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Repaso tema 5: Inmunidad innata celular: neutrófilos y

fagocitosis.
1. Esbozar la historia vital y la evolución final de los neutrófilos.

Las células de defensa del organismo circulan por la sangre, donde se denominan colectivamente
leucocitos. Todos los leucocitos se originan a partir de las células madre de la médula ósea
(mieloides) e intervienen en la defensa del organismo. Dos tipos de leucocitos están
especializados en destruir e ingerir microorganismos invasores. Estas células, denominadas
neutrófilos y macrófagos, se originan de una célula madre común, pero son muy diferentes y
tienen funciones distintas, aunque complementarias.

Los neutrófilos (granulocitos polimorfonucleares) responden e ingieren a los microorganismos


invasores rápidamente, pero son incapaces de prolongar una actividad fagocítica mantenida. Por
el contrario, los macrófagos (células mononucleares) se mueven más despacio, pero son
fagocitos altamente efectivos y capaces de repetir el proceso fagocitario.

2. Describir cómo las primeras células atraídas a las localizaciones de lesión tisular o de
invasión microbiana son los neutrófilos.

Los neutrófilos se forman a partir de células madre a un ritmo cercano a 8 millones por minuto en
los seres humanos, migran a la sangre y unas 12 horas después penetran en los tejidos. Viven solo
unos pocos días a menos que se activen por la inflamación, por lo que deben reemplazarse
constantemente. Los neutrófilos constituyen entre el 60 y el 75% de los leucocitos sanguíneos en
la mayoría de los carnívoros, alrededor del 50% en caballos y del 20-30% en vacas, ovejas y
roedores de laboratorio. Sin embargo, los neutrófilos sanguíneos suponen solo el 1-2% de su
población total. La inmensa mayoría de los neutrófilos están secuestrados en los capilares dentro
del hígado, el bazo, los pulmones y la médula ósea. Durante las infecciones bacterianas, el
número de neutrófilos circulantes puede incrementarse diez veces ya que estas células
almacenadas se liberan desde estos órganos. Estos neutrófilos migran a la sangre y, al final, a los
tejidos, donde mueren por apoptosis.

La producción de los neutrófilos por las células madre está regulada por una citoquina
denominada factor estimulador de colonias de granulocitos (G-CSF). La producción de G-CSF
está coordinada con el ritmo de apoptosis de los neutrófilos. Así, los neutrófilos apoptóticos son
eliminados por los macrófagos. A continuación, estos macrófagos producen Interleuquina 23 (IL-
23), por lo que, mientras los neutrófilos mueren, la producción de IL-23 aumenta. La IL-23
estimula la producción de IL-17 por los linfocitos que, a su vez, estimula la producción de G-CSF y
la actividad de las células madre. Como resultado, el ritmo de producción de los neutrófilos
coincide con su ritmo de eliminación. Los receptores tipo Toll (TLR) también se expresan en las
células madre mieloides. Durante las infecciones microbianas, los patrones moleculares
asociados a patógenos (PAMP), como los lipopolisacáridos, se unen a estos TLR y desencadenan
la producción de más neutrófilos. De este modo, los TLR proporcionan un mecanismo por el que la
disponibilidad de neutrófilos aumenta rápidamente en respuesta a la infección. La
administración de G-CSF estimula la producción de neutrófilos.
3. Explicar cómo los neutrófilos pueden salir de los vasos sanguíneos y resumir los
mecanismos implicados en esta migración.

Los neutrófilos en el torrente sanguíneo simplemente son transportados por el flujo. En los tejidos
inflamados, sin embargo, estas células en rápido movimiento pueden reducir su velocidad y
detenerse, adherirse a las paredes vasculares y migrar a los tejidos. Esta migración es estimulada
por cambios en las células endoteliales que revisten las paredes vasculares. Los cambios en las
células endoteliales vasculares se desencadenan por la lesión tisular y la invasión microbiana. Las
selectinas de las células endoteliales frenan a los neutrófilos y los estimulan para que rueden.
Cuando los neutrófilos se detienen, las integrinas los unen firmemente a las células endoteliales
vasculares y los inducen a migrar a los tejidos pasando a través de las paredes de los vasos
sanguíneos.

