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El agresor o acosador (El bullying en el aula)

El perfil tipo del agresor o acosador responde a las siguientes características:

 Personalidad irritable y agresiva.


 Bajo autocontrol.
 Ausencia de empatía.
 Tendencia a las conductas violentas y amenazantes.
 Impulsivo.
 Su rendimiento académico suele ser bajo. En ocasiones es algo mayor
que el resto de la clase por haber repetido uno o varios cursos.
 Su comportamiento en el aula se caracteriza por las salidas de tono,
las bromas fuera de lugar e incluso actitudes desafiantes frente a
profesores y compañeros.
 Es posible que pertenezca a una familia desestructurada, con
antecedentes de violencia doméstica.
 Físicamente fuerte.
 Asume el rol de líder ante un grupo de alumnos de características
psicológicas parecidas o que buscan reconocimiento e integración en el
grupo.

La víctima
Aunque algunos estudios identifican una serie de características psicológicas o
de actitud y comportamiento comunes en las víctimas de bullying, lo cierto es
que constituyen un grupo tan variado, que por desgracia cualquier alumno
puede convertirse en blanco de las burlas de un grupo de agresores, muchas
veces sin otro motivo que el puro azar. No obstante, existen algunos factores
que multiplican las posibilidades de sufrir acoso:

 Sufrir alguna discapacidad física o psíquica.


 Tener algún tipo de trastorno del aprendizaje, especialmente los
problemas relacionados con el lenguaje oral porque son muy evidentes y
fácil objeto de burlas.
 Haber padecido acoso escolar con anterioridad.
 Pertenecer a un grupo étnico, religioso, cultural o de orientación
sexual minoritario.
Una vez ha comenzado el acoso, tener una personalidad introvertida o
reservada o una mala comunicación con padres o profesores dificulta que los
chicos denuncien las situaciones a tiempo, con el consiguiente peligro de que
el acoso vaya más, agravándose sus consecuencias y complicando su
resolución.
Los observadores
Probablemente es el grupo con un perfil menos definido. Se trata del grupo de
compañeros que colaboran con el acoso y en gran medida lo hacen posible por
no denunciarlo a padres o profesores. Su actitud puede ser de colaboración,
animando las acciones e incluso grabándolas con las cámaras de los celulares.
Pero incluso si se limitan a no hacer nada, su actitud pasiva refuerza la
conducta de los agresores, pues no deja de ser una forma de aprobación. En
ocasiones, actúan de esta forma por miedo a convertirse en las próximas
víctimas si salen en su defensa o lo ponen en conocimiento de algún adulto, o
bien porque creen que tomando esta actitud les será más fácil integrarse con el
resto de la clase
https://www.universidadviu.com/es/actualidad/nuestros-expertos/los-perfiles-
tipo-en-el-bullying-victima-agresor-instigadores-y#:~:text=El%20perfil%20tipo
%20del%20agresor,Ausencia%20de%20empat%C3%ADa
Agresor o Victima activa
Cabe aclarar que en la mayoría de los estudios realizados sobre este tema se
menciona la necesidad de diferenciar distintos tipos de víctimas, incluyendo
como víctima al agresor.
Normalmente, el agresor tiene un comportamiento provocador y de intimidación
permanente. Posee un modelo agresivo en la resolución de conflictos, presenta
dificultad de ponerse en el lugar del otro, vive una relación familiar poco
afectiva, y tiene muy poca empatía.
Normalmente, los jóvenes agresivos no agreden delante de los adultos, por lo
tanto, los profesores y padres desconocen la existencia de estos
comportamientos agresivos y desafortunadamente no pueden hacer algo para
detener a los agresores o ayudar a los jóvenes que están siendo agredidos. El
comportamiento agresivo no es normal y no debe ser considerado como que
“es cosa de niños.”
En definitiva, el alumno bullying es físicamente fuerte, de igual o mayor edad
que la víctima (recuérdese lo señalado acerca de su necesaria conciencia de
superioridad cierta); necesita dominar, tener y sentir su poder.
El perfil de un agresor o víctima activa suele ser el siguiente:

