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Expediente Nº 5758-2019

CIUDADANO:
JUEZ DEL TRIBUNAL SUPERIOR CIVIL, MERCANTIL Y DE TRANSITO
DEL SEGUNDO CIRCUITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL
ESTADO BOLÍVAR, CON SEDE EN PUERTO ORDAZ.
SU DESPACHO.-

Yo, OLIVIA DE JESUS MACEIRA LAZZA, abogada en ejercicio, de este


domicilio, Titular de la Cédula de Identidad Personal Nº V-15.781.554, inscrito en
el Instituto de Previsión Social el Abogado bajo la matricula: N° 118.422,
procediendo en este acto como apoderado judicial del ciudadano HUONIG HE, de
Nacionalidad China residente en el país, mayor de edad, civilmente hábil,
domiciliado en la Población de Santa Elena de Uairén, Municipio Gran Sabana del
Estado Bolívar, titular de la cedula de identidad N° E- 84.479.054, según consta de
instrumento poder debidamente Autenticado por la Notaria Publica de la Gran
Sabana del Estado Bolívar, inserto bajo el N° 23, Tomo: 25, folios 70 hasta el 72, de
los libros de autenticaciones llevados por la Notaria, de fecha del 06 de Diciembre
del año 2019, el cual anexo en original, al presente escrito marcado con la letra “A”,
constante de Tres (3) folios útiles, para los debidos efectos de Ley, Eante usted, muy
respetuosamente ocurro y expongo: Siendo la oportunidad procesal legal de la
parte demanda para presentar las observaciones a los informes de la otra parte,
a los que se contrae el Artículo 519 del Código de Procedimiento Civil, y lo hago en
los siguientes términos:
TITULO I
CAPITULO PRIMERO
DE LOS HECHOS OBSERVADOS EN LOS INFORMES PRESENTADOS
POR LA ACCIONANTE.
La parte accionante, afirma en su escrito de descargos de informes en el presente
juicio. Cito, “Nos adherimos y consolidamos a la decisión de todos y de cada unos
de los elementos previamente dispuestos por el Juzgado de Municipio Ordinario y
Ejecutor de medidas del Municipio Gran Sabana del Segundo Circuito de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar, en fecha 27 e Noviembre del año
2019”, de la cual debemos hacer las siguientes observaciones:
En la Sentencia del 27 de Noviembre del año 2019, dictada por El Tribunal de
Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas del Municipio Gran Sabana del
Segundo Circuito Judicial del Estado Bolívar, con sede en la población de Santa
Elena de Uairén, El juez a quo, arguye en su consideraciones para decidir que la
referida acción se encuentra inmerso en el artículo 40.a de la ley especial que rige la
materia y conforme a lo establecido en el artículo 1.160 del Código Civil. Cito. “Los
contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan no solamente a cumplir lo
expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se derivan de los mismos
contratos, según la equidad, el uso o la Ley.”, apreciando solo en la definitiva, el
artículo 40.a de la Ley Especial en comento, excluyendo el resto de la norma, que es
de exigencia absoluta para las relaciones derivadas de contratos de arrendamiento
inmobiliario para el uso comercial.
En tal sentido observo e indico. En la presente demanda por desalojo por
falta de pago de cánones de arrendamientos insolutos, como procura hacer pretender
la parte demandante en la presente litis, debemos de señalar las actuaciones
melodiosas, dolosas y con premeditación de la ciudadana YESSIKA DEL CARMEN
SOLARTE CASTILLO con respecto a la redacción de los contratos de
Arrendamientos, realizada por la demandante, en su condición de abogada, con
numero del Instituto de Previsión Social del abogado N° 223.622, como se
evidencia de nota de autenticación de los referidos contratos estampada por la
Notaria Publica de la Gran Sabana del Estado Bolívar, que fue anexado en el
presente expediente marcado con la letra “C” por la demandada el cual riela, desde el
folio Once (11) al Catorce (14), ambos inclusive de este proceso, con un lapso de
duración de Seis (06) meses contados a partir del Primero de Febrero del año 2016, a
igualmente el contrato de arrendamiento marcado con la letra “D” por la contraparte
que riela desde el folio Quince (15) al Dieciocho (18), ambos inclusive, con un lapso
de duración de Un (01) año contado a partir del Primero de Agosto del año 2016, los
cuales contravienen abiertamente EL DECRETO CON RANGO, VALOR Y
FUERZA DE LEY DE REGULACIÓN DEL ARRENDAMIENTO
INMOBILIARIO PARA EL USO COMERCIAL.
En tal sentido podemos afirmar que las pruebas documentales que a tal efecto
se acompañaron la parte demandante incurrió en irregularidades maliciosas y
dolosas en el presente juicio, contrarias al orden Publico, las buenas costumbres y la
Ley, por incurrir en serias anomalías en la redacción de los contratos, como se
observa en el visado del referido contrato, en cuanto a los requisitos exigidos y
prohibidos en el DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY DE
REGULACIÓN DEL ARRENDAMIENTO INMOBILIARIO PARA EL USO
COMERCIAL, para la plena valides de los contratos arrendaticios, en concordancia
con los artículos 13, 14, 17, 19, 24, 25, 27, 30, 32 y 41 del referido DECRETO.
Ahora bien, tomando en cuenta la fecha de entrada en Vigencia del Referido Decreto
Ley, el cual se hizo efectiva con la Publicación de la Gaceta Oficial N° 40.418 del
23 de Mayo del año 2014, y la vigencia de los referidos contratos de Arrendamiento,
podemos señalar que de forma dolosa la demandada no cumplió con los requisitos
exigidos por Ley.

