Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CÁTEDRA DE PARASITOLOG ÍA
TEMA:
CISTICERCOSIS
GRUPO N°11
INTEGRANTES:
SIXTO ORLANDO PROAÑO JIMENEZ
RAMOS SAVERIO JAMILETTE ESTEFANÍA
JORGE LUIS RICARDO DEL PEZO
DOCENTE:
DRA. GIOVANNA ALBÁN
CURSO:
MED-S-CO-3-4
CICLO I
2023-2024
CISTICERCOSIS
CICLO DE VIDA
La cisticercosis es una infección de humanos y cerdos con las etapas larvarias del
cestodo parasitario, Taenia solium . Esta infección es causada por la ingestión de huevos
arrojados en las heces de un portador humano de tenia. Estos huevos son
inmediatamente infecciosos y no requieren un período de desarrollo fuera del huésped.
Los cerdos y los humanos se infectan al ingerir huevos o proglótides grávidas. Los seres
humanos suelen estar expuestos a los huevos al ingerir alimentos o agua contaminados
con heces que contienen estos huevos o proglótidos o por propagación de persona a
persona. Los portadores de tenia también pueden infectarse a través de la transmisión
fecal-oral (p. ej., causada por una mala higiene de las manos).
Una vez que se ingieren los huevos o proglótides, las oncósferas eclosionan en el
intestino invaden la pared intestinal, ingresan al torrente sanguíneo y migran a múltiples
tejidos y órganos donde maduran y se convierten en cisticercos durante 60 a 70 días.
Algunos cisticercos migrarán al sistema nervioso central, causando secuelas graves
(neurocisticercosis). Esto difiere de la teniasis, que es una infección intestinal con la
tenia adulta. Los seres humanos adquieren infecciones intestinales por T. solium
después de comer carne de cerdo poco cocinada que contiene cisticercos imagen. Los
quistes se evaginan y se adhieren al intestino delgado por sus escólices. Las tenias
adultas se desarrollan hasta la madurez y pueden residir en el intestino delgado durante
años.
PATOLOGÍA Y PATOGENIA
Los cisticercos se pueden localizar en muchas partes del organismo, pero en la mayoría
de los casos comprometen el SNC. Después de esta localización le siguen en frecuencia,
el tejido celular subcutáneo, músculos y ojos. El número de vesículas puede ser
múltiple, aunque en ocasiones se observan muy pocas o sólo una. El cisticerco elabora
una variedad de sustancias entre ellas la taeniaestatina que es un inhibidor de la serina
proteína del parásito que inhibe la respuesta inflamatoria del huésped.
En el SNC puede invadir cualquiera de sus estructuras. La localización más frecuente es
en el parénquima de los hemisferios cerebrales, seguido de las cavidades
ventriculocisternales, principalmente el IV ventrículo, espacio subaracnoideo, las
meninges y la médula. La cisticercosis múltiple es más frecuente que la única y a veces
se encuentran quistes gigantes únicos de 5 cm de diámetro o mayores, principalmente en
la cisura de Silvio. La forma racemosa prefiere las cavidades, en las cuales adquiere
diferente forma y tamaño. La inflamación de los tejidos, principalmente en SNC, se
presenta con mayor intensidad cuando los quistes mueren, bien sea espontáneamente o
por tratamiento.
Manifestaciones clínicas
Existen muchos casos asintomáticos con invasión del SNC, en los cuales la presencia de
los cisticercos fue un hallazgo de autopsia. En las formas que afectan el SNC la
sintomatología es muy variada y está determinada por la localización, el número de
parásitos y la respuesta inmunológica. La enfermedad puede ser aguda o crónica, y el
período de incubación varía de pocos meses a muchos años. Estos síndromes en orden
de frecuencia son los siguientes:
l. Epilepsia. Se presenta principalmente en la localización parenquimatosa. Los quistes
o las calcificaciones en el cerebro actúan por compresión, destrucción o irritación del
tejido y dan lugar a convulsiones generalizadas de tipo gran mal, focales, sensitivas y
motoras. En La cisticercosis calcificada, especialmente de la corteza cerebral, se
producen frecuentemente convulsiones de tipo gran mal. La epilepsia en cisticercosis es
generalmente de aparición tardía (más común después de los 20 años). Debe anotarse
que la epilepsia se puede presentar en NCC activa (con quistes vivos) o en NCC
inactiva (con quistes calcificados).
2. Cefalea e hipertensión intracraneana. La cefalea se aumenta con los esfuerzos
como tos, defecación, etc., y no responde a los analgésicos en casos avanzados. Puede
asociarse a síntomas de hipertensión intracraneana, como náuseas y vómito, diplopía,
papiledema y pérdida progresiva de la agudeza visual, debido a atrofia óptica por
compresión del quiasma o del nervio óptico, que puede llevar a la ceguera. Este
síndrome se debe a quistes en los ventrículos y cisternas o a múltiples quistes
intraparenquimatosos que causan edema cerebral. En el primer caso, ocasionalmente se
llega a producir un bloqueo súbito del LCR
5. Síndrome de pares craneanos. Los pares más afectados son el óptico, oculomotores
y auditivo, con la sintomatología correspondiente a cada uno de ellos.
6. Síndrome medular. Se presenta independiente o asociado a otros síndromes ya
mencionados. Se caracteriza por cambios motores y sensitivos en las extremidades
inferiores, como parestesias, dolor radicular y alteraciones de los esfínteres y finalmente
parálisis. Los pacientes pueden tener bloqueo total o parcial del LCR, observado en la
mielografía.
