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12 REVISTA DE TRABAJO SOCIA

NOTAS SOBRE LA CULTURA TEORICO-METODOLOGICO


DE LA POBREZA EN AMERICA LATINA

Jorge Gissi B.

1. Las tesis de Oscar Lewis del nivel de la familia nuclear y extendida,


(...); al nivel de la familia los rasgos distin-
tivos son la inexistencia de la infancia, la ini-
Hay diversas teorías y han sido ya bas- ciación sexual temprana, las uniones libres o
tante estudiados los aspectos generales socio- matrimonios consensuales, la tendencia a la fa-
económicos de la pobreza y marginalidad. Pero milia centrada en torno a la mujer o la madre,
el hecho de vivir en la pobreza implica también la marcada predisposición al autoritarismo, la
-como toda vida humana- algunos aspectos falta de intimidad, el énfasis verbal en la soli-
culturales, vale decir, ciertas costumbres, valo- daridad familiar que rara vez se logra dadas la
res, pautas y creencias, en una palabra un mo- rivalidad y la competencia ... ... .); al nivel
dus vivendi que es en cierto modo funcional a del individuo los rasgos distintivos son un fuer-
la pobreza material en que se vive. Oscar Lewis te sentimiento de marginalidad de impotencia,
es el autor que creó la expresión "cultura de la dependencia e inferioridad" (Op. cit., p. XIII).
pobreza" en 1959, cuando se publicó "Five Fa- En cuanto a las condiciones para que apa-
milies", en que se estudiaba con técnicas antro- rezca la cultura descrita sintéticamente, Lewis
pológicas -especialmente observación partici- fija las siguientes: "La cultura de la pobreza pue-
pante y entrevistas in situ- algunas familias de darse en diversos contextos históricos. Sin
pobres de México. Posteriormente Lewis escri- embargo, tiende a crecer y desarrollarse en so-
bió otros libros sobre México, sobre Puerto Ri- ciedades que presentan el siguiente conjunto
co, y sobre comparaciones de tal cultura de la de condiciones: 1) Economía monetaria, trabajo
pobreza con indios norteamericanos, con hin- asalariado y producción con fines utilitarios; 2)
dúes, etc. ("Essais of Antropology"). La expre- Indice elevado y constante de desempleo y sub
sión devino célebre. empleo para el obrero no especializado; 3) Ba-
Sin embargo, para Lewis no es cultura de jos salarios; 4) Carencia de organización social,
la pobreza cualquier modo de vida de los po- política y económica para auxiliar la población
bres, sino sólo un particular modo de vida de de ingresos reducidos; 5) Régimen de parentes-
algunos pobres. Por ejemplo, escribió en La Vi- co bilateral más bien que unilateral, y 6) La
da: "La distinción entre pobreza y cultura de la existencia de un sistema de valores en la clase
pobreza es de importancia fundamental. Hay mu- dominante que ponga énfasis en la acumulación
chos grados de pobreza y muchos tipos de gen- de riquezas y propiedades, y que explique la in-
te pobre, pero la cultura de la pobreza se re- digencia económica como resultado de la inca-
fiere sólo a cierto estilo de vida compartido por pacidad o la inferioridad personal" (Op. cit.,
los pobres en determinados contextos históri- p. ViI).
cos y sociales. Las características económicas Así, pues, Lewis da estas condiciones
de la cultura de la pobreza son necesarias pero como facilitadoras de la aparición de la cultura
no suficientes para definir los fenómenos que que describe, precisamente porque tal cultura la
vengo examinando. La historia ofrece más de un concibe como no inherente a la pobreza nece-
ejemplo de sectores muy pobres de población sariamente. Esta tesis será el centro de la crí.
cuyo estilo de vida yo no describiría como una tica que él recibirá de otros autores.
cultura de la pobreza" (México: edit. Mortiz, p.
XVI). Y a continuación cita entre tales grupos
pobres que no tendrían esta cultura de la po- 2. Críticas a la tesis de Lewis
breza a los judíos de Europa oriental, a los pri-
mitivos, a las castas bajas de la India y a los
pobres de Cuba después de la revolución. Varios han sido los críticos de las tesis
Algunas de las características centrales anteriores, siendo uno de los más importantes
de esta cultura según Lewis son: "La falta de de ellos Charles Vallentine, también antropólo-
participación e integración efectivas de los po- go norteamericano. ("La cultura de la pobreza".
bres en las principales instituciones de la so- Buenos Aires: Amorrortu, 1972).
ciedad general ... (» . .) espíritu gregario y un Se critica la generalización de Lewis so-
mínimo de organización una vez que se sale bre la llamada "cultura de la pobreza", dado
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que él estudia sólo familias, de lo cual preten- dustriales, mineros, trabajadores independien-
tes, cesantes. Pero no todos los obreros indus
de obtener toda la visión del mundo de los po- triales, etc., son pobres, obviamente, y tampo-
bres. Además, el número de las familias estu- co en el Tercer Mundo. Por tanto, además de la
diadas no es nunca representativo estadística-
mente, sino elegido de un modo más o menos clase, es esencial para la condición de pobre
