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ANATOMIA DE LA RODILLA

ARTICULACIÓN DE LA RODILLA

La articulación de la rodilla es una articulación sinovial que


conecta tres huesos; el fémur, la tibia y la patela. Es un gínglimo complejo compuesto por dos
articulaciones; la articulación tibiofemoral y la articulación patelofemoral. La articulación
tibiofemoral como su nombre lo indica es la unión entre la tibia y el fémur, mientras que la
articulación patelofemoral es la unión entre la patela y el fémur.

La articulación de la rodilla es la articulación más grande y probablemente la que es sometida


a mayor estrés en el cuerpo humano. La disposición de los huesos en esta articulación
proporciona un punto de apoyo que permite que las funciones de los músculos flexores y
extensores de la rodilla sean desarrolladas. La distribución de los ligamentos extracapsulares e
intracapsulares, así como las extensiones de músculos que cruzan la articulación, proporcionan
la estabilidad tan necesaria que contrarresta el considerable estrés biomecánico que se ejerce
sobre la articulación. Debido a que esta articulación es de tipo gínglimo, permite
principalmente movimientos a lo largo de un eje en términos de flexión y extensión en el plano
sagital. También, permite una leve rotación medial durante la flexión y la última etapa de la
extensión de la rodilla, así como una rotación lateral cuando “desbloquean” esta.

Tipo Articulación tibiofemoral: articulación sinovial de tipo gínglimo;


uniaxial
Articulación patelofemoral: articulación plana
Caras articulares Articulación tibiofemoral: cóndilos lateral y medial del fémur, carilla
articular superior de la tibia (meseta tibial)
Articulación patelofemoral: carilla patelar del fémur, cara posterior de
la patela

Ligamentos y meniscos Ligamentos extracapsulares: ligamento patelar, retináculos patelares


medial y lateral, ligamento colateral tibial (medial), ligamento
colateral fibular (lateral), ligamento poplíteo oblicuo, ligamento
poplíteo arcuato, ligamento anterolateral
Ligamentos intracapsulares: ligamento cruzado anterior (LCA),
ligamento cruzado posterior (LCP), menisco medial, menisco lateral

Inervación Nervio femoral (ramo para el músculo vasto medial, nervio safeno)
nervios tibial y fibular (peroneo) común, división posterior del nervio
obturador

Irrigación Ramas de la rodilla de la arteria circunfleja femoral lateral, de la


arteria femoral, de la arteria tibial posterior, de la arteria tibial
anterior y de la arteria poplítea

Movimientos Extensión, flexión, rotación medial, rotación lateral

CARAS ARTICULARES

Articulación tibiofemoral

La articulación tibiofemoral
es una articulación entre los
cóndilos lateral y medial del
extremo distal del fémur y la
carilla articular superior de la tibia, los cuales están cubiertos por una capa gruesa de  cartílago
hialino.

Los cóndilos lateral y medial son dos proyecciones óseas ubicadas en el extremo distal del


fémur, que tiene una superficie convexa lisa, y están separados posteriormente por un surco
profundo conocido como fosa intercondílea. El cóndilo medial es más grande, más estrecho y
proyectado más lejos que su contraparte lateral, lo que explica el ángulo entre el fémur y la
tibia. Las caras exteriores rugosas de los cóndilos medial y lateral son definidas como
epicóndilos medial y lateral, respectivamente. A lo largo del aspecto posterior del fémur distal,
existen elevaciones rugosas sobre los epicóndilos medial y lateral conocidas como líneas
supracondíleas medial y lateral.

La carilla articular superior de la tibia está compuesta por dos superficies superiores


ligeramente cóncavas de los cóndilos ubicados en el extremo proximal de la tibia, y están
separadas por una protuberancia ósea conocida como la eminencia intercondílea. La carilla
articular medial de la tibia tiene una forma algo ovalada a lo largo de su eje anteroposterior,
mientras que la lateral es de forma más circular.

Las caras articulares de la articulación tibiofemoral son generalmente incongruentes, es por


esto que la compatibilidad es proporcionada por los meniscos medial y lateral. Estas son
estructuras fibrocartilaginosas en forma de media luna que permiten una presión más
uniforme del fémur sobre la tibia.

