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LIMITES Y LIBERTAD

Dora Saidón

El sentido de la tarea de pensar y crear didáctica es el de educar para la libertad.


Estamos condicionados por el entorno, pero no estamos determinados por las circunstancias
contextuales, sino que nos encontramos en una situación dialéctica con ese entorno.
No estamos sometidos a determinadas variables y constantes sino que somos sujetos activos, parte
de la situación que nos incluye y factores del cambio.
Estamos condicionados, limitados, pero no determinados. Ese es el ámbito en el que se juega el
espacio de la libertad humana.
Somos libres cuando tomamos cc de los límites de la realidad y de los propios límites en tanto parte
de esa realidad para intentar trasformarla, transformándonos.

¿Cómo educar para una mayor autonomía? ¿Cómo posibilitar el reconocimiento del propio
deseo?
Pensar es algo a conquistar. Lo que solemos llamar pensar, a menudo no es más que una secuencia
estereotipada, una conducta que se repite.
La lógica formal de la enseñanza de nuestras escuelas y universidades, fragmenta el proceso de
pensamiento. De este modo, se torna rígido, está preso, pierde su cualidad creadora.

Recuperar el pensamiento dialéctico implica desembarazarnos de la lógica formal, e ir en busca de


síntesis superadoras de los problemas que se nos presentan, evitando la dilematización,
problematizando, creando, transformándonos.
Aprender a pensar para recuperarnos como seres humanos, como sujetos potenciales, para expresar
nuestra peculiaridad y en ella ser reconocidos. Ser reconocidos es saber que no estamos solos.
Nuestra concepción de sujeto es la de sujeto total, real y único.
Esta concepción teórica nos lleva a profundizar el rol del docente en el conocimiento del otro.

Todo espacio de enseñanza-aprendizaje debería ser un espacio de mutuo conocimiento y


reconocimiento, donde las personas encontraran un espacio y un tiempo donde se sintieran no uno
más de una serie sino parte de un grupo: pertenecientes. Entablando con otros significativos
relaciones vinculares mutuamente enriquecedoras.

Una didáctica para la libertad:


- Crea espacios grupales donde se privilegia el diálogo, como una forma de conocer y pensar la
realidad y pensarse; donde se habilite el disenso y se reconozca a los sujetos del aprendizaje como
seres concretos.
- Reconoce en cada uno un ser histórico, inacabados, inmersos en una realidad en devenir.
- Problematiza la realidad a través del diálogo.
- Es educar en el fortalecimiento del yo para poder transitar la incertidumbre y la duda propias de
un pensamiento autónomo.

¿De qué manera la ansiedad, angustia o miedo operan en el proceso de aprendizaje?


El aprendizaje se produce cada vez que el sujeto, ante una conjunción de estímulos externos e
internos, que producen una vivencia de tensión, desequilibrio y desajuste, busca respuestas
adecuadas y creadoras, tendientes a recuperar el equilibrio perdido al tiempo que disminuye el
monto de ansiedad.
El desajuste es el motor de la conducta y del aprendizaje.
El aprendizaje se produce como una respuesta creadora, y para que se dé es necesaria cierta
capacidad de tolerancia, cierta posibilidad de postergar una inmediata o mecánica respuesta.
La ansiedad o angustia funciona así como una señal de alarma sobre la que se estructurará el
aprendizaje.

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