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PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

EXPERIMENTAL Y METODOLOGÍA

Análisis Experimental de la Conducta

MOLDEAMIENTO CONDUCTUAL

En Applied Behavior Analysis por John O. Cooper,


Timothy E. Heron y William L. Heward
Merril Publishing Company; Columbus, Ohio. 1987

Traducción: Lic. Andrómeda I. Valencia


Ortiz
Revisión: Dr. Héctor E. Ayala Velázquez
Lic. Silvia Morales Chainé

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CAPÍTULO 14
MOLDEAMIENTO CONDUCTUAL

Términos clave

Moldeamiento conductual Diferenciación de Respuesta


Reforzamiento Diferencial Aproximación Sucesiva

El proceso por el cual se refuerzan sistemática y diferencialmente las


aproximaciones sucesivas a una conducta final es llamado moldeamiento
conductual. El moldeamiento conductual se emplea en muchas situaciones
cotidianas. Por ejemplo, los terapeutas del lenguaje utilizan el moldeamiento
conductual cuando ellos refuerzan diferencialmente el hablar, primero
reforzando el movimiento de los labios, después la producción del sonido, y
finalmente la expresión de la palabra y la oración. El personal residente
encargado de personas con retraso mental severo moldea la interacción social
cuando refuerzan diferencialmente el contacto visual, palabras de saludo, y
discurso para hablar. Un entrenador de basketball moldea la conducta de tiro
de sus jugadores cuando refuerza diferencialmente los tiros adecuados de las
posiciones más alejadas de la canasta y cercanas a la línea de tiro.

El moldeamiento conductual puede requerir de muchos pasos y la mejoría rara


vez ocurre de manera inmediata o en forma lineal. Si se emplean
aproximaciones sistemáticas el progreso casi siempre puede ser medido. A
pesar de que el moldeamiento conductual puede consumir tiempo, representa
una aproximación práctica para enseñar nuevas conductas, especialmente
aquellas conductas que no pueden ser fácilmente aprendidas por instigaciones
físicas o por instigaciones verbales.

Este capítulo define más adelante el moldeamiento conductual y discute el


papel esencial del reforzamiento diferencial en el proceso. El capítulo también
presenta ejemplos de cómo moldear la conducta a través de y en la topografía
de la respuesta e incluye sugerencias para mejorar la eficiencia del
moldeamiento conductual. El capítulo concluye con la pauta para considerar la
implementación del procedimiento de moldeamiento conductual.

DEFINICIÓN E ILUSTRACIÓN DEL MOLDEAMIENTO CONDUCTUAL

El moldeamiento conductual se define como el reforzamiento diferencial de


aproximaciones sucesivas a una conducta deseada. De acuerdo con Panyan
(1980), “El moldeamiento promueve el desarrollo gradual de una nueva
conducta a través de reforzamiento repetido de mejorías menores o pasos a
través de esa conducta. En vez de esperar que una nueva conducta aparezca
en su forma final, se refuerza cada conducta parecida a la nueva conducta” (p.
1). Existen dos aspectos claves de la definición que garantizan su
comprensión. Primero ¿En que consiste el reforzamiento diferencial en el
contexto del moldeamiento conductual?. Segundo, ¿En que consiste una
aproximación sucesiva de una conducta final?.

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De acuerdo, con Holland y Skinner (1961) reforzamiento diferencial implica
que una parte de una clase de respuesta sea reforzada mientras que otras
partes de la misma respuesta previamente emitidas no lo sean. Con el
reforzamiento diferencial, el criterio para reforzar una parte de una clase de
respuesta cambia, de tal manera que la conducta se diferencia. Por lo tanto, al
mismo tiempo que se incrementa la probabilidad de la futura ocurrencia de una
parte de la clase de respuesta, las otras disminuyen. En esencia, ocurre la
diferenciación de respuesta.
colocarse los lentes
en la posición correcta

colocarse los lentes colocarse los lentes


frente a la cara frente a la cara

levantar levantar levantar los lentes


los lentes los lentes

tocar los lentes tocar los lentes tocar los lentes tocar los lentes

primer día de entrenamiento Tiempo último día de entrenamiento

FIGURA 14.1 Pasos en el reforzamiento diferencial al usar lentes. La parte sombreada incluye conductas
que no se refuerzan durante todo el proceso. (En How to Use Shaping p.4 by M.Panyan, 1980, Austin,
TX: Pro-Ed. Copyright 1980 Pro-Ed. Reimpresión en permiso.)

