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Inmunidad y Alergia

Inmunidad y tipo
La inmunidad se define como la capacidad que tiene el organismo de resistir casi
todos los tipos de microorganismos y toxinas que tienden a lesionar los tejidos y
los órganos; siendo en gran parte de tipo adquirida que no aparece sino hasta que
el organismo es atacado por primera vez por un agente externo (bacteria, virus o
toxina), necesitando hasta meses y semanas para que se desarrolle la inmunidad.
Por su parte, esta la inmunidad innata, la cual se debe a procesos generales y
dirigidos a microorganismos (MO) específicos e incluye los siguientes aspectos:
fagocitosis de bacterias y de agentes extraños de parte de leucocitos y
macrófagos; destrucción de MO ingeridos por las secreciones acidas del
estomago y las enzimas digestivas; resistencia de la piel a la invasión de MO y
presencia en la sangre de ciertos compuestos químicos y células que se unen a
MO o toxinas extrañas y la destruyen. Entre los compuestos químicos están:
lisozima, polipéptidos básicos, complejo del complemento, linfocitos citotóxicos.
Inmunidad adquirida (adaptativa)
La inmunidad adquirida se debe a un sistema inmunitario especial que forma
anticuerpos, linfocitos activados o ambos que atacan y destruyen los MO
invasores o a toxinas. Hay dos tipos básicos de este tipo de inmunidad: inmunidad
humoral y la inmunidad mediada por células.
En tal sentido, la inmunidad humoral o inmunidad del linfocito B es cuando el
organismo produce anticuerpos (moléculas de globulinas) presentes en circulación
capaces de atacar a los MO invasores, los cuales son producidos por los linfocitos.
Por su parte, la inmunidad mediada por células es la que se consigue mediante la
formación de un gran número de linfocitos T activados que se habilitan
principalmente en los ganglios linfáticos para destruir el MO extraño.
A continuación, cabe mencionar ciertas definiciones para la compresión de los
siguientes tópicos a desarrollar sobre la inmunidad.
Antígenos (Ag): compuestos químicos que pueden ser proteínas o grandes
moléculas de polisacáridos presentes en los MO invasores o en las toxinas que
inician la inmunidad adquirida, los cuales generan los anticuerpos (Ac) y dependen
de grupos moleculares repetidos de manera regular en la superficie de dichas
moléculas grandes.
Linfocitos: la inmunidad adquirida depende de los linfocitos, los cuales se ubican
en los ganglios linfáticos, bazo, submucosa del aparato digestivo, el timo y la
médula ósea. Se dividen en dos poblaciones: linfocitos T (proporcionan la
inmunidad celular) y los linfocitos B (proporcionan la inmunidad humoral, pues
producen Ac).
Anticuerpos (Ac): son gammaglobulinas, proteínas llamadas inmunoglobulinas
(IgG). Cada Ac es específico frente a un antígeno en particular; esta característica
se debe a su organización estructural especial de los aminoácidos (AA) en las
porciones variables de las cadenas pesadas y ligeras. Existen cinco clases
generales de Ac, llamados respectivamente IgM, IgG, IgA, IgD e IgE.

Procesamiento de los linfocitos T y B


Todos los linfocitos del organismo se originan de las células precursoras
comprometidas en la línea linfocítica del embrión, las cuales no son capaces de
producir linfocitos T activados, ni Ac. Antes de poder hacerlo deben diferenciarse
de la siguiente manera: los linfocitos T se originan en la médula ósea, migran al
timo y se dividen rápidamente con capacidad de reacción frente a los Ag
específicos. Una vez procesados dejan el timo y se diseminan a través de la
sangre por todo el cuerpo para alojarse en el tejido linfático. En este sentido, el
timo se asegura que los linfocitos T no reaccionen contra proteínas u otros Ag
presentes en los tejidos propios, solo libera linfocitos T que reaccionan con una
fuente externa (bacteria, virus, toxina e incluso con un órgano trasplantado). Este
procesamiento ocurre en su mayor parte poco antes del nacimiento y durante unos
meses después. Por otra parte, los linfocitos B se procesan en el hígado durante
la etapa intermedia de la vida fetal y en la médula ósea durante la última etapa de
la vida fetal y después del nacimiento; siendo diferentes a los linfocitos T en los
siguientes aspectos: secretan activamente Ac, son diversos capaces de formar
millones de anticuerpos con diferentes reactividades antigénicas y durante su
procesamiento migran al tejido linfático alojándose cerca pero ligeramente
separados de los linfocitos T.
Ahora bien, los linfocitos T y B preformados en el tejido linfático son capaces de
formar un solo tipo de especificidad o de Ac respectivamente. Una vez activado el
linfocito por su Ag especifico se reproduce incontrolablemente formando un
número enorme de linfocitos duplicados. En este sentido, si se trata de un linfocito
B, su generación secretará un tipo especifico de Ac; mientras que, si se trata de un
linfocito T, su generación son linfocitos T sensibilizados específicamente que se
liberan a la linfa, llegan a la sangre y circulan por todos los líquidos corporales
para retornar a la linfa. Todos los linfocitos diferenciados capaces de formar Ac o
linfocitos T sensibilizados se denominan clon de linfocitos, los cuales serán
reactivos a solo un tipo de Ag o a varios Ags similares con las mismas
características estequiométricas. En el proceso descrito, los macrófagos ubicados
en los ganglios linfáticos, bazo y en otros tejidos linfáticos también juegan un papel
importante, fagocitando y digiriendo los MO invasores, cuyos Ags una vez
ingresados a su citosol son transferidos a los linfocitos permitiendo la activación de
esta manera de clones linfociticos específicos. Además, los macrófagos producen
interleucina 1, las cuales favorecen el crecimiento y la reproducción de los
linfocitos específicos.
Por otra parte, cabe destacar el desempeño de otros linfocitos denominados T
colaboradores, cuya función consiste en secretar sustancias especificas
(linfocinas) que activan los linfocitos B específicos ayudando a producir una mayor
cantidad de anticuerpos. En tal sentido, antes de la exposición a un Ag especifico,
los clones de linfocitos B permanecen latentes en el tejido linfático; pero cuando el
Ag extraño entra, los macrófagos fagocitan el Ag, lo presentan a los linfocitos B
adyacentes, los cuales aumentan de tamaño y adquieren un aspecto de
linfoblasto; simultáneamente también lo presentan a los linfocitos T, formando así
a los linfocitos T colaboradores. En este punto, se forman los linfocitos de memoria
provenientes del clon de linfocitos activados aumentando la respuesta de Ac a las
posteriores exposiciones al Ag.
Mecanismo de Acción de los Ac
Los Ac actúan directamente protegiendo al organismo frente a los MO invasores
mediante el ataque directo del invasor, y la activación del sistema del
complemento. En este sentido, los Ac pueden inactivar al MO invasor mediante
aglutinación, precipitación, neutralización y lisis respectivamente. En lo que
respecta a la activación del complemento, cabe mencionar en primer lugar que
complemento es un término que describe un sistema de 20 proteínas, muchas de
las cuales son precursoras enzimáticas; siendo 11 de estas las que participan en
este sistema, denominadas C1-C9, B y D respectivamente, normalmente
presentes entre las proteínas plasmáticas del cuerpo y en las proteínas que salen
de los capilares hacia los espacios tisulares. Generalmente, se encuentran
inactivas, pero pueden activarse mediante la conocida vía clásica mediante la
reacción Ag-Ac.

