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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”


LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
CURSO: FILOSOFÍA
DOCENTE: EDVIN DE JESÚS LUCAS SÁENZ

Capítulos XVI, XVII y XVII del libro "Lecciones Preliminares de Filosofía" de Manuel
García Morente:

Neyzer Pablo Adolfo Guerra Pineda 5016-23-13381

Cuilapa, 5 de mayo de 2023


Introducción.
El libro "Lecciones Preliminares de Filosofía" escrito por Manuel García Morente,
es una obra fundamental que aborda los conceptos y principios fundamentales de la
filosofía. En los capítulos XVI, XVII y XVIII, el autor profundiza en temas cruciales
que nos invitan a reflexionar sobre la realidad, el conocimiento y la moral.

En el capítulo XVI, titulado "El problema del conocimiento", García Morente


explora las interrogantes acerca de cómo conocemos el mundo que nos rodea y cómo
podemos llegar a adquirir un conocimiento válido y confiable. A través de un análisis
riguroso, nos introduce en los distintos tipos de conocimiento, como el conocimiento
sensible y el conocimiento intelectual, y examina las teorías que intentan explicar su
origen y validez.

En el capítulo XVII, "El idealismo y el realismo", el autor presenta dos corrientes


filosóficas fundamentales que han marcado la historia del pensamiento. El idealismo
propone que la realidad es producto de la mente y que los objetos tienen existencia
en tanto son percibidos o pensados, mientras que el realismo sostiene que la realidad
existe de manera independiente a nuestra percepción y pensamiento. García Morente
nos guía a través de un análisis comparativo de ambas posturas, mostrando sus
puntos de encuentro y divergencia.

Por último, en el capítulo XVIII, "El problema moral", el autor nos invita a
reflexionar sobre las cuestiones éticas que enfrentamos en nuestra vida cotidiana.
Explora la naturaleza de la moral, las distintas teorías éticas y las bases racionales
para fundamentar nuestras acciones morales. Además, examina la relación entre la
moral y la libertad, y cómo nuestras decisiones y acciones pueden influir en nuestra
realización personal y en la sociedad en general.

A través de estos tres capítulos, Manuel García Morente nos sumerge en un profundo
análisis filosófico, desafiándonos a cuestionar nuestras creencias y ampliando
nuestra comprensión de la realidad, el conocimiento y la moral. Con su estilo claro
y accesible, el autor nos brinda las herramientas necesarias para iniciar un diálogo
interno y externo en torno a estos temas cruciales para la condición humana.
El problema del idealismo trascendental.
El problema del idealismo trascendental es una cuestión filosófica que se plantea en
el ámbito de la teoría del conocimiento y que ha sido ampliamente debatida a lo
largo de la historia de la filosofía. El idealismo trascendental se origina en la obra
del filósofo alemán Immanuel Kant y busca comprender la relación entre el sujeto y
el objeto del conocimiento.

El idealismo trascendental sostiene que el conocimiento que tenemos del mundo no


se limita únicamente a la percepción de los objetos tal como son en sí mismos, sino
que está mediado por las estructuras y categorías a priori de la mente humana. Según
Kant, estas estructuras y categorías son inherentes a nuestra facultad cognitiva y
condicionan nuestra experiencia y comprensión del mundo.

En otras palabras, el idealismo trascendental afirma que la realidad que percibimos


no es simplemente una copia fiel de la realidad en sí misma, sino una construcción
subjetiva basada en nuestras capacidades cognitivas y en las formas en que nuestra
mente organiza la información sensorial.

Esta perspectiva idealista plantea una serie de interrogantes y desafíos. Por un lado,
nos lleva a preguntarnos hasta qué punto podemos conocer la realidad tal como es,
dado que nuestra percepción está influenciada por nuestras propias estructuras
mentales. Por otro lado, plantea la cuestión de cómo podemos afirmar la existencia
de un mundo externo independiente de nuestra experiencia subjetiva.

A lo largo de la historia, filósofos como Kant, Fichte, Schelling y Hegel han


desarrollado y debatido diferentes variantes y enfoques del idealismo trascendental.
Estos debates han tenido un impacto significativo en la filosofía, ya que han
desafiado las concepciones tradicionales del conocimiento y la realidad, y han
estimulado nuevas investigaciones y perspectivas en la teoría del conocimiento.