La figura 14.1 muestra una ilustración del reforzamiento diferencial utilizado


para enseñar a un preescolar que estaba en riesgo de perder la vista a usar
lentes (cf, Wolf, Risley, & Mees, 1964). El progreso paso a paso del
entrenamiento muestra que la primera conducta reforzada fue tocar los lentes.
Después, se reforzó la conducta de levantar los lentes y se puso en extinción la
de tocar los lentes (observar la parte sombreada de la figura 14.1). Se continuó
el procedimiento hasta el último paso que consistía en colocarse los lentes en
la posición correcta y se puso en extinción a todas las conductas anteriores.

El reforzamiento diferencial se puede aplicar utilizando la topografía de la


conducta. Por ejemplo, la participación vocal de un estudiante puede ser
reforzada diferencialmente, reforzando primero el murmullo, luego el habla y
finalmente el discurso para conversar. El reforzamiento diferencial puede ser
incluso aplicado dentro de la topografía de una respuesta. Por ejemplo, dentro
del habla se pueden moldear la intensidad de la voz, la duración y la cantidad
del discurso. Posteriormente se presentará más sobre el tema.

En respuesta a la segunda pregunta clave, ¿En que consiste una aproximación


sucesiva?. Una aproximación sucesiva de una conducta deseada puede ser
considerada como cualquier conducta intermedia que es un prerrequisito de la
conducta final o una parte de la misma topografía de la respuesta de orden
mayor. Una conducta prerrequisito intermedia es aquella en la que la topografía
de la respuesta es necesaria para el desarrollo de la conducta final. Si la
conducta final es el discurso para conversar, entonces el movimiento de los
labios, la producción del sonido, la pronunciación de las palabras y la expresión

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de la oración o frase son necesariamente prerrequisitos. Cada una de estas
conductas pueden ser reforzadas diferencialmente para lograr el discurso para
conversar.

Un miembro de orden mayor de una respuesta topográfica similar es aquel en


el cual la forma de la conducta es la misma; pero la intensidad, cantidad o
duración es diferente. Por ejemplo, supongamos que un analista conductual
esta trabajando con un individuo cuya participación verbal durante clase es
evidente pero la intensidad de su producción (de su habla) es inadecuada. Esto
es, al estudiante no se le puede escuchar desde el fondo del salón. Una
aproximación sucesiva a 65 decibeles (dB) (la intensidad normal de una
conversación) podría ser de 45, 55 y finalmente de 65 dB. Estas conductas de
orden elevado pueden ser adquiridas por reforzamiento diferencial de niveles
de mayor intensidad. Cuando se logran 45dB las intensidades de la producción
verbal de menor magnitud se ponen en extinción. Del mismo, modo cuando se
logran 55 dB y finalmente 65 dB, los niveles previos de menor intensidad no se
refuerzan (se extinguen). Por lo tanto, cada nivel de mayor intensidad (45,55,65
dB) se moldea por medio del reforzamiento diferencial de aproximaciones
sucesivas hasta que se emita consistentemente la conducta final .

