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La interpretación jurídica
José Antonio Sotillo Velásquez (Arequipa, 14 de mayo del 2022)
INTRODUCCIÓN
Pero, la interpretación es toda una aventura, que como tal acarrea una serie de
dificultades provocadas por la naturaleza misma del ser humano, quien se constituye en
fuente y aplicación del derecho, que pone en evidencia sus intereses y creencias, su
posición económica y social, entre otros factores, que a decir de muchos podrían
interferir con la correcta interpretación de la norma.
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ÍNDICE
1. Interpretación jurídica 03
2. Definición 04
Ejemplo 1 05
Ejemplo 2 06
Ejemplo 3 09
CONCLUSIONES 12
BIBLIOGRAFÍA 13
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1. Interpretación jurídica
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Sin embargo, esto abriría otro terreno amplio para la discusión, a decir de los
autores que tienen diversas y encontradas posiciones al respecto.
2. Definición
Según Meza Fonseca (2006) “En el ámbito del Derecho, podemos decir que la
interpretación jurídica es desentrañar el sentido de una norma, el desnudarla
para verificar por qué y para qué fue creada, el verificar su esencia, lo cual nos
servirá para saber si es aplicable al caso concreto” (p. 02).
Aquí se pone de manifiesto la relevancia que tendría ese sentido de la norma, lo
que quiere decir y si su aplicación se justificaría sobre la base de ese sentido
que se pretende explicar.
No hay que olvidar que la teoría jurídica de Savigny fue elaborada sobre una
serie de supuestos proporcionados por la concepción del mundo imperante a
comienzos del siglo XIX.
Según Laclau (2010) “La interpretación de las leyes entraña una operación
intelectual que nos permita que una ley determinada, sometida al criterio de
nuestra inteligencia, se nos aparezca como verdadera” (p. 234).
Para este autor la interpretación de las leyes pasaría porque la misma se
evidencie como verdadera a la luz de nuestra inteligencia.
Se tiene algo bien establecido por la mayoría de autores, por no decir todos,
identificar la necesidad de la interpretación ante las múltiples
indeterminaciones del derecho y se establece que existiría una imposibilidad
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de realizar una caracterización única del concepto de interpretación. (Anuario
No35 · 2019, 2019)
Para Lifante Vidal (2008) “La interpretación jurídica es una actividad que no
puede llevarse a cabo, y por tanto tampoco explicarse, si no se adopta una
perspectiva global del Derecho, si éste no es concebido como una unidad que
pretende dar solución a determinados problemas” (p. 276).
El punto relevante de esta autora estaría en que la interpretación jurídica es una
actividad que debe buscar soluciones, además ella plantea en sus diversos
escritos sobre el tema, la imposibilidad de establecer claramente qué es la
interpretación jurídica, por las múltiples aristas que el vocablo representa ya sea
nivel gramatical o especializado y como parte del mundo del Derecho a la luz de
diversos factores intervinientes como podría ser el contexto, el tiempo y la
situación propiamente dicha.
Para referir la posición del siguiente autor es necesario señalar que existen para
él varios niveles en la problemática jurídica de un caso determinado. El primero
es saber cuáles son las normas existentes y vigentes (y los conceptos e ideas
aplicables) al caso bajo estudio y cuestión. Para aclarar y explicar este primer
nivel nos sirve la teoría de las fuentes del Derecho. Una vez que hemos definido
las normas aplicables, tenemos un segundo nivel de problemas, que consiste en
saber qué dicen esas normas jurídicas, qué establecen. Para este efecto nos
sirve la teoría de la norma jurídica. Superados los dos niveles anteriores, nos
encontramos con un tercero que consiste en averiguar exactamente qué quiere
decir la norma. Este es el nivel que debe de ser abordado por la teoría de
interpretación. Es así que para Rubio Correa (2011) “La teoría de la
interpretación jurídica, de esta manera, es la parte de la teoría general del
Derecho destinada a desentrañar el significado último del contenido de las
normas jurídicas cuando su sentido normativo no queda claro a partir del análisis
lógico-jurídico interno de la norma” (p. 220).