ARTICULACIÓN PATELOFEMORAL

Articulación patelofemoral Patela

La articulación patelofemoral es una articulación en silla de montar formada por la unión de


la carilla patelar del fémur (también conocido como la tróclea femoral) y la cara posterior de la
patela. La carilla patelar del fémur es un surco en el lado anterior del fémur distal, que se
extiende posteriormente hacia la fosa intercondílea.
La patela es un hueso de forma triangular, con una base proximal curva y un vértice distal
puntiagudo. Su carilla articular es definida por las superficies articulares cóncavas medial y
lateral cubiertas con una capa gruesa de cartílago hialino y separadas por una cresta vertical.
Medial a la superficie medial se encuentra una tercera superficie pequeña, que carece de
cartílago hialino.

Por ser un hueso sesamoideo, la patela está firmemente incrustada y mantenida en su lugar
por el tendón del músculo cuádriceps femoral. En la porción distal de la patela, una extensión
del tendón del cuádriceps femoral forma una banda central denominada ligamento patelar. El
cual es un ligamento resistente y grueso que se extiende desde el vértice de la patela hasta el
área superior de la tuberosidad tibial.

Cápsula articular

La cápsula articular de la articulación de la rodilla es de naturaleza compuesta, formada


principalmente por tendones y sus expansiones, creando así una vaina ligamentosa gruesa
alrededor de la articulación. La cápsula es relativamente débil y se inserta a los márgenes de
las carillas articulares femoral y tibial. La porción anterior de la cápsula presenta una abertura,
cuyos márgenes se unen a los bordes de la patela. Una segunda brecha está presente también
en la porción posterolateral de la cápsula para dar paso al tendón del músculo poplíteo.

La cápsula está formada por un capa fibrosa externa (la cual es contínua con los tendones
adyacentes) y una membrana sinovial interna que lubrica las carillas articulares, reduciendo la
fricción y proporcionando un aporte nutricional al cartílago. La cápsula articular forma varias
bolsas llenas de líquido denominadas bursas, que disminuyen la fricción dentro de la
articulación de la rodilla. Las bursas más importantes de la articulación incluyen:

 Bursa suprapatelar: ubicada superior a la patela, entre el fémur y el tendón


del músculo cuádriceps.
 Bursa subcutánea prepatelar: se ubica anterior a la patela, entre la patela y la piel.
 Bursa infrapatelar: ubicada debajo de la patela entre el ligamento patelar y la tibia.
LIGAMENTOS Y MENISCOS

Los ligamentos de la articulación de la rodilla pueden ser divididos en dos grupos:


los ligamentos extracapsulares y los ligamentos intracapsulares. Estos ligamentos conectan el
fémur y la tibia, manteniéndolos en su lugar, proporcionando estabilidad y previniendo
luxaciones.

Los ligamentos extracapsulares se encuentran fuera de la cápsula articular e incluyen al


ligamento patelar, los ligamentos colaterales fibular (lateral) y tibial (medial), y los ligamentos
poplíteo oblicuo y poplíteo arcuato. Los ligamentos intracapsulares se encuentran dentro de la
cápsula articular, siendo los ligamentos cruzados los más conocidos de este subgrupo.
Ligamento patelar

Ligamento patela retináculo patelar medial


Retináculo patelar lateral

El ligamento patelar es una banda fibrosa resistente y gruesa que corresponde a la


continuación distal del tendón del cuádriceps femoral. Se encuentra superficial/anterior a la
bursa infrapatelar y se extiende desde el vértice de la patela hasta la tuberosidad tibial.

A lo largo de sus márgenes externos, el ligamento patelar se une a los retináculos patelares
medial y lateral, que son extensiones de los músculos vasto medial y lateral, respectivamente,
así como la fascia sobrepuesta. El ligamento patelar juega un papel primordial en la  estabilidad
de la patela y evita su desplazamiento.

Ligamento colateral fibular (lateral)

Ligamento colateral fibular de la articulación de la rodilla

El ligamento colateral fibular es un


ligamento resistente que se origina en el
epicóndilo lateral del fémur,
inmediatamente posterior a la inserción proximal del músculo poplíteo, y se extiende
distalmente para unirse a la cara lateral de la cabeza de la fíbula.

A medida de que se une a la cabeza de la fíbula, el ligamento divide en dos al tendón


del músculo bíceps femoral. El ligamento colateral fibular se encuentra debajo del retináculo
patelar lateral y superficial al tendón del músculo poplíteo, que lo separa del menisco lateral.

