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1.

Comunicación

Hablar de comunicación es hablar del ser humano como ser social y como
individuo estructurado en su historia, su cultura, su genética que, a su vez,
configuran la forma de percibir y relacionarse con el mundo, haciéndolo único en la
conexión pensar – sentir – actuar. Hablar de comunicación implica mencionar
elementos, procesos y contextos. En este orden, se puede decir que “la
comunicación es el factor individual más importante que afecta la salud y las
relaciones de una persona con los demás” Pinto (2011).

Dicho esto, desde la complejidad de comunicarse, vale reconocer los diferentes


contextos en que interactúa el ser humano en las diferentes etapas de su vida y
cómo esto condiciona la manera en que se comunica, asumiendo actitudes
pasivas o silenciosas, agresivas con tinte de violencia o asertivas expresando de
manera clara, tranquila y directa la lógica de sus pensamientos, pues como lo
menciona Quintero (1997) “el hombre está siempre dispuesto a comunicar de
manera verbal o explícita, o de forma no verbal o implícita”.

1.1 Naturaleza de la comunicación


1.2 Procesos de la comunicación
Los procesos comunicativos son sensibles de cambio, precisamente por la
influencia del medio en el individuo, quien si lo estima se da el permiso de
reconocer el proceso comunicativo, su rol y responsabilidad en dicho proceso.
Siguiendo con Quintero (1997), la comunicación requiere de dos interlocutores
participantes en el proceso de la comunicación:

emisor
de que parte la información.

Receptor

que la recibe. Si este reacciona en la misma dirección, se convierte en


comunicador y así sucesivamente.
Relación mutua, interacción, feedback: reacción sobre el comunicador; el
contenido y la forma de la comunicación es lo comunicado a partir de un proceso.

1.3 Contextos comunicativos y actitudes frente a la


comunicación
Hay que decir que en los procesos comunicativos varía la forma de emitir el
mensaje o responder a él, según el contexto interactivo del individuo, ya sea
laboral, social, familiar y/o personal, toda vez que, según el nivel de confianza, la
cultura organizacional, familiar o social se condiciona no solo la expresión literal
del mensaje, sino la forma en que se emite. Sumado, el individuo, según lo
mencionado, asume actitudes pasivas, agresivas o asertivas.

ACTITUD PASIVA
La persona asume una actitud pasiva en el momento en que calla ante el maltrato
que recibe, se suma a otra tesis, así no esté de acuerdo, no cree en sus
conocimientos o no le es fiel a estos, se deja llevar por lo que digan los demás, le
condiciona la baja autoestima, siendo esta una de las barreras más comunes en
los procesos de comunicación.

ACTITUD AGRESIVA
De otra parte, se asume una actitud agresiva, cuando la persona desde su cultura,
su crianza y la forma de percibir al otro, piensa la violencia como recurso para
solucionar problemas o sortear situaciones que estime van en contra de su lógica,
dado que se aferra tanto a esta que desconoce otras formas de pensar.

ACTITUD ASERTIVA
La actitud asertiva frente a la comunicación denota contundencia enmarcada en el
respeto por el otro desde la demarcación de límites en la relación, implica tolerar lo
intolerable sin la expectativa de que el otro sea tolerante. La asertividad implica
tranquilidad consigo mismo y con el otro, implica gestión de emociones y por tanto
inteligencia emocional. La persona asertiva se da el tiempo para pensar, sentir y
actuar, a la vez que sin aferrarse a sus impulsos acepta y comprende la diferencia
del otro complejizando sus miradas en diversos contextos.

Por último, vale señalar que nadie es totalmente pasivo, agresivo o asertivo, toda vez que
contexto y actitud en los procesos comunicativos están fuertemente ligados.

