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En este amplio artículo, analizamos de forma pormenorizada todas las articulaciones de la pierna.
Una guía completa para que tengas a mano.
Índice de Contenidos [mostrar]
En relación a los anteriores artículos sobre los huesos de la
pierna y los tipos de articulaciones, ahora se analizan
las articulaciones de la pierna (miembro inferior).
Conocer las articulaciones de la pierna es muy importante para
tener un contexto anatómico detallado del tren inferior.
Articulaciones de la pierna que vamos a
analizar
Las articulaciones de la pierna (miembro inferior) se encuentran en 3
niveles según su localización (1, 2):
• Proximal – Cadera.
• Intermedio – Rodilla.
• Distal – Tobillo-pie.
A continuación detallaremos de forma pormenorizada todas estas
articulaciones de la pierna.
Articulación de la cadera
La articulaciones de la pierna coxofemoral es la más proximal
de las articulaciones de la pierna (1,2, 3,4,5).
Es de tipo enartrosis (3) y es una articulaciones de la pierna
esferoide multiaxial (1, 2, 4) cuya función principal es la de
proporcionar estabilidad (1) y soportar peso (1, 4). Sin embargo, la
cadera puede realizar movimientos en todos los planos (3, 4):
• Flexión y extensión.
• Abducción y addución.
• Rotación interna y rotación externa.
• Circunducción.
Así, dadas sus principales funciones, es una de las articulaciones de
la pierna más estables (1, 2, 4) pero también una de las más móviles
del cuerpo humano (2).
Superficies articulares
Son la cabeza femoral (esférica) y la superficie semilunar del
acetábulo de concavidad inferior (1, 2, 4). Ambas superficies
articulares están cubiertas por cartílago hialino (a excepción de
la fosita de la cabeza del fémur) (2, 4).
En el limbo/borde acetabular se inserta el rodete acetabular se
inserta (1, 2, 5) que aumenta el área articular casi un 10% (2). Así,
dentro del acetábulo queda más de la mitad de la cabeza femoral (2,
4), lo que aporta gran parte de la estabilidad a la articulación de la
cadera (4).
El rodete acetabular y el ligamento transverso del acetábulo, que es
una continuación inferior del rodete acetabular (1, 4, 5), hacen del
acetábulo una cavidad completa (agujero) (2, 4, 5).
La parte de la fosa del acetábulo que no es ocupada por el ligamento
de la cabeza del fémur es rellenada por una “almohadilla” de grasa
(2, 5) de forma que toda superficie ósea dentro de esta
articulaciones de la pierna está cubierta por tejido blando.
Elementos de unión
Los elementos de unión de la articulación de la cadera son
la cápsula articular, los ligamentos de la membrana fibrosa,
el ligamento de la cabeza del fémur (1, 2, 4) y los tendones del
recto femoral e inserción del psoas-iliaco (1).
Cápsula articular
Resistente (2), ceñida por el medio (1) y formada por la membrana
sinovial interna y la membrana fibrosa externa.
Membrana Sinovial:
Recubre la cara profunda de la capsula (1, 2, 4). Tiene un pliegue que
cubre el ligamento de la cabeza del fémur y su arteria (1, 4). Se
inserta en el borde de la superficie articular del fémur, envuelve el
cuello femoral y se repliega hacia proximal para insertarse en la
superficie articular del acetábulo (4).
Membrana sinovial de la articulación de la cadera. Imagen obtenida
de Drake et al (2005) (4).
Membrana fibrosa:
Es la capa externa de la cápsula articular, fuerte, robusta (4) y laxa
(2).
Se origina alrededor de la cavidad acetabular (incluido el ligamento
transverso) (2, 4), en parte del borde del agujero obturador (4, 5),
sigue un trayecto helicoidal (2), insertarse a lo largo de la línea
intertrocantérea de la parte anterior del cuello femoral, (2, 4, 5).
Membrana fibrosa de
la articulación de la cadera. Imagen obtenida y editada de Drake et al
(2005) (4).
Ligamentos
Dentro de las articulaciones de la pierna, en la de la cadera
encontramos 3 ligamentos que refuerzan la cápsula articular y un
ligamento profundo que une la cabeza femoral con el acetábulo
coxal (1, 2, 3, 4, 5).