El presente Decreto Ley, tiene plena vigencia desde la fecha de su publicación


en Gaceta Oficial, quedando consagradas las siguientes consideraciones:
En un lapso no mayor a seis (6) meses (hasta el día 23/11/2014), todos los
contratos de arrendamiento de locales comerciales, vigentes a la fecha de la
presente publicación, deberán adecuarse a las disposiciones de esta nueva
normativa. Los contratos celebrados en moneda extranjera antes de la entrada
en vigencia de este instrumento legal, automáticamente se entenderán pactados
en Bolívares, siendo que el canon de los inmuebles sujetos a dicha contratación,
deberán ser regulados de acuerdo a lo consagrado en la presente Ley, dentro de
los noventa (90) días siguientes a su entrada en vigencia (plazo que finalizará el
día 20/08/2014).
Por ende se puede evidenciar las siguientes irregularidades a los instrumentos
fundamentales de la presente demanda, como lo son los contratos de arrendamiento
antes supra mencionados, los cuales presentan los siguientes vicios:
Los mismo fueron redactados por la parte demandante, con la intensión de
causar zozobra y un posible estado de insolvencia a mi representado con la
violación de los requisitos, para realización de contratos de arrendamientos de
locales comerciales, en los artículos 24, 25 y 27 del DECRETO CON
RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY DE REGULACIÓN DEL
ARRENDAMIENTO INMOBILIARIO PARA EL USO COMERCIAL,
haciéndole más onerosa la obligación de pago, la cual resulta contraria a la
Ley, al orden público y las buenas costumbres.
Además en el proceso civil rige el principio iura novit curia, o da mihi
factum et ego tibi ius, por el cual al demandante lo que le incumbe es la carga
de alegar los hechos constitutivos de su petición, y al Órgano Jurisdiccional le
asiste la obligación de examinar la petición y su fundamentación fáctica desde
todos los puntos de vista jurídicos posibles, pudiendo aplicar normas jurídicas
que no hayan sido invocadas por las partes, que sean aplicables a los hechos
sustanciadores de la petición.
A partir del vigente Código de Procedimiento Civil, en forma genérica y no
puntual, el dolo procesal y sus efectos aparece recogido en el ordenamiento
procesal, cuando el ordinal 1° del artículo 170 crea en las partes el deber de
veracidad (exponer los hechos de acuerdo a la verdad), mientras que el artículo 17 al
desarrollar el deber de lealtad y probidad en el proceso por parte de los litigantes,
ordena la prevención de la colusión y el fraude procesal (máximo exponente del
dolo procesal).
A nuestro juicio, al crearse como categorías específicas la colusión y el fraude
procesales, dentro de los principios o disposiciones fundamentales del Código de
Procedimiento Civil que rigen el proceso, tales conductas deben ser interpretadas
como reprimibles en forma general, independientemente de los correctivos
específicos que aparecen en las leyes, ya que el legislador en lugar de perseguir
actuaciones puntuales, como lo hizo hasta la vigencia del Código de Procedimiento
Civil de 1916, ha establecido una declaración prohibitiva general, la que a su vez se
conecta con la institución del orden público y las buenas costumbres a cargo del
juez en el proceso (artículo 11 del Código de Procedimiento Civil); y que en estos
momentos también se conecta con el derecho a la tutela judicial efectiva, del cual
deben gozar los que acceden a los órganos judiciales, al igual que a obtener de éstos
una justicia idónea, transparente y eficaz (artículos 26 y 257 de la vigente
Constitución). En consecuencia, el fraude procesal (dolo) puede ser atacado con el
fin de hacerle perder sus efectos, sin necesidad de acudir a especiales supuestos de
hecho señalados en la ley, para específicas situaciones, las cuales de todos modos
siguen vigentes.
El artículo 17 del Código de Procedimiento Civil reza: “El Juez deberá tomar
de oficio o a petición de parte, todas las medidas necesarias establecidas en la ley,
tendentes a prevenir o a sancionar las faltas a la lealtad y probidad en el proceso, las
contrarias a la ética profesional, la colusión y el fraude procesales, o cualquier acto
contrario a la majestad de la justicia y al respeto que se deben los litigantes.”
Las medidas necesarias establecidas en la ley, son tanto las particulares para
situaciones prevenidas, como las de efectos generales, nacidas de las instituciones
jurídicas. El fraude procesal puede ser definido como las maquinaciones y
artificios realizados en el curso del proceso, o por medio éste, destinados,
mediante el engaño o la sorpresa en la buena fe de uno de los sujetos procesales,
a impedir la eficaz administración de justicia, en beneficio propio o de un
tercero y en perjuicio de parte o de tercero. Estas maquinaciones y artificios
pueden ser realizados unilateralmente por un litigante, lo que constituye el dolo
procesal stricto sensu, o por el concierto de dos o más sujetos procesales, caso en
que surge la colusión; y pueden perseguir la utilización del proceso como
instrumento ajeno a sus fines de dirimir controversias o de crear determinadas
situaciones jurídicas (como ocurre en el proceso no contencioso), y mediante la
apariencia procedimental lograr un efecto determinado; o perjudicar concretamente
a una de las partes dentro del proceso, impidiendo se administre justicia
correctamente.
El fraude puede consistir en el forjamiento de una inexistente litis entre partes,
con el fin de crear un proceso dirigido a obtener fallos o medidas cautelares en
detrimento de una de las partes, o de terceros ajenos al mismo, lo que constituye la
simulación procesal; o puede nacer de la colusión de una persona, que actuando
como demandante, se combine con otra u otras a quienes demanda como
litisconsortes de la víctima del fraude, también demandada, y que procurarán al
