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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO INDÍGENA

Profesor: VALTIERRA MATUS GLORIA ELENA


Alumno: Romero Palacios Francisco
Actividad: 2do reporte de Lectura
¨ Guerrero Guerrero, Ana Luisa, “Filosofía y Pueblos Indígenas”¨

Capítulo I
aborda la evolución de los derechos de las minorías, centrándose en la relación entre los grupos mayoritarios y
minoritarios en la historia de la humanidad, especialmente en el contexto de las relaciones políticas modernas
y contemporáneas. Se destaca la influencia de las políticas europeas de exterminio, asimilación e incorporación
de minorías en la conformación de los Estados nación, con impacto en el tratamiento de los pueblos indígenas
en América Latina.
El texto resalta la reciente normatividad de los derechos humanos de las minorías, que inicialmente se centró
en las garantías individuales y posteriormente incluyó dimensiones colectivas. Se señala que la normatividad
para regular los derechos de los pueblos indígenas es aún más reciente, y se destacan similitudes y diferencias
entre las experiencias de exclusión de minorías y pueblos indígenas.
El capítulo explora las definiciones de minorías en varios documentos, como pactos y declaraciones, para
establecer el marco filosófico-político que las respalda. Se aborda la perspectiva liberal sobre las minorías,
destacando la tolerancia como estrategia política y ética, así como la relación entre la pérdida de la supremacía
de la Iglesia y la formación de Estados modernos.
Se examina la crítica marxista a los derechos humanos desde la izquierda, que destaca la generalización de la
idea burguesa de hombre. El capítulo concluye subrayando la persistencia de minorías diferenciadas y la
importancia de reconocer y comparar sus experiencias de opresión, inferiorización y dominio en un estudio
comparado.
el tema de las minorías y sus derechos, especialmente en el contexto posterior a la Primera Guerra Mundial y
la creación de la Sociedad de Naciones en 1919. Durante este periodo, se buscó garantizar la igualdad y
protección de los ciudadanos pertenecientes a minorías raciales, religiosas o lingüísticas para prevenir la
discriminación.
La Sociedad de Naciones desempeñó un papel crucial en la defensa de los derechos de las minorías, y durante
más de veinte años, se presentaron reclamaciones a nivel internacional en caso de incumplimiento de estas
protecciones. Sin embargo, tras la disolución de la Sociedad de Naciones en 1946, la atención se centró más en
la protección de los derechos individuales que en la de los colectivos.
La creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945 marcó un cambio en el enfoque hacia las
minorías. Aunque la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 no
hicieron mención explícita a las minorías, la Sub-Comisión para la Prevención de la Discriminación y Protección
de las Minorías se estableció en 1946.
El artículo 27 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos de 1966 reconoce los derechos de las minorías étnicas,
religiosas o lingüísticas, subrayando su derecho a preservar su vida cultural, religión y lengua. Sin embargo, la
definición precisa de lo que constituye una minoría generó inquietudes y llevó a una revisión en 1977.
El texto también destaca la transición hacia la consideración de los derechos de los pueblos indígenas. La Carta
Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos, adoptada en 1981, reconoce el derecho a la
autodeterminación de los pueblos colonizados u oprimidos. Además, la Organización Internacional del Trabajo
adoptó el Convenio 169 en 1989, que defiende los derechos colectivos de los pueblos indígenas.
La conclusión señala que los derechos de las minorías son problemáticos debido a su ambigüedad semántica y
destaca la importancia de considerar enfoques colectivistas para abordar las necesidades de las minorías
nacionales y los pueblos indígenas. También subraya la relevancia de los derechos colectivos en los sistemas
internacionales de derechos humanos.

