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SISTEMA JURÍDICO MEXICANO Y SUS DECADENCIAS

ANTE LA REALIDAD INDIGENA. LA INTERPRETACIÓN


COMO MECANISMO DE RESOLUCIÓN.

TORRES VARGAS MARIA FERNANDA

A lo largo de la historia han existido personajes ilustres que realizaron aportes a la


humanidad en materia de derecho en específico los sistemas jurídicos, sin embargo, algunos
de estos intelectuales se han olvidado de los sectores minoritarios que existieron y que
existen hoy en día. El caso de México no es la excepción ya que ha apadrinado en muchos
aspectos la tradición de la cultura occidental, uno de ellos es su modelo de sistema jurídico
pues:

“[..]ha adoptado regímenes constitucionales que reconocen la existencia de tres


Poderes y un catálogo de derechos[...]En todo caso, la fuente del desempeño
gubernamental radica en el derecho, cuya aplicación ha debido instrumentarse en
dos grandes vertientes: la división de poderes y las garantías individuales.” (Suprema
Corte de Justicia de la Nación, 2006)

Es pues así que el sistema jurídico mexicano tiene como norma fundamental la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual está encargada de regir
jurídicamente al país pues fija los limites y define las relaciones entre los tres poderes de la
federación. Hasta este momento todo parece marchar bien, no obstante, como había
mencionado anteriormente, el sistema jurídico mexicano parece no tomar en cuenta dentro
de lo establecido a las minorías étnicas (entre otras minorías que no hare mención en este
trabajo) que se encuentran en gran mayoría dentro del territorio mexicano, pues estas
presentan diversas peculiaridades al momento de ejercer la justicia que en ocasiones van al
contrario de lo establecido en la carta magna mexicana.

La mayoría de pueblos aplican normas, sanciones y procedimientos diferentes a los


nacionales, se trata de normas reconocidas como vigentes por los ciudadanos de la
localidad, con procedimientos casi siempre prontos y expeditos y sanciones que buscan la
retribución del daño y el castigo ejemplar. (VALVIDIA, 2001: 67)
Ahora bien, un segundo problema no es el no ser reconocidos per se, sino que, en casos mas
concretos, cuando un indígena se encuentra en calidad de denunciante, querellante,
imputado u ofendido y su caso se somete a las pautas marcadas por el sistema jurídico
nacional se le dificultara el veredicto, ya que este no es el proceso mediante el cual él o ella
están acostumbrados a la resolución de problemas y existen casos en los que se les acusa
injustamente de algo que no han cometido y se les priva de su libertad o simplemente los
casos quedan impunes.

La tercera problemática va ligada a la interior pues cuando se suscitan ese tipo de casos las
víctimas no son asistidas en su propia lengua materna por un intérprete-traductor haciendo
aún más complicado su debido proceso considerando que esta asistencia es un derecho y no
se le puede negar ni prohibir

Una vez establecido lo anterior, no quiero que este texto se quede solo en lo teórico ya que
casos donde la impunidad y la prohibición de derechos a la población indígena realmente
existen, pero en su mayoría no son sabidos permitiendo que sigan ocurriendo. Es por esto
que me gustaría ejemplificar con un caso verídico con base en el libro de “Historias…
traductores indígenas de México” de la Organización de traductores, interpretes
interculturales y gestores en lenguas indígenas (OTIGLI, por sus siglas en español), que
trae muy a cuento lo que he venido planteando pues este libro consta de actores de origen
indígena que tienen el firme interés de buscar la aplicación efectiva de los derechos
colectivos de sus pueblos de origen y concretar el reconocimiento a la pertinencia cultural
y lingüística en el ámbito de procuración e impartición, mediante la facilidad de
comunicación entre los diversos pueblos originarios del país y la sociedad nacional no
indígena.

El libro presenta 8 casos de intérpretes de origen étnico de los cuales me llamo la atención
el de Catalina Martínez Ortega una traductora, intérprete de la lengua triqui y activista a
favor de los derechos de las mujeres indígenas, ella fue entrevistada por Edith Matías Juan.
Originaria de Santo Domingo, Municipio de Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, llego a la
Ciudad de México en 2004 ya que al estar trabajando en la organización Tierra Mágica que
tenía proyectos en la formación de red de Mujeres Triquis en su comunidad se requería de
alguien que le diera seguimiento al proyecto desde la ciudad de México. Durante tres años
trabajo para esta organización y pasado ese tiempo regreso a Oaxaca con la esperanza de
encontrar oportunidades laborales, sin embargo, al no ser así decidido regresar y quedarse
en ciudad de México donde obtuvo oportunidades para colaborar con otras organizaciones
por lo que se quedó a vivir permanentemente.

