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Sistema inmune

Es el conjunto de células y órganos, diseñados para generar reacciones de defensa frente al ingreso de
“moléculas extrañas” (antígenos) dentro del organismo.

antígenos
Pueden ser proteínas o polisacáridos (un tipo de hidratos de carbono). Además, se los puede encontrar
combinados (glucoproteína). Los lípidos (grasas) pueden ser antígenos sólo cuando se combina con
proteínas o bien, con polisacáridos (lipolisacárido).
Se los denomina con las iniciales Ag y pueden provenir de microorganismos, medicamentos, órganos
trasplantados, alimentos, etc. Entre los microorganismos podemos encontrar a los siguientes: parásitos,
bacterias, hongos y virus.

barreras e inmunidad
El organismo posee una serie de barreras defensivas, que promueven mecanismos de defensas tanto,
inespecíficos como específicos. En conjunto, le proporcionan lo que denominamos inmunidad frente a los
agentes patógenos (virus, bacterias, hongos y parásitos), o a elementos propios del organismo que se
alteraron por diferentes causas, como por ejemplo, una enfermedad. Éstas barreras se clasifican en tres:
barreras primarias, barreras secundarias y barreras terciarias.

- mecanismos de defensa innatos:


barrera primaria:
Piel, membranas mucosas (tejidos que tapizan las vías digestivas, respiratoria y genitourinaria) y secreciones
(moco, saliva, lágrimas, sebo, sudor, ácido estomacal). No tiene memoria, a diferencia de la tercera barrera.

barrera secundaria (respuesta inflamatoria):


El daño al tejido por una lesión física o la entrada de algún patógeno produce la liberación de distintos
componentes químicos, como por ejemplo la histamina. Generalmente se almacena en los mastocitos y
produce la dilatación y el incremento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos, por ende, mayor flujo de
sangre en la zona dañada. Esto provoca que lleguen otros tipos de glóbulos blancos, como los neutrófilos
(come bacterias) y macrófagos (activan la tercera barrera), los cuales tienen acción fagocítica.
También existen los monocitos, que al salir de la sangre para atacar al Ag se convierte en macrófago. Los
monocitos cuando están comiendo liberan proteínas llamadas citocinas, que pueden ser proinflamatorias o
antiinflamatorias. Las proinflamatorias además de seguir influyendo en la inflamación son las que activan la
fiebre aunque es importante controlar la fiebre ya que pueden interferir con diferentes proteínas.
→ Alergias:
Una alergia es una respuesta inflamatoria más exagerada. El cuerpo reconoce como agente externo una
sustancia, que no es mala, pero la ataca por lo que produce mucha histamina para provocar la inflamación y
cuando esa histamina no se para de producir, se dice que es una alergia. Los vasos sanguíneos están
constantemente dilatados y la coagulación obstruye los vasos, por lo que es más difícil que la sangre pase.
Lo que sucede es que la respuesta inflamatoria nunca se corta y luego muere (anafilaxis). Por esto es que
existen los antihistamínicos que inhiben a los mastocitos para que por un tiempo dejen de producir histamina.
Algunas de las estructuras que se dañan durante la respuesta inflamatoria pueden ser los vasos sanguíneos
o la piel, u otros tejidos del organismo.

- mecanismos de defensa adquiridos:


barrera terciaria:
Cuando la segunda barrera no es suficiente el macrófago va a rodear al agente extraño y se va a quedar con
algunos pedacitos de la membrana de este para presentarlo ante los linfocitos B (inmunidad humoral) y T
(inmunidad celular), desencadenando la tercer barrera. Los macrófagos le presentan sus pedacitos de
antígeno a los linfocitos T, activando al LTH (Linfocito T Helper). Se llama respuesta inmune específica, ya
que van a haber millones de linfocitos distintos ninguno igual a otro porque tiene receptores diferentes que
reconocen al antígeno. Si encaja el LTH se va a activar la tercer barrera. Cuando el LTH específico se activa
libera citocinas llamadas linfocinas, las cuales van a activar a los LTC (Linfocitos T citotóxicos) y a los B, para
que ataquen al Ag.
Para que se active la barrera terciaria se necesita del LTH, sin embargo, si ya se tiene memoria contra ese
antígeno porque ya se había atacado previamente, no es necesario la participación del LTH, ya que los
anticuerpos para ese Ag ya se encuentran en la sangre. Los LB se activan, y se dividen en dos: células
plasmáticas (plasmocitos) y células de memoria. El LB se activa por el receptor (llamado anticuerpo cuando
está libre en la sangre), los plasmocitos producen y liberan los anticuerpos a la sangre, es decir, liberan la
proteína. Las células de memoria se van a quedar con el anticuerpo durante mucho tiempo por si lo vuelves a
tener, que se produzcan grandes cantidades de anticuerpos que combatan al Ag (no matan). También van a
haber células de memoria de los LTH y LTC.

Citocinas: son moléculas, más precisamente proteínas, sintetizadas por diferentes células del organismo (por
ejemplo, los macrófagos, mastocitos, células dendríticas y linfocitos). Se encargan de mediar y regular tanto la
respuesta innata como la adaptativa. Por ejemplo, hay citocinas proinflamatorias o sea que inducen a la
inflamación, hay otras antiinflamatorias que cortan con la inflamación. También algunas se posan sobre los
vasos sanguíneos para que sean permeables y salgan los distintos glóbulos blancos a combatir el agente
patógeno. Llega un momento que la inflamación se tiene que cortar porque sino, se pueden producir distintos
daños en el organismo. Además, participan en la activación de los linfocitos T y B.