concurrir con ella en la causa, crear al verdadero codemandado situaciones de
incertidumbre en relación con la fecha real de citación de todos los demandados; o
asistir con él en el nombramiento de expertos, con el fin de privarlo de tal derecho; o
sobreactuar en el juicio, en los actos probatorios, etc, hasta convertirlos en un caos.
También, sin que con ello se agoten todas las posibilidades, puede nacer de la
intervención de terceros (tercerías), que de acuerdo con una de las partes, buscan
entorpecer a la otra en su posición procesal.
Cuando el dolo procesal estricto es detectado, por aplicación del artículo 17
del Código de Procedimiento Civil, el remedio es la nulidad de los actos dolosos,
declaración que puede plantearse en el proceso donde aquél ocurre, o cuya
declaración se logra por la vía de la invalidación, si fuere el caso, como lo prevén los
ordinales 1° y 2° del artículo 328 eiusdem. La declaratoria de la nulidad, con su
secuela: la pérdida de efecto de los procesos forjados, viene a ser la medida
necesaria tendente a sancionar la colusión y el fraude procesal, a que se refiere
el artículo 17 antes aludido, y que si bien es cierto (la nulidad) no está prevista
expresamente en la ley, es ella el resultado lógico y natural de la sanción al fraude,
contemplada en figuras cuya aplicación analógica es posible, como la invalidación
en proceso el civil, o la revisión en el penal.
Con respecto a el orden público, el mismo está integrado por todas aquellas
normas de interés público, que son de cumplimiento incondicional, que no pueden
ser derogadas por las partes y, en las cuales el interés general de la sociedad y del
estado supedita el interés particular, para la protección de ciertas instituciones que
tienen elevada importancia para el mantenimiento de la seguridad jurídica.
Conforme a lo antes expuesto y la señalada Doctrina de la Sala Constitucional
de nuestro máximo Tribunal Supremo de Justicia y ponderando el hecho cierto, de
que las maquinaciones y artificios realizados en el curso del proceso, o por medio
éste, destinados, mediante el engaño o la sorpresa en la buena fe de uno de los
sujetos procesales, a impedir la eficaz administración de justicia, en beneficio propio
o de un tercero y en perjuicio de parte o de tercero. Estas maquinaciones y artificios
pueden ser realizados unilateralmente por un litigante, lo que constituye el dolo
procesal stricto sensu, o por el concierto de dos o más sujetos procesales, caso en
que surge la colusión; y pueden perseguir la utilización del proceso como
instrumento ajeno a sus fines de dirimir controversias o de crear determinadas
situaciones jurídicas (como ocurre en el proceso no contencioso), y mediante la
apariencia procedimental lograr un efecto determinado; o perjudicar concretamente
a una de las partes dentro del proceso, impidiendo se administre justicia
correctamente. Acción maliciosa que ha realizado la parte actora, sobre los
instrumentos fundamentales de los presupuestos procesales, en la presente acción
de desalojo de Un (01) inmueble local comercial, de conformidad con el artículo 43
del Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Regulación del Arrendamiento
Inmobiliario para el Uso Comercial en concordancia con los artículos 859 y
siguientes del código de Procedimiento Civil.
Además, en consonancia con lo previsto en el artículo 14 del Código de
Procedimiento Civil que atribuye al Juez la dirección del proceso, en concordancia
con lo dispuesto en el artículo 206 del Código de Procedimiento Civil en vista que
estamos en presencia de un vicio que amerita reexaminar los presupuestos de
admisibilidad de la demanda por acción de desalojo ampliamente descrita, una vez
constatada los actos que vulneran las leyes el orden público y las buenas
costumbres, lo cual hace que la pretendida demanda no sea cierta y exigible y
evidentemente ilegal y resulta contraria al orden público, a la Ley, las buenas
costumbres y los principios generales del derecho, en justa concordancia con lo
que contrae el artículo 49.1.4 Constitucional, de los artículos 17, 170, 217 y 341
del Código de Procedimiento Civil, Por lo cual pido es declarar con lugar la
cuestión previa aquí planteada referente a la prohibición de la Ley de admitir la
acción propuesta, todo ello como consecuencia, que la presente acción resulta
contraria al orden público, a la Ley y las buenas costumbres, y nula de conformidad
con el artículo 25 constitucional, referente a que “Todo acto dictado en ejercicio del
Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta
Constitución y la Ley “es nulo”, lo cual trae como consecuencia lo establecido en el
artículo 356 del Código de Procedimiento Civil, lo que es que la demanda queda
desechada y extinguido el proceso o en su defecto anular el auto de admisión, por
encontrarnos en presencia de una pretensión de la parte accionante que es contraria a
la Ley, que está prohibida o cuando el legislador ha previsto unas determinadas
causales para su ejercicio y la pretensión no se funda en alguna de ellas, la demanda
es inadmisible, lo cual puede declararse a petición de la parte accionada o de oficio
en cualquier estado y grado de la causa, de conformidad con el artículos 341 del
Código de Procedimiento Civil y tratándose la acción de un presupuesto procesal
para acceder a la jurisdicción, su falta o su inadmisibilidad puede ser declarada en
cualquier estado y grado del proceso, inclusive en casación, reponiendo la causa al
estado de que se declare inadmisible la demanda y estos ejercicios de la acción con
fines ilícitos, el Juez debe calificarlos, tal como lo establece la sentencia vinculante
de fecha 18 de mayo de 2001. Expediente N° 00-2055, emanada del Tribunal
Supremo de Justicia, en sala Constitucional, ut supra parcialmente transcrita. Y ASÍ
PIDO QUE SE DECLARE.

