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Facultad de Pedagogía
Escuela de Pedagogía en Enseñanza Básica
1.1 Ontopedagogia: Podemos definir este término como la comprensión del ser
docente y el ser del estudiantes en coexistencia y a su vez, el ambiente donde
donde se relacionan desde el punto de vista del coaprendizaje. De esta idea se
desprenden conceptos tales como:
La educación tanática es la realidad de las escuelas hoy en día, puesto que este se
comprende como la estimuladora de la no vida, ya que apaga el ser generando
inexistencia y exclusión de los y las estudiantes. Los establecimientos
educacionales cada vez nos reprimen y homogenizan más, nos enseñan a competir
e incentivan nuestro egoísmo y en ocasiones, nos obligan a silenciar nuestros
pensamientos.
Los niños y niñas son capaces de interactuar con el otro a través del ser, no
excluyen ni se oprimen, fluyen con simpleza y naturalidad, juegan en conexión con
el otro y viven el aquí y ahora sin reprimirse, pero las escuelas y la sociedad con el
paso del tiempo los obliga a complir patrones de conductas y pensamientos
asociados a “crecer”, sus cuerpos se comienzan a oprimir, se les olvidó jugar y por
sobretodo, dejan de comprender el ser del otro.
El ser humano se comprende como un ser complejo, es por esa razón que la
coexistencia funciona a través de supuesto, ya que no podemos llegar a conocer en
totalidad los pensamientos y el ser del otro, solo nos generamos ideas del dominio
semántico y convivimos con el aquí y ahora de la coexistencialidad, es decir,
conocemos solo lo que vemos y generamos ideal del otro a través de la experiencia.
Esta complejidad del ser, nos aporta diversidad que nos permite coexistir, sin
embargo los establecimientos en ocasiones simplifica el ser del y la estudiante a
través de la homogeneización, con el fin de crear un prototipo de niño y niña que se
adapte a la cultura escolar y a un tipo de curriculum.
Esta frase nos permite entender que el ser humano es como un caja de pandora,
desconocemos la totalidad de su interior y cada vez nos permite comprender nuevas
cosas sin saber que podemos descubrir. Cada persona es un mundo y el
espectador solo genera supuestos a través de lo compartido en el aquí y ahora.
Como fue mencionado anteriormente, los niños y niñas son capaces de vivir en
plenitud y totalidad, si tienen miedo lo manifiestan, juegan con el otro con plena
conexión, actúan en libertad de cuerpo y mente. Sin embargo, al momento de
ingresar a la escolaridad y al verse influenciados por las conductas que deben tener
al “crecer”, su cuerpo se separa de sus emociones, perdiendo aquella plenitud de
su existencialidad. Las escuelas imparten esta educación fragmentada, separando
los momentos de aprendizajes con los momentos de recreación (recreo), nuestro
cuerpo de nuestra mente, los contenidos son enseñados por partes para luego
“entender” el todo. Sin embargo, ignoran la importancia de comprender y utilizar el
todo para poder existir, es decir, debemos vivir en coexistencia con nosotros y el
otro para poder adquirir conocimientos completos. Aprender con nuestro cuerpo,
mente y alma se ve difícil de observar en la educación actual, nos obligan a cumplir
con una idealización de estudiante, homogeneizandonos y oprimiendo nuestro ser.
La educación matríztica es el motor para una pedagogía inclusiva, esta debería ser
notoria en la cultura escolar de los establecimientos, puesto que ayudarían a la
existencia de los estudiantes, incentivando la conciencia crítica y el compañerismo
como un acto natural y sin cuestionamientos