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Órganos linfáticos

Clase: 09 — Transcribe: Angela Rojas — Histología — xx - xx - 2022

Introducción y fundamentos del tejido linfático


El papel fisiológico del sistema inmunitario es defender al cuerpo frente a los microorganismos infecciosos y patógenos, así
como de las sustancias ajenas no infecciosas y las células alteradas y sus productos. El sistema linfático es la contraparte
morfológica del sistema inmunitario: consiste en un grupo de células, tejidos y órganos que vigilan las superficies
corporales y los compartimentos hídricos internos. Por tanto, el término sistema inmunitario indica la función fisiológica del
sistema linfático.

Los vasos linfáticos drenan todo lo que es agua o algunos tipos de nutrientes que están en el espacio tisular. Cuando
nuestra primera defensa (el epitelio) presenta algún tipo de herida y se rompe, van a poder ingresar muchos patógenos. Si
este patógeno logra infiltrarse en los vasos linfáticos, en los órganos linfoides se va a poder atacar al ser parte del sistema
inmunitario.

Se tiene distintos tipos de respuestas; respuestas más inespecíficas, respuestas que pueden estar mediadas por los Natural
Killer o linfocitos T, respuesta humoral que puede estar dirigida por linfocitos B o células plasmáticas, que tienen también
factores quimiotácticos, y traen neutrofilos y eosinofilos, dependiendo del tipo de patógeno o microorganismo que esté
dentro. El macrofago va a participar mucho en este tipo de defensa ya que tiene la particularidad de ser presentadores de
antígeno.

Se utiliza un sistema de antígeno-anticuerpo en la técnica histológica para marcar ciertos lugares o ciertas proteínas y poder
teñir ciertas cosas. En técnica inmunohistoquímica se toma un anticuerpo que puede reconocer específicamente una
proteína de algún lado, la cual se marca para ser posteriormente observada en microscopio.

Ante algún tipo de tumoración, uno de los primeros lugares de ataques que ocurrirá será en los ganglios linfoides.
Específicamente en el ganglio centinela, donde se insertará por primera vez una célula neoplásica, el cual se tomará para
biopsias y así determinar si está ocurriendo una metástasis.

El tejido linfoide difuso se puede encontrar en el intestino, siendo en la mucosa y submucosa donde están las células
linfáticas. Por lo tanto, tenemos tejido nodular y tejido difuso.

Vamos a tener órganos linfoides primarios y secundarios. Los linfocitos entran a la sangre o en los vasos linfáticos para
colonizar los tejidos linfáticos secundarios, donde experimentan las últimas etapas de la activación dependiente de
antígenos.

● Primario: donde se van a ir formando y diferenciando los linfocitos para adquirir inmunocompetencia. Para los
Linfocitos B está la médula ósea y el GALT [tejido asociado al intestino] para los Linfocitos T está el timo.
● Secundario: Tiene lugar la respuesta inmunitaria. Ganglios linfáticos, Bazo, Amígdalas y los agregados de linfocitos
y células presentadoras de antígenos (MALT [tejido asociado a la mucosa que, dependiendo de dónde esté ubicado,
va a recibir otros nombres]; BALT [tejido linfoide asociado al bronquio], GALT [tejido linfoide asociado con el
intestino] incluidos placas de Peyer, [tejido linfático difuso que se puede encontrar en el ileón del intestino]
apéndice y macrofagos).

Timo
El timo es una especie de linfocito T (timocito) inmaduro, razón por la que se ve como una
célula pequeña, con mayor tinción. Cuando se va hacia la médula, los timocitos empiezan
a diferenciarse para poder ser capaces de poder reconocer algún tipo de patógeno.
A medida que se avanza en la edad, se va llenando el timo con adipocitos y va disminuyendo su parénquima, sin embargo,
se dice que aunque tengamos poco parénquima del timo, igual tendrá la capacidad de producir linfocitos T, pero en menor
medida.