azaroso. Más allá de esta observación general, pertenecer a los estratos bajos de tal clase. Ta-
Vallentine escribe lo que sigue: "Lewis dice les estratos pobres tienen, en general en Amé-
que la gente orientada por una cultura de la po- rica Latina y en relación a la sociedad global
breza no tiene conciencia de clase y es localis- un bajo status. Se puede diferenciar status so-
ta, pero sus propios datos revelan expresiones cial, económico, educacional, pero en general los
de conciencia de clase e intereses nacionales y pobres participan en un bajo status en estos
hasta internacionales en las personas entrevis- tres aspectos. La correlación no es una, sin du-
tadas" (Op. cit., p. 70). Y cita concretamente da, pero hay una tendencia a una correlación
estas "incoherencias" -así las llama- en La alta en el status bajo de estos tres factores. Es-
Vida. Pero la crítica principal de Vallentine se to no es válido para las sociedades aun hoy lla-
refiere a que la descripción de Lewis es seme- madas primitivas, pero sí lo es en general pa-
jante a descripciones anteriores de la cultura ra nuestro continente, con excepciones de las
de las clases bajas, y como tales con una ima- culturas indígenas donde un individuo puede ser
gen muy peyorativa de la vida de los pobres, pobre económicamente y a la vez tener un alto
aproximando indebidamente "Cultura de la Po- status social interno a su cultura: hechiceros,
breza" con rasgos patológicos. Ello se manifies- por ejemplo.
ta especialmente cuando Lewis diferencia tal Sin embargo, en la cultura occidental, en
"cultura" de la "pobreza" misma, excluyendo cuyo interior (predominantemente) está ubicada
precisamente a grupos sin estas características la América Latina, la correlación de tales status
negativas más o menos patológicas. Y en re- bajos es alta y, por tanto, los símbolos de sta-
lación con esto ataca a Lewis por el énfasis tus simbolizan carencia o inferioridad: la ropa,
que éste tiene en cambiar las pautas culturales la casa en que se vive, el barrio, la escuela a
de la pobreza antes que la condición misma de que se va o no se va, el lenguaje, algunas cos-
pobreza. Escribe Vallentine: "Los conceptos ge- tumbres, etc. A través de estos símbolos de
melos de cultura de la pobreza y cultura de la status la pobreza es percibida como inferiori-
clase baja tienen idénticas repercusiones en dad no sólo económica por todos aquellos que
cuestiones vinculadas con las actitudes y polí- no son pobres, y en relación a esta percepción
ticas oficiales. El elemento común más notorio se expresan actitudes discriminatorias: francas
es la insistencia en la absoluta prioridad de des- y directas -"desprecio", "altanería" de los "ri-
terrar las diferencias conductuales o 'cultura- cos"-, o sutiles "paternalismos". En cualquier
les' percibidas en la clase baja" (Op. cit., p. 85). caso hay una relación estrecha entre status, ac-
La crítica al psicologismo que podría a titudes, roles considerados socialmente "poco
veces manifestarse en Lewis es correcta, así importantes", y la autoimagen de los pobres
como a las implicancias conservadoras que esto mismos que se va constituyendo como autoima-
podría implicar. De igual modo son correctas las gen de "inferior" o carente, de ser "poca cosa".
críticas metodológicas, y algunas de las incohe- Esta autoimagen deviene también baja en rela-
rencias de Lewis se pueden considerar demos- ción a otros estratos sociales. Por ejemplo, los
tradas. No obstante estas limitaciones, las des- pobres suelen decir a los trabajadores sociales,
cripciones empíricas de él se mantienen con un con quienes a veces tienen oportunidades de
valor único por el estudio de casos en profun- hablar: "Yo soy menos que usted", "mis hijos
didad que ha desarrollado, debiéndose poster- tienen la cabeza dura, por eso no los mando a
gar las generalizaciones de rasgos culturales a la escuela", etc. Así, la ilusión de Lewis a las
los pobres de un país, según la nueva empiria sociedades con énfasis en la competencia y en
indique. la desigualdad económica como desigualdad
"natural", funciona intensamente en la América
En lo que sigue se pone el acento sobre
algunos problemas psicosociales de los pobres, Latina. Esta baja autoimagen tiende a provocar
ligados en parte a la obra de Lewis, y en parte la búsqueda de escapes, que la misma mitolo-
a la obra de otros autores y disciplinas. gía de la sociedad occidental facilita: precisa-
mente los símbolos de status son comproba-
bles. De modo que la preocupación por la ropa,
3. Status y autoimagen de los pobres por la moda, por las radios portátiles, por la
TV, por las tapaduras de oro y por usar algu-
nas palabras en inglés, serán algunas formas a
Como es sabido, los pobres pertenecen a través de las cuales los sectores populares tra-
diversas clases sociales: obreros agrícolas, in- tan al mismo tiempo de ascender mágicamente
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en la escala social, y simultáneamente de subir 1.2. El alcoholismo.- Aquí se trata so,


