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¡Cuidado

con lo que
piensas!
M. en C. E. Francisco Javier
González Buenaventura
Psic. Soc. Jahir Rubén
Cortes Carmona

No son los hechos los que nos perturban,


sino lo que creemos acerca de los mismos.
Epicteto (55-135 A. C.)

L
a forma en que interpretamos la información que nos rodea es la
causante de nuestro sentir y de nuestro actuar cotidiano; por eso
ante un mismo estímulo, una misma información, una misma in-
dicación, una misma película, un mismo partido de futbol o una misma
clase cada persona se siente de diferentes formas y, por tanto, actúa de
diversas maneras.

El presente artículo busca mostrar una manera de cuestionar lo que


pensamos y, como consecuencia, cambiar las acciones que emanan de
nuestros pensamientos a través de una metodología utilizada en cierta
terapia psicológica conocida como Terapia Racional Emotiva (TRE), una
técnica creada por el psicoterapeuta Albert Ellis (ver Punto Extra 1); tam-
bién se presentará la aplicación de dicha terapia en un contexto educativo
Cortés C. J. & Gonzáles B. F (2013). ¡Cuidado con lo que piensas!
[Versión electrónica], Ciencia Compartida, 6, 12-18.Recuperado el
(día) del (mes) de (año), de (dirección electrónica).

Albert Ellis nació en 1913


en Pensilvania, Estados Unidos.
Obtuvo su doctorado en psicoa-
nálisis en 1947 y en 1953 fundó
y presidió el instituto que lleva su
nombre. Estudió diversas corrien-
tes de su disciplina, como las de-
sarrolladas por Sigmund Freud, Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC). Un dato curioso sobre él
Karen Horney,  Alfred Adler,  Erich es que durante su adolescencia fue muy tímido y le costaba trabajo hablar
Fromm  y  Harry Stack Sullivan; con las mujeres y cuando tenía 19 años se propuso hablar con cien (¡100!)
murió en 2007 a los 93 años de mujeres desconocidas en el Jardín Botánico del Bronx, Nueva York; según
edad. Su más notable contribución se sabe, no consiguió ninguna cita, pero si le ayudó a perder el miedo a
al campo de la psicología es la platicar con una chica.

en el que se buscó elevar los rendimientos de las personas a las que se les aplicó la terapia
académicos, así como reducir la reprobación en cuestión.
y la deserción; los resultado que se obtuvieron Como dijimos antes, el creador de la metodolo-
fueron de lo más interesantes. gía es el Doctor Albert Ellis, un terapeuta formado
en el campo del psicoanálisis. Al no encontrar
Dime lo que piensas & resultados satisfactorios con dicho enfoque
te diré cómo actúas empezó a desarrollar su propia manera de brin-
La angustia, la depresión, la tristeza, el enamo- dar terapia, lo que tiempo después daría como
ramiento o la dependencia son emociones que resultado la Terapia Racional Emotiva o TRE
las diversas corrientes psicológicas han tratado (RET por sus siglas en inglés). La TRE es una
de comprender y han propuesto varias técnicas técnica que se basa principalmente en la teoría
para atender a las personas que las presentan. denominada La tiranía de los debería desarro-
Algunos métodos han sido cuestionados por la llada por Karen Horney, en la Semántica General
poca evidencia clínica que ofrecen; sin embar- –obra maestra de Alfred Korzibsky- y en antiguas
go, la propuesta que se plantea en este artículo filosofías como las de Confucio, Buda y Epicteto,
tiene ciertas características que permiten darle corrientes que afirman que si las personas ad-
seguimiento, y esto se da a partir de las eviden- quieren una sana filosofía de vida es raro que se
cias existentes sobre los cambios en el actuar encuentren emocionalmente perturbadas.
Siguiendo la máxima de Epicteto –ilustrada al
principio de este texto- Ellis se da cuenta que lo
que perturba no es lo que sucede en la realidad
(los hechos en sí mismos), sino lo que se pien-
sa de lo sucedido. Por ejemplo, supongamos
que ocurre un accidente automovilístico; una
persona puede interpretar este hecho como el
resultado de la falta de pericia del conductor del
otro auto o del propio, mientras que otra perso-
na puede interpretar ese mismo acontecimiento
como un castigo del cielo por no haber leído su
horóscopo antes de salir de casa.

¿Qué piensas de lo que piensas?


La TRE enseña que la forma en que pensamos
nos provoca un sentimiento y que las acciones
que ejecutamos son el resultado de ese sentir;
también nos menciona que básicamente hay
dos tipos de pensamientos: los racionales (ba-
sados en la realidad) y los irracionales (apoya-
dos en las creencias sin comprobación). La for-
ma de identificarlos o descubrirlos parte de la
aplicación del método científico para cuestionar
nuestros pensamientos.

En términos un poco más precisos la TRE nos


permite reconocer que un estímulo activador
(A) es el causante directo de una consecuencia
emocional (C), elementos que se ilustran en el
punto extra 2. Entre estas dos etapas aparece
el elemento central de la técnica terapéutica,
ya que la TRE propone que después de que se
manifiesta el estímulo (A) se “activa” una creen-
cia o pensamiento (B) directamente relacionado
con el estímulo activador. Y he aquí el meollo
del asunto: el trabajo principal de la terapia se
centra en cuestionar esa idea para identificar
qué tan racional puede ser y de esta manera
llegar a una nueva filosofía de vida.
Aprobar no es sólo cuestión
de aptitud
Una vez que sabemos a grandes rasgos cómo fun-
ciona esta técnica, veamos para qué podría servir
en el ámbito académico. Para ello se realizó una in-
vestigación en la que se partió de indicadores de
aprovechamiento -como son el índice de reprobación,
la deserción escolar, el ausentismo y los promedios de
calificaciones- y se planteó la hipótesis de que existen
pensamientos irracionales que generan ciertas actitu-
des o acciones, las cuales provocan resultados nega-
tivos en el desempeño escolar de los estudiantes.

