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LA PROHIBICIÓN DE LA LEY DE ADMITIR LA ACCIÓN PROPUESTA O

CUANDO SÓLO PERMITE ADMITIRLA POR DETERMINADAS CAUSALES


QUE NO SEAN DE LAS ALEGADAS EN LA DEMANDA
346 CPC No. 11
Finalmente, en cuanto a la excepción opuesta contenida en el ordinal
11° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, referente a la
prohibición de admitir la acción propuesta con base a la argumentación
sostenida, éste Juzgador considera oportuno traer a colación dos sentencias
que abarcan y clarifican lo que concierne a este supuesto de defensa previa;
la primera dictada en Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
bajo la ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera en fecha 18 de
mayo de 2001 la cual ha dejado asentado:

“(…) En sentido general, la acción es inadmisible: 1) Cuando la ley así lo


prohíbe… 2) Cuando la ley expresamente exige determinadas causales para
su ejercicio, y estas no se alegan… 3) Cuando la acción no cumple con los
requisitos de existencia o validez que la ley o los principios generales del
derecho procesal le exigen… Ello sucede, por ejemplo, cuando en el
demandante o en el demandado no existe interés procesal… 4) Dentro de la
clasificación anterior (la del numero 3) puede aislarse otra categoría, mas
especifica, de causales de inadmisibilidad de la acción, y es que ella utilice
para violar el orden público o infringir las buenas costumbres… 5) Por otra
parte, la acción incoada con fines ilícitos … 6) Pero también existe ausencia
de acción, … cuando … Se está accediendo a la justicia exactamente para lo
contrario, para que no se administre. Se acude a la jurisdicción, para que
esta no actúe… 7) Por último, y al igual que las de los números anteriores se
trata de situaciones que señala la Sala a titulo enunciativo…, debe la Sala
apuntar que los escritos de demanda que atenten contra la majestad de la
justicia y contra el Código de Ética Profesional del Abogado (en cuanto a lo
que suscribe el profesional del derecho), influyen también sobre el derecho
de la acción (…)”.

Con relación a la segunda dictada en Sala Político Administrativa de nuestro


más alto Tribunal de Justicia, expediente Nº 15121 de fecha 26 de febrero
de 2002, que señala lo siguiente:

“(…) la referida cuestión previa, resulta necesario destacar que la misma,


debe proceder en criterio de la Sala, cuando el legislador establezca -
expresamente- la prohibición de tutelar la situación jurídica invocada por la
persona que en abstracto coloca la norma como actor, o bien, como lo ha
indicado reiteradamente la Sala de Casación Civil, cuando aparezca
claramente de la norma, la voluntad del legislador de no permitir el ejercicio
de la acción. Siendo ello así debe entonces, precisarse en esta oportunidad
que -en sentido lato- la cuestión previa contenida en el ordinal 11° del
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, comprende tanto a las
situaciones en las que una disposición legal no otorgue acción (la excluya
expresamente) como cuando la ley la somete al cumplimiento de
determinados requisitos de admisibilidad. En efecto, aunque en sentido
estricto cabe diferenciar entre las demandas que estén prohibidas
expresamente por la Ley o que bien aparezca clara la intención del
legislador de prohibirlas, de aquellas demandas cuya admisibilidad está
sujeta al cumplimiento de cierta clase de requisitos, lo cierto es que tanto
en uno como en otro caso estamos en presencia de supuestos de
inadmisibilidad de la demanda por así disponerlo la Ley. (...) el elemento
común para considerar prohibida la acción es precisamente la existencia de
una disposición legal que imposibilite su ejercicio. Cuando ello sucede así la
acción y consecuentemente la demanda, no podrá ser admitida por el
órgano jurisdiccional. No obstante, en criterio de la Sala no debe
confundirse la existencia de una disposición expresa de la Ley que impide el
ejercicio de la acción, con otras disposiciones del ordenamiento jurídico que
exijan el cumplimiento de requisitos previos para poder admitirse las
demandas. Efectivamente, existe una serie de normas procesales que
exigen al actor el cumplimiento de requisitos previos o la presentación de
documentos específicos para que el juez admita la demanda. Es lo que en
doctrina se denomina como documentos-requisitos indispensables para la
admisión de la demanda. En tales supuestos la ley asigna a esos
instrumentos, no solo la función de medios de pruebas sino que los requiere
para realizar un determinado acto procesal, como lo sería la admisión de la
demanda (…)”.

