¿Cómo se defiende el cuerpo contra las enfermedades?
El ambiente rebosa de microbios, que incluyen bacterias, protistas, varios hongos y virus. La mayoría de los microbios son inofensivos y algunos son benéficos. Sin embargo, algunos microbios son patógenos, ósea que producen enfermedades y estos dañan a sus huéspedes. La mayoría de las enfermedades microbianas, han infectado personas durante miles de años. En décadas recientes han surgido nuevos patógenos, y cepas más mortales de patógenos familiares. Muchos son virus como: VIH, Ébola, Nilo occidental, gripe porcina y gripe aviar. Líneas de defensa de los vertebrados: Barras externas inespecíficas: Evitan que la mayoría de los microbios patógenos entren al cuerpo. Respuesta inmunitaria innata: Leucocitos engullen partículas extrañas o destruyen células infectadas. Respuesta inmunitaria adaptiva: Las células inmunológicas destruyen de manera selectiva la toxina o el microbio invasores. Líneas inespecíficas de defensa de los invertebrados: Los invertebrados están protegidos sólo por barreras externas inespecíficas y defensas internas inespecíficas. La defensa inespecífica contra los virus es labor un leucocito, llamado célula asesina natural, estas destruyen las células infectadas con el virus. Estas células dañadas liberan químicos que hacen que ciertas células en el tejido conectivo, llamadas mastocitos, liberen histamina, esta célula relaja el músculo suave que rodea arteriolas, lo que en consecuencia aumenta el flujo sanguíneo y hace permeables las paredes capilares. Es importante saber también que, una temperatura corporal elevada aumenta la actividad de los leucocitos fagocitos mientras al mismo tiempo reduce la reproducción en algunos tipos de bacterias. Las superficies de las células corporales normales muestran un conjunto de proteínas, llamadas complejo principal de histocompatibilidad, las proteínas del CPH difieren entre especies y entre individuos de una especie. Principales componentes del sistema inmunitario adaptativo: La respuesta inmunitaria adaptativa se produce mediante interacciones entre varios tipos de leucocitos, incluidos macrófagos, células dendríticas y linfocitos, que de manera colectiva constituyen el sistema inmunitario adaptativo. Algunas células, como los macrófagos y las células dendríticas, tienen un papel tanto en las respuestas inmunitarias innatas como en las adaptativas, mientras que los linfocitos son leucocitos especializados que son únicos para la respuesta inmunitaria adaptativa. Existen dos tipos de linfocitos: células B y células T; ambas se originan a partir de células madre en la médula ósea. El cuerpo humano contiene alrededor de 500 nódulos linfáticos dispersos a lo largo de los vasos linfáticos. Los nódulos linfáticos contienen masas de macrófagos y linfocitos que recubren pasos estrechos a través de los cuales fluye la linfa. El timo se ubica abajo del esternón ligeramente arriba del corazón. Este empieza a encogerse después de la pubertad. El bazo es un órgano del tamaño de un puño ubicado en el lado izquierdo de la cavidad abdominal, entre el estómago y el diafragma. El bazo filtra sangre, la expone a leucocitos que destruyen microbios y eritrocitos envejecidos. Las amígdalas se ubican en un anillo alrededor de la faringe. Las células inmunitarias están ampliamente distribuidas en membranas mucosas, en especial las que recubren las vías aéreas, el tracto digestivo y la vagina. ¿Cómo reconoce el sistema inmunitario adaptativo a los invasores? Un antígeno es una sustancia que puede ser reconocida por los receptores del sistema inmunitario adaptativo, estos se ubican sobre las superficies de las bacterias. Los linfocitos producen dos tipos de proteínas que se enlazan a antígenos específicos y disparan una respuesta inmunitaria ante ellos: anticuerpos y receptores de células T. Los anticuerpos tienen proteínas con forma de Y compuestos de dos pares de cadenas peptídicas: un par de cadenas largas idénticas y un par de cadenas pequeñas idénticas. Las cadenas ligera y pesada se combinan para formar las dos partes funcionales de un anticuerpo: los “brazos” y el “tallo” de la Y. El tallo de la Y está compuesto de la región constante de las cadenas pesadas y el tallo determina dónde se ubica el anticuerpo. Los anticuerpos atienden dos funciones en la respuesta inmunitaria adaptativa: 1. Reconocimiento de antígenos extraños y disparo de la respuesta contra los invasores. 2. Ayuda para destruir células o moléculas invasoras que portan los antígenos.
Las células T tienen un tipo diferente de proteína, llamado receptor de célula
T, que reconoce y enlaza antígenos. Cada célula T produce receptores de célula T que difieren de los de todas las demás células T. Regiones variables, que forman los sitios de enlace de antígeno, sobresalen de la superficie celular. Cuando un antígeno se enlaza a un receptor de célula T, la célula T se activa en formas que dependen del tipo de célula T.
¿Cómo ataca el sistema inmunitario adaptativo a los invasores?
El beneficio de tener millones de células B y T únicas es que casi cualquier
invasor portará antígenos que pueden enlazarse a algunos anticuerpos y receptores de célula T y B y estimulará una respuesta inmunitaria adaptativa. El inconveniente es que habrá muy pocas células inmunológicas que puedan reconocer algún invasor dado, y un puñado de células no es suficiente para matar de inmediato a los invasores. Para tener una buena respuesta inmunitaria, las células que responden primero deben multiplicarse y diferenciarse, un proceso que tarda de una a dos semanas.
La inmunidad humoral es proporcionada por las células B y los anticuerpos
que secretan en el torrente sanguíneo, este es el principal mecanismo de defensa contra los microorganismos extracelulares y sus toxinas. El enlace antígeno-anticuerpo hace que estas células B, mas no otras, se multipliquen rápidamente, a este proceso se le llama selección clonal, porque los antígenos “seleccionan” cuáles células B se multiplicarán, y las células hijas resultantes son clones: células que son genéticamente idénticas a las células B seleccionadas.
Las células hija se diferencian en dos tipos de célula:
1. Células B de memoria: Estas no liberan anticuerpos, pero tienen un
importante papel en la inmunidad futura ante el invasor que estimula su producción
2. Células plasmáticas Estas se alargan y empaquetan con retículo
endoplásmico rugoso, que sintetiza enormes cantidades de anticuerpos.
Los anticuerpos en la sangre combaten moléculas o microbios invasores en
tres formas principales:
1. Los anticuerpos en circulación pueden enlazarse a una molécula, virus o
célula extraños, y volverlo inocuo, un proceso llamado neutralización.
2. Los anticuerpos pueden recubrir la superficie de moléculas, virus o células
invasoras, y facilitar que los macrófagos y otros fagocitos les destruyan. 3. Cuando los anticuerpos se enlazan a antígenos sobre la superficie de un microbio, interactúan con proteínas de complemento que siempre están presentes en la sangre.