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MODELOS Y NIVELES DE ATENCIÓN DE LA SALUD MENTAL

Análisis del Síndrome del Cuidador

JOSÉ GARFIAS CÁCERES

Mérida, Yucatán, México octubre del 2021.


Introducción
La Atención Primaria es el recurso de asistencia clínica que atiende en primera
instancia las distintas dolencias físicas y problemas de salud mental presentados por la
población; Dicho de otra manera, representa la puerta de entrada a la atención de salud
especializada.

Al respecto, Pastor (2008) expresa que, parece haber un consenso general en las
ciencias de la salud sobre la necesidad de abordar adecuadamente los problemas de salud
mental en la atención primaria, ya que es el primer nivel y la puerta de entrada al sistema de
salud en general. Sin embargo, la participación de los servicios de salud mental basados en
este nivel de atención ha sido muy rara o prácticamente inexistente.

Sobre el mismo tema, Redondo (2017) expresa que, es importante promover el acceso
de la psicología en el sector salud, ya que el aporte que puede tener está lejos de
complementar el de otras disciplinas por la importancia que ambas cumplen en pensamientos,
emociones y comportamientos en la creación de estilos de vida saludables.

Desde el punto de vista del modelo médico, la atención de los problemas de salud
mental en atención primaria se percibe generalmente como compleja, principalmente porque la
forma, intensidad y frecuencia de los síntomas y signos son muy diferentes en cada paciente.
Sin embargo, varios estudios enfatizan que la salud mental tiene un impacto directo en la salud
general de las personas.

Con relación con lo anterior, la Organización Mundial de la Salud [OMS] en su página


web panamericana, publicó en 2020 un artículo que tituló “No hay salud, sin salud mental” y en
el expuso que, la salud mental es una parte integral de la salud y va más allá de la ausencia de
trastornos mentales. Por ejemplo, los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias
ocupan el décimo lugar en la carga mundial de morbilidad y mortalidad y el trigésimo lugar entre
las enfermedades no mortales. A pesar de estas cifras, el gasto en servicios de salud mental en
todo el mundo solo representa el 2.8 % del gasto total en salud en general. De ahí que su
abordaje requiera intervenciones conjuntas de diferentes sectores para promoverlos y abordar
su tratamiento. (OMS, 2020).

Identificación de manifestaciones comunes


A continuación, se enlistan las manifestaciones comúnmente expresadas y observadas
en los cuidadores de personas dependientes de acuerdo con lo observado en los videos
propuestos.

Tipo de sobrecarga que presentan los Descripción de los signos y síntomas


cuidadores manifestados por los cuidadores

Sobrecarga psicológica • Cambios comportamentales y


desatención a sus propias rutinas y
hábitos
• Apatía
• Desatención a su propio de salud
• Aislamiento de su entorno social
• Trastornos del sueño
• Falta de concentración

Sobrecarga emocional • Trastornos del estado de ánimo


(Depresión)
• Trastornos de ansiedad
• Cambios bruscos de humor
• Exceso de estrés

Sobrecarga física de impacto directo a la • Agotamiento físico


salud • Dolores musculares
• Tendinitis
• Dolores de cabeza
• Consumo excesivo de fármacos y
otras sustancias
• Problemas digestivos

Sobrecarga social • Abandono de amistades


• Abandono de actividades sociales
• Aislamiento generalizado del entorno
• Conflictos familiares
Sobrecarga financiera • Debido a la demanda de tiempo de
cuidado reducen notablemente su
carga de trabajo remunerado o
renuncian a su trabajo
• Impacto directo a su situación
económica consecuente a las
necesidades de la persona
dependiente

Síndrome del cuidador.

De acuerdo con lo expresado en los videos propuestos para este proyecto el síndrome
del cuidador se caracteriza por la existencia de un cuadro pluri-sintomático, que afecta a todas
las esferas de la persona que realiza las función de cuidar a una persona dependiente, con
repercusiones médicas, sociales, económicas, y otras que pueden llevar al cuidador a tal grado
de frustración que puede generar el deseo de renunciar en sus labores de cuidado por la
sobrecarga que esta labor conlleva, repercutiendo negativamente tanto en su labor como
cuidador como en su vida personal, teniendo como consecuencia un importante deterioro de su
calidad de vida.

De igual manera los especialistas expusieron que, el cuidado de una persona


dependiente ya sea adulto mayor o un enfermo que no puede valerse por sí mismo, es siempre
una dura carga de trabajo. Principalmente porque contrae un gran carga física y psíquica
debido a que se responsabiliza de la vida del enfermo: medicación, higiene, cuidados,
alimentación, etc. Resultado de la cantidad de tiempo que dedica a su labor de cuidado, el
cuidador va perdiendo paulatinamente su independencia, porque el enfermo cada vez le
absorbe más.

