participacion en el, a crear el riesgo que se traduce en el dano a un
tercero. El criterio que guia la reparticion de la responsabilidad es un principio
de socializacion de riesgos, y se manifiesta en la participacion de todos los que
formaron el grupo en la obligacion de resarcir el dano, aun aquel en que no fueron
material ni moralmente autores (voto del doctor Fontana).
Cuando el dano es causado por un miembro no identificado de un grupo
determinado, todos sus integrantes estan obligados in solidum a la reparacion,
tanto si la accion es imputable a culpabilidad o riesgo (voto del doctor Fontana).
Tratandose de los danos causados a un campo por el incendio provocado a
raiz del recalentamiento del motor del automovil en que se trasladan los integrantes
de una partida de caza, para determinar la responsabilidad de todos los intervinientes,
el hecho desencadenante debe ser mentado desde sus mismos origenes
y no desde el aislado momento del atascamiento final del vehiculo en un pajonal,
el recalentamiento del motor y comienzo del incendio, circunstancias estas que
no pueden ser tenidas como causa unica y eficiente del dano. Si bien no medio
entre los intervinientes en la partida una verdadera confabulacion, es decir, la
coautoria con particular intencion de danar, que caracteriza al delito civil, al menos
existio entre ellos un acuerdo de voluntades para realizar en calidad de particiones
un fin comun, aun actuando independientemente, pero en un verdadero
plano de igualdad por encima de la actividad especifica de cada uno corriendo
por consiguiente todos —no solamente el dueno y conductor del vehiculo— con las
eventuales consecuencias, incluso las adversas, que la consecucion de tal logro
podria acarrearles (voto del doctor Eyherabide).
CApelCivCom Dolores, 14/12/82, "De Anchorena, Manuel N. J. c/Cristofalo, Antonio
J.", LL, 1983-C-298, con nota de Jorge Bustamante Alsina, y ED, 103-757.
5. Frente a dos grupos que se agreden a balazos —una comision policial y
una banda de delincuentes— la victima, que no pertenecia a ninguno de ellos, no
esta llamada a investigar la mecanica del hecho, ni a deslindar con su accion y
prueba las responsabilidades que en el suceso le quepan a unos y otros entre si,
ni a hurgar las culpas que, como eximentes de las responsabilidades atribuidas
por los danos causados con sus cosas riesgosas, cada imputado atribuya al otro
protagonista del suceso en clara invocacion de la causal de exoneracion que preve
el art. 1113, parr. 2° in fine, del Cod. Civil.
Ante la actitud de dos grupos que fusionaran su accion riesgosa sobre la victima
(como podrian serlo dos "barras bravas" de distintos equipos de futbol que
descarguen su agresion sobre el arbitro del partido), la solucion no seria distinta
a la de los supuestos comunes de responsabilidad colectiva; frente a la victima se
tendria un solo grupo circunstancial, una sola masa formada por la fusion de dos
grupos diferenciados por sus apegos a distintas divisas, desde la cual un miembro
no identificado habria causado el dano y, por lo tanto, el juicio de responsabilidad
colectiva abrazaria a todos los participantes del hecho; es decir, se trataria de un
caso de intervencion disyunta o alternativa de una persona no individualizada dentro
de un grupo determinado, resultando una responsabilidad colectiva no solidaria.
El art. 95 del Cod. Penal y los arts. 1119 y 1121 del Cod. Civil, ensamblados
por las coordenadas del espiritu de la ley, la analogia juridica y el principio
general de justicia, permiten estructurar un sistema de responsabilidad colectiva,
que actua siempre que concurren los siguientes requisitos: a) falta de individualizacion
del autor del dano o de la cosa danosa; b) participacion de los responsables
en el accionar culposo o riesgoso del grupo; c) relacion causal entre el
dano y la accion no particularizada del grupo, y d) exclusion de responsabilidad
para quien pruebe que, aun participando en la accion del grupo, no causo el dano.
CluCivCom La Plata, Sala III, 30/9/86, "Fomicz de Ilucko, Teodora c/Provincia de
Buenos Aires - Policia de la Provincia", LL, 1987-D-453, con nota de Hernan Racciatti.
6. La responsabilidad que le cabe a los coautores de un hecho ilicito (cuasidelito,
en el caso) tiene caracter solidario (art. 1109, Cod. Civil), motivo por el
cual no solo no esta obligada la victima a establecer con precision cual fue la
mecanica de la accion danosa y la proporcion en que participaron los implicados,
sino que la responsabilidad de cada uno de estos comprende la totalidad del dano
causado (sin perjuicio del derecho que tiene, cuando de cuasidelitos se trata, de
reclamar del coparticipe que no pago la contribucion correspondiente).
CNFedCivCom, Sala II, 13/2/87, "Consorcio de Propietarios Rivadavia 3789/95/99
c/Segba y otra", LL, 1989-B-629; JA, 1988-1-290, y ED, 124-538.
7. La aparicion de las nociones de responsabildad grupal y daño grupal deviene
de una acentuación de lo social en la construccion de la responsabilidad,
toda vez que se aprecia un factor colectivo en el origen del perjuicio (los grupos
como agentes del dano) y tambien en la desembocadura (los grupos como victimas
del dano).
Significa toda una revolucion el comprender que la produccion del dano puede
tener caracter difuso (despliegue de actividades grupales, en lugar de las clasicas
actividades individuales) y que hay perjuicios intrinsecamente difusos
desde la perspectiva pasiva (afectan a elencos de personas o masivamente a toda
la humanidad).
TColegRespExtracontractual Rosario, n° 1, 28/8/89, "Primavera de Fernandez, Dora
A. y otros c/Pelegri, Carlos A. y otros", LL, 1991-B-145.
8. El favor probationis, o "teoria de las cargas probatorias dinamicas", se
inclina por poner la carga de la prueba de la inculpabilidad sobre la parte que
esta en mejores condiciones de hacerlo, maxime si la historia clinica es harto
deficiente y los demandados integran un grupo medico.
El jefe de un departamento medico debe considerarse integrante personal del
grupo de riesgo y, al margen, responsable reflejo por el actuar de sus subordinados.
Constituye un caso de responsabilidad colectiva, cuando varios medicos cohesionados
por pertenecer a una unidad departamental o de "un servicio" constituyen
"un grupo".
La responsabilidad colectiva se sustenta en el riesgo, y reconoce como limites
(o causa de exoneracion de ella): 1) que el interesado no haya participado
en el grupo (imposibilidad de causar el perjuicio), o 2) que se sepa quien fue en
realidad el verdadero causante del dano.