Fleece, Gross, O’Brien, Kistner, Rothblum y Drabman (1981) utilizan el


procedimiento del moldeamiento conductual para incrementar el volumen de la
voz de dos niños inscritos en una escuela privada para estudiantes con
discapacidad física y/o del desarrollo. Primero, se recolectaron los datos de la
línea base del volumen de la voz en el salón de clases. Se midió el volumen de
la voz en una escala de 0 a 20 puntos donde el 0 indicaba que el nivel de la voz
del niño era usualmente inaudible, 10 indicaba un volumen de voz normal y 20
indicaba el nivel de los gritos. El procedimiento de moldeamiento conductual
consistió en hacer que el niño recitara en voz alta poesía infantil, en presencia
de un aparato que se activaba con la voz. Los altos niveles del volumen de la
voz activaban una luz. La intensidad de la luz correspondía al incremento de
los niveles del volumen de la voz: volumen elevado de voz producía una luz
intensa, un volumen de voz bajo producía una luz débil. El profesor moldeaba
el volumen de la voz incrementando el umbral del aparato. Mientras que en los
primeros niveles del entrenamiento, un tono de voz bajo era suficiente para
activar una luz débil, en niveles posteriores se requiere un tono de voz más
elevado para producir un efecto similar. Los niños recibían retroalimentación
sobre su ejecución (“No encendiste la luz en esa ocasión”) pero no recibían
elogios verbales por incrementar el volumen de voz.

Las mediciones del desempeño de los niños utilizando un diseño de línea base
múltiple a través de sujetos indicó que el incremento en el volumen de la voz en
el salón de clases estaba en función del tratamiento (Ver figura 14.2) Además,
los datos indicaron que el volumen de la voz se mantuvo alto después de un
período de 4 meses. Información anecdótica facilitada por el personal de la
escuela indicó que el volumen de voz elevado de los niños se generalizó a
otros escenarios además del salón de clases.

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Desde un punto de vista práctico, se pueden obtener medidas del incremento
en la producción de dB con una grabadora sensible a la voz o con un aparato
de registro audio-métrico que emita un señal (luz o sonido) al alcanzar un nivel
del umbral, (cf. Fleece et al, 1981). Las ejecuciones debajo del criterio no
activan el aparato de registro.

La figura 14.3 muestra como un maestro o un padre podría medir el progreso


ocurrido durante un procedimiento de moldeamiento conductual diseñado para
enseñar a conducir un triciclo de manera independiente. Los cuatro pasos en el
programa se moldean durante 15 sesiones. La figura 14.3 muestra como se
podrían graficar los datos del programa.

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Ventajas del Moldeamiento Conductual

Primero, el moldeamiento conductual es un procedimiento positivo. El


reforzamiento se entrega consistentemente sobre la ocurrencia de las
aproximaciones sucesivas a la conducta deseada; Se extingue la emisión de
otras conductas. El procedimiento no incluye el castigo u otros procedimientos
aversivos.

Segundo, el moldeamiento conductual puede ser utilizado para enseñar nuevas


conductas. El moldeamiento conductual puede ser combinado con otros
cambios conductuales establecidos o con otros procedimientos de
establecimiento de conducta (desvanecimiento y encadenamiento).

Desventajas del Moldeamiento Conductual

El moldeamiento conductual requiere de tiempo. El practicante debe estar


preparado ante la posibilidad de necesitar extender el entrenamiento antes de
llegar a la meta final. En segundo lugar, el progreso no es siempre lineal: el
individuo no siempre pasa de una conducta a la siguiente en un continuo, en un
flujo in-interrumpido. A menudo el progreso del individuo es errático: puede
pasar un tiempo considerable, después de que una conducta previa ocurrió,
antes de que se logre emitir la siguiente aproximación de la conducta deseada.
Si pasa mucho tiempo, podría requerirse que ese paso se divida en sub-pasos,
permitiendo mayor reforzamiento y por lo tanto progreso. Una desventaja final
del moldeamiento conductual es que requiere de un conocedor para monitorear
consistentemente al individuo, de tal manera que sea capaz de detectar
cualquier indicación sutil de que se ha realizado el paso en la secuencia.
Muchos practicantes no están disponibles el tiempo suficiente como para
monitorear la conducta con la frecuencia requerida, de tal manera que puedan
detectar estos leves cambios. En consecuencia, es posible que el
moldeamiento conductual, se realice inapropiada e ineficientemente. Por otro
lado, puede resultar difícil obtener mediciones confiables con el procedimiento
del moldeamiento conductual. Puede ocurrir que sea imposible llegar a un
acuerdo con varias conductas complejas con respecto a lo que constituye la
siguiente aproximación.