Glóbulos blancos:
- Mastocitos: son células que promueven el desarrollo de reacciones inflamatorias. Liberan histamina,
citocinas, y prostaglandinas.
- Neutrófilos: se reclutan rápidamente en el foco infeccioso y cumplen la acción de fagocitar. Son comunes
contra hongos y bacterias.
- Células dendríticas: son células con acción fagocítica que capturan el antígeno en el foco infeccioso y
activan a los linfocitos T vírgenes en los órganos linfoides secundarios, poniendo en marcha la inmunidad
adaptativa o adquirida.
- Macrófagos: poseen acción fagocítica, pueden liberar numerosas citocinas, y también puede presentarle el
antígeno a los linfocitos T.

linfocitos T e inmunidad celular


Los linfocitos T son los efectores de un tipo de inmunidad adquirida denominada inmunidad celular o
inmunidad mediada por células.
Los linfocitos T poseen en sus membranas un receptor, el TCR (receptor de células T). Una parte de este
receptor es siempre igual (región constante). Otra parte del receptor es la región variable. La región variable
presenta una enorme diversidad en distintas poblaciones de linfocitos T. Esta región es la encargada de
reconocer al antígeno. La diversidad de TCR es tan grande, que existen en el organismo poblaciones de
linfocitos T para reconocer específicamente a millones de Ag distintos.
Cuando las diferentes poblaciones de LT se diferencian en el timo, se eliminan aquellas cuyos receptores
podrían reconocer a moléculas propias, evitando así que la respuesta inmune celular se ejerza contra el
mismo organismo (autotolerancia).

linfocitos B e inmunidad humoral


Los linfocitos B, homólogamente a los linfocitos T, presentan receptores específicos para la detección de
antígenos. Los receptores de los linfocitos B son proteínas denominadas anticuerpos (Ac) o inmunoglobulinas
(Ig).
Las inmunoglobulinas tienen una región constante (C) y una región variable (V). Diferencias en la región
constante determinan la existencia de 5 familias de Ig: Ig A, Ig D, Ig G, Ig E e Ig M.
La región variable exhibe una enorme diversidad, que permite el reconocimiento específico de millones de
antígenos diferentes.

proceso de selección clonal:


1. Un linfocito específico reconoce al Ag gracias a sus receptores de
membrana (en este caso como son linfocitos B son anticuerpos) y se
activa.
2. El linfocito seleccionado se empieza a dividir por mitosis sucesivas y
genera muchos clones de ella.
3. Cuando se diferencian, algunas quedan como células de memoria
(duran toda la vida) y otras como células plasmáticas. La diferencia es
que las células de memoria mantienen sus receptores anclados a la
membrana y las células plasmáticas liberan anticuerpos para combatir
al agente patógeno.

Sistema linfático
El sistema linfático está formado por órganos linfáticos primarios (médula ósea y timo), órganos linfáticos
secundarios (bazo, ganglios linfáticos, los cuales están distribuidos por todo el cuerpo y su función es filtrar el
líquido que retorna desde los vasos linfáticos, y masas de tejidos como por ejemplo, las amígdalas, las
adenoides, el apéndice), vasos linfáticos, los cuales se conectan con el sistema circulatorio y recolecta
aquellas moléculas grandes que no pueden traspasar las paredes de los capilares sanguíneos debido a su
tamaño, y la linfa (un líquido incoloro, similar al plasma sanguíneo, compuesto por glóbulos blancos que
pueden ser linfocitos o macrófagos, desechos metabólicos que son los que producen las células,
microorganismos, etc.) Estos microorganismos junto con los demás componentes, son barridos por los vasos
linfáticos hasta llegar a los ganglios y quedar atrapados allí.

linfocitos T:
. Helper: tienen doble función. Activan linfocitos T citotóxicos y linfocitos B. Son activados por las CPA (células
presentadoras de antígenos. Son los macrófagos y las células dendríticas)
. Citotóxicos: destruyen a la célula infectada induciendo a la apoptosis (muerte celular programada)
. Supresores: “cortan” con la respuesta inmune liberando citocinas que disminuye la acción de los
macrófagos, linfocitos T y B
. T de memoria: conservan la información para actuar contra el mismo antígeno en invasiones futuras.

linfocitos B:
Cuando los linfocitos B se activan (se pueden activar en contacto directo con el antígeno que muy rara vez
sucede, o lo pueden hacer mediante la interacción con el linfocito T helper), se pueden diferenciar en:
. Células de memoria: conservan la información para producir anticuerpos por períodos muy largos. Tienen los
anticuerpos anclados a la membrana.
. Células plasmáticas: se especializan en producir muchas cantidades de anticuerpos con la misma
especificidad antigénica que la célula madre, es decir, capaces de reconocer al mismo antígeno que activó la
respuesta.

Los linfocitos B y T se generan en la médula ósea pero aún están inmaduros. Los T maduran y se diferencian
en el Timo, mientras que los B, maduran en la propia médula ósea. Los linfocitos que aún no han tenido
contacto con su antígeno específico, se los denomina vírgenes o naive. Se los puede encontrar en sangre, en
la linfa, o en los órganos linfáticos. Una vez en contacto con el antígeno, se activa. Cada linfocito, ya sea T o
B, poseen en sus membranas, receptores específicos contra antígenos específicos. Algunos, patrullan todo el
tiempo por la sangre y la linfa en busca de su antígeno específico. Se puede activar de dos maneras: en
contacto directo con su antígeno y a partir de otra célula.

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