CNCiv, Sala D, 24/5/90, "Calcaterra, Ruben y otra c/Municipalidad de Buenos Aires",
LL, 1991-D-469, con nota de Ruben H. Compagnucci de Caso.
§ 22. REPARACIÓN POR COSAS ARROJADAS
1. La parte final del art. 1119 del Cod. Civil ofrece una hipotesis de responsabilidad
colectiva en el derecho civil argentino, al atribuir responsabilidad
por danos causados por cosas arrojadas, o que caen habiendo estado suspendidas
de un modo peligroso, a todos los habitantes de una casa cuando "se ignora la
habitación de donde procede" el elemento causante de perjuicio. Cualquiera
fuere el factor determinante de la responsabilidad asi adjudicada por la ley a cierto
numero de personas no identificadas —el riesgo creado, una presuncion de culpa,
etc.—, ha de comenzarse por individualizar al grupo dentro del cual se ubica
el desconocido autor del hecho o de donde proviene la cosa productora del dano.
En tal caso, por razones que conciernen al amparo de la victima, es posible responsabilizar
colectivamente a todos los integrantes del conjunto.
CNCiv, Sala E, 11/3/81, "Morales, Restituto c/Club Atletico Velez Sarsfield y otros",
LL, 1981-B-523, con nota de Jorge J. Llambias, y ED, 93-690.
§ 23. REPARACIÓN POR INCUMPLIMIENTO DE OBLIGACIÓN DE SEGURIDAD
1. La responsabilidad que contrae el transportador por el daño que sufren
los pasajeros durante el transporte tiene su razón de ser en el deber de seguridad
que el contrato impone a aquel, en virtud del cual debe trasladar o conducir a la
persona sana y salva al lugar convenido.
CCiv CdelUruguay, 9/8/79, "Villafafie, L. y otro c/Empresa El Trebol SRL", LL,
1980-606.
2. Al margen de la responsabilidad contractual y "directa" del medico para
con el enfermo, emanada de resultas de haber emitido el ultimo su "adhesion" a
la estipulacion concertada en su interes, existira una responsabilidad contractual
y "directa" del ente asistencial o clinica. El fundamento de este ultimo deber
reparatorio descansa en el "deber tacito de seguridad", que funciona con caracter
"accesorio" o "secundario" en relacion con la obligacion principal de prestar asistencia
por intermedio de los facultativos del cuerpo medico (del fallo de primera
instancia).
CNCiv, Sala E, 25/11/80, "Sachi de Reggia, Teresa E. c/Altman Canestri, Edgardo",
LL, 1981-D-136, con nota de Felix A. Trigo Represas, y ED, 92-638.
3. La obligacion de seguridad no puede ir mas alla de garantizar al espectador
por los daños que pueda sufrir por el desarrollo del espectáculo o por las
cosas puestas por el organizador al servicio del publico asistente. El daño que
pueda irrogarle el hecho de los demas asistentes, cuando este es irresistible o
imprevisible y ajeno al organizador, configura un caso de fuerza mayor que libera
a este de responsabilidad.
La obligacion de seguridad implicita en contratos como el que vincula al
organizador de espectaculos deportivos y los espectadores no tiene alcances tales
que comprometan la responsabilidad del empresario por cualquier acontecimiento
generador de danos que ocurra durante el transcurso del juego.
CNCiv, Sala E, 11/3/81, "Morales, Restituto c/Club Atletico Velez Sarsfield y otros",
LL, 1981-B-523, con nota de Jorge J. Llambias, y ED, 93-690.
4. Sobre la institucion asistencial pesa una responsabilidad directa con relación
al paciente, que descansa en la existencia de una obligacion tacita de seguridad
que funciona con caracter accesorio de la asociacion principal de prestar
asistencia por medio de los facultativos del cuerpo medico; responsabilidad que,
en principio, no corresponde dejar de lado por el solo hecho de que la operación
se haya ejecutado por profesionales ajenos al sanatorio.
CNCom, Sala C, 8/5/81, "Doyhenart, Claudia G. y otro c/Sanatorio Anchorena SA",
ED, 94-578, y JL, 1981-23-983.
5. Atento a la intima relación entre la obligacion de seguridad —consistente
en garantizar a los comensales la bondad e inocuidad de los alimentos suministrados—
y el deber primario de brindar comida, no puede admitirse (sin tirar por la
borda uno de los mas ricos frutos que la solidaridad, el civismo y la justicia contractual
han dejado plasmado en nuestra reforma legislativa de 1968, cual es el
estandar de la buena fe que recoge el art. 1198 del Cod. Civil) que el propietario
del restaurante satisfaga la prestacion a su cargo y se libere de responsabilidad
con la mera puesta en mesa de un plato de comida que resulte danoso a la salud
de su comensal y hasta letal, como en el caso.
De advenir consecuencias danosas por defectos o vicios de la comida, resulta
violado el deber contractual de seguridad o garantia debido por el restaurante, y
que nuestra doctrina funda en los arts. 1198, 512 y 902 del Cod. Civil.
El vicio de fábrica es demostrativo de la culpa del fabricante, pero esa culpa
no borra o excluye la que le cuadra al dueño o guardián (o al elaborador de comidas
que debe a sus comensales la obligacion de seguridad o garantia) por haberse
servido de la cosa en ese estado potencialmente danoso para los demas. La
culpa del fabricante puede ser un elemento idoneo para justificar una accion de
reembolso contra el, por parte del dueno o guardian, pero no es una razon para
suprimir la accion del damnificado contra este ultimo. Es que en todo caso, y
pese a que los actores no bifurcaron sus pretensiones resarcitorias en pos, tambien,
de los fabricantes o expendedores del producto, estariamos ante un supuesto
de responsabilidad concurrente o conexa.
Basta para acreditar la transgresion al deber contractual de seguridad o garantia,
respecto de la inocuidad o bondad de los alimentos suministrados por el
restaurante, la sola presencia del dano vinculado causalmente con el consumo de
alimento elaborado en el restaurante (arts. 520 y 903, Cod. Civil).