Ligamentos de la cápsula articular:
Son 3 y se forman a partir de las partes gruesas de la membrana
fibrosa (2), se originan en el coxal y dirigen en espiral hasta el fémur
(2, 4, 5), reforzando la cápsula articular y proporcionando estabilidad
a la articulación de la cadera (4)
Dada su orientación en espiral, se tensan en la extensión de cadera,
comprimiendo la cápsula articular (1, 2, 4).
Esto hace que se refuerce la estabilidad de la articulación de la
cadera (2, 4) y que se requiera de menor gasto energético para
mantener la bipedestación (4), pero reduce el rango de extensión a
10-20º desde la vertical (2).
Los 3 ligamentos se originan alrededor del acetábulo (1, 2, 4, 5), cada
uno en uno de los huesos embrionarios del coxal (1, 2, 4):
• Ligamento Iliofemoral:
Se ubica a nivel antero-superior (2, 4, 5), se origina en la espina ilíaca
antero-inferior y en el borde acetabular y se inserta a lo largo de la
línea intertrocantérea (2, 4). Tiene forma de “Y” invertida (2, 4, 5)
debido a que las fibras de los extremos de su inserción son más
gruesas que las centrales (4). En bipedestación, impide que la cadera
llegue a la hiperextensión (2).
• Ligamento Pubofemoral:
Se ubica a nivel antero-inferior (2, 4, 5), se origina en la cresta
obturatriz del pubis (2, 5) y en la eminencia iliopúbica (4, 5) y
distalmente se une a la membrana fibrosa de la cápsula articular y a
la parte interna del ligamento iliofemoral (2, 4). Se tensa en la
extensión y abducción de la cadera, evitado la hiperabducción (2).
• Ligamento Isquiofemoral:
Se ubica a nivel posterior, se origina en el borde acetabular del
isquion (2, 4, 5) y en la tuberosidad isquiática (4, 5) y se dirige en
espiral para insertarse en el cuello femoral (2, 5). Es el más débil de
los 3 (2).
Ligamentos de la articulación de la cadera. Imagen obtenida y
editada de Drake et al (2005) (4).
Ligamento de la cabeza del fémur:
Se inserta en la fosita de la cabeza del fémur y en la fosa del
acetábulo (4), en el ligamento transverso del acetábulo y en los
bordes de la escotadura acetabular (2, 3, 4, 5). Este ligamento
contiene una ramificación del a arteria obturatriz para irrigar la
cabeza femoral (2, 4).
Ligamento de la cabeza del fémur. Imagen obtenida y editada de
Drake et al (2005) (4).
Rodilla
De las articulaciones de la pierna, la rodilla es el primer complejo
articular (de proximal a distal) (1, 2, 3, 4, 5) formado por 2
articulaciones (1, 4, 5):
• Articulaciones de la pierna femororrotuliana (o femoropatelar),
en la que intervienen el fémur y la rótula.
• Articulaciones de la pierna femorotibial (o tibiofemoral), en la
que intervienen los cóndilos femorales medial y lateral y
sus homónimos tibiales.
Por otro lado, puede considerarse que existen independientemente
una articulación femorotibial interna y otra externa, lo que daría un
complejo de 4 articulaciones (2). En conjunto, la rodilla es la
articulaciones de la pierna sinovial más grande y más superficial del
cuerpo (2, 4).
La articulaciones de la pierna femorotibial soporta el peso, y la
articulación femoropatelar sirve de polea para el tendón del
cuádriceps protegiéndolo del desgaste (4)
De las articulaciones de la pierna la femorotibial es una articulación
no congruente (1, 2) lo que la hace débil a nivel mecánico (2), por lo
que requiere un gran refuerzo por parte de los ligamentos, la
musculatura y los tendones (1, 2), siendo la musculatura el factor
más importante para su estabilidad (2).
Superficies articulares
Todas las articulaciones de la pierna, la rodilla están recubiertas por
cartílago hialino, dentro de la misma cavidad articular y de la misma
cápsula articular (2, 3, 4). Son las siguientes:
Fémur:
Son 3 superficies articulares, 1 para la rótula y 2 para la tibia (1, 2, 3,
4, 5).