En resumen, el problema del idealismo trascendental se centra en la relación entre la


mente y el mundo exterior, argumentando que nuestro conocimiento está mediado
por estructuras y categorías mentales. Este enfoque desafía las concepciones
tradicionales del conocimiento objetivo y plantea interrogantes sobre la naturaleza y
los límites de nuestra comprensión del mundo.
El idealismo del racionalismo.
El idealismo del racionalismo es una corriente filosófica que se origina en el contexto
del racionalismo, un movimiento intelectual que se desarrolló en los siglos XVII y
XVIII. El idealismo racionalista sostiene que la realidad última y fundamental es de
naturaleza mental o espiritual, y que la razón es el medio principal para acceder a
esta realidad.

Los filósofos racionalistas, como René Descartes, Baruch Spinoza y Gottfried


Leibniz, se centran en la capacidad de la razón humana para conocer y comprender
el mundo. Para ellos, la razón es la fuente principal de conocimiento y la base para
establecer verdades universales y necesarias.

Desde la perspectiva del idealismo racionalista, la realidad se concibe como un


sistema coherente de ideas y conceptos que tienen una existencia independiente y
trascendental. Estas ideas y conceptos son considerados como fundamentos últimos
y permanentes, que trascienden las percepciones sensoriales y las particularidades
empíricas.

El idealismo racionalista también enfatiza la idea de que la mente humana posee una
capacidad innata para comprender los principios y leyes que rigen el universo. A
través del uso de la razón, se considera que podemos acceder a verdades
fundamentales sobre la realidad, como las leyes matemáticas, las leyes de la lógica
y los principios metafísicos.

Sin embargo, es importante destacar que el idealismo racionalista no niega la


existencia del mundo material, sino que sostiene que este mundo es una
manifestación o fenómeno de la realidad mental o espiritual subyacente. El énfasis
recae en la primacía de la razón y la mente en la interpretación y comprensión de la
realidad.

En resumen, el idealismo del racionalismo es una corriente filosófica que destaca la


primacía de la razón y la mente en la comprensión de la realidad. Sostiene que la
realidad última es de naturaleza mental o espiritual y que la razón es el medio para
acceder a ella. A través de la razón, se busca descubrir principios universales y
verdades fundamentales que trascienden las experiencias sensoriales.
Juicios analíticos y juicios sintéticos.
Los juicios analíticos y juicios sintéticos son conceptos fundamentales dentro de la
filosofía del conocimiento y la lógica, propuestos por el filósofo alemán Immanuel
Kant. Estos términos se refieren a diferentes tipos de afirmaciones o proposiciones
y tienen implicaciones importantes en la teoría del conocimiento.

Un juicio analítico es aquel en el que el predicado está contenido en el concepto del


sujeto. En otras palabras, la verdad del juicio se determina simplemente por el
significado de las palabras utilizadas en la afirmación. No es necesario recurrir a la
experiencia o a la observación del mundo para verificarlo. Por ejemplo, el juicio
"Todos los solteros son hombres" es analítico, ya que la idea de ser soltero ya implica
ser hombre. Es una verdad necesaria que se deriva de la definición misma de los
términos involucrados.

Por otro lado, un juicio sintético es aquel en el que el predicado añade algo nuevo al
concepto del sujeto y no se puede determinar su verdad solo por el análisis de los
términos utilizados. En los juicios sintéticos, la verdad o falsedad se establece
mediante la experiencia y la observación del mundo. Por ejemplo, el juicio "El agua
hierve a 100 grados Celsius" es sintético, ya que no se puede deducir esta afirmación
solo por la comprensión de los términos "agua" y "hervir". Es necesario realizar
experimentos o recurrir a la experiencia para verificar si esta afirmación es
verdadera.

Kant sostuvo que los juicios analíticos son a priori, es decir, se pueden conocer
independientemente de la experiencia y se basan en la lógica y las definiciones
conceptuales. Por otro lado, los juicios sintéticos son a posteriori, se basan en la
experiencia y son necesarios para ampliar nuestro conocimiento más allá de lo que
se puede determinar solo por la razón.