Capítulo II
"Exclusión de la diversidad y poder intercultural en América Latina",
En cuestiones preliminares en relación con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas de 2007. Destaca la importancia de considerar la interdependencia e indivisibilidad de los
derechos humanos en las relaciones entre Estados y pueblos indígenas.
Se mencionan los casos de Ecuador y Bolivia, donde se proclaman Estados plurinacionales e interculturales en
sus Cartas Magnas, reconociendo nuevos derechos, como los de la naturaleza, y vinculándolos a los derechos
colectivos de los pueblos indígenas. Esto se presenta como un suceso jurídico que ofrece nuevas perspectivas
para los derechos humanos.
El texto subraya el desafío primordial en la geopolítica de América Latina respecto al reconocimiento y
protección de la diversidad de sus pueblos indígenas. Se destaca la importancia de los diálogos interculturales
que, en algunos casos, resultan en hibridaciones de valores y en otros en conocimientos mutuos, buscando la
articulación de derechos individuales, colectivos y sociales.
El concepto de interculturalismo se define éticamente como un ideal normativo que guía el desarrollo político
del Estado y los derechos humanos, promoviendo el respeto y reconocimiento mutuo entre culturas, igualdad
social, solidaridad y libertad.
El texto señala que, en América Latina, la atención a la diversidad cultural y el reconocimiento de los derechos
colectivos aún son ideales más que realidades consumadas. Se destaca la importancia de la interculturalidad
como un estímulo ético en la búsqueda de condiciones equitativas y contra las desigualdades en la región.
Se aborda la concepción occidental individualista de los derechos humanos ante la diversidad cultural,
dividiendo las respuestas filosóficas en dos grupos: el universalismo abstracto y el relativismo cultural. Ambos
enfoques son criticados por su falta de capacidad para promover un diálogo intercultural efectivo. Se destaca
la necesidad de una fundamentación intercultural de los derechos humanos para comprender la diversidad
cultural y su relación con la dignidad universal.
Se explora la construcción del poder excluyente de la diversidad cultural durante la colonización europea en
América Latina, influenciada por la Segunda Escolástica. Se menciona el indigenismo como una estrategia para
asimilar a los pueblos indígenas, y se destacan los cambios institucionales en Ecuador y Bolivia como
elementos de ruptura con el poder excluyente. El texto subraya la importancia de la participación ética de la
diversidad cultural en la fundamentación de los derechos humanos y la dignidad.
la concepción de los pueblos indígenas durante la colonización en América Latina y cómo, a pesar de ser
considerados criaturas de Dios, se enfrentaron a la dominación y la pérdida de sus derechos. Destaca figuras
como Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas, quienes denunciaron violaciones a los derechos
humanos. Se menciona la creación de repúblicas de indios como solución, pero señala que la llegada de las
Cortes de Cádiz y los procesos de independencia trajeron nuevos desafíos para los indígenas, con la abolición
de la mita y la pérdida de sus derechos. Se explora el caso de los pueblos mapuche en Chile y Argentina, que
mantuvieron una situación diferente gracias a los Parlamentos. También se aborda la exclusión de los indígenas
en las constituciones y la falta de reconocimiento de sus derechos, lo que llevó a problemas sociales y
desigualdades en la construcción de los estados latinoamericanos independientes.