Oftalmocisticercosis
Esta es la tercera localización en frecuencia. Cuando el cisticerco se localiza en el globo
ocular, generalmente es único y unilateral. Cuando está vivo se observa como una
vesícula móvil. Puede producir reacción inflamatoria del tracto uveal y de la retina, con
exudado, endoftalmitis, desprendimiento de la retina y aun ceguera. La localización más
común es subretiniana, donde produce poca lesión tisular mientras el parásito esté vivo,
pero al morir origina cambios histológicos importantes, por inflamación y reacción
inmunológica. Cuando el parásito está vivo puede dar origen a cambios visuales o
disminución de la agudeza visual. Cuando el cisticerco muere, hay dolor, fotofobia,
aumento de la deficiencia visual o ceguera. Puede también presentarse en la parte
externa del globo ocular.
DIAGNÓSTICO
En la neurocisticercosis el diagnóstico clínico se presume por la sintomatología y los
antecedentes epidemiológicos, pero debe confirmarse con estudios imagenológicos que
incluyen radiografía (Rx), tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia
magnética (RM). Estos métodos revelan la existencia de quistes vivos, e n involución o
calcificados. También permiten identificar los quistes intraventriculares y meníngeos.
Entre los métodos inmunológicos el de preferencia es el inmunoblot, por la alta
sensibilidad y especificidad. La prueba de ELISA utilizada con frecuencia tiene buena
sensibilidad, pero baja especificidad. La identificación de antígenos demuestra
cisticercosis activa y la prueba de PCR confirma el parásito. El diagnóstico de las
formas subcutáneas o musculares se confirma con biopsia y en las oculares por
observación directa de los parásitos.
Estudios imagenológicos: La escanografía o TAC es el método más utilizado en la
actualidad y permite ver bien las calcificaciones. De acuerdo con un estudio en 710
casos de neurocisticercosis en México, las localizaciones por estudios radiológicos
fueron: parenquimatosa 66.6%, meníngea 17.6%, mixta 13.5% e intraventricular 2.3%.
Aunque las clasificaciones radiológicas de la neurocisticercosis son variadas y algunas
con gran detalle. Debe tenerse en cuenta que en muchos casos coexisten varios tipos de
lesión:
l. Quistes parenquimatosos vivos: Son imágenes de menor densidad, únicas o
múltiples, de varios milímetros de diámetro que no toman el medio de contraste y a
veces muestran el escólex como un punto de mayor densidad.
2. Quistes en involución: Son similares a los anteriores, pero presentan una zona ele
mayor densidad en su periferia, que toman e l medio de contraste por
hipervascularización, a veces de forma anular, correspondiente a la inflamación
periquística. Frecuentemente son de límites irregulares y están rodeados de tejido
edematoso.
3. Calcificaciones: Pueden corresponder a parásitos que han sufrido destrucción
reciente, en cuyo caso se acompañan de reacción de vecindad.
4. Forma encefalítica aguda: Frecuente en niños con múltiples quistes, que dan origen
a inflamación cerebral con hipertensión intracraneana y ventrículos colapsados. Se
pueden observar los quistes de forma nodular.
5. Quistes intraventriculares: Se observan claramente cuando se usa inyección de
medios de contraste yodados en los ventrículos. En muchos casos no se detectan en la
TAC con medio de contraste venoso.
6. Formas meníngeas y formas con hidrocefalia: Puede demostrarse toma del medio
de contraste en las meninges o presentarse hidrocefalia como una consecuencia
frecuente de la NCC, a veces con sintomatología crónica.
Inmunoblot: Es llamado técnicamente EITB o western blot. Los antígenos se preparan
a partir de cisticercos de T solium, por procedimientos físicos y químicos, que
finalmente permiten hacer tirillas de nitrocelulosa, en las que, por medio de
electroforesis, se separan siete bandas de glicoproteínas. También se han utilizado
antígenos preparados en forma sintética.
Prueba de ELISA: Es la más frecuentemente utilizada por la facilidad para preparar los
antígenos a partir de membranas, líquido o cisticercos totales. Se acepta que es de buena
sensibilidad y poca especificidad, pues presenta reacciones cruzadas con otras
parasitosis. Se utilizan también antígenos purificados o procedentes de Taenia crassiceps
con los que se han obtenido en pacientes epilépticos con TAC positivo, sensibilidad del
80% al 95% y especificidad del 68% al 93%.
Permanece en el área de hospitalización por 5 días con una mejoría sustancial del
cuadro clínico, es dada de alta y control por consulta externa con TAC de control.
Paciente acude para el control con estudio de imagen donde se no evidencian lesiones
(figura 4). Actualmente refiere que la sintomatología que aquejaba ha desaparecido
completamente, ya no se observa la hemiparesia del hemicuerpo izquierdo, realizando
fe forma normal sus actividades laborales.
Discusión
El diagnóstico diferencial con tumores u otros procesos infecciosos del sistema nervioso
central (SNC), se ve dificultado por el curso progresivo de las manifestaciones. La
cefalea es un signo común a todas las formas. Puede ser hemicraneal o bilateral, y a
menudo es confundida con migrañas sin aura o con cefaleas tensionales. (Novondo,
Villeda, Mendez, & Vasquez, 2018)
Conclusión
Botero, D., & Restrepo, M. (2012). Parasitosis intestinales por céstodos y tremátodos.
Novondo, C., Villeda, S., Mendez, J., & Vásquez, O. (2018). Neurocisticercosis y
de un caso: https://revistamedica.com/neurocisticercosis-quistica-
gigante-intraparenquimatosa-tecnica-quirurgica-a-proposito-de-un-caso/