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Cultura e Idioma Maya, Garífuna o Xinka

COSMOVISION MAYA

La cosmovisión maya es la visión del mundo del pueblo maya. Es una forma de vida que tiene que

ver con la concepción que las mujeres y hombres mayas tienen de la vida, del universo, del otro (en

el sentido comunitario), y con los otros elementos de la naturaleza y los animales.

La Cosmovisión Maya se refiere a la visión del mundo del pueblo maya, según la cual “toda la

naturaleza se encuentra integrada, ordenada e interrelacionada” (García, Curruchiche & Taquirá,

2009, p. 55). Para este pueblo, “todos aquellos elementos que existen en la naturaleza, es decir,

todo lo que hay en el universo es animado o tiene vida. Cada ser, se complementa y completa a los

demás” (García, Curruchiche & Taquirá, 2009, p. 55).

De acuerdo con Verdugo (2009, p. 855), el pueblo maya es el pueblo indígena más numeroso en

Guatemala, representa al 39,3% de la población total y está conformado por 22 comunidades

lingüísticas: achi’, akateko, awakateko, chalchiteko, ch’orti’, chuj, itza’, ixil, jakalteco o popti’,

kaqchikel, k’iche’, mam, mopan, poqomam, poqomchi’, q’anjob’al, q’eqchi’, sakapulteko,

sipakapense, tektiteko, tz’utujil y uspanteko.

Cosmovisión

El término cosmovisión está asociado a la manera de observar e interpretar el mundo (Real

Academia Española, 1984). De acuerdo con Ferrater (1965), la cosmovisión es una concepción del

mundo que penetra la vida espiritual del hombre y sirve como marco orientativo de la acción práctica

de los individuos (p. 244). En este sentido, ayuda a los individuos a percibir el universo como

ordenado e incluye teorías cosmogónicas que revelan el origen del mundo natural y de la especie

humana; contiene ideas sobre las fuerzas que sostienen el universo material, la vida individual y

colectiva. Hay diferentes tipos, algunas representan estas fuerzas como leyes naturales y filosóficas,

y hay otras que las consideran dioses, espíritus u otras entidades, los cuales se manifiestan en

símbolos y tienen nombres propios según la sociedad en particular (Rupflin, 1999).


Una cosmovisión es, pues, la relación entre la cultura y el individuo que se manifiesta mediante las

creencias y conocimientos particulares de una comunidad (Palma, 2006).

Sistema interrelacionado

El pueblo maya interpreta el mundo como un sistema interrelacionado y como un orden espiritual

vigilado y moral, que demanda respeto, gratitud y moderación (Chochoy, et al., 2006; Palma, 2006).

El Gobierno de Guatemala reconoció, a través del Acuerdo sobre identidad y derechos de los

pueblos indígenas, que la cosmovisión maya se fundamenta en la relación armónica de todos los

elementos del universo, en el que el ser humano es un elemento más, la tierra es la madre que da la

vida y el maíz un signo sagrado (“Acuerdo sobre identidad”, 1997).

Para este pueblo, todos los individuos tienen una misión dentro de la totalidad de elementos que

constituyen el universo, todos traen un trabajo y una función ineludible (Lima, 1995). En la

concepción maya del mundo, la misión de cada ser en esta vida “es otorgada por la naturaleza, para

guardar co-

rrespondencia y armonía con los demás seres y el cosmos” (García, Curruchiche & Taquirá, 2009, p.

233).

Aspectos de la cosmovisión maya

Según Aj Xol Ch’ok (2008), los aspectos más significativos de la cosmovisión maya son los

siguientes:

1. Todo es sagrado.

2. El maíz es la base de la vida.

3. Todo tiene Winaqil o es Winaq, término que refiere a la vida, imagen, corazón y espíritu que

comparten todos los seres vivos del universo.

4. Todo tiene vida. Todo lo que existe en el sagrado Kaj Ulew (universo) está vivo y cumple una

función por la cual se le ha dado esa existencia.

