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En el juicio por indemnización de daños y perjuicios, intentado ante el Juzgado Segundo de

Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del


Área Metropolitana de Caracas, por la sociedad de comercio HYUNDAI DE
VENEZUELA, contra la empresa HYUNDAI MOTOR COMPANY, de la República de
Corea

Amparados por el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia en la interlocutoria recurrida la infracción del ordinal 11° del artículo 346
del Código de Procedimiento Civil, por errónea interpretación, en concordancia con
los artículos 351 y 356 con apoyo en los siguientes argumentos:

“Hyundai de Venezuela”, si contradijo de forma clara la cuestión previa opuesta por la


demandada “Hyundai Motor Company”, prevista en el ordinal 11° del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil y, que en el ordenamiento venezolano no existe prohibición
clara de la Ley de admitir la demanda propuesta  como se resaltó en la sentencia
parcialmente transcrita, la cláusula contractual alegada, no era aplicable a la presente causa.

Conforme a los trascrito, la Sentencia Interlocutoria Recurrida (sic) interpreta que el


ordinal 11° del artículo 346 exige que la prohibición de admitir la acción ha de ser
“expresa”, esto es, deberá constar explícitamente en algún texto legal, lo cual es
absolutamente inexacto; de una parte, porque el texto de la norma no emplea el
calificativo de “expresa” que se le quiere atribuir; y de la otra, porque la naturaleza de las
cosas impone que aún cuando la prohibición no exista en esa forma expresa, puede ser
perfectamente inferida por el juez según las diferentes circunstancias y normativas que
puedan confluir en el tratamiento del caso particular.
 
En este sentido, de que no hay acción y por ende es inadmisible la demanda, no sólo en los
casos en que la ley de manera expresa así lo establece, sino también que hay otros
supuestos en que ésta (la acción) es inadmisible, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia ha establecido, en sentencia con carácter vinculante y normativo, lo
siguiente:
 
“…FALTA DE ACCIÓN E INTERFERENCIA EN LA CUESTIÓN
JUDICIAL
 
La acción está sujeta  al cumplimiento de una serie de  requisitos de existencia y validez,
que al constatarse su incumplimiento, la hacen rechazable. Algunos de ellos los señala la
ley, mientras que otros provienen de los principios generales del derecho.
 
En sentido general, la acción es inadmisible:
1) Cuando la ley expresamente la prohíbe, tal como lo prevé el artículo 346, ordinal 11°
del Código de Procedimiento Civil .
2) Cuando la ley expresamente exige determinadas causales para su ejercicio, y éstas no
se alegan (artículo 346 ordinal  11º ya señalado).
3) Cuando la acción no cumple  con los requisitos  de existencia o validez  que la ley o
los principios generales del derecho procesal le exigen. Ante estos incumplimientos, la
acción debe ser rechazada.
 4) Dentro de la clasificación anterior (la del número 3), puede aislarse otra categoría,
más específica, de causales de inadmisibilidad de la acción, y es que ella se utilice para
violar el orden público o infringir las buenas costumbres…
Por otra parte, la acción incoada con fines ilícitos necesariamente debe ser inadmisible, si
ello lo alega una parte o lo detecta el juez…
Pero también existe ausencia de acción, y por aparente debe rechazarse, cuando el
accionante no pretende que se le administre justicia su petición es que un órgano no
jurisdiccional, o de una instancia internacional ajena a la jurisdicción nacional, conozca y
decida la causa...
 
Por último, y al igual que las de los números anteriores se trata de situaciones que
señala la Sala a título enunciativo y que no impiden que haya otras no tratadas en este
fallo, debe la Sala apuntar que los escritos de demanda que atenten contra la majestad de
la justicia y contra el Código de Ética Profesional del Abogado (en cuanto a lo que
suscribe el profesional del derecho), influyen también sobre el derecho a la acción.
Tratándose la acción de un presupuesto procesal para acceder a la jurisdicción, su falta
o su inadmisibilidad puede ser declarada en cualquier estado y grado del proceso,
inclusive en casación, y estos ejercicios de la acción con fines ilícitos, el juez debe
calificarlos, y máxime este Tribunal Supremo, en cualquiera de sus Salas (Tribunal
Supremo de Justicia. Sala Constitucional. Sentencia de fecha 18 de mayo de 2001. Exp. N°
00-2055) (Resaltados del texto). 
 
Como se puede observar, la interpretación que hace
la Sentencia (sic) Interlocutoria (sic) Recurrida (sic) del ordinal 11° del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, contradice en un todo lo establecido por la sentencia antes
citada, que tiene carácter vinculante, puesto que ésta última de manera expresa establece
que la acción es inadmisible no sólo cuando la ley expresamente la prohíbe (sic), sino que
enumera una cantidad de supuestos diferentes, y que además señala que “se trata de
situaciones que señala la Sala a título enunciativo y que no impiden que haya otras no
tratadas en este fallo”.

En fuerza de las anteriores consideraciones y las que no fueron mencionadas en este


análisis, este Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en
Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la Ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación anunciado por la parte
demandada contra la sentencia interlocutoria de fecha 5 de octubre de 2001, proferida
por el Juzgado Superior Noveno en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas; y  CON LUGAR el recurso de casación
anunciado por la parte demandada contra la sentencia definitiva dictada el 27 de marzo de
2007, por el referido Juzgado Superior. En consecuencia, se decreta la NULIDAD del fallo
definitivo recurrido, y se ordena al juzgado superior que resulte competente dictar nueva
sentencia sobre el fondo corrigiendo el vicio aquí censurado.

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