Ligamento colateral tibial (medial)

El ligamento colateral tibial es resistente y plano, ubicándose en el aspecto medial de la


articulación de la rodilla. Este, en conjunto con su contraparte fibular, actúan para asegurar la
articulación de la rodilla y prevenir el movimiento lateral excesivo al restringir la rotación
externa e interna de la rodilla extendida. El ligamento colateral tibial en los libros de texto se
divide en porciones superficial y profunda:

 La porción superficial: se origina inmediatamente proximal al epicóndilo medial del


fémur. Este ligamento tiene dos puntos de inserción; una inserción proximal en el
cóndilo medial de la tibia y una inserción distal en la porción medial del cuerpo de la
tibia. Anteriormente, la porción superficial se une con el retináculo patelar medial y el
ligamento patelofemoral medial, que recorre desde el cóndilo femoral medial para
unirse al borde medial de la patela.
 La porción profunda: es un engrosamiento vertical de la cápsula articular de la rodilla
que se encuentra debajo de la porción superficial del ligamento colateral tibial. Este se
origina del área distal del fémur, luego se inserta en el menisco medial, y termina en la
porción proximal de la tibia. Estas dos porciones del ligamento se definen como
ligamentos meniscofemoral y meniscotibial (ve a continuación).

Ligamento poplíteo oblicuo

Ligamento poplíteo oblicuo Ligamento poplíteo arcuato

El ligamento poplíteo oblicuo


(ligamento de Bourgery) es una expansión del tendón del músculo
semimembranoso que se origina posterior al cóndilo medial de la tibia y se refleja superior y
lateralmente para unirse al cóndilo lateral del fémur.

A medida que se extiende por la fosa intercondílea, el ligamento poplíteo oblicuo  refuerza la
porción posterior de la cápsula articular y se une a su porción central.

Ligamento poplíteo arcuato

El ligamento poplíteo arcuato (o ligamento poplíteo arqueado) es una banda fibrosa resistente
que emerge del aspecto posterior de la cabeza de la fíbula y se curva superior y medialmente
para unirse al lado posterior de la cápsula articular de la rodilla. Este ligamento refuerza la
porción posterolateral de la cápsula articular, y en conjunto al ligamento poplíteo
oblicuo, evita la hiperextensión de la articulación de la rodilla.

Ligamentos cruzados

Ligamento cruzado anterior Ligamento cruzado posterior

Los ligamentos cruzados son estructuras pareadas las cuales obtienen su nombre debido a que
se cruzan entre sí de forma oblicua dentro de la articulación, creando una aparente forma de
cruz (latin = crux), o la letra X. Estos se cruzan dentro de la cápsula articular, sin embargo
permanecen por fuera de la cavidad sinovial. Los ligamentos cruzados se dividen en:

 El ligamento cruzado anterior: emerge del área intercondílea anterior de la tibia


inmediatamente por detrás de la inserción del menisco medial, extendiéndose
posterolateral y proximalmente para unirse a la porción posterior de la cara medial del
cóndilo lateral del fémur. Mientras cruza al otro lado de la articulación de la rodilla, el
ligamento pasa debajo del ligamento transverso (observalo en la galería de imágenes)
y se une con el asta anterior del menisco lateral. El ligamento cruzado anterior es
importante para evitar la rotación posterior y el desplazamiento del cóndilo femoral
durante la flexión, así como para prevenir la hiperextensión de la articulación de la
rodilla.

Su principal función es para estabilizar la rodilla y evitar que la tibia llegue a


descolocarse del fémur.
Su longitud es de 22 a 41 mm y su anchura de entre 7 y 12 mm.

Que función tiene el ligamento cruzado anterior

 Su papel fundamental es dar estabilidad a la rodilla, evitando el movimiento excesivo


de la tibia hacia delante.
 Es un limitador de la hiperextensión de rodilla.
 Limita la rotación interna de la rodilla, particularmente cuando ésta está en extensión.
 Limita, mínimamente, la rotación externa  de la rodilla y el varo-valgo, particularmente
cuando la rodilla soporta carga.
 Tiene una importante función propioceptiva que se la debemos a la presencia de tres
de los receptores nombrados en el apartado anterior (Ruffini, Vater-Pacini y Golgi).

 El ligamento cruzado posterior: emerge del área intercondílea posterior de la tibia y se


extiende anteromedial y proximalmente para unirse con la porción anterior de la cara
lateral del cóndilo medial del fémur. Este ligamento es casi dos veces más fuerte y
tiene mejor irrigación que el ligamento cruzado anterior. El ligamento cruzado
posterior tiene una función opuesta a la del anterior, ya que sirve para evitar la
rotación anterior y el desplazamiento del cóndilo del fémur durante la extensión, así
como prevenir la hiperflexión de la articulación de la rodilla.

