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Desmayos

La complicación más común de una inyección es que el paciente se sienta que se desmaya.
Se pone pálido, diaforético, hipotérmico, se siente mal y puede perder la conciencia.
El desmayo o sincope ocurren con frecuencia porque el paciente se asusta por la idea de
recibir una inyección. Este nerviosismo puede agravarse porque la persona ha sufrido
dolor de muelas, lo que causa sueño intranquilo. Esto es en particular si la persona no está
acostumbrada al tratamiento dental, no tiene un cirujano dental particular y en
consecuencia no tiene la confianza con el odontólogo actual. Todos estos factores se
combinan para aumentar la aprensión del paciente.
En algunas ocasiones se dice que a cualquier paciente que se lleve a inyecta, debe haber
comido recientemente para que sus concentraciones de azúcar en la sangre sean
satisfactorias, y si no ha comido, entonces se le dé como precaución una bebida
endulzada, como un jugo de frutas con glucosa.
En la población normal, los mecanismos homeostáticos que controlan la glucosa en sangre
no permiten que baje a valores de hipoglicemia, cuando menos por 48 horas.
Tratamiento del sincope
Si el paciente siente que se desmaya, debe bajar la cabeza colocándola entre las rodillas,
lo
puede ser difícil o hasta imposible si la persona es obesa, o de preferencia inclinar el sillón
dental hacia atrás de manera que la cabeza quede más baja que los pies.
Como el desmayo se debe al suministro inadecuado de sangre al cerebro, esto ayuda a
mejorar la circulación cerebral. El cirujano dentista o la enfermera dental deben
permanecer cerca del paciente para evitar que este se caiga del sillón si llega a perder la
conciencia. Esto es muy importante, porque la anoxia cerebral puede conducir a
convulsiones.
Todos los sillones dentales deben fabricarse de manera que el paciente pueda colocarse
en posición horizontal si es necesaria la maniobra de reanimación de preferencia con la
cabeza mas baja que el corazón y los pies elevados. Si esto no es posible, es necesario
cargar al paciente y colocarlo en el piso. Esta maniobra es peligrosa, porque si el paciente
esta inconsciente y se le han practicado extracciones, casi es seguro que se deba elevar la
cabeza para evitar que pase sangre o líquido a la tráquea.
Es muy fácil confundir los signos tempranos de insuficiencia respiratoria y cardiaca con un
simple desmayo. Si el paciente no responde de inmediato a las medidas de reanimación,
evite la pérdida de tiempo y considere que ha ocurrido un colapso agudo. Si el paciente
inconsciente tiene ropa que apriete como collar, cinturón que pueda impedir que respire,
beben aflojarse.
Otros tipos de colapso
En el consultorio dental pueden presentarse otros tipos de colapso, y por tanto ser
considerados, aunque puedan no relacionarse con técnicas de inyección.
Estas urgencias incluyen: paros cardiacos, ataques de angina de pecho, trombosis
coronaria, obstrucción respiratorias y paro, accidente cerebrovascular, ataques
epilépticos, coma diabético e hipoglucémico, y crisis de esteroides y tiroideas. Su
tratamiento en general requiere hospitalización, y por tanto llamarse a una ambulancia
Paro cardiaco
El paro cardiaco es una urgencia que se presenta en muy raras ocasiones, pero la acción
rápida de salvar una vida y por lo mismo es esencial conocer el tratamiento de esta
complicación. El paro cardiaco equivale a una muerte inesperada, o un colapso agudo y
