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En 1955, Albert Ellis creó la terapia racional emotivo-conductual. Albert Ellis fue el
fundador y presidente emérito del Albert Ellis Instituto, en la ciudad de Nueva York.
Llegó a ser considerado el segundo de los psicoterapeutas más influyentes de la
historia, por delante incluso de Sigmund Freud.
Al principio, la terapia racional emotivo-conductual era muy sencilla y quizá por eso
en un primer momento no alcanzó las cotas de popularidad que ha terminado
alcanzando después. Se trata de un método de psicoterapia breve que pretende
ayudar a las personas a conseguir un intenso cambio profundo, especialmente a
nivel emocional.
“Hay tres monstruos que no nos permiten avanzar: tengo que hacerlo bien, tienes
que tratarme bien, y el mundo debe ser fácil”.
¿Qué es exactamente la terapia racional emotivo-conductual?
Bien, veamos. Las personas vivimos inmersas en un contexto, tanto físico como
social. Además nos pasamos el día persiguiendo metas o actuando con un
determinado propósito:
Permanecer vivos, en movimiento y disfrutar.
Disfrutar de la vida, tanto en solitario como en colectividad.
Mantener relaciones de intimidad con determinadas personas.
Hallar un sentido a la vida a través de la educación y la experiencia.
Inventar y llevar a cabo objetivos que vislumbren una vocación.
Disfrutar del ocio y del juego.
Entre otros, ¡claro!
El modelo ABC
¿Qué pasa con la letra B? La letra B sirve para denominar las creencias o
pensamientos de la persona. En este sentido, existen dos tipos de creencias para
Ellis: las creencias racionales y las irracionales.
Creencias racionales y creencias irracionales
Las creencias racionales (RB) ayudan a que nos enfrentemos a los acontecimientos
desagradables (A). Suelen consistir en preferencias, esperanzas o deseos. Por
ejemplo, “espero que no ocurra tal desgracia, pero si sucede podré enfrentarme a
ella y todavía tendré oportunidades para ser feliz”. O también: “Realmente preferiría
gustarle a Juan, pero si no, igualmente podré llevar una buena vida”.
“La persona emocionalmente madura debe aceptar por completo el hecho de que
vivimos en un mundo de probabilidades y de azar, donde no hay, ni probablemente
jamás habrá, certezas absolutas, y debe darse cuenta de que no es para nada
horrible”.
Se le explica cómo las hechos activadores (A) mediador por las creencias (B)
desencadenarán unas consecuencias (C) emocionales o de conducta.
En este caso, hay que preguntar al paciente si ha entendido, pero eso se hace
preguntando. Le pides que repita lo que has explicado o que lo parafrasee y oyes
las respuesta atentamente.
“No estoy seguro de si me he explicado bien. ¿podría repetir en sus propias palabras
lo que le he dicho?”
3-Estilo humorístico:
Consiste en exagerar con humor las creencias irracionales de la persona.
Esto ha de hacerse con tacto y empatía.
Te diriges hacia la creencia irracional y no hacia la persona.
Ha de haber una buena relación, confianza y compenetración (“rapport”) con el
paciente.
Has de tener evidencia de que el cliente tiene algo de sentido del humor.
4-Estilo de autorevelación (self-disclosing):
Es revelar algo personal que tenga relación con las dificultades del cliente.
Es un modo de afrontamiento en la que el terapeuta se pone como modelo.
Es una forma de transmitir que sabes lo que siente y te pones en su lugar, pero a
su vez eres un modelo de cambio.
En algunos pacientes es una estrategia que puede ser muy útil porque no estás en
una torre de marfil dando la imagen de que siempre has pensado de forma racional.
4-Detectar síntomas secundarios
A veces hay síntomas por los síntomas que se enredan con los síntomas primarios
por los que pregunta el cliente.
Estos síntomas secundarios o de segundo pueden ser sufrir ansiedad por tener
ansiedad, depresión por tener depresión, ira por sufrir ansiedad, culpabilidad por
sentir depresión y todas las combinaciones que puedas pensar.
Este tipo de síntomas secundarios dificultan el abordaje de los primarios que traen
a la persona a consultar.