La prohibición de la ley de admitir la acción propuesta o cuando sólo se


permite admitirla por determinadas causales que no sean de las alegadas
en la demanda pueden ser absolutas o relativas según la pretensión de la
demanda sea inadmisible o que sólo se admita en casos determinados. La
prohibición absoluta es cuando la ley elimina toda posibilidad de intentar la
acción, negando en esa forma el derecho mismo que se quiera hacer valer
con la demanda, como ocurre en el caso de las obligaciones nacidas por
ganancias en juegos de suerte o azar, mientras que la prohibición relativa
reconoce la existencia del derecho pero permitiendo su pretensión procesal
sólo por determinadas causales o sometiendo tal posibilidad a condiciones
y requisitos sin los cuales no podrá esgrimirse, como por ejemplo en el caso
de la demanda esponsalicia, cuando se deja de acompañar la escritura
pública en que se hayan pactado los esponsales o los carteles fijados, y las
demandas que deban cumplir con ciertos condicionamientos y/o requisitos
para su accionar.
En segundo lugar, la representación judicial de la parte demandada promovió la
cuestión previa contenida en el ordinal 11º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, referente a la Prohibición de la Ley de admitir Acción
Propuesta, o cuando sólo permite admitirla por determinadas causales que no
sean alegadas en la demanda, en base a ello señaló:
“… en concordancia con el artículo 5 del DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA
DE LEY CONTRA EL DESALOJO Y LA DESOCUPACIÓN ARBITRARIA DE VIVIENDAS,
publicada en Gaceta Oficial Nº 39.668, de fecha 6 de mayo de 2011. En efecto el
decreto invocado establece entre otras normas lo siguiente:
Objeto. Artículo 1: …(omissis)…
Sujetos objeto de protección. Artículo 2: … (omissis)…
Ámbito de aplicación: Artículo 3: … (omissis)…
Restricción de los desalojos y desocupación forzosa de viviendas. Artículo 4: …
(omissis)…
Procedimiento previo a las demandas. Artículo 5: … (omissis)…
…el artículo invocado por esta representación judicial como prohibitivo para la
admisión de la presente acción, establece claramente que “cualquier acción
judicial” capaz de generar como consecuencia la pérdida de la posesión o
tenencia de un inmueble destinado a vivienda principal, debe cumplir un
procedimiento previo de carácter administrativo ante la Superintendencia
Nacional de Vivienda (SUNAVI) adscrita al Ministerio con competencia en materia
de Hábitat y Vivienda, de manera que la actora debió acompañar al libelo de
demanda copia certificada del procedimiento administrativo del cual pueda
evidenciarse el cumplimiento del procedimiento administrativo previo a la
demanda, con todos los extremos legales exigidos ante dicha institución y al no
observarse prueba alguna de este requerimiento contemplado en el artículo 5 del
DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY CONTRA EL DESALOJO Y LA
DESOCUPACIÓN ARBITRARIA debe forzosamente sentenciarse la procedencia de
la Cuestión Previa promovida en contra de la demandante y no admitirse la acción
hasta que se acompañe prueba del cumplimiento del procedimiento
administrativo ante la SUNAVI …”
Al respecto, advierte esta Juzgadora que como quiera que la parte actora no
contradijo esta cuestión previa, tal y como lo indica el artículo 351 del Código de
Procedimiento Civil, la misma no puede ser declarada con lugar a priori, y ello en
atención a que el Tribunal Supremo de Justicia, reinterpretó el mencionado
artículo, dejando sentado que la no contradicción expresa de la cuestión previa
del ordinal 11º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, no acarrea un
convenimiento en la existencia de la misma y, en consecuencia, tampoco la
admisión de su procedencia, la cual resulta desvirtuable si del estudio de las
circunstancias que rodean el caso y la normativa aplicable aparece como
inexistente la misma, por lo que este Juzgado procede a verificar la procedencia
de ésta.
Dicho lo anterior, considera oportuno quien sentencia, advertir que dentro de la
cuestión previa contenida en el ordinal 11º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, se encuentra comprendida toda norma que obste la
atendibilidad de una pretensión determinada, sea en forma absoluta, sea en
atención a la causa de pedir que se invoca, en el entendido que requiere de texto
expreso que prohíba el ejercicio de la acción en el caso concreto, así, el artículo
1.801 del Código Civil no permite reclamo alguno derivado de un juego de suerte,
azar o envite, o en una apuesta. Comprende igualmente la denominada
inadmisibilidad pro tempore de la demanda; es decir, cuando el actor desiste del