Sin embargo, Kant también introdujo la noción de juicios sintéticos a priori, que son
afirmaciones que añaden conocimiento nuevo y no se pueden deducir únicamente
del análisis de los términos, pero que no requieren de la experiencia para ser
conocidos. Estos juicios sintéticos a priori, como las verdades matemáticas y los
principios de la lógica, fueron considerados por Kant como fundamentales para
nuestro entendimiento del mundo y nuestras capacidades cognitivas.
Fundamento de los juicios analíticos y sintéticos.
Los fundamentos de los juicios analíticos y sintéticos se refieren a las bases o
principios que respaldan y explican la naturaleza de estos tipos de juicios en la teoría
del conocimiento.

En el caso de los juicios analíticos, su fundamento radica en la relación entre los


conceptos y las definiciones. Estos juicios se consideran verdaderos por definición,
es decir, la verdad de la afirmación se deriva del significado de los términos
utilizados en la proposición. En un juicio analítico, el predicado está contenido en el
concepto del sujeto, lo que significa que se puede extraer o deducir lógicamente de
la definición del sujeto. Por lo tanto, su fundamentación se encuentra en la estructura
lógica y conceptual de los términos involucrados.

Por otro lado, los juicios sintéticos encuentran su fundamento en la relación entre la
experiencia y el conocimiento. Estos juicios no se pueden determinar solo por el
análisis de los términos, sino que requieren la verificación o falsificación a través de
la experiencia y la observación del mundo. La verdad de un juicio sintético se
establece mediante la confrontación con la realidad empírica. Estos juicios aportan
información nueva y amplían nuestro conocimiento más allá de lo que se puede
determinar únicamente por la razón. Su fundamento se encuentra en la relación entre
la percepción sensible y el razonamiento lógico.

En el caso de los juicios sintéticos a priori, como los principios matemáticos y los
principios de la lógica, su fundamento se basa en la capacidad de la razón para
establecer verdades universales y necesarias que no dependen de la experiencia
empírica. Estos juicios a priori se consideran fundamentales para nuestro
entendimiento del mundo y nuestras capacidades cognitivas, ya que establecen
relaciones y estructuras conceptuales que trascienden la experiencia.

En resumen, los fundamentos de los juicios analíticos se basan en la estructura lógica


y conceptual de los términos utilizados, mientras que los fundamentos de los juicios
sintéticos se encuentran en la relación entre la experiencia y el conocimiento, y en
la capacidad de la razón para establecer verdades universales y necesarias. Los
juicios sintéticos a priori, por su parte, se basan en la capacidad de la razón para
establecer verdades que no dependen de la experiencia empírica.
La ciencia está constituida por juicios sintéticos a priori.
Según Manuel García Morente, la ciencia está constituida por juicios sintéticos a
priori. Esta afirmación se basa en la interpretación y aplicación de los conceptos
filosóficos de Kant, quien planteó la posibilidad de juicios sintéticos a priori en su
obra "Crítica de la razón pura".

Los juicios sintéticos a priori se refieren a afirmaciones que añaden conocimiento


nuevo y no se pueden deducir únicamente por la razón, pero que no requieren de la
experiencia para ser conocidos. Estos juicios no se basan en la observación empírica,
pero se consideran necesarios y universales. Son afirmaciones que amplían nuestro
entendimiento y van más allá de lo que se puede determinar solo por la razón lógica.

García Morente sostiene que la ciencia se fundamenta en este tipo de juicios


sintéticos a priori. En el ámbito científico, se establecen principios, leyes y teorías
que se consideran válidos y aplicables en diversos contextos, incluso antes de ser
comprobados empíricamente. Estos juicios a priori no se basan únicamente en la
experiencia, sino que se sustentan en la capacidad de la razón para establecer
conexiones y estructuras conceptuales que trascienden la mera observación.

La ciencia, para García Morente, busca descubrir y explicar regularidades y patrones


en la naturaleza, y para lograrlo, utiliza la razón y los juicios sintéticos a priori. Estos
juicios permiten establecer principios y leyes universales que son considerados
necesarios en el ámbito científico, incluso si no han sido confirmados por la
experiencia empírica en todos los casos particulares.

En resumen, García Morente argumenta que la ciencia se basa en juicios sintéticos


a priori, ya que establece principios y leyes que trascienden la experiencia empírica.
Estos juicios añaden conocimiento nuevo y son considerados necesarios y
universales en el ámbito científico. La capacidad de la razón para establecer estas
conexiones y estructuras conceptuales es fundamental para el desarrollo y progreso
de la ciencia.
Posibilidad de los juicios sintéticos a priori.
Según Manuel García Morente, la posibilidad de los juicios sintéticos a priori se
refiere a la capacidad de la razón humana para establecer afirmaciones que añaden
conocimiento nuevo y son necesarias y universales, sin depender únicamente de la
experiencia empírica.