Capítulo III
se aborda el pensamiento de Samuel Ramos en relación con los valores universales y su impacto en la
filosofía, específicamente en el contexto de los pueblos indígenas en México y América Latina. Aunque Samuel
Ramos no destacó por su atención a la diversidad cultural, su obra, especialmente "Hacia un nuevo
Humanismo" publicada en 1940, propuso la búsqueda de valores universales y un nuevo enfoque humanista.
Ramos, influido por la perspectiva orteguiana, exploró la circunstancia filosófica de México y se centró en
cuestiones sobre el ser del hombre y la cultura mexicana. Su obra "El perfil del hombre y la cultura en México"
(1934) marcó su posición en el medio filosófico mexicano, influyendo en otros intelectuales y grupos como
Hiperión.
El autor defendió la necesidad de pensar como mexicanos y abordar la filosofía desde una perspectiva única,
arraigada en la realidad y la historia mexicana. Sin embargo, su enfoque no incluyó el reconocimiento de los
pueblos indígenas en la cultura presente, lo cual representa una postura predominante en la interpretación
ética que prescinde de la diversidad cultural.
Ramos se ocupó de las causas de la crisis de valores y abogó por la búsqueda de valores universales. Aunque
su posición fue distante respecto al indigenismo oficial, propuso la cultura mestiza como protagonista para el
encuentro de valores universales, enfocándose en la realidad mexicana y su contexto internacional.
En cuanto a la filosofía, Ramos defendió la necesidad de una filosofía propia en México y América Latina,
destacando la importancia de la reflexión sobre la condición vital y la crisis de valores. Su análisis se centró en
la ontología de la existencia humana, explorando la realidad desde la perspectiva de la filosofía existencial y
abordando problemas antropológicos.
En resumen, Samuel Ramos, a pesar de su omisión en cuanto a la diversidad cultural, propuso una búsqueda
de valores universales desde la perspectiva de la cultura mestiza y abordó la crisis de valores desde una
ontología de la existencia humana.
la perspectiva del filósofo mexicano Samuel Ramos en relación con la ontología de la existencia humana y su
preocupación por la crisis de valores en la sociedad moderna. Ramos destaca dicotomías destructivas en esta
crisis, como alma versus cuerpo, hombre versus mujer, joven versus viejo, burgués versus proletario.
Ramos sostiene que el hombre, especialmente representado por el burgués, es un obstáculo para la
solidaridad espiritual y los valores universales. Su enfoque implica una antropología filosófica, y utiliza el
psicoanálisis como herramienta para comprender la crisis del hombre moderno. Para él, la reforma espiritual
es crucial para restaurar el equilibrio humano.
El autor también explora la relación de Ramos con la filosofía de los valores y la antropología filosófica. Destaca
la importancia de la cultura como un proceso de humanización que enriquece la vida con nuevos valores.
Ramos presenta al burgués como un ser escindido de la cultura y la justicia, lo que él ve como la máxima
expresión de la oposición entre cultura y civilización.
Se discute la propuesta antropológico-filosófica de Ramos, que busca una idea supra-histórica y supra-empírica
de la esencia humana, con una jerarquía objetiva de valores. También se aborda la contradicción aparente
entre la búsqueda de una esencia humana y la ley del cambio permanente según Ramos.
El texto compara las perspectivas de Ramos con el indigenismo, un movimiento contemporáneo que busca la
emancipación de los indígenas y la supresión de privilegios injustos. Aunque ambas perspectivas valoran
positivamente el pasado indígena, difieren en cómo incorporan a los indígenas en la cultura.
Se examina la postura de Ramos hacia la diversidad cultural, destacando su jerarquización de las culturas, lo
cual contrasta con la realidad de la resistencia y fortaleza de los pueblos indígenas. El texto concluye con
interrogantes sobre la búsqueda de una esencia humana desligada de la diversidad cultural