El deber accesorio de seguridad ensancha la obligacion principal del propietario
del restaurante, imponiendole la obligacion de garantizar a sus comensales
la bondad o inocuidad de los alimentos suministrados, preservandolos de todo
dano a su salud e integridad fisica, y psiquica. Ese ensanchamiento de la base
contractual, esa ampliacion del contrato no permite detenerse, al analizar las consecuencias dañosas
inmediatas y necesarias de su violacion, en los umbrales de
la prestacion principal. El punto de partida esta en la violacion de ese deber
de asegurar la vida que, como tal, no garantiza solamente supervivencia, sino
tambien la continuidad y proyeccion existencial de las personas de los contratantes,
de consuno a la situacion vital de cada uno de ellos antes de ser lastimados
por el mal cumplimiento del contrato.
Si se quiere ver en el vendedor intermediario de productos enlatados, un titular
del deber contractual de seguridad o garantia que preserve la salud del adquirente
(a quien ademas se le debe individualizar en la misma etiqueta la identidad
del fabricante), este deber ha de expresar, tan solo, una obligacion general
de prudencia y diligencia en el examen externo sobre el estado del envase y el
tenor de las indicaciones impresas en su rotulo, como asi tambien la de evitar
publicidad enganosa o deficiente del producto enlatado y la de cuidarlo, conservarlo,
trasladarlo con la mejor diligencia y esmerada prudencia, de manera tal que
no se llegue a perjudicar, disminuir, deteriorar o enviciar la calidad del elemento
envasado.
El dueño del restaurante, fabricante o elaborador de platos de comida para
el consumo, cualquiera sea el contrato por el cual los comensales acceden a su
consumo (contrato innominado, compraventa, locacion de obra, etc.) promete
una comida, si no nutritiva, al menos sana e inocua y no nociva o danina para la
salud. Dicha promesa conlleva algo mas que el ofrecimiento de la mera prestacion
o deber principal de la relacion contractual consistente en la elaboracion y
suministro de un plato de comida; hay un deber accesorio de seguridad que recae
sobre las espaldas del propietario del restaurante y que consiste en su obligacion
de garantizar a sus comensales la bondad o inocuidad de los alimentos suministrados,
preservandolos de toda consecuencia danosa que derive de su consumo
normal.
Cl'CivCom La Plata, Sala III, 27/10/83, "Caprarella de Hernandez Bardi, Beatriz
c/Boccabella, Jose y otro", LL, 1985-D-28, con nota de Gabriel A. Stiglitz, y ED, 107-466.
6. Tanto el medico como el establecimiento de salud son "deudores" de una
obligacion de seguridad-resultado de tipo objetivo. Por ende, uno y otro —medico
y ente— responden como "deudores" de esa prestacion que les compete, siendo
absolutamente indiferentes las calidades de "duenos" o "guardianes" que puedan
ostentar —dado que aqui no esta implicado el art. 1113, parr. 2°, Cod. Civil—. El
medico pues, es potencialmente responsable como sujeto pasivo de la relacion
obligatoria (art. 504), sin perjuicio de que, al no ser un "dependiente" tecnicocientifico
de la persona juridica, pueda a su vez, ser "guardian".
CNCiv, Sala D, 7/9/84, "Astesiano, Alberto M. c/Policlinica Bancaria 9 de Julio", LL,
1985-C-638, y ED, 112-394.
9. La violacion del deber contractual de seguridad importa una intima transgresion
del contrato y configura un caso de responsabilidad contractual; y basta
para acreditar la violacion de esta obligacion de resultado la sola presencia del
dano, vinculada causalmente con el uso o consumo del producto.
Habiendo el actor demandado directamente al fabricante, reclamandole el resarcimiento
de los danos sufridos en su patrimonio, como usuario con motivo de
los defectos de fabricacion, corresponde distinguir y descartar de esa accion el
supuesto de reclamacion del comprador consumidor frente al vendedor del producto
viciado, pues en esta existe una tipica relacion contractual, en la cual el
pretensor podra ejercitar la accion resarcitoria, la accion estimatoria o de rebaja
del precio, o la accion de responsabilidad contractual, que deriva de la violacion
de una obligacion que corre implicita en la prestacion principal de la relacion
contractual y que algunos autores denominan obligacion de seguridad.
CNCom, Sala E, 22/8/86, "Severino, Carlos O. c/Boris Garfunkel e Hijos", LL, 1986-
E-642.
10. Todo deporte implica un riesgo para quien lo practica y este debe asumirlo.
Tal es asi, generalmente; pero respecto de la natacion debe aplicarse otro
criterio. Quien concurre a un club a nadar, si bien asume un riesgo como en
cualquier deporte, es sin embargo acreedor del club por una obligacion de seguridad
que este debe cumplir correctamente; velar por la seguridad del nadador,
procurando evitarle accidentes y auxiliandolo si ocurren, utilizando a esos fines
guardavidas idoneos.
CNCiv, Sala D, 24/7/87, "Fernandez de Lopez, Dora N. c/Asociacion Civil Club Atletico
All Boys", LL, 1987-D-269, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
11. Tanto el medico como el establecimiento de salud son deudores de una
obligacion de seguridad de tipo objetivo.
La obligacion de seguridad se encuentra implicitamente asumida en la prestacion
de servicios médicos, y ello importa que la entidad hospitalaria no solo es
responsable de que se asista al paciente por medio de profesionales de su cuerpo
medico, sino tambien que se preste en condiciones tales, en cuanto a la intervencion
del profesional y servicios auxiliares, que el paciente no sufra danos por
deficiencia de la prestacion prometida.
CApelCivCom Lomas de Zamora, Sala I, 29/9/87, "Morales, Juan L. c/Municipalidad
de Esteban Echeverria y otras", DJ, 1988-2-474.
12. Si entre un centro asistencial y un paciente existio —o existe— un contrato
de prestacion de servicio medico, de acuerdo con el cual la institucion se
obliga a prestar un servicio de salud por intermedio de medicos, laboratorios y
personal paramedico, asume una obligacion tacita de seguridad que funciona con
caracter accesorio de la obligacion principal de suministrar asistencia galenica.
CNEspCivCom, Sala I, 3/6/87, "Cusa de Pirro, Angela c/Dorfsman, Wolf y otros",
LL, 1989-C-624, y JA, 1989-1-434.
13. La obligacion de seguridad que es dable exigir en la prestacion de servicio,
es especialmente exigible en un parque de diversiones.
JuzgNCiv, n° 15, firme, 30/11/87, "Mason, Silvia A. c/Zanon Hnos. - Italpark", LL,
1988-E-173, con nota de Alberto G. Spota.