Y este autor, para darle más sostenimiento a lo que afirma con respecto al tema
de e interpretación nos pone ejemplos que me permito presentar:
Ejemplo 1:
Si decimos: «La Constitución no ampara el abuso del derecho» (artículo 103,
último párrafo, de la Carta), el análisis lógico-jurídico interno de la norma nos
dirá:
Supuesto: Si existe un abuso del derecho;
Consecuencia: entonces, la Constitución no lo ampara.
El qué dice la norma resulta claro del análisis interno, pero el qué quiere decir no
lo es tanto. En efecto, de la norma analizada puede surgir cuando menos la
siguiente pregunta: ¿Qué es el abuso del derecho?
Esta interrogante no puede ser respondida de manera debida ni por las fuentes
del Derecho, ni por el análisis interno lógico-jurídico. Aun si fuéramos a la
doctrina a ver el significado de lo preguntado, lo que encontraríamos serían
opiniones más o menos válidas, pero ninguna verdad asentada y sólida. Por lo
tanto, el texto de la parte final del artículo 103 de la Constitución, al no expresar
claramente qué quiere decir, nos está planteando un problema que es preciso
resolver para poder aplicar adecuadamente su sentido normativo.
Adicionalmente a lo señalado, vale la pena decir que el problema de
interpretación jurídica puede plantearse de dos maneras distintas. Una de ellas
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es en el texto mismo de la norma. Tal es el caso del artículo 103 último párrafo
de la Constitución sobre el abuso del derecho.(Rubio Correa, 2011)
Ejemplo 2:
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de la aplicación de la teoría de las fuentes y del análisis lógico-jurídico interno de
la norma. Este problema de interpretación puede surgir del texto mismo (es
oscuro en sí) o de su aplicabilidad a un caso concreto (el texto normativo es
claro, pero no se puede saber con claridad su significado a partir de los matices
fácticos del caso al que se quiere aplicarla).
En cualquier situación, la teoría de interpretación está destinada a desentrañar
el que quiere decir la norma jurídica.
Siguiendo con este autor, nos señala que el problema de una norma clara que
se convierte en poco clara y hasta oscura al aplicarla a un caso concreto no debe
extrañarnos o llamarnos la atención. Lo que ocurriría es que el supuesto de la
norma sería una abstracción que el legislador en su contexto histórico hace de
los elementos esenciales de los hechos sociales concretos a los que quiere
aplicar la consecuencia jurídica. Así, los hechos mismos en los que se verifica el
supuesto contienen siempre características propias que, por exceso, por defecto
o por mezcla de unos y otros (cosa que siempre es posible), aparecen
necesariamente distintos al relato semántico y lo que su significado implica y que
contiene el supuesto de la norma. A veces, la diferencia entre el hecho real y la
descripción del supuesto no es sustancial sino accidental por lo que el hecho es
perfectamente incorporable en el supuesto y, por tanto, se aplica la
consecuencia. En otros, los hechos concretos presentan características con lo
esencial del contenido del supuesto (como ocurre con el ejemplo del nacimiento)
y de allí es que aparece la necesidad de interpretación que, en definitiva, a decir
del autor, consiste en lo siguiente: lo ocurrido ¿verifica o no en la realidad el
supuesto de la norma jurídica? (Rubio Correa, 2011)
Y para sostener lo referido anteriormente, el autor cita a José Villar Palasi que,
según él, trata esta característica de la interpretación, que consistiría en varias
posibles respuestas al mismo caso:
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Con aporía el autor refiere, ciertamente, la paradoja o dificultad lógica
insuperable que ello significa, lo que explicaría el porqué a lo largo de dos
milenios esto no haya sido superado.
Y aquí cabe hacernos la pregunta, válida, después de todo: ¿por qué ocurre esta
paradoja?
Las paradojas del método jurídico de interpretación se explicarían, por el hecho
de que existen una gran variedad de métodos, en los condicionamientos de
carácter político a los que estarían expuestos; y, por otra parte, la misma idea de
la interpretación, su misión, sus límites y su naturaleza son otros problemas que
se presentan asociados a esta labor de interpretación.
Citando a Jorge Enrique Romero Pérez, podemos señalar que quienes hacen la
interpretación y la aplican son seres humanos (académicos, jueces, periodistas,
gobernantes, administradores públicos, etc.).
