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Los neutrófilos son leucocitos de tipo granulocito también
denominados polimorfonucleares . Miden de 9 a 12 μm y es el tipo de leucocito más
abundante de la sangre en el ser humano, representando en torno al 50-60 % de los
mismos. Su periodo de vida media es corto, durando horas o algunos días. Su función
principal es la fagocitosis de bacterias y hongos.1
Es una célula muy móvil y su consistencia gelatinosa le facilita atravesar las paredes de
los vasos sanguíneos para migrar hacia los tejidos, ayudando en la destrucción de
bacterias y hongos y respondiendo a estímulos inflamatorios. A este fenómeno se le
conoce Características[editar]
Se llaman neutrófilos porque no se tiñen con colorantes ácidos ni básicos, por lo que su
citoplasma al microscopio óptico aparece de color rosa suave.
Se caracterizan por presentar un núcleo con cromatina compacta segmentada
multilobulado —de 2 a 5 lóbulos conectados por delgados puentes—. 1
Los neutrófilos interaccionan con agentes quimiotácticos para migrar a sitios invadidos por
microorganismos, en un proceso denominado diapédesis o extravasación. Este proceso
consta de tres etapas:
Adhesión al endotelio[editar]
Cuando se inicia el proceso de inflamación, se produce una vasodilatación iniciada por
mediadores químicos, que provoca la salida de líquido de la sangre hacia los tejidos,
generando un edema. Como consecuencia, la viscosidad de la sangre aumenta, debido al
aumento de concentración de los glóbulos rojos, lo que a su vez provoca un descenso en
el flujo sanguíneo (estasis). En estas condiciones hemodinámicas, los leucocitos se
redistribuyen en posición periférica, un fenómeno denominado marginación donde los
neutrófilos se unen a Integrinas, selectinas e interacción leucocito/endotelio.