2. Comunicación verbal y no verbal

Desde una mirada general, la comunicación no verbal es la que más se utiliza en


la humanidad, teniendo en cuenta que todo comunica y por tanto, es imposible no
comunicarse, con esto, la comunicación no verbal marcada por miradas, gestos,
posturas o cualquier otra forma de transmitir un mensaje en un contexto interactivo
cualquiera que este sea, permite pensarse de manera rústica que la comunicación
no verbal por estos tiempos se ha afianzado, en la medida que la tecnología
propicia procesos comunicativos no verbales como son Twitter, WhatsApp,
correos electrónicos, etc. A esto se suma que el ser humano vive
permanentemente en sociedad y por tanto se comunica con el otro desde la
indiferencia, la atención, su postura, su mirada, ofrecer una limosna, y otras
formas desde lo no verbal.

2.1 Comunicación no verbal kinésica y proxémica


La importancia de precisar lo kinestésico, proxémico y paralingüístico

Kinestésico

Se relaciona con los movimientos del cuerpo como expresión facial, sonrisa,
contacto visual, postura, altura, peso, etc.

Proxémico

Límite de espacio en relación con el otro, espacio personal marcado por el


individuo.
Paralingüístico

Son los aspectos vocales de un mensaje como el llanto, risa, tono de voz, fluidez
de las palabras, etc. Es decir, aquí puede o no combinarse lo verbal con lo no
verbal.

2.2 La expresión y la voz como herramienta

La voz como principal característica de la comunicación verbal.


Si bien se cuenta con el privilegio de la voz, vale mencionar algunos “deber ser de
la voz”: se debe expresar con tranquilidad y seguridad cuando se habla, de
manera que ésta se adecue a la situación en tiempo modo y lugar, debe ser
audible, expresar el mensaje de manera adecuada, empática y agradable. Para
lograr estas pretensiones se recomienda:

Recomendación 1
Hacer ejercicios de autorregulación antes de comunicarse con el otro, especialmente en
contextos que generan miedo, ansiedad o estrés cuando se va a hablar en público o en una
situación personal, familiar, laboral o social determinada. Estos ejercicios permiten
gestionar emociones, armonizar el cuerpo, transmitir confianza, seguridad y asertividad. De
no ser así, la voz pierde su control, es cuando se entrecorta, se pone llorosa, muy fina,
demasiado fuerte o temblorosa, expresando en muchas ocasiones lo que no se siente
realmente.

Recomendación 2
Además, es recomendable ser conscientes de la intensidad, tono, entonación y
timbre de la voz, toda vez que como una orquesta se combinan para emitir el
mensaje según su intención:
Intensidad: hace referencia al volumen, el cual depende de la respiración
diafragmática, como base para la fuerza con que sale el aire a las cuerdas
vocales.

Tono: el tono, o también llamado tonía, es la sensación perceptiva que nos


producen las variaciones en la frecuencia de vibración de las cuerdas vocales.
Vibran las cuerdas vocales con el paso del aire, puede ser grave o agudo,
depende de la forma de las cuerdas, su latitud y grosor. Que, si es fingido el tono,
las cuerdas se moverán más lento o rápido, entre más rápido más grave.

Entonación: es la suma de niveles de la voz, la cual sube y baja constantemente.


Expertos recomiendan que se manejen alrededor de cinco tonos (modulación de la
voz), marcando las palabras o frases que se pretendan resaltar para no aburrir al
interlocutor y por el contrario conectarse con él. En la entonación se incluyen las
pausas, los ritmos y volumen.

Timbre: el timbre es el atributo que nos permite diferenciar dos sonidos con igual
sonoridad, altura y duración. Va de acuerdo a la persona, es el cuerpo de la voz que le
distingue, puede ser agradable, melodiosa o tímida, hace parte de las características
individuales del ser humano, cada persona es reconocible por su timbre de voz.

Además de lo expuesto en cuanto a la voz y la oratoria, como último aspecto, se


hace necesario preparar el discurso, con las ayudas audiovisuales y el dominio en
las mismas, por tanto, es importante construir y estudiar de manera previa, para
que haya total seguridad de la información que se va a transmitir. De igual forma,
cuando se va a emitir un mensaje a alguien de manera formal, vale hacer un
escrito previo y leerlo en alta voz en varias ocasiones y ojalá frente al espejo, de
manera que cuando llegue el momento del discurso la voz fluya con más facilidad.