 Es frecuente que sean repetidores y de edad superior a la media de la


clase.
 Su rendimiento escolar es bajo.
 Muestran una actitud negativa hacia la escuela.
 Suelen ser más fuertes físicamente que sus víctimas.
 Muestran poca empatía hacia las víctimas.
 Presentan altos niveles de impulsividad.
 Sienten la necesidad de dominar a otros mediante el poder y la
amenaza.
 Presentan una actitud hostil y desafiante con padres y profesores.
 Perciben escaso apoyo y supervisión parental.
 Informan de frecuentes conflictos familiares, de autoritarismo y
hostilidad.
 No acatan las normas sociales.
 Tienen una opinión relativamente positiva de sí mismos: presentan una
autoestima media o incluso alta.
 Tienen un grupo pequeño de amigos (dos o tres) que les apoyan.
 Son más populares entre sus compañeros que las víctimas.

Agredido o Victima pasiva


Habitualmente, son niños que no disponen de recursos o habilidades para
reaccionar, son poco sociables, sensibles y frágiles, son los esclavos del grupo,
y no saben responder por vergüenza o por conformismo, siendo muy
perjudicados por la amenazas y agresiones.
La personalidad del agredido, más difícil de precisar y que no justifica que sea
objeto de vejaciones, suele ser la de un niño identificado como víctima, débil,
inseguro y con bajos niveles de autoestima. Se caracterizan por falta de
competencia social, la cual se refleja en una carencia de asertividad; es decir,
dificultad para saber comunicar sus necesidades. Posiblemente sea un niño
sobreprotegido en el ámbito familiar.

El perfil de un agredido o víctima pasiva suele ser el siguiente:

 En su apariencia física suelen presentar algún tipo de desventaja


(complexión débil, obesidad)
 Su rendimiento académico es superior al de los agresores y no tiene por
qué ser peor al del resto de los compañeros.
 Muestran poco asertividad, mucha timidez, inseguridad y ansiedad.
 Se sienten sobreprotegidos por sus padres y con escasa independencia.
 Suelen ser ignorados o rechazados por sus compañeros en clase.
 Tienen dificultades para imponerse y ser escuchados en el grupo de
compañeros.

El niño agredido vive normalmente en una situación social de aislamiento (con


frecuencia no tiene ni un solo amigo entre los compañeros); en relación a lo
cual cabe considerar su escasa asertividad y dificultad de comunicación, así
como su baja popularidad, que según algunos estudios llega a ser incluso
inferior a la de los agresores. Para explicarlo, conviene tener en cuenta que la
falta de amigos puede originar el inicio de la victimización, y que ésta puede
hacer que disminuya aún más la popularidad de quién la sufre.
Los comportamientos y actitudes con los que hemos caracterizado al agresor
hacen que su personalidad tenga las siguientes características:

 Personalidad insegura.
 Baja autoestima (causa y consecuencia del acoso escolar).
 Alto nivel de ansiedad.
 Débiles y sumisos.
 Introvertidos, tímidos y con dificultades de relación y de habilidades
sociales.
 Inmaduro para su edad.

Los compañeros espectadores


Los espectadores o testigos del maltrato son de forma mayoritaria los
compañeros de las víctimas y de los agresores. Entre los espectadores suele
producirse una abstinencia a intervenir ante las situaciones de maltrato. Esta
inhibición está motivada por el miedo a ser incluido en la agresión o en el
círculo de la victimización. En las respuestas a una encuesta, el 30% de los
testigos “intentó ayudar a la víctima”, mientras que el 70% no intentó intervenir.
Desglosada esta cifra, el 40% no hizo nada porque “no era de su incumbencia”,
y el 30% no ayudó, aunque “sintieron que deberían hacerlo”, probablemente
por temor a ser víctimas.

https://monite.org/perfiles-de-los-participantes-en-las-agresiones/

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