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5.1.

Discusión de resultados
El estudio arrojó en la dimensión habilidades sociales básicas un nivel alto
(100%). Este resultado es similar al estudio de Ramón et al. (2012), quienes en su
investigación sobre habilidades sociales en enfermería, específicamente el papel de
la comunicación centrada en el familiar, concluyeron que las habilidades,
estrategias y gestos de los profesionales de enfermería más destacados para poder
realizar una eficaz comunicación con los familiares son la empatía; el empleo de
una información inteligible, clara, concisa y adecuada al nivel sociocultural del
familiar, además de una entonación, volumen y ritmo de voz adecuados, o la
comunicación no verbal, como las posturas corporales, expresión facial o la mirada;
características que también tienen los trabajadores del centro de salud San
Cristóbal, ya que tienen un nivel alto (100%) de habilidades sociales básicas, lo
cual indica que el personal tiene un desenvolvimiento social sano y cordial con la
población en el establecimiento que favorece una atención de calidad con calidez.
De la misma manera, Palomino (2020), en su investigación sobre nivel de
productividad laboral del personal y habilidades sociales en el centro de salud
Acapulco, Callao, encontró que hay conexión natural entre ambas variables, pues la
mayoría de los encuestados muestran altos niveles en la dimensión habilidades
sociales básicas. Igualmente, en la investigación de Villagra (2018) sobre
habilidades sociales en enfermeros del servicio de cuidados intensivos de un
hospital de Lima se encontró que los profesionales tienen niveles altos en un 77% y
medio en un 23%, lo que significa que gran parte de los profesionales tienen
adecuadas habilidades sociales básicas; Sin embargo, en la investigación de Enciso
(2017) sobre habilidades sociales de las enfermeras de dos áreas hospitalarias del
servicio de neonatología del Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión - Callao
2017 se encontró que gran parte de los profesionales tiene un nivel medio, lo cual
indica que tienen adecuadas habilidades sociales básicas que deben ir mejorando.
Un caso contrario es la investigación de Cosio et al. (2020) sobre habilidades
sociales y síndrome de Burnout en odontólogos del Ministerio de Salud de una
región del Perú, donde encontraron un nivel bajo de habilidades sociales básicas en
los profesionales.
El estudio arrojó que en la dimensión habilidades sociales avanzadas se
obtuvo un nivel alto del 100%; sin embargo, el estudio de Honores (2017)
estableció que la relación entre prestación de servicios y habilidades sociales en un
centro de salud tenía aprobación por gran parte de los pacientes, pues se encuentran
satisfechos con el servicio que reciben, mientras que una parte está insatisfecha por
el servicio recibido, lo cual evidencia que una fracción de los profesionales
sanitarios presenta inadecuadas habilidades sociales. Tal situación es relativamente
opuesta a lo obtenido en el centro de salud San Cristóbal, donde el personal que
labora tiene un nivel alto de habilidades sociales avanzadas (100%), lo que indica
que el personal brinda una atención adecuada, pues respeta las ideas, y escucha y
responde las dudas e inquietudes de los pacientes. La investigación de Álvarez
(2019) sobre la correlación de calidad de prestaciones de servicios de salud y
habilidades sociales en pacientes que acuden al servicio de odontología del hospital
III-1 Trujillo encontró, no obstante, que la mayoría de los pacientes percibe un buen
trato y adecuadas habilidades sociales por parte de los profesionales sanitarios; sin
embargo, en la investigación de Villagra (2018) sobre las habilidades sociales de
los enfermeros del servicio de cuidados intensivos de un hospital de Lima, se
encontraron niveles altos en un 49%, medio en un 39% y 12% bajo, lo que significa
que gran parte de los enfermeros presenta adecuadas habilidades sociales pero que
debe mejorarlas. De igual manera, en la investigación de Enciso (2017) sobre las
habilidades sociales de las enfermeras de dos áreas del servicio de neonatología del
hospital Daniel Alcides Carrión, se encontró que gran parte de las enfermeras
presentan niveles medios de habilidades sociales avanzadas; al contrario de la
investigación de Cosio et al. (2020) sobre las habilidades sociales y síndrome de
burnout en odontólogos del Ministerio de Salud, que encontró niveles bajos de
habilidades sociales avanzadas en los profesionales.