En este mismo orden de ideas. Es antes que todo, es particularmente oportuno


rememorar respetuosamente a la justiciable demandante, que debe imperativamente
asumir, que a partir de la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, este país ha venido dándose un nuevo ordenamiento jurídico que es
imprescindible respetar. En general, concebir esa situación palpable y real, debe
llevarnos al razonamiento lógico de que –bajo el amparo de nuestra Carta Marga- no
podemos hacer lo que nos venga en ganas, en detrimento del ordenamiento jurídico
positivo, y mucho menos, en menoscabo del orden público legal.
Es así como, en virtud de la entrada en vigencia del Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley de Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso
Comercial, el 23 de mayo de 2014, se desarrolló un nuevo orden legal que permite
asumir las relaciones arrendaticias como parte de un sistema integral basado en el
equilibrio y en el irrestricto respeto de los derechos fundamentales; en el que el
Estado Venezolano y el Poder Judicial como parte integrante de aquél debe procurar
ese equilibrio entre las partes del juego económico, estableciendo regulaciones que
permitan crear la Igualdad ante la Ley que consagra nuestra Carta Magna, que no es
otra que aquella que permite iguales condiciones de desarrollo y de participación en
el acceso a la riqueza nacional, a través de mecanismos de compensación de
diferencias que otorgan al sujeto menos favorecido, una protección especial,
permitiendo así el libre desenvolvimiento de las relaciones económicas particulares
en verdadera situación de proporción.
En este sentido, el Decreto Ley in comento ofrece una nueva forma de entender las
relaciones arrendaticias de carácter comercial, siendo las partes libres de acordar sus
mutuos derechos y obligaciones, siempre y cuando no se incumplan las normas de
orden público, las cuales se declaran protectoras del arrendatario por considerarlo el
más débil en la relación.
Así, el artículo 1 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Regulación del
Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, instituye que:
El presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley, RIGE LAS CONDICIONES
Y PROCEDIMIENTOS PARA REGULAR Y CONTROLAR LA RELACIÓN
ENTRE ARRENDADORES Y ARRENDATARIOS, para el arrendamiento de
inmuebles destinados al uso comercial.