MENISCOS

Ligamento transverso de la rodilla Menisco medial


Los meniscos son placas fibrocartilaginosas en forma de media luna o de ‘C’ que se encuentran
entre las carillas articulares del fémur y la tibia, los cuales proporcionan la congruencia y la
absorción de impactos (función amortiguadora). Los meniscos son gruesos y vascularizados, en
su tercio externo, mientras que sus dos tercios internos son finos y avasculares. Además, los
dos tercios internos contienen haces de colágeno organizados radialmente, mientras que el
tercio externo contiene haces dispuestos circunferencialmente. Por tanto, se cree que la
porción interna está más adaptada para soporte de peso y resistencia de fuerzas compresivas,
mientras que las porciones externas son adecuadas para resistir fuerzas tensionales. Los
meniscos se dividen en:

 Menisco interno o medial: es una placa fibrocartilaginosa casi semicircular en forma


de C, que recubre la superficie de la carilla articular superior de la tibia. Su asta
anterior se une al área intercondílea anterior de la tibia y se fusiona con el ligamento
cruzado anterior. Su asta posterior se une al área intercondílea posterior de la tibia,
entre las inserciones del menisco lateral y el ligamento cruzado posterior.
 Menisco externo o lateral: es una placa fibrocartilaginosa circular que recubre la
superficie lateral de la carilla articular superior de la tibia. Su asta anterior también se
une al área intercondílea anterior de la tibia y se fusiona parcialmente con el
ligamento cruzado anterior. Del mismo modo, su asta posterior se une a las áreas
intercondíleas posteriores por delante del asta posterior del menisco medial.

QUE FUNCION TIENEN LOS MENISCOS

 Transmisión de las cargas.


 Absorción de las ondas de choque.
 Intervienen en la estabilidad articular.
 Contribuyen al deslizamiento articular.
 Participan en la percepción de la sensibilidad propioceptiva
 Forman una especie de almohadilla elástica debajo de los cóndilos capaz de adaptarse
a su forma y transmitir a la tibia, de manera uniforme, las presiones que recibe, sobre
todo en la posición de hiperextensión y apoyo de la rodilla, por lo que ofrecen también
amortiguamiento.
 Estabilizan los movimientos articulares mediante el relleno del espacio muerto que
existe entre los cóndilos y los platillos tibiales, adaptándose a la forma de este espacio
que varía según las posiciones de la rodilla.
 Favorecen mecánicamente la lubricación intraarticular al permitir con sus
desplazamientos una distribución eficaz del líquido sinovial.
 Por último, pero sumamente importante: protegen e interactúan con el cartílago
articular ubicado por arriba y debajo de ellos, al reducir la fricción provocada por las
solicitaciones propias de la rodilla.

Los meniscos se mantienen en su lugar gracias a varios ligamentos, incluyendo el ligamento


transverso, los ligamentos meniscofemorales y meniscotibiales (coronarios) . Al estabilizar los
meniscos, estos ligamentos están involucrados indirectamente en evitar el desplazamiento de
la articulación de la rodilla.

 El ligamento transverso: conecta los meniscos anteriormente extendiéndose desde el


margen anterior del menisco lateral hasta el asta anterior del menisco medial. Su
función exacta es incierta pero se cree que sus ligamentos estabilizan a los meniscos
durante los movimientos de la rodilla y disminuyen la tensión generada en las fibras
circunferenciales longitudinales.
 Los ligamentos meniscofemorales: son las porciones superiores del ligamento
colateral tibial que se extienden desde el asta posterior del menisco lateral hasta el
aspecto lateral del cóndilo medial del fémur. Estos se dividen en dos ligamentos; un
ligamento meniscofemoral anterior (de Humphry o LMFa) que recorre anterior al
ligamento cruzado posterior y un ligamento meniscofemoral posterior (de Wrisberg o
LMFp), que recorre posterior al ligamento cruzado posterior.
 Los ligamentos meniscotibiales (coronarios): son las porciones inferiores del
ligamento colateral tibial, que se extienden entre el margen del menisco lateral y el
área periférica de los cóndilos de la tibia. Están conformados por un ligamento
meniscotibial medial y lateral (coronario).
 El ligamento patelomeniscal: formado por un ligamento patelomeniscal medial y otro
lateral, los cuales a menudo son descritos simplemente como ligamentos medial y
lateral. Estos ligamentos recorren desde el tercio inferior de la patela para insertarse
en la porción anterior de los meniscos medial y lateral, respectivamente.