Respecto a los resultados de la dimensión habilidades sociales relacionadas
con los sentimientos, se obtuvo un nivel alto del 93%, nivel medio en un 5% y un
nivel bajo del 2%. Resultados similares se encontraron en el estudio de Blanco
(2018), quien determinó la relación entre bienestar psicológico y habilidades
sociales en el personal de enfermería; encontró una asociación positiva entre estas
dos variables, en las que incidían indicadores como sexo, edad, institución de
trabajo y antigüedad; sin embargo, contrasta con la dimensión habilidades
relacionadas con los sentimientos de la presente investigación, donde los
trabajadores del centro de salud San Cristóbal tienen un nivel alto. En la
investigación de Blanco (2018), el personal de enfermería presenta altos niveles de
bienestar psicológico en la dimensión crecimiento personal y autonomía, lo cual
revela que los sujetos perciben fuertes necesidades de desarrollar sus
potencialidades, crecer como personas y desplegar sus capacidades al máximo.
También, se destaca que en el ámbito profesional de la enfermería, constituye un
papel fundamental en el tratamiento del paciente, ya que se encuentran
continuamente en contacto con pacientes, familiares y los demás profesionales que
los rodean, por lo cual deben ser coherentes, consecuentes y responsables de sus
actuaciones, pues son receptores de confianza, dudas y preguntas sobre la
información que los familiares reciben y tienen sobre el proceso de salud de su
familiar; sin embargo, en la investigación de Villagra (2018) sobre las habilidades
sociales en los enfermeros del servicio de cuidados intensivos de un hospital de
Lima, se encontraron niveles altos en un 40%, medio en un 50% y bajo en un 10%,
lo cual significa que hay adecuadas habilidades relacionadas con los sentimientos
en los profesionales, pero deben seguir mejorándolas. Resultados similares se
hallaron en la investigación de Enciso (2017), quien determinó las habilidades
sociales en enfermeras de dos áreas del servicio de neonatología del hospital Daniel
Alcides Carrión, donde encontró niveles medios de habilidades relacionadas con los
sentimientos. Por el contrario, la investigación de Cosio et al. (2020) sobre las
habilidades sociales y el síndrome de burnout en odontólogos del Ministerio de
Salud encontró niveles bajos de habilidades relacionadas con los sentimientos en
los profesionales.
El presente estudio arrojó los siguientes resultados en la dimensión
habilidades sociales alternativas a la agresión: 98% en nivel alto y 2% en nivel
medio. En tanto, la investigación de Y. Flores (2019) sobre la relación entre
autoestima y habilidades sociales en los trabajadores encontró que el 12% tiene un
nivel bajo de habilidades sociales, el 47% un nivel medio, el 35% un nivel alto y el
6 % un nivel muy alto, de lo que se concluyó que gran parte de los profesionales
presenta porcentajes elevados en el nivel medio de habilidades sociales, y que la
relación entre la autoestima y habilidades sociales puede evitar conflictos o llegar a
la agresión, desencadenándose en maltrato hacia los pacientes. Tal situación no se
comparte en su totalidad con los trabajadores del centro de salud San Cristóbal,
quienes tienen un nivel alto de habilidades sociales alternativas a la agresión, lo que
indica que el personal tiene una adecuada capacidad para resolver diversos
conflictos o problemas en determinadas situaciones, respetando los derechos de los
pacientes. Sin embargo, en la investigación de Enciso (2017) se determinó que las
enfermeras de dos áreas del servicio de neonatología del hospital Daniel Alcides
Carrión tenían niveles medios de habilidades sociales alternativas a la agresión, lo
cual indica que si bien son adecuadas, aún deben trabajarlas. La investigación de
Villagra (2018) determinó, por el contrario, que las habilidades sociales en los
enfermeros del servicio de cuidados intensivos de un hospital de Lima muestran
niveles altos en un 15%, medios en un 63% y bajos en un 22%; de igual manera, en
la investigación de Cosio et al. (2020) sobre las habilidades sociales y el síndrome
de burnout en odontólogos del Ministerio de Salud, se encontraron niveles bajos de
habilidades sociales alternativas a la agresión en los profesionales.