su autoimagen. Es decir, el consumo seudocons- bre todo de la segunda forma de compensación
picuo sirve para la búsqueda de una estratifica- descrita: con la compensación en la fantasía. La
ción interna como fenómeno social objetivo, y búsqueda de un estado de conciencia alterada
para el aumento de la autoestima como fenó- por medio del alcohol permite entrar en un
meno social subjetivo-psicosocial, ambos dialéc- mundo diverso, más o menos fantástico, en el
ticamente relacionados. En este sentido, lo que cual se recrea una realidad diferente a la frus.
algunos llaman alienación en el consumo, o cri- tradora original. Sea ritual y grupalizada o indi
tican como pautas de consumo irracional en vidual, la funcionalidad básica del alcoholismo
gente con poco dinero que suele comprar TV es precisamente el "volar" en la conciencia ha
antes que alimentos, se debe considerar psico- cia afuera de la realidad cotidiana.
analíticamente como la tendencia inconsciente
a mejorar la autoimagen-autoestima por medio 1.3. El consumo "conspicuo".- Se pre.
de la introyección, en el sentido estricto freu- tende aquí compensar la ya anotada vivencia de
diano: mecanismo de defensa que busca trans- carencia con la compra real o fantaseada de ob
formarse en el que no se es, en otro mejor o jetos que demostrarían para quien los posee el
superior al que se siente que se es. De este hecho de ser una persona "respetable", en cier.
modo, la introyección autoestima y la cultu- todo modo "no un cualquiera".
ra hegemónica se relacionan complementaria-
mente. 1.4. Los medios de comunicación masi-
va.- Ligados por una parte con el consumo real
y deseado, por otra algunos medios satisfacen
4. Reacciones a la frustración éxitos y triunfos que en la realidad no se dan,
Ya hace 40 años Gramsci observaba lo que si-
gue para cierta literatura de consumo popular:
No obstante lo anterior, la frustración "La novela de folletín sustituye (y favorece, al
permanece y aparecerán por tanto e inevitable- mismo tiempo) la fantasía del hombre del pue-
mente algunas de las reacciones típicas a ella. blo, es un soñar con los ojos abiertos. Puede ver-
(Freud: "Obras Completas"; Dollard: "Aggres- se lo que dicen Freud y los psicoanalistas so.
sion and Frustration"; Maler: "Industrial Psycho- bre este soñar despierto. En este caso, puede
logy", etc.). decirse que en el pueblo la fantasía depende del
Algunas de las reacciones típicas a la complejo de inferioridad social que determina
frustración que se manifestará normalmente en largas fantasías sobre la idea de venganza, de
los grupos pobres de la América Latina, serán castigo de los culpables, de los males que se
las siguientes: soportan, etc.". ("Cultura y Literatura": Barce-
lona, 1967; p. 173).
1.- La compensación.- En este caso se Los medios audiovisuales, como la TV,
pretende disminuir o evitar la vivencia de frus- han recogido esta necesidad de huir de la reali.
tración por medio de dos modos fundamentales: dad de las clases populares y presentan, para el
o compensando la frustración de una necesidad caso de América Latina, éxitos intensos e impre.
a través de la hipertrofia de otra (por ejemplo vistos, dinero sin límites, ascensos verticales en
del poder), o compensando la dura realidad co- la escala social de algunos de sus héroes o he--
tidiana vivencia como inevitable a través de la roínas: un caso famoso y extremo es el de la
búsqueda de otra seudorrealidad paralela más teleserie "Simplemente María", con máxima ta-
placentera, construida en la fantasía. Veamos quilla en el continente. Sobre tal modelo, algu-
algunas formas concretas: nos estudios semiológicos han revelado que se
estructuran casi todas las teleseries de consumo
1.1. El machismo.- Aquí se trata del popular (Mattelart, Verón y otros).
primer caso: el hombre compensa su sentimien-
to de inferioridad en la escala de estratifica- 2.-- La agresividad. Es otra de las más
ción social, buscando e imponiendo una "supe- importantes reacciones a la frustración. La impo-
rioridad" a la mujer, en general y/o a su mujer, sibilidad del ataque directo contra la situación
en la interacción familiar cotidiana. Así, la im- de frustración permite y exige que la agresividad
potencia social deviene potencia hogareña; la sea desplazada, tiñendo así buena parte de las
inferioridad deviene superioridad mítica; el ser conductas populares. Entre los pobres es más
dependiente deviene ser dominante; el ser ig- frecuente el castigo físico y psíquico del hombre
norante deviene ser el que más sabe; el ser hacia la mujer y de los padres hacia los hijos,
mandado deviene ser el que manda. (Jorge Gissi: más frecuentes las peleas; la descarga de agre-
"Lex and Class in Latín America", Praeger Pu- sión en los estadios y cuando se está con cier-
blishers, New York, 1975, Lewis, etc.). ta ingestión alcohólica está legitimada cultural-
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mente. El folklore latinoamericano oral y musi- (M. E. Grebe y otros). El famoso antropólogo ita-
cal revela la importancia de la agresión en tal liano Ernesto de Martino describió brillante-
cultura pobre: en los grandes tangos incluso mente en "Sud e Magia" (Feltrinelli), la relación
el homicidio es explícitamente legitimado, lo entre impotencia, pensamiento mágico y senti-
mismo en los corridos mexicanos, en algunas miento seudoesquizoide de "essere agito d'altro,
cuecas chilenas. Más allá de la legitimación, en non da sé". Paulo Freire puso énfasis en la con-
mucnos casos la agresividad es condición para ciencia entre ingenua y mágica de los pobres
demostrar que se es hombre, "valiente y que de la América Latina ("Pedagogía del oprimido").
no le tiene miedo a nadie". En este contexto,
se encuentra una estrecha relación entre agresi-
vidad, machismo y alcoholismo (Lewis, Matte- 5. Nota conclusiva
lart, Gissi, Vekemans, Sebreli, Moffat y otros).