Otros ligamentos

Otros ligamentos importantes de la articulación de la rodilla incluyen al ligamento mucoso o la


plica sinovial infrapatelar, los ligamentos popliteofibular y fabelofibular o fabeloperoneo.

 El ligamento mucoso (o la plica infrapatelar): consta de dos plicas alares que se


insertan en el cuerpo adiposo, manteniéndolo en posición. Esta estructura es un
remanente embrionario que separa los compartimentos medial y lateral de la rodilla.
 El ligamento popliteofibular: ubicado en el aspecto posterolateral de la articulación de
la rodilla, se extiende desde el músculo poplíteo hasta el aspecto medial de la fíbula.
 El ligamento fabelofibular: emerge de un pequeño hueso sesamoideo en el aspecto
posterior de la línea supracondílea lateral del fémur y se inserta distalmente en el
borde posterolateral del proceso estiloides de la fíbula.

IRRIGACIÓN

La articulación de la rodilla tiene una rica vascularización derivada de la red articular de la


rodilla, formada por varias arterias. Estas son aproximadamente diez arterias involucradas en
la formación de dicha red:
Nervio femoral Nervio tibial Nervio fibular común Rama descendente de la

circunfleja femoral lateral

Arteria descendente Arteria tibial posterior Arteria tibial anterior arteria poplítea

De la rodilla
 Ramas descendentes: rama descendente de la arteria circunfleja femoral, arteria
descendente de la rodilla (rama de la arteria femoral).
 Ramas ascendentes: rama circunfleja fibular de la arteria tibial posterior, arterias
recurrentes tibiales anterior y posterior (ramas de la arteria tibial anterior).
 Ramas de la arteria poplítea: arterias superior lateral e inferior de la rodilla, las
arterias superiores medial e inferior de la rodilla y las arterias medias de la rodilla.

Sin embargo, en los últimos años, un estudio realizado por Sabalbal et al. rechazó la
representación tradicional de libros de texto de la red articular de la rodilla descrita
anteriormente. Durante su estudio de diez extremidades inferiores de cadáveres, encontró
que "No existían comunicaciones directas sólidas entre las ramas de las arterias femoral y
poplítea", y que la vascularización de esta región estaba sujeta a una variación interindividual.

MOVIMIENTOS

Flexión de la rodilla Extensión de la rodilla

Por ser una articulación tipo gínglimo, los principales movimientos en la articulación de la
rodilla son la flexión y extensión de la misma en plano sagital. También permite la rotación
medial limitada en una posición flexionada (en la última etapa de la extensión), así como
una rotación lateral cuando se “desbloquea” y se flexiona la rodilla. A diferencia de la
articulación del codo, la articulación de la rodilla no es un gínglimo verdadero ya que tiene un
componente rotacional, un movimiento accesorio que acompaña la flexión y extensión, por lo
tanto se denomina como un gínglimo modificado.

El grado de una posible flexión de la rodilla depende de la posición de la articulación


coxofemoral (o la articulación de la cadera) y si el movimiento es activo o pasivo. Cuando la
cadera está flexionada, se puede alcanzar un grado máximo de flexión de 140 ° en la
articulación de la rodilla, mientras que una cadera extendida permite solo 120 °. Esto se debe a
que los músculos isquiotibiales son tanto extensores de la cadera como flexores de la rodilla,
es por esto que pierden algo de su eficiencia para flexionar la rodilla si la cadera está
extendida, y viceversa. Además, se alcanza un amplio rango de movimiento en la articulación
de la rodilla con la flexión pasiva de la misma, aumentándo el grado máximo a 160°. El
contacto de la porción posterior de la pierna (pantorrilla) con el muslo es el mayor factor
limitante de la flexión de la rodilla. Asimismo, el patrón capsular de la articulación de la rodilla,
en términos de mayor restricción, es flexionar y extender a un menor grado.

Durante el movimiento de la rodilla, de flexión a extensión, los cóndilos del fémur ruedan y


se deslizan posteriormente sobre la carilla articular superior de la tibia debido a su mayor
superficie articular. El movimiento de deslizamiento posteriormente es importante porque sin
él, el fémur simplemente se resbalaría de la tibia sin que se realice la extensión completa.
Además, como la carilla articular del cóndilo lateral del fémur es más pequeña que su
contraparte medial, el deslizamiento posterior del cóndilo medial durante los últimos grados
de extensión resultan en rotación medial del fémur en la tibia.