Capítulo IV
de su obra la formulación ético-política para las asociaciones políticas pluriétnicas, centrándose en el caso de
México y las comunidades zapatistas de Chiapas. Se contextualiza la exposición considerando la revolución
cultural en América Latina, especialmente la resistencia indígena, destacando el salto cualitativo ligado a la
rebelión zapatista.
El autor aborda la realidad de injusticia y desigualdad en la región latinoamericana, utilizando las concepciones
de valor objetivo, ciudadanía restringida y Estado plural como elementos para comprender las demandas de
derechos de los pueblos indígenas, así como la cuestión de la autonomía en relación con los derechos
humanos.
Villoro propone una reflexión ético-política que parte de la realidad efectiva, especialmente las experiencias de
las comunidades indígenas. Destaca la importancia de considerar el contexto histórico, social y cultural al
abordar temas de filosofía política. Se refiere a la democracia comunitaria existente en América Latina, basada
en comunidades indígenas, y destaca la necesidad de renovar el proyecto ético de estos nuevos movimientos a
favor de los derechos indígenas.
El autor aborda el concepto de justicia desde una perspectiva negativa, partiendo de la ausencia de consenso,
y plantea la necesidad de comprender el principio de la injusticia para proyectar soluciones ideales. Se adentra
en la filosofía política del Estado plural, proponiendo un modelo que reconozca y respete la diversidad cultural
de los pueblos indígenas dentro de un marco común de convivencia.
Villoro aboga por el reconocimiento de la autonomía de los pueblos indígenas como la solución definitiva al
"problema" indígena. Destaca la autodeterminación como un derecho previo a la formación del Estado-nación
y aboga por un proceso gradual hacia la autonomía, considerando la realidad concreta y las prácticas de las
comunidades indígenas.
En cuanto a la relación entre autonomía y ciudadanía, Villoro propone un Estado plural que reconozca tanto el
derecho a la igualdad como el derecho a la diferencia. Argumenta que la ciudadanía y la autonomía no son
términos contradictorios, y que es posible conciliarlos en un marco político común para distintas
nacionalidades o etnias.
Este texto aborda la crítica de Luis Villoro hacia la democracia liberal y su propuesta de una ciudadanía
restringida en el contexto de los derechos de los pueblos indígenas en América Latina. Villoro argumenta que
la democracia liberal tiende a excluir a muchos y a tratar los derechos individuales y colectivos como
contradictorios. Propone una perspectiva diferente, destacando la importancia de reconocer la diversidad
cultural y abogando por una ciudadanía restringida que permita la coexistencia de formas autonómicas de los
pueblos indígenas con las formas políticas generales del Estado.
Villoro critica el individualismo y aboga por una ética política que considere las circunstancias concretas y las
relaciones de las acciones en su contexto. Propone la noción de "coto vedado" como límite ético que permite
reconocer las prácticas políticas y éticas de diversas culturas, siempre que no transgredan los derechos
humanos universales.
La ciudadanía restringida, según Villoro, ofrece un marco común para la unión de pueblos diversos,
permitiendo la trascendencia de las diferencias en un Estado plural. Destaca la importancia de la participación
ciudadana para decidir asuntos comunes sin desproteger la diversidad cultural. En este contexto, la autonomía
de los pueblos indígenas se concibe como el derecho a practicar sus formas políticas sin detrimento de sus
costumbres, lengua y otras características culturales.
En resumen, Villoro propone una ética política que reconozca y respete la diversidad cultural, abogando por
una ciudadanía restringida que permita la coexistencia de diferentes formas políticas en un Estado plural. Su
enfoque busca superar las limitaciones de la democracia liberal y establecer un marco ético más inclusivo.
se discute la postura de Michael Sandel frente a John Rawls, específicamente en relación con la crítica a la
neutralidad del Estado ante la diversidad de concepciones del bien. Se argumenta que la supuesta neutralidad
en realidad refleja un credo o dogma cultural, ya que siempre hay una carga de valores implícita. Luis Villoro,
en su ensayo "Democracia", aborda las características del liberalismo y comunitarismo, sin ofrecer una
solución clara al dilema entre ambas perspectivas frente a la autonomía de los pueblos indígenas.
Villoro destaca las culturas no occidentales, como las indígenas, que presentan formas de pensar políticas
basadas en tradiciones diferentes, como la armonía entre individuo y colectividad. Aunque reconoce tensiones
en estas comunidades, sugiere que los conflictos se resuelven bajo criterios distintos a los utilizados en la
modernidad.
En cuanto al proyecto ético-político, Villoro aboga por un Estado respetuoso que proteja los derechos
culturales de los pueblos, manteniendo un equilibrio entre la diversidad y la defensa de la dignidad humana.
Se destacan los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, seguridad, pertenencia, libertad
de actuar, decidir en ámbitos privados y públicos, y libertad de realización.
El autor señala que los pueblos indígenas, como los zapatistas, recrean sus tradiciones manteniendo su
diversidad cultural. Ante los desafíos actuales, Villoro advierte contra la recirculación de políticas indigenistas y
aboga por la coexistencia entre la democracia occidental y las formas autonómicas de los pueblos indígenas.
Finalmente, se mencionan otras perspectivas, como la propuesta de Isabel Hernández sobre la ciudadanía
ampliada para los pueblos indígenas en América Latina, y se destaca la influencia de la obra de Villoro en el
ámbito académico y en las comunidades zapatistas.
CONCLUSIÓN:
los derechos humanos colectivos de los pueblos indígenas son fundamentales para afianzar la defensa de
valores superiores y para asegurar una protección integral de la dignidad humana en sus dimensiones
individual, social y colectiva. La interdependencia de los derechos humanos en América Latina, reconocida en
jurisprudencia y reformas constitucionales, representa un paso hacia una sociedad más justa e inclusiva. Sin
embargo, persisten desafíos en la implementación efectiva de estos derechos, especialmente en la creación de
instituciones que promuevan su interdependencia y en la superación de resistencias culturales y políticas. Es
esencial que los gobiernos asuman el compromiso de respetar y proteger los derechos humanos colectivos,
reconociendo su importancia en la construcción de sociedades plurales y justas.

Fuente:
Guerrero Guerrero, Ana Luisa, “Filosofía y Pueblos Indígenas”

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