Por otra parte, la Disposición Transitoria Primera contenida en el artículo 45 del


aludido Decreto Ley, ordenó que:
Todos los contratos vigentes a la fecha de entrada en vigor de este Decreto Ley,
deberán ser adecuados en un lapso no mayor a seis (6) meses a lo establecido en este
Decreto Ley.
En consecuencia, es lógicamente imperativo interpretar que todos los contratos
o convenciones de arrendamiento de inmuebles o locales de uso comercial, a
partir de la entrada en vigencia de dicho Decreto Ley, tienen que ajustarse
conforme a ese cuerpo normativo jurídico. ASÍ PIDO QUE SE DECLARE.
Como se evidencia de las actas procesales los instrumentos donde se afianza la
pretensión de la accionante, los contratos de arrendamiento otorgados por las
partes, debidamente Autenticados por la Notaria Publica de la Gran Sabana del
Estado Bolívar, en fecha del 16 de Agosto del año 2016. 06 de Junio del año 2016 y
16 de Agosto del año 2016, respectivamente, que no está ajustado estrictamente al
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Regulación del Arrendamiento
Inmobiliario para el Uso Comercial, debe imperativamente DECLARARLO
NULO, pues la sola falta de adecuación a las normas jurídicas contenidas en el
mencionado Decreto Ley, per se, vulnera el orden jurídico positivo e implica
directamente renuncia, disminución o menoscabo de los derechos ineluctables que
asisten en este caso al arrendatario demandado. ASÍ PIDO QUE SE DECLARE
Axiomáticamente, se asume que el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de
Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, propugna un
régimen proteccionista que no puede ser pasado por alto al emitir esta sentencia
definitiva.
Con base a las anteriores consideraciones, podemos declarar, que en la resolución
del caso sub iudice prevalecerá el orden público legal, el carácter irrenunciable de
los derechos contenidos en dicho Decreto Ley y muy especialmente privará la
realidad de los hechos sobre las formas y apariencias. ASÍ PIDO QUE SE
DECIDA.
Por otra parte, por orden público legal debe entenderse el conjunto de normas de
interés público, que son de cumplimiento incondicional, que no pueden ser
derogadas por las partes y en las cuales el interés general de la sociedad y del Estado
subordina el interés particular, para la protección de ciertas instituciones que tienen
elevada importancia para el mantenimiento de la seguridad jurídica.
En criterio del autor J.A.F., en su obra “El Orden Público en el Derecho Privado”, el
orden público es:
"(…) el entretejido que une a los miembros de una sociedad humana con el fin de
mantener el orden social. Ese entretejido está constituido por una serie de valores
políticos, sociales, económicos y morales, los cuales son esenciales para mantener la
tutela del Estado sobre sus ciudadanos. Por tal razón forma parte de la estructura del
Estado, y, como tal, no puede ni debe ser transgredido, y el hacerlo trae como
consecuencia la obligación del Estado [Poder Judicial] de restablecerlo, aun
oficiosamente y aunque nadie se lo pida. El puede variar de acuerdo con el concepto
y tratamiento legal de la familia, y el valor moral de las relaciones humanas, sean
éstas económicas o de cualquier otra naturaleza. Todo órgano del estado tiene, pues,
(…) la obligación de defender y hacer valer el orden público.".
En el presente caso, que versa sobre el arrendamiento de un local comercial, es
indudable que está involucrado el orden público legal, sobre el cual puede EL Juez
de oficio resolver y tomar decisiones aun no pedidas por las partes, teniendo cuidado
en que tales providencias no lesionen los derechos de las partes o de terceros. Sin
embargo, cuando los afectados por las decisiones han sido partes en el juicio donde
se constatan los hechos contrarios al orden público, y alguno de ellos es generador
de esos hechos, el Derecho de Defensa y al Debido Proceso no se les está
cercenando si, de oficio, este juez cumple con la función tuitiva del orden público,
ya que es la actitud procesal de las partes la que con su proceder denota la lesión al
orden público, entendido éste como el “Conjunto de condiciones fundamentales de
vida social instituidas en una comunidad jurídica, las cuales, por afectar
centralmente a la organización de ésta, no pueden ser alteradas por la voluntad de
los individuos.” (Diccionario Jurídico Venezolano D & F, página 57).
En ese sentido, y más particularmente, cabe resaltar que el artículo 3 eiusdem, al
consagrar el orden público de dicha ley, dispone lo siguiente:
LOS DERECHOS ESTABLECIDOS EN ESTE DECRETO LEY SON DE
CARÁCTER IRRENUNCIABLE, por ende, todo acto, acuerdo o acción que
implique renuncia, disminución o menoscabo de alguno de ellos, SE CONSIDERA