Durante los últimos grados de extensión, el cóndilo femoral rota medialmente sobre la carilla


articular superior de la tibia, “bloqueando” la rodilla. Esto es denominado “mecanismo de
bloqueo”, el cual permite soportar peso de forma prolongada sin la ayuda de los músculos de
la rodilla. La extensión completa de la rodilla junto con la rotación medial del cóndilo femoral
ponen a la rodilla en la también llamada “posición cerrada”, donde no hay forma de realizar
movimientos adicionales. Para flexionar nuevamente la rodilla, esta debe ser “desbloqueada”
mediante la contracción del músculo poplíteo, que causa rotación lateral del fémur sobre la
tibia. La flexión de la rodilla lleva a la “posición abierta”, que es menos estable y más débil que
la “posición cerrada”.

A nivel de la articulación patelofemoral, el principal movimiento es el deslizamiento de la cara


posterior de la patela sobre la carilla patelar del fémur hasta la fosa intercondílea. La principal
función de la patela es proporcionar un brazo de palanca más grande para los músculos
cuádriceps femorales, que es la distancia entre el eje del músculo y el centro de la articulación.
Esto lo hace actuando como una polea para el cuádriceps femoral, aumentando su ventaja
mecánica y proporcionando mayor fuerza angular.

Algunos movimientos adicionales en la articulación de la rodilla son posibles, pero estos


dependen de la posición en la cual se encuentre esta. Por ejemplo: la aducción y la abducción
se impiden mediante el enclavamiento de los cóndilos femoral y tibial, así como los ligamentos
colaterales y cruzados cuando la rodilla está totalmente extendida. Sin embargo, cuando la
rodilla está ligeramente flexionada, la aducción y abducción limitadas son posibles. Los
movimientos en el eje longitudinal, en cuanto a la rotación medial y lateral, están afectados de
forma parecida dependiendo del grado de flexión articular. Dichos movimientos son posibles si
la articulación de la rodilla está ligeramente flexionada.

GONIOMERIA
MÚSCULOS QUE ACTÚAN SOBRE LA ARTICULACIÓN DE LA RODILLA

Flexión Músculos bíceps femoral, semitendinoso y


semimembranoso: el movimiento es iniciado por el
músculo poplíteo y asistido por los músculos grácil y
sartorio

Extensión Músculo cuádriceps femoral (compuesto por el


recto femoral, vasto lateral, vasto medial y vasto
intermedio) asistido por el músculo tensor de la
fascia lata

Rotación medial Músculos poplíteo, semimembranoso y


semitendinoso, asistido por el músculo sartorio y
grácil

Rotación lateral Músculo bíceps femoral

Los flexores principales de la articulación de la rodilla son los músculos bíceps femoral,
semitendinoso y semimembranoso, mientras que el músculo poplíteo inicia la flexión de la
“rodilla bloqueada”. Los músculos grácil y sartorio asisten como flexores débiles.

El extensor principal de la articulación de la rodilla es el músculo cuádriceps femoral, asistido


por el músculo tensor de la fascia lata. El cuádriceps femoral está constituido por cuatro
vientres femorales, los músculos: recto femoral, vasto lateral, vasto medial y vasto intermedio,
todos inervados por el nervio femoral.
La rotación medial, como fue discutido anteriormente, ocurre cuando la rodilla está en la
última etapa de la extensión, que también sucede cuando la rodilla está flexionada. Es
principalmente producido por las acciones de los músculos poplíteo, semimembranoso
y semitendinoso, que son asistidos por los músculos sartorio y grácil. La rotación lateral, por su
parte, es producida por el músculo bíceps femoral y también ocurre cuando la rodilla está
flexionada.

DEFINICION DE LAS LESIONES

MENISCOS

Las lesión de meniscos obedecen generalmente a un mecanismo rotacional de la rodilla


cuando la pierna en apoyo se encuentra en semiflexión, con peso al giramos la rodilla se puede
crear una presión altísima sobre los meniscos creando la lesión

En el movimiento normal de la rodilla, la flexión se acompaña de una ligera rotación interna de


la tibia sobre el fémur y, en la extensión, de una ligera rotación externa de la tibia sobre el
fémur.