5. Todo tiene Rajawal, madre y padre.

6. Todo necesita alimentarse y sustentarse.

7. Todo es parte de cada ser que existe.


8. Todo tiene un lenguaje. A cada situación, a cada ser vivo, a cada actividad, a cada

instrumento se le debe hablar respetuosamente, todo tiene un discurso.

En la cosmovisión maya, el maíz es sagrado y constituye la base de la vida (García, Curruchiche &

Taquirá, 2009, p. 155):

El sagrado maíz es la base de la vida, es un elemento central de la cosmovisión maya,

desde el inicio de nuestra existencia hasta hoy día. Según el Popol Wuj, nuestros abuelos y

nuestras abuelas formaron al hombre y a la mujer usando el maíz, por eso el proceso de

realizar la siembra del maíz es trascendental e importante, el sagrado maíz ha marcado y

dado sentido a la vida, por lo que hay que guardar respeto, fundamentalmente, por los cerros.

La siembra del maíz es sagrada porque está unida con la vida del ser humano, el cual, al igual que

el maíz, nace, crece, florece, produce, madura y muere. El maíz es un ser vivo y está establecido un

orden lógico de cómo se debe hacer cada procedimiento practicado por nuestros abuelos.

Uno de los aspectos más importantes de la cultura Maya es su cosmovisión. Desde sus orígenes,

han manejado la el concepto de un mundo dividido en tres partes superpuestas: los cielos, el mundo

terrenal y el inframundo (Xibalba). Por lo tanto, el inframundo se ubica bajo nuestro mundo, es un

lugar de nueve niveles, habitado por seres y dioses que controlan los fenómenos naturales, quienes

proveen la vida pero a su vez son traicioneros y envidiosos. A Xibalba se accede por las cuevas y

los cuerpos de agua, como lagos y cenotes. El mundo terrenal está poblado de plantas, animales,

seres humanos, aluxes, nawales y otros seres sobrenaturales. El nawal es el vínculo de la persona

con la naturaleza y puede ser un animal, una planta u otro ente. Consiste en un espíritu gemelo o

«co-escencia», que los mayas prehispánicos llamaban way y fue representado en vasijas e

inscripciones.

Las deidades mayas han exigido la obediencia de los humanos y castigan a quienes se olvidan de

ellos. Por esta razón son destruidas las dos primeras creaciones en el Popol Wuj. Antiguamente los

dioses exigían ofrendas de sangre como agradecimiento de su propio sacrificio que permitió la

creación de hombres y mujeres, por lo que se llevaban a cabo sacrificios de animales y personas.

En la actualidad, el papel de algunos de estos dioses ha sido tomada por los “santos patrones”, a
quienes deben hacérsele “favores” constantemente para mantenerlos satisfechos y así evitar que

haga sufrir males.

La naturaleza es central en la cosmovisión de los pueblos mayas, dada la estrecha relación que hay

entre la sagrada tierra (loq’alaj ulew) y el ser humano (winaq). No existe una distinción entre ambos,

pues todos los seres son parte de un mismo sistema vivo llamado qanan ulew (Nuestra Madre

Tierra). Todo tiene vida, nada es inerte: un árbol, una piedra, el cielo o el viento, todo posee el

mismo soplo de vida que lo hace acreedor del más profundo respeto. Al haber vivido en profundo

contacto con la naturaleza, se busca el equilibrio con ella. La tierra es considerada una madre a la

cual se debe cuidar, como ella nos provee a nosotros. Cualquier desastre natural, por ejemplo, es

producto de nuestra negligencia para con la Madre Tierra. La siembra es también considerada un

acto muy especial en el cual la Madre Tierra es preñada por el trabajo del hombre y brinda así, el

sagrado maíz, del cual fue hecha la carne del hombre. En el arte prehispánico, las formas más

comunes vienen de la naturaleza: jaguares, monos, aves y reptiles mitológicos, donde los cerros,

árboles y las ninfas de agua representan paisajes los paisajes sagrados.


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