14. La responsabilidad de la entidad organizadora de un espectaculo deportivo
frente al espectador que concurre a la reunion, pagando su entrada, resulta de la
obligacion contractual de seguridad que pesa sobre aquella, y en virtud del caracter
de obligacion de resultado, al espectador le basta probar la ocurrencia del
hecho, pesando sobre la entidad organizadora la carga de la prueba de la eximente.
CNCiv, Sala G, 23/2/88, "Garuzzo, Hector J. c/Jockey Club y otros", LL, I988-D-392.
15. Al mediar un contrato entre el odontologo y su paciente luego damnificada,
la prestacion de los servicios por el primero a esta ultima, la responsabilidad
en que se puede incurrir con tal motivo no puede ser sino contractual,
derivada del incumplimiento de las obligaciones asi asumidas. Se trata de responsabilidad
contractual por el hecho de las cosas, basada en un implicito deber
de seguridad o garantia a cargo de quien haya entregado una cosa o se valga de
ella para el cumplimiento de su prestacion, si de la misma deriva despues un dano
que este vinculado con obligaciones nacidas del contrato.
CApelCivCom Junin, 20/4/88, "Seta de Etchevers, Rosa c/Gesuiti, Jorge y otro", Di,
1988-2-403, disidencia del doctor Azpelicueta.
16. La calificacion del deber de seguridad como obligacion determinada o
de resultado tiende a impedir que el responsable (v.gr., el transportista) se libre de
las consecuencias de su culpa en los casos en que esta no podria ser probada
por las victimas, y a ello debe tenderse cuando por las circunstancias del contrato
le es exigible una mayor diligencia, para reforzar la situacion de la parte mas
debil de la relacion.
CNCiv, Sala C, 6/9/88, "Parras, Norma I. c/Arzobispado de Buenos Aires", LL, 1989-
B-491, con nota de Eduardo L. Gregorini Clusellas, y Di, 1989-2-164.
17. El deber del hospital de reparar los daños ocasionados por el personal
médico es objetivo y directo, y descansa en la violación de una obligación de
seguridad generada por aplicacion del art. 501 del Cod. Civil.
CNCiv, Sala D, 9/8/89, "E, M. M. c/Hospital Jose A. Ramos Mejia", LL, 1990-E-416.
18. Existe, en virtud del art. 184 del Cod. de Comercio, una obligacion de
seguridad del transportista, obligacion que se mantiene durante todo el recorrido,
sea en viaje o en la paradas terminales intermedias, y cesa solo en el momento
que el viajero sale de la estacion de llegada.
CNCiv, Sala C, 10/10/89, "Taca, Dora E. c/Empresa Ferrocarriles Argentinos", LL,
1990-8-191.
19. Mediante el contrato de transporte, el porteador asume la obligacion de
llevar al pasajero sano y salvo hasta el lugar de destino, obligandose a brindar
durante el trayecto, y en el ascenso al vehiculo y descenso de el, las seguridades
necesarias para que no sufra en su integridad personal, debiendo acreditar, en
caso de accidente, las causas de liberacion de su responsabilidad contractual.
CNCiv, Sala A, 5/10/90, "Lopez Rotela de Alvarez, Zulma M. c/Empresa Almafuerte
Transportes SA y otro", LL, 1991-C-112, y DJ, 1991-2-174.
20. La obligacion de seguridad del transportador, que en materia ferroviaria
llevo a la creacion de una policia especializada, exigia trasladar sano y salvo al
pasajero al lugar de destino, deber que tambien imponia adoptar las medidas conducentes
para evitar que pudieran perpetrarse hechos delictuosos durante el viaje,
en la medida en que, supuesto el adecuado conocimiento de las condiciones en
que se realiza el transporte, tales hechos pudieran ser objeto de prevision y prevencion.
CSIN, 13/11/90, "Santamaria, Maria del Carmen c/Empresa Ferrocarriles Argentinos",
LL, 1991-8-526; DJ, 1991-2-58, y ED, 141-362.
21. En el contrato de transporte, el porteador asume su obligacion de llevar
al pasajero sano y salvo hasta el lugar de destino, obligandose a brindarle las
seguridades necesarias para que no sufra en su integridad fisica personal.
El hecho de que el tren circule con las puertas abiertas constituye una falta
grave al deber de seguridad que le es exigido. Por tanto, tal circunstancia impide
exonerar de su responsabilidad a la empresa transportadora.
Las condiciones precarias o anormales en que se presta el servicio de transporte
ferroviario, que obliga al pasajero a viajar en posiciones incomodas o peligrosas,
no pueden servir de eximente de responsabilidad, aun cuando la victima
haya cometido alguna infraccion al Reglamento General de Ferrocarriles.
CNCiv, Sala M, 6/5/94, "Fleitas, Samuel c/Empresa Ferrocarriles Argentinos", LL,
1995-8-310, y JA, l994-IV-510.
§ 25. REPARACIÓN DE DAÑOS EN ESPECIE O EN DINERO
1. La reparación del dano, preferentemente mediante "la reposición de las
cosas a su estado anterior", segun la directiva del art. 1083 reformado del Cod.
Civil, constituye un pago, y este, en el sistema de nuestra ley puede ser realizado
tanto por el deudor cuanto por un tercero interesado, y aun no interesado. Los
dos primeros gozan del llamado ius solvendi, en tanto que el tercero no interesado
solo puede pagar si el acreedor acepta el pago.
CNFedCivCom, Sala II, 29/5/81, "Kantier SA c/Sanchez Granel, Eduardo Obras de
Ingenieria SA y otra", JA, 1982-1-515.
2. El art. 1083 del Cod. Civil debe conjugarse con lo dispuesto en el art.
1071, parte r, cuando la pretension del damnificado para que se restablezca exactamente
la situacion al estado anterior ocasione un gasto que excede en demasia
el desmedro del valor del bien danado y, por ende, se convierte en un perjuicio
injustificado para el autor del hecho.
CNEspCivCom, Sala V, 25/6/81, "Aguero, Rodolfo H. c/Nagger, Emilio L. y otro",
ED, 96-245.
6. Las injurias retractadas y la difusion masiva y publica de dicha retractacion
constituye una reparacion en especie del dano moral, como lo afirma el codificador
en la nota del art. 1083 del Cod. Civil.
CNCiv, Sala B, 22/8/85, "Demaro, Juan C. c/Nimo, Guillermo J.", LL, 1986-A-385,
y Di, 1986-1-720.