En este caso estos síntomas secundarios son la nuevo hecho activador (A) que
desencadena creencias irracionales (B) y nuevas consecuencias emocionales y de
conducta (C) que empeoran todo.
Hay que usar el ABCDE para abordar y solucionar estos síntomas secundarios.
5-Valoración del coste-beneficio.
Haz una lista de situaciones de tu vida cotidiana en donde el cambio en este sentido
podría ser beneficioso.
6-Estrategias de distracción.
Te permiten distanciarte y tomar perspectiva de tus problemas.
Muchas veces, esto es muy útil para darte cuenta de que la situación no es tan
terrible como imaginabas. Te permiten dar un paso atrás y valorar tus asuntos
desde una forma más objetiva y realista.
Otras veces simplemente sirven para no prestar atención a la cháchara mental.
7-Modelado.
Leer libros de autoayuda, escuchar audios o ver vídeos sobre terapia racional
emotivo conductual , terapias cognitivas o filosofías de la vida parecidas.
La repetición facilitará que cada vez te habitúes más a pensar y actuar en línea con
ese pensamiento más racional, más adaptado y más realista.
9-Hablar con otros de terapia racional emotiva.
Puedes enseñar o ayudar a otros con TREC. Esas es una forma de reforzar
reforzar a nivel más profundo la filosofía racional y más adaptada que buscas.
Enseñando a otros, tú aprendes.
Ayudando a otros, te ayudas a ti mismo.
Esta estrategia es muy interesante para aplicarla en grupo. En grupo esto ayuda a
que todos estén más dispuestos a debatir sus creencias rígidas.
Es mucho más fácil detectar y debatir los pensamientos distorsionados cuando son
de otra persona.
10-Técnicas de solución de problemas.
Buscas estrategias prácticas para ir resolviendo los problemas reales que se nos
presentan en la vida cotidiana.
Técnicas emotivas
Se le pregunta por las emociones negativas que esté experimentando, tales como
depresión o angustia.
Sirve para trabajar las exigencias absolutas de que no debes equivocarte o hacer
cosas que parezcan ridículas o estúpidas para los demás.
Puede ser vestir de forma inadecuada, decir en voz alta las paradas del metro,
sacar a pasear un plátano y cosas parecidas.
Al proponer esto hay que valorar que la acción no sea ilegal o que pueda alterar
mucho a las personas que lo observan.
Durante el ejercicio “vergonzoso”, analizas sus pensamientos irracionales de
autocondenación conforme aparecen y los vas debatiendo en tiempo real.
Sigues así hasta que experimentes emociones más sanas y adaptadas. Cultivas la
aceptación incondicional de ti mismo.
Una variante es grabar los pensamientos negativos y el debate (D) intenso que
haces en la misma grabación.
Puedes escucharlos después o debatirlo en un grupo de terapia.
4-Role-Playing.
Tratan de disminuir las exageraciones del paciente sobre la seriedad que da a las
cosas.
Se usan chistes, frases ingeniosas, rimas, juegos de palabras, canciones, etcétera
Técnicas conductuales
Puede ser que falles, pero has de trabajar en convencerte que eso no implica que
tengas que condenarte a ti mismo.
2-Reforzamientos.
Usar el refuerzo positivo después de que hayas hecho las tareas asignadas.
Puede ser escuchar música, ver una película, salir con amigos, pasear o cualquier
actividad que sea gratificante y sana para ti.
Hay terapeutas que consideran que usar castigos también ofrece resultados en
ocasiones. Consiste en hacer algo que no te gusta cuando no haces la tarea
asignada, pero sin condenarte. Otros consideran que no es una estrategia útil.
3-Entrenamiento en habilidades.
Se les anima a actuar para evitar recaídas, aceptarse a sí mismos cuando recaen y
a usar estrategias de autoayuda.
5-Canciones humorísticas racionales.
Albert Ellis compuso varias canciones de este tipo con el objetivo de combatir el
exceso de seriedad y mantener la perspectiva.
En realidad, las diferentes técnicas se solapan entre sí y pueden tener componentes
racionales, emotivos y conductuales.