Para que se mantenga el parénquima necesitamos tejido conectivo reticular y un


tipo de células epiteliales que forman citorretículos. Estas células y el colágeno le
van dando la forma a nuestro órgano, ya que de lo contrario podría colapsar.

El órgano está encapsulado en tejido conectivo laxo, el cual va a lanzar unas


trabéculas o tabiques a los lóbulos y separar a este órgano en lobulillos, de los que
se dice que son incompletos porque no se cierran completamente.

En cada lobulillo se va a tener una corteza y una médula

Corteza
El timo tiene 2 lóbulos, 1 cápsula y trabéculas que lo van separando.

La corteza en los cortes histológicos aparece más oscura que la médula a causa de la
presencia de gran número de linfocitos T (timocitos). Las células T
inmunoincompetentes dejan la médula ósea y emigran hacia la periferia de la
corteza tímica, donde experimentan proliferación e instrucción para convertirse en
células T inmunocompetentes.

Además de los linfocitos, la corteza alberga macrófagos y células reticulares


epiteliales derivadas del ectodermo.

*1= Corteza, 2= Médula ósea, 3= Adipocitos

— Células reticulares epiteliales tipo I —

Separan a la corteza de la cápsula de tejido conectivo y a las trabéculas, y rodean a los


elementos vasculares de la corteza.

Estas células forman uniones ocluyentes entre sí, por lo que aíslan por completo a la
corteza tímica del resto del cuerpo. No dejarán pasar nada.

— Células reticulares epiteliales tipo II —

Ubicadas en la corteza media, poseen proyecciones largas, anchas y a manera de vainas


que forman uniones desmosomales, las que forman un citorretículo que subdivide la
corteza tímica en compartimentos pequeños llenos de linfocitos T.

En la corteza se va a encontrar muchos timocitos y entre ellos estarán los desmosomas


haciendo citorreticulos.
— Células reticulares epiteliales tipo III —

Ubicadas en la parte profunda de la corteza y a nivel de la unión corticomedular,


poseen proyecciones amplias que forman compartimentos llenos de linfocitos.

Forman uniones ocluyentes entre sí y con las células reticulares epiteliales de la


médula, quedando aisladas corteza y médula.

El timocito en las células reticulares tipo II debe pasar por distintos procesos de
capacitación. Aproximadamente el 90% entrará en apoptosis, mientras que el resto
llegará a las células reticulares tipo III y IV para empezar a ver si son capaces de
expresar ciertos tipos de moléculas y así poder ir a combatir patógenos y evitar que se
produzca una reacción autoinmune.

Frente a un trasplante, el linfocito T está encargado de la reacción autoinmune.

El 10% restante lograra entrar a médula, donde nuevamente se hará una capacitación y
se dará la certeza que estas células no nos atacaran

Los 3 tipos de células reticulares epiteliales aíslan por completo a la corteza tímica, y de esta
manera impiden el desarrollo de linfocitos T a partir del contacto con antígenos extraños.

Médula
La médula del timo se tiñe de un color mucho más claro que la corteza, porque
su población de linfocitos no es tan profusa y alberga un gran número de células
reticulares epiteliales derivadas del endotelio y linfocitos T agrupados de forma
laxa. Estos linfocitos son grandes, tienen el núcleo pequeño y cuantitativamente
más citoplasma que los linfocitos pequeños.

Al igual que la corteza, la médula posee tres tipos de células reticulares


epiteliales.

— Células reticulares epiteliales tipo IV —

Se encuentran en relación estrecha con las células del tipo III de la corteza y ayudan a la
formación de la unión corticomedular. Poseen evaginaciones laminares con uniones
ocluyentes entre células adyacentes, así como entre ellas y las células del tipo III. Los
núcleos son de cromatina burda y citoplasma oscuro.