Para ilustrar lo anterior veamos el siguiente ejem-


plo, en el cual identificamos cada elemento de la TRE
con las mismas letras que usamos anteriormente: un
alumno pide al profesor su calificación y este le notifica
que reprobó esa materia (A); el joven inmediatamente
se siente angustiado y triste, ya no quiere seguir en la
escuela (C), pues posiblemente piensa (B) que es un
fracasado, que es un inútil, un burro, que nada le sale
bien y lo mejor será no volver a intentarlo dado que
siempre se equivoca.
Entonces, de acuerdo con la metodología de la TRE, la investigación se centró los siguientes aspectos:

Identificar los pensamientos irracionales generadores de ansiedad, que


básicamente son tres según Ellis: El yo tengo que lograr siempre lo que

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me propongo, sino sería lo peor, sería catastrófico o yo sería un fracasado.

El ellos tienen que actuar siempre a mi conveniencia, incluso estando en


contra de sus propios intereses; sino ocurre esto, las personas son lo peor
y merecen su castigo, son traicioneros y no valen.

Identificar Y el ello (hablando de un lugar, en este caso la escuela) tiene que ser
siempre como yo quiero que sea, con mis reglas y con mis puntos de vista,
aun en contra de la realidad y de sus propias reglas, ya que si esto difie-
re significa que el lugar en el que estoy no tiene valía y por lo tanto sería
preferible irme.

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Confrontar lo irracional de sus pensamientos estableciendo juicios y
límites lógicos, por ejemplo preguntándose: ¿qué posibilidades hay de
aprobar una materia entendiendo su contenido? o ¿qué es necesario

Confrontar
hacer para lograr dicho objetivo?

Cuestionar los pensamientos anteriores con preguntas como: ¿por

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reprobar una materia es posible que seas un fracasado en todo lo que
haces?  ¿No aprobar una materia realmente te convierte en un inútil?
Pensando objetivamente ¿nada de lo que has hecho te sale bien? ¿Por
qué no tendrías que reprobar si no hiciste lo mínimo necesario para

Cuestionar acreditar la materia?”


Manos a la obra
Con base en lo anterior se diseñó y aplicó un proyecto
de investigación en un plantel del Centro de Estudios
Científicos y Tecnológicos del Estado de México (CE-
CyTEM), en el cual se trabajó con cinco jóvenes de
segundo semestre cuyas edades oscilaban entre los 15
y 17 años de edad, quienes llevaban el 50% de las ma-
terias reprobadas en su primera evaluación. El proyecto
se tituló “Terapia Racional Emotiva orientada al bajo
rendimiento académico en los estudiantes del CECy-
TEM Tultitlán”. Supusimos que había relación entre el
bajo promedio y las ideas irracionales (o distorsiones
cognitivas como las llama la TRE) que los alumnos
en cuestión presentaban. De ser cierta la hipótesis la
pregunta era ¿su aprovechamiento escolar mejoraría al
reducir sus distorsiones cognitivas?

Para responder a dicho cuestion-


amiento se diseñó un taller que duró
6 días, durante los cuales se aplicó
la terapia como eje de trabajo de la
siguiente manera:

Día 1. Identificación de las ideas irracionales o distorsiones cognitivas por medio del Inventario de
Pensamientos Automáticos de Ruíz y Lujan.

Día 2. Explicación sobre las distorsiones cognitivas.

Día 3. Explicación de Preferencia y Necesidad Perturbadora para identificar los tendría que, Debería
que y tengo que.

Día 4. Utilización de una metodología para cuestionar sus ideas o creencias y luego reducirlas.

Día 5. Explicación y aplicación de la técnica TRE.

Día 6. Segunda aplicación del Inventario de Pensamientos Automáticos.

•Los autores agradecen la revisión y los valiosos comentarios del Psic. Oscar Reséndiz Tzidejhe al momento de elaborar este artículo.
Después de llevar a cabo el taller se dio seguimiento a los resultados de los jóvenes que par-
ticiparon en la investigación; aquí se muestran los resultados de su desempeño académico:

Promedios de Evaluaciones
Alumno 1er Parcial 2do Parcial 3er Parcial
1 6.36 7.76 7.7
2 5.87 6.88 7.55
3 6.05 6.28 7.04
4 6.24 6.5 7.87
5 5.85 5.57 6.51
Promedio: 6.074 6.598 7.334

De acuerdo con lo observado podemos


concluir que sí hay una relación entre las
distorsiones cognitivas y el bajo rendi-
miento académico, por lo que al reducirlas
hay mayor probabilidad de que el prome-
dio de los estudiantes aumente. Aunque
la muestra inicial de la población escolar
fue pequeña, los resultados permitieron
generar una propuesta más completa para
aplicarlo a un número mayor de alumnos;
al momento de escribir este artículo se
estaba trabajando con más de cuarenta
jóvenes de tercer y quinto semestre de la
misma institución con promedio menor de
7.9 y, desde luego, se buscaba comprobar plantearse, por ejemplo, la cuestión inversa:
la tendencia mostrada inicialmente. ¿los alumnos con buenas notas presen-
tan pocas distorsiones cognitivas? ¿Cómo
Es claro que se necesitaría una mues- afrontan estos alumnos las situaciones
tra mucho más grande y representativa adversas, como obtener una mala califi-
de alumnos para llegar a conclusiones cación? Hay mucho por saber y siempre
contundentes, pero definitivamente la pro- alguien dispuesto a descubrirlo; justamente
puesta resulta interesante. Valdría la pena así se hace ciencia. •

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