Linfocitos T y sus funciones


Los linfocitos T se clasifican en tres grupos principales: linfocitos T colaboradores;
linfocitos T citotóxicos, y linfocitos T supresores. En lo que respecta a sus
funciones, los linfocitos T colaboradores colaboran en las funciones del sistema
inmunitario (SI) formando las linfocinas o interleucinas IL-2, IL-3, IL-4, IL-5 y IL-6,
el factor estimulador de colonias de granulocitos-monocitos y el Interferón γ, los
cuales actúan sobre las células del SI o en las células de la médula ósea; los
linfocitos citotóxicos atacan matando directamente al MO invasor; y los linfocitos T
supresores se encargan de suprimir las funciones de los linfocitos T colaboradores
y citotóxicos con el fin de que estos últimos no provoquen reacciones inmunitarias
excesivas que puedan dañar los tejidos propios del cuerpo.

Alergia e hipersensibilidad
Un efecto adverso indeseable de la inmunidad es el desarrollo, en ciertas
condiciones, de alergia u otros tipos de hipersensibilidad inmunitaria. Existe varios
tipos de alergia y otras hipersensibilidades, algunas de las cuales aparecen solo
en personas con una tendencia alérgica específica.
Alergia retardada: se debe a linfocitos T activados y no a anticuerpos. Este tipo
de inmunidad puede causar la liberación de muchas sustancias tóxicas de los
linfocitos T activados, así como unan invasión extensa de los tejidos por los
macrófagos junto a sus efectos posteriores, siendo el resultado final de algunas
reacciones alérgicas retardadas una lesión tisular grave; ocurriendo normalmente
en la zona de tejido donde está presente el Ag instigador.
Alergia atópica: corresponde al tipo de alergia que se debe a una respuesta
inhabitual del SI; la cual se transmite a través de los genes de padres a hijos y se
caracteriza por la presencia de grandes cantidades de anticuerpos IgE en sangre.
Anafilaxia: consiste en una reacción alérgica que afecta a todo el organismo y se
instaura rápidamente después de haber estado expuesto al alérgeno, el cual
reacciona con basófilos y mastocitos de tejidos localizados fuera de los vasos
sanguíneos pequeños. Esta reacción alérgica se generaliza en todo el sistema
vascular y en los tejidos asociados mediante la liberación de histamina a la
circulación, lo que produce una vasodilatación generalizada, así como un aumento
de la permeabilidad de los capilares con la pérdida acentuada resultante de
plasma de la circulación.
Urticaria: La urticaria se debe a un antígeno que entra en zonas específicas de la
piel y produce reacciones anafilactoides localizadas.
Fiebre del heno: En la fiebre del heno, la reacción alérgeno-reagina tiene lugar en
la nariz. La histamina liberada en respuesta a la reacción produce una
vasodilatación intranasal local, con el consiguiente aumento de la presión capilar,
así como de la permeabilidad capilar. Estos efectos dan lugar a la salida de líquido
a las cavidades nasal y los tejidos profundos asociados de la nariz, y los
recubrimientos nasales se tumefactan y se hacen secretores.
Asma: el asma aparece a menudo en personas alérgicas. En ella, la reacción
alérgeno-reagina tiene lugar en los bronquíolos pulmonares. Se cree que aquí un
producto importante liberado por los mastocitos es la sustancia de reacción lenta
de la anafilaxia (mezcla de tres leucotrienos), que provoca un espasmo del
músculo liso bronquiolar. En consecuencia, la persona tiene dificultad para respirar
hasta que se han eliminado los productos de la reacción alérgica.

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