— Células reticulares epiteliales tipo V —

Se distribuyen por toda la médula. Al igual que las células tipo II, las evaginaciones de las
células adyacentes están unidas por desmosomas para proporcionar el armazón celular de
la médula y para compartimentalizar grupos de linfocitos. Forman el citorretículo de la
médula. Los núcleos son polimorfos, con una red de cromatina perinuclear y nucleolos bien
definidos.
— Células reticulares epiteliales tipo VI —

Constituyen el aspecto más característico de la médula del timo. Estas grandes células de
coloración pálida se unen formando los corpúsculos tímicos o de hassall, cuyos números
se incrementan conforme la persona envejece. Estas se pueden cornificar e incluso
calcificar, no se sabe su función, pero se presume es el lugar donde mueren los linfocitos.
También se ha podido demostrar que el corpúsculo de Hassall puede producir
linfopoyetina, la que ayudará a la capacitación de la célula, con la que se ve que la célula
no atacará al organismo.

Riego vascular
El timo recibe numerosas arterias pequeñas, que entran por la cápsula y se
distribuyen por todo el órgano a través de las trabéculas entre lóbulos adyacentes, las
ramas de estos vasos no dan acceso hacia la corteza directamente, más bien entran
en la unión corticomedular, sitio donde forman lechos capilares que penetran en la
corteza. Los vasos sanguíneos son de tipo continuo; entran en la médula desde las
partes más profundas de las trabéculas y llevan con ellos una vaina de tejido
conjuntivo perivascular. Esta vaina es más gruesa alrededor de los vasos de mayor
calibre y se afina gradualmente alrededor de los vasos más pequeños. Donde es
gruesa, contiene fibras reticulares, fibroblastos, macrófagos, células plasmáticas y
otras células halladas en el tejido laxo; donde es delgada, puede contener solo
algunas fibras reticulares y fibroblastos. Estos capilares están revestidos por una
túnica de células reticulares epiteliales de tipo I que forman la barrera hematotímica.

Ganglios linfáticos
Pequeñas estructuras encapsuladas ovales interpuestas en la
trayectoria de los vasos linfáticos, que sirven como filtros a través
de los cuales la linfa se filtra en su camino hacia el sistema
sanguíneo vascular para la remoción de bacterias y otras sustancias
extrañas. Dada su ubicación, los ganglios linfáticos tienen acceso a
los antígenos que ingresan al organismo a través de epitelios o se
originan en los tejidos drenados por los vasos linfáticos. A medida
que los antígenos ingresan en el ganglio linfático, activan los linfocitos específicos para antígenos que proliferan y se
diferencian en células efectoras. Se encuentran en diversas regiones del cuerpo, pero son más preponderantes en cuello,
axila. ingle, a lo largo de los vasos mayores y en las cavidades corporales.

Su parénquima está compuesto por acúmulos de linfocitos T y B, células presentadoras de antígenos y macrófagos que
reaccionan a la presencia de Ag. Los macrófagos fagocitan a las bacterias y otros microorganismos que entran al ganglio por
la linfa.

Poseen una cápsula de tejido conectivo fibroso rodeada por tejido adiposo.

Tiene una superficie convexa, perforada por vasos linfáticos aferentes con válvulas para
que la linfa entre en la sustancia del ganglio.

La superficie cóncava del ganglio llamada hilio, es el sitio por el que entran y salen vasos
sanguíneos y nervios, y donde salen los los vasos linfáticos eferentes también con
válvulas.
Elementos de soporte
➔ Cápsula, compuesta de tejido conjuntivo colagenoso denso de distribución irregular. Está engrosada a nivel del
hilio y conforme entran los vasos quedan rodeados por una vaina de tejido conectivo derivado de la cápsula

➔ Trabéculas, también conformadas por tejido conjuntivo denso, se dirigen hacia la sustancia del ganglio para formar
una red gruesa, lo que subdivide a la región externa de la corteza en compartimentos incompletos que se extienden
hacia la vecindad del hilio.