NULO. En la aplicación del presente Decreto Ley, los órganos o entes
administrativos, así como LOS TRIBUNALES COMPETENTES, PODRÁN
DESCONOCER la constitución de sociedades, la celebración de contratos y, EN
GENERAL, LA ADOPCIÓN DE FORMAS Y NEGOCIOS JURÍDICOS,
MEDIANTE LOS CUALES SE PRETENDA EVADIR LA NATURALEZA
JURÍDICA ARRENDATICIA DE LA RELACIÓN o el carácter comercial del
inmueble arrendado, DEBIENDO PREVALECER SIEMPRE LA REALIDAD
SOBRE LAS FORMAS. Y ASÍ PIDO QUE SE DECIDA.
En definitiva, el acuerdo o contrato de arrendamiento escrito, autenticado y a tiempo
determinado, en el que hasta ahora consta la convención de arrendamiento existente
entre las partes enfrentadas en el presente juicio, es un burdo e inaceptable
andamiaje que desequilibra y quebranta todas las disposiciones legales antes
señaladas, contenidas en el vigente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de
Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial; que implica
insalvablemente la renuncia, la disminución y el menoscabo de los derechos
ineluctables de los que es titular el arrendatario demandado, ciudadano HUDNING
HE. En razón de lo cual, por aplicación expresa del artículo 3 del Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley de Regulación del Arrendamiento Inmobiliario para
el Uso Comercial, este juzgador lo declara ABSOLUTAMENTE NULO Y SIN
EFECTO LEGAL ALGUNO. Y ASÍ SE DECIDA.
Inflexiblemente, si es absolutamente nulo y sin valor legal alguno el contrato de
arrendamiento que había unido en arrendamiento por el local comercial objeto de
este juicio, a los sujetos activo y pasivo de este juicio, entonces, la relación
contractual de arrendamiento que los ha unido desde la fecha en que suscribió el
contrato, el 06 de junio de 2016, ES UN CONTRATO DE ARRENDAMIENTO
VERBAL Y A TIEMPO INDETERMINADO. Y ASÍ SE DECLARE.
TITULO I
CAPITULO SEGUNDO
OBSERVACIÓN DE LAS PRUEBAS DOCUMENTALES Y
POSICIONES JURADAS.
LAS PRUEBAS DOCUMENTALES. Siguiendo con las observación de los
informes de la parte accionante en la cual la misma se adhiere y consolida a la
decisión del Juez a quo, y del análisis y observación de la mencionada Sentencia, el
referido no aprecio las pruebas documentales presentadas por mi representado
demandado, en su respectiva proporción y magnitud en cuanto a los vicios
presentados en los contratos de Arrendamientos, ya ampliamente descritos supra, los
cuales son causales de NULIDAD ABSOLUTA, como lo contempla el artículo 3
del Decreto de la ley especial en la presente materia, el cual hizo caso omiso a tal
mandamiento de nuestro ordenamiento Jurídico vigente, causándole un daño injusto
y sobrevenido a mi defendido en la presente causa. Como lo contempla el artículo
1.160 del Código Civil y expone el mismo sentenciador en sus consideraciones para
decidir, el cual reza “Los contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan no
solamente a cumplir lo expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se
derivan de los mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley.” En pena
concordancia con el articulo 1.395.1 del código civil que señala: “La presunción
legal es la que una disposición especial de la Ley atribuye a ciertos actos o a ciertos
hechos.
Tales son:
1º. Los actos que la Ley declara nulos sin atender más que a su cualidad, como
hechos en fraude de sus disposiciones” Negrillas mías.
De manera pues, que la presunciones legales son aquellas fijadas por el legislador,
teniendo en cuenta que, según el orden normal de la naturaleza, de ciertos hechos
derivan determinados efectos, y entonces, por razones de orden público vinculadas
al régimen jurídico, impone una solución de la que le juzgador no puede apartarse.
Como es el caso de los artículo 13, 14, 17, 19, 24, 25, 27, 30, 32 y 41 del
DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY DE REGULACIÓN
DEL ARRENDAMIENTO INMOBILIARIO PARA EL USO COMERCIAL,
por mandato de la misma ley especial que rige la manera, como lo contempla en su
artículo 3, con el carácter de irrenunciable y de orden público.
LAS POSICIONES JURADAS. De igual manera, en la prueba de posiciones
juradas el Juez a quo, no valoro dicha prueba en la definitiva, todo y cuando la
absolvente de dichas pruebas la demandante ciudadana YESSIKA DEL CARMEN
SOLARTE, supra identificada, queda confesa en las respuestas de las preguntas
números 2, 3, 5, 6, de las referidas posiciones juradas, las cuales corren en el acta
del debate oral en el folio 169 del expediente del tribunal a quo, las cuales trascribo
a continuación:
…«omissis»
Pregunta “ 2- si es cierto que redacto contrato de fecha 16 de agosto de 2016,
debidamente autenticado por la notaria publica gran sabana inserto, bajo el
numero 26, tomo 17 de los libros de autenticaciones llevados por la notaria,