cuando aparece, puede ser repentino y entonces, el paciente cae en inconsciencia
profunda; puede llegarse al diagnóstico sintiendo el pulso arterial.
Los signos que confirman el diagnostico son la ausencia de pulso carotideo o radial. Sin
embargo, si el cirujano dentista no está seguro que ha pasado paro cardiaco, debe pensar
que si ha sucedido y actuar como se requiera, porque no se originara ningún daño
permanente por hacerlo.
El cirujano dentista tiene tres minutos para actual antes que el paciente sufra lección
cerebral permanente, así que si hay otra persona presente, como una enfermera dental,
ella debe anotar el tiempo y mencionarlo en voz alta a intervalos de medio minuto.
El tratamiento es muy sencillo, primero se acuesta rápidamente al paciente sobre una
superficie firme, se anota el momento exacto del paro, y entonces se le da un fuerte golpe
en el área precordial (la región de la pared torácica que se encuentra sobre el corazón), en
ocasiones se establece el latido cardiaco. Pero sin malgastar el tiempo.
Si el paro cardiaco se debe a hipoxia aguda entonces:
Vías respiratorias permeables: se mantiene sosteniendo la barbilla hacia el frente y si es
posible
Vía respiratoria permeable: Se mantiene sosteniendo la barbilla hacia el frente y, si es
posible, se introduce una cánula como la de Brook o un Resusitube
Respiración: Esto puede llevarlo a cabo el cirujano dentista, quien coloca su boca sobre la
boca abierta del paciente y ejecuta espiraciones rápidas, profundas y forzadas, y al mismo
tiempo ocluye las narinas o, si hay
un aparato de anestesia disponible con bolsa, pueden insuflarse los pulmones con oxígeno
bajo presión directa al apretar la boba. Si hay un anestesiólogo presente, o el cirujano
dentista tiene la habilidad necesaria, debe introducir una cánula endotraqueal, pero no
debe perder tiempo. La facilidad para administrar oxígeno a un paciente es esencial en
todo consultorio dental.
c. Masaje cardiaco cerrado:
El cirujano dentista aplica un fuerte golpe en el área precordial. Este estímulo mecánico en
ocasiones inicia los latidos del corazón. Si esto no da resultado, se colocan las palmas de
las manos sobre el borde inferior del esternón se comprime el tórax unos 4 cm, setenta
veces por minuto.
Este masaje debe producir un pulso carotideo palpable que debe mantenerse para evitar
lesión cerebral permanente. Si las piernas del paciente están elevadas, esto ayudará al
retorno venoso.
Si el paro cardiaco no se debe a hipoxia aguda, comience a aplicar masaje cardiaco
externo, antes dar respiración artificial, ya que el cerebro es más susceptible a isquemia
que a hipoxia.
Si el cirujano dentista está solo al iniciarse la urgencia, debe alternar cinco impulsos al
corazón con una espiración forzada en los pulmones del paciente. Si se encuentra otra
persona, uno debe mantener la respiración y otra el masaje cardiaco, y ambas deben
continuar el mayor tiempo posible y pedir asistencia médica urgente. Si el tratamiento
fracasa, el odontólogo debe darse cuenta de que nada más pudo haberse hecho por el
paciente, pero si no se hubiese intentado, el médico forense tendría argumentos para
criticarlo.
Si se dispone de un desfibrilador, aun a falta de un monitor, se debe de considerar la
electro conversión tan pronto como sea posible, ya que la recuperación depende del
tiempo, y si el corazón está asistólico no se produce daño con la electro conversión
temprana. Ahora, muchas ambulancias llevan un desfibrilador y monitores de
electrocardiograma.