➔ Tejido reticular, compuesto por células y fibras reticulares que forman una fina malla de sostén a lo largo del resto
del órgano. La red reticular de los tejidos y órganos linfáticos (excepto por el timo) está constituida por células de
origen mesenquimatoso y la sustancia fundamental producida por esas células.

Células de la malla reticular


Células estrelladas o alargadas con un núcleo ovalado eucromático y una pequeña cantidad de citoplasma acidófilo. Se
encuentran en la corteza superficial, corteza profunda y médula.
➔ Células reticulares: sintetizan y secretan colágeno tipo III (fibras reticulares) y la sustancia fundamental asociada
que forma el estroma visible con el microscopio óptico. Las
evaginaciones citoplasmáticas alargadas de estas células
envuelven los haces de las fibras reticulares, con lo que
aíslan eficazmente a estos componentes estructurales del
parénquima de los tejidos y los órganos linfáticos. Además
de su función de sostén, expresan moléculas de superficie y
producen sustancias que atraen linfocitos y células
dendríticas.
➔ Células dendríticas: vigilan el entorno local para detectar
sustancias extrañas que después procesan y presentan
linfocitos T específicos de antígenos.
➔ Macrofagos: células fagociticas y presentadoras de
antígenos que expresan MHC I, MHC II y moléculas
coestimuladoras. Tienen una inmensa capacidad para la
endocitosis y la digestión.
➔ Células dendríticas foliculares: tienen múltiples evaginaciones citoplasmáticas muy finas y ramificadas que se
interdigitan entre los linfocitos B en los centros germinativos. No son células presentadoras de antígenos porque no
cuentan con MHC II.

Corteza
Forma la parte externa del ganglio, excepto a la altura del hilio. Consiste en una masa densa de tejido
linfático (armazón reticular, células dendríticas foliculares, linfocitos,
macrófagos y células plasmáticas) y senos linfáticos que son conductos para la
linfa.

La filtración de la linfa en el
ganglio linfático ocurre dentro
de una red de conductos
linfáticos interconectados conocidos como senos. Justo debajo de la cápsula
del ganglio linfático hay un seno interpuesto entre la cápsula y los linfocitos
corticales denominado seno subcapsular en donde los vasos linfáticos
eferentes drenan la linfa hacia este seno. Los senos trabeculares, que se
originan a partir de los senos subcapsulares, se extienden a través de la
corteza a lo largo de la trabécula y desembocan en los senos medulares. Los
senos tienen un revestimiento de endotelio continuo donde está junto al
tejido conjuntivo de la cápsula o trabécula, pero discontinuo en el lado del parénquima linfático

— Nodulos linfáticos —

Los compartimentos incompletos que están dentro de la corteza albergan


nódulos linfoides primarios, que son agregados esféricos de linfocitos B, (tanto
células B vírgenes como células B de memoria) que están en proceso de entrar
o de salir del ganglio linfático.

A menudo los centros de estos nódulos se tiñen pálidos denominándose


nódulos secundarios (centros germinales). Los nódulos secundarios sólo se
forman como reacción a una carga antigénica y se cree que es el lugar donde
se generan las células B de memoria y las células plasmáticas.

Médula
La médula está compuesta de grandes senos linfáticos tortuosos rodeados por células linfoides
organizadas en acúmulos que se denominan cordones
medulares cuyas células corresponden a linfocitos,
células plasmáticas y macrófagos entrelazadas en una
red de fibras reticulares y células reticulares.

Los linfocitos están en un proceso de emigrar desde la


corteza para entrar en los senos medulares.

Existen también trabéculas que se originan en la


cápsula engrosada del hilio, y que dirigen a los vasos
sanguíneos hacia el exterior.

Los senos medulares tienen una red de células reticulares


estrelladas cuyas prolongaciones hacen contacto con las de otras
células y con el epitelio escamoso simple de tipo endotelial. Los
macrófagos que están adheridos a las células reticulares estrelladas
fagocitan todas las partículas de materias extrañas. Las células
linfoides pueden entrar en los sinusoides o salir de los mismos
pasando a través de la túnica de células escamosas.