Así mismo, explicaron que la demanda de atención por parte del sujeto dependiente
puede ser tan alta que el cuidador se desatiende a sí mismo: no toma el tiempo libre necesario
para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades, etc. y acaba paralizando,
durante largos años, su proyecto de vida. Mientras mayor sea el grado de dependencia de la
persona, es también mayor la cantidad de tiempo y de esfuerzo. Por eso, para muchos autores
sobre el tema, el cuidador es un paciente oculto o desconocido.
Revisión de la literatura.

El Washington State Departament of Social and Healt Services (2007) especifica que,
los cuidadores familiares de personas mayores dependientes son aquellas personas que, por
diferentes motivos, realizan esta labor a la que dedican gran parte de su tiempo y esfuerzo con
el objetivo de permitir que los adultos mayores puedan desenvolverse en su vida diaria,
ayudarlas a adaptarse a las limitaciones que impone su discapacidad funcional.

En el Manual de cuidados básicos para adultos mayores dependientes, Cádiz y


Morales (2006) señalan que, En síntesis dentro de las tareas del cuidador destacan: vigilar y
mantener la higiene; Proporcionar una alimentación e hidratación adecuada; Administrar la
medicación; Intentar mantener la autonomía personal; Potenciar las facultades físicas y
mentales; Prevenir los accidentes; Estimular la actividad física y manual; Ofrecer apoyo
afectivo; Estimular la comunicación y expresión de sentimientos y evitar la depresión y la
frustración.

Todas las actividades recién mencionadas indiscutiblemente exigen una enorme


demanda de tiempo y de igual modo producen una sobre carga de trabajo en el cuidador, lo
cual al ser regularmente una actividad que se realiza por un tiempo prologado puede originar en
éste el denominado síndrome de burnout del cuidador.

Al respecto, Grau, Flichtentrei, Suñer, Prats y Braga (2009) explican que el Síndrome
de Burnout aparece cuando fracasan los mecanismos compensatorios de adaptación ante
diversas situaciones, acompañadas de estrés sostenido. En el desarrollo del síndrome también
intervienen factores ambientales, culturales y particulares. Estos desencadenantes impactan
sobre el cuidador, independientemente de las características individuales de la persona.

La definición más aceptada es la de C. Maslach, que lo describe como una forma


inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento
emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal (Maslach,
mencionado en Crespo y López, 2007).

Por otro lado, Gil-Monte (2000) explica el síndrome de burnout del cuidador como
respuesta al estrés laboral crónico, que consiste en actitudes y sentimientos negativos hacia las
personas con las que trabaja, así como la experiencia de agotamiento emocional. Así, el
síndrome de burnout es un paso intermedio en la relación entre el estrés y las consecuencias
dañinas, que se presentan de la siguiente manera: estrés- burnout-consecuencias dañinas para
el sujeto, de manera que, si el estrés persiste en el tiempo, se presenta en forma de efectos
adversos para el sujeto. el individuo desde enfermedad o falta de salud con trastornos
psicosomáticos como enfermedades cardiovasculares, dolores de cabeza, gastritis y úlceras,
trastornos del sueño hasta mareos y vértigo.

Respecto a los niveles de estrés y sobrecarga que padecen los cuidadores de


personas dependientes y/o mayores el Instituto Nacional de Geriatría [INGER] publicó en su
página web oficial un manual de apoyo para comprender y ayudar a los cuidadores y promover
el cuidado y autocuidado. En este destaca que para ofrecer una atención adecuada en primer
lugar es importante realizar a los cuidadores una evaluación de sus niveles de sobrecarga y
propone hacerlo por medio de un test denominado “Test de la sobre carga del cuidador de Zarit
y Zarit” estandarizada para la población de cuidadores en México. El test es una escala de
Likert de 22 reactivos y que puede ser auto aplicado. Esta escala permite conocer los niveles de
sobre carga del cuidador valorados en tres niveles de severidad: leve, intensa y extrema-grave.
De igual manera este manual, describe cuales son los signos y síntomas que suelen
presentarse en el cuidador según el grado de estrés que presenten. En el caso del grado de
sobrecarga leve el cuidador presenta dificultad para levantarse, fatiga y quejas constantes
sobre su trabajo y la ayuda que recibe en este. Para el grado intenso además de las conductas
anteriores se suman una actitud negativa sobre la persona que cuida y las personas de su
entorno inmediato, enlentecimiento en las labores que realiza y el constante deseo de huir o
ausentarse. Por último, en grado de sobrecarga extrema-grave los signos que pueden
observarse son también un colapso físico y emocional, cuadro depresivo mayor, aislamiento,
abuso de fármacos u otras drogas como el alcohol, apatía y alto riesgo de suicidio (INGER,
2018).
Niveles de atención

García (2006) define los niveles de atención como una forma ordenada y estratificada
de organizar los recursos para satisfacer las necesidades de salud de una población.