En conjunto, las células endoteliales que revisten los vasos sanguíneos actúan como un amplio
sensor de la invasión microbiana. Cuando los PAMP y DAMP, como los lipopolisacáridos o la
histamina y el factor de activación plaquetario (PAF) de los tejidos lesionados llegan a los vasos
sanguíneos, estimulan la expresión por las células endoteliales de una glucoproteína adherente
denominada selectina P (CD62P). La selectina P está almacenada en gránulos citoplasmáticos,
pero se traslada a la superficie pocos minutos después de la estimulación. La selectina P se
puede unir a una proteína denominada selectina L (CD62I) en los neutrófilos circulantes. Al
principio, esta unión es débil y transitoria; ya que los neutrófilos se desprenden de su selectina L,
pero estos neutrófilos expresan más selectinas, por lo que se ralentizan gradualmente, ruedan a lo
largo de la superficie de las células endoteliales y, al final, se detienen. Esto se produce sobre todo
en las vénulas, donde la pared vascular es fina y su diámetro es lo bastante pequeño para permitir
que los neutrófilos contacten firmemente con el endotelio.

El factor activador plaquetario, las quimioquinas y los leucotrienos de las células endoteliales
estimulan a los neutrófilos rodantes para que expresen la proteína adhesiva LFA-1 (antígeno 1
asociado a la función leucocítica). LFA-1 es una integrina (proteína de la superficie celular que
hacen que las células se agrupen) que se une a una molécula 1 de adhesión intercelular (ICAM-1
o CD54) en las células endoteliales. Esta fuerte unión provoca que los neutrófilos se detengan por
completo y se unan con firmeza a la pared vascular, a pesar de la fuerza de arrastre de la corriente
sanguínea. Después de varias horas, las células endoteliales activadas por citoquinas como el
factor de necrosis tumoral o (TNF-a) expresan la selectina E (CD62E), que es muy adherente. La
IL-1 y la II-23 también inducen a las células endoteliales para que produzcan quimioquinas, que
atraen todavía más neutrófilos.
4. Explicar cómo los neutrófilos se unen, ingieren y destruyen a los microorganismos
invasores: el proceso de la fagocitosis.

Una vez que los neutrófilos llegan a los sitios de invasión microbiana, ingieren y destruyen las
bacterias invasoras mediante la fagocitosis. Aunque la fagocitosis es un proceso continuo, puede
dividirse en etapas bien definidas: activación, quimiotaxis, adherencia, ingestión y destrucción.

Activación: Antes de ingerir y destruir a los microorganismos invasores, los neutrófilos deben
activarse. Así, cuando los neutrófilos se unen a las integrinas de las células endoteliales y se
estimulan por CXCL8 o C5a, secretan elastasa, defensinas y oxidantes. La elastasa promueve
su adhesividad. Los oxidantes activan a las proteasas tisulares que, a su vez, inducen la
liberación de TNF-a por los macrófagos. El TNF-a, por su parte, atrae a más neutrófilos, lo que
crea una amplificación por retroalimentación.

Quimiotaxis: Los neutrófilos se desplazan directamente hacia los microorganismos invasores


y a las células lesionadas atraídos por moléculas quimiotácticas que se difunden desde los
lugares de invasión microbiana y establecen un gradiente. Los receptores de las moléculas
quimiotácticas están distribuidos por la superficie de los neutrófilos, pero la formación de
lamelipodios (proyecciones) está dirigida por las mayores concentraciones de las moléculas
quimiotácticas en el frente de avance de las células.