7. La retractacion de las injurias o calumnias inferidas mediante medios
periodisticos o de comunicacion social, que se publican en el mismo u otro
medio periodistico para desagraviar al damnificado del hecho ilicito contra su
honor, constituyen un modo de reparacion por equivalente no dinerario en los
terminos del art. 1083 del Cod. Civil, y por eso constituyen algo asi como un
complemento del resarcimiento del dano provocado por la ofensa.
CNCiv, Sala A, 19/9/85, "Brater de Jimenez, Luisa S. y otra c/Editorial Sarmiento SA
y otro", LL, 1986-D-647, 37.357-S, y ED, 116-301.
8. Al cobrar para si uno de los medicos la totalidad de los honorarios por
la atencion medica clinica prestada al paciente en el nosocomio, a pesar de conocer
su falta de derecho a percibirlos, cometio un hecho ilicito que compromete
la responsabilidad de su representada (art. 43, Cod. Civil), por todos los daños
sufridos por el otro profesional, traducidos estos en el importe proporcional que
a este correspondia en concepto de honorarios, conforme al principio de reparacion
en especie receptado por el art. 1083 del Cod. Civil.
CCivCom Rio Cuarto, 29/4/88, "Caceres, Ruben A. c/Centro Medico Privado SRL",
LLC, 1988-928.
§ 26. CESACIÓN DE LAS MOLESTIAS (ARTICULO 2618, CÓDIGO CIVIL)
1. El ruido que se produce al realizar las operaciones de carga y descarga
de los camiones y el depósito de las mercaderias en el local de la empresa; los
golpes al apoyar toneles y otros articulos pesados en el muro medianero que
separa la vivienda del actor, produciendo efectos perniciosos para la tranquilidad
de este y su familia, y tambien el comportamiento grosero, desconsiderado y agresivo
de los operarios; todo ello crea un cuadro de intolerables incomodidades que
caben ser subsumidas por el art. 2618 del Cod. Civil.
CNCiv, Sala C, 13/8/81, "Arce, Martin G. y otro c/Empresa de Transporte 'El Guarani'
SA", ED, 96-482.
2. Si bien la reforma de la ley 17.711 al art. 2618 del Cod. Civil no reprodujo
la última parte, que disponia que la indemnizacion se determinaba segun el
perjuicio material causado a las propiedades vecinas y según la disminución
del valor locativo o venal que ellas sufrieran, debe seguirse interpretando de similar
manera, sobre todo que, en la especie, el interés publico comprometido y el
beneficio que la obra pública otorga a la comunidad debe primar sobre los intereses
meramente particulares.
CNCiv, Sala F, 16/2/84, "Clifton Goldney, Tomas A. y otros c/Municipalidad de la
Capital", ED, 108-638.
3. El art. 2618 del Cod. Civil preve decretar la cesacion de las molestias o
la indemnizacion; en tal caso debe entenderse que esta ultima procede cuando la
supresion de aquellas debiera ocasionar la cesacion de una actividad util y benefiosa
para el interes general; pero, si ademas de las molestias existen daños que
han sido verificados en el juicio, independientemente de las medidas tomadas para
hacerlas cesar, es permitido fijar una indemnización por los perjuicios sufridos.
SCBA, 21/8/79, "Sciutto, Dualdo c/Club Universitario de La Plata", DJBA, 117-226.
4. Las disposiciones del art. 2618 del Cod. Civil —con la reforma introducida
por la ley 17.711, en cuanto se refiere a las molestias ocasionadas por el
humo, calor, olor, luminosidad, ruidos, vibraciones o danos similares—, apuntan
a las relaciones de vecindad que se producen normalmente en los predios urbanos,
y ello esta corroborado por centenares de casos jurisprudenciales producidos aun
antes de la reforma al Codigo Civil. Pero ello no obsta que eventualmente esta
situación también pueda darse en las relaciones de vecindad de los predios rusticos,
desde que por principio general todo dano causado debe ser indemnizado
(art. 1109, Cod. Civil).
CApel Junin, 26/3/80, "Etcheto, Pedro c/La Colonia Coop. Agropecuaria de Juan B.
Alberdi", DJBA, 121-41.
5. El nuevo texto del art. 2618 del Cod. Civil, establece que el humo, calor,
olores, luminosidad, ruidos, vibraciones o danos similares procedentes de inmuebles
vecinos no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones
del lugar. Mientras no se colme la medida, hay para los vecinos un deber de paciencia, ya que la vecindad en
pueblos y ciudades suele traer aparejadas algunas incomodidades, que, si son tolerables, deben aceptarse
como un precio, a veces duro, de la civilizacion moderna (en el caso, se trata de los ruidos, vibraciones y
demas emanaciones que despiden los aparatos de aire acondicionado colocados en la pared pertenecientes
al consorcio demandado).
CNCiv, Sala A, 22/5/80, "Consorcio de Propietarios Lavalle 2020/22/24 c/Consorcio
de Propietarios Lavalle 2016/18", LL, 1980-D-616, y ED, 89-374.
6. La empresa codemandada no puede agraviarse con exito de la sentencia
que la condena, juntamente con la otra sociedad accionada a reparar el daño moral
ocasionado por las actividades molestas de esta ultima a un vecino (art. 2618,
Cod. Civil), a pesar de la distancia existente entre su establecimiento y el de aquella,
si en la demanda expresamente se invoco que ambas sociedades se encuentran
vinculadas desde el punto de vista economico-societario, y esta afirmacion no fue
negada especificamente en el responde, siendo corroborada mediante su confesión
ficta, a lo que se anade que ambas empresas expresan agravios en forma conjunta
con la misma representacion y patrocinio. Todo ello permite tener por acreditada
la vinculación juridica y economica de las codemandadas, lo que las hace recíprocamente responsables.
Cabe tener por acreditado que las actividades molestas realizadas en el inmueble
de la demandada —industria frigorifica— excedian la normal tolerancia exigible a los vecinos (art. 2618,
Cod. Civil), si los testimonios prestados dan suficientes
razones de la existencia de ruidos —de dia y de noche— y emanaciones con
olor a amoníaco proveniente de aquellas instalaciones, al punto que la propia empresa
accionada realizó luego modificaciones para corregir ruidos y vibraciones;
a esto se anade que tambien la municipalidad intimo a la demandada para que
procediera a la eliminacion de ruidos molestos (en el caso, las molestias ya habiani
cesado al momento de interponerse la demanda, reclamando el actor la reparacion
del dano moral ocasionado por las sufridas con anterioridad).