procedimiento (artículo 266 del Código de Procedimiento Civil); cuando se verifica
la perención de la instancia (artículo 271 del mismo Código); o cuando no se
subsana oportunamente la demanda tal y como lo dispone el artículo 354 del
Código Adjetivo en su parte in fine.
En este mismo sentido se ha pronunciado el Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Político Administrativa, en fecha 26 de febrero de 2002, en la cual señaló lo
siguiente:
“…resulta necesario destacar que la misma, debe proceder en criterio de la Sala,
cuando el legislador establezca –expresamente- la prohibición de tutelar la
situación jurídica invocada por la persona que en abstracto coloca la norma como
actor, o bien, como lo ha indicado reiteradamente la Sala de Casación Civil,
cuando aparezca claramente de la norma, la voluntad del legislador de no permitir
el ejercicio de la acción.
Siendo ello así debe entonces, precisarse en esta oportunidad que –en sentido
lato- la cuestión previa contenida en el ordinal 11° del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, comprende tanto a las situaciones en las que una disposición
legal no otorgue acción (la excluya expresamente) como cuando la ley la somete
al cumplimiento de determinados requisitos de admisibilidad.
En efecto, aunque en sentido estricto cabe diferenciar entre las demandas que
estén prohibidas expresamente por la Ley o que bien aparezca clara la intención
del legislador de prohibirlas, de aquellas demandas cuya admisibilidad está sujeta
al cumplimiento de cierta clase de requisitos, lo cierto es que tanto en uno como
en otro caso estamos en presencia de supuestos de inadmisibilidad de la
demanda por así disponerlo la Ley. En el primer grupo, esto es, en las demandas
expresamente prohibidas por el legislador, puede enunciarse, entre otros casos y a
título de ejemplo, aquellas cuya pretensión sea lo adeudado por juego de suerte,
azar, envite o apuesta, conforme a los términos del artículo 1.801 del Código Civil.
En tales situaciones, existe una prohibición absoluta del legislador que no está
sometida al cumplimiento o acaecimiento de algún requisito.
En los casos que la doctrina nacional cita, se ve que el elemento común para
considerar prohibida la acción es precisamente la existencia de una disposición
legal que imposibilite su ejercicio. Cuando ello sucede así la acción y
consecuentemente la demanda, no podrá ser admitida por el órgano
jurisdiccional.
No obstante, en criterio de la Sala no debe confundirse la existencia de una
disposición expresa de la Ley que impide el ejercicio de la acción, con otras
disposiciones del ordenamiento jurídico que exijan el cumplimiento de requisitos
previos para poder admitirse las demandas…”
Así, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de
fecha 4 de abril de 2003, estableció:
“…Se equivoca el Juez de alzada al realizar tal consideración, puesto que para no
admitir la acción propuesta se requiere que tal prohibición sea expresa y clara, y
que en términos objetivos no exista la menor duda de que la ley niega la tutela
jurídica a ciertos intereses hechos valer en juicio…”
De tal manera que el criterio reiterado, pacífico y taciturno de la jurisprudencia
patria, ha sostenido que la cuestión previa contenida en el ordinal 11° del
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, encuadra dentro de aquellas
cuestiones que atacan directamente la acción ejercida ante el órgano
jurisdiccional, que está dirigida al ataque procesal de la acción, al sostener el
oponente la existencia de un mecanismo que, de proceder, impediría la
subsistencia del derecho abstracto de acción, originado de la prohibición
legislativa, por lo que la misma procede sólo cuando expresamente el legislador
prohíbe tutelar la situación jurídica invocada por la persona que en abstracto
coloca la norma como actor, o bien, como lo ha indicado reiteradamente la
casación, cuando aparezca claramente de la norma, la voluntad del legislador de
no permitir el ejercicio de la acción.
Dicho lo anterior y aplicando el criterio jurisprudencial antes transcrito al caso bajo
estudio, se evidencia de autos que la pretensión de la parte actora se circunscribe
a que la demandada reconozca en su contenido y firma, el documento privado de
fecha 9 de octubre de 2015, anexo marcado “B” cursante en autos del folio 8 al
10, ello con fundamento en el artículo 1364 del Código Civil, y como quiera que
esta pretensión no está comprendida dentro de las acciones que expresamente la
Ley prohíbe admitir; se declara SIN LUGAR la cuestión previa contenida en
el ordinal 11º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, opuesta por la
representación judicial de la parte demandada.