Se estima que quien se profesionaliza en el SENA, tiene la oportunidad (si se da el


permiso) de fortalecer el orador que hay en sí mismo, para ello es necesario tener claridad
sobre algunas generalidades de la oratoria, de manera tal que desde una mirada
autocrítica el-la aprendiz se vea como orador-a, como lo expresa Conceptos de (2020) “la
oratoria no es solo oralidad, es decir, no es el mero hecho de hablar a otro y otros, sino
que involucra una cantidad de técnicas y reglas o principios que nos permiten
expresarnos de manera clara ante un público numeroso”.

2.3 Escuchar con los sentidos


Por otra parte, la oratoria no se puede simplificar al proceso del habla, toda vez
que hablar implica escuchar activamente, lo que a su vez requiere activar todos
los sentidos en este ejercicio y así lograr leer la emoción del otro, cualquiera que
este sea (público, grupo pequeño o persona), conectarse con sus necesidades y
lógicas, aceptar la diferencia, conversar y crecer con ella, en fin, llegar a ser
empático con las demás personas en los diferentes contextos en que se
interactúa.

Como último aporte y para que el lector cuente con más estrategias de escucha se
cita la siguiente infografía, elaborada por Ana Sofía Martínez (2020).

2.5 Habilidades de un comunicador eficaz


A continuación, una lista de chequeo que le permitirá al-la aprendiz, desde una mirada
autocrítica, ver sus fortalezas y los aspectos a mejorar.
01 Soy consciente de que todo comunica.

02 Tengo claridad que el proceso de comunicación es circular y complejo.

03 De acuerdo al contexto en el que me encuentre, puedo asumir una actitud pasiva,
agresiva o asertiva.

04 La voz es sensible de manejar de acuerdo a los tonos, la intensidad y la entonación.

05 Cuando hago una presentación ante un público manejo diferentes intensidades y tono.

06 Cuando estoy en diálogo con una o varias personas, pongo a disposición todos los
sentidos.

07 Puedo escuchar con los ojos y con la piel.

08 Controlo el miedo cuando me voy a dirigir a un público.

09 Si tengo una exposición la preparo con todo el empeño para que todo salga bien.

10 Planifico mis discursos cualesquiera que estos sean.

De manera general se puede decir que una comunicación es efectiva si consigue


los fines que se propone. Stoner (1996, pág. 375) dice que esta efectividad
depende de la codificación, decodificación y el ruido generado en el proceso.
Mientras que Robbins (1996) no habla de efectividad sino de fidelidad para
referirse a lo mismo, y apunta que dentro de la fuente hay cuatro factores capaces
de aumentar la fidelidad, a saber:

Las habilidades comunicativas

Cinco son las habilidades que menciona, dos de ellas son hablar y escribir
(codificadoras); las otras dos son leer y escuchar (decodificadoras) y la quinta, que
es crucial, es la reflexión o el pensamiento.

Las actitudes
Diferenciando las que se tienen hacia sí mismo, las referentes al tema o asunto a
tratar y las actitudes hacia el receptor.

El nivel de preparación

Es un elemento muy importante para lograr una comunicación efectiva.


Obviamente que el grado de conocimiento que posea la fuente con respecto al
tema habrá de afectar de manera positiva o negativa la receptividad de su
mensaje. No se puede comunicar con efectividad un asunto sobre el cual no se
sabe nada o no se conoce, o sobre un tema del cual se sabe demasiado sin
emplear las habilidades comunicativas necesarias para hacerlo entender.

El sistema socio-cultural

No se comunican de la misma forma personas pertenecientes a clases sociales


diferentes y mucho menos si pertenecen a culturas distintas.

Para Stoner (1996, pp. 376-410), la diferencia entre una comunicación efectiva y
otra inefectiva puede deberse a la forma en que las partes involucradas manejan
los aspectos relacionados con las diferencias de percepción, dado que las
personas perciben los fenómenos en función de sus conocimientos y experiencias.
Por otro lado, las reacciones emocionales como la ira, el odio, el amor y el miedo,
entre otras, influyen en la manera cómo se entienden las cosas.

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