— Vénulas —

Las vénulas poscapilares de la Corteza profunda poseen un endotelio cúbico a cilíndrico, por lo que son vénulas de endotelio
alto (vénulas poscapilares altamente endoteliales).

Los pequeños Linfocitos pasan de la sangre al parénquima del Ganglio Linfático a través de la pared de estas vénulas
poscapilares de endotelio alto. Son Linfocitos T y B (no comprometidos, pero posiblemente también algunos Linfocitos
memoria); los Linfocitos T permanecen en la Corteza profunda, mientras que los Linfocitos B migran a los folículos primarios
de la Corteza externa.
Bazo
El bazo, teniendo el tamaño aproximado de un puño, es el órgano linfático más grande del cuerpo. Se encuentra localizado
dentro del peritoneo (en el cuadrante superior izquierdo de la cavidad abdominal) y tiene una irrigación sanguínea
abundante. No tiene conexión directa con la circulación linfática, en su lugar, capta antígenos, microorganismos, patógenos
y otras partículas directamente desde la circulación sanguínea. Funciona en la capacitación inmunológica y formación de
anticuerpos y la proliferación de las células B y T, además como filtro de sangre para destruir eritrocitos viejos.

Su cápsula de tejido conectivo fibroelástico denso de distribución irregular, alberga células musculares lisas ocasionales y
se encuentra rodeada por el peritoneo visceral, cuyo epitelio escamoso simple le brinda una superficie lisa. Las trabéculas
se extienden hacia el parénquima del órgano. El bazo humano por lo general tiene poca cantidad de células de sangre pero
tiene la capacidad de contraerse por acción de las células contráctiles y trabeculares.

Posee una superficie convexa y una superficie cóncava que es el hilio. La cápsula del bazo está engrosada al nivel del hilio,
sitio en el que entran las arterias y fibras nerviosas, en tanto que las venas y los vasos linfáticos lo dejan por ese mismo sitio.

Las trabéculas, que se originan en la cápsula, llevan vasos sanguíneos hacia el interior y exterior del parénquima esplénico.
Histológicamente el bazo tiene una red tridimensional de fibras reticulares y células reticulares asociadas. La red de fibras
reticulares se adhiere a la cápsula lo mismo que a las trabéculas formando la estructura del órgano. Los intersticios de la red
tisular están ocupados por senos venosos y trabéculas que brindan sostén a los vasos sanguíneos y al parénquima esplénico.

La superficie de corte del bazo fresco pone de manifiesto zonas grises llamadas pulpa blanca, las que a su vez se rodean por
zonas rojas, las que son conocidas como pulpa roja.

Riego del bazo


La arteria esplénica se introduce a la pulpa blanca y se ramifica repetidamente conforme va perforando la cápsula de tejido
conectivo a nivel del hilio del bazo. Las ramas de estos vasos, llamadas arterias trabeculares, se dirigen hacia la sustancia del
bazo por trabéculas de tamaños decrecientes. La adventicia de estos vasos, es infiltrada por una vaina de linfocitos llamada
vaina linfática periarterial y así este vaso ocupa el centro de la VLPA denominándose arteria central.

Luego, la arteria central pierde su vaina linfática y se subdivide en


ramas paralelas cortas llamadas arterias peniciladas, que entran en
la pulpa roja.

Las arterias peniciladas poseen 3 zonas: arteriola de la pulpa,


arteriola con vaina (región engrosada de vaso rodeada por una
vaina de macrófagos) y capilares arteriales terminales. Algunos
capilares arteriales están rodeados por cúmulos de macrofagos y,
por lo tanto, se denominan capilares envainados.
Pulpa blanca
La pulpa blanca se observa como regiones blancas grisáceas circulares o alargadas rodeadas por la pulpa roja.

Los capilares arteriales terminales descargan su sangre en los senos esplénicos, los cuales drenan en venas pequeñas de la
pulpa que son tributarias de venas cada vez más grandes que se fusionan para formar la vena esplénica, tributaria de la
vena porta.