Se obtuvieron los siguientes resultados en el estudio sobre la dimensión
habilidades sociales para hacer frente al estrés: 98% mostró un nivel alto y 2% nivel
medio. Sin embargo, Onofre (2021) investigó sobre la relación entre las habilidades
sociales y el estrés laboral en enfermeros del servicio de neonatología del hospital
Santa Rosa de Lima y encontró una relación inversa entre las habilidades sociales y
el estrés laboral en enfermeros, donde el 36,8% de los participantes cuenta con un
nivel medio en habilidades sociales y un 63,2% con un nivel alto; para la variable
de estrés laboral se encontró que un 84,2% presenta un nivel bajo de estrés laboral y
un 15,8% nivel medio; siendo diferente a los resultados encontrados en los
trabajadores del centro de salud San Cristóbal, que tienen un nivel alto de
habilidades sociales para hacer frente al estrés, debido a que los profesionales
sanitarios tienen adecuadas estrategias de afrontamiento y aptitud para manejar los
factores estresantes del ambiente, por lo que las habilidades sociales presentan un
conveniente control de sus conflictos y situaciones cotidianas. En la investigación
de Villagra (2018) sobre las habilidades sociales en los enfermeros del servicio de
cuidados intensivos de un hospital de Lima, se encontraron niveles altos en un 42%,
medio en un 55% y bajo en un 3%, lo que significa que poseen adecuadas
habilidades para hacer frente al estrés, aunque hay que seguir mejorándolas.
Resultados similares se encontraron en la investigación de Enciso (2017), quien
determinó que las enfermeras de dos áreas del servicio de neonatología del hospital
Daniel Alcides Carrión tienen un nivel medio de habilidades para hacer frente al
estrés; caso contrario al de la investigación de Cosio et al. (2020), quienes al
determinar habilidades sociales y síndrome de burnout en odontólogos del
Ministerio de Salud hallaron niveles bajos de habilidades para hacer frente al estrés
en los profesionales.
El 100% de los trabajadores del centro de salud San Cristóbal tienen un
nivel alto en la dimensión habilidades sociales de planificación, lo que quiere decir
que los profesionales sanitarios tienen adecuadas estrategias de afrontamiento ante
diversas situaciones, y poseen una alta capacidad de autocontrol para la solución de
un problema y para tomar decisiones saludables.

Frente a la habilidad social de la planificación, Leal et al. (2010), en su investigación


sobre habilidades sociales en los profesionales de urgencias y cuidados críticos de un
hospital público comarcal, encontraron que en cada una de las dimensiones de la EHS la
muestra obtiene una puntuación media ligeramente superior a la de la muestra de
baremación, que se situaría en torno al percentil 50–69, indicando la presencia de un
nivel medio-alto de la habilidad social. Puntúan más alto los médicos que las
enfermeras, aunque estas diferencias no son estadísticamente significativas; sin
embargo, en la investigación de Vigón (2012) sobre habilidades sociales en personal
sanitario en el área de urgencias generales del Hospital Universitario Central de
Asturias, se halló que los enfermeros/as tienen mayores niveles de habilidades sociales
que los demás participantes. Y según Cañón y Rodríguez (2011), a medida que aumenta
la edad aumenta la asertividad, que es un factor adicional por considerar. Por otro lado,
en la investigación de Villagra (2018), al determinar las habilidades sociales en los
enfermeros del servicio de cuidados intensivos de un hospital de Lima, se encontraron
niveles altos en un 25%, medios en un 60% y bajos en un 15%. En la investigación de
Enciso (2017), para determinar las habilidades sociales en enfermeras de dos áreas del
servicio de neonatología del hospital Daniel Alcides Carrión, se encontraron niveles
altos de habilidades sociales de planificación en los profesionales; resultado contrario a
la investigación de Cosio et al. (2020) para determinar habilidades sociales y síndrome
de burnout en odontólogos del Ministerio de Salud, donde se encontraron niveles bajos
de habilidades sociales de planificación en los profesionales.

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