También es muy importante canalizar las venas del paciente en cuanto sea posible. Sin
embargo, sólo se deberá hacer donde exista personal suficiente para asegurar que se
continúe con las maniobras básicas de apoyo.
Angina de pecho
Provoca dolor constrictivo alrededor del tórax, que en ocasiones se irradia al cuello, sigue
el brazo izquierdo, a veces al derecho y otras, a los maxilares. Por lo general, lo induce el
ejercicio, pero puede aparecer durante el descanso o cuando la ansiedad y la excitación
son agentes predisponentes. Se puede aliviar colocando una pastilla de 0.5 mg de
trinitrato de glicerilo debajo de la lengua, y permitiendo que se disuelva sin deglutirla.
Como alternativa, se puede usar pulverizaciones de trinitrato de glicerlo, lo que de
una dosis aproximada de 0.4 mg y se pulveriza sobre la mucosa bucal, de preferencia
debajo o sobre la lengua. También se puede usar la mezcla de óxido nitroso con oxígeno,
como Entonox, disponible para algunos odontólogos. El paciente en ocasiones se siente
mejor de pie que acostado.
Trombosis coronaria
Causa dolor torácico intenso debido a isquemia del miocardio y disnea, y el ataque con
frecuencia ocurre durante el descanso y se inicia repentinamente. En forma característica,
el paciente está mentalmente bien orientado, con la sensación de muerte próxima, que
por desgracia ocurre muy rápido. Tendrá apariencia ansiosa, pálida y con choque grave,
presión arterial baja, y algunas veces pulso irregular. El tratamiento inmediato es
mantener las vías respiratorias permeables, administrar oxígeno si el paciente está
inconsciente, obligarlo a descansar si está consciente, y si se tiene, aplicar una inyección
intravenosa de diamorfina (heroína) 2.5 a 5 mg. Se puede administrar con un anthemético
como la proclorperacina 12.5 mg intravenosa. Si existe prueba de falla ventricular con
edema pulmonar, entonces se debe administrar una dosis intravenosa de furosemida de
40 a 80 mg.
Obstrucción respiratoria
En esta urgencia, el paciente tose o se ahoga, se vuelve cianótico, emplea los músculos
accesorios de la respiración y puede caer en colapso. El tratamiento es urgente y consiste
en eliminar todo cuerpo extraño, como prótesis dentarias, sangre o moco de la boca y
faringe; aspirar la garganta y permeabilizar las vías respiratorias; empujar la mandíbula
hacia fuera para sacar la lengua; administrar oxígeno. Si esto no resuelve el problema y se
sospecha que la obstrucción se debe a un cuerpo extraño inhalado, entonces, se debe
usar la maniobra de Heidbrink. Consiste en situarse detrás del paciente, colocar los brazos
alrededor del tórax y comprimirlo bruscamente para elevar la presión intratorácica, la que
debe ser suficiente para expulsar el cuerpo extraño. Si persiste la obstrucción se inserta
una aguja de cricotirotomía a través de la membrana cricotiroidea o se hace traqueotomía
de urgencia. Si no se restablece la vía respiratoria en los primeros 3 min puede haber daño
cerebral permanente. Si se utilizó la primera debe retirarse después de 12 h y, si se
requiere, se hace una traqueotomía. Como ideal, no será necesario dejar dicha aguja in
situ 12 h, ya que el paciente debe trasladarse al hospital para retirar el cuerpo extraño
mediante broncoscopio.
Paro respiratorio
Este sucede si no se mejora la obstrucción respiratoria, o puede presentarse como secuela
de la lesión del centro respiratorio, lo que puede deberse a hipoxia cerebral posterior a
paro cardíaco. El paciente se vuelve fláccido, cianótico y se dilatan las pupilas.
El tratamiento se describió en paro cardiaco, y se dirige a mantener las vías respiratorias
permeables y proporcionar el oxígeno adecuado. Esta última terapéutica puede
practicarse con respiración de boca a boca o emplear una vía respiratoria o cánula cado-
traqueal con reanimación de presión positiva
con el uso de una bolsa tipo Ambu.
Accidente cerebrovascular
Este trastorno incluye hemorragia hipertensiva intracraneal, embolia cerebral,
insuficiencia caroticovertebral y hemorragia subaracnoidea. Puede haber síntomas
iniciales como confusión, cefalea y parestesia de los miembros de un lado, seguido
rápidamente de coma profundo en el caso de hemorragia cerebral o subaracnoidea, con
parálisis multilateral. La cara está enrojecida y diaforética, las pupilas se dilatan y pueden
estar anisocóricas, la más dilatada es la del lado afectado.
El pulso disminuye, la respiración es estertorosa, los músculos se relajan y hay
incontinencia. A menudo, cuando se establo una trombosis cerebral no hay trastorno
profundo de la conciencia. Sin embargo, si el paciente queda inconsciente, es esencial
mantener las vías respiratorias, lo que puede significar aspirar el vómito para prevenir
obstrucción respiratoria. El tratamiento posterior es remitir al paciente a un hospital en
ambulancia.