• Superficie rotuliana / tróclea / gínglimo (1, 4, 5) En este caso,
tróclea/gínglimo hace referencia a la superficie femoral que se
articula con la rótula (6). Tiene forma de “V” invertida, y es el punto
de unión de los cóndilos femorales (4, 5).
• Cóndilos femorales (uno medial/interno y otro lateral/externo).
La superficie que se articula con los cóndilos tibiales en la extensión
es más plana que la que se articula en el resto del rango de flexo-
extensión (3, 4), de forma que la posición de mayor estabilidad para
la rodilla es la de extensión completa (2).
Rótula o patela:
2 caras articulares de la superficie posterior, una medial/interna y
otra lateral/externa (1, 4, 5).
Tibia:
2 cóndilos tibiales uno medial/interno y otro lateral/externo. Son
cóncavos y en ellos se insertan los 2 meniscos (1, 2, 3, 4, 5).
Meniscos:
Son 2 meniscos, uno medial/interno y otro lateral/externo, uno a
cada lado de la región intercondílea (1, 2, 3, 4, 5) y unidos entre sí,
por sus bordes anteriores gracias al ligamento transverso de la
rodilla (2, 3, 4, 5).
Ligamentos cruzados
(recuadros rojos) cruzados en los planos sagital y frontal. Imagen
obtenida y editada de Drake et al (2005) (4).
Así, dada su disposición, ambos ligamentos se enroscan entre sí en
la rotación interna, y se desenroscan en la rotación externa (2), por
lo que limitan la rotación interna (1, 2) (a unos 10º) mientras que la
rotación externa alcanza casi los 60º (si la rodilla está cerca de los
90º de flexión), siendo el encargado de limitarla el ligamento
colateral tibial (2).
Ligamentos extra-capsulares
La cápsula articular está reforzada por su cara externa por una serie
de ligamentos intrínsecos:
Ligamento rotuliano:
También se denomina tendón rotuliano, es la continuación inferior
del tendón del cuádriceps y va desde el borde inferior de la rótula
hasta la tuberosidad tibial (2, 3, 5, 7).
Ligamento rotuliano.
Imagen obtenida y editada de Drake et al (2005) (4).
Es un ligamento fuerte (2), que refuerza la cápsula articular a nivel
anterior. A los lados están los retináculos de la rótula (medial y
lateral) (2, 3, 5), que mantienen alineada la rótula en la tróclea
femoral y sostienen la cápsula a los lados de la rótula (2).
Retináculo medial y
retináculo lateral de la rodilla izquierda. Imagen obtenida de Atlas de
Anatomía 2019: Cuerpo completo en 3D. VisibleBody®.
Ligamentos colaterales de la rodilla:
Estos ligamentos se ubican uno a cada lado de la rodilla (medial y
lateral) (3, 4, 5). Se tensan en la extensión y se destensan según se
flexiona la rodilla (1, 2), lo que permite y evita la rotación según el
grado de flexión (2). Son 2:
• Ligamento Colateral Medial Superficial:
Se origina en la parte proximal y posterior del epicóndilo femoral
medial y se inserta en el borde postero-medial de la tibia (inserción
proximal) y en la superficie medial tibial (inserción distal) (4, 8, 9), a
través de tejidos blandos (tendón del semimembranoso-proximal;
bursa pes anserina-distal) (8, 9). Según la posición de la rodilla, sus
inserciones tibiales tienen más o menos protagonismo (8, 10):
• Proximal: principal estabilizador pasivo de la rodilla en valgo.
• Distal: principal estabilizador pasivo de la rodilla en rotación externa
y flexión de 30º y principal estabilizador pasivo (junto al ligamento
posterior oblicuo) en rotación interna.
Ligamento colateral medial superficial (izquierda) y sus inserciones
(derecha). Imagen obtenida y editada de LaPrade et al (2007) (9).
• El ligamento colateral medial profundo
Inferior al ligamento colateral medial superficial tiene relación con la
capsula articular (4, 8) y se une al menisco interno (1, 2, 8, 9)
mediante sus fascículos femoromeniscal y tibiomeniscal (1, 8, 9).
• El fascículo femoromeniscal se origina inferior al ligamento colateral
medial superficial en el fémur (8).
• El fascículo tibiomeniscal se inserta inferior a la meseta tibial medial
(8).