Moldeamiento Conductual a lo largo y dentro de diferentes Topografías de


la Respuesta

El moldeamiento conductual a través de diferentes topografías de la respuesta


quiere decir que determinados partes de una clase de respuesta son
diferencialmente reforzados y partes de otra clase de respuesta no lo son. El
movimiento de los labios, sonidos guturales, emisión de una palabra y la
producción de una frase u oración representan diferentes topografías dentro de
una clase de respuesta de conductas del habla; conformando las conductas
prerrequisitos del habla. Cuando se presenta el moldeamiento a través de
diferentes topografías de la respuesta, el practicante gradualmente incrementa
el criterio de ejecución antes de que se entregue el reforzador.

Un estudio clásico que muestra como las conductas son moldeadas tanto a lo
largo, como dentro de topografías de la respuesta fue el reportado por Issacs,

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Thomas y Goldiamond (1960). En su estudio ellos moldearon exitosamente la
conducta verbal de un hombre diagnosticado con esquizofrenia catatónica.
“Andrew” no había hablado por 19 años, a pesar de los esfuerzos de quienes
lo cuidaban para mejorar su producción del habla. Esencialmente el
procedimiento del moldeamiento conductual fue iniciado cuando un astuto
psicólogo notó que la expresión usualmente pasiva de Andrew cambió cuando
se le cayó al piso un paquete de goma de mascar. El psicólogo propuso que se
utilizara la goma de mascar como reforzador para establecer conductas de la
clase de respuestas del habla, así que seleccionó la producción del habla como
conducta final.

El siguiente paso en el proceso del moldeamiento conductual consistió en


seleccionar la conducta inicial. Debido a que el psicólogo había notado un sutil
movimiento de los labios del paciente en presencia de la goma de mascar, se
eligió esta conducta como inicial; y lo más importante, el movimiento de los
labios se encontraba dentro de la clase de respuesta de un discurso fluido.

Tan pronto como se estableció el movimiento del labios por medio del
reforzamiento diferencial, el psicólogo esperó la ocurrencia de la siguiente
aproximación a la conducta final. Durante esta fase el movimiento del labio
asociado a la emisión del sonido produciría el reforzamiento. Tan pronto como
Andrew fue capaz de emitir un sonido gutural, las vocalizaciones fueron
reforzadas diferencialmente. Después se moldeó el sonido gutural
(reforzamiento diferencial entre la topografía de la respuesta) hasta que
Andrew dijo la palabra goma. Después de la 6° semana de moldeamiento
conductual, el psicólogo la pidió a Andrew que dijera goma, a lo que él
respondió, “goma, por favor”. Durante esa sesión y las subsiguientes Andrew
conversó con el psicólogo y otras personas del instituto sobre su identidad y su
pasado. Así, Isaacs et al. (1960) dio una poderosa demostración de
moldeamiento conductual. Después de seleccionar la conducta final y el punto
de inicio, se moldeó cada parte de la clase de respuesta por medio del
reforzamiento diferencial de aproximaciones sucesivas a la conducta final.

Moldear la conducta dentro de diferentes topografías de la respuesta significa


que la forma de la conducta permanece constante, pero el reforzamiento
diferencial se aplica a una dimensión de la conducta (por ejemplo, frecuencia,
intensidad, duración, rango). Para ilustrarlo, supongamos que un maestro de
educación física esta instruyendo a estudiantes de preparatoria sobre el
rescate dentro del agua. Específicamente, les enseña como arrojar un
salvavidas a una distancia dada a una persona que se está ahogando. Dado
que la habilidad importante en esta actividad es arrojar el salvavidas cerca de
la persona, el maestro en educación física debe moldear la conducta adecuada
de arrojar reforzando sucesivamente las aproximaciones del lanzamiento a una
distancia determinada. En otras palabras, cada lanzamiento que este cerca de
la persona (por ejemplo, alrededor de los 50 cm de distancia) sería elogiado,
mientras que los lanzamientos que estén fuera del rango no lo serían. Cuando
los estudiantes tengan un buen desempeño, el área podrá ser reducida de tal
manera que la conducta final llegue a ser un lanzamiento con menos de 25 cm
de distancia de la persona. En este caso, la magnitud de la clase de respuesta
esta siendo moldeada y la forma del lanzamiento permanece igual.