“Llegar, adaptarse, sobrevivir en la ciudad y al mismo tiempo mantener su identidad


le ha dado un impulso por tejer redes, aliarse con otras mujeres (mestizas o blancas)
de pueblos diferentes para subsistir y ejercer sus derechos y mantener lo que las hace
diferentes como sus conocimientos en partería y medicina tradicional, sus lenguas,
sus fiestas y un largo etcétera. Estas alianzas la han llevado a ejercer no solo su
práctica como interprete, sino como activista a favor de los derechos de las mujeres
migrantes, a quienes se nombran fácilmente, pero también se les restringen todos los
accesos a condiciones de vida digna, en ocasiones de manera individual, pero
mayoritariamente, de manera sistemática por un diseño institucional que omite
considerar el marco jurídico vigente en materia de derechos de personas indígenas.”
(MATIAS, 2019:7)

Catalina al integrarse a OTIGLI ayudo a algunos de sus paisanos que se encontraban en


situación de cárcel como víctimas o posibles responsables, pero como tal uno de sus
primeros casos fue en la Agencia Especializada en Atención a Personas Indígenas. Fue
con un triqui de la zona media y menor de edad quien fue acusado de un robo en La
Merced al cual ayudo, mediante la interpretación, a demostrar su inocencia pues el
demandante no entendía su lengua. Comparte también que ha realizado traducciones
para Instituto Nacional Electoral sobre procesos electorales, visitando algunos estados
del norte, ya que hay mucha migración de triquis. De igual manera ha participado en
diversas acciones coordinadoras por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, sobre
la importancia de los pueblos indígenas y conservación de la lengua.

Es así que, en este contexto Catalina y su trabajo como interprete le ha permitido


conocer nuevas metodologías, formas de trabajar y crear redes, aliados y aliadas,
amistades, nuevos espacios, para compartir sus experiencias y sobre todo apoyar a
hombres y mujeres indígenas que lo necesiten, pues es uno de los sectores que mas
apoyo necesitan en materia jurídica y lingüística.
“Este trabajo y la oportunidad de participar en interpretaciones y traducciones, me
ha permitido darme a conocer como triqui; me ha dado la oportunidad de convivir y
apoyar a mis paisanos y paisanas que también han tenido que dejar la comunidad.
Pienso que es muy importantes seguir actualizándome con la información e ir
apropiándome de algunos conceptos, relacionados con la interpretación de lenguas
indígenas.” (ORTEGA, 2019:13)

Elegí la historia de Catalina que, aunque al igual que los demás entrevistados en el libro
es una mediadora entre dos lenguas, ella plantea la necesidad de romper con los
estereotipos sobre su identidad y costumbres que los hacen vulnerables en muchos
aspectos sociales. De esta manera se visibilizan las incidencias en la construcción de un
estado que respeta la diversidad, fomentando las relaciones interculturales equitativas.

La experiencia de Catalina a través de su activismo, representa a muchos hombres y


mujeres que son agentes de cambio sustanciales en las relaciones sociales que dejan
atrás el paternalismo histórico occidental que ha caracterizado el diseño del sistema
jurídico y las políticas públicas creadas en México.

Espero que este texto y la historia de Catalina al igual que la de muchos otros hermanos
indígenas sirva de inspiración y les permita luchar por mantener la identidad cultural y
lingüística de sus pueblos y que personas que trabajan en el ámbito público tengan un
acercamiento positivo a la diversidad cultural, lingüística y a los derechos de las
personas indígenas en nuestro país.

Bibliografía

o Guillermo, Carlos (2019). “Historias…traductores indígenas de México”,


Primera edición. Ciudad de México: Nuestras Historias

o SCJN. Mayo de 2006. “El sistema jurídico mexicano”. Recuperado el 17 de


junio de 2020:
https://www.scjn.gob.mx/sites/default/files/material_didactico/2016-11/
Sistema-Juridico-Mexicano.pdf
o Valdivia, Teresa (2001) "En torno al sistema jurídico indígena". Anales de
Antropología, Vol. 35, México, D.F.

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