Tradicionalmente, se ha considerado que el conocimiento se obtiene a través de la


experiencia sensorial, es decir, a posteriori. Sin embargo, Immanuel Kant introdujo
la noción de juicios sintéticos a priori, argumentando que existen conocimientos que
no se basan únicamente en la experiencia, sino que son previos a ella y se obtienen
a través de la razón.

García Morente acepta esta posibilidad y defiende que la razón humana tiene la
capacidad de establecer principios y leyes que son necesarios y universales, y que
van más allá de lo que se puede determinar únicamente por la experiencia. Estos
juicios sintéticos a priori, según García Morente, permiten ampliar nuestro
entendimiento y establecer conexiones conceptuales que trascienden la mera
observación empírica.

La posibilidad de los juicios sintéticos a priori implica que el conocimiento científico


y filosófico puede ser válido y significativo incluso antes de ser confirmado por la
experiencia. Estos juicios se basan en la capacidad de la razón para establecer
relaciones conceptuales, establecer principios generales y descubrir regularidades en
la naturaleza.

En resumen, según García Morente, la posibilidad de los juicios sintéticos a priori


implica que la razón humana tiene la capacidad de establecer conocimientos que van
más allá de la experiencia empírica y que son necesarios y universales. Estos juicios
permiten ampliar nuestro entendimiento y establecer conexiones conceptuales que
trascienden la observación empírica, y son fundamentales en el desarrollo de la
ciencia y la filosofía.
CONCLUSION.
1. Los juicios analíticos y sintéticos desempeñan roles fundamentales en la teoría
del conocimiento: Los juicios analíticos se basan en la estructura lógica y
conceptual de los términos utilizados, mientras que los juicios sintéticos
aportan conocimiento nuevo y trascienden la mera definición de los
conceptos. Ambos tipos de juicios son importantes en la comprensión y
expansión de nuestro entendimiento de la realidad.
2. Los juicios sintéticos a priori destacan la capacidad de la razón humana para
ir más allá de la experiencia: La posibilidad de los juicios sintéticos a priori,
defendida por filósofos como Kant y García Morente, resalta la capacidad de
la razón humana para establecer principios y leyes que son necesarios y
universales, y que no dependen exclusivamente de la observación empírica.
Esto implica que el conocimiento puede ser válido y significativo incluso
antes de ser confirmado por la experiencia, permitiendo un desarrollo
profundo de la ciencia y la filosofía.

En conjunto, estos puntos subrayan la importancia de la razón y la estructura


conceptual en la adquisición de conocimiento, así como la posibilidad de alcanzar
verdades fundamentales más allá de la mera observación empírica. La interacción
entre los juicios analíticos y sintéticos, así como la capacidad de la razón para
establecer juicios sintéticos a priori, nos permite expandir nuestro entendimiento y
explorar los límites del conocimiento humano.
Recomendaciones.
1. Fomenta el estudio y la comprensión de la filosofía del conocimiento: La
exploración de los conceptos de juicios analíticos, sintéticos y sintéticos a
priori nos lleva a cuestionar y comprender cómo adquirimos y justificamos el
conocimiento. Recomiendo dedicar tiempo a estudiar la filosofía del
conocimiento y sus diferentes corrientes, lo que nos permitirá tener una base
sólida para reflexionar sobre la naturaleza del conocimiento y sus
fundamentos.
2. Mantén una actitud crítica y abierta hacia el conocimiento: Al comprender la
distinción entre juicios analíticos y sintéticos, así como la posibilidad de
juicios sintéticos a priori, es importante desarrollar una mentalidad crítica y
abierta hacia el conocimiento. Esto implica cuestionar nuestras suposiciones,
examinar la validez de nuestros argumentos y estar dispuestos a considerar
nuevas perspectivas. Al mantener una actitud crítica y abierta, estaremos
mejor preparados para enfrentar los desafíos intelectuales y para buscar un
entendimiento más profundo y completo del mundo que nos rodea.

Recuerda que la filosofía del conocimiento es un campo en constante desarrollo y


debate, por lo que estar dispuesto a explorar diferentes puntos de vista y revisar
nuestras propias ideas nos permitirá seguir creciendo intelectualmente y ampliar
nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos.

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