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ORIENTACIONES METODOLOGICAS

El alumno docente también es un ciudadano en formación. De la calidad


de su propia formación ciudadana, dependerá en buena medida la
calidad de los procesos formativos que desarrolle en aula.

Es importante entonces que se vea involucrado las experiencias que luego


propondrá a sus estudiantes. Dotado de la capacidad de empatía, el
alumno docente es capaz de ponerse en el lugar de sus estudiantes,
experimentar sus vivencias –varias de ellas desde una perspectiva lúdica-
-, y, a diferencia de aquéllos, es capaz de sistematizar las suyas para
comprender cómo se incorporan a su vida cotidiana y a su quehacer
profesional. El alumno docente ciudadano es inescindible del ciudadano
que cotidianamente participa de la vida de su comunidad, sus
organizaciones, su país.
La experiencia de la formación docente abarcará los mismos aspectos que
luego se desarrollarán con la niñez. En este sentido, es importante que el
alumno docente utilice adecuadamente las estrategias de estudio y
aprendizaje, basadas en los conceptos del aprendizaje significativo:
mapas conceptuales, redes semánticas, son importantes para incorporar
los conceptos a la memoria de largo plazo. Resúmenes, síntesis,
paráfrasis, plan de texto, dan cuenta de la capacidad de comprensión
lectora y organización de la información.

La mayor parte de los contenidos puede ser desarrollada desde la


experiencia, que no es el pasado, sino el pasado en cuanto reflexionado y
pensado, desde el cual se aprende, es decir, desde los hechos
significativos. Así, la experiencia del alumno docente comienza con la
propia organización del aula, con la elaboración conjunta y participativa
de normas de convivencia que complementen y profundicen las normas
ya establecidas en la institución formativa. Este ejercicio cívico, que se
trasladará luego a las organizaciones estudiantiles, será también
aplicado a la niñez con la que trabajará el futuro docente. Como señalaba
el educador y periodista paraguayo José Dolores González y Ábalos:
“Quien no ha sido educado en la igualdad se deja dominar por otros, o
quiere dominar a los demás. Quien desde la escuela no aprende a usar
la libertad, si manda, tiende al despotismo; si obedece, tiende a la
licencia”.

La experiencia del ser humano es histórica, es decir que está situada


siempre en un contexto temporal y espacial. Estas son dos de las
categorías esenciales de las ciencias sociales. El espacio no es el territorio
en sí mismo, sino el espacio en cuanto sitio de la acción humana. El
alumno docente puede, mediante la investigación, comprender este
hecho desde el análisis del espacio físico que es su propia institución
educativa (ya que luego hará lo mismo en conjunto con su grupo de
alumnos), para avanzar hacia los espacios más amplios, compartidos, de
la acción humana: el barrio, la ciudad, el departamento, el país, la región,
el mundo. Es importante que entre sus espacios de práctica y/o reflexión,
el alumno estudiante experimente la vivencia de la educación
intercultural, a través de una visita y/o trabajo de investigación en
escuelas de comunidades indígenas.

El fenómeno de la temporalidad guarda relación con la forma en cómo se


experimenta la sucesión de las vivencias humanas a través del tiempo.
El tiempo histórico no es una cronología. La cronología es una de las
bases de las ciencias sociales (situar correctamente los hechos en el
tiempo) pero no es el tiempo histórico: los tiempos históricos envuelven
varios hechos: así se habla de “el período de la Independencia”, o “la era
de los metales”, o “la época de los López”. Todos estos conceptos: período,
época, era, no están determinados por la cronología, sino por la
relevancia de los hechos que marcan el inicio o el fin de un periodo
determinado. Es importante que el alumno- estudiante comprenda
críticamente las periodizaciones temporales. Los espacios de aplicación
de la experiencia temporal serán la propia institución formativa, y/o la
ciudad y sus vivencias: la historicidad da identidad a un colectivo
humano. Además, la genealogía también ayuda a fijar los conceptos de
anterioridad, simultaneidad y posterioridad. Harán ejercicios de
genealogía familiar.

“El pasado nos rodea” dice una célebre frase. Desde monedas y billetes
con efigies y paisajes históricos, hasta monumentos y museos, el pasado
está “presente” en la vida cotidiana de las personas. Es importante
desarrollar la capacidad de observación para notar cuáles son los
aspectos del pasado que son relevantes para la comprensión del presente.
Los objetos que rodean a los alumnos -docentes y a la institución
formativa, o a la escuela en la que trabajarán, serán objetos sin
significatividad si no es el docente el que construye ese significado
dotándoles a los objetos de sentido.

En este sentido, la propuesta de incorporar el análisis de espacios


arquitectónicos que han ido cayendo en desuso más por moda que por
racionalidad, como las casas antiguas, tiene que ver con que los
estudiantes entiendan que en las casas antiguas, el corredor frontal era
un espacio de reuniones barriales y por lo tanto, de socialización e
integración; o que el corredor que rodeaba a las casas, tenía que ver con
el aprovechamiento de los vientos: lo mismo pasaba con cierta tipología
de construcciones escolares pensadas para aprovechar los factores
climáticos.

Las visitas y paseos deben ser programados, planificados. La visita a un


museo debe ser una visita tanto grata y afectivamente satisfactoria
cuanto significativa en términos de aprendizaje. El Museo no es tampoco
un espacio neutro, sino que está dotado del sentido que le confiere la
museografía del lugar. Para captar este sentido, es importante que el
docente establezca con anterioridad y en coordinación con los
responsables del Museo, el objetivo pedagógico de la visita. Algunos
museos cuentan con espacios educativos propiamente dichos, que
favorecen más que otros esta posibilidad, pero todos, en general, pueden
ser espacios de educación.