3.- La resignación. Cuando no es posible La descripción hasta aquí realizada se po-


luchar contra la situación de frustración, porque dría avalar con mayor rigor científico, lo que se
ésta aparece como insalvable, ni compensar ni realizará en una investigación. Además, habría
descargarse agresivamente, se manifiesta la re- que agregar capítulos sobre la conciencia social
signación como hegemónica. Asociada al fatalis- y visión del mundo popular, sobre la dinámica
mo, se expresa aquí la renuncia a dirigir la pro- familiar, etc., en forma más o menos academi-
pia vida dejándola en manos del "destino", el que cista. En este escrito se ha preferido subordinar
decidirá en lugar de la persona interesada. A un conjunto pesado de citas al dar más bien una
a su vez, este destino está marcado por la imagen de sólo algunos de los problemas psi-
"muerte", y el hecho de tener buena o mala suer- cosociales y culturales de la marginalidad en
te es vivenciado como algo que está por completo América Latina.
fuera de los límites de la voluntad de las perso- La consideración de las características
nas. Cuando esta cosmovisión es radical y ge- descritas y las otras es condición de cualquier
neralizada -lo que se da en diferentes gra- proyecto de cambio cultural y social en el con-
dos-, todo devendrá determinado por el des- tinente. Sin duda, la pobreza no está causada
tino o suerte: el tener o no trabajo; los emba- por factores psicológicos ni culturales, como
razos e hijos que nazcan; las muertes que se bien observaba Vallentine. Pero no es menos
sufran en la familia; el marido o mujer "que to- cierto que estos factores deben incluirse como
có". La relación del fatalismo con la pasividad aspectos que frecuentemente son "resistentes
tiñen la vida de la gente en su medida según paí- al cambio", como ha notado Foster ("Las cultu-
ses y subculturas, pero normalmente se encuen- ras tradicionales y los cambios técnicos") y
tran en los sectores populares estos rasgos, de otros antropólogos. Por tanto, los programas de
otra parte asociados al pensamiento mágico co- cambio político-social deben incluir el diagnósti-
mo única forma de defenderse. Se atacarán las co precedente, y evitar tanto la idealización co-
enfermedades, pobreza, etc., con ritos, como el mo la estigmatización de los pobres del conti-
del "mal de ojo", que se da también en Europa nente.

PHILIPS CHILENA S.A.


DIVISION LUZ

PROYECTOS
INGENIERIA
ILUMINACION

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