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Otra ilustración de moldeamiento conductual dentro de la topografía de la
respuesta sería la de un padre que intenta aumentar la duración de la práctica
de piano de su hijo. El criterio para el éxito en este programa en particular sería
que el niño practicara por 30 minutos tres veces por semana (por ejemplo,
lunes, miércoles y viernes). Para lograr su objetivo el padre debe moldear
progresivamente los periodos largos de práctica, quizá incluso solo con una
noche por semana. Durante la primera fase de este programa el padre podría
reforzar 12, 15, 20, 25 y 30 minutos de práctica solo los lunes sin que hubiera
efectos contingentes para los otros días. Tan pronto como se llegue a un
criterio intermedio (por ejemplo, 20 minutos) no se dará reforzamiento por
menos de 20 minutos de práctica a menos que la ejecución llegue a un nivel
elevado y se detenga el progreso.

Durante la siguiente fase del moldeamiento conductual, el proceso se repetiría


para las noches de los lunes y miércoles. Ahora el niño debería llegar al criterio
para ambos días antes de que se entregue el reforzamiento. Finalmente la
secuencia se repetiría para las tres noches. Es importante recordar que la
conducta moldeada no es tocar el piano. El niño es capaz de tocar el piano; lo
que esta siendo moldeado por reforzamiento diferencial es la dimensión de la
conducta dentro de la clase de respuesta, es decir, la duración de la practica
de piano.

INCREMENTANDO LA EFICACIA DEL MOLDEAMIENTO CONDUCTUAL

El estudio de Isaacs et al (1960) ilustra otro aspecto del moldeamiento


conductual: la eficiencia. Durante las primeras etapas del programa el
psicólogo esperó a que la siguiente aproximación de la conducta apareciera
para entregar el reforzador, pero el esperar puede constituir el consumir y
perder tiempo. Después de la sexta sesión de entrenamiento, Isaacs et al.
incrementó su eficacia al usar una consigna verbal, “Di goma”.
Presumiblemente si el psicólogo no hubiera utilizado una consigna verbal, se
hubieran necesitado varias sesiones adicionales antes de obtener un resultado
exitoso.

Foxx (1982) sugiere varias formas para mejorar la eficacia del moldeamiento
conductual. Primero se combina un estimulo discriminativo (S D) con el
moldeamiento. Por ejemplo, cuando se intenta moldear el saludo de manos
como una habilidad para el saludo de un adulto con discapacidad mental, el
maestro podría decir: “Frank, estira tu brazo”. Segundo, se puede proveer guía
física; el maestro podría ayudar manualmente a Frank por medio de sujetar su
brazo. Tercero, el maestro podría utilizar un instigador imitativo para demostrar
la extensión del brazo (por ejemplo, “Frank, sostén tu brazo de esta forma”).
Obviamente, cualquier instigador utilizado debe ser desvanecido después.

GUIA PARA SELECCIONAR E IMPLEMENTAR EL MOLDEAMIENTO


CONDUCTUAL

El practicante debe considerar muchos factores antes de decidirse a usar el


procedimiento de moldeamiento conductual. Se debe evaluar la naturaleza de
las conductas que se van a aprender y los recursos disponibles. Por ejemplo,
un maestro de quinto año puede estar interesado en aumentar el número de

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problemas de matemáticas que resuelva un estudiante con problemas de
aprendizaje. Quizá el estudiante es capaz de trabajar con 5 problemas de
matemáticas por cada periodo, con un rango de 0 a 10 problemas. Si el
estudiante es capaz de trabajar y verificar su desempeño de manera
independiente al final del periodo, se podría implementar el procedimiento del
moldeamiento conductual reforzando diferencialmente el número de problemas
matemáticos completados correctamente. Se podría presentar el reforzamiento
para 5, 7, 9 y 11 o más problemas por periodo. En este caso el resolver
problemas de matemáticas esta dentro de la topografía de una respuesta
específica, y el maestro puede utilizar al estudiante para auto-monitorear su
propio desempeño. Si el individuo es incapaz de auto-monitorear su propio
desempeño y si no se cuenta con personal u otros recursos se pueden
considerar otros procedimientos (por ejemplo, RDO, RDI).