El art. 2618 del Cod. Civil se refiere al humo, al calor, olores, luminosidad,
ruidos, vibraciones o danos similares por el ejercicio de actividades causantes en
los inmuebles vecinos, tratandose de lo que en doctrina se conoce con el nombre
de "inmisiones", y cuya enumeracion, aunque amplia en nuestro Codigo, aun asi
es simplemente enunciativa, por desprenderse ello de la propia terminologia del
legislador, al referirse a los "danos similares" despues del catalogo de molestias
que enuncia.
CNCiv, Sala F, 28/7/80, "Scardigli, Vico L. T. c/Frigorifico Guardia Nacional y otro",
LL, 1980-D-200.
7. Mientras las molestias que ocasionen los ruidos de los inmuebles vecinos
no excedan las que cabe aceptar segun la "normal tolerancia", de acuerdo a lo
dispuesto por el art. 2618 del Cod. Civil, no le sera debida al reclamante indemnizacion
de los danos previstos por la propia norma.
A traves de la economia del art. 2618 del Cod. Civil han de conjugarse relevantes
valores objetivos y subjetivos que hacen al criterio de su aplicacion. Tal
ocurre con lo que cabe entender por normal tolerancia, que, a no dudar, puede
ser de muy distinta concepcion segun cualidades, temperamento y aun personalidad
de quienes deben aceptar la medida fijada por la ley.
En el art. 2618 del Cod. Civil —en orden al ejercicio de actividades en inmuebles
vecinos— son relevantes las pautas como la que senala la necesidad de
no exceder la normal tolerancia y la que determina que debe ser acorde con el
uso regular de la propiedad, ponderandose la prioridad que a su respecto pudiese
invocarse.
CNCiv, Sala A, 20/5/83, "Molina, Juan C. c/Pontoniero, Oscar A.", LL, 1984-A-120,
y JA, 19834V-143.
8. El art. 2618 del Cod. Civil otorga al juez amplias facultades, bien sea
para fijar una indemnizacion, bien para ordenar la cesacion de las molestias. Obviamente si, como en el
casus, la supresion de la actividad se hace imposible,
pues existe un claro interes social comprometido, debera optar por lo primero,
esto es, el resarcimiento de los perjuicios ocasionados (en el caso se reclama indemnización por las
molestias provenientes de la construccion de una autopista).
Para la aplicacion del art. 2618 del Cod. Civil es ineludible la comunicación
fehaciente (por carta documento, telegrama u otra via idonea) haciendo saber el
reclamo pertinente. Por lo demás, el requisito indispensable para la procedencia
del resarcimiento es la existencia probada del daño. En ese sentido, y conforme
la redacción originaria de la norma referida, esta, en su última parte, disponía
que la indemnizacion se determinaba segun el perjuicio material causado a las
propiedades vecinas y segun la disminucion del valor locativo o venal que ellas
sufrieran. Si bien esto último no fue reproducido por la reforma de la ley 17.711,
debe seguirse interpretando de similar manera, sobre todo porque en la especie,
el interes público comprometido y el beneficio que la obra publica otorga a la
comunidad debe primar sobre los intereses meramente particulares.
CNCiv, Sala F, 16/2/84, "Clifton Goldney, Tomas A. y otros c/Municipalidad de la
Capital", LL, 1986-A-649; JA, 1984-IV-101, y ED, 108-638.
9. La responsabilidad que emerge del art. 2618, ya sea que se considera
que tiene su fundamento en el uso abusivo o antifuncional de los derechos previsto
en el art. 1071 del Cod. Civil, o que deriva del principio general del art.
1113, no exige elemento subjetivo algudo. La responsabilidad no nace en estos
casos porque el acto este prohibido por la ley expresamente, sino porque esta
vedada la ejecucion u omision de conductas que puedan interferir en la esfera
patrimonial o moral de otra persona, generando el entuerto perjudicial o danoso.
SCBA, 27/11/84, "Caja de Prevision Social para Procuradores c/Lubokor SRL y
otros", LL, 1986-A-646; DJBA, 128-297; JA, 1985-IV-451, y ED, 114-671.
10. Acerca de las molestias que exceden la normal tolerancia, el art. 2618
del Cod. Civil estatuye que, segun las circunstancias, los jueces pueden disponer
la indemnizacion de los danos y la cesacion de tales molestias; pero del texto
legal no surge que esas facultades sean excluyentes o que la norma imponga una
alternativa o disyuntiva, porque el precepto otorga al juez la facultad de adoptar
una medida o la otra, o ambas, segun las circunstancias y conforme a la magnitud
de las molestias, a la posibilidad de hacerlas cesar, al dano causado, ya preterito,
o la necesidad de impedir que continuen danando en el futuro.
No resulta antitetico aplicar —en virtud de lo dispuesto por el art. 2618 del
Cod. Civil— la orden de cesacion de las molestias y el pago de danos y perjuicios,
cuando estos encajan en los principios generales del responder civil, y la imposicion
de una indemnizacion hasta que se supriman las molestias, no encuentra
obstaculo en la idea de la alternatividad, pues, mas que acumulativamente, la indemnizacion
y la efectivizacion de la condena a cesar en las molestias estan operando
sucesivamente (del fallo de primera instancia).
CrCivCom La Plata, Sala I, 5/6/86, "Sarti, Lido E. c/Ravagnan, Juan C. y otro", LL,
1987-B-597, 37.620-S, y JA, 1986-IV-139.
11. El art. 2618, parr. 2°, del Cod. Civil confiere al juez amplias facultades,
ya que puede disponer la cesacion de las molestias, la indemnizacion de los danos,
o ambas medidas al mismo tiempo, conforme a la magnitud de las molestias,
a la posibilidad de hacerlas cesar o al dano que causen, segun las circunstancias
del caso. Es decir, reparar el dano preterito e impedir que se siga produciendo.
SCBA, 24/11/87, "Sarti, Lido E. c/Ravagnan, Juan C. y otro", LL, 1988-B-475, y DJ,
1988-2-291.
12. El art. 2618 del Cod. Civil contempla las "inmisiones" inmateriales que
se distinguen no solo de los materiales, sino tambien de las influencias. El distingo
reviste la mayor trascendencia, pues aquellas deben ser soportadas, salvo
cuando excedan la normal tolerancia; en tanto que las inmisiones corporeas (liquidos
o cuerpos de mayor tamano o peso) no necesitan ser consentidas en medida
alguna.
CCivCom Rio Cuarto, 16/12/86, "Centro de Empleados de Comercio de Laboulaye c/
Magnasco y Cia. Ltda. SA, Luis", LLC, 1987-602.