Epilepsia
En el gran mal, es frecuente que el paciente tenga aura o aviso, y de aquí que tenga la
posibilidad de protegerse antes el ataque. Durante el ataque puede emitir un grito antes
de caer. Después presenta espasmos tónicos que duran cerca de 30 seg, seguidos por
convulsiones clónicas durante las que puede ocurrir micción y defecación involuntarias.
Estos últimos signos ayudan a diferenciar un ataque epiléptico de cualquier forma de
ataque de histeria. Durante la convulsa, el epiléptico puede lastimarse, en cando es difícil
que el histérico lo haga. Después de las convulsiones, el ataque pasa a un estado de coma
que combina en forma gradual a sueño natural.
En el pequeño mal el paciente repentinamente queda inconsciente, con la vista vidriada
pero sin convulsiones. Este o de ataque puede durar sólo unos segundos.

El tratamiento de un ataque epiléptico tiene el objeto de prevenir que el paciente se


lastime.
Es frecuente el riesgo de que el paciente se muerda la lengua fuertemente, y esto puede
evitarse si se pone un apósito o protector apropiado entre los dientes. Los ataques
epilépticos prolongados se tratan con diacepam intravenoso.
Se debe recordar que todos los anestésicos locales son estimulantes cerebrales, y que los
epilépticos sin tratamiento tienen un umbral reducido de irritación cerebral, que los lleva
a las convulsiones.
Diabetes
Es una enfermedad muy común, y se estima que en el Reino Unido hay alrededor de
250,000 diabéticos. Las complicaciones más importantes que pueden presentarse son el
coma, relacionado con aumento en la concentración de la glucosa sanguínea por falta de
insulina, o disminuida, debido a relativa sobredosis de insulina.
El coma diabético causado por hiperglucemia es de establecimiento gradual. Los síntomas
tempranos son cansancio, disnea de esfuerzo y náusea. Progresa hasta que el paciente se
pone soñoliento y comatoso con disnea de inspiración y espiración, que causa que las
respiraciones aumenten en frecuencia y profundidad. El aliento huele a acetona.
Hay signos de deshidratación como falta de elasticidad de la piel, resequedad de la lengua
y pulso débil. El paciente requiere altas dosis de insulina y debe ser hospitalizado.
También es importante recordar que el paciente necesita gran volumen de líquidos de
reemplazo y un cuidadoso equilibrio electrolítico.
El coma hipoglucémico es más común que el diabético y se debe a sobredosis de insulina.
Es común que ocurra más o menos 1 hora después de la aplicación de la dosis de insulina,
si no hubo alimentación posterior, o 4 horas después si la aplicación de insulina ha seguido
a una alimentación inadecuada.
El paciente se debilita, palidece, se pone diaforético, hay pulso rápido y respiración
superficial; puede tratarse si se proporciona azúcar o glucosa bucal. Si no se reconoce este
estado, el paciente se desorienta y tiene temblores musculares, y puede presentar
convulsiones seguidas de colapso y coma. Si el paciente está inconsciente y no puede
deglutir voluntariamente, el tratamiento de elección es glucosa intravenosa. En urgencias
se puede inyectar 1 mg de glucagón en su diluente especial, por vía intramuscular o
subcutánea, lo que despertará al paciente lo suficiente para que pueda ingerir glucosa. Un
método alter. nativo, pero menos seguro es que las reservas de glucógeno estén
presentes, se inyectan 0.5 ml de adrenalina a 1: 1,000, por vía sub-cutánea, lo que puede
volver al paciente a la conciencia, para que pueda ingerir azúcar.

Crisis de esteroides
Esto puede causar colapso en un paciente que ha estado en tratamiento de esteroides, en
especial si ha sido prolongado con dosis elevadas, en el caso de atrofia de la corteza
suprarrenal. Los signos y síntomas del colapso se asemejan a los del desmayo, e incluyen
pulso filiforme con hipotensión y frecuentemente fiebre. Puede haber colapso vascular
periférico que provoque cianosis de las extremidades y el paciente puede vomitar. El
tratamiento consiste en acostar al paciente, mantenerlo con temperatura agradable y
colocar una vía intravenosa. Primero se administran 100 mg de hemisuccimato de
hidrocortisona para combatir el choque, después es necesario asegurar el reemplazo de
líquidos.

Crisis tiroidea

Es raro que se precipite por la ansiedad del tratamiento dental. El paciente está muy in-
quieto, desorientado y semiconsciente con pulso filiforme rápido y fiebre. Este colapso
puede conducir a insuficiencia cardiaca, por lo que debe transferirse al enfermo al hospital
para tratamiento de urgencia.

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