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Esta escena me ha causado una gran meditación en torno a la relación profesor-estudiante y sobre la

educación en general. Comparto a continuación mis reflexiones:

Para comenzar, cabe mencionar que en la misma percibimos cómo a partir de una tarea que puede
parecer sencilla podemos permitirles a los alumnos pensar/comprender conceptos más abstractos.

1. Durante todo el trayecto, el profesor demuestra con su tono de voz y postura pasión


por su profesión, denotándose alentador, impartiendo un espíritu motivador y
enérgico, que claramente es transmitido a sus estudiantes.
2. Una de las enseñanzas implícitas en el video es que luego de establecer una consigna
(en este caso que los alumnos caminasen), es de vital importancia permitirles que la
realicen a su propia manera. Posibilitando así que la frustración no sea el sentimiento en
el cual se hallen inmersos sino todo lo contrario, sintiéndose sin presiones al ejecutar el
cometido. Dejando lugar así a los errores.
3. En segunda instancia, es fundamental concederles ciertas indicaciones, siendo así
su guía para que puedan desenvolverse mejor, (en la escena esto es representado
cuando el profesor indica a sus alumnos el ritmo de izquierda a derecha que deben de
llevar), pero sin dejar de lado sus propios modos de resolver y/o expresarse.
4. No ser conformistas. Caminar en la dirección que más nos guste, siendo únicos. Pero
esto no solo en el sentido literal, sino aplicándolo a la vida en general. Esto
es defendiendo nuestras ideas, estando seguras de ellas, llevándolas con orgullo si
sentimos que éstas son las correctas en base a nuestros valores.

Específicamente la escena última me resulta realmente inspiradora. Ya que observamos cómo los
estudiantes caminan de formas diversas y se aprecia en sus expresiones fáciles y corporales la comodidad
y seguridad con la cual lo hacen. Pues ésta los identifica a cada uno, a través de la misma se atrevieron a
ser valientes, mostrándose ante sus compañeros tal y como son, dejando de lado los posibles temores a
equivocarse o a ser juzgados.

Asimismo, en el final del video, el profesor acepta que uno de sus estudiantes no siga la consigna. Lo cual
también es parte del proceso educativo: entender que cada estudiante tiene sus tiempos, y que
tenemos el deber de trasmitirles saberes, pero que ellos se apropiarán de dicho aprendizaje y harán
con él lo que les apetezca, sea esto lo que nosotros prefiramos o no.

Dicho pedagogo brindó a través de una tarea a simple vista fácil, una lección extraordinaria: mantener
nuestras convicciones y pensamientos firmes, aunque estos inclusive vayan en contra de lo que la mayoría
de individuos piense.

La actividad tiene detrás un mensaje de emancipación hacia los estudiantes, la cual es justamente el


objetivo que tenemos como educadores: promover la libertad de los sujetos, que estos logren convivir en
una sociedad democrática siendo críticos y libres.

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