Además, los procedimientos de moldeamiento conductual requieren múltiples


pasos y no siempre se puede predecir de antemano una progresión lineal, por
lo que el practicante debe estimar el total del tiempo disponible para llegar a la
meta. La estimación del tiempo se puede determinar preguntando a otros
practicantes sobre el tiempo que les tomo el moldear conductas similares, o
reforzar diferencialmente algunas conductas extrapolando de esa experiencia
el total de tiempo que se requirió para todas las conductas. Estos dos
procedimientos probablemente solo dan estimaciones gruesas debido a que
cualquier número de factores previos pueden acelerar o frenar el progreso. Sin
embargo, si se requiere más tiempo del que puede manejarse, el practicante
deberá abandonar la estrategia.

Algunas conductas no parecen ser ideales para el uso del moldeamiento como
una técnica para construirlas. Por ejemplo, si un profesor de Ingles en
preparatoria esta interesado en aumentar el repertorio de sus estudiantes para
hablar en público, el instigamiento, el modelamiento o la tutoría de pares
podrían ser más efectivos que el moldeamiento conductual. Decirle o mostrarle
a los estudiantes como usar las gesticulaciones, las modulaciones de la voz, el
contacto visual y las metáforas será más rápido que intentar moldear cada una
de estas diferentes clases de respuesta por separado.

Los siguientes lineamientos pueden apoyar al practicante a implementar el


procedimiento en escenarios aplicados, una vez que se ha tomado la decisión
de usar el procedimiento de moldeamiento conductual.

Seleccionando la Conducta Final

A menudo, los practicantes tienen que enseñarle a los individuos quienes


cuentan con múltiples conductas por cambiar. En consecuencia, es importante
que se identifique rápidamente la conducta prioritaria. El criterio fundamental
para esta decisión es la independencia esperada del individuo después del
cambio conductual, es decir, la probabilidad de ganar reforzadores adicionales
del ambiente natural, (Bailey & Lessen, 1984). Por ejemplo, si un estudiante
con severos desordenes de conducta frecuentemente vaga por el salón
molestando a sus compañeros, quitándoles sus trabajos y agrediéndolos
verbalmente, entonces el procedimiento de moldeamiento conductual debe
iniciar con una conducta incompatible con el vagar por el salón, debido a la

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utilidad que tendría para el individuo y para los otros estudiantes. Además, si se
desarrolla la conducta de sentarse en su lugar, es probable que sea notorio y
reforzado por el personal con el que el alumno interactúa. En este caso el
moldeamiento conductual debe reforzar diferencialmente periodos cada vez
mayores de permanecer en su lugar.

También es importante definir con precisión la conducta final. Por ejemplo, un


analista conductual quiere moldear la conducta “sentarse adecuadamente” de
un individuo con retraso severo. El analista debe definir la conducta de
sentarse como el estar en la parte superior de la silla, de frente al salón con los
glúteos sobre el asiento y la espalda contra el respaldo durante 15 minutos en
una actividad durante la mañana. Con esta definición el analista puede
determinar cuando la conducta se logre. También puede determinar que es lo
que no constituye a la conducta, una discriminación importante para conocer si
el moldeamiento conductual se esta conduciendo eficientemente. En nuestro
ejemplo el analista conductual sería capaz de identificar situaciones en las que
el sujeto no se está sentando correctamente (por ejemplo, si el estudiante
tienen la mitad del cuerpo fuera del asiento, o si está en el asiento pero
volteado a la parte posterior del salón).