27. CESACIÓN DEL DAÑO AL DERECHO PERSONALÍSIMO
(ARTICULO 1071 "815", CÓDIGO CIVIL)
1. Los agravios morales penetran en la esfera de los derechos personalisimos
y su reparación es lo propio de tales derechos. La reparacion por violación
de la imagen (art. 31, ley 11.723), de la intimidad (art. 1071 bis), del honor o de
la integridad fisica, esta frecuentemente destinada a indemnizar el dano moral.
CNCiv, Sala F, 1/8/79, "Nitti, Teodoro c/Olmos, Juan C. y otros", JA, 1980-1-161, y
ED, 85-161.
2. Si el nombre constituye un valor en lo juridico, en lo economico y en lo
social, importa tanto que esa unidad valiosa aparezca al solo enunciado de una
palabra sin equivoco ni confusion posible; su patronimico nombre de familia debe
ser, por lo tanto, respetado por todos (erga omnes). Si en cambio se lo utiliza
innecesariamente por el autor y creador de un muneco para designar un personaje
de fantasia a quien lo intitula "Dragoncito Chipy", no cabe duda de que en forma
arbitraria y maliciosa se entromete en la vida ajena de cualquier familia Chipy,
perturbando su intimidad (art. 1071 bis, Cod. Civil), estimulando, como consecuencia
de la publicidad, comparaciones equivocas y mortificantes, que sin duda
producen un perjuicio moral y material.
CNCiv, Sala B, 27/10/80, "Chipy, Aida N. y otras c/Producciones Garcia Ferre", LL,
1981-A-178; id., id., 27/10/80, "Chipy de Baamonde Flia. L. y otros c/Producciones
Garcia Ferre y otros", LL, 1981-A-178, ver nota 1.
3. Es rernarcable la actuacion normativa, pues en variadas circunstancias la
ley civil protege el honor mas alla de la comision penal de un delito. Por ejemplo,
cuando en el art. 1071 bis del Codigo Civil se estatuye que es violacion del
derecho a la intimidad el entrometimiento en la vida ajena que importa mortificar
en las "costumbres o sentimientos"; cuando en el art. 67, inc. 5°, de la ley 2393
se sanciona con divorcio por injurias graves; o, por ello mismo, la revocacion de
un legado por ingratitud, del art. 3843, inc. 2°, del Cod. Civil, o de la donacion
del art. 1858, inc. 2°, la accion de contestacion de nombre, cuando es usurpado
segun art. 21 de la ley 18.248.
CNCiv, Sala C, 19/12/80, "Koselstein, Adolfo R. c/Ramos, Blanca A.", LL, 198I-C-
38; JA, 1981-11-709, y ED, 92-456.
4. El derecho a la intimidad, ya sea a la luz del art. 32 bis del Cod. Civil
(vigente en el momento de la traba de la litis) o del art. 1071 bis del mismo
Codigo, que reemplazo al anterior (ley 21.173), es el derecho de toda persona a
que se le respete en su vida privada y familiar, y a evitar injerencias arbitrarias
en la zona espiritual intima y reservada de una persona. Se hieren las afecciones
legitimas del ofendido o producen dolor, angustia y humillacion (del fallo de primera
instancia).
La responsabilidad declarada en la sentencia de primera instancia, circunscripta
al art. 1071 bis del Cod. Civil, seria ajena al reproche que cabria hacer a
las agencias de publicidad. No serian ellas coautoras de un mismo hecho, en
situacion que pudiera otorgar al demandado la accion de regreso del art. 1109 del
Cod. Civil.
La circunstancia de que los testigos sean dependientes de la agencia de publicidad
no los descalifica, pues la culpa de los integrantes de la agencia en no
tomar todos los recaudos necesarios para cerciorarse de la autenticidad del supuesto
fallecimiento del actor, o de documentar la persona que se responsabilizara
por el aviso, estaria dirigida a una responsabilidad diferente de la del autor de la
broma funesta. La agencia habria debido responder en los terminos de los arts.
1066, 1067, 1109 y 1113 del Cod. Civil, y el inventor de la broma por el art. 1071
bis. Una culpa no quedaria excusada con la otra.
CNCiv, Sala C, 22/4/81, "Aldama, Angel c/Souvenir Publicidad SRL y/u otro", LL,
1981-D-447, con nota de Jorge Mosset Iturraspe, y JA, 1981-11-687.
5. Las turbaciones a la intimidad de la morada ajena, quedan comprendidas
en la prevision del art. 1071 bis del Cod. Civil en cuanto esa norma preve toda
perturbacion de la intimidad, y por cierto que los danos materiales que condujeron
a la necesidad de que la actora abandonara la casa donde vivia hasta entonces han
importado —objetivamente— un menoscabo a su morada, que debe ser reparado.
CNCiv, Sala A, 14/6/84, "Rebagliati de Del Rio, Maria I. c/Doboe SRL", ED, 110-466.
6. Si los hechos sobre los que versan la demanda y la sentencia son los
mismos, y su calificacion de atentatorios del derecho a la intimidad de la actora
—aceptada por el fallo impugnado— fue expresamente invocada por aquella, al
igual que su pretension de ser indemnizada por el dano moral sufrido, la circunstancia
de que la querellante no haya invocado el art. 1071 bis del Codigo no obsta
a su aplicacion, en virtud del principio jura novit curia.
TS Cordoba, Sala Penal, 12/6/85, "Pedernera, Temistocles", LLC, 1986-193.
7. La obtencion y la difusion de la pelicula conformaron un modo de perturbacion
de la intimidad de los actores, aunque no haya existido en ello una
actitud dolosa, quedando la conducta de los dependientes de la empresa productora
encuadrada en las previsiones del art. 1071 bis del Cod. Civil.
CNCiv, Sala B, 30/6/86, "Weil, Andres D. c/Sevel Argentina SA y otros", LL, 1986-
E-617, con nota de Jorge Bustamante Alsina.
8. Frente a la notable vinculacion existente entre el derecho a la intimidad
y el derecho al honor, nada impide que este ultimo encuentre una proteccion adicional
en el art. 1071 bis del Cod. Civil, que permite como forma de reparacion
no excluyente la publicacion de la sentencia. En disidencia, el doctor Caballero
entiende que no es procedente la condena a publicar la sentencia, con fundamento
en el art. 1071 bis del Cod. Civil, pues esta norma no apunta a tutelar el honor,
ni todos los derechos personalisimos, sino que se refiere especificamente a los
casos en que se hubiera perturbado la intimidad ajena, lo que las circunstancias
del caso revelan que no ocurrio.