Al respecto, Álvarez et al (2011) explican que, referente a los niveles de atención en la


salud pública, el primer nivel es el más cercano a la población, es decir, el nivel de primer
contacto. En consecuencia, se concreta como la organización de los recursos que permiten
atender las necesidades básicas y más frecuentes de atención que pueden ser atendidas a
través de medidas de promoción de la salud, prevención de enfermedades, recuperación y
rehabilitación. Es la puerta de entrada al sistema de salud. En el segundo nivel de atención, sin
embargo, se encuentran los hospitales e instalaciones en los que se brindan servicios en
medicina interna, pediatría, ginecología y obstetricia, así como de cirugía general y psiquiatría.
Finalmente, en el tercer nivel de atención, se reserva para la atención de problemas menos
comunes; se refiere a la atención de patologías complejas que requieren procedimientos
especializados y de alta tecnología.

Por lo tanto, y teniendo como evidencia los números estudios que existen acerca del
tema, los cuales proporcionan datos respecto a los indudables daños que causa en la salud del
cuidador la sobrecarga que implica cuidar de una persona dependiente, se hace evidente y
necesario atender a los cuidadores desde el primer nivel de atención, por medio de programas
de promoción del autocuidado y de igual forma ofrecer formación que les permita realizar de
manera eficaz su labor y prevenir y/o reducir factores de riesgo que confluyen en el apremiante
síndrome de sobrecarga del cuidador.

En este nivel sería recomendable que un equipo multi e interdisciplinario donde por
supuesto es necesario que participe un psicólogo especialista en el tema, proporcione
formación al respecto a los familiares que viven con enfermos dependientes de tal manera que
se prevenga oportunamente este síndrome.

De igual modo es importante ofrecer capacitación a los médicos familiares del primer
nivel para que reconozcan este conjunto signos y síntomas como síndrome relevante y que de
no ser tratado a tiempo puede abrir la puerta a enfermedades severas tanto física como
mentales concomitantes a la sobrecarga de estrés que implica cuidar de un enfermo
dependiente.

Por otro lado cuando el los síntomas ya están presentes en el cuidador y sus
consecuencias ya están causando estragos en la salud tanto física como mental del cuidador,
después de realizarse el diagnostico por medio del médico familiar, debe canalizarse con los
especialistas en medicina interna y psiquiatría alojados en clínicas de segundo nivel, esto con el
fin de atender oportunamente a los cuidadores afectados por el síndrome y procurar la
rehabilitación del cuidador quemado por la sobrecarga.

Es importante recalcar que la atención de un psicólogo que provea de un


acompañamiento psicoterapéutico a la par del tratamiento psiquiátrico es muy importante para
la recuperación del cuidador que sufre este síndrome y que la ingesta de fármacos para la
depresión y la ansiedad muy probablemente resulte insuficiente para la optima rehabilitación y
recuperación del paciente oculto que hay en cada cuidador.

En cuanto al tercer nivel de atención, cuando el cuidador ya es definitivamente otro


paciente, debido a las enfermedades que quizás ya padecía previamente y que como
consecuencia del síndrome se han agudizado, no puede pasarse por alto la atención y
seguimiento de enfermedades más complejas. Una de las quejas más comunes de los
cuidadores son problemas digestivos y dolores intensos en la región intestinal, de modo que el
especialista en ese rubro, el gastroenterólogo, suele estar en los hospitales de tercer nivel, y,
por tanto, en los casos mas severos de este síndrome de sobrecarga del cuidador incluso la
atención de tercer nivel es requerida.

Prevención
A continuación, se describe una propuesta para la prevención del síndrome de
sobrecarga del cuidador.

Taller de prevención del síndrome de sobrecarga del cuidador de personas


dependientes.