Es importante que las tareas tengan tanto una dimensión de realización


individual como una grupal y cooperativa. Esta última se caracteriza
porque los resultados se miden en función de objetivos grupales
consensuados y negociados previamente, y no por la suma de los
rendimientos individuales. La estrategia de aprendizaje cooperativo
permite el desarrollo de capacidades como la responsabilidad por la tarea
colectiva (por sus procesos y sus resultados), la comunicación asertiva y
eficaz, la negociación y el consenso). Un ejercicio previo de clarificación
de valores, que ayude a comprender la diferencia entre caridad,
solidaridad, ayuda mutua y cooperación es importante para ejecutar
tareas de más de una persona.

La tecnología es tanto un fenómeno a analizar como un recurso a


capitalizar. Es importante que el alumno docente analice críticamente el
papel de la tecnología en los cambios sociales; que comprenda cuáles son
los hábitos que la tecnología ha modificado; que pueda identificar qué
cambios se introdujeron en la educación con las tecnologías de
información y comunicación. Para ello, podrá volver sobre los análisis que
estaban previstos en el módulo de Educación, Sociedad y Cultura. Por
otra parte, recurrirá a las tecnologías para hacer más eficientes los
grupos, el intercambio de información, la entrega de tareas, las
discusiones temáticas e incluso para vincularse a espacios de
investigación de pares suyos en el mundo. Las tecnologías deberían,
también facilitar el acceso al conocimiento social actualizado; y
constituirse en eficaces complementos de las bibliotecas.

Una variante creativa es la realización de actividades artísticas


vinculadas a las ciencias sociales. En el caso del Paraguay, la literatura
social es un campo propicio para el análisis social, incluso desde los
grados primeros. Pero el alumno estudiante debe conocer literatura social
universal (como por ejemplo, Los Miserables, de Víctor Hugo, o los
cuentos de Charles Dickens; la literatura social latinoamericana; y, en el
caso del Paraguay, la poesía de Hérib Campos Cervera; los textos de
Rafael Barrett, la literatura de Augusto Roa Bastos, Elvio Romero, Mario
Halley Mora, la poesía de Carmen Soler, o las obras de Rubén Bareiro
Saguier, Carlos Villagra Marsal o Josefina Pla, por citar algunos autores).
Igualmente, el llamado cancionero social paraguayo incluye temas que
permiten abordar desde el arte los fenómenos sociales propios del país.

La acción humana, que es el campo de las ciencias sociales, no se


comprende sin la dialéctica autonomía – interdependencia: los seres
humanos tienden a la autonomía, en el sentido de adoptar decisiones por
sí mismos; pero también son profundamente interdependientes. Este es
un aprendizaje que debe iniciarse desde la temprana infancia,
prolongando las experiencias de intercambio y de cooperación que
caracterizan algunas experiencias de educación temprana, y que
inexplicablemente desaparecen cuando se inicia el ciclo primario de
educación escolar básica. La identidad supone la intersubjetividad: las
capacidades humanas fundamentales dependen de la interacción entre
seres humanos, comenzando por el lenguaje y la capacidad de
simbolización. Esto debería conducir al respeto mutuo, a la tolerancia
acerca de las diferencias, y a la cooperación para establecer objetivos
superiores comunes. Con estos valores, desarrollados desde temprano y
con una mirada de educación en valores y para la paz, se realizará una
contribución significativa al mejoramiento del clima escolar. Los
ejercicios, actividades y juegos como reconocer al otro, enumerar virtudes
propias y de quienes rodean a los niños, pueden ayudar a esta aceptación
de la individualidad y la diferencia.

EVALUACION DE LOS APRENDIZAJES


La evaluación deberá apuntar a:

 La correcta comprensión de los conceptos fundamentales de la


disciplina;
 La aplicación de los conceptos a la vida escolar del alumno docente;
 La aplicación de los conceptos a la práctica con grupos. Se
recomienda la utilización de métodos como:
 La exposición con diversos soportes, de los resultados de las
investigaciones y proyectos;
 Análisis de películas y documentales sobre temas de ciencias
sociales.
 Juegos de roles y dramatización.
 Realización de debates sobre posiciones opuestas, en temas
críticos.  La elaboración de mapas conceptuales y semánticos; 
La entrega de informes escritos.
 La elaboración artística del contenido de ciencias sociales.

En todos los casos, es fundamental recordar que la evaluación debe


establecer con claridad los indicadores de proceso y de producto y
concluir con la retroalimentación del docente del área al / a los alumnos
estudiantes, en el momento en que la misma tiene lugar. La evaluación
es un proceso dialógico y crítico, que tiene por finalidad no el
otorgamiento de una calificación, sino el estimular en el estudiante la
autocorrección de sus errores o el fortalecimiento de sus aprendizajes.

Sin embargo, para la promoción del estudiante en formación, deberá


establecerse un mecanismo para la obtención de una calificación final.
Para la obtención de calificaciones de los estudiantes en formación, se
deberá tener en cuenta la evaluación criterial, según lo previsto en el
diseño curricular del profesorado de Educación Escolar Básica para el 1.
° y 2. ° ciclo. En la misma se establece el punto de corte, que diferencia
entre estudiantes que han alcanzado las metas de aprendizaje y los que
no. Siguiendo la lógica de calificaciones en el sistema educativo
paraguayo, se propone que en una escala numérica de 1 al 5, la
calificación 2 sea el punto de corte en la calificación. En cada módulo se
aplicará la siguiente rúbrica para determinar la calificación de cada
estudiante de la formación inicial del docente.

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