CSJN, 12/3/87, "Costa, Hector R. c/Municipalidad de la Capital y otros", LL, 1987-
B-269; LLC, 1987-325, y DJ, 1987-2-83.
9. El art. 1071 bis del Cod. Civil modificado por la ley 21.173, expone
varios supuestos de intromision arbitraria en la vida ajena, tales como publicar
retratos, difundir correspondencia, mortificar en sus costumbres, pero agrega que
lo mismo sucedera cuando de cualquier forma se perturbe su intimidad.
CApelCivCom Junin, 7/5/87, "Chidichimo de Zubeldia, Ursulina c/Tenta, Anibal",
DI, 1988-1-365.
10. Las leyes protectoras de los derechos personalisimos, como la ley
11.723, en su art. 31, al igual que el art. 1071 bis del Cod. Civil, contienen normas
que reglamentan el ejercicio de diversos derechos, precisamente para amparar
otros derechos de igual o mayor jerarquia, lo cual no significa admitir ninguna
clase de censura previa, sino la posterior derivada de una conducta no razonable.
Tanto el art. 31 de la ley 11.723 como el art. 1071 bis del Cod. Civil, protegen
el derecho a la intimidad, amparando el primero especificamente la proteccion
a la imagen, y el segundo sancionando el entrometimiento arbitrario en la
vida ajena. Si bien la funcion tuitiva de una y otra norma puede no coincidir,
en otros casos ello si ocurre.
En las condiciones consagradas en el art. 31, parr. ultimo, de la ley 11.723
la publicacion de la fotografia de la ganadora del certamen de fisicoculturismo
no podria generar agravio alguno, pero cuando es apartada de su contexto para
tenirla de claro contenido erotico, divulgandola en un revista de tales caracteristicas,
se provoca el desmedro a la dignidad que protege el art. 1071 bis del Cod.
Civil.
CNCiv, Sala A, 27/10/87, "Medina de Bruschi, Patricia c/Editorial Inedita SA y otro",
LL, 1988-B-375, con nota de Jorge Mosset Iturraspe, voto de la doctora Luaces.
11. El derecho a la intimidad, que enraiza en el art. 19 de la Const. nacional
y se reglamenta en el art. 1071 bis del Cod. Civil, es un derecho personalisimo
que permite sustraer a la persona de la publicidad y de otras perturbaciones a sus
sentimientos y vida privada, limitado por las necesidades sociales y los intereses
publicos. En tal sentido, cabe considerar entre los elementos de proteccion las
manifestaciones de la persona que no deben ser pasibles de ataque, en particular
ante circunstancias estrictamente personales, pues las ofensas pueden materializarse
por "injurias en la vida propia, como la de ser acosado, con declaraciones
falsas o fuera de lugar, el hostigamiento o acoso con interrogaciones indebidas".
CNCiv, Sala C, 5/4/88, "Farina, Ernesto A. c/Sociedad Tipografica Bonaerense", LL,
1990-A-174, con nota de Maria D. Pereiro.
12. El ordenamiento juridico nacional permite que el honor afectado encuentre
una proteccion adicional —independiente del derecho a obtener el resarcimiento
de los danos sufridos— en el art. 1071 bis del Cod. Civil, que autoriza
como forma de reparacion no excluyente la publicacion de la sentencia.
CSJN, 1/12/88, "Sanchez Abelenda, R. c/Ediciones de La Urraca SA y otro", LL,
1989-B-551, con nota de Carlos E. Colautti; LLC, 1989-672; Di, 1989-1-501, y ED, 131-
547, voto del doctor Petracchi.
13. El art. 1071 bis del Cod. Civil contempla, mas alla de la revelacion de
secretos o de intromisiones en lo reservado e intimo, los ataques u ofensas que
"mortificando a otros en sus costumbres o sentimientos" perturben de cualquier
modo su intimidad. Esta causa completa el cuadro legal y lo extiende a los aspectos
privados que mas que todo danan por el ridiculo, la afliccion que producen,
el apesadumbramiento que ocasionan. Es decir, si superando la mera revelacion
de lo privado se acentua la lesion por la molestia que produce, prevalece este
segundo aspecto y la cuestion roza y hasta se confunde con la preservacion de la
estima propia.
De acuerdo a lo que preve el art. 1071 bis, in fine, del Cod. Civil, cabe la
publicacion de la sentencia si tal medida fuese procedente para una adecuada reparacion.
La improcedencia se patentiza con nitidez si se merita que con la nueva
publicacion no se contribuiria a reparar la ofensa a su privacidad soportada
por la actora, sino que paradojicamente se volveria a penetrar en ella por una
suerte de incomprensible resarcimiento (del voto del doctor Alterini).
La difusion de un pronunciamiento condenatorio (en los terminos del art.
1071 bis, Cod. Civil), es apropiada cuando la violacion ha significado destacar
hechos deformados, erroneos o falsos, pues aquella medida servira como medio
para la correspondiente rectificacion publica de las distorsiones lesivas de la intimidad.
CNCiv, Sala C, 27/6/89, "F., M. J. c/Editorial Perfil SA y otros", LL, 1989-E-42, con
nota de Jorge Bustamante Alsina.
14. Las medidas cautelares en si mismas no pueden agotar la instancia, sino
que por su propia naturaleza constituyen un anticipo de la garantia jurisdiccional
que se intenta obtener en forma definitiva. Su finalidad no es otra que
hacer eficaces las sentencias que en definitiva recaigan en los procesos. Ello
cobra especial relevancia en el caso del art. 1071 bis del Cod. Civil, en la medida
en que uno de los remedios acordados es justamente el cese de la perturbacion y
que no es posible acordarlo exclusivamente a traves de la precautoria.
JuzgNacCiv n° 58, 13/4/92, firme, LL, 1992-E-355.
15. El art. 1071 bis del Cod. Civil, que se apoya en el art. 19 de la Const.
nacional, baluarte de la sociedad libre, autoriza una proteccion integral preventiva,
inhibitoria y reparadora del ambito de privacidad y del honor, que se impone
como limite al poder estatal y a la accion de los particulares que dominan los
medios masivos de comunicacion social.
CNFedCivCom, Sala II, 3/7/92, "Servini de Cubria, Maria R.", LL, 1992-D-112.

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