La invasión microbiana y la lesión tisular generan gran muchas moléculas quimiotácticas, entre
las cuales se incluyen el péptido C5a del complemento, un péptido denominado fibrinopéptido B
(derivado del fibrinógeno), así como peróxido de hidrógeno. Otras sustancias quimiotácticas son
las quimioquinas, catelicidinas y lípidos como el leucotrieno B4. Las bacterias invasoras
liberan péptidos con grupos de metionina formilada que poseen un gran poder quimiotáctico para
los neutrófilos de algunos mamíferos. Así, mientras los neutrófilos migran, reciben una multitud de
señales de atracción para movilizarse en gran número y de forma coordinada hacia los lugares de
invasión y tejidos lesionados.

Adherencia y opsonización: Una vez que un neutrófilo encuentra una bacteria, debe «unirse»
a ella. Esto no se produce de manera espontánea, ya que tanto las células como las bacterias
suspendidas en los líquidos corporales suelen tener carga negativa (potencial zeta) y se
repelen entre sí. La carga electrostática en las bacterias debe ser neutralizada mediante su
recubrimiento con moléculas cargadas positivamente. Las moléculas que recubren de esta
manera a la bacteria y promueven la fagocitosis se denominan opsoninas. Esta palabra deriva
de una palabra griega que significa «salsa», implicando que permiten que la bacteria sea más
apetitosa para los neutrófilos. Algunos ejemplos de opsoninas son la lectina de unión a
manosa, la fibronectina, algunos componentes del complemento y, lo más importante,
anticuerpos.

Los anticuerpos son las proteínas principales del sistema inmune adaptativo y son, con gran
diferencia, las opsoninas más eficaces. Recubren a las bacterias, las unen a receptores de las
células fagocíticas y desencadenan su ingestión. La fagocitosis mediada por el receptor de
anticuerpos (o fagocitosis tipo I) se activa por la unión de la bacteria recubierta por anticuerpos a
los receptores de estos en los neutrófilos.
Trampas extracelulares: Los neutrófilos atrapan y destruyen las bacterias extracelulares. Algunos
neutrófilos presentan una forma de muerte celular denominada NETosis como alternativa a la
apoptosis o necrosis. Después de su activación por CXCL8 o por lipopolisacáridos, los oxidantes
de los neutrófilos se liberan a partir de los contenidos de los gránulos azurófilos (primarios). Estas
enzimas provocan una condensación de la cromatina y liberan las cadenas del ADN nuclear y sus
proteínas asociadas al líquido extracelular. Estas cadenas forman una red de fibras extracelulares
denominadas trampas extracelulares de neutrófilos (NET, neutrophil extracellular traps). Estas
NET están revestidas con proteínas antimicrobianas, incluidas histonas y componentes de los
gránulos, como elastasa, mieloperoxidasa, lactoferrina y gelatinasa. Como resultado, las NET no
solo capturan a las bacterias, sino que también las destruyen.

Ingestión: Cuando los neutrófilos se desplazan hacia un foco quimiotáctico, un lamelipodio


avanza en primer lugar, seguido de la porción principal de la célula. El citosol del lamelipodio
contiene una red filamentosa de actina y miosina, cuyo estado determina la fluidez del
citoplasma. Cuando el neutrófilo encuentra una bacteria, su lamelipodio se extiende y rodea al
microorganismo, y se produce la unión entre las opsoninas en la bacteria y los receptores en la
superficie del neutrófilo. Cuando los microorganismos recubiertos con anticuerpos se unen al
CD32 (receptor para anticuerpos) de los neutrófilos, desencadenan la polimerización de la
actina. Como resultado, los lamelipodios ricos en actina se extienden desde la célula para
englobar la partícula (fagocitosis tipo 1).

En la fagocitosis mediada por el complemento, las partículas se introducen en el neutrófilo sin


formación de lamelipodios, lo que sugiere que el proceso de ingestión es fundamentalmente
distinto del mediado por anticuerpos (fagocitosis tipo 2). Al final, la bacteria se introduce en la
célula y, a medida que se fagocita, queda englobada en una vacuola denominada fagosoma.