Objetivos del taller:


• Identificar las causas del síndrome de sobrecarga del cuidador (a diferencia del
estrés normal), sus efectos a nivel personal y familiar y cómo afrontar
situaciones de riesgo en el entorno próximo.
• Brindar un espacio de apoyo grupal donde se aprendan estrategias y técnicas
prácticas para la prevención del estrés crónico y el manejo emocional.
• Que el participante aprenda y aplique técnicas de planificación y gestión del
tiempo.

Taller de prevención
del síndrome de sobrecarga del cuidador de personas dependientes

Actividad Tema Especialista responsable Materiales

Dinámica de Dinámica: La pelota Coordinador del taller Equipo de sonido,


presentación y rompe preguntona. La micrófono y pelota
hielo persona que ha
quedado con la pelota
en la mano se
presenta para el
grupo: dice su nombre
y lo que le gusta hacer
en los ratos libres.
Platica ¿Qué es el síndrome Licenciado en Cañón proyector
Duración 1 hora del cuidador psicología Computadora
quemado? Equipo de sonido
¿cómo afecta y como
se previene?
Plática y Prueba de Reconocimiento de mí Licenciado en Cañón proyector
autodiagnóstico mismo: ¿Estoy psicología Computadora
quemado? Equipo de sonido
Escala de sobrecarga Fotocopias de la
del cuidador de Zarit escala de Zarit para
autodiagnóstico y
lápices.
Plática ¿Cómo se trata? Licenciado en Cañón proyector
Nuevas estrategias y administración del Computadora
mecanismos para tiempo libre. Equipo de sonido
sobrellevar las
actividades diarias.
Desarrollo de Aprendiendo Licenciado en Equipo de sonido
habilidades para el habilidades para Fisioterapia
manejo del estrés. gestionar los niveles
de tensión y estrés en
la rutina diaria:
• Técnica
Respiratoria.
•Técnicas de
Relajación
• Muscular progresiva.
• Muscular localizada

Al finalizar el taller
• Se formará un grupo de apoyo y autoayuda como un espacio donde los cuidadores puedan
expresarse, fortalecerse, y ofrecerse ayuda para prevenir la severidad de este síndrome.
• Se entregará un manual de cuidados básicos para personas dependientes.

Beneficios esperados

Al finalizar el taller de Taller de prevención del síndrome de sobrecarga del cuidador de


personas dependientes se espera que los participantes:

I. Adquieran conocimientos respecto a los riesgos en su salud física, psicológica,


emocional, sociales y económicas y desarrollen rutinas para prevenirlos
mejorando de esta manera, la calidad de atención que proporcionan y su propia
calidad de vida.
II. Identifiquen y reconozcan sus fortalezas, debilidades, oportunidades y
amenazas, tanto de modo individual como en su entorno familiar que influyen
en su salud.
III. Aprendan técnicas para el autocuidado y hábitos saludables.
IV. Aprendan ejercicios simples para gestión y aprovechamiento del tiempo y
prevenir cuadros depresivos y ansiosos resultantes de su labor como
cuidadores.
V. Fomenten grupos de autoayuda que les proporcione un espacio de expresión y
para compartir sus experiencias e inquietudes acerca de su labor como
cuidadores.

Conclusión
El síndrome de sobrecarga del cuidador, es un estado de agotamiento físico,
emocional y mental que ocurre en personas que asumen el rol de cuidar a un ser querido
durante un largo periodo de tiempo. En el contexto mexicano es muy común que cuando un
familiar se enferma y requiere de apoyo un miembro de la familia que regularmente es mujer,
asuma esta responsabilidad aun cuando no posee conocimientos básicos para realizar esta
actividad y también desconoce los posibles riesgos a su salud que esta labor puede contraer.

La prevención es un punto fundamental para la salud de toda persona, en el caso de


los cuidadores dependientes y el síndrome que hemos examinado en este trabajo, el
desconocimiento al respecto es una dificultad para su prevención ya que no se puede advertir
de lo que se desconoce.

Ante la importancia que tiene conocer y prevenir sobre este síndrome en este trabajo
se realizó una propuesta de taller respecto al tema para ayudar a su difusión y aportar técnicas
que mejoren la calidad de vida de los cuidadores.

No obstante, debido a la escala e importancia del problema de salud, es imperativo que


los servicios de salud en México planifiquen e implementen programas de prevención a nivel
nacional que concienticen a la ciudadanía sobre este síndrome y que se capacite a los equipos
multidisciplinarios de los tres niveles de atención de la salud, de modo que se priorice en el
diagnóstico correcto y oportuno, así como de derivar a los pacientes a profesionales
capacitados en el manejo de este tipo de síndrome y evitar mayores costos en la salud de los
cuidadores.
Referencias Bibliográficas

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