Igualmente alegó la prohibición de la Ley de admitir la acción propuesta o cuando


solo permite admitirlas por determinada causales, conforme a lo establecido en
el artículo 361 del Código Civil en concordancia con el ordinal 11º de artículo 346
ejusdem, aduciendo que tal como se evidencia, en el libelo donde el actor plantea
e identifica el tipo de demanda que presenta de la siguiente forma, para que
convenga o sea condenada por incumplimiento de contrato, es decir que el
demandante identifica y define si demanda como incumplimiento de contrato, y
se le cancelen diferentes sumas de dinero por diferentes conceptos a los que se
refiere los particulares primero, segundo, tercero y cuarto, referido los mismo y en
el mismo orden a Bs. 25.000.000,00., según dice el demandante por la cual es
asegurado su vehículo Bs. 24.700.000,00, presuntamente, producto del daño
emergente Bs. 50.000.000,00, por presuntos daños y perjuicios conforme
al artículo 1167 del Código Civil Venezolano y Bs. 400.000.000,00, por supuesto
daño moral, cantidades y conceptos todos estos, que rechazó e impugnó el
demandado en todas sus partes, por ser improcedentes; y que de lo planteado en
el petitorio de la demanda en la forma ya descrita, se denota contradicción e
incompatibilidad. Y que se incurrió en una acumulación indebida y que al ser
contraria a una disposición de la Ley, el juez no debió admitirla.
Establecido que esta defensa, fue alegada al momento de la contestación de la
demanda, de conformidad con lo establecido en el artículo 361 del Código de
Procedimiento Civil en concordancia con el 11º del artículo 346 ejusdem, la
misma pasa a ser decidida como pronunciamiento previo al fondo de la
controversia en los términos siguientes:
Conforme a lo expuesto, el ordinal 11 del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil prevé dos hipótesis para la procedencia de esta cuestión
previa: a) Cuando la ley prohíbe admitir la acción propuesta y b) Cuando la ley
permite admitir la acción propuesta sólo por determinadas causales, de manera
que si no se invocan en la demanda, esas causales señaladas en la ley, la
demanda es improponible.
La regla es que todos tenemos derecho de accionar, desde que se estableció con
toda claridad que una cosa era el derecho de accionar y otra era el derecho
material. En este sentido es importante destacar que a los justiciables siempre le
está permitido acceder a los órganos de la administración de justicia para ventilar
sus derechos e intereses, lo que quiere decir que todos podemos tener el derecho
de acción, aunque no tengamos derecho material, porque el mismo se concibe
como un derecho abstracto, como un derecho al proceso, a la actividad
jurisdiccional, como aspectos complementarios. En consecuencia, cualesquiera
sea la forma de entender el derecho de accionar, siempre nos estamos refiriendo
a la posibilidad de acudir y provocar la actividad jurisdiccional,
independientemente, que la sentencia sea favorable o no.
Así las cosas, cuando nos referimos al primer supuesto de esta cuestión previa, la
ley prohíbe admitir la acción propuesta, ya que existe una “carencia de acción”,
esto es una privación a la jurisdicción y se materializa cuando aparezca
claramente de la norma, la voluntad del legislador de no permitir el ejercicio de la
acción. La jurisprudencia ha aclarado, que tal prohibición no requiere ser expresa,
basta que se infiera del texto de la Ley que no es posible ejercer el derecho de
acción, verbigratia, el artículo 1801 del Código Civil “La ley no da acción para
reclamar lo que se haya ganado en juego de suerte, azar o envite o en una
apuesta”, pero también se llega a la misma conclusión cuando se observa que ha
caducado la acción para ejercer el derecho de Retracto Legal previsto en el
artículo 1547 ejusdem, aunque en este caso la norma no lo prohíbe
expresamente.
Ahora bien, la cuestión previa contenida en dicho ordinal comprende también,
cuando la pretensión solo permite admitirla por determinadas causales que no
sean alegadas en la demanda. En este caso si hay derecho de acción, se puede
acudir al órgano jurisdiccional para interponer una demanda, lo que pasa es que
está restringida la forma en que se ha definido la causa, por lo que se ha accedido
a solicitar esa tutela jurídica, cumpliendo ciertos requisitos que expresamente
establezca la norma jurídica. Si no se invoca lo señalado en la ley para accionar,
no procederá la acción ejemplo divorcio, el recurso de queja o juicio de
invalidación, etc.
En el caso sub litis en el libelo de demanda, se invoca el artículo 1.167 del Código
Civil, siendo que la misma está motivada en un contrato de seguros acompañado
al libelo, del cual se encuentra inconforme con su cumplimiento y que constituye
el documento fundamental de la acción, más allá de la calificación que le dé el
actor, por lo que la parte puede ejercer la acción de cumplimiento de contrato,
independiente a cualquier contradicción que pueda existir en el libelo de
demanda, la cual debe ser considerada en la sentencia de mérito, por lo que se
desestima dicha defensa. También es improcedente el alegato de acumulación
prohibida, fundamentada en el artículo 78 del Código de Procedimiento Civil, ya
que las cantidades de dinero demandadas pueden ser el producto del contrato
demandado como incumplido, y las demás consecuencias de los daños y
perjuicios pueden ser compatibles con el citado artículo 1167, independiente de
que sea procedente o no, lo cual atañe al fondo de la causa, así se decide.

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