5. Enumerar los mecanismos por los cuales los neutrófilos destruyen a los invasores.
Destrucción: Los neutrófilos destruyen las bacterias mediante dos procesos distintos. Uno
implica la generación de oxidantes potentes mediante un estallido respiratorio. El otro
consiste en la liberación de enzimas líticas y péptidos antimicrobianos de los gránulos
intracelulares.

Otras enzimas lisosomales son la lisozima, las proteasas, las hidrolasas ácidas y la
mieloperoxidasa. También contienen altas concentraciones de defensinas y catelicidinas
antimicrobianas. Las enzimas que se acumulan en los fagosomas pueden digerir las paredes
bacterianas y destruir muchos microorganismos, pero, como cabría esperar, se observan
variaciones en la susceptibilidad.
6. Describir la importancia de la opsonización y el papel de los anticuerpos y el
complemento en el proceso fagocítico.
Las células y las bacterias que se encuentran en los líquidos corporales se encuentran
cargados negativamente, las opsoninas se encargan de recubrir y neutralizar las bacterias con
moléculas positivas, esto permite que la bacteria sea mas apetitosa para los neutrófilos.
Los anticuerpos son las proteínas principales del sistema inmune adaptativo y son, con gran
diferencia, las opsoninas más eficaces. Recubren a las bacterias, las unen a receptores de
las células fagocíticas y desencadenan su ingestión.
La fagocitosis mediada por el receptor de anticuerpos (o fagocitosis tipo I) se activa por la
unión de la bacteria recubierta por anticuerpos a los receptores de estos en los neutrófilos.
En la fagocitosis mediada por el complemento, las partículas se introducen en el neutrófilo
sin formación de lamelipodios, lo que sugiere que el proceso de ingestión es
fundamentalmente distinto del mediado por anticuerpos (fagocitosis tipo 2). Al final, la
bacteria se introduce en la célula y, a medida que se fagocita, queda englobada en una
vacuola denominada fagosoma.

7. Explicar los mecanismos del estallido respiratorio y su importancia tanto como


mecanismo de destrucción de bacterias como causa de lesión tisular.

Estallido respiratorio: El estallido respiratorio de los fagocitos, producido por la NADPH-oxidasa,


complejo enzimático que cataliza la formación de radical superóxido, constituye una de las
fuentes endógenas más importantes de especies reactivas del oxígeno en el organismo.

Principales características de la vía del estallido respiratorio en los neutrófilos.

El proceso se activa por la unión de bacterias opsonizadas a los receptores fagocitarios como
CD32. Esto produce el ensamblaje del multicomplejo enzimático NADPH oxidasa (NOX) en la
membrana del fagosoma. Una vez ensamblado, NOX cataliza la generación de oxígeno singlete. En
asociación con otras enzimas como la superóxido dismutasa y la mieloperoxidasa, se producen
productos bactericidas, como el peróxido de hidrógeno (H202), e iones hipocloruro (OCI-).

El ácido hipocloroso (HOCI) es el producto principal del metabolismo oxidativo de los


neutrófilos. Debido a su reactividad, el HOCI se consume rápidamente en muchas reacciones.
Mientras se proporciona H202 (los neutrófilos pueden producir H20, durante un máximo de 3
horas tras la activación), la mieloperoxidasa producirá HOCI. El HOCI destruye las bacterias
desplegando y agregando sus proteínas, y oxidando sus lípidos, e intensifica las actividades
bactericidas de las enzimas lisosomales. (Debe recordarse que el HOCI es el ingrediente activo
de la lejía doméstica y suele utilizarse para impedir el crecimiento bacteriano en las piscinas.)