respondió: SI HASTA OCTUBRE”.


…«omissis»
Pregunta “3- diga usted si el arrendatario pagaba los cánones de arrendamiento

en efectivo a la fecha del vencimiento correspondiente, contesto: SI”.


…«omissis»
Pregunta “5- si es cierto que los contratos de arrendamientos anteriores al
vigente que causan la presente litis, fueron cancelados puntualmente por el

arrendatario contesto: SI”.


Pregunta “6- diga si es cierto que la redacción del contrato que funge como prueba
fundamental de la parte demandante que fue firmada en fecha del 16 de agosto de
2016, no se produjeron los datos de las cuentas corrientes correspondientes;
contesto: NO.
…«omissis»
Como se puede aprecia en las repuestas numero 2, que la accionante YESSIKA
DEL CARMEN SOLARTE CASTILLO, en su condición de abogada redacto el
instrumento fundamental en la pretendida controversia, como lo es el contrato de
arrendamiento en comento, incumpliendo de forma maliciosa y fraudulenta, con la
omisiones perniciosa de los artículos 13, 14, 17, 19, 24, 25, 27, 30, 32 y 41 del
DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY DE REGULACIÓN
DEL ARRENDAMIENTO INMOBILIARIO PARA EL USO COMERCIAL,
para de esta forma dejar a mi representado en un estado de indefensión y de
incertidumbre jurídica, que le serviría a la postre a su beneficio personal al intentar
de presente demanda, viciada de nulidad absoluta. Y ASÍ PIDO QUE SE
DECLARE.
De igual manera en su respuesta numero 3 de la absolvente declara de forma
afirmativa (Si), que el arrendatario pagaba los cánones de arrendamiento en
efectivo a la fecha del vencimiento correspondiente, lo cual es una confesión
indubitable por parte de la absolvente que el arrendatario pagaba sus cánones
correspondiente a la fecha de su vencimiento, lo cual es una contradicción con la
presente demanda por cobros de cánones de arrendamiento, y no fue valorado por el
Juez a quo en el presente Juicio, causándole un perjuicio y un daño injusto a mi
representado, Y ASÍ PIDO QUE SE DECLARE.
Posteriormente la demandante en su respuesta numero 5, afirma que los contratos
de arrendamientos anteriores al vigente que causan la presente litis, fueron
cancelados puntualmente por el arrendatario, de manera pues, que si el arrendatario
pagaba los cánones de arrendamiento en efectivo a la fecha del vencimiento del
contrato de arrendamiento fundamental de la presente demanda, de fecha 16 de
agosto del 2016, como lo afirma en la respuesta numero 3 y si había cancelado el
arrendatario los cánones anteriores, como es que pretende hacer creer la
demandante, la existencia del estado de insolvencia de parte del arrendatario, si la
misma accionante afirma y declara que se cancelaron los cánones de arrendamiento
anteriores al contrato vigente, y además cancelaba los cánones de arrendamiento del
contrato vigente, en efectivo a la fecha de su vencimiento correspondiente, lo que
denota una clara solvencia del arrendatario en la presente causa. Y ASÍ PIDO QUE
SE DECLARE.
Seguidamente en la repuesta numero 6, la absolvente confirma que en la
redacción del contrato que funge como prueba fundamental de la parte demandante
que fue firmada en fecha del 16 de agosto del 2016, no se reprodujeron los datos de
las cuentas corrientes donde el arrendatario debería depositar por ley al vencimiento
de los cánones correspondientes, incumpliendo con la norma del Decreto Ley,
aplicable en la materia especial en el presente juicio. Lo que forma un fraude para
ulteriormente declarar la insolvencia del arrendatario, como posteriormente ocurrió
con la introducción de la presente demanda, consolidándose el fraude procesal. Y
ASÍ PIDO QUE SE DECLARE.
Podemos señalar, para ratificar la confesión de la parte demandante en el presente
juicio, lo que a tenor expresa Artículo 1.401 del Código Civil: “La confesión
hecha por la parte o por su apoderado dentro de los límites del mandato, ante
un Juez, aunque éste sea incompetente, hace contra ella plena prueba.”, Y ASÍ
PIDO QUE SE DECIDA.
La confesión, según se ha señalado en la doctrina, es un medio probatorio que
consiste en el reconocimiento de un hecho que hace el interesado de un acto propio,
en atención a un asunto jurídico que en alguna manera resulta desfavorable al
confesante. En este sentido, las posiciones juradas son un mecanismo para obtener
la confesión en el proceso civil, con el compromiso manifestado a través del
juramento, del interrogado de decir la verdad, es una prueba válida, ya que a pesar
de la carga de absolver posiciones juradas para quien sea parte en el juicio, cuya
inasistencia al acto, luego de citada, puede traerle consecuencias negativas las
partes, quienes además tienen el deber de declarar conforme a la verdad (ordinal 1º
del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil); por lo que mal puede
considerarse una acción violenta, el que las partes cumplan con su deber procesal de
exponer los hechos de acuerdo a la verdad, si al exigírseles declaraciones de