Decisión sobre el Criterio de Éxito

Inmediatamente después de que la conducta final es identificada, se debe


especificar el criterio de éxito. En otras palabras el practicante debe decidir que
tan certera, rápida, intensa, durable o generalizable debe ser la conducta antes
de que se considere aprendida. Existen diversas mediciones que pueden
aplicarse para establecer un criterio de éxito. Algunas de las más comunes
incluyen: tasa, frecuencia, porcentaje, magnitud y duración. Dependiendo de la
conducta final, cualquiera de los anteriores puede utilizarse para evaluar el
progreso. Pueden determinarse las normas para el éxito al medir la conducta
en un grupo similar o revisando normas establecidas en la literatura.

En el ejemplo anterior, el criterio para el éxito puede ser que el estudiante se


siente apropiadamente en su lugar el 90% del tiempo durante la actividad de la
mañana por 5 días consecutivos. En este ejemplo se especifican dos criterios:
el primero es el porcentaje de tiempo de presentación de la conducta aceptable
por sesión (90%), el segundo es el número de días en que se tiene que
alcanzar el criterio para determinar que la conducta se estableció
correctamente, (5 días consecutivos). Foxx (1982) resumió la situación
adecuadamente: “Se deben especificar niveles claros de terminación para el
éxito de cada paso o nivel. También se debe especificar un nivel aceptable de
ejecución de la conducta meta de tal manera que se pueda identificar cuando
se ha completado el proceso de moldeamiento de la conducta”.

Conduciendo el análisis de la clase de respuesta

El propósito de conducir un análisis de la clase de respuesta es identificar las


unidades de conducta discretas, o pasos dentro de la secuencia. Cuando se
conocen los componentes de la conducta, los practicantes pueden planear,
para cada topografía de la conducta, las necesidades a ser aprendidas.

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Se puede efectuar un análisis de los componentes relevantes de la conducta a
través o dentro de la clase de respuesta de diferentes maneras. Primero, el
practicante puede consultar expertos en la materia para determinar sus puntos
de vista sobre la secuencia apropiada para una conducta determinada (Van
Houten, 1979; Snell, 1983). Maestros que han enseñado multiplicaciones de
tres dígitos por varios años pueden estar en condiciones de establecer las
series de prerrequisitos conductuales que se necesitan para desarrollar la
actividad. Segundo, se pueden usar datos normativos para proveer un
estimado de los pasos relacionados. Tercero, se pueden utilizar video-
cassettes para analizar los componentes conductuales. Finalmente, los
practicantes pueden ejecutar las conductas ellos mismos, identificando los
componentes conforme los realizan.
La última decisión con relación a los pasos que se realizar y el orden, el tiempo
en el que se debe de entregar el reforzador en cada paso, y el criterio para
saltarse o repetir pasos puede tomarse a juicio del practicante. El desempeño
del individuo debe indicar cuando el tamaño de un “paso” debe incrementarse,
mantenerse o decrementarse.

Identificando la Primer Conducta a Reforzar

Se sugieren dos criterios para identificar la conducta inicial a ser reforzada.


Primero, la conducta ya debe ocurrir en algún nivel mínimo; y segundo, la
conducta debe ser una parte de la clase de respuesta meta. El primer criterio
reduce la necesidad del practicante de esperar la ocurrencia de la conducta
inicial. Como se mencionó anteriormente, el esperar que una conducta se emita
puede ser terapéuticamente contraproducente y es innecesario. El segundo
criterio proporciona la oportunidad de que el practicante refuerce un
componente de la conducta que ya existe y que tiene una dimensión común
con la conducta final. Por ejemplo, si la conducta final es el discurso, como en
el caso de Andrew, el movimiento de los labios puede ser una buena opción.

Eliminando Estímulos Extraños o que Interfieren

El practicante debe eliminar otras fuentes de distracción durante la sesión de


moldeamiento conductual. Por ejemplo, si el padre esta interesado en la
conducta de su hija de vestirse en la mañana y decide iniciar el procedimiento
de moldeamiento conductual, en un cuarto, al momento en que inician las
caricaturas en televisión, es poco probable que el programa de moldeamiento
conductual sea exitoso. Las caricaturas competirán por la atención de la niña.
Será más eficiente para el padre elegir un lugar y momento donde las fuentes
de distracción puedan reducirse o eliminarse.

