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¿Cómo se mantiene y se ahonda la innovación que ha

comenzado a ocurrir en nuestras aulas?


Queremos ahora plantearnos cómo mantenemos vivo lo que hemos logrado y aprendido.
Todos de algún modo hemos aceptado el desafío y nos animamos a hacer esta experiencia a
pesar de que no siempre es fácil.
A continuación vamos a plantear algunas preguntas que nos permiten pensar qué cosas
nos pueden ayudar a mantener vivo esto que empezamos a transitar y que consideramos
valioso. Entonces para que lo que vivimos no se diluya debemos:

1)Tener muy en claro el marco conceptual. Es decir, dónde nos paramos desde lo
teórico, desde lo pedagógico, para plantear la experiencia que realizamos.

¿Qué queremos que ocurra en nuestras escuelas?


Teniendo en cuenta los elementos esenciales del ABP. ¿Creemos que éstos son importantes
para nosotros?
¿Realmente consideramos que el estudiante tiene que estar en el centro para que haya un
aprendizaje significativo?
¿Creemos en la importancia de este docente que es una presencia que guía, que genera
escenarios de aprendizajes eficaces?
¿Consideramos que comprender es central en el aprendizaje?
¿Queremos desarrollar en nuestros estudiantes las capacidades?
¿Creemos que los contenidos deben trabajarse de manera integral?
¿Creemos en la importancia de una evaluación formativa que sea para el aprendizaje?
¿Cuáles son los cimientos fundamentales sobre las cuales construimos nuestra escuela?

Es importante volver a decir que no estamos planteando abandonar prácticas que se realizan
en nuestras escuelas y que consideramos que son buenas. Lo que queremos es sumar. No
planteamos una opción de esto O lo otro, sino de esto Y lo otro. La “y” suma, agrega, aporta,
une. El ABP es un elemento que viene a sumarse a lo que en la escuela se realiza.

2) Lograr un liderazgo participativo:

Existen en las escuelas distintos niveles de liderazgo. Todos ellos son de suma
importancia. Dentro de la escuela, todos podemos asumir un rol proactivo donde no estoy
esperando que el otro haga, sino que yo me pongo en movimiento y me largo a la acción.
Es importante poder identificar los distintos roles dentro de la escuela y saber que lo
cooperativo es vertebrador. Trabajar con otros es la única manera. Nada podemos hacer
solos. Por eso proponemos un liderazgo participativo
Propongamos que en nuestras escuelas exista la presencia de un líder de ABP. Sería muy
bueno que se sume alguien más y que juntos continúen y empujen para que esto siga
sucediendo y contagie a otros.

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¿Cómo se mantiene y se ahonda la innovación que ha
comenzado a ocurrir en nuestras aulas?
3) La apertura.

A veces corremos el riesgo a polarizar la escuela entre los que participaron en el ABP y los
que no lo hicieron. Corremos el riesgo de cerrarnos y “adueñarnos” del ABP. Esto es muy
dañino. No podemos cerrarnos y aislarnos. Necesitamos levantar barreras, dejar que lo vivido
fluya y permitir ingresar a otros en la medida que van queriendo.
A veces algunas personas quieren asomarse y solo mirar. Debemos alentarlo. No todos
tenemos los mismos tiempos. La actitud es la de convocar permanentemente a todos y todas
en participaciones variadas. Que cada uno vaya haciendo su propio camino y se sume en el
momento que pueda y de la manera que quiera.

4) Institucionalizar el cambio y la innovación.

Poder tomar los elementos que consideramos buenos para el aprendizaje y hacerlos parte
de a poco y de manera natural de la innovación escolar.
El cambio es un proceso. Y no hay nada que sea fijo. Debemos permanecer con una actitud
flexible acomodándonos siempre a nuestro particular contexto y abiertos a la realidad.
La mejor forma de institucionalizar lo que sea que hayamos vivido y que consideremos bueno
es hacerlo parte del Proyecto Institucional. Si el ABP fue bueno y nos aportó en la escuela
hagámoslo parte del PI.

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