conocimiento, se le pide lo hagan bajo juramento, como ratificación del deber que le
impone la ley, mediante un acto recubierto de la solemnidad del juramento.
Las partes, así, son las que mejor pueden proporcionar al sentenciador la
información necesaria para decidir, lo que convierte a la prueba de posiciones
juradas, preguntas respondidas bajo juramento en elemento fundamental en el
juicio. No siempre basta la demanda ni su contestación, sino que se hace
imprescindible aportar a los autos unos datos que debe conocer la contraparte
y sobre los que se preguntará en el curso del proceso.
Debe recordarse que el proceso es el medio para que, determinándose la verdad del
caso, pueda el órgano decisor inclinarse por una u otra parte. El proceso sirve para
alcanzar la verdad y la respuesta a ciertas preguntas relacionadas con el caso es sin
duda esencial. Por ello, el Código de Procedimiento Civil regula las posiciones
juradas como una prueba que es ya tradicional, tanto entre nosotros como en los
ordenamientos extranjeros. Lo hace de una manera detallada, buscando la manera de
garantizar la obtención de la verdad, mediante la declaración contraria a sus
intereses que hace el absolvente, pero a la vez el respeto a los derechos de las partes.
TITULO II
CAPITULO PRIMERO
OBSERVACIÓN DE LOS INFORMES DE LA ACCIONANTE RESPECTO
A LA DIAPOSITIVA DE LA SENTENCIA A QUO.
La parte accionante en el escrito de informe alega, que nos adherimos y
consolidamos a la sentencia determinada por El Tribunal de Municipio Ordinario y
Ejecutor de Medidas del Municipio Gran Sabana de la Circunscripción Judicial del
Estado Bolívar, en fecha de 27 de Noviembre del año 2019,en la cual se pronuncio
de la siguiente forma:
“PRIMERO; CON LUGAR la acción de desalojo interpuesta por el ciudadano
SIMÓN GREGORIO BRITO PÉREZ, debidamente inscrito en el I.P.S.A.
N° 152.053, apoderado de la ciudadana YESSIKA DEL CARMEN SOLARTE,
venezolana, mayor de edad, titular de la cedula de identidad N° V-14.968.801. en
contra de HUONING HE APODERADO DE YAONING HE, extranjeros, mayores
de edad, y titulares de la cedula de identidad Nros. E-84.479.054 y E-83.570.055,
por lo que deberá la parte accionada antes mencionada, desalojar el local
comercial dado en arrendamiento, libre de bienes y personas.
SEGUNDO: Al pago de veintiún (21 Bs.) bolívares como indemnización, así como
lo que se venza hasta la entrega definitiva del local.
Se condena en costa a la parte demandada por haber vencimiento total”….
De manera Pues que ratificamos nuestros argumentos ampliamente señalados y
descritos en la presente controversia y ratificado en el presente escrito de
observaciones de los informe presentados por la accionante como se puede
evidenciar en el Titulo I, Capitulo Primero de los Hechos Observados en los
informes presentados por la accionante, así como, del Título I, Capitulo Segundo,
Observación de las Pruebas Documentales y Posiciones Juradas, queda
suficientemente demostrado la violación del orden público, en cuanto a la ignorancia
de la norma, con respecto a los artículos 13, 14, 17, 19, 24, 25, 27, 30, 32 y 41 del
DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY DE REGULACIÓN
DEL ARRENDAMIENTO INMOBILIARIO PARA EL USO COMERCIAL, en
plena concordancia con el artículo 3 del referido Decreto Ley, y de igual manera la
falta de valoración de las Posiciones Juradas por parte del Juez a quo, en donde se
observa claramente la confesión de la parte demandante, en cuanto a la solvencia de
la parte demandada.
En tal sentido, el Artículo 254 del Código de Procedimiento Civil. Señala “Los
Jueces no podrán declarar con lugar la demanda sino cuando, a su juicio, exista
plena prueba de los hechos alegados en ella. En caso de duda, Sentenciarán a favor
del demandado, y, en igualdad de circunstancias, favorecerán la condición del
poseedor, prescindiendo en sus decisiones de sutilezas y de puntos de mera forma.”
Y ASÍ PIDO QUE SE DECIDA.
TITULO III
CAPITULO PRIMERO
FALTA DE FUNDAMENTACIÓN DE LA APELACIÓN

CAPÍTULO IV
PETITORIO
Por todas las razones expuestas tanto en los hechos como en el derecho, le solicito a
este Tribunal Superior Civil, Mercantil y de Transito del Segundo Circuito de
la Circunscripción Judicial del Estado Bolívar declare con lugar, el recurso de
apelación interpuesto, en la presente causa.
Para finalizar y cumplido la exigencia del artículo 519 del Código de Procedimiento
Civil, a lo concerniente al descargo de las observaciones a los informe de la parte
accionante, solicito que el presente escrito sea tramitado conforme al derecho,
debidamente sustanciado en su procedimiento y declarado con lugar en la definitiva,
Es Justicia que impetro en nombre de mi representado en la Ciudad de Puerto Ordaz,
Jurisdicción del Municipio Caroní del Estado Bolívar, a la fecha de su presentación.

OLIVIA DE JESUS MACEIRA LAZZA


APODERADA

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