Con la flexión máxima de rodilla, las porciones posteriores de los meniscos


quedan comprimidas. La rotación interna del fémur sobre la tibia, en esta posición, forzará al
segmento posterior del menisco interno hacia el centro, por lo que una extensión repentina de
la rodilla puede ocasionar que quede atrapado su cuerno posterior sufriendo una rotura
longitudinal.

La extensión de la rodilla en posición de rotación externa del fémur sobre la tibia, hala al
menisco externo desgarrándolo transversal u oblicuamente.

LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR

La lesión de ligamento cruzado anterior puede producirse por la rotura parcial o completa del
mismo y suele originarse por traumas relacionados con esta zona que se hayan presentado con
anterioridad. Ya que las personas que practicamos deporte con frecuencia estamos más
propensos a sufrir de este mal es importante conocer todo acerca de él con el fin de prevenirlo
o saber qué hacer en caso de que se presente.

ETIOLOGIAS

Etiología de ligamento cruzado anterior

La lesión del ligamento cruzado anterior generalmente ocurre durante deportes (como fútbol,
baloncesto, fútbol, tenis, gimnasia) que involucran movimientos repentinos o espasmódicos.
Los siguientes son algunos casos en los que puede ocurrir una lesión del LCA:

 Golpe fuerte o colisión en la rodilla, especialmente durante un partido de fútbol.


 Aterrizaje incorrecto durante un salto alto o largo
 Parada rápida junto a un violento cambio de dirección.
 Movimientos bruscos repentinos al caminar, correr o al cambiar de dirección
 Accidentes de carretera
 El varo: es una rotación de rodilla la cual consiste en el arqueamiento de las mismas
donde quedan desacomodadas de la línea media. Se presenta con mayor frecuencia en
futbolistas.
 El valgo: este es más común para aquellas personas que practican esquí. Es un trauma
que afecta sobre todo a la zona medial colateral pero que suele extenderse al
ligamento cruzado anterior.
 Sobre extensión repentina: esto le suele pasar también con mucha frecuencia a los
futbolistas y tan solo el ligamento cruzado anterior se ve afectado por un movimiento
del mismo.

Los factores de riesgo incluyen:

 Deportes de contacto: varias investigaciones apuntan a que más del 78% de las


lesiones del ligamento cruzado anterior se presentan en personas que practican fútbol,
baloncesto, esquí, béisbol y fútbol americano.
 Género: las atletas femeninas son más susceptibles a las lesiones del ligamento
cruzado anterior. Esta diferencia entre hombres y mujeres puede deberse a
discrepancias en el entrenamiento, a la alineación de las extremidades, laxitud de los
ligamentos, patrones de reclutamiento muscular y falta de similitud entre el peso y la
fuerza muscular.
 Calzado: los tacos de fútbol –como ejemplo– modulan la fijación del pie durante el
juego. Principalmente influye el número de bota, la longitud y el sistema de fijación
para cualquier tipo de calzado en cualquier tipo de deporte o actividad.
 Laxitud: la falta de tensión o distensión articular y ligamentosa generalizada tanto para
hombres como para mujeres.

Etiología de lesión de meniscos

Una lesión de menisco suele ocurrir durante actividades deportivas, como fútbol, rugby y
esquí.

 Una lesión de menisco se desarrolla cuando hay daño en el cartílago especial que
recubre la articulación de la rodilla.
Por lo general, ocurren cuando el pie está fijo (por ejemplo, con tacos en el suelo) y la
rodilla está ligeramente doblada y luego torcida por un giro repentino iniciado por
usted o por una fuerza en la parte exterior de la rodilla.

Un desgarro de menisco tiende a ocurrir repentinamente debido a una lesión específica o


gradualmente debido al desgaste:

Los desgarros de menisco pueden desarrollarse repentinamente debido a una lesión o


aparecer gradualmente con el tiempo debido al desgaste. El cartílago tiende a volverse
más frágil con la edad y el uso diario de la rodilla puede causar una lesión de
menisco. A menudo, esto afecta los bordes del menisco que se deshilachan y
desgarran.
Los factores de riesgo incluyen:

 Envejecimiento: los meniscos desgastados son más propensos a romperse.


 Lesión por deportes como fútbol, tenis y baloncesto.
 Obesidad y sobrepeso
 Enfermedades degenerativas como la osteoartritis.