El superóxido, el peróxido de hidrógeno, el oxígeno singlete, los hipoaluros y los peróxidos


orgánicos se denominan colectivamente con el término «especies reactivas de oxígeno», o ROS
(reactive oxygen species). Estas moléculas actúan a nivel atómico uniéndose a átomos de azufre
en las cadenas laterales de cisteina y metionina. Inhiben las serina/treonina quinasas y fosfatasas,
muchos factores de transcripción, proteínas reguladoras de señal y canales iónicos.

También oxidan bases en el ADN, de modo que influyen en la transcripción. Los ROS activan
inflamasomas y promueven la activación de los linfocitos B y T.
8. Explicar cómo los neutrófilos por sí solos no pueden proporcionar una solución a largo
plazo para las necesidades de defensa del organismo.

Los neutrófilos son células muy diferenciadas de vida corta que tienen una reserva de energía
limitada que no puede ser repuesta. Por tanto, presentan su máxima actividad inmediatamente
después de su liberación de la médula ósea, pero se extenúan rápidamente y solo pueden realizar
una cantidad limitada de procesos de fagocitosis. La mayoría de los neutrófilos sobreviven solo
unos pocos días.

Mueren debido a apoptosis y los fagocitos mononucleares eliminan los restos celulares. La mayor
parte de esta muerte celular es fisiológica, simplemente por eliminación de células no utilizadas y
no deseadas. A medida que los neutrófilos envejecen, expresan cambios en su superficie que
envían un mensaje para que los monocitos les fagociten. El envejecimiento de los neutrófilos
provoca un volteo de su membrana, de modo que la fosfatidilserina se expone y es reconocida por
macrófagos que enseguida fagocitan la célula afectada. Este tipo de muerte celular se denomina
eferocitosis.

La apoptosis de los neutrófilos también se produce en presencia de estímulos inflamatorios, sobre


todo los ROS. Esto también puede implicar la formación de NET de ADN exocitado. Cuando las
células dendríticas ingieren neutrófilos apoptóticos que contienen bacterias, secretan TGF-B,
IL-6 e IL-23. Como se ha descrito anteriormente, esta IL-23 estimula la diferenciación de linfocitos
Th17que atraen incluso a más neutrófilos. Por el contrario, la ingestión de neutrófilos
apoptóticos no infectados desencadena la secreción de II-10 y TGF-B, lo que promueve la
producción de linfocitos T reguladores y suprime la inflamación.

Por tanto, los neutrófilos pueden considerarse la primera línea de defensa, que se desplaza
velozmente hacia los organismos invasores y los destruye con rapidez, pero que es incapaz de
sostener dicho esfuerzo. La segunda línea de defensa es el sistema de los fagocitos
mononucleares. Las DAMP liberadas por la desgranulación o la muerte de los neutrófilos
promueven el reclutamiento y la activación tanto de macrófagos como de células dendríticas,
aumentando las respuestas inmunes innatas y adaptativas.

9. Definir opsonina, quimiotaxis, estallido respiratorio y NETosis.


 Opsonina: Molécula que recubre y cargan positivamente a las bacterias, haciéndolas más
apetitosas para los neutrófilos, los anticuerpos son las opsoninas más eficaces.
 Quimiotaxis: Es un mecanismo del sistema inmunológico, que permite la migración de los
leucocitos al la zona de invasión bacteriana.
 Estallido respiratorio: es el proceso donde algunas células son capaces de producir y liberar
especies reactivas de oxígeno, tales como radicales superóxido y peróxido de hidrógeno. Se
caracteriza por un aumento muy violento en la demanda de oxígeno y en el consumo de
energía a nivel celular; es un mecanismo frecuentemente utilizado por las células del
sistema inmune para producir compuestos con capacidad microbicida, tales como el
peróxido de hidrógeno y el anión hipoclorito.
 NETosis: es un mecanismo de muerte celular, que además cumple una función microbicida
destruyendo o inhibiendo el crecimiento de microorganismos.

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