— PULPA BLANCA Y ZONA MARGINAL —

La estructura de la pulpa blanca está estrechamente asociada a la arteriola central.

La vaina linfática periarterial que rodea a la arteriola central está compuesta por linfocitos T, a menudo se encuentran
encerrados dentro de esta VLPA nódulos linfoides compuestos por linfocitos B que desplazan a la arteriola central hasta una
posición periférica.

Los nódulos linfoides pueden manifestar centros germinales que indican carga antigénica. La VLPA y nódulos linfoides
constituyen la pulpa blanca. La VLPA tiene un aspecto circular y puede parecerse a un nódulo linfático, sin embargo la
presencia de la arteria central distingue a la VLPA.

La pulpa blanca está separada de la pulpa roja por una zona marginal que está compuesta por : células plasmáticas,
linfocitos T y B, macrófagos y células dendríticas interdigitantes (células presentadoras de Ag.).

Pulpa roja
La pulpa roja del bazo está compuesta por senos esplénicos y cordones esplénicos de Billroth, haciendo una analogía se
puede decir que es una especie de esponja donde los espacios representan a los senos y el material a los cordones
esplénicos.

Las células de la túnica endotelial de los senos esplénicos son fusiformes. Estas células son muy largas. Su eje longitudinal
corre paralelo a la dirección del vaso. Existen pocos puntos de contacto entre las células adyacentes, por lo que se producen
espacios prominentes. Estos espacios permiten que los eritrocitos entren y salgan de los senos con facilidad.

Los senos están rodeados por fibras reticulares en sentido perpendicular al sinusoide que se continúan con los cordones
esplénicos envueltos en forma de filamentos delgados cubiertos por lámina basal discontinua.

Los cordones esplénicos están compuestos por una red laxa de fibras reticulares que están envueltas por células reticulares
estrelladas.
Circulación abierta
La sangre que ingresa al bazo fluye en una circulación abierta,
donde los capilares se abren directamente hacia los cordones
esplénicos (fuera del sistema circulatorio). Esta es la única vía por
donde la sangre retorna a la vía venosa en humanos. En otras
especies, como ratas y perros, parte de la sangre de los capilares
envainados pasa directamente a los senos esplénicos de la pulpa
roja (circulación cerrada)

En la circulación abierta, las arteriolas peniciladas desembocan


directamente en la malla reticular de los cordones, en lugar de
conectarse con los senos esplénicos revestidos de endotelio.
Entonces, la sangre que entra por la pulpa roja se filtra a través de
los cordones y queda expuesta a macrofagos que se alojan allí.

Sección del bazo que muestra la pulpa roja y un componente


de la pulpa blanca la vaina linfática periarterial

Tejido linfoide difuso


El tejido linfoide difuso está compuesto por infiltración localizada de linfocitos y nódulos linfoides en la mucosa de las vías
gastrointestinales, respiratorias y urinarias.

Estos tejidos linfoides no encapsulados se denominan de manera colectiva, tejido linfoide asociado a la mucosa. Las más
características de estas acumulaciones son las asociadas la mucosa del intestino, y tejido linfático asociado a los bronquios

Tejido linfoide asociado al intestino


Está compuesto por folículos linfoides en toda la longitud del tubo
digestivo.

La mayor parte de los folículos linfoides se encuentran aislados entre sí, sin
embargo en el íleon forman agregados linfoides que se conocen como
placas de Peyer.

Los folículos linfoides de las placas de Peyer están compuestos por células B
rodeadas de una región más laxa de células T y numerosas células
presentadoras de antígenos.
El íleon está revestido por epitelio cilíndrico simple, pero la zona inmediatamente adyacente a los folículos linfoides están
revestidas por células escamosas, llamadas células M. Se cree que capturan Ag. y presentan sus epítopes a los linfocitos de
las placas de Peyer.

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