CLASIFICACIONES DE LESIONES

Clasificación de lesión de ligamento cruzado anterior

 Esguince de grado 1: se trata de una lesión leve. En este caso, aunque el ligamento
esté afectado, podrá mantener su función de estabilización de la rodilla.
 Esguince de grado 2: en este caso, el ligamento se rompe parcialmente. Este tipo de
rotura es muy poco habitual.
 Esguince de grado 3: en este caso, el ligamento se rompe por completo, lo que causa
la desestabilización de la rodilla. Se trata de la rotura del ligamento más habitual.

Clasificación de lesión de meniscos

 degenerativas que suelen ser por la edad o microtraumatismos que suceden a lo largo


de los años (desgarros degenerativos), las lesiones 

 traumáticas que ocasionan desgarros o roturas meniscales, tras grandes torceduras


(desgarros circunferenciales y pedunculares; y roturas longitudinales y transversales);
y las lesiones 

 mecánicas que pueden ocurrir cuando el complejo articular de la rodilla presenta un


mal funcionamiento (como unos meniscos anormales, hiperextensión, ángulo Q
aumentado

Tipos de desgarros meniscales

 Desgarro horizontal: su típica apariencia es la de una línea horizontal con alta


intensidad de señal que contacta con la superficie meniscal o con el borde libre. Se le
ha relacionado con la formación de quistes parameniscales.
 Desgarro longitudinal: cuya apariencia es la de una línea de orientación vertical,
hiperintensa que contacta con una o dos de las superficies articulares. Tener en mente
que hay fuerte asociación entre los desgarros longitudinales periféricos y los del LCA.
 Desgarro radial: en contraste con los previos, éste disrumpe la resistencia tangencial
del menisco, resultando en una dramática pérdida de su función y una posible
extrusión. Varios signos se pueden valorar para mejorar su índice de detección.
 Desgarro complejo: incluye la combinación de los componentes ya referidos. El
menisco se aprecia fragmentado y con desgarros que se extienden en más de un
plano.
 Desgarro en asa de cubo: es un desgarro longitudinal con migración del fragmento
interno en forma de asa. Tiene al menos 5 signos que pueden ser hallados en la RM.
MECANISMO DE LESION

MECANISMO DEL DEPORTE

SINTOMATOLOGIA

Sintomatología de lesión de ligamento cruzado anterior

 Un sonido como de estallido en la rodilla


 Una sensación de estallido en la rodilla.
 Hinchazón y dolor a las pocas horas de la lesión.
 Hemartrosis: hemorragia en la articulación de la rodilla.
 Pérdida en el rango de movimiento.
 Dolor severo que dificulta la continuación de la actividad.
 Sensibilidad y malestar alrededor de la articulación al caminar.

Sintomatología de lesión de meniscos

Si te desgarraste el menisco, podrían pasar 24 horas o más hasta que aparezca el dolor y la
hinchazón, especialmente si el desgarro es pequeño. Es posible que manifiestes los siguientes
signos y síntomas en la rodilla:

 Una sensación de chasquido


 Hinchazón o rigidez
 Dolor, especialmente al torcer o girar la rodilla
 Dificultad para enderezar la rodilla completamente
 Sensación de que la rodilla está trabada al tratar de moverla
 Sensación de que la rodilla se afloja
 Bloqueo<!-- -->Dificultad de extender o flexionar la rodilla

DIAGNOSTICO CLINICO

Menisceptomia por artroscopia

 Consiste en reparar lesiones del menisco mediante un procedimiento quirúrgico


mínimamente invasivo que permite tratarlo sin necesidad de abrir la rodilla.

Se lleva a cabo practicando dos o tres pequeñas incisiones alrededor de la articulación, a través
de las cuales se introduce todo el material óptico e instrumental necesario para poder llevar a
cabo el tratamiento de la lesión.
Las dos técnicas más practicadas para reparar por artroscopia una fisura o rotura de menisco
son:

 Meniscectomía parcial: extirpación de la parte del menisco afectada.


 Tiempo de intervención entre 45 y 60 minutos.
 Recuperación postoperatoria rápida.
 Sutura meniscal: se procede a suturar la lesión. Es la técnica más empleada porque
conserva el menisco íntegro y tiene mejor resultado a largo plazo.
 Tiempo de intervención entre 60 y 90 minutos.
 Recuperación postoperatoria más lenta.

Al finalizar la intervención, las incisiones se cerrarán con puntos de sutura. Además, se


colocará un vendaje compresivo.

La intervención se realiza bajo anestesia local.

ESTUDIOS COMPLEMENTARIOR

 radiografía
 resonancia magnética

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