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Los que realizan la interpretación poseen y expresan, entre otros elementos:
Valores
Sentimientos
Prejuicios
Estereotipos
intereses
Ideologías
Creencias
Niveles diversos de educación, socioeconómicos, políticos, etc.
Pertenencia y referencia a una clase social
Origen étnico, geográfico, etc.
Ejemplo 3:
Alejandro Nieto hace sobre este actor- juez las siguientes observaciones:
El desgobierno es consecuencia de la destrucción intencionada del Poder
Judicial y, conjuntamente, del mal funcionamiento de su sucedáneo, el
servicio público de la administración de justicia (Nieto, p. 32, 2005).
La exactitud de la alegoría de la justicia con los ojos vendados, es a la que
ahora podemos dar una nueva interpretación. Porque es ciega en verdad y
en la mano no lleva la balanza sino un puñado de cupones de lotería con los
que va repartiendo fortuna al azar. El litigante depende del azar para que le
toque un juez literalista o principista, progresista o conservador. La “santidad
de la cosa juzgada” es un manto que cubre las deformidades más aberrantes
y, en consecuencia, debe ejecutarse la sentencia que vaya contra la
Constitución, la ley, la costumbre, la jurisprudencia, los principios generales
del derecho y el sentido común (Nieto, p. 62, 2005).
Los jueces: sacerdotes de la ley a funcionarios públicos (Nieto, p. 63, 2005).
Al juez- burócrata no le gusta tramitar autos y dictar sentencias (Nieto, p.
87,2005)
El juez no es el administrador de la justicia, sino el que malbarata
cotidianamente el Derecho y la ley (Nieto, p. 175, 2007)
Huelga recordar que este libro está escrito para aquellos que quieren
atenerse al “Estado de hecho” sin dejarse deslumbrar con las lindezas de
ese ilusorio “Estado de Derecho”. La sinceridad es, a mi juicio, uno de los
primeros deberes éticos del jurista, siendo el segundo la entereza para
denunciar la mentira, cueste lo que cueste personalmente (Nieto, p. 131,
2005). (Romero Pérez, 2014, p. 85)
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suele estar exenta de problemas, como todo lo que hemos visto hasta el momento
sobre la interpretación jurídica.
El primer problema con el que nos encontramos consiste en que estas tipologías
no suelen partir de una caracterización general del fenómeno de la interpretación
jurídica, de modo que no es claro si los diferentes tipos son tratados como
especies de un mismo género (lo único que los diferenciaría sería precisamente
quiénes el que interpreta), o si cada uno de estos tipos interpretativos hacen
referencia a actividades de distinto alcance.
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considera como una interpretación “en concreto” u orientada hacia los hechos
(planteada a partir de un determinado problema particular al que debe darse
solución), mientras que la interpretación doctrinal se correspondería con una
interpretación “en abstracto” (al margen de situaciones concretas) u orientada
hacia los textos; aunque debemos ser conscientes de que esta equiparación no
puede hacerse absolutamente (los jueces no sólo interpretan para aplicar el
Derecho a hechos concretos; piénsese por ejemplo en los caso en que se juzga
la constitucionalidad de una ley) y la doctrina en ocasiones interpreta para
proponer soluciones a problemas concretos. (Lifante Vidal, 2008, p. 1365)
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CONCLUSIONES
PRIMERA: La interpretación es toda una aventura, que como tal acarrea una serie de
dificultades provocadas por la naturaleza misma del ser humano, quien se constituye en
fuente y aplicación del derecho, que pone en evidencia sus intereses y creencias, su
posición económica y social, entre otros factores, que a decir de muchos autores podrían
interferir con la correcta interpretación de la norma.
TERCERA: El tema de la interpretación jurídica sigue abierto a los diversos análisis que
se podrían establecer y que se vienen realizando desde hace más de dos milenios y
que pone a la misma para las consideraciones pertinentes y a las que hubiera lugar,
tanto en nuestros días como en el futuro, y esto se explicaría porque la sociedad y los
contextos en que se aplican las leyes cambian con el tiempo.
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BIBLIOGRAFÍA
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