Procedimiento en Niveles Graduales

No se debe hacer tan evidente el hecho de que el progreso es por niveles


graduales. El practicante debe anticipar cambios en el porcentaje de progreso y
debe prepararse para ir paso en paso según lo indique la conducta del
individuo. Cada nueva ocurrencia de aproximación sucesiva a la conducta final
necesita ser reconocida y reforzada. De no ser así, el procedimiento del
moldeamiento conductual será azaroso y requerirá de mayor tiempo. Además,

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la emisión y reforzamiento de la conducta en un paso determinado no significa
que la siguiente conducta en la secuencia será producida inmediatamente. La
figura 14.4 muestra los resultados de un estudio realizado por Horner (1971),
que ilustra que la terminación exitosa de los ensayos en un nivel del criterio no
significa que se tendrá éxito al inicio del siguiente paso en la secuencia. Los
datos de este programa de seis-pasos para enseñarle a un niño con espina
bífida a caminar con el apoyo de una barra paralela muestran que el número
de ensayos exitosos decremento después de que se alcanzó el criterio en el
paso previo. Es decir, después de completar exitosamente los ensayos en el
paso 0, el niño experimentó un decremento en el número de ensayos exitosos
en el paso 1. A excepción del paso 3 y del reestablecimiento del paso 5
después de la extinción, todas las sesiones iniciales muestran un decremento
en el desempeño (Horner, 1971).

El practicante también debe estar alerta de que muchos ensayos deben


realizarse en un paso determinado antes de que el sujeto avance otro paso. La
figura 14.4 ilustra también este aspecto. Por otra parte, puede ocurrir que en
algunos casos solo se requiera de un ensayo. El practicante debe observar
cuidadosamente y estar preparado para reforzar varios ensayos en un
determinado paso, o moverse rápidamente hacia el objetivo final.

Limitando el Número de pasos en cada Nivel

Así como es importante proceder gradualmente paso a paso, es igualmente


importante no impedir el progreso al realizar muchos ensayos en cada paso. La
conducta puede establecerse muy firmemente y la extinción de ese paso debe
completarse antes de que se continúe el progreso (Fester & Culbertson, 1982).
Conforme se entrega más reforzamiento en un paso determinado, la conducta
se vuelve más resistente a la extinción. En general, si el individuo tiene un
progreso continuo, el reforzamiento se entregará apropiadamente. Si se
llegaran a cometer muchos errores, lo que pudiera estar ocurriendo es que el

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procedimiento del moldeamiento conductual se este llevando a acabo muy
rápido. Finalmente, si el desempeño de un individuo pareciera establecerse a
un nivel determinado sería probable que lo que estuviera ocurriendo es que se
este yendo muy lento. Algunas veces las tres condiciones aparecen antes de
completar el procedimiento de moldeamiento conductual. Foxx (1982) sugiere,
“si se refuerza un nivel del desarrollo (aproximación) mucho tiempo, esa
conducta será establecida tan fuertemente que será muy difícil motivar al
estudiante a moverse al siguiente nivel de desempeño. Por otra parte, la nueva
conducta del estudiante se extinguirá si avanzas muy rápido ante su progreso,
ya que no tendrá tiempo suficiente para asociar la nueva conducta con el
reforzamiento”.

Continuar el Reforzamiento cuando se logra la Conducta Final

Cuando se presenta y se refuerza la conducta final, es necesario continuar con


el reforzamiento. De otra manera la nueva conducta se perdería y el
desempeño regresaría a un nivel inferior. El reforzamiento debe continuar hasta
que el criterio para el logro se presente y se establezca un periodo de
mantenimiento.

Enlazar la Conducta a otras Conductas

Si es posible, la conducta moldeada debe ser aquella que se pueda enlazar


con otras conductas. Por ejemplo, después de completar un programa de 15-
pasos para enseñar a andar en triciclo, el maestro o el padre deben enlazar
esta conducta con otras actividades recreativas o sociales (por ejemplo